Relaciones Interpersonales - Cursumi
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Siempre divididas en estas dos clases y nada más.<br />
Descubrirás también algo interesante,<br />
Y es que por cada uno de los que elevan hay otros veinte que se recuestan.<br />
¿De qué clase eres tú? ¿Aligeras la carga de los pocos que se esfuerzan en<br />
elevar?<br />
¿O eres uno de los que se recuesta y deja que otros hagan tu parte del trabajo<br />
y se encarguen de tus preocupaciones e intereses?<br />
Estas son buenas preguntas que debemos hacemos porque nuestras<br />
respuestas tendrán un efecto definitivo en nuestras relaciones. Creo que Wilcox<br />
estaba en lo correcto. La gente o bien valora a los demás y aligera su carga al<br />
elevarles de este modo, o restan valor a los demás al pensar solo en sí mismos<br />
y arrastran a la gente por el suelo en el proceso. Yo llevaría el concepto un<br />
paso más adelante. Creo que la intensidad con la que elevamos o arrastramos<br />
a otros puede determinar que existen realmente cuatro tipos de personas en<br />
cuanto a relaciones se refiere:<br />
1. Algunas personas añaden algo a la vida y las disfrutamos<br />
Muchas personas en este mundo desean ayudar a otros. Estas personas son<br />
las que añaden porque les hacen la vida más agradable y placentera a los<br />
demás, Son los elevadores de quienes Wilcox escribió. El evangelista D. L.<br />
Moody aconsejó a la gente a..,<br />
Hacer todo el bien que uno pueda,<br />
A toda la gente que uno pueda,<br />
De todas las maneras que uno pueda,<br />
Por tanto tiempo como uno pueda.<br />
Moody fue uno de los que añaden a la vida de los demás. La gente que añade<br />
valor a otros casi siempre lo hace de manera intencional. Lo digo porque añadir<br />
valor a otros requiere que una persona dé sí misma, y esto muy rara vez ocurre<br />
por accidente. Me he esforzado en ser esa clase de personas, me gusta la<br />
gente y me propongo ayudar a cuantos puedo. Para ello me he fijado la meta<br />
de ser un amigo.<br />
Hace poco el director ejecutivo de una gran corporación me invitó a hablar<br />
sobre liderazgo a la gente de su organización. Después de enseñar a sus<br />
ejecutivos y dar talleres a sus gerentes, gané suficiente credibilidad con él<br />
como para recibir un halago de su parte.<br />
—John, me gusta lo que has hecho por nosotros —dijo mientras estábamos un<br />
día en su oficina—. Dime ahora, ¿qué puedo hacer por ti?<br />
—Nada —le contesté—. No tienes que hacer nada por mí.<br />
Por supuesto, su empresa me había pagado por las conferencias que había<br />
dado, y de verdad había disfrutado, la experiencia porque su personal era muy<br />
perspicaz y estaba ansioso de aprender.<br />
CURSUM Internacional<br />
<strong>Relaciones</strong> <strong>Interpersonales</strong><br />
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