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Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

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La nómina de autores que ha experimentado con brebajes y<br />

venenos es tan larga que bastaría para rescribir la historia de<br />

la literatura. La planta de amapola ha producido, como frutos<br />

indirectos, obras clásicas: Las confesiones de un comedor de opio de<br />

De Quincey, Kubla Khan de Coleridge y Opio de Jean Cocteau,<br />

mientras que la gelatina de haschisch dio lugar a los Paraísos<br />

artificiales de Bau<strong>del</strong>aire y a algunas páginas memorables de<br />

Gautier, Nerval y Walter Benjamin. De ellos, sin embargo, son<br />

pocos los que, a la manera de Thomas Lloyd con el papel, hicieron<br />

de su talismán tóxico el artículo fundamental de una dieta<br />

que, a cambio de recompensas inciertas, estaba plagada de<br />

contraindicaciones.<br />

Coleridge y De Quincey se dejaron hechizar con tal fervor por<br />

la Circe <strong>del</strong> opio que cabe preguntarse si su adicción no ha de<br />

incluirse como parte de sus obras completas. Pasaban semanas<br />

sin que sus paladares conocieran otro bocado (en aquella época<br />

se ingería en forma de tintura de láudano) y ese régimen más<br />

bien estricto se prolongó a lo largo de sus vidas. Se sabe que<br />

Coleridge se inició en “los secretos <strong>del</strong> dragón” a los ocho años,<br />

mientras que la afición de De Quincey comenzó en la adolescencia;<br />

todavía en 1856, tres años antes de su muerte, revela que<br />

su anunciado abandono de la droga en Las confesiones de un comedor<br />

de opio había sido no tanto una farsa, sino el grito de aliento<br />

de una voluntad ya para entonces lisiada. La dosis de láudano<br />

que ingerían “con tanta fruición como tormento” era en verdad<br />

una proeza y, de no ser por la tolerancia que habían desarrollado,<br />

habría sido suficiente para matar un elefante: ocho mil<br />

gotas diarias, cuando para un neófito, únicamente doscientas<br />

serían peligrosas y en ciertas circunstancias, letales. Es difícil<br />

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