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Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

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de construir, con los mismos elementos y recursos que ponía<br />

a su disposición la naturaleza, un mundo propio en medio de<br />

ese mundo —un antimundo—, una fauna nueva y desorbitada,<br />

un zoológico auténticamente personal de seres inexistentes. El<br />

velador me dijo que una tarde, después de completar el encargo<br />

de una pareja de lémures gigantes que envío a un magnate<br />

de Arkansas, García Saldaña renunció a la labor de recrear el<br />

pasado. Precisamente porque se trataba de ejemplares extintos,<br />

a los que después de todo debía ser fiel, no importa que contara<br />

con materiales limitados y aproximativos, su labor demandaba<br />

mucho más cuidado, ingenio y documentación de lo habitual<br />

(visitas a bibliotecas, consultas de láminas quién sabe qué tan fidedignas,<br />

análisis pormenorizados de osamentas y mandíbulas),<br />

y aunque es probable que recibiera fuertes sumas de dinero a<br />

cambio de esas piezas únicas, tanto se esmeraba en reproducir la<br />

apariencia, en muchos casos conjetural, de los animales desaparecidos,<br />

que apenas concluía un par de trabajos al año.<br />

Quizá fue esa misma laboriosidad, esa misma tardanza, lo que<br />

aquella tarde lo empujó a apartarse de las restricciones y dictados<br />

de la naturaleza, a descreer de la tiranía de lo real. En una disciplina<br />

donde todo es recreación y simulacro, imitación estricta<br />

de la naturaleza —una de las definiciones que daban los griegos<br />

<strong>del</strong> arte—, en la que el taxidermista se vale de toda suerte de<br />

trucos y materiales inconexos para lograr una pieza de museo<br />

(los ojos de un gorila pueden provenir de una tienda de muñecas;<br />

el pelo de un ñandú que ha sufrido demasiado deterioro<br />

puede reconstruirse con pelo de conejo; a veces para igualar el<br />

tono de una melena se echa mano de tintes de salón de belleza),<br />

nada impedía avanzar a contrasentido, finalmente sin ataduras,<br />

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