Descargar libro en PDF - Biblioteca Digital Leonesa
Descargar libro en PDF - Biblioteca Digital Leonesa
Descargar libro en PDF - Biblioteca Digital Leonesa
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
41<br />
Jesús María Cantalapiedra<br />
ba cada vez que se desplazaba a algún pueblo para rematar la<br />
operación de v<strong>en</strong>ta de una cosechadora, por ejemplo. Wolf, pre-<br />
via recom<strong>en</strong>dación del amigo, ofrecía sus assurances y el nego-<br />
cio solía funcionar.<br />
Un bu<strong>en</strong> día sonó el teléfono. “Wolf, que t<strong>en</strong>go una cose-<br />
chadora al caer <strong>en</strong> el Páramo”, escuchó a Antonio. “Vale, voy<br />
contigo, pero <strong>en</strong> mi coche. Me acaban de hacer la segunda revi-<br />
sión”. Y fueron. Les salieron bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>trambas operaciones. Wolf,<br />
al volante del flamante seisci<strong>en</strong>tos, volvía <strong>en</strong>tusiasmado.<br />
Cantaba una de los Beatles. A nov<strong>en</strong>ta por hora. La comisión de<br />
la cosechadora era considerable. Antonio, más baqueteado por la<br />
profesión, miraba at<strong>en</strong>to a la carretera. “Cuidado, antes de llegar<br />
a Villacañán hay una curva muy mala”, com<strong>en</strong>tó dos veces. Tres<br />
veces. Wolf, a lo suyo, pisaba el acelerador al son de los de<br />
Liverpool. Como era de esperar, se la dieron contra una sebe de<br />
la derecha poco antes de <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> el pueblo. El Seisci<strong>en</strong>tos<br />
quedó empotrado <strong>en</strong> el zarzal que les sirvió de amortiguador.<br />
Salieron del coche como exhalación, aunque las puertas abrían<br />
con dificultad. El episodio duró un minuto escaso. “Mira que te<br />
lo dije”, amonestó Antonio.