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narrativa - Le chasseur abstrait

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<strong>narrativa</strong><br />

Junio 2012<br />

24<br />

ALACIEL VERGARA CASTILLO<br />

Sí me dio tristeza no llevarme ese día a todos mis<br />

hijos. Hubiera sido muy bueno, pero no se podía. No<br />

tenía dinero, no había dinero ni antes y aún menos<br />

después de la muerte de mi esposo. Me acostumbré a<br />

vivir sin dinero. No tengo dinero, no hay dinero, no<br />

tenemos dinero era lo que siempre les decía a mis<br />

hijos cuando me pedían un dulce, unos zapatos, una<br />

mochila, para la feria o para cualquier cosa. No hay<br />

dinero, no tengo dinero. Por eso les extrañó que una<br />

semana antes del viaje a Acapulco llevara a la casa<br />

una televisión de segunda. Me sentí muy emocionada<br />

de verlos bien contentos, apurados en acomodarla en<br />

la mesa improvisando una antena para que agarrara<br />

la señal y pudieran en blanco y negro ver las caricaturas<br />

y los programas de acción y de policías del Canal<br />

5. ¡Qué bueno que la compraste, mamá! ¡Qué bueno!<br />

–decían. ¡Ya no vamos a tener que ir con doña Jose!<br />

Porque mis hijos iban por las tardes a casa de doña<br />

Jose a mirar las caricaturas y otros programas. Se<br />

acomodaban muy tranquilitos en el suelo, sin hacer<br />

ruido, y procuraban no molestar nada para que no se<br />

quejara la dueña del aparato y los dejara volver al<br />

otro día. Para estrenar bien la televisión, un domingo<br />

antes de irme para la playa la estuvimos viendo todo<br />

el día. Desde Zabludovski hasta La maldición de la<br />

Blonda, sin perdernos a Raúl Velasco y Siempre en<br />

Domingo, y echarle un vistazo a la permanencia voluntaria<br />

del Canal 5. A mí me gustaban las telenovelas,<br />

pero nunca las podía ver, porque a la hora que<br />

las pasaban estaba trabajando. Por esa época se conoció<br />

El carruaje, una telenovela que trataba de Benito<br />

Juárez, porque el 72 fue el año de Juárez y de las<br />

olimpiadas en las que mataron a unos deportistas judíos.<br />

Me andaba animando a sacar una televisión nueva,<br />

a crédito, me acuerdo que en aquella época mucha<br />

gente compraba en la Comercial Requejo. Pero no<br />

lo quise hacer porque tenía miedo de que luego no<br />

pudiera pagarla, recuerdo que me dijeron que la policía<br />

había matado a un señor cuando fueron a embargarle<br />

por no pagar los abonos de una televisión. No,<br />

yo ni para qué me metía en esas cosas. Además, nunca<br />

me han gustado las deudas.<br />

Los tres días que estuvimos en Acapulco los pasamos<br />

casi todo el tiempo en la playa. Nos levantábamos<br />

temprano, desayunábamos y preparábamos lo que<br />

llevaríamos para almorzar. Adán sólo nos llevó a comer<br />

un par de veces, y para cenar comprábamos pan<br />

o algo de fruta.<br />

Con el calor, el agua nos caía muy bien. Me gustó<br />

sentir las olas aunque no supiera nadar. Me agradó el<br />

masaje de sus suaves golpes. Veía a Juan Martín brincar<br />

en el agua como si nunca se cansara. Jugaba con<br />

los hijos del gordo y con otros niños de aquella familia.<br />

En una ocasión se andaba ahogando y yo ni me di<br />

cuenta, entretenida en mi propia diversión, feliz igual

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