Relaciones Interpersonales - Cursumi

Mi esposa Margaret y yo nos casamos en junio de 1969, y como la mayoría de
las parejas, creíamos con gran ingenuidad que todo iría de maravilla de allí en
adelante. Por supuesto, no pasó mucho tiempo antes de que nos viéramos
enfrascados en los desacuerdos leves que todas las parejas experimentan, en
especial cuando apenas empiezan a ajustarse a la vida matrimonial.
Como la mayoría de la gente, yo pensaba que tenía la razón casi todo el
tiempo, y se lo hacía saber a Margaret. Siempre he sido bueno para hablar, y
como puedo ser muy persuasivo, utilicé mis habilidades para ganar las
discusiones. Nunca alzamos la voz ni nos gritamos el uno al otro, pero siempre
me aseguraba de salir ganando. El problema era que con mi metodología,
Margaret siempre salía perdiendo.
Hicimos muchas cosas durante esos dos primeros años de matrimonio, pero
esa situación se mantuvo siempre igual. Sin darme cuenta, le estaba
ocasionando daños emocionales a Margaret. Si estábamos en desacuerdo, yo
tenía una reacción exagerada y sin proponérmelo, ponía otro ladrillo en el muro
que se estaba levantando entre los dos. No me di cuenta de que ganar a
cualquier costo pondría en peligro nuestro matrimonio. Un día Margaret hizo
que me sentara, me contó cómo se sentía cada vez que discutíamos, y explicó
lo que eso le estaba haciendo a nuestra relación. Fue la primera vez que
entendí que había puesto mi prioridad de ganar las discusiones por encima de
ganarme la relación con mi esposa.
A partir de ese momento decidí cambiar. Tras entender que tener la actitud
correcta era más importante que tener las respuestas correctas, suavicé mi
método, empecé a escuchar más y dejé de convertir los detalles en problemas
grandes. Con el paso del tiempo, el muro que se había empezado a levantar se
vino abajo, y empezamos a construir puentes, Desde aquella época, he hecho
un esfuerzo consciente de iniciar la conexión siempre que entro en conflicto
con alguien.
Si tuviera un martillo...
Admitámoslo Debido a sus personalidades algunas personas están más
inclinadas a usar un martillo, aun cuando otra herramienta más tersa pueda
hacer el trabajo bien, Son como Calvin en la tira cómica.
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