Relaciones Interpersonales - Cursumi

Si su respuesta fue afirmativa a varias de estas preguntas, es posible usted sea
Bob (o Betty). Si es así, recuerde la primera ley de los hoyos. Si se encuentra
en uno, deje de excavar.
Lo primero que debe hacer es admitir que es Bob, en segundo lugar, usted
debe tener el deseo de cambiar su estilo de vida. No puede como la señora
Mohler, quien fue sometida a juicio por el homicidio de su tercer esposo. El
abogado preguntó:
—¿Qué le pasó a su primer esposo?
—Murió por comerse un champiñón envenenado —dijo la señora Mohler.
—¿Y qué le pasó a su segundo esposo? —preguntó el abogado.
—También se murió después de ingerir un champiñón envenenado —dijo la
señora Mohler.
—Muy bien, ahora explíquenos —dijo el abogado— ¿qué le pasó al tercer
esposo?
—Tuvo una contusión cerebral —contestó la señora Mohler.
—¿Y cómo le pasó eso? —preguntó el abogado.
—Es que no quiso comerse los champiñones —contestó la señora Mohler.
El cambio no será fácil en todos los casos y tampoco existen curas
instantáneas. Neil Anderson, autor de Victory Over the Darkness [Victoria sobre
las tinieblas] dice:
Los estudios han mostrado que en el hogar promedio, por cada expresión
positiva, un niño recibe diez negativas. El ambiente escolar solo es un poco
mejor porque los estudiantes escuchan de sus profesores siete comentarios
negativos antes de escuchar uno positivo. No es de sorprender que tantos
niños crezcan sintiendo que son perdedores pues tanto padres como maestros
transmiten esa percepción todos los días en su manera de hablar a los
menores. Estos estudios también indican que se requieren cuatro mensajes
positivos para invalidar el efecto de uno negativo
Empiece siguiendo las siguientes pautas que ya he dado. Conteste las
preguntas del acróstico PIENSE antes de hablar. Además, trate de ver lo
Positivo en cada situación y pida a las personas que le hagan rendir cuentas
por su actitud y sus acciones, Nadie tiene que ser un Bob para siempre.
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