Relaciones Interpersonales - Cursumi
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Durante los últimos veinticinco años he viajado mucho. Ya perdí cuenta de la<br />
cantidad de millas aéreas que he recorrido, pero deben ser más de tres<br />
millones. He viajado en casi todos los tipos de aeronaves (excepto una silla<br />
reclinable flotante), en todo tipo de condiciones climáticas y en seis de los siete<br />
continentes. Sin importar a dónde fuera o qué estuviera haciendo, siempre<br />
pude comprobar algo muy cierto: el viaje con otros siempre es más lento que el<br />
viaje a solas.<br />
Hace poco volví a acordarme de esto cuando me fui de crucero con mi familia.<br />
En un viaje de negocios sin nadie más que yo, acostumbro ir con prisa al<br />
aeropuerto y subirme rápido al avión. Conozco las entradas y salidas de la<br />
mayoría de los aeropuertos, sé cómo evitar las filas largas y no llevo equipaje<br />
que no sea de mano. Además, si solo viajamos Margaret y yo, de todas<br />
maneras hacemos todas las diligencias con bastante rapidez porque después<br />
de treinta y cinco años de matrimonio y viajes juntos, tenemos un sistema muy<br />
eficaz. En cambio, cuando viajamos con toda la familia, dos hijos, sus<br />
cónyuges y todos los nietos, créame, es muchísimo más lento. Si a esto añade<br />
a mis padres o los de Margaret, o cualquiera de nuestros hermanos o sus<br />
familias, la lentitud se multiplica. Me encanta pasar tiempo con mi familia y no<br />
lo cambiaría por nada, pero siempre me embarco en esos viajes sabiendo de<br />
antemano que vamos a viajar a paso lento.<br />
Debo admitir que la paciencia no es una de mis características fuertes. No pasa<br />
un día sin que me pregunte en algún momento ¿por qué será que esta gente<br />
se mueve tan lento? Me sucede mientras manejo mi automóvil, en tiendas y<br />
almacenes, en el trabajo, en el campo de golf, etc. Un amigo de hace mucho<br />
tiempo dice que me parezco al «conejito de Energizer» que nunca se detiene.<br />
La buena noticia es que así no tenga tanta energía como la tuve entre los<br />
veinte y treinta años, todavía me queda mucha energía ahora que me acerco a<br />
los sesenta. La mala noticia es que cuando era más joven, me la pasé<br />
mostrando una visión determinada a la gente de mi organización y dejándoles<br />
rezagados de inmediato, lo cual no es bueno en un líder. Tuve que aprender a<br />
conectarme con la gente y también adquirir paciencia, dos pasos críticos en el<br />
desarrollo de una relación:<br />
Paciencia sin conexión significa que a la relación le falta energía.<br />
Conexión sin paciencia significa que la relación carece de potencial.<br />
Conexión con paciencia significa que la relación tiene energía y potencial.<br />
Si usted quiere que las relaciones perduren, necesita tanto energía como<br />
potencial.<br />
HAGA DE LA PACIENCIA UNA VIRTUD<br />
Casi todos estamos de acuerdo en que la paciencia es una buena cualidad que<br />
admiramos y deseamos. Sin embargo, los que más la necesitamos somos los<br />
menos inclinados a cultivarla. Necesitamos paciencia para adquirir paciencia,<br />
¿cómo podemos salirnos de este círculo vicioso? La respuesta radica en<br />
desarrollar un plan, Usted puede dar los siguientes seis pasos para volverse<br />
una persona más paciente en sus relaciones:<br />
CURSUM Internacional<br />
<strong>Relaciones</strong> <strong>Interpersonales</strong><br />
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