08.05.2013 Views

Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

monstruos. Y mientras recorría en calidad de estrella deforme<br />

las calles de Nueva York, Londres, Berlín, Moscú, Varsovia, es<br />

probable que Julia Pastrana recordara con estremecimiento —un<br />

estremecimiento en el que se confundían la nostalgia y la amargura—<br />

sus años de empleada doméstica en la casa <strong>del</strong> gobernador<br />

de Sinaloa, aquella tarde lejanísima en que tras ser maltratada<br />

por su aspecto se decidió a huir, despedirse para siempre de esa<br />

paz incierta que da la conmiseración y la penumbra, y entonces<br />

enfrentar los altibajos de felicidad e ignominia que le tenía reservado<br />

su destino itinerante.<br />

Opacado por la irresistible singularidad de su esposa, no se<br />

conserva una sola descripción de la apariencia <strong>del</strong> señor Lent.<br />

En un par de dibujos de la época se reconoce a un sujeto de baja<br />

estatura y mirada satisfecha que acompaña a Julia Pastrana, un<br />

hombrecillo atildado que por su actitud risueña de presentador<br />

de espectáculos y su incuestionable cercanía con la mujer<br />

barbuda ha terminado por aceptar el nombre aborrecible de<br />

Theodore Lent. No obstante que la mayoría de las giras de La<br />

Mujer Indescriptible las realizó a su lado, tampoco ha quedado<br />

registro de la fecha en que se conocieron, aunque está fuera de<br />

duda que ese momento se verificó en algún punto de Estados<br />

Unidos, probablemente en Nueva York o Boston, en 1855. Julia<br />

recorría por ese entonces Norteamérica actuando en un sinfín<br />

de escenarios —desde museos de historia natural hasta ferias de<br />

mala muerte—, de modo que debieron de encontrarse durante<br />

una de sus presentaciones, quizás en un baile de gala que algún<br />

organizador osado había resuelto aderezar, quién sabe bajo qué<br />

pretexto, con la pimienta de la monstruosidad. Bajo la suave luz<br />

de los can<strong>del</strong>abros de gas, en medio <strong>del</strong> bullicio y la animación<br />

7 3

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!