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Relaciones Interpersonales - Cursumi

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¿Ha empezado alguna vez en un trabajo donde alguien con experiencia en la<br />

organización le advierte que tenga cuidado con fulano de tal o que no se<br />

acerque a mengano? Esto me ha sucedido varias veces. Al empezar en mi<br />

primer puesto profesional de liderazgo, mi predecesor me dijo que tuviera<br />

cuidado con dos personas: Audrey y Claude. «Te van a causar muchos proble-<br />

mas», me dijo. Empecé a trabajar con la expectativa de tratar con gente<br />

problemática. Primero me fijé en Audrey. Era una mujer de temperamento<br />

fuerte y una personalidad muy definida. (Se requiere alguien que sea parecido<br />

para reconocerlo ) Para mi sorpresa, trabajar con ella fue una experiencia<br />

maravillosa, pues era segura y competente, además de muy eficiente. Tuvimos<br />

una buena relación laboral y llegó a ser amiga de la familia. Por otro lado,<br />

Claude resultó ser un viejo granjero que amaba la iglesia. Cierto, él resultó ser<br />

la persona que más influencia ejercía en la organización, (más de treinta y<br />

cinco años después, todavía es así) pero esto no hirió mis sentimientos. ¿Por<br />

qué habría de esperar que un hombre con el doble de mi edad que había<br />

estado en esa iglesia toda su vida me siguiera solo porque yo tenía un título y<br />

un puesto de liderazgo? Me propuse la meta de trabajar con Claude, y ambos<br />

tuvimos una buena relación.<br />

Al aceptar mi segundo puesto en otra iglesia, de nuevo recibí la advertencia de<br />

mi predecesor: «Ten cuidado con Jim, te va a hacer guerra por todo». Durante<br />

mi primera semana conocí a Jim. Tuvimos una conversación difícil, pero Jim<br />

me dejó saber que amaba a Dios, amaba a la iglesia y me respaldaba. Terminó<br />

siendo mi mano derecha durante los años que trabajé allí. Es cierto que<br />

emprendió una guerra, pero porque él fue quien más me apoyó. Nunca habría<br />

podido pedir un mejor miembro de equipo.<br />

Después de aceptar la posición en mi tercera iglesia, el líder saliente me ofreció<br />

reunirse conmigo para advertirme sobre los que podrían causarme problemas.<br />

Como sucedió con los otros líderes, su intención de corazón fue ayudarme,<br />

pero esta vez decidí no aceptar la oferta. Ya había estado suficiente tiempo en<br />

el liderazgo para entender que su gente problemática no sería igual que la mía,<br />

y viceversa. Yo no me conectaría con algunas personas en las que el otro líder<br />

se apoyaba, y otros que le dieron la espalda podrían ser mis más firmes<br />

aliados. ¿Por qué? Porque quiénes somos determina cómo vemos a los<br />

demás.<br />

SU LENTE ES USTED<br />

Un ejemplo clásico del efecto de la perspectiva se remonta a mi tiempo en la<br />

universidad, mi amigo Ralph Beadie me pidió que fuera su padrino de boda. Me<br />

quedé con él la noche antes de la ceremonia, y temprano en la mañana del día<br />

en que se iba a casar, Ralph decidió que quería salir a cazar ardillas. (Supongo<br />

que nada calma los nervios como correr detrás de animalitos.) Ralph me prestó<br />

una de sus escopetas y salimos al bosque. Caminamos un rato pero no veía<br />

ninguna ardilla.<br />

CURSUM Internacional<br />

<strong>Relaciones</strong> <strong>Interpersonales</strong><br />

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