Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario
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imaginar cómo se las arreglaban para escribir después de que<br />
el láudano surtía efecto, pues además <strong>del</strong> sopor y la ensoñación<br />
causaba toda suerte de estragos en sus estómagos vacíos (dispepsia,<br />
estreñimiento, cólicos). Pero <strong>del</strong> mismo modo que sólo<br />
mediante el opio podían soportar los dolores que ellos mismos<br />
se infligían (“¡imagínate —escribe Coleridge— un pobre desgraciado<br />
que durante muchos años ha intentado luchar contra el<br />
dolor hallando constantemente refugio en el mismo vicio que<br />
produce el dolor!”), su escritura no era ya capaz de encenderse de<br />
no ser por la chispa que accionaba la droga en sus cerebros.<br />
Mediante una dieta menos psicoactiva y en apariencia inocua, pero<br />
de efectos tanto o más tremebundos que el opio, el pintor suizo<br />
Henry Fuseli (o Füssli o Fussele) invocaba las pesadillas que luego<br />
habría de plasmar en sus lienzos. Por la noche, después de guardar<br />
un riguroso ayuno a lo largo <strong>del</strong> día, Fuseli comía carne cruda<br />
“en aras de la obtención de sueños espléndidos”, lo cual, a juzgar<br />
por las obras resultantes colmadas de apariciones, figuras<br />
extrañas y morbosos efectos nocturnos, conseguía no pocas veces,<br />
a expensas de la salud de su estómago. Y es de llamar la atención<br />
que su obra, signada por la intensidad y el movimiento, que presenta<br />
cierta inclinación hacia el humor grotesco y lo sobrenatural,<br />
y en la que es reconocible la sombra <strong>del</strong> mejor Blake, deba tanto a la<br />
imaginación onírica como al más pedestre de los malestares humanos:<br />
la indigestión. (Es muy factible que el incubus, el monstruo<br />
que oprime el abdomen <strong>del</strong> soñante y lo paraliza, que Fuseli<br />
pintó admirablemente, no era en su caso sino una representación<br />
<strong>del</strong> peso amorfo que sentía en el intestino; un peso o malestar<br />
que muchas veces, como escribe Borges, busca en la lógica <strong>del</strong><br />
sueño una imagen vívida que lo justifique).<br />
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