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el océano y sus recursos iii. las ciencias del mar

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EL OCÉANO Y SUS RECURSOS III. LAS CIENCIAS DEL MAR:<br />

OCEANOGRAFÍA FÍSICA, MATEMÁTICAS E INGENIERÍA<br />

Autor: JUAN LUIS CIFUENTES LEMUS PILAR TORRES-GARCÍA / MARCELA FRÍAS M.<br />

COMITÉ DE SELECCIÓN<br />

EDICIONES<br />

PRÓLOGO<br />

I. OCEANOGRAFÍA FÍSICA<br />

II. PROPIEDADES FÍSICAS DEL AGUA DE MAR<br />

III. LA TEMPERATURA EN EL MAR<br />

IV. LA LUZ, EL CALOR Y LA TRANSPARENCIA EN EL OCÉANO<br />

V. PROPAGACIÓN DEL SONIDO EN EL MAR<br />

VI. LAS MASAS DE AGUA. CONVERGENCIA Y DIVERGENCIA<br />

VII. LA CIRCULACIÓN OCEÁNICA<br />

VIII. LA ACTIVIDAD DE LAS AGUAS OCEÁNICAS.<br />

.....LA ENERGÍA DEL OLEAJE<br />

IX. LAS MAREAS. SU ENERGÍA Y SU UTILIZACIÓN<br />

X. RELACIÓN ENTRE LA ATMÓSFERA Y EL OCÉANO,<br />

.....INTERCAMBIO DE CALOR Y ACCIÓN DEL VIENTO<br />

XI. LAS PRECIPITACIONES ATMOSFÉRICAS Y EL CICLO DEL AGUA<br />

XII. EL OCÉANO Y EL CLIMA<br />

XIII. INSTRUMENTOS Y MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN<br />

...OCEANOGRÁFICA FÍSICA<br />

XIV. LAS MATEMÁTICAS Y EL ESTUDIO DE LOS OCÉANOS<br />

APÉNDICE I<br />

APENDICE II


BIBLIOGRAFÍA<br />

COLECCIONES DEL FCE<br />

CONTRAPORTADA


Dr. Antonio Alonso<br />

Dr. Juan Ramón de la Fuente<br />

Dr. Jorge Flores<br />

Dr. Leopoldo García-Colín<br />

Dr. Tomás Garza<br />

Dr. Gonzalo Halffter<br />

Dr. Guillermo Haro †<br />

Dr. Jaime Martusc<strong>el</strong>li<br />

Dr. Héctor Nava Jaimes<br />

Dr. Manu<strong>el</strong> Peimbert<br />

Dr. Juan José Rivaud<br />

Dr. Emilio Rosenblueth †<br />

Dr. José Sarukhán<br />

Dr. Guillermo Soberón<br />

Coordinadora Fundadora:<br />

Física Alejandra Jaidar †<br />

Coordinadora:<br />

María d<strong>el</strong> Carmen Farías<br />

COMITÉ DE SELECCIÓN


la<br />

ciencia/17<br />

desde méxico<br />

Primera edición, 1986<br />

Tercera reimpresión, 1995<br />

EDICIONES<br />

Las fotografías incluidas en este volumen son publicadas por cortesía de revista Técnica Pesquera.<br />

La Ciencia para todos es proyecto y propiedad d<strong>el</strong> Fondo de Cultura Económica, al que pertenecen<br />

también <strong>sus</strong> derechos. Se publica con los auspicios de la Subsecretaría de Educación Superior e<br />

Investigación Científica de la SEP y d<strong>el</strong> Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología<br />

D. R. 1986, FONDO DE CULTURA ECONÓMICA, S. A. DE C. V.<br />

D. R. 1995, FONDO DE CULTURA ECONÓMICA<br />

Carretera Picacho-Ajusco 227; 14200 México, D.F.<br />

ISBN 968-16-2388-.6 (obra completa)<br />

ISBN 968-16-2456-4 (tomo III)<br />

Impreso en México


PRÓLOGO<br />

Fecunda idea es la publicación de El <strong>océano</strong> y <strong>sus</strong> <strong>recursos</strong>, primer libro de su índole en México país al<br />

que la extensión y variedad de <strong>sus</strong> costas, bañadas por los dos mayores <strong>océano</strong>s d<strong>el</strong> planeta, le ofrecen<br />

valiosos tesoros, cuyo aprovechamiento total no podrá lograrse sin contarse con un cúmulo de<br />

conocimientos científicos sobre <strong>el</strong> tema.<br />

México, como se ha dicho, ha vivido "de espaldas al <strong>mar</strong>", dando mínima atención al debido<br />

aprovechamiento de <strong>sus</strong> <strong>recursos</strong> <strong>mar</strong>inos. Y, desde luego, prácticamente ninguna a la investigación<br />

científica de <strong>sus</strong> <strong>recursos</strong>. Hace apenas seis lustros que se dieron, en 1923 y 1926, los primeros y más<br />

modestos pasos al respecto, promovidos por <strong>el</strong> más brillante biólogo que ha producido México, Alfonso L.<br />

Herrera, en la benemérita Dirección de Estudios Biológicos, que había fundado en 1915 y a cuyo frente se<br />

encontraba. En tal trabajo participó quien esto escribe, y que posteriormente inició, en 1934, la primera<br />

cátedra de hidrobiología y pesca en la Escu<strong>el</strong>a Nacional de Agricultura.<br />

Para entonces ya existían algunos centros de investigación, que paulatinamente fueron creciendo en<br />

números. Y también plant<strong>el</strong>es profesionales en que se formaban los nuevos investigadores. Los más<br />

activos eran la Facultad de Ciencias (UNAM) y la Escu<strong>el</strong>a Nacional de Ciencias Biológicas (IPN).<br />

En la Facultad de Ciencias, desde 1962, <strong>el</strong> maestro Juan Luis Cifuentes tenía a su cargo —y la tiene<br />

aún—una cátedra de zoología de invertebrados, que con <strong>sus</strong> sólidos conocimientos y dinamismo no tardó<br />

en convertirse en polo de atracción para los alumnos que anh<strong>el</strong>aban for<strong>mar</strong>se bajo <strong>las</strong> enseñanzas d<strong>el</strong><br />

brillante catedrático, quien en <strong>el</strong> período 1973-1977 fue designado director de la Facultad de Ciencias.<br />

Esta institución recibió entonces un notable impulso en <strong>sus</strong> diversas ramas, en un tiempo que puede ser<br />

considerado como la Edad de Oro d<strong>el</strong> Departamento de Biología.<br />

Paral<strong>el</strong>amente a estos desarrollos, se había ido acumulando una abundante y sólida bibliografía<br />

especializada, de gran valor de consulta, para guiar <strong>las</strong> investigaciones <strong>mar</strong>inas, pero faltaba una obra,<br />

escrita por mexicanos, que pudiera. servir al lector deseoso de tener una visión panorámica de la materia.<br />

El <strong>océano</strong> y <strong>sus</strong> <strong>recursos</strong> viene hoy a llenar ese vacío. En esta serie de doce volúmenes, cuidadosamente<br />

equilibrados, se enfocan todos los ángulos de <strong>las</strong> investigaciones oceánicas, con especial referencia a los<br />

aspectos biológicos y muy particularmente a la pesca, que cada día va tomando mayor importancia en la<br />

economía mexicana.<br />

La solidez y autoridad de la obra la avala <strong>el</strong> nombre de <strong>sus</strong> autores: <strong>el</strong> maestro por antonomasia, Juan Luis<br />

Cifuentes, y dos de <strong>sus</strong> más brillantes discípu<strong>las</strong> y colaboradoras: la maestra en <strong>ciencias</strong> María d<strong>el</strong> Pilar<br />

Torres García y la bióloga Marc<strong>el</strong>a Frías Mondragón.<br />

Para mí, que he tenido la incomparable oportunidad de ver crecer la biología mexicana desde <strong>sus</strong> albores<br />

hace más de seis décadas, y que di mis primeros pasos de investigador en <strong>el</strong> campo de la hidrobiología, es<br />

una satisfacción y un honor que Juan Luis Cifuentes, mi discípulo de antaño y hoy brillante colega a quien<br />

tanto estimo, me haya honrado pidiéndome estas líneas, que con placer he redactado.<br />

ENRIQUE BELTRÁN


I. OCEANOGRAFÍA FÍSICA<br />

LA OCEANOGRAFÍA FÍSICA es una rama de <strong>las</strong> <strong>ciencias</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> que se ha desarrollado rápidamente<br />

y que trata de entender los problemas r<strong>el</strong>ativos a <strong>las</strong> propiedades físicas d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, o bien, a los<br />

movimientos de <strong>las</strong> partícu<strong>las</strong> fluidas que la componen, sin olvidar la acción recíproca d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> y de la<br />

atmósfera, por una parte, y d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> con <strong>el</strong> fondo oceánico, por otra.<br />

Esta ciencia incluye dos actividades principales: la primera se dedica al estudio directo y a la preparación<br />

de cartas sinópticas de <strong>las</strong> propiedades físicas d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, como temperatura, densidad, transparencia,<br />

presión, punto de ebullición, punto de cong<strong>el</strong>ación, calor específico, energía absorbida, entre otras; y la<br />

segunda es <strong>el</strong> estudio teórico de los procesos físicos d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> que intervienen en la circulación d<strong>el</strong> agua<br />

oceánica, como corrientes, mezcla, <strong>mar</strong>eas y surgencias, para explicar su comportamiento.<br />

La circulación d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> es la propiedad física básica que se presenta en <strong>el</strong> <strong>océano</strong>, por lo que los<br />

oceanógrafos la han estudiado mediante muchas técnicas. De esta característica se derivan todas <strong>las</strong> demás<br />

propiedades físicas d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> y, a su vez, la circulación es <strong>el</strong> resultado de la interacción de <strong>el</strong><strong>las</strong>.<br />

Figura 1. Oceanografía física.<br />

Figura 2. Circulación d<strong>el</strong> agua oceánica.


De manera general, se puede decir que <strong>las</strong> corrientes oceánicas se producen porque <strong>el</strong> agua caliente d<strong>el</strong><br />

ecuador, que es más ligera, fluye hacia los polos por la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, al llegar a éstos desciende, se<br />

enfría y regresa hacia <strong>el</strong> ecuador por <strong>el</strong> fondo, ascendiendo muy lentamente en <strong>las</strong> regiones tropicales, para<br />

iniciar <strong>el</strong> ciclo nuevamente.<br />

De este modo, grandes cantidades de calor solar son transportadas desde los trópicos hacia <strong>el</strong> norte y <strong>el</strong><br />

sur, dispersándose por <strong>el</strong> planeta; este calor, al aumentar, produce la evaporación d<strong>el</strong> agua en regiones<br />

subtropicales, la cual se precipita como lluvia en <strong>las</strong> zonas templadas de mayor latitud. Esta disipación d<strong>el</strong><br />

calor solar hace posible que una gran parte d<strong>el</strong> planeta sea habitable e influye en la distribución de los<br />

seres vivos.<br />

La circulación d<strong>el</strong> agua no es tan sencilla como se describió anteriormente, debido a que la complica <strong>el</strong><br />

movimiento de los vientos. Los persistentes alisios empujan <strong>el</strong> agua caliente de la superficie hacia <strong>el</strong><br />

Oeste, a lo largo d<strong>el</strong> ecuador en los <strong>océano</strong>s, hasta que esta agua encuentra tierra y se desvía hacia <strong>el</strong> norte<br />

y <strong>el</strong> sur, formándose varias corrientes <strong>mar</strong>inas; por su gran caudal se han hecho famosas dos de <strong>el</strong><strong>las</strong>: la<br />

Corriente d<strong>el</strong> Golfo y la d<strong>el</strong> Este de Australia.<br />

La rotación d<strong>el</strong> planeta complica todavía más la circulación oceánica, porque tiende a desviar todas <strong>las</strong><br />

masas de agua hacia la derecha en <strong>el</strong> hemisferio norte y hacia la izquierda en <strong>el</strong> sur.<br />

A esto se deben su<strong>mar</strong> otros fenómenos que dificultan la circulación de corrientes, como son los que se<br />

presentan en lugares donde la evaporación es grande, por lo que se produce agua más salada y pesada que<br />

desciende a profundidades hasta de 1.5 kilómetros, como por ejemplo, en <strong>el</strong> Mar Rojo, y <strong>las</strong> zonas ártica,<br />

antártica y subantártica que cambian <strong>las</strong> v<strong>el</strong>ocidades de enfriamiento d<strong>el</strong> agua, lo que provoca fenómenos<br />

de hundimiento o de surgencia que varían <strong>las</strong> características de <strong>las</strong> corrientes.<br />

Figura 3. Propiedades físicas d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

Observar la diversidad d<strong>el</strong> proceso que interviene en la circulación d<strong>el</strong> agua en <strong>el</strong> <strong>océano</strong> permite dar<br />

cuenta de la infinidad de problemas que tienen que resolver los oceanógrafos físicos en r<strong>el</strong>ación con esta<br />

característica.<br />

Otro campo de la física d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> es <strong>el</strong> estudio de <strong>las</strong> o<strong>las</strong>, <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas y los niv<strong>el</strong>es de agua. El conocimiento<br />

más profundo sobre <strong>el</strong> origen y comportamiento de <strong>las</strong> o<strong>las</strong> ha permitido prever los <strong>mar</strong>emotos, salvando<br />

con <strong>el</strong>lo gran cantidad de vidas.<br />

Los estudios de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas son imprescindibles para <strong>las</strong> construcciones portuarias y también para realizar<br />

<strong>las</strong> obras de tipo hidráulico que permiten que <strong>las</strong> bocas de <strong>las</strong> lagunas costeras se mantengan abiertas y que<br />

la vida en <strong>el</strong><strong>las</strong> permanezca estable.


Asimismo, son de gran utilidad para la industria pesquera, ya que algunos métodos de captura se basan en<br />

<strong>el</strong> comportamiento que los seres vivos presentan ante los cambios de <strong>mar</strong>ea. Y, de unos treinta años a la<br />

fecha, <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas son utilizadas para producir fuerza motriz.<br />

El niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> no es constante y no sólo varía con <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas diarias, sino que todos los años sube en<br />

verano y baja en invierno, a causa, principalmente, de los cambios de temperatura y de la presión<br />

atmosférica.<br />

En los ciclos que han durado cientos de años, <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> también se ha ido modificando debido al<br />

aumento y disminución de los hi<strong>el</strong>os polares. En la época de los romanos, <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> era bajo, los<br />

inviernos eran fríos y los veranos secos, pero a partir d<strong>el</strong> año 500 de la era actual los hi<strong>el</strong>os polares<br />

disminuyeron, <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> aumentó y muchas zonas costeras fueron cubiertas por <strong>el</strong> agua; lo mismo<br />

ocurrió con los puertos construidos en los días de Roma, pero los que se hicieron para <strong>sus</strong>tituirlos<br />

quedaron distantes d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> durante la Edad Media, en la cual bajó <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, debido a que se<br />

produjo otra época de fríos. El estudio de estos cambios d<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> permiten predecir <strong>las</strong> variaciones<br />

d<strong>el</strong> clima, entre otros fenómenos.<br />

El <strong>océano</strong> regula <strong>las</strong> características d<strong>el</strong> clima y se puede considerar como la "memoria" de la atmósfera,<br />

porque en él se deposita la mayoría de los cambios atmosféricos que se van acumulando; en ocasiones<br />

estos fenómenos pueden regresar a la atmósfera causando modificaciones.<br />

La acción que <strong>el</strong> <strong>océano</strong> ejerce sobre <strong>el</strong> clima es estudiada por la meteorología, una rama de la física. Uno<br />

de los procesos más interesantes para este estudio es la distribución de calor en <strong>el</strong> globo, regulada<br />

principalmente por <strong>las</strong> corrientes oceánicas. El <strong>mar</strong> actúa como un inmenso regulador que equilibra <strong>el</strong><br />

contenido en vapor de agua y bióxido de carbono en la atmósfera: estas dos <strong>sus</strong>tancias son <strong>las</strong> causantes<br />

principales de la retención de casi todo <strong>el</strong> calor d<strong>el</strong> Sol cerca de la superficie de la Tierra, lo que permite<br />

comprender la importancia que para <strong>el</strong> clima tienen los <strong>océano</strong>s. Para estudiar estos fenómenos, la<br />

oceanografía física emplea satélites meteorológicos.<br />

En <strong>el</strong> estudio de la física d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> los científicos han desarrollado gran cantidad de técnicas y aparatos, los<br />

cuales cada vez se hacen más complejos. Así, por ejemplo, <strong>las</strong> corrientes de superficie que se medían<br />

observando cómo se desplazaba un objeto flotante (que podría ser una bot<strong>el</strong>la llena de aire), en la<br />

actualidad se estudian utilizando <strong>el</strong> cinematógrafo geo<strong>el</strong>éctrico, que registra <strong>el</strong> voltaje producido por <strong>las</strong><br />

corrientes y que permite conocer su v<strong>el</strong>ocidad. También para medir esta importante característica se<br />

utilizan <strong>las</strong> boyas de flotabilidad neutra.<br />

Uno de los mayores ad<strong>el</strong>antos técnicos que se ha tenido en la oceanografía física es la construcción de un<br />

instrumento que mide continuamente la temperatura, salinidad, v<strong>el</strong>ocidad de corriente y v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong><br />

viento. Este instrumento se hace llegar al fondo, transmitiendo información a la superficie mediante<br />

impulsos sonoros codificados que son registrados en estaciones fijas de observación en <strong>el</strong> <strong>mar</strong>, <strong>las</strong> que a su<br />

vez transmiten estos impulsos por radio a los laboratorios en tierra.<br />

Con estos métodos la oceanografía física permite comprender y predecir que algunas partes d<strong>el</strong> <strong>océano</strong><br />

sean más fértiles y prolíferas en seres vivos que otras.<br />

La producción d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> está íntimamente r<strong>el</strong>acionada con <strong>las</strong> características físicas y químicas d<strong>el</strong> agua.<br />

Cuando <strong>el</strong> plancton capta la energía d<strong>el</strong> Sol y la almacena para <strong>el</strong>aborar alimento, necesita de <strong>sus</strong>tancias<br />

inorgánicas llamadas nutrientes, <strong>las</strong> cuales se encuentran en <strong>el</strong> fondo d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> como producto de la<br />

descomposición bacteriana de la materia orgánica, y para salir d<strong>el</strong> fondo y subir a la superficie necesitan<br />

de <strong>las</strong> corrientes llamadas surgencias, siendo esto un abono d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, semejante a lo que sucede cuando se<br />

fertiliza un pastizal. Esto permite que aumente la producción de alimentos, y por lo tanto, <strong>las</strong> poblaciones<br />

de vegetales y animales <strong>mar</strong>inos.<br />

Esta área de <strong>las</strong> <strong>ciencias</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> está en pleno desarrollo y los físicos que se especializan en <strong>el</strong> estudio de<br />

los <strong>mar</strong>es pueden dividirse en oceanógrafos físicos (también llamados hidrógrafos) y meteorólogos


<strong>mar</strong>inos.


II. PROPIEDADES FÍSICAS DEL AGUA DE MAR<br />

EL AGUA d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> es una solución de sales, por lo que <strong>sus</strong> propiedades físicas son muy diferentes de <strong>las</strong><br />

d<strong>el</strong> agua dulce y varían de acuerdo con la cantidad de sales que contenga. Por la gran complejidad que<br />

presenta <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> en su composición, y debido a su riqueza en seres vivos, <strong>sus</strong>tancias inorgánicas<br />

en <strong>sus</strong>pensión y gases disu<strong>el</strong>tos, algunos autores la describen como "una sopa turbia de seres vivos.<br />

Las propiedades físicas d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> se pueden dividir en: térmicas, mecánicas, <strong>el</strong>éctricas, acústicas,<br />

ópticas y radiactivas.<br />

Figura 4. Absorción de la luz en <strong>el</strong> agua de <strong>mar</strong>.<br />

Las propiedades térmicas d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> dependen d<strong>el</strong> calor que absorbe de <strong>las</strong> radiaciones energéticas<br />

que recibe d<strong>el</strong> Sol, así como de la cantidad de calor que posteriormente <strong>el</strong> <strong>mar</strong> regresa a la atmósfera. Por<br />

lo tanto, <strong>el</strong> balance térmico d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> se establece por la diferencia entre <strong>el</strong> calor ganado y <strong>el</strong> perdido, y<br />

este balance es casi estacionario en <strong>el</strong> <strong>océano</strong> en su conjunto, aunque puede variar en algunos <strong>mar</strong>es en<br />

especial, según <strong>las</strong> diferentes latitudes donde se encuentran en <strong>el</strong> planeta: es mayor la absorción de calor<br />

en bajas latitudes y mayor la pérdida en <strong>las</strong> altas.<br />

Las características térmicas d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> influyen sobre otras de <strong>sus</strong> propiedades, y se puede destacar<br />

que la temperatura interviene directamente en <strong>el</strong> establecimiento de la distribución de <strong>las</strong> masas de agua en<br />

<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, por cambios de la densidad, disponiéndose <strong>las</strong> menos densas y calientes arriba y <strong>las</strong> más densas<br />

y frías abajo.<br />

Otro ejemplo de la r<strong>el</strong>ación de la temperatura con <strong>las</strong> características d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> consiste en que <strong>las</strong> sales<br />

disu<strong>el</strong>tas en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> hacen descender su temperatura de cong<strong>el</strong>ación,. evitando que una gran parte<br />

de <strong>el</strong>la, cuya temperatura es inferior a 0ºC, se cong<strong>el</strong>e y pase al estado sólido, y gracias a esto se van<br />

llenando poco a poco <strong>las</strong> cuencas oceánicas.<br />

También <strong>el</strong> conocimiento d<strong>el</strong> balance térmico en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> permite entender la distribución de <strong>las</strong><br />

comunidades de organismos tanto en <strong>las</strong> aguas someras como en <strong>las</strong> profundidades. Los organismos<br />

pueden ser euritermos (los que pueden vivir dentro de unos límites amplios de temperatura)) estenotermos<br />

(los que sólo pueden tolerar una variación muy limitada de temperatura).<br />

Las características mecánicas d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> están determinadas por la salinidad, y son la densidad y la<br />

presión.


La salinidad está dada, principalmente, por los cloruros, sulfatos y carbonatos que se encuentran disu<strong>el</strong>tos<br />

en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, y su distribución no es uniforme ni constante, varía de un lugar a otro, tanto en<br />

dirección horizontal, como en vertical, e incluso sufre oscilaciones en un mismo punto d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, con <strong>el</strong><br />

transcurso d<strong>el</strong> tiempo. El factor fundamental que determina <strong>las</strong> variaciones de salinidad en un área<br />

<strong>mar</strong>ítima concreta es la pérdida o ganancia de agua.<br />

La densidad d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> consiste en su peso derivado de la cantidad de masa de sales por unidad de<br />

volumen de agua, por lo que es directamente proporcional a su salinidad, ya que a mayor cantidad de sales,<br />

existe una masa superior por unidad de volumen de agua; en cambio, es inversamente proporcional a la<br />

temperatura siendo, a mayor temperatura, la densidad menor.<br />

La densidad también puede variar con la profundidad, por lo que se encuentra una estratificación d<strong>el</strong> agua<br />

d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, es decir, se presenta una separación horizontal de <strong>las</strong> capas de agua de diferente densidad. Si la<br />

densidad aumenta con la profundidad, la estratificación será estable debido a que <strong>las</strong> capas más pesadas<br />

quedan en <strong>el</strong> fondo; pero si disminuye con la profundidad, la estratificación será inestable, y puede<br />

cambiar totalmente por los movimientos d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> al hundirse <strong>las</strong> capas pesadas que están en la<br />

superficie.<br />

La presión es producida por <strong>el</strong> peso de la columna de agua que gravita sobre una superficie situada a una<br />

determinada profundidad, más la presión atmosférica que actúa sobre la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>. La presión se<br />

mide en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> mediante aparatos llamados nanómetros, que son de muy diversos tipos.<br />

La r<strong>el</strong>ación entre estas dos propiedades físicas, densidad y presión, así como su distribución, tiene gran<br />

significado en oceanografía física, porque al combinarse con <strong>el</strong> movimiento de rotación de la Tierra<br />

determinan la configuración de <strong>las</strong> principales corrientes d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

Las propiedades <strong>el</strong>éctricas d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> consisten en que este medio es conductor de la <strong>el</strong>ectricidad,<br />

debido a que <strong>las</strong> molécu<strong>las</strong> de <strong>las</strong> sales se disocian en iones positivos y negativos, que al estar sometidos a<br />

un campo <strong>el</strong>éctrico se desplazan en sentido contrario produciendo corrientes. Esta propiedad sirve para<br />

medir, con mayor precisión, la salinidad d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

El estudio de <strong>las</strong> características acústicas d<strong>el</strong> agua oceánica es de gran importancia, ya que <strong>las</strong> ondas<br />

sonoras y ultrasonoras penetran desde la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> hasta grandes profundidades, al contrario de la<br />

luz solar, que sólo lo hace a 200 metros de profundidad, y de <strong>las</strong> ondas de radio, que también son<br />

absorbidas rápidamente; por lo tanto, la comunicación y <strong>el</strong> conocimiento sub<strong>mar</strong>ino tienen que realizarse<br />

utilizando <strong>las</strong> propiedades acústicas d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>.<br />

Con base en estos conocimientos se han diseñado métodos y aparatos muy diversos como los hidrófonos,<br />

aparatos simples que recogen los sonidos d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> producidos por los fenómenos físicos propios d<strong>el</strong> agua,<br />

los organismos <strong>mar</strong>inos que la habitan y <strong>las</strong> embarcaciones o artefactos utilizados por <strong>el</strong> hombre.<br />

Otros aparatos acústicos son <strong>las</strong> sondas acústicas o ecosondas y <strong>el</strong> sonar, que registran <strong>las</strong> ondas sonoras y<br />

ultrasonoras, permitiendo conocer la profundidad d<strong>el</strong> fondo, su naturaleza y configuración; también<br />

localizar los bancos de peces, medir su tamaño y calcular la posible captura; asimismo, situar a otros<br />

barcos en la superficie, a los sub<strong>mar</strong>inos y otros objetos sumergidos.<br />

Es notable la diferencia de intensidad d<strong>el</strong> sonido que se escucha al hacer chocar entre sí dos piedras en <strong>el</strong><br />

aire o dentro d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, esta diferencia se debe a la v<strong>el</strong>ocidad de propagación que tiene <strong>el</strong> sonido de ambos<br />

medios. En <strong>el</strong> aire la v<strong>el</strong>ocidad media es de 333 metros por segundo, mientras que en <strong>el</strong> agua es mucho<br />

mayor: alcanza de 1400 a 1600 metros por segundo; <strong>el</strong> <strong>mar</strong>gen que se presenta en ese último caso lo<br />

originan <strong>las</strong> variaciones de salinidad, temperatura y presión d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, y por lo tanto, para calcular<br />

la v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> sonido en un lugar dado d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, se tienen que medir también estas características.<br />

Las características ópticas se producen debido a que <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> presenta cierta transparencia, es decir,<br />

la posibilidad de dejar pasar la luz, transparencia que cambia conforme aumenta la profundidad, debido a


que esta luz sufre fenómenos de reflexión y refracción.<br />

La luz que penetra en <strong>el</strong> <strong>océano</strong> es indispensable para que tengan lugar los fenómenos de fotosíntesis en <strong>el</strong><br />

interior de <strong>las</strong> aguas <strong>mar</strong>inas, es decir, la captación de la energía solar para la <strong>el</strong>aboración de la <strong>sus</strong>tancia<br />

orgánica que será <strong>el</strong> alimento de los vegetales, los animales y <strong>el</strong> hombre.<br />

Las radiaciones que forman la luz son absorbidas por <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> y le transmiten calor. Esta absorción<br />

es s<strong>el</strong>ectiva y depende de la longitud de onda de la radiación. Dentro d<strong>el</strong> espectro visible, la absorción es<br />

máxima para <strong>el</strong> rojo y mínima para <strong>el</strong> azul-verde. La infrarroja transporta la mayor parte de la energía<br />

calorífica, y se absorbe prácticamente en <strong>el</strong> primer metro de agua.<br />

El calor d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> depende de esta s<strong>el</strong>ectividad de <strong>sus</strong> aguas para absorber y dispersar la luz. Así <strong>el</strong> color<br />

azul intenso de algunas zonas océanicas se debe a la ausencia de partícu<strong>las</strong> en <strong>sus</strong>pensión, mientras que en<br />

<strong>las</strong> aguas costeras predomina <strong>el</strong> color verde, por la abundancia de partícu<strong>las</strong> nutritivas y de pequeños<br />

organismos que forman <strong>el</strong> plancton.<br />

Clásicamente, la transparencia d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> se mide usando un disco blanco de 30 centímetros de diámetro,<br />

llamado "Disco de Secchi", y la transparencia media d<strong>el</strong> agua oscila entre 1 y 66 metros de profundidad.<br />

Se ha comprobado que la transparencia es mayor para <strong>las</strong> aguas oceánicas que para <strong>las</strong> costas, en <strong>las</strong> que<br />

varía mucho con <strong>las</strong> partícu<strong>las</strong> orgánicas e inorgánicas en <strong>sus</strong>pensión. En algunos <strong>mar</strong>es, <strong>las</strong> partícu<strong>las</strong> en<br />

<strong>sus</strong>pensión les pueden dar tonalidades variadas como la roja; éste es <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> Golfo de California en<br />

México, al que se le ha llamado Mar Bermejo por la coloración que presenta.<br />

También la agitación de <strong>las</strong> aguas, la nubosidad y <strong>el</strong> color d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o pueden influir en <strong>las</strong> aguas de los<br />

<strong>mar</strong>es.<br />

Se pueden diferenciar dos tipos de radioactividad en los <strong>mar</strong>es; la que se produce de manera natural en<br />

<strong>el</strong>los, y la que <strong>el</strong> hombre ha introducido a los <strong>océano</strong>s al usar la energía atómica.<br />

Una radiactividad mayor que la existente en la masa líquida se encuentra en los sedimentos <strong>mar</strong>inos, sobre<br />

todo en los de <strong>las</strong> cuencas oceánicas. Se cree que estas cuencas pueden ser grandes yacimientos de<br />

materiales radiactivos, ya que uno de los <strong>el</strong>ementos más abundantes en <strong>sus</strong> sedimentos es <strong>el</strong> torio.<br />

La radiactividad producida por <strong>el</strong> hombre se deriva fundamentalmente de subproductos de explosiones<br />

atómicas, desperdicios de los reactores nucleares y por los derrames d<strong>el</strong> agua de enfriamiento de estos<br />

reactores. El hombre, por desgracia, ha pensado que la inmensidad d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> le permite usarlo como<br />

basurero; pero los desperdicios atómicos constituyen un p<strong>el</strong>igro potencial para la flora y fauna <strong>mar</strong>inas y<br />

mientras no se conozca a fondo la dinámica d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, no debe hacerse este depósito porque se pondría<br />

en p<strong>el</strong>igro <strong>el</strong> futuro de la humanidad al destruir una fuente de riqueza alimenticia como es <strong>el</strong> <strong>océano</strong>.


III. LA TEMPERATURA EN EL MAR<br />

EL PRINCIPAL aporte calorífico que tiene <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> está representado por <strong>las</strong> radiaciones<br />

energéticas que le llegan d<strong>el</strong> Sol. Su calor específico tiene un valor <strong>el</strong>evado en comparación con <strong>el</strong> calor<br />

específico de <strong>las</strong> demás <strong>sus</strong>tancias existentes en la superficie d<strong>el</strong> planeta; esto confiere al <strong>mar</strong> una<br />

extraordinaria capacidad para almacenar calor y por esta propiedad puede actuar como un gigantesco<br />

moderador d<strong>el</strong> clima.<br />

Se entiende por calor específico, en general, la cantidad de calor necesario para aumentar en un grado<br />

centígrado la temperatura de un gramo de agua.<br />

Esta gran capacidad de los <strong>océano</strong>s para conservar <strong>el</strong> calor permite que la temperatura sea más estable en<br />

<strong>el</strong> <strong>mar</strong> que en los continentes, siendo en aquél menos <strong>mar</strong>cados <strong>sus</strong> cambios a través de <strong>las</strong> cuatro<br />

estaciones d<strong>el</strong> año.<br />

Otras fuentes de calor para <strong>el</strong> <strong>océano</strong> son: la energía solar reflejada por <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, <strong>el</strong> calor original d<strong>el</strong><br />

interior de la Tierra, <strong>el</strong> que se desprende de la desintegración radiactiva, y la energía derivada de los<br />

procesos químicos y biológicos que se realizan en <strong>el</strong> seno d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

Las radiaciones solares que llegan a la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> penetran en su masa, alcanzando generalmente<br />

una profundidad promedio de cien metros, pero que puede extenderse hasta los mil metros. La penetración<br />

de estas radiaciones depende principalmente de la turbiedad, es decir, de la cantidad de materia sólida que<br />

se encuentra en <strong>sus</strong>pensión.<br />

Conforme la profundidad aumenta van penetrando menos radiaciones, por lo que la temperatura<br />

disminuye. Por lo anterior, en la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> existe una capa de agua r<strong>el</strong>ativamente caliente, con una<br />

temperatura uniforme; esa capa puede extenderse de los 20 a los 200 metros de profundidad, dependiendo<br />

de <strong>las</strong> condiciones locales. Abajo de <strong>el</strong>la existe una zona limítrofe en donde se presenta un rápido descenso<br />

de la temperatura, llamada termoclina, que divide a estas aguas superficiales, menos densas y menos<br />

salinas, de <strong>las</strong> aguas de <strong>las</strong> profundidades, más frías, densas y salinas.<br />

En los <strong>océano</strong>s, <strong>las</strong> termoclinas no son bruscas ni están tan bien diferenciadas como ocurre en <strong>el</strong> agua<br />

dulce. En <strong>las</strong> aguas tropicales, la termoclina puede ocupar una profundidad entre 100 y 200 metros y ser<br />

r<strong>el</strong>ativamente estable durante <strong>el</strong> año. En <strong>las</strong> aguas templadas de <strong>las</strong> latitudes medias se localizan a un poco<br />

más de profundidad, siendo un fenómeno estacional que ocurre solamente durante la primavera y verano, y<br />

tiende a desaparecer en los <strong>mar</strong>es polares en los que la temperatura de toda la columna de agua es baja.


Figura 5. Distribución de la temperatura en aguas <strong>mar</strong>inas superficiales.<br />

En <strong>las</strong> latitudes ecuatoriales si la temperatura d<strong>el</strong> agua es de 26ºC en la superficie, su<strong>el</strong>e ser sólo de 15ºC<br />

en la termoclina que se encuentra a 150 metros de profundidad, desde allí disminuye la temperatura lenta<br />

pero constantemente, hasta llegar al frío d<strong>el</strong> abismo.<br />

En general, cuando en los <strong>océano</strong>s se alcanzan profundidades de 1500 metros o mayores, la temperatura<br />

d<strong>el</strong> agua puede ser menor de 4ºC, en cualquier parte d<strong>el</strong> mundo, independientemente de la temperatura<br />

superficial. En <strong>las</strong> profundidades de los abismos, a 11 kilómetros, hay una temperatura menor a 2ºC,<br />

escasamente arriba d<strong>el</strong> punto de cong<strong>el</strong>ación d<strong>el</strong> agua salada, que para una salinidad de 25% es de menos<br />

1.33ºC.<br />

A veces, la temperatura d<strong>el</strong> fondo d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> baja más allá d<strong>el</strong> punto de cong<strong>el</strong>ación, pero esa condición<br />

nunca dura <strong>el</strong> tiempo suficiente para que <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> fondo d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> se convierta en hi<strong>el</strong>o, a esto colaboran<br />

los efectos de la salinidad, presión y circulación d<strong>el</strong> agua.<br />

Tomando en cuenta la temperatura de todos los <strong>océano</strong>s y <strong>las</strong> diferentes profundidades, se ha fijado la<br />

temperatura media d<strong>el</strong> agua <strong>mar</strong>ina en 4ºC con valores que van desde menos 2ºC hasta 32ºC.<br />

En la superficie de <strong>las</strong> aguas <strong>mar</strong>inas tropicales, la temperatura mínima es de 20ºC, la máxima de 30ºC y la<br />

media de 27ºC; en <strong>las</strong> subtropicales, 16ºC como mínima, 27ºC como máxima y 22ºC como media; en <strong>las</strong><br />

aguas boreal y antiboreal, la mínima es de lºC, la máxima de 17ºC y la media de 11ºC; en <strong>el</strong> Ártico y<br />

Antártico, la mínima va de menos 3 a lºC, la máxima es de 9ºC y la media de menos 1 a 5ºC.<br />

Se presentan variaciones anuales de temperatura en <strong>las</strong> capas superficiales d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, que dependen de la<br />

absorción d<strong>el</strong> calor recibido d<strong>el</strong> exterior, registrándose un máximo al comienzo d<strong>el</strong> otoño y un mínimo al<br />

inicio de la primavera. También se presentan cambios debido a la profundidad de <strong>las</strong> aguas, observándose<br />

que <strong>las</strong> modificaciones son mayores en la superficie y conforme aumenta la profundidad <strong>las</strong> variaciones se<br />

atenúan progresivamente hasta no registrar ninguna variación anual. Esto se empieza a observar a los 300<br />

metros, aunque en ciertas regiones, puede ser a los 100 metros.<br />

Las variaciones anuales en un mismo lugar son pequeñas, d<strong>el</strong> orden de los 2ºC en <strong>el</strong> ecuador y en los<br />

polos; <strong>las</strong> mayores, de unos 18ºC, se han observado en <strong>el</strong> Atlántico norte y en <strong>el</strong> Pacífico norte.<br />

También se ha presentado variaciones de la temperatura d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> a través de largos periodos de<br />

tiempos en determinadas regiones d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>. Por ejemplo, en <strong>el</strong> Atlántico norte se ha podido registrar un<br />

ligero calentamiento de <strong>sus</strong> aguas que se inició a partir d<strong>el</strong> año de 1900.<br />

En <strong>las</strong> altas latitudes <strong>el</strong> enfriamiento de <strong>las</strong> aguas superficiales hace aumentar su peso y, por lo tanto, se<br />

hunden haciendo aflorar <strong>las</strong> aguas más templadas, ocasionando con <strong>el</strong>lo movimientos llamados conectivos,<br />

lo que produce la homogeneidad de <strong>las</strong> temperaturas. La distribución de <strong>las</strong> masas de agua d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> se<br />

establece por densidad, condicionada fundamentalmente por la temperatura y la salinidad. La temperatura<br />

influye en <strong>el</strong> sentido de que, cuanto mayor es su calor, menos densa es <strong>el</strong> agua, por lo que <strong>las</strong> aguas más<br />

calientes se encuentran en la superficie. Estas variaciones en temperatura y densidad tienen una influencia<br />

trascendental en todos los procesos físicos, químicos y biológicos.<br />

Otro tipo de cambios en la temperatura d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> son <strong>las</strong> variaciones diurnas, que sólo se notan en<br />

<strong>las</strong> capas superficiales, ya que en la profundidad son prácticamente nu<strong>las</strong>. En pleno <strong>océano</strong>, oscilan de 2 a<br />

4 décimas de grado centígrado, pero cerca de algunas costas pueden llegar a ser varios grados. Las<br />

variaciones diurnas dependen de <strong>las</strong> condiciones meteorológicas locales siendo mayores cuando <strong>el</strong> día<br />

presenta un ci<strong>el</strong>o limpio y sin viento, disminuyendo cuando éste sopla y existe nubosidad; y de los<br />

cambios de temperatura de la atmósfera entre <strong>el</strong> día y la noche. Generalmente éstas son más evidentes en<br />

verano que en invierno.<br />

La temperatura d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> desciende conforme los <strong>mar</strong>es están más cerca de los polos, en donde,


en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> abierto, se alcanzan temperaturas superficiales aproximadamente de 6 décimas de grado<br />

centígrado, encontrándose ya cerca d<strong>el</strong> punto de cong<strong>el</strong>ación d<strong>el</strong> agua salada. A medida que se cong<strong>el</strong>a <strong>el</strong><br />

agua de estos <strong>mar</strong>es se desprende de la sal que contiene; así, <strong>las</strong> partícu<strong>las</strong> de hi<strong>el</strong>o que se forman en <strong>el</strong><br />

fondo de <strong>las</strong> aguas polares tienden a flotar, por ser más ligeras que <strong>el</strong> agua que <strong>las</strong> rodea, y llegan hasta la<br />

superficie.<br />

En <strong>el</strong> Antártico <strong>el</strong> clima extremoso que se manifiesta en invierno enfría al <strong>mar</strong>, formándose una capa de<br />

hi<strong>el</strong>o de agua dulce sobre la superficie y otra muy densa de agua salada y fría en <strong>el</strong> fondo. Por su peso esta<br />

agua profunda resbala lentamente sobre la plataforma sub<strong>mar</strong>ina que rodea la Antártica y cae en <strong>el</strong> abismo<br />

d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> abierto, convirtiéndose en la Corriente d<strong>el</strong> Fondo d<strong>el</strong> Antártico.<br />

En los <strong>mar</strong>es polares la superficie se cubre de pequeños cristales por la acción d<strong>el</strong> viento frío que sopla en<br />

<strong>el</strong> invierno. Estos cristales, en forma de escamas, de 2 a 4 centímetros de longitud, flotan, se aglomeran y<br />

se extienden en una superficie plana. Algunos se orientan verticalmente y se van engrosando en su parte<br />

inferior en donde fijan la sal, formando un hi<strong>el</strong>o poroso y poco resistente; cuando esta capa de hi<strong>el</strong>o tiene<br />

10 centímetros de espesor no soporta <strong>el</strong> peso de un hombre; en cambio <strong>el</strong> hi<strong>el</strong>o de agua dulce d<strong>el</strong> mismo<br />

espesor resiste cargas más considerables.<br />

Cuando se incrementa <strong>el</strong> frío, <strong>el</strong> hi<strong>el</strong>o aumenta de espesor, los bloques su<strong>el</strong>tos se su<strong>el</strong>dan entre sí y se<br />

forma la denominada banca polar o pack-ice, que impulsada por <strong>el</strong> viento, inicia su migración alrededor<br />

d<strong>el</strong> continente Antártico o su lenta deriva hacia <strong>el</strong> ecuador. En primavera, por la acción de los vientos que<br />

se han calentado por <strong>el</strong> Sol, la banca polar empieza a licuarse. El agua, cargada de sal, forma grandes<br />

burbujas que al fundirse producen ondulaciones en la superficie de la banca.<br />

No todo <strong>el</strong> hi<strong>el</strong>o llega a fundirse en <strong>el</strong> verano, y en <strong>el</strong> otoño se conservan porciones en forma de hi<strong>el</strong>o<br />

abarrancado, ondulado, de color oscuro, llamado hi<strong>el</strong>o viejo, muy diferente d<strong>el</strong> hi<strong>el</strong>o nuevo, que se forma<br />

cada año y que es claro y de superficie lisa.<br />

Además de esta banca polar formada por agua <strong>mar</strong>ina h<strong>el</strong>ada, existe otra categoría de los hi<strong>el</strong>os que se<br />

desplazan a la deriva, flotando sobre los <strong>mar</strong>es polares, empujados por <strong>el</strong> viento y <strong>las</strong> corrientes: los<br />

icebergs, formados por agua dulce cong<strong>el</strong>ada, a diferencia de la banca polar, que se compone de agua<br />

<strong>mar</strong>ina h<strong>el</strong>ada.<br />

En la enorme extensión d<strong>el</strong> Continente Polar, a partir de los glaciares, se originan los grandes icebergs<br />

antárticos que presentan forma tubular, y algunos alcanzan gigantescas dimensiones, por ejemplo: 10<br />

kilómetros de ancho, 100 kilómetros de largo, y 90 metros de altura desde <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, tomando en<br />

cuenta que la parte sumergida es 9 veces mayor que la que emerge.<br />

En cambio, los icebergs d<strong>el</strong> Ártico tienen formas menos regulares; raramente poseen la tubular. Proceden<br />

d<strong>el</strong> casquete glaciar de Groenlandia, y descienden hacia <strong>el</strong> sur, empujados por la corriente fría d<strong>el</strong><br />

Labrador, constituyendo un grave p<strong>el</strong>igro para la navegación. Claro ejemplo de este p<strong>el</strong>igro es <strong>el</strong><br />

conocidísimo accidente que sufrió <strong>el</strong> barco Titanic.<br />

Estas moles de agua dulce cong<strong>el</strong>ada <strong>mar</strong>chan a la deriva en medio de la banca polar empujadas por <strong>el</strong><br />

viento, aunque en algunas regiones no llevan su misma dirección, debido a que la parte sumergida d<strong>el</strong><br />

iceberg es muy profunda y éste es movido por corrientes sub<strong>mar</strong>inas de dirección distinta a la d<strong>el</strong> viento,<br />

que es <strong>el</strong> que mueve la banca.


Figura 6. Iceberg a la deriva.<br />

Una vez librados de la banca polar, los icebergs d<strong>el</strong> Antártico suben al norte donde van encontrando aguas<br />

cada vez más calientes, que ac<strong>el</strong>eran su fusión. Si la fusión es más rápida en <strong>el</strong> agua que en <strong>el</strong> aire, <strong>el</strong><br />

iceberg se voltea y se disu<strong>el</strong>ve con mayor rapidez. Cuando llega al estado final de su destrucción, no queda<br />

nada de la colosal imagen que tenía al desprenderse de su glaciar madre y <strong>las</strong> corrientes inician su<br />

desplazamiento hacia <strong>el</strong> ecuador.<br />

Mientras los parajes d<strong>el</strong> Polo Sur están constituidos por un vasto continente, rodeado por <strong>el</strong> Océano<br />

Antártico formados por los <strong>mar</strong>es de Wed<strong>el</strong>l, de Amundsen, de Ross, entre otros, y limitados por los tres<br />

<strong>océano</strong>s: Pacífico, Atlántico e Índico; los d<strong>el</strong> Polo Norte se encuentran en un <strong>mar</strong> interior llamado Océano<br />

Glacial Ártico. La mayor parte de la superficie de este <strong>océano</strong> se halla recubierta por los hi<strong>el</strong>os, que<br />

forman la banca polar, en la cual no existen corrientes violentas y <strong>sus</strong> desplazamientos sólo los caracteriza<br />

una lenta deriva que va d<strong>el</strong> Pacífico al Atlántico.<br />

A la banca polar que recubre la mayor parte de los <strong>mar</strong>es árticos como los de Laptev, Siberia Oriental,<br />

Beaufort, Groenlandia, Barents y Kara, en conjunto se le ha llamado "Mediterráneo Ártico". En este<br />

<strong>océano</strong> se presenta una corriente de lento movimiento que hace derivar los hi<strong>el</strong>os d<strong>el</strong> estrecho de Behring<br />

hacia <strong>el</strong> Atlántico, donde se funden. Esta deriva fue comprobada entre 1893 y 1896 por <strong>el</strong> barco noruego<br />

Fram, <strong>el</strong> cual después de quedar bloqueado por los hi<strong>el</strong>os a la altura de <strong>las</strong> costas de Siberia fue liberado<br />

cerca de Spitzberg al norte d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> de Barents.<br />

Los hi<strong>el</strong>os de la banca polar, por for<strong>mar</strong>se a costa d<strong>el</strong> agua salada, presentan un espesor menor que <strong>el</strong> de<br />

los icebergs, ya que esta agua requiere de una temperatura más baja para cong<strong>el</strong>arse, y se forma durante <strong>el</strong><br />

invierno; al llegar <strong>el</strong> verano se funde parcial o totalmente.<br />

Por la retención y aporte de agua, la función de la banca polar y de los icebergs es importante en los<br />

fenómenos oceanográficos, ya que ambos contribuyen al enfriamiento y desalado de <strong>las</strong> aguas<br />

superficiales. Estos casquetes h<strong>el</strong>ados contienen <strong>el</strong> 3 por ciento d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> planeta y su grosor en algunos<br />

sitios puede alcanzar los dos kilómetros; en caso de derretirse, <strong>el</strong> agua liberada <strong>el</strong>evaría 75 metros <strong>el</strong> niv<strong>el</strong><br />

de todos los <strong>océano</strong>s.<br />

Los icebergs deben evitarse siempre durante la navegación y, curiosamente, es posible hacerlo a través de<br />

la banca polar utilizando los llamados barcos rompehi<strong>el</strong>os. Uno de los más famosos es <strong>el</strong> rompehi<strong>el</strong>os<br />

soviético Lenin, propulsado por energía atómica: puede romper capas de hi<strong>el</strong>o de hasta 6 metros de<br />

espesor, reblandeciéndo<strong>las</strong> por medio de agua caliente, abriéndose paso con su acerada proa impulsada por<br />

<strong>el</strong> peso d<strong>el</strong> buque y la acción de grandes prop<strong>el</strong>as.<br />

Esta dinámica de la temperatura en <strong>el</strong> <strong>océano</strong> se complementa cuando éste pierde calor por la irradiación


directa de la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> hacia la atmósfera. Por esta razón <strong>el</strong> <strong>océano</strong> es un gran termorregulador<br />

que tiene una <strong>mar</strong>cada influencia en los climas d<strong>el</strong> planeta. Este intercambio de calor entre <strong>el</strong> <strong>mar</strong> y la<br />

atmósfera se incrementa por <strong>las</strong> corrientes que son más activas en la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, ya que la difusión<br />

d<strong>el</strong> calor es más rápida cuanto mayor es <strong>el</strong> grado de turbulencia de <strong>las</strong> molécu<strong>las</strong> que forman <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong><br />

<strong>mar</strong>; por ejemplo, la corriente de Kuro-Shivo en <strong>el</strong> Pacífico occidental, al llevar un gran volumen de agua<br />

en movimiento, transmite a la atmósfera mucho calor desde <strong>las</strong> aguas ecuatoriales hasta <strong>las</strong> latitudes altas.<br />

Otro proceso que interviene en la dinámica de la temperatura oceánica es la evaporación, que desempeña<br />

<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> principal en los cambios térmicos entre la atmósfera y <strong>el</strong> <strong>mar</strong>. La evaporación aumenta de acuerdo<br />

con <strong>el</strong> calentamiento que ejerce <strong>el</strong> Sol sobre la superficie d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>; representa <strong>el</strong> 55 por ciento d<strong>el</strong><br />

calor que pasa d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> a la atmósfera.<br />

Desde <strong>el</strong> punto de vista meteorológico, la evaporación causa la formación de nubes, nieb<strong>las</strong>,<br />

precipitaciones atmosféricas y <strong>las</strong> variaciones térmicas d<strong>el</strong> aire. El oceanógrafo alemán Wüst obtuvo, en<br />

1936, <strong>el</strong> valor medio de la evaporación en la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, al que asignó la cifra de 93 centímetros<br />

por año; para toda la masa oceánica este valor representa 334 000 kilómetros cúbicos de agua por año, de<br />

los cuales retornan al <strong>mar</strong>, directamente en forma de precipitaciones atmosféricas, 297 kilómetros cúbicos,<br />

mientras que los otros 37 caen sobre los continentes, para volver, por <strong>las</strong> corrientes fluviales, al <strong>mar</strong>, de<br />

donde la evaporación los vu<strong>el</strong>ve a transfor<strong>mar</strong> en nubes.<br />

En <strong>las</strong> regiones templadas y polares, tanto la evaporación como la transferencia de calor son mayores en<br />

invierno que en verano, ya que en esa época <strong>el</strong> <strong>mar</strong> es más caliente que la atmósfera.<br />

Estos cambios de temperatura de <strong>las</strong> aguas oceánicas no sólo influyen en la dinámica d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> y de la<br />

atmósfera, sino que constituyen uno de los factores principales que intervienen en la distribución de los<br />

organismos <strong>mar</strong>inos, la forma de los seres vivos y la v<strong>el</strong>ocidad con que se llevan a cabo <strong>sus</strong> reacciones<br />

metabólicas. Por todo esto es importante contar con los mapas que describan <strong>las</strong> características de la<br />

temperatura de <strong>las</strong> aguas d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

Para construir estos mapas, los oceanógrafos físicos, utilizando básicamente los termómetros de mercurio,<br />

los termómetros <strong>el</strong>éctricos y los batitermógrafos, han establecido <strong>las</strong> r<strong>el</strong>aciones de la temperatura en<br />

diferentes áreas d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, uniendo los puntos que presentan la misma temperatura con líneas continuas<br />

llamadas isotermas.


IV. LA LUZ, EL CALOR Y LA TRANSPARENCIA EN EL OCÉANO<br />

EN LOS últimos años se ha generalizado en <strong>las</strong> playas <strong>el</strong> uso de visores sub<strong>mar</strong>inos, con los que se puede<br />

observar los <strong>mar</strong>avillosos escenarios que ofrece <strong>el</strong> fondo d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>. El buceador admira, sin necesidad de<br />

sumergirse a grandes profundidades, la diversidad de colores y formas de <strong>las</strong> algas, <strong>las</strong> <strong>el</strong>egantes esponjas,<br />

los señoriales corales y abanicos de <strong>mar</strong>, <strong>las</strong> gráciles estr<strong>el</strong><strong>las</strong> <strong>mar</strong>inas, los misteriosos peces que se<br />

mueven rápidamente por estos interesantes paisajes sub<strong>mar</strong>inos.<br />

La posibilidad de observar toda esta fascinante vida sub<strong>mar</strong>ina se debe en primer lugar a <strong>las</strong> radiaciones<br />

luminosas que llegan d<strong>el</strong> Sol, que tienen la propiedad física de propagarse en <strong>el</strong> medio líquido, y en<br />

segundo lugar, al visor, que pone una capa de aire entre los ojos y <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>.<br />

Esta propiedad de la luz de dispersarse en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> no es igual en <strong>las</strong> diferentes zonas oceánicas y<br />

en <strong>las</strong> distintas profundidades. Se ha podido comprobar que en los <strong>mar</strong>es con aguas frías la luz penetra<br />

menos y, a una profundidad de 400 metros, la oscuridad d<strong>el</strong> agua oceánica es comparable con la de la<br />

noche menos iluminada.<br />

La propagación de <strong>las</strong> radiaciones luminosas en <strong>el</strong> <strong>océano</strong> se explica por <strong>las</strong> propiedades fisicoquímicas<br />

d<strong>el</strong> agua y por <strong>las</strong> características físicas de la luz, que a su vez tienen gran importancia en los fenómenos<br />

biológicos que se suceden en <strong>el</strong> <strong>mar</strong>.<br />

Los factores fisicoquímicos que influyen sobre <strong>las</strong> propiedades de la luz son la transparencia, es decir, la<br />

cantidad de luz que se transmite en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>; la absorción, o sea <strong>el</strong> grado de radiación retenida, y la<br />

turbidez, que consiste en la reducción de la claridad d<strong>el</strong> agua por la presencia de materia <strong>sus</strong>pendida.<br />

Las propiedades físicas de la luz son: la reflexión, proceso por <strong>el</strong> que la superficie d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong><br />

devu<strong>el</strong>ve a la atmósfera una cantidad de la luz que incide sobre <strong>el</strong>la; la refracción, <strong>el</strong> cambio de dirección<br />

que sufre la luz al entrar a un medio de diferente densidad, y la extinción, que es <strong>el</strong> grado en que<br />

disminuye la luz al ir penetrando en <strong>el</strong> medio <strong>mar</strong>ino.<br />

El agua de los <strong>océano</strong>s se encuentra formando capas horizontales que tienen propiedades ópticas muy<br />

semejantes, por lo que la cantidad de luz que penetra depende de la que incide y de la que se refleja, siendo<br />

<strong>las</strong> características de la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> <strong>el</strong>ementos importantes para esta penetración. En <strong>mar</strong>es con<br />

espuma producida por una agitación intensa y en los que están cubiertos por hi<strong>el</strong>os, la reflexión es mayor<br />

y, por lo tanto, la penetración de la luz menor.<br />

El ángulo con <strong>el</strong> que inciden los rayos sobre <strong>el</strong> agua cambia durante <strong>el</strong> día: penetra más luz al término de<br />

la mañana y al inicio de la tarde, en todas <strong>las</strong> latitudes, debido a que <strong>el</strong> ángulo de incidencia se incrementa<br />

cuando <strong>el</strong> Sol pasa d<strong>el</strong> mediodía.<br />

En <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> <strong>el</strong> índice de refracción se modifica de acuerdo con la salinidad y la temperatura, siendo<br />

mayor cuando se incrementa la concentración de sales y disminuye la temperatura.<br />

Cuando un rayo de luz solar incide en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, parte de <strong>sus</strong> radiaciones son absorbidas y<br />

transformadas en calor, y la otra parte es dispersada por <strong>las</strong> propias molécu<strong>las</strong> d<strong>el</strong> agua, así como por <strong>las</strong><br />

partícu<strong>las</strong> en <strong>sus</strong>pensión o por los microorganismos que viven en <strong>el</strong>la.<br />

La luz solar está formada por radiaciones de diferente longitud de onda que constituyen <strong>el</strong> espectro visible,<br />

también llamado arco iris. Estas radiaciones son absorbidas, de manera distinta, por <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>. Así,<br />

<strong>las</strong> radiaciones rojas y anaranjadas d<strong>el</strong> espectro son más rápidamente absorbidas que <strong>las</strong> verdes, <strong>las</strong> azules<br />

y <strong>las</strong> violetas. Esto provoca que en aguas profundas <strong>el</strong> extremo rojo d<strong>el</strong> espectro esté ausente mientras <strong>el</strong><br />

verde-azul se hace más visible.


Este fenómeno está r<strong>el</strong>acionado con la presencia, en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, de compuestos nitrogenados como <strong>el</strong><br />

amoniaco, los nitratos y <strong>las</strong> proteínas, que reducen la penetración de la luz en <strong>el</strong> agua, es decir su<br />

transparencia.<br />

Cuando <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> contiene pocas <strong>sus</strong>tancias en <strong>sus</strong>pensión o pocos organismos, <strong>las</strong> radiaciones<br />

azules son <strong>las</strong> que penetran a mayor profundidad, y pueden llegar a los bordes inferiores de los bancos<br />

continentales a 400 metros. En <strong>las</strong> aguas con turbidez, son <strong>las</strong> radiaciones verdes y a<strong>mar</strong>il<strong>las</strong> <strong>las</strong> que más<br />

profundamente pueden penetrar, llegando <strong>las</strong> primeras a 200 metros, y <strong>las</strong> segundas a 100 metros, mientras<br />

que <strong>las</strong> rojas-anaranjadas y <strong>las</strong> violetas solamente alcanzan, cuando mucho, los primeros 20 metros.<br />

Las mayores profundidades a <strong>las</strong> que se ha registrado transparencia es a 700 metros en <strong>el</strong> Océano<br />

Atlántico, a 800 metros en <strong>el</strong> Mar Mediterráneo y hasta a 950 metros en <strong>el</strong> Mar Caribe, pero <strong>el</strong> promedio<br />

de la penetración de la luz se ha calculado en 200 metros.<br />

Esta dispersión de <strong>las</strong> radiaciones luminosas es más intensa cuanto mayor es su longitud de onda, lo que se<br />

traduce, a su vez, en una menor capacidad de penetración en <strong>el</strong> seno d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> o en una menor<br />

transparencia de ésta para aqu<strong>el</strong><strong>las</strong> radiaciones. Al absorberse <strong>las</strong> radiaciones desaparece la zona rojoanaranjada<br />

d<strong>el</strong> espectro solar, y así se comprende por qué <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> presenta un tono azul cuando se<br />

observa desde arriba.<br />

El color d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> cambia entre <strong>el</strong> azul oscuro y <strong>el</strong> verde y llega, incluso, al pardo a lo largo de <strong>las</strong> costas en<br />

los diferentes <strong>mar</strong>es. En <strong>el</strong> litoral generalmente muestra una coloración verdosa o pardo-a<strong>mar</strong>illenta, por la<br />

presencia de molécu<strong>las</strong> en <strong>sus</strong>pensión. En aguas distantes a esta zona aparece <strong>el</strong> color azul, ya que existe<br />

menor cantidad de partícu<strong>las</strong> en <strong>sus</strong>pensión y microorganismos planctónicos, por lo que se ha afirmado<br />

que <strong>el</strong> azul es <strong>el</strong> color de los desiertos d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> abierto. Sin embargo, durante la expedición d<strong>el</strong> Kon-Tiki<br />

en <strong>el</strong> Pacífico, se comprobó la presencia de una numerosa fauna <strong>mar</strong>ina en <strong>el</strong> centro de los grandes<br />

<strong>océano</strong>s, por lo que se pueden observar en <strong>el</strong>los colores verdes, a<strong>mar</strong>illos y pardos.<br />

Los organismos microscópicos que presentan coloraciones propias pueden modificar <strong>el</strong> color d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong><br />

<strong>mar</strong>, y es así como <strong>las</strong> aguas pardas d<strong>el</strong> Golfo de California, llamado Mar Bermejo, y <strong>las</strong> d<strong>el</strong> Mar Rojo<br />

tienen este color debido a la presencia de vegetales microscópicos llamados algas, o a la de minúsculos<br />

animales dinoflag<strong>el</strong>ados que poseen estas coloraciones.<br />

Cuando la cantidad de dinoflag<strong>el</strong>ados coloreados aumenta en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, y llegan aun a existir diez<br />

millones de individuos por milímetros cúbico de agua, forman lo que se conoce con <strong>el</strong> nombre de "<strong>mar</strong>ea<br />

roja," al transmitirle esta coloración al agua.<br />

La cantidad de materia orgánica que contiene en <strong>sus</strong>pensión <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> hace que la intensidad de la<br />

luz decrezca en <strong>el</strong> sentido de su propagación, debido a que es absorbida por estas partícu<strong>las</strong>; a este<br />

fenómeno se le llama coeficiente de absorción o de extinción de la luz, y es <strong>el</strong> que proporciona la<br />

correspondiente transparencia d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>. Muchos estudios de <strong>las</strong> propiedades físicas d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> lo han medido<br />

utilizando un disco blanco, de 30 centímetros de diámetro, ideado por <strong>el</strong> italiano Secchi.<br />

El disco de Secchi se sumerge <strong>las</strong>trado con un peso que se le cu<strong>el</strong>ga en <strong>el</strong> centro de la cara inferior, y se<br />

observa desde la superficie; luego se anota la profundidad a la que <strong>el</strong> disco desaparece de la vista, siendo<br />

ésta la profundidad aproximada a la que penetran <strong>las</strong> radiaciones luminosas de acuerdo con la coloración<br />

que tenga <strong>el</strong> <strong>mar</strong> en <strong>el</strong> momento. Este método es poco preciso, ya que en la desaparición d<strong>el</strong> disco a<br />

determinada profundidad intervienen factores como la altura d<strong>el</strong> Sol y la claridad d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, entre otros.<br />

Experiencias realizadas en un crucero de investigación que se llevó a cabo utilizando <strong>el</strong> barco alemán<br />

Deutschland, demostraron que <strong>el</strong> disco de Secchi se hacía invisible a 35 metros de profundidad cuando <strong>el</strong><br />

<strong>mar</strong> tenía color azul oscuro; a 27 metros para <strong>el</strong> color azul; 18 metros para <strong>el</strong> azul verdoso; 12 metros para<br />

<strong>el</strong> verde azulado y 9 para <strong>el</strong> verde, y en aguas que presentan una coloración azul intensa, como es <strong>el</strong> caso<br />

de <strong>las</strong> d<strong>el</strong> Mar de los Sargazos, <strong>el</strong> disco se ve, en días transparentes, hasta profundidades de 66 metros.


Se han diseñado aparatos que permiten registrar la intensidad de <strong>las</strong> radiaciones luminosas que penetran en<br />

<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, como <strong>las</strong> placas pancromáticas y <strong>las</strong> c<strong>el</strong>das foto<strong>el</strong>éctricas.<br />

Por ejemplo, en <strong>el</strong> Mar de Azores, durante <strong>el</strong> mes de junio a <strong>las</strong> 12 horas d<strong>el</strong> día y con ci<strong>el</strong>o despejado, se<br />

registraron radiaciones de luz a 1000 metros, perdiéndose hasta los 1700 metros.<br />

Figura 7. Disco de Secchi<br />

Con estos aparatos se ha podido conocer <strong>el</strong> coeficiente de extinción de la luz en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> para <strong>las</strong><br />

diferentes radiaciones d<strong>el</strong> espectro, y se ha comprobado que los rayos azules son los que penetran más<br />

adentro y que los infrarrojos y los rojos lo hacen menos.<br />

Esto explica <strong>el</strong> porqué, cuando se utiliza <strong>el</strong> visor para ver a poca profundidad, aparecen azulados los<br />

colores de los organismos de la flora y la fauna, y los tonos que todavía se observan tienden a ser violeta.<br />

Cuando se llega a profundidades de 20 metros en ad<strong>el</strong>ante, los buzos con escafandra se encuentran<br />

sumergidos en un mundo en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> azul es <strong>el</strong> color dominante y ha desaparecido por completo <strong>el</strong> rojo.<br />

Figura 8. Penetración de la luz en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>.<br />

Sin embargo, si con la ayuda de potentes reflectores se iluminan zonas profundas d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, se observan en<br />

la flora y la fauna sub<strong>mar</strong>inas nuevamente <strong>sus</strong> colores reales, entre los que se encuentran <strong>el</strong> rojo, <strong>el</strong><br />

a<strong>mar</strong>illo y <strong>el</strong> verde; esto genera varias incógnitas: ¿por qué y para que presentan colores vivos los animales<br />

y <strong>las</strong> plantas en <strong>las</strong> aguas profundas? y ¿cómo los observan otros organismos?


Tomando en cuenta la penetración de la luz en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, y los efectos que la turbidez, producida por<br />

<strong>las</strong> <strong>sus</strong>tancias en <strong>sus</strong>pensión y los microorganismos, puede tener sobre dicha penetración, <strong>el</strong> <strong>mar</strong> ha sido<br />

dividido en varias zonas sucesivas: la primera se extiende desde la superficie hasta unos 200 metros de<br />

profundidad y recibe <strong>el</strong> nombre de zona fótica, que se subdivide en dos estratos: la zona eufótica, de los O<br />

a los 100 metros aproximadamente, y la zona disfótica, de los 100 a los 200 metros más o menos,<br />

pudiendo llegar hasta profundidades de 1 000 metros.<br />

La segunda es la zona afótica, que comienza a los 200 metros y se extiende hasta los 4 000 metros de<br />

profundidad, en donde se encuentran aguas que no reciben ninguna luz, y la única que puede existir es la<br />

producida por algunos organismos en <strong>el</strong> fenómeno llamado bioluminiscencia.<br />

Por debajo de la zona afótica se localiza una tercera zona, la abisal, que abarca <strong>las</strong> máximas profundidades<br />

de los <strong>océano</strong>s y presenta <strong>las</strong> mismas características que la afótica.<br />

El color y la transparencia d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> pueden ser cambiados por la acumulación de detritus:<br />

pequeñas partícu<strong>las</strong> terrígenas procedentes de los cauces fluviales que después de <strong>las</strong> grandes lluvias en <strong>las</strong><br />

zonas costeras, llegan al <strong>mar</strong> y entonces <strong>el</strong> agua toma una coloración parda diferente a la que generalmente<br />

presenta en <strong>las</strong> costas.<br />

En <strong>el</strong> <strong>mar</strong>, la luz representa un <strong>el</strong>emento indispensable para la vida porque de <strong>el</strong>la proviene la energía que<br />

utilizan los seres vivos. También interviene en otras de <strong>sus</strong> funciones, como la visión: los animales<br />

presentan diferentes órganos fotorreceptores, por ejemplo los ojos simples de <strong>las</strong> estr<strong>el</strong><strong>las</strong> de <strong>mar</strong> o los<br />

complejos de los pulpos y de los peces; asimismo determina la fotoperiodicidad, es decir, la duración de<br />

los periodos de luz y oscuridad a que está sometido un organismo y en los cuales realiza <strong>sus</strong> diferentes<br />

funciones, como en ciertas especies de peces en que establece la época de reproducción la intensidad de la<br />

luz.<br />

Por lo anterior, es importante entender los cambios periódicos, estacionales y regionales de la luz en <strong>el</strong><br />

<strong>mar</strong>, para comprender cómo se distribuyen los organismos y cuál es su abundancia, ambas cosas de<br />

importancia para la subsistencia d<strong>el</strong> hombre.<br />

El conocimiento de <strong>las</strong> propiedades ópticas d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> ha permitido construir cá<strong>mar</strong>as de fotografía,<br />

cinematografía y t<strong>el</strong>evisión sub<strong>mar</strong>inas. El empleo de estos aparatos es posible cuando <strong>el</strong> agua es lo<br />

suficientemente transparente para permitir la visión de los objetos a cierta distancia, o cuando se utiliza<br />

iluminación artificial.<br />

Todo lo anterior ha llevado, en los últimos años, a obtener un significativo progreso en <strong>el</strong> estudio d<strong>el</strong><br />

comportamiento de la luz en los <strong>océano</strong>s.


V. PROPAGACIÓN DEL SONIDO EN EL MAR<br />

EL SONIDO es producido por <strong>el</strong> movimiento vibratorio de <strong>las</strong> molécu<strong>las</strong> de una <strong>sus</strong>tancia <strong>el</strong>ástica. La<br />

energía mecánica de propagación d<strong>el</strong> sonido se absorbe en <strong>el</strong> medio por <strong>el</strong> cual se propaga, y que puede<br />

ser gaseoso, líquido o sólido, produciéndose una variación en la intensidad d<strong>el</strong> sonido, que es mayor o<br />

menor según <strong>el</strong> medio en <strong>el</strong> que se absorbe. Esta absorción se debe a la fricción de <strong>las</strong> ondas con <strong>el</strong> medio,<br />

y a su transformación en calor.<br />

En <strong>el</strong> agua, los sonidos se propagan con mayor rapidez y menor pérdida de energía que en <strong>el</strong> aire; <strong>las</strong><br />

ondas sonoras y ultrasonoras se transmiten en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> a una v<strong>el</strong>ocidad entre 1 400 y 1 600 metros por<br />

segundo, mientras que en la atmósfera la v<strong>el</strong>ocidad de propagación es de 340 metros por segundo. Esto se<br />

debe a que <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> no se encuentra comprimida, es decir, no se puede reducir a un menor volumen,<br />

por lo que la absorción de <strong>las</strong> ondas sonoras es mínima, contrariamente a lo que sucede en la atmósfera, en<br />

donde los sonidos se absorben a distancias muy cortas.<br />

Es notable la diferencia de volumen d<strong>el</strong> sonido cuando se golpean entre sí dos objetos duros en <strong>el</strong> aire o<br />

dentro d<strong>el</strong> agua, y también se puede observar que, al introducir la cabeza en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, se oye desde<br />

muy lejos <strong>el</strong> ruido de los motores de <strong>las</strong> embarcaciones.<br />

Por <strong>las</strong> características d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> la v<strong>el</strong>ocidad de propagación d<strong>el</strong> sonido cambia de acuerdo con <strong>las</strong><br />

variaciones de temperatura, salinidad y presión. Cuanto más altas sean estas características d<strong>el</strong> agua, tanto<br />

mayor será su v<strong>el</strong>ocidad. Por ejemplo, en agua dulce, a una temperatura de 30ºC, es de 1 509.6 metros por<br />

segundo, mientras que en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, con la misma temperatura, pero con una concentración de sales<br />

de 35%, será de 1 546.2 metros por segundo.<br />

Los oceanógrafos han estimado que cuando la temperatura aumenta en un grado centígrado, la v<strong>el</strong>ocidad<br />

d<strong>el</strong> sonido lo hace en 2.5 metros por segundo; si la salinidad se incrementa en 1%, la v<strong>el</strong>ocidad presentará<br />

1.4 metros por segundo de más; y si la presión sube 10 atmósferas, al bajar 100 metros de profundidad, <strong>el</strong><br />

sonido registra 1.8 metros por segundo de ascenso.<br />

El efecto de la temperatura es considerablemente mayor que <strong>el</strong> de la salinidad y la presión en <strong>las</strong> aguas<br />

superficiales, debido a que en <strong>el</strong><strong>las</strong> alcanza <strong>sus</strong> máximos valores y presenta rápidas variaciones; pero<br />

conforme aumenta la profundidad, la acción de este factor pierde importancia.<br />

Se debe to<strong>mar</strong> en cuenta que la presión es una función de la profundidad y, por lo tanto, en aguas bien<br />

mezcladas, la v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> sonido aumentará con la profundidad.<br />

En los primeros 50 metros de profundidad se encuentra que la acción de la presión sobre la v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong><br />

sonido es mínima, y como la temperatura su<strong>el</strong>e mantenerse constante, <strong>el</strong> incremento de la v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong><br />

sonido es poco, a menos que se presente un cambio de la temperatura, lo que ocasionará una variación<br />

proporcional en la v<strong>el</strong>ocidad.<br />

Por debajo de los 50 metros y hasta los 300 metros, la disminución de la v<strong>el</strong>ocidad es rápida por serlo<br />

también la de la temperatura; pero a partir de esta profundidad la acción de la temperatura es<br />

contrarrestada por <strong>el</strong> aumento de la presión y de la salinidad, y esto se traduce en un crecimiento de la<br />

v<strong>el</strong>ocidad, <strong>el</strong> cual se acentúa conforme se acerca al fondo, por ser dominante en este estrato <strong>el</strong> efecto de la<br />

presión.<br />

En lugares con fondos poco profundos es posible medir con exactitud estos factores desde la superficie<br />

hasta <strong>el</strong> fondo y conocer con precisión la distancia que recorre <strong>el</strong> sonido; pero en <strong>las</strong> grandes<br />

profundidades surgen errores en la apreciación de esta distancia. A poca profundidad, <strong>el</strong> error puede llegar<br />

a ser d<strong>el</strong> orden de 10 a 20 centímetros, mientras que en los fondos superiores a los 5 000 metros, éste


alcanza de 30 a 40 metros, siempre y cuando se haya registrado cuidadosamente la v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> sonido a<br />

través de <strong>las</strong> sucesivas capas de agua.<br />

Al atravesar los estratos d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, <strong>el</strong> sonido experimenta fenómenos de reflexión y de refracción como los<br />

que fueron descritos para la luz.<br />

La superficie y <strong>el</strong> fondo d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, así como cualquier objeto sumergido de tamaño considerable provocan la<br />

reflexión d<strong>el</strong> sonido, mientras que los estratos que forman <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> son los responsables de que<br />

cambie la v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> sonido, provocando que la dirección de <strong>las</strong> ondas se desvíe dando lugar a la<br />

refracción.<br />

Figura 9. Refracción y reflexión d<strong>el</strong> sonido.<br />

En <strong>las</strong> zonas donde la temperatura se mantiene constante con la profundidad, <strong>las</strong> ondas sonoras no sufren<br />

refracción; cuando decrece, se refractan hacia <strong>el</strong> fondo; y donde la temperatura aumenta lo hacen hacia la<br />

superficie. Cuando hay refracción hacia abajo, <strong>el</strong> sonido que llegue eventualmente al fondo d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> sufrirá<br />

en él absorción, pero se, reflejará como un "eco d<strong>el</strong> fondo" hacia la superficie para refractarse nuevamente.<br />

Los objetos aislados, regulares y de mayor tamaño que la longitud de onda d<strong>el</strong> sonido sobre los que llega<br />

una emisión sonora, producen reflexión d<strong>el</strong> sonido fuerte y bien definido, lo que se reconoce como eco;<br />

pero los objetos que son pequeños, irregulares y numerosos originan muchos ecos débiles que se repiten<br />

sucesivamente propagándose en todas direcciones y sobreponiéndose para causar la llamada reverberación<br />

d<strong>el</strong> sonido.<br />

Los sonidos que presentan una frecuencia de 25 a 10 000 vibraciones por segundo son registrados por <strong>el</strong><br />

órgano auditivo humano, pero existen otros que sobrepasan este último valor y que reciben <strong>el</strong> nombre de<br />

ultrasonidos, los cuales <strong>el</strong> hombre no percibe, sin embargo, algunos animales sí.<br />

Cuando un haz de ondas ultrasonoras se proyecta verticalmente hacia abajo en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, su<br />

v<strong>el</strong>ocidad varía progresivamente a medida que aumenta la presión; también se observan variaciones de<br />

v<strong>el</strong>ocidad, irregulares e imprevisibles en <strong>las</strong> capas superficiales debido a la temperatura y la salinidad de<br />

<strong>el</strong><strong>las</strong>. Si <strong>el</strong> haz se proyecta horizontalmente, <strong>las</strong> variaciones son de menor importancia, porque la presión<br />

constante y la estratificación d<strong>el</strong> agua, prácticamente horizontal, hacen que <strong>las</strong> ondas se propaguen en un<br />

medio de densidad constante.<br />

Los cambios en la v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> sonido y d<strong>el</strong> ultrasonido modifican <strong>el</strong> intervalo necesario para que una<br />

señal recorra <strong>el</strong> trayecto entre dos puntos dados, por lo que <strong>las</strong> ondas sonoras desempeñan un pap<strong>el</strong><br />

sumamente importante en la medición de <strong>las</strong> distancias y en otros métodos de señalización a través d<strong>el</strong><br />

agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>.


El conocimiento de la propagación d<strong>el</strong> sonido en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> ha permitido la construcción de aparatos acústicos<br />

para medir la profundidad y <strong>las</strong> distancias en <strong>el</strong> <strong>mar</strong>, como <strong>las</strong> sondas de eco o ecosondas, que<br />

posteriormente han sido <strong>sus</strong>tituidas por la sonda ultrasónica. Estos aparatos no serían útiles en <strong>el</strong> aire,<br />

porque en él <strong>las</strong> ondas se absorben a distancias muy cortas.<br />

Los servicios de navegación y de protección de costas de algunos países industrializados publican tab<strong>las</strong><br />

en <strong>las</strong> que se dan instrucciones sobre la propagación de <strong>las</strong> ondas sonoras y ultrasonoras en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong><br />

<strong>mar</strong>. Gracias a esto, se ha podido evitar grandes errores en cuanto se refiere a la determinación de la<br />

profundidad de <strong>las</strong> aguas y se ha logrado hacer más segura la navegación.<br />

Durante los últimos veinte años los buques mercantes y de guerra han ido aumentando <strong>el</strong> uso de una<br />

variedad de instrumentos en los cuales la información sobre <strong>el</strong> sonido en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> desempeña un importante<br />

pap<strong>el</strong>. En toda esta fase de desarrollo, ingenieros y físicos dedicaron los mayores esfuerzos al equipo tanto<br />

emisor de <strong>las</strong> ondas como al receptor.<br />

Las flotas pesqueras más modernas utilizan métodos acústicos para la localización de peces y para conocer<br />

la topografía d<strong>el</strong> terreno, con lo que permiten al pescador aumentar <strong>sus</strong> capturas y mejorar <strong>sus</strong><br />

posibilidades de éxito.<br />

En <strong>el</strong> estudio de la propagación d<strong>el</strong> sonido en <strong>las</strong> aguas d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> hay que to<strong>mar</strong> en cuenta un fenómeno<br />

d<strong>el</strong> que, actualmente, se tienen escasos conocimientos, y es <strong>el</strong> hecho de que diversas formas de vida<br />

<strong>mar</strong>ina son capaces de emitir sonidos. Esto abre un nuevo campo de investigación para entender <strong>el</strong><br />

comportamiento de estas especies sónicas y lograr al máximo su aprovechamiento y conservación.


VI. LAS MASAS DE AGUA. CONVERGENCIA Y DIVERGENCIA<br />

LA EXPERIENCIA ha demostrado que la temperatura y la salinidad d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> guardan entre sí<br />

una r<strong>el</strong>ación que caracteriza a ciertos volúmenes de agua localizados a diferentes profundidades en un<br />

punto geográfico determinado, y a los que se les denomina masas de agua, como <strong>las</strong> que se encuentran en<br />

<strong>el</strong> Mediterráneo y en <strong>el</strong> Antártico.<br />

El <strong>océano</strong> está formado por un conjunto de masas de agua de características fisicoquímicas diferentes y<br />

que corresponden a lo que los meteorólogos llaman masas de aire; sin embargo presentan movimientos<br />

más regulares que estas últimas e influyen en una gran variedad de procesos oceánicos, en especial, en la<br />

producción y modificación de <strong>las</strong> corrientes.<br />

En general, <strong>las</strong> masas de agua se distinguen unas de otras por su temperatura y su salinidad y se pueden<br />

representar por una curva que se construye con los puntos que describe gráficamente la r<strong>el</strong>ación que<br />

guardan entre sí estas dos características d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, en un volumen determinado.<br />

La manera de representar esta r<strong>el</strong>ación entre la temperatura y la salinidad —diagrama temperaturasalinidad—<br />

es trazando una curva —curva de temperatura-salinidad— en los ejes de coordenadas, en la<br />

que <strong>las</strong> temperaturas se colocan en <strong>las</strong> ordenadas y <strong>las</strong> salinidades en <strong>las</strong> abscisas. En esta curva quedan<br />

representadas <strong>las</strong> características de una masa de agua en particular; es común que para 0.1 por mil de<br />

salinidad, corresponda 1°C de temperatura.<br />

Estas dos características se deben to<strong>mar</strong> en cuenta para determinar los caracteres diferenciales de <strong>las</strong> masas<br />

de agua. No es suficiente sólo una de <strong>el</strong><strong>las</strong>, ya que <strong>las</strong> otras propiedades d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, como la<br />

densidad, son <strong>el</strong> resultado de esta r<strong>el</strong>ación, y para obtener <strong>el</strong> valor de la densidad se tiene que partir de<br />

medir la temperatura en r<strong>el</strong>ación con la salinidad.<br />

El oceanógrafo noruego H<strong>el</strong>lan Hansen propuso hacer uso de la r<strong>el</strong>ación entre la salinidad y la temperatura<br />

para caracterizar una masa de agua, ya que, por ejemplo, pueden existir dos masas iguales en densidad,<br />

pero que varíen en temperatura y salinidad. Según Hansen, una masa de agua queda perfectamente<br />

definida por <strong>el</strong> diagrama de temperatura-salinidad.<br />

Cuando en estas masas de agua la r<strong>el</strong>ación entre la temperatura y la salinidad es uniforme, se dice que se<br />

está en presencia de una masa de agua tipo. Esto se observa excepcionalmente en <strong>el</strong> <strong>océano</strong> y sólo se<br />

localiza en algunas cuencas donde <strong>el</strong> agua es homogénea desde la superficie hasta <strong>el</strong> fondo, o también en<br />

profundidades r<strong>el</strong>ativamente grandes.<br />

En general, <strong>las</strong> masas de agua no son homogéneas y presentan cierta mezcla; sin embargo, están definidas<br />

por un contorno que se denomina playa. Cada masa de agua quedará definida por su playa y los puntos en<br />

donde se entrecruzan dos playas, indican que existe mezcla entre diversas masas de agua.<br />

El estudio de <strong>las</strong> diferentes masas de agua y, por lo tanto, de la determinación de la densidad producida por<br />

la r<strong>el</strong>ación temperatura-salinidad, es una de <strong>las</strong> operaciones de gran importancia para la oceanografía<br />

física, debido a que crea los conocimientos para entender toda la dinámica d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> y proporciona <strong>las</strong><br />

bases para establecer la síntesis sobre los movimientos d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>.<br />

De una manera general, la interpretación y utilización de los resultados obtenidos después de determinar la<br />

temperatura, la salinidad y de calcular la densidad, es una operación larga y r<strong>el</strong>ativamente complicada: se<br />

tiene que recordar que la temperatura d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> varía en <strong>las</strong> capas superficiales influidas por <strong>las</strong><br />

estaciones d<strong>el</strong> año; la temperatura máxima se presenta a fines d<strong>el</strong> verano y la mínima a principio de la<br />

primavera. También varía esta temperatura de acuerdo con <strong>las</strong> profundidades: si, por ejemplo, en la<br />

superficie se registran l0°C, a 100 metros de profundidad se presentarán solamente 4°C, suponiendo que


ningún movimiento vertical haya venido a perturbar la estratificación de <strong>las</strong> aguas.<br />

Además de estas variaciones anuales y de profundidad, la temperatura d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> está afectada por<br />

una variación diurna, sensible únicamente muy cerca de la superficie. Las variaciones diurnas tienen<br />

mayor significado en <strong>el</strong> ecuador y disminuyen a medida que aumenta la latitud.<br />

En lo concerniente a la salinidad, <strong>el</strong> valor de ésta varía de una manera uniforme a lo largo de los<br />

meridianos en tres de los grandes <strong>océano</strong>s d<strong>el</strong> globo: Pacífico, Atlántico e Índico. Existe un mínimo en <strong>el</strong><br />

ecuador y dos máximos, uno a 25° de latitud norte y otro a 30° de latitud sur.<br />

Con base en <strong>las</strong> variaciones de la temperatura y la salinidad, en un corte vertical, la distribución de <strong>las</strong><br />

densidades d<strong>el</strong> agua oceánica su<strong>el</strong>e presentarse estable, es decir que <strong>las</strong> aguas ligeras se localizan sobre <strong>las</strong><br />

más pesadas que <strong>el</strong><strong>las</strong>; cuando se encuentran diferentes densidades a lo largo de una masa de agua<br />

horizontal se debe a la existencia de corrientes de la zona.<br />

En la superficie d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> es donde se presentan los cambios de densidad, que puede disminuir por<br />

la <strong>el</strong>evación de la temperatura, <strong>las</strong> precipitaciones, la fusión de los hi<strong>el</strong>os y <strong>el</strong> aporte de <strong>las</strong> aguas fluviales<br />

que llegan desde los continentes; en cambio, la pueden aumentar <strong>el</strong> descenso de la temperatura, la<br />

evaporación y la cong<strong>el</strong>ación.<br />

Las características que tienen <strong>las</strong> masas de agua, y en especial su temperatura y salinidad, son adquiridas<br />

mientras la masa de agua se encuentra en la superficie sometida a la acción de los procesos que afectan<br />

estas propiedades, y es por esto que se les califica como agua reciente, a la vez que se considere a <strong>las</strong> de<br />

los grandes fondos <strong>mar</strong>inos como aguas antiguas. Por medio de la utilización de isótopos radiactivos, se ha<br />

logrado calcular la edad de <strong>las</strong> aguas frías d<strong>el</strong> fondo d<strong>el</strong> Atlántico, y se estima que tienen 400 años,<br />

mientras que <strong>las</strong> d<strong>el</strong> Pacífico tienen 1 500 años.<br />

CUADRO 1. R<strong>el</strong>ación de la salinidad y la temperatura de <strong>las</strong> masas de agua superficiales d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

MASAS DE AGUA SALINIDAD 0/00 TEMPERATURA °C<br />

Agua antártica 33.80 - 34.76<br />

Agua subantártica 33.70 - 34.80<br />

Agua atlántica sur 34.57 - 35.70<br />

Agua atlántica norte 35.03 - 36.20<br />

Agua mediterránea 35.00 - 36.50<br />

Agua índica 34.50 - 35.71<br />

Agua pacífica sur 34.47 - 35.64<br />

Agua pacífica norte 34.02 - 34.74<br />

2.0 - 6.1<br />

5.0 - 10.0<br />

7.5 - 18.0<br />

7.5 - 18.0<br />

4.0 - 12.0<br />

7.7 - 16.0<br />

6.2 - 17.0<br />

9.0 - 17.05


Cuando <strong>el</strong> agua abandona la superficie al hundirse y distribuirse según su necesidad, se modifican <strong>sus</strong><br />

propiedades adquiridas al mezclarse con <strong>las</strong> características de otras masas de agua. Por lo tanto, los<br />

procesos que se llevan a cabo en la superficie, así como <strong>las</strong> mezc<strong>las</strong> que se hacen en <strong>las</strong> profundidades, son<br />

<strong>las</strong> causas que dan lugar a la formación de masas de agua, y esta formación depende, principalmente, de<br />

<strong>las</strong> condiciones climáticas y <strong>las</strong> características geográficas d<strong>el</strong> área en que se encuentra, la topografía d<strong>el</strong><br />

fondo y <strong>las</strong> corrientes que hay en la zona.<br />

Cabe entonces considerar que toda masa de agua tiene su origen en <strong>el</strong> agua que estuvo alguna vez en la<br />

superficie y que se ha formado de la mezcla de tipos de agua que se están renovando continuamente,<br />

porque de lo contrario se llegaría a la obtención de un solo volumen de agua uniforme.<br />

Entre dos masas de agua próximas se encuentran los llamados estratos de transición, que presentan<br />

características combinadas de <strong>las</strong> masas de agua adyacentes.<br />

Las masas de agua de una región determinada se van caracterizando, según los procesos que los<br />

originaron, de acuerdo con su situación geográfica, <strong>el</strong> grado de aislamiento de esa región respecto de <strong>las</strong><br />

que son adyacentes y <strong>el</strong> movimiento de <strong>las</strong> aguas que permiten su mezcla.<br />

Si en una zona determinada se hace un perfil vertical d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, se pueden distinguir cinco tipos<br />

principales de masas de agua, aunque no siempre se encuentran los cinco presentes: masa de agua<br />

superficial, superior, intermedia, profunda y por último una masa de agua de fondo; que además reciben<br />

nombres particulares según <strong>el</strong> <strong>océano</strong> y región de éste en donde se localizan.<br />

El agua superficial se encuentra, en general, como una capa de 150 metros de espesor, muy influida por<br />

los procesos externos y <strong>las</strong> corrientes; y por lo tanto, <strong>sus</strong> características varían según la región y la época<br />

d<strong>el</strong> año, principalmente en <strong>las</strong> latitudes medianas.<br />

Se considera que <strong>el</strong> agua superior está localizada entre los 150 y 700 metros de profundidad, separada de<br />

la anterior por una zona bien d<strong>el</strong>imitada de temperatura (la llamada termoclina), y se origina d<strong>el</strong><br />

hundimiento d<strong>el</strong> agua superficial, en movimientos llamados de convergencia.<br />

El agua intermedia resulta también d<strong>el</strong> agua superficial que se hunde por una convergencia, o de la que se<br />

ha formado como agua profunda en una cuenca y derramado por fuera de <strong>el</strong>la; se encuentra entre los 700 y<br />

los 1500 metros de profundidad.<br />

El agua profunda es la que generalmente está entre los 1 500 y los 3 000 metros y proviene de <strong>las</strong> altas<br />

latitudes por hundimientos de <strong>las</strong> masas que se localizan a menos profundidad.<br />

La formación de <strong>las</strong> aguas de fondo se lleva a cabo por <strong>el</strong> hundimiento d<strong>el</strong> agua superficial de alta<br />

salinidad que al enfriarse intensamente aumenta su salinidad y se desplaza alcanzando <strong>las</strong> grandes<br />

profundidades d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

Estos tipos de masas de agua de los <strong>océano</strong>s se presentan distintos en uno y otro hemisferio debido,<br />

principalmente, a la forma diferente en que se distribuyen los continentes y los <strong>mar</strong>es, lo que constituye la<br />

base para la formación de <strong>las</strong> corrientes.<br />

La masa de agua superficial se encuentra en constante cambio en los tres <strong>océano</strong>s a causa, principalmente,<br />

de la temperatura que, como ya se vio, al modificarse produce cambios en. la densidad y, por lo tanto, en<br />

la salinidad.<br />

Cuando <strong>las</strong> masas de agua superior se extienden hasta los 40° de latitud se les domina masas de agua


centrales superiores y presentan una distribución semejante en los <strong>océano</strong>s d<strong>el</strong> hemisferio Sur; pero no<br />

sucede así en <strong>el</strong> hemisferio Norte donde la d<strong>el</strong> Océano Pacífico difiere de la d<strong>el</strong> Océano Atlántico en<br />

cuanto a su r<strong>el</strong>ación temperatura-salinidad, siendo en <strong>el</strong> Atlántico la temperatura mínima en 2ºC menor<br />

que en <strong>el</strong> Pacífico, mientras que la salinidad presenta 2°/oo de más.<br />

Por otro lado, también se tiene que hacer notar que <strong>las</strong> aguas centrales d<strong>el</strong> Atlántico Sur y d<strong>el</strong> Atlántico<br />

Norte están separadas por una región de transición que se extiende a los l0° de latitud norte; mientras que<br />

entre <strong>las</strong> correspondientes d<strong>el</strong> Pacífico; se presenta una masa de agua ecuatorial de mayor extensión<br />

vertical que <strong>las</strong> aguas centrales, lo cual también se encuentra en <strong>el</strong> Océano Índico.<br />

En <strong>el</strong> hemisferio Sur, entre <strong>las</strong> masas de agua centrales y la convergencia antártica, <strong>el</strong> agua superior está<br />

representada por la llamada agua subantártica con características diferentes en todos los <strong>océano</strong>s.<br />

En <strong>el</strong> hemisferio Norte, donde la convergencia ártica se presenta sólo en <strong>las</strong> partes occidentales de los<br />

<strong>océano</strong>s, <strong>el</strong> agua subártica está confinada a una zona pequeña en <strong>el</strong> Atlántico Noroccidental, pero se<br />

extiende mucho en <strong>el</strong> Pacífico.<br />

Debajo de <strong>las</strong> aguas superiores d<strong>el</strong> Atlántico y <strong>el</strong> Pacífico se localiza <strong>el</strong> agua intermedia ártica, y en <strong>las</strong><br />

latitudes bajas y medias de todos los <strong>océano</strong>s está <strong>el</strong> agua intermedia antártica, que se extiende hasta los<br />

l0° norte en <strong>el</strong> Índico y <strong>el</strong> Pacífico y hasta los 20° norte en <strong>el</strong> Atlántico.<br />

La masa de agua intermedia sólo cambia en los <strong>océano</strong>s Atlántico e Índico con los aportes de agua que<br />

proceden d<strong>el</strong> Mar Mediterráneo y los que vienen d<strong>el</strong> Mar Rojo, dando lugar a la formación de agua<br />

intermedia mediterránea y agua intermedia d<strong>el</strong> Mar Rojo.<br />

La masa de agua profunda es más estable y está presente en todos los <strong>océano</strong>s; solamente sufre<br />

modificaciones en <strong>sus</strong> características al mezclarse con aguas intermedias en <strong>las</strong> altas latitudes d<strong>el</strong> Atlántico<br />

Norte.<br />

Por último, <strong>las</strong> masas de agua de fondo también son uniformes en los tres <strong>océano</strong>s, solamente junto al<br />

Continente Antártico, en especial en <strong>el</strong> Mar de Wedd<strong>el</strong>l y en la zona que colinda con <strong>el</strong> Océano Índico, se<br />

modifica, por mezcla también con aguas intermedias.<br />

Las masas de agua se encuentran en constante movimiento y en ciertas partes d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> se produce <strong>el</strong><br />

hundimiento de grandes cantidades de agua de la masa superficial; <strong>las</strong> que se localizan a menor latitud se<br />

hunden hasta for<strong>mar</strong> masas de agua superior, y <strong>las</strong> que se ubican a mayor latitud lo hacen para for<strong>mar</strong><br />

masas de agua intermedia; a esta serie de fenómenos se le llama convergencia.<br />

Dentro de los movimientos de convergencia que se presentan en los <strong>océano</strong>s, uno de los más notorios es <strong>el</strong><br />

antártico, que rodea al planeta entre los 50° y 60° de latitud austral.<br />

La convergencia ártica se localiza al noreste d<strong>el</strong> Japón en <strong>el</strong> Pacífico y de Terranova en <strong>el</strong> Atlántico. Esta<br />

última está poco desarrollada y proporciona <strong>el</strong> agua para que se forme la masa de agua intermedia ártica.<br />

Las convergencias subtropicales se presentan poco definidas y se extienden entre <strong>las</strong> latitudes de los 35° y<br />

los 40° de ambos hemisferios y de <strong>el</strong><strong>las</strong> resultan <strong>las</strong> aguas centrales.<br />

En <strong>las</strong> convergencias tropicales, localizadas en <strong>las</strong> latitudes bajas, <strong>las</strong> aguas que se hunden sólo llegan a<br />

poca profundidad.<br />

El agua que se dirige hacia zonas más profundas durante <strong>las</strong> convergencias generalmente regresa a la<br />

superficie, y cuándo esto sucede se presentan <strong>las</strong> llamadas divergencias, o también surgencias, que pueden<br />

encontrarse a lo largo d<strong>el</strong> perímetro d<strong>el</strong> Continente Antártico y en ciertos lugares frente a <strong>las</strong> costas<br />

occidentales de los continentes.


Figura 10. Movimientos de convergencia y divergencia d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

En estas zonas situadas frente al continente la acción de los vientos que soplan paral<strong>el</strong>amente a la costa es<br />

determinante para que se presenten los movimientos de divergencia, encontrándose <strong>las</strong> regiones de<br />

surgencia más importantes d<strong>el</strong> planeta frente a <strong>las</strong> costas de California, Perú, Marruecos, África<br />

Sudoccidental y Australia Occidental.<br />

También se producen estas surgencias cuando sopla <strong>el</strong> monzón d<strong>el</strong> sudoeste frente a <strong>las</strong> costas de Somalia<br />

y Arabia, y cuando <strong>el</strong> viento d<strong>el</strong> noreste sopla en <strong>el</strong> Golfo de Omán y la Bahía de Bengala. Al sur d<strong>el</strong><br />

ecuador y al norte de la contracorriente ecuatorial existen también dos divergencias bien desarrolladas.<br />

En estas zonas de surgencia se logra alta producción pesquera, como es <strong>el</strong> caso de la de Perú, en donde se<br />

ha llegado a capturar hasta 12 millones de ton<strong>el</strong>adas de anchoveta.<br />

El estudio de <strong>las</strong> masas de agua de los <strong>océano</strong>s reviste gran interés para la oceanografía física y para <strong>el</strong><br />

aprovechamiento de los <strong>océano</strong>s. Es por lo tanto, una especialidad apasionante y requiere de<br />

conocimientos físicos fundamentales para poder comprender toda la problemática d<strong>el</strong> movimiento d<strong>el</strong><br />

agua <strong>el</strong> <strong>océano</strong>.


VII. LA CIRCULACIÓN OCEÁNICA<br />

LAS fuerzas que actúan en <strong>el</strong> seno d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> son la gravedad terrestre y la presión: la primera varía con la<br />

latitud y la profundidad, y la segunda depende de la densidad, de la profundidad d<strong>el</strong> agua y de la<br />

ac<strong>el</strong>eración de la gravedad, alcanzando una magnitud de cambio de una atmósfera, es decir, 1.0333<br />

kg/cm³, por cada 10 metros de profundidad. Estas fuerzas hacen que se presente una serie de movimientos<br />

de <strong>las</strong> masas de agua de los <strong>mar</strong>es, que generan y modifican <strong>las</strong> corrientes oceánicas.<br />

Las aguas de los <strong>océano</strong>s d<strong>el</strong> mundo están sometidas a amplios movimientos durante los cuales grandes<br />

cantidades de esta agua; es decir <strong>el</strong> <strong>mar</strong> aparece surcado por corrientes: unas de gran v<strong>el</strong>ocidad, otras muy<br />

lentas; unas periódicas, otras intermitentes. A veces, <strong>las</strong> corrientes se convierten, tanto por su anchura,<br />

extensión y profundidad como por su permanencia, en los agentes principales de transporte d<strong>el</strong> calor<br />

ecuatorial hacia los polos y d<strong>el</strong> frío polar hacia <strong>las</strong> regiones tropicales, es decir, aportan <strong>el</strong> calor y la vida y,<br />

en ocasiones, <strong>el</strong> frío y la desolación.<br />

Mientras unas favorecen la navegación, otras la impiden; tan pronto destruyen <strong>las</strong> rocas salientes de los<br />

cabos, como r<strong>el</strong>lenan de arena <strong>las</strong> bahías, y lo mismo pueden llevar la vida de una isla a otra, que<br />

contribuir a su extinción bajo un régimen de frío polar.<br />

Las corrientes cuyas múltiples consecuencias son de gran importancia, obedecen a leyes físicas; así, su<br />

estudio constituye un campo interesante de la oceanografía física que permite entrever los misterios d<strong>el</strong><br />

sistema circulatorio de la hidrósfera. El conocimiento actual sobre <strong>las</strong> corrientes oceánicas se basa<br />

parcialmente en los registros y mapas de los antiguos navegantes, quienes observaron que <strong>las</strong> grandes<br />

corrientes alteraban <strong>las</strong> rutas que <strong>el</strong>los trazaban para <strong>sus</strong> navíos de v<strong>el</strong>a. El investigador Matthew Fontaine<br />

Maury de la armada de los Estados Unidos, preparó <strong>las</strong> primeras cartas sobre <strong>las</strong> corrientes mundiales,<br />

basándose en esas observaciones.<br />

Si bien todas <strong>las</strong> corrientes son movimientos de partícu<strong>las</strong> fluidas, presentan categorías muy distintas entre<br />

sí, tanto por lo que se refiere a su origen, v<strong>el</strong>ocidad, dirección y límites; como por su importancia y <strong>sus</strong><br />

repercusiones sobre <strong>el</strong> litoral y <strong>el</strong> clima de <strong>las</strong> regiones sobre <strong>las</strong> que tienen influencia. Cuando se observa<br />

<strong>el</strong> golpeteo de <strong>las</strong> o<strong>las</strong> sobre la playa o la dirección de una corriente, no se logra apreciar la cantidad de<br />

energía que contiene <strong>el</strong> proceso; pero si se multiplica por lo que presenta toda una masa de agua se puede<br />

comprender que es muy grande la energía gastada en la circulación oceánica.<br />

La energía que origina a <strong>las</strong> corrientes en los <strong>mar</strong>es procede principalmente d<strong>el</strong> Sol. Cuando en la<br />

atmósfera se generan diferentes temperaturas por <strong>el</strong> calentamiento solar se producen los vientos, y éstos<br />

causan <strong>el</strong> movimiento d<strong>el</strong> agua superficial d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, que se suma a los desplazamientos de <strong>las</strong> masas de<br />

agua producidos por cambios de densidad, dando origen a <strong>las</strong> corrientes.<br />

Sin embargo, éstas no son <strong>las</strong> únicas causas que producen la circulación oceánica: existen otros factores<br />

como <strong>el</strong> campo gravitacional, la rotación de la Tierra, la fricción, la fuerza de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas y la presión<br />

atmosférica.<br />

En la dirección que siguen <strong>las</strong> corrientes oceánicas interviene <strong>el</strong> llamado efecto de Coriolis, que consiste<br />

en que todas <strong>las</strong> cosas que se mueven sobre la superficie de la Tierra se desvían lateralmente en <strong>sus</strong><br />

trayectorias previstas. Este fenómeno fue descrito por primera vez en 1844 por <strong>el</strong> físico matemático<br />

francés G.C. Coriolis. Dicho efecto se debe a que la rotación es mayor en los polos, donde la Tierra gira<br />

más rápidamente, y disminuye hasta cero en <strong>el</strong> ecuador.<br />

Por <strong>el</strong> efecto de Coriolis se observa que <strong>las</strong> corrientes en <strong>el</strong> hemisferio, norte se mueven hacia la derecha,<br />

mientras que en <strong>el</strong>, hemisferio sur lo hacen hacia la izquierda. En la fuerza y en <strong>el</strong> ángulo de desviación de<br />

<strong>las</strong> corrientes interviene, <strong>el</strong> efecto de Coriolis en combinación con la v<strong>el</strong>ocidad que produce la acción d<strong>el</strong>


viento y la distancia que recorre la corriente.<br />

Cerca d<strong>el</strong> litoral pueden existir corrientes de poca intensidad; <strong>las</strong> grandes corrientes se presentan en <strong>el</strong> seno<br />

de <strong>las</strong> aguas y se pueden diferenciar en superficiales y de profundidad.<br />

Las corrientes litorales o locales se caracterizan por ser periódicas, es decir que se observa en <strong>el</strong><strong>las</strong><br />

regularidad, tanto en dirección como en v<strong>el</strong>ocidad, y generalmente se deben a <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas, por lo que<br />

también se les llama corrientes de <strong>mar</strong>ea. Sus desviaciones en rumbo e intensidad son <strong>las</strong> más<br />

persistentes, lo que <strong>las</strong> puede hacer violentas y p<strong>el</strong>igrosas, sobre todo en los sitios angostos en donde <strong>el</strong><br />

valor de su v<strong>el</strong>ocidad sobrepasa los 10 nudos, por lo que <strong>las</strong> embarcaciones pequeñas y de escasa potencia<br />

son incapaces de luchar contra este tipo de corrientes.<br />

Las corrientes de <strong>mar</strong>ea pueden ser alternantes, cuando conservan la misma dirección durante la plea<strong>mar</strong>,<br />

corriente que acompaña <strong>el</strong> avance d<strong>el</strong> agua sobre la línea litoral, y toman dirección opuesta durante la<br />

baja<strong>mar</strong>, corriente que acompaña su descenso; o bien, giratorias, que son aqu<strong>el</strong><strong>las</strong> capaces de to<strong>mar</strong>,<br />

sucesivamente, todas <strong>las</strong> direcciones posibles mientras se verifican los cambios de <strong>mar</strong>ea.<br />

Las corrientes superficiales transportan grandes cantidades de agua cálida d<strong>el</strong> ecuador hacia los polos,<br />

distribuyendo <strong>el</strong> calor de los trópicos al resto d<strong>el</strong> planeta; su circulación es independiente en los<br />

hemisferios Norte y Sur y tienen influencia hasta más o menos 2 000 metros de profundidad.<br />

Las corrientes de profundidad se originan en los <strong>océano</strong>s Antártico y Ártico y se desplazan hacia <strong>el</strong><br />

ecuador, pasando de un hemisferio al otro a través de los fondos oceánicos.<br />

Las corrientes superficiales son aperiódicas y reciben este nombre porque no se observa en <strong>el</strong><strong>las</strong><br />

regularidad alguna en la dirección ni en la v<strong>el</strong>ocidad, lo que se debe principalmente a la desigual<br />

distribución de la energía solar o a <strong>las</strong> caprichosas fuerzas de los vientos; estas corrientes pueden mover<br />

considerables masas de agua.<br />

Algunos oceanógrafos distinguen tres grupos de corrientes aperiódicas y <strong>las</strong> han denominado de densidad,<br />

de deriva y de pendiente.<br />

Las corrientes de densidad son aqu<strong>el</strong><strong>las</strong> que están básicamente ligadas a <strong>las</strong> diferencias de temperatura y<br />

salinidad y, por lo tanto, de densidad; se mueven a lo largo de <strong>las</strong> zonas de igual densidad a diferentes<br />

profundidades en <strong>el</strong> <strong>océano</strong>. A esta categoría pertenecen <strong>las</strong> grandes corrientes, como la Corriente d<strong>el</strong><br />

Golfo, la Corriente de Kuro-Shivo y la Corriente Ecuatorial: <strong>las</strong> tres transportan enormes masas de agua.<br />

Las de deriva son causadas directamente por la acción constante d<strong>el</strong> viento combinada con la fuerza de<br />

gravedad y <strong>el</strong> efecto de Coriolis. Si <strong>el</strong> viento sopla durante algún tiempo en una misma dirección, arrastra<br />

<strong>las</strong> partícu<strong>las</strong> de la capa superficial y <strong>el</strong> movimiento se extiende progresivamente en profundidad a <strong>las</strong><br />

demás capas hasta que toda la capa superficial se pone en movimiento.<br />

Si la Tierra estuviese inmóvil, la corriente de deriva tendría la misma dirección que <strong>el</strong> viento, pero al<br />

entrar en juego <strong>las</strong> fuerzas de Coriolis, la corriente de superficie se desvía alcanzando, en ocasiones,<br />

ángulos hasta de 45 grados. A medida que aumenta la profundidad, <strong>el</strong> ángulo de desviación aumenta y la<br />

v<strong>el</strong>ocidad disminuye; a determinada profundidad, la corriente puede ser contraria a la dirección superficial,<br />

y su v<strong>el</strong>ocidad extremadamente reducida.<br />

La cintura de agua <strong>mar</strong>ina que rodea al Continente Antártico está sometida al dominio de los vientos<br />

persistentes y violentos atmosféricos determinan una circulación oceánica superficial que hace girar<br />

incesantemente <strong>las</strong> agua antárticas en esta dirección produciendo <strong>las</strong> clásicas corrientes de deriva.<br />

Como una consecuencia indirecta de <strong>las</strong> corrientes de deriva se producen <strong>las</strong> llamadas corrientes de<br />

pendiente, que consisten en que cuando una de deriva ha provocado una afluencia de agua en la costa, <strong>las</strong><br />

aguas acumuladas muestran tendencia a deslizarse en sentido contrario, a causa de la pendiente así creada.


De manera general, los vientos costeros originan movimientos en los que resulta difícil distinguir entre <strong>las</strong><br />

corrientes de deriva y <strong>las</strong> de pendiente, siendo únicamente en alta <strong>mar</strong>, en cuencas amplias y profundas,<br />

donde <strong>las</strong> corrientes de deriva pueden observarse claramente.<br />

Los vientos originan movimientos litorales que afectan <strong>las</strong> masas líquidas hasta profundidades<br />

considerables; por ejemplo, en <strong>el</strong> Hemisferio Boreal, todos los vientos que soplan de la izquierda sobre <strong>el</strong><br />

litoral son vientos de reflujo, mientras que los que provienen de la derecha son vientos de aflujo. Esto<br />

significa que los vientos procedentes de la izquierda hacen descender <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, mientras que los<br />

que vienen de la derecha lo harán ascender. Para compensar este reflujo o este aflujo, se produce un<br />

movimiento en la superficie o en la profundidad de <strong>las</strong> aguas.<br />

Los vientos de reflujo impulsan hacia alta <strong>mar</strong> <strong>las</strong> aguas superficiales, que son reemplazadas en la costa<br />

por <strong>las</strong> aguas profundas, mientras que los vientos de aflujo empujan hacia la costa <strong>las</strong> aguas de alta <strong>mar</strong>,<br />

que se hunden y vu<strong>el</strong>ven hacia <strong>el</strong>la a cierta profundidad; por lo tanto, los vientos de reflujo dan origen a <strong>las</strong><br />

surgencias, o sea, a un ascenso de <strong>las</strong> aguas profundas, mientras que los vientos de aflujo provocan <strong>las</strong><br />

convergencias, es decir, <strong>el</strong> descenso de <strong>las</strong> aguas superficiales.<br />

Las corrientes <strong>mar</strong>inas son la causa determinante de <strong>las</strong> características d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>. Su conocimiento en<br />

general, pero principalmente <strong>el</strong> de <strong>las</strong> zonas costeras y <strong>las</strong> próximas a los estuarios, es de capital<br />

importancia para la navegación, por lo que <strong>las</strong> cartas hidrográficas de muchos países llevan señaladas la<br />

dirección y v<strong>el</strong>ocidad de <strong>las</strong> corrientes.<br />

También se tiene que considerar que en <strong>las</strong> profundidades d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> se producen, a veces, grandes<br />

corrientes que no se reflejan en la superficie. Recorren <strong>el</strong> <strong>océano</strong> fuertes "o<strong>las</strong> internas" que no ha<br />

provocado ni <strong>el</strong> viento ni <strong>las</strong> tormentas, y <strong>el</strong> conocimiento de estos fenómenos resulta de suma importancia<br />

en nuestra era.<br />

Si una de estas o<strong>las</strong> arrastra a un sumergible por debajo de su límite de profundidad, la nave puede sufrir<br />

un accidente. Posiblemente esto es lo que le ocurrió al sub<strong>mar</strong>ino atómico norteamericano Thresher, que<br />

en 1963 desapareció con toda su tripulación, compuesta de 129 hombres.<br />

Las corrientes <strong>mar</strong>inas ejercen diversas influencias en los distintos dominios. Si la Corriente d<strong>el</strong> Golfo<br />

pudiera ser desviada de su actual trayectoria, no calentaría la costa occidental europea, <strong>el</strong> litoral noruego se<br />

vería invadido por <strong>el</strong> hi<strong>el</strong>o, y un amplio casquete ocultaría <strong>las</strong> montañas escandinavas.<br />

Hoy se sabe que todos los <strong>océano</strong>s tienen una corriente tan significativa como la Corriente d<strong>el</strong> Golfo. Tal<br />

vez, unas corrientes sean menos notorias o poderosas que otras, pero todas <strong>el</strong><strong>las</strong> actúan de modo intenso<br />

sobre <strong>el</strong> clima litoral y por lo tanto influyen indirectamente sobre la distribución geográfica de la<br />

población vegetal y animal de la biósfera.<br />

En los <strong>océano</strong>s mundiales y en los <strong>mar</strong>es que los constituyen se ha observado gran cantidad de corrientes<br />

cuyas características son muy particulares. El Océano Antártico se localiza al sur d<strong>el</strong> paral<strong>el</strong>o 60° S, pero<br />

es difícil <strong>mar</strong>carle un límite septentrional, ya que es un <strong>océano</strong> abierto hacia <strong>el</strong> norte y que pasa, sin<br />

transición, al Pacífico, Índico y Atlántico; sin embargo, se ha d<strong>el</strong>imitado al Océano Antártico tomando<br />

como base los caracteres físicos de <strong>sus</strong> aguas superficiales, y se le caracteriza por tener aguas de<br />

temperaturas extremadamente bajas, de menos 1.8°C a 10°C, con variaciones muy ligeras de temperatura<br />

y salinidad en r<strong>el</strong>ación con la profundidad, por lo que la estratificación vertical es mínima y existe mayor<br />

interacción entre <strong>las</strong> aguas superficiales y <strong>las</strong> profundas.<br />

La Antártida ofrece <strong>el</strong> más claro ejemplo de corrientes de deriva formadas por <strong>el</strong> viento. La extensión que<br />

aquí alcanza <strong>el</strong> fenómeno se debe a la ausencia de barreras continentales que impidan la <strong>mar</strong>cha oceánica y<br />

la acción d<strong>el</strong> viento, persistente y violento; estos cambios atmosféricos también influyen en <strong>las</strong> aguas<br />

profundas.


En este <strong>océano</strong> se superponen e interfieren dos corrientes. Una, circular, que se manifiesta por <strong>el</strong> curso que<br />

lleva, girando de oeste a este d<strong>el</strong> Continente Antártico, y debida tanto a <strong>las</strong> diferencias de densidad como a<br />

los vientos dominantes, se ha denominado Corriente Circumpolar Antártica, que es la más grande de <strong>las</strong><br />

dos y llega hasta <strong>el</strong> fondo oceánico.<br />

La otra es una contracorriente superficial, que no abandona <strong>el</strong> litoral antártico y que se mueve en sentido<br />

inverso de este a oeste, denominada Corriente Costera Occidental Antártica, la cual es generada por los<br />

vientos d<strong>el</strong> oriente y d<strong>el</strong> suroriente, que producen pequeños giros y la hacen derivar cerca de la costa.<br />

Los desniv<strong>el</strong>es de la topografía sub<strong>mar</strong>ina d<strong>el</strong> Antártico producen desviaciones de estas corrientes. Si la<br />

Corriente Circumpolar tropieza con una cordillera sub<strong>mar</strong>ina, gira hacia la izquierda, y luego, una vez<br />

salvado <strong>el</strong> obstáculo, vira hacia la derecha, para to<strong>mar</strong> su rumbo inicial.<br />

Al combinarse los movimientos contrarios de <strong>las</strong> dos corrientes antárticas se origina un fenómeno de<br />

divergencia en determinadas zonas de este <strong>océano</strong>, produciendo cambios <strong>mar</strong>cados entre la temperatura de<br />

la atmósfera y la d<strong>el</strong> agua que ocasionan posteriormente un fenómeno de afloramiento de aguas<br />

intermedias; a este fenómeno de afloramiento se le ha llamado divergencia antártica.<br />

El Océano Ártico se localiza al norte de los 60° N de latitud y <strong>sus</strong> aguas están bordeadas por <strong>las</strong> costas de<br />

América d<strong>el</strong> Norte, de Groenlandia y <strong>las</strong> d<strong>el</strong> norte de Europa y Asia. Es un <strong>océano</strong> pequeño, su área<br />

corresponde a la quinta parte de la d<strong>el</strong> Atlántico o d<strong>el</strong> Índico y es somero: su profundidad es apenas una<br />

tercera parte de la que tienen estos <strong>océano</strong>s.<br />

La colocación de los continentes que rodean al Océano Ártico impide que se produzcan grandes vientos de<br />

deriva y, por lo tanto, <strong>las</strong> corrientes hacia <strong>el</strong> ecuador son menores que <strong>las</strong> que se presentan en <strong>el</strong> Antártico.<br />

Entre <strong>las</strong> corrientes d<strong>el</strong> Ártico se pueden destacar la Corriente Fría de Groenlandia, que corre<br />

superficialmente entre Islandia y Groenlandia por <strong>el</strong> Estrecho de Dina<strong>mar</strong>ca; la corriente d<strong>el</strong> Estrecho de<br />

Behring, que permite <strong>el</strong> intercambio de agua d<strong>el</strong> Ártico con la d<strong>el</strong> Océano Pacífico; y <strong>las</strong> corrientes d<strong>el</strong><br />

Mar de Noruega y d<strong>el</strong> Mar de Barents, que producen los intercambios con <strong>el</strong> Atlántico. Por <strong>las</strong><br />

características d<strong>el</strong> Océano Ártico no se presentan zonas bien definidas de divergencia.<br />

El Océano Atlántico pone en comunicación los <strong>mar</strong>es árticos con los antárticos, y se halla limitado al este<br />

por Europa y África, y al oeste por América. El Océano Atlántico se estrecha en la zona ecuatorial,<br />

dividiéndose en dos sub<strong>océano</strong>s, cada uno de los cuales presenta una circulación autónoma.<br />

Desde <strong>las</strong> primeras travesías que se hicieron en <strong>el</strong> siglo XVI en <strong>el</strong> Océano Atlántico, los navegantes<br />

españoles observaron que, al regresar, <strong>sus</strong> naves eran llevadas de América a Europa por una corriente que<br />

les permitía alcanzar más pronto <strong>sus</strong> puertos de destino y así se tuvieron <strong>las</strong> primeras noticias sobre la<br />

Corriente d<strong>el</strong> Golfo.<br />

Esta corriente, que lleva un caudal de 70 a 90 millones de metros cúbicos de agua por segundo, con una<br />

anchura de 75 a 200 kilómetros, profundidad entre 450 y 1 500 metros y v<strong>el</strong>ocidades promedio de 4.5<br />

kilómetros por hora, aunque en algunos puntos de recorrido puede alcanzar hasta l0 kilómetros por hora,<br />

en la actualidad no se interpreta corno <strong>el</strong> largo río de agua tibia que nace en <strong>el</strong> Golfo de México y atraviesa<br />

todo <strong>el</strong> Atlántico, sino que está considerada como todo un sistema en <strong>el</strong> que se engloba a todos los<br />

movimientos de agua y núcleos torb<strong>el</strong>linares reconocidos en <strong>el</strong> Atlántico Norte.<br />

Esta corriente, que lleva desde <strong>las</strong> regiones tropicales de América hasta Europa grandes cantidades de agua<br />

y de calor, fue descrita por Benjamín Franklin, quien en 1762 la señala en una carta de navegación y le da<br />

por primera vez este nombre.


Figura 11. Primer mapa de la Corriente d<strong>el</strong> Golfo <strong>el</strong>aborado bajo la dirección de Benjamín Franklin.<br />

Figura 12. Sistemas de corrientes <strong>mar</strong>inas de la Corriente d<strong>el</strong> Golfo.<br />

En la actualidad se considera que <strong>el</strong> sistema de la d<strong>el</strong> Golfo está formado por <strong>las</strong> siguientes corrientes:<br />

Corriente de la Florida: reúne todos los movimientos superficiales d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> que se presentan desde <strong>el</strong><br />

Estrecho de la Florida hasta <strong>el</strong> Cabo Hatteras, donde ya no sigue al litoral. En esta corriente, por <strong>el</strong> Oeste,<br />

se desarrolla un enorme torb<strong>el</strong>lino, que agrupa una ancha superficie formando <strong>el</strong> Mar de los Sargazos, en<br />

<strong>el</strong> cual, por existir pocos movimientos de surgencia, debido a que la temperatura y la salinidad son<br />

estables, existe poca diversidad de organismos.<br />

Corriente d<strong>el</strong> Golfo propiamente dicha o Corriente Central d<strong>el</strong> Golfo: corresponde a la porción media d<strong>el</strong><br />

sistema, tiene 50 kilómetros de ancho en su zona más caudalosa. Comienza en <strong>el</strong> Cabo Hatteras y termina<br />

en <strong>el</strong> Gran Banco de Terranova, originando la Corriente d<strong>el</strong> Atlántico Norte, la cual agrupa los<br />

movimientos y torb<strong>el</strong>linos a partir d<strong>el</strong> Gran Banco de Terranova, y otra al este, que llega a Europa y forma<br />

varias ramas que rodean a Gran Bretaña, Noruega y otros países.


El Atlántico Norte se halla prácticamente cerrado por su parte septentrional, mientras que <strong>el</strong> Atlántico Sur<br />

comunica ampliamente, por su lado austral, con <strong>el</strong> Océano Antártico, cuya influencia en él es dominante.<br />

Además, <strong>el</strong> Atlántico Sur no alimenta <strong>mar</strong>es interiores ni <strong>mar</strong>ginales, por lo que su circulación es más<br />

sencilla.<br />

Todo <strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> Atlántico Sur o meridional está ocupado por torb<strong>el</strong>linos que giran en sentido inverso a<br />

<strong>las</strong> manecil<strong>las</strong> d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>oj. La Corriente Surecuatorial se desvía hacia <strong>el</strong> sur originando la Corriente de Brasil,<br />

la cual se mezcla con la Corriente de <strong>las</strong> Malvinas que baña la costa oriental de Argentina. Mientras, frente<br />

a <strong>las</strong> costas occidentales de África, corre la Corriente de Bengala.<br />

A lo largo d<strong>el</strong> Continente Americano se localizan <strong>el</strong> Mar Caribe y <strong>el</strong> Golfo de México que constituyen un<br />

conjunto llamado <strong>el</strong> Mediterráneo Americano; más al norte se encuentra <strong>el</strong> Mar d<strong>el</strong> Labrador y la Bahía de<br />

Baffin que separan Canadá de Groenlandia; y entre los continentes Americano y Euroasiático se extiende<br />

<strong>el</strong> Mar de Noruega y <strong>el</strong> Océano Glacial Ártico, mientras que entre Europa y África se forma <strong>el</strong><br />

Mediterráneo. Cada uno de estos <strong>mar</strong>es tiene una circulación propia, aunque dependiente de la circulación<br />

general atlántica.<br />

El Océano Índico se encuentra limitado por <strong>las</strong> costas de África, Asia y Oceanía, y al sur queda<br />

ampliamente abierto hacia la Antártica. En este <strong>océano</strong>, <strong>las</strong> corrientes no son numerosas: sólo se localizan<br />

en su región media <strong>las</strong> corrientes de deriva norecuatorial y sudecuatorial, y entre <strong>el</strong><strong>las</strong> se forman<br />

numerosos remolinos, que giran en sentido inverso al de <strong>las</strong> manecil<strong>las</strong> d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>oj. También frente a la costa<br />

oriental de África se desplaza la Corriente de Agulhas y en la occidental de Australia la Corriente<br />

Australiana.<br />

El Océano, Pacífico recibió su nombre de Magallanes, quien en su famosa expedición, después de 33 días<br />

de arduo viaje, entró en un <strong>mar</strong> tranquilo, en contraste con <strong>el</strong> d<strong>el</strong> Atlántico meridional, donde sufrió<br />

terribles temporales, por lo que lo que lo llamó así.<br />

El Pacífico, se encuentra limitado al este por <strong>el</strong> ininterrumpido litoral americano, desde <strong>el</strong> Cabo de Hornos<br />

hasta <strong>el</strong> Estrecho de Behring; tiene su orilla occidental en Oceanía y Asia, y por <strong>el</strong> sur se r<strong>el</strong>aciona<br />

ampliamente con <strong>el</strong> Océano Atlántico. En este <strong>océano</strong> existe un sorprendente contraste entre <strong>sus</strong> costas<br />

orientales, en <strong>las</strong> que sólo <strong>el</strong> Golfo de California goza de una r<strong>el</strong>ativa autonomía, y <strong>sus</strong> costas occidentales,<br />

donde desde Insulindia hasta <strong>el</strong> Estrecho de Behring se encuentran numerosos <strong>mar</strong>es adyacentes, cada uno<br />

con caracteres propios y especiales en su circulación. Por <strong>sus</strong> características se divide en tres regiones;<br />

Sur, norte y ecuatorial.<br />

Las corrientes d<strong>el</strong> Océano Pacífico no se conocen tan bien como <strong>las</strong> d<strong>el</strong> Atlántico, son más complejas<br />

debido a la distribución de los continentes y a la topografía d<strong>el</strong> fondo oceánico.<br />

La corriente más importante d<strong>el</strong> Pacífico Sur es la d<strong>el</strong> Perú, descubierta en 1802 por Alexander von<br />

Humboldt, por lo que primero, se le llamó de Humboldt. Con rumbo norte, bordea <strong>las</strong> aguas subantárticas;<br />

su v<strong>el</strong>ocidad es r<strong>el</strong>ativamente débil, y la masa de agua transportada no rebasa los 15 o 20 millones de<br />

metros cúbicos por segundo, calculándose su anchura en unos 900 kilómetros.


Figura 13. Corrientes d<strong>el</strong> Océano Pacífico.<br />

De una manera general, la corriente d<strong>el</strong> Perú está sostenida, tanto en v<strong>el</strong>ocidad como en dirección, por la<br />

persistencia, de los vientos que soplan de <strong>las</strong> regiones d<strong>el</strong> sur a <strong>las</strong> d<strong>el</strong> sureste. Es la responsable de<br />

mantener temperaturas r<strong>el</strong>ativamente bajas, de más o menos 32°C, a lo largo d<strong>el</strong> litoral peruano durante <strong>el</strong><br />

verano sureño.<br />

En la Corriente d<strong>el</strong> Perú <strong>las</strong> aguas superficiales son movidas por un viento fijo que sopla desde <strong>el</strong> sur,<br />

llevándola <strong>mar</strong> adentro permitiendo que <strong>las</strong> aguas d<strong>el</strong> fondo sean impulsadas hasta la superficie,<br />

formándose entonces zonas de surgencia rica en nutrientes, y por lo tanto, con alta productividad de seres<br />

vivos.<br />

En esta corriente se presenta periódicamente un extraño fenómeno al que se le llama "El niño," <strong>el</strong> cual ha<br />

sido registrado en 1819, 1925, 1931, 1941, 1957, 1972,1976 y 1983, y consiste en que se forma una<br />

contracorriente de agua cálida que gira hacia <strong>el</strong> sur, ocasionando que la corriente peruana disminuya y se<br />

mueva <strong>mar</strong> adentro, por lo que desaparecen <strong>las</strong> surgencias y, con <strong>el</strong>lo, baja la cantidad de nutrientes y la<br />

productividad d<strong>el</strong> área.<br />

El origen de este fenómeno no ha sido aclarado en su totalidad, y existen dos teorías para, explicarlo: una<br />

sostiene que se debe a los vientos cálidos procedentes d<strong>el</strong> desierto de Atacama, situado entre Perú y Chile,<br />

que calientan <strong>el</strong> agua que baña a <strong>las</strong> costas peruanas, aumentando su temperatura en 4°C; la otra teoría<br />

asegura que surge como consecuencia de perturbaciones que ocurren en <strong>las</strong> cercanías de Australia e<br />

Indonesia, conocidas como "oscilación austral", y que consisten en un aumento de presión en <strong>el</strong> Pacífico<br />

sudoccidental y disminución de <strong>el</strong>la frente a <strong>las</strong> costas sudamericanas, lo que estimula la formación de<br />

corrientes, que se dirigen al litoral peruano, pero que se calientan a su paso por <strong>el</strong> ecuador.<br />

Cualquiera que sea su origen, "El niño" forma una masa de agua caliente que se desplaza hacia <strong>el</strong> norte<br />

siguiendo la costa americana, y que en 1983 llegó hasta <strong>las</strong> costas mexicanas, estadounidenses y<br />

canadienses, alterando la productividad d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> y originando cambios en <strong>el</strong> clima.<br />

La circulación en <strong>el</strong> Pacífico Norte es semejante a la d<strong>el</strong> Atlántico Septentrional, siendo dos <strong>las</strong> corrientes<br />

principales de esta zona: la Corriente d<strong>el</strong> Pacífico Norte, que comprende un conjunto de movimiento de<br />

aguas cálidas de rumbo oriental, a partir d<strong>el</strong> meridiano 170 este. Esta corriente se bifurca hacia <strong>el</strong> sudeste<br />

pasando entre <strong>las</strong> is<strong>las</strong> Hawai y América y en dirección norte dando origen a otras corrientes más pequeñas<br />

como la de A<strong>las</strong>ka, la de Behring y la de California, transportando un total de 20 a 35 millones de metros<br />

cúbicos de agua por segundo.<br />

La Corriente de Kuro-Shivo es considerada como la equivalente a la d<strong>el</strong> Golfo en <strong>el</strong> Atlántico (responsable<br />

d<strong>el</strong> calentamiento de todo <strong>el</strong> litoral europeo), ya que <strong>el</strong> Kuro-Shivo extiende su influencia a la costa


asiática y transporta entre 20 y 70 millones de metros cúbicos de agua por segundo.<br />

De este a oeste, a través de todo <strong>el</strong> Océano Pacífico, se extiende la masa uniforme de <strong>las</strong> aguas ecuatoriales<br />

pacíficas que parecen haberse formado a expensas de <strong>las</strong> aguas subantárticas y que originan <strong>las</strong> corrientes<br />

Ecuatorial d<strong>el</strong> Norte y Ecuatorial d<strong>el</strong> Sur, localizándose entre <strong>el</strong><strong>las</strong> la Corriente Ecuatorial d<strong>el</strong> Centro que<br />

se desplaza en sentido contrario a <strong>las</strong> anteriores es decir, de oeste a este.<br />

Las corrientes <strong>mar</strong>inas, cuyos movimientos y cambios de lugar se calculan en decenas de millones de<br />

metros cúbicos por segundo, tienen gran importancia en <strong>el</strong> transporte de calor y en la r<strong>el</strong>ación de la<br />

atmósfera con <strong>el</strong> <strong>océano</strong>, así como en <strong>el</strong> desarrollo de la vida vegetal y animal en <strong>las</strong> aguas d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>.


VIII. LA ACTIVIDAD DE LAS AGUAS OCEÁNICAS. LA ENERGÍA DEL<br />

OLEAJE<br />

LOS vientos actúan sobre <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> transmitiendo la energía y poniéndola en movimiento,<br />

produciendo ondulaciones en <strong>las</strong> capas superficiales, formando <strong>el</strong> oleaje que se observa en todas <strong>las</strong> agua<br />

d<strong>el</strong> mundo y que desde <strong>el</strong> origen de los <strong>océano</strong>s ha golpeado <strong>las</strong> costas de los continentes.<br />

Es difícil observar <strong>el</strong> movimiento ondulatorio claramente individualizado de <strong>las</strong> o<strong>las</strong>, pero en alta <strong>mar</strong>, y<br />

sobre todo en ciertos días de calma, se ve como la superficie es recorrida por una ondulación, que presenta<br />

<strong>el</strong>evaciones llamadas crestas y depresiones denominadas valles. Estas crestas y valles se propagan con<br />

regularidad, en líneas paral<strong>el</strong>as, que determinan <strong>el</strong> ascenso y descenso de <strong>las</strong> embarcaciones, que se<br />

mueven con ritmo pausado y solemne.<br />

Para estudiar a <strong>las</strong> o<strong>las</strong> y <strong>sus</strong> efectos, los investigadores han empleado una terminología especial para los<br />

diversos <strong>el</strong>ementos de que consta. Se llama longitud de onda o de ola a la distancia que separa dos crestas<br />

consecutivas. Altura de la ola es la distancia vertical que separa la cresta d<strong>el</strong> valle (depresión más baja de<br />

la ola); <strong>el</strong> peralte es la r<strong>el</strong>ación entre la altura y la longitud de la ola; <strong>el</strong> período es <strong>el</strong> tiempo que separa <strong>el</strong><br />

paso de dos crestas sucesivas d<strong>el</strong>ante de un punto fijo; y la c<strong>el</strong>eridad o v<strong>el</strong>ocidad de fase es <strong>el</strong> resultado de<br />

dividir la longitud de onda entre <strong>el</strong> periodo.<br />

En los estudios de oceanografía física se considera teóricamente a <strong>las</strong> o<strong>las</strong> como una forma suave y<br />

simétrica que puede ser descrita aplicando <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de propagación <strong>el</strong>ectromagnética, pero en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> <strong>el</strong><br />

oleaje presenta gran diversidad en forma, tamaño e intensidad; sin embargo, para facilitar su estudio se<br />

distinguen dos tipos principales de ondas o de o<strong>las</strong>: <strong>las</strong> libres y <strong>las</strong> forzadas, u o<strong>las</strong> propiamente dichas.<br />

Figura 14. Características de una ola.<br />

La ola libre, también llamada pura, se produce por causas ajenas a los vientos, y <strong>el</strong> lugar donde se origina<br />

se localiza lejos d<strong>el</strong> punto donde se presenta, por lo que cubre áreas extensas d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

En cambio, <strong>las</strong> o<strong>las</strong> forzadas o de gran longitud de onda son causadas por intensas depresiones<br />

atmosféricas acompañadas de vientos activos, y se localizan en un sector reducido d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>.<br />

Las o<strong>las</strong> hacen que la superficie d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> presente características extremadamente ordenadas, y no se<br />

debe confundir a <strong>las</strong> o<strong>las</strong> libres, que son raras, con <strong>las</strong> o<strong>las</strong> forzadas o formadas en un lugar determinado<br />

por la acción de un viento local.


Las o<strong>las</strong> libres se originan en sitios bien definidos y recorren la superficie <strong>mar</strong>ina produciendo<br />

movimientos ondulatorios que no presentan periodicidad. Por ejemplo, se considera que <strong>el</strong> oleaje que llega<br />

a la costa occidental de Marruecos surge en la región de <strong>las</strong> Is<strong>las</strong> Azores; allí, por la acción de los vientos<br />

de gran violencia y duración, se forman enormes o<strong>las</strong> piramidales que sacuden la masa líquida y propagan<br />

la ondulación resultante a enormes distancias y a una v<strong>el</strong>ocidad considerable en forma de o<strong>las</strong> libres. Se ha<br />

calculado que una ola inicial de 150 metros de longitud tarda 30 horas en ir de <strong>las</strong> Azores a Marruecos.<br />

Actualmente, <strong>el</strong> lugar en donde se considera que <strong>las</strong> o<strong>las</strong> libres alcanzan su mayor altura es en <strong>el</strong> Océano<br />

Antártico, donde se producen o<strong>las</strong> de 30 metros, mientras que <strong>las</strong> o<strong>las</strong> más altas que se han observado en <strong>el</strong><br />

Atlántico no rebasan los 20 metros; siendo aún más bajas en <strong>el</strong> Pacífico. En <strong>el</strong> Mediterráneo no exceden de<br />

los 8 metros y en <strong>el</strong> Océano Índico apenas si se producen durante <strong>el</strong> verano o<strong>las</strong> de 2.5 metros de altura,<br />

pero como la longitud de <strong>el</strong><strong>las</strong> es, por lo general, muy corta, resultan molestas para la navegación.<br />

Entre <strong>las</strong> causas que originan este tipo de o<strong>las</strong> se encuentran <strong>las</strong> perturbaciones sísmicas sub<strong>mar</strong>inas, como<br />

deslizamientos, que producen una onda solitaria de pequeña amplitud, más o menos de un metro de altura,<br />

pero de gran longitud de onda. En alta <strong>mar</strong> estas ondas son prácticamente inapreciables, aunque su<br />

v<strong>el</strong>ocidad puede alcanzar los 80 kilómetros por hora; pero cuando llegan y chocan con <strong>el</strong> litoral, invaden<br />

más allá de la costa, provocando destrucciones considerables. A este fenómeno se le conocía como "ola de<br />

<strong>mar</strong>ea" o "<strong>mar</strong>ejada alta", pero actualmente los estudiosos lo designan con <strong>el</strong> término japonés de Tsunami<br />

(de Tsu: puerto, y Nami: ola).<br />

Al llegar estas o<strong>las</strong> a la costa, su altura se incrementa tanto que alcanzan varias decenas de metros como,<br />

por ejemplo, en Hawai, donde han llegado a medir 15 metros, o en <strong>las</strong> costas de Chile y Perú, que forman<br />

o<strong>las</strong> de 40 metros. La ola más alta de <strong>las</strong> que se tiene noticia fue una de 70 metros, registrada en Cabo<br />

Aopatka, en la península de Kamchatka, en <strong>el</strong> año de 1737.<br />

Los tsunamis no guardan r<strong>el</strong>ación alguna con <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas o <strong>las</strong> tempestades y se producen siempre en<br />

ciertas zonas d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, principalmente en <strong>el</strong> Pacífico, por ser ésta la región donde se presentan los<br />

terremotos <strong>mar</strong>inos. El proceso es siempre <strong>el</strong> mismo: en algún lugar d<strong>el</strong> gran <strong>océano</strong> se origina un<br />

<strong>mar</strong>emoto y, por causa d<strong>el</strong> fuerte temblor que sacude <strong>el</strong> fondo, <strong>las</strong> aguas se retiran provisionalmente de <strong>las</strong><br />

costas, para volver, poco después, en forma de una gran ola.<br />

Aunque los barcos muchas veces no advierten la presencia de la ola, ésta se levanta al contacto con<br />

cualquier obstáculo y forma enormes montañas de agua produciendo estas <strong>mar</strong>eas sísmicas. Pueblos<br />

enteros de pescadores han desaparecido frecuentemente a consecuencia de algún tsunami, sin que los<br />

hombres que se encontraban pescando o navegando en alta <strong>mar</strong> notaran <strong>el</strong> paso de la terrible <strong>mar</strong>ea bajo<br />

<strong>las</strong> quil<strong>las</strong> de <strong>sus</strong> barcos.<br />

Las grandes <strong>mar</strong>eas sísmicas que se producen ocasionalmente en <strong>el</strong> Pacífico recorren enormes distancias<br />

antes de llegar a regiones de aguas poco profundas, donde originan o<strong>las</strong> de gran altura que producen<br />

auténticos estragos en <strong>las</strong> costas sobre <strong>las</strong> que llegan.<br />

Por ejemplo, en <strong>el</strong> verano de 1957, un <strong>mar</strong>emoto sacudió la región d<strong>el</strong> Pacífico en donde se encuentra la<br />

Isla de Oahu, d<strong>el</strong> archipi<strong>el</strong>ágo de <strong>las</strong> Hawai; poco después, miles de personas acudieron a la playa de<br />

Honolulú para observar un extraño fenómeno natural: hasta donde llegaba la vista, todos los arrecifes<br />

coralinos habían quedado al descubierto al retirarse de repente <strong>el</strong> <strong>mar</strong> a varios kilómetros de la costa; poco<br />

después llegó impetuosa una gran ola que causó graves daños, arrastrando casas enteras, y que costó la<br />

vida a numerosas personas.<br />

Algunos de estos <strong>mar</strong>emotos han sido particularmente devastadores. Uno de los más notorios es <strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />

terremoto de Lisboa, acaecido <strong>el</strong> día primero de noviembre de 1755. Una ola de 12 metros de altura barrió<br />

la orilla y causó un total de más de 60000 víctimas y cuando <strong>el</strong> tsunami llegó a <strong>las</strong> costas de <strong>las</strong> Antil<strong>las</strong>,<br />

en la otra orilla d<strong>el</strong> Atlántico, <strong>sus</strong> o<strong>las</strong> tenían la mitad de la altura inicial.<br />

En 1883, la erupción d<strong>el</strong> Krakatoa, en <strong>el</strong> Estrecho de la Sonda, entre Sumatra y Java, originó una onda


gigantesca que alcanzó entre 30 y 40 metros de altura en la costa y causó la muerte de 36 000 personas.<br />

Más terrible y perjudicial que <strong>el</strong> de Krakatoa fue <strong>el</strong> tsunami que en 1876 barrió <strong>las</strong> costas d<strong>el</strong> Golfo de<br />

Bengala, habiéndose reportado la muerte de 200 000 personas. En 1908, <strong>el</strong> sismo de Mesina provocó otra<br />

onda de 12 metros de altura, que causó daños parecidos a los de Lisboa. En 1946, un tsunami azotó <strong>las</strong><br />

costas de <strong>las</strong> Is<strong>las</strong> Hawai y en 1960, como resultado de los terremotos de Chile, se produjo un tsunami que<br />

repercutió hasta la costa de Japón.<br />

La caída de grandes masas pétreas pueden dar origen también a ondas que, si bien se propagan a menor<br />

distancia, son devastadoras en <strong>las</strong> regiones vecinas. Por ejemplo, <strong>el</strong> desplome de un conjunto de rocas<br />

acaecido en 1930 en la isla Madera, formó una ola de 15 metros sobre <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>. En 1934, en<br />

Noruega, una masa pétrea de cerca de 5 millones de ton<strong>el</strong>adas, al caer desde 500 metros de altura, formó<br />

una ola de 37 metros que invadió <strong>las</strong> costas cercanas, empujando algunas embarcaciones a más de 100<br />

metros tierra adentro.<br />

El hombre se muestra impotente frente a estas fuerzas desatadas de la naturaleza y ninguno de los diques<br />

que ha construido pudo resistir <strong>el</strong> embate de los tsunamis, por lo que en la actualidad, en <strong>las</strong> costas d<strong>el</strong><br />

Pacífico, se han instalado modernos sistemas de alarmas que registran cuidadosamente todos los<br />

<strong>mar</strong>emotos que se producen en ese <strong>océano</strong>. En caso de p<strong>el</strong>igro se informa a los habitantes de <strong>las</strong> costas<br />

para que puedan refugiarse, a tiempo, en los puntos próximos más <strong>el</strong>evados.<br />

Sin embargo, esta acción es difícil por la v<strong>el</strong>ocidad de propagación de <strong>las</strong> o<strong>las</strong> de un tsunami, como <strong>el</strong> que<br />

se formó en 1940 en la fosa de <strong>las</strong> Aleutianas y que sólo necesitó 4.6 horas para cruzar a través d<strong>el</strong><br />

Pacífico Norte hasta Honolulú, recorriendo 3 605 kilómetros, y después, en 18 horas, se desplazó 12 890<br />

kilómetros hasta Valparaíso, Chile, a una v<strong>el</strong>ocidad promedio de 712 kilómetros por hora.<br />

En r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> otro tipo de o<strong>las</strong>, <strong>las</strong> forzadas, también consideradas como o<strong>las</strong> comunes, se observa<br />

que éstas producen cambios en la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> conforme se acentúa la acción de los vientos que <strong>las</strong><br />

forman, aumentando su altura en 30 centímetros por cada milla por hora que tiene <strong>el</strong> viento de v<strong>el</strong>ocidad.<br />

Oleaje Viento<br />

Liso Tranquilo 0 - 0.5<br />

Rizado Brisa leve 1.5 - 3.5<br />

Suave<br />

Brisa<br />

suave<br />

3.5 - 5.5<br />

Leve<br />

Brisa<br />

5.5 - 8.0<br />

moderada<br />

Moderado<br />

Brisa<br />

fresca<br />

8.0 - 10.5<br />

Fuerte Ventarrón 12.0 - 20.0<br />

Borrascoso<br />

Excepcionalmente<br />

Tormenta 25.0 - 30.0<br />

borrascoso Huracán 35.0 a +<br />

V<strong>el</strong>ocidad<br />

(m/seg)<br />

Generalmente, <strong>el</strong> <strong>mar</strong> presenta por <strong>las</strong> mañanas una superficie tersa y por esto se le llama <strong>mar</strong> llana o <strong>mar</strong><br />

calma, pero al presentarse la brisa se produce una fina rizadura en la superficie, formada por diminutas


o<strong>las</strong>, que la convierten en <strong>mar</strong> rizada.<br />

El periodo de tales o<strong>las</strong> es muy débil. La v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> viento es superior a la de <strong>las</strong> o<strong>las</strong> y, así, resulta que<br />

éstas disipan la energía creada.<br />

Si <strong>el</strong> viento aprieta, los rizos se convierten en o<strong>las</strong> pequeñas, cuya longitud y altura aumentan también. Si<br />

sigue incrementándose la v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> viento, la altura de <strong>las</strong> o<strong>las</strong> crece más rápidamente de lo que<br />

permite su longitud, y entonces la cresta se cubre de espuma y aparecen <strong>las</strong> "cabril<strong>las</strong>" y "borregos", antes<br />

de que caiga la ola.<br />

Al disminuir <strong>el</strong> viento, la agitación d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> subsiste durante cierto tiempo, produciendo un oleaje cuya<br />

importancia y extensión dependen de la v<strong>el</strong>ocidad y la duración que tuvo <strong>el</strong> viento que originó <strong>el</strong><br />

fenómeno.<br />

Son raras <strong>las</strong> o<strong>las</strong> cuya configuración depende, exclusivamente, de un viento que sople siempre en la<br />

misma dirección. Los vientos reinantes en los <strong>océano</strong>s su<strong>el</strong>en proceder de varias direcciones y originan<br />

o<strong>las</strong> de diferentes tamaños, que pueden amortiguarse o su<strong>mar</strong> <strong>sus</strong> energías y for<strong>mar</strong> o<strong>las</strong> todavía mayores,<br />

produciendo una turbulencia en <strong>las</strong> aguas llamada <strong>mar</strong>ejada o <strong>mar</strong> gruesa.<br />

Así, <strong>las</strong> formas en que se presentan <strong>las</strong> o<strong>las</strong> comunes en los <strong>mar</strong>es son muy diversas, por lo que se hizo y<br />

se adoptó una c<strong>las</strong>ificación internacional de <strong>las</strong> o<strong>las</strong>, creada por <strong>el</strong> vicealmirante inglés sir Perey Doug<strong>las</strong><br />

(1876-1939).<br />

Mar Denominación<br />

número d<strong>el</strong> <strong>mar</strong><br />

Altura<br />

de <strong>las</strong><br />

o<strong>las</strong><br />

(en<br />

metros)<br />

0 Calma 0<br />

1 Rizada 0 — 0.1<br />

2 Marejadilla 0.1 — 0.5<br />

3 Marejada 0.5 — 1.25<br />

4<br />

Marejada<br />

fuerte<br />

1.25 — 2.5<br />

5 Mar gruesa 2.5 — 4.0<br />

6<br />

Mar muy<br />

gruesa<br />

4.0 — 6.0<br />

7 Arbolada 6.0 — 9.0<br />

8 Montañosa 9.0 — 14.0<br />

9 Enorme Mayor que 14<br />

Las o<strong>las</strong> no sólo presentan movimiento en la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, sino que cada una de <strong>el</strong><strong>las</strong> está dotada de<br />

un desplazamiento interno, en virtud d<strong>el</strong> cual <strong>las</strong> partícu<strong>las</strong> de agua que la forman describen un círculo y,<br />

debido a esto, <strong>el</strong> transporte de energía por la ola afecta igualmente a la superficie y a otras capas más<br />

profundas.


La ola tiene, en consecuencia, lo que se lla<strong>mar</strong>ía <strong>el</strong> "calado de la ola", y cuando llega a aguas cuya<br />

profundidad es menor que la distancia existente entre dos crestas, <strong>el</strong> fondo la va frenando de abajo hacia<br />

arriba. En <strong>las</strong> o<strong>las</strong> siguientes la distancias entre crestas se van reduciendo progresivamente; la cima de la<br />

ola avanza a mayor v<strong>el</strong>ocidad que la base, formando una especie de muralla verde, transparente y con gran<br />

cantidad de espuma en su parte superior, y es entonces cuando la ola rompe sobre la playa.<br />

Antes de desplo<strong>mar</strong>se la cresta de la ola forma un rizo y se convierte en un tún<strong>el</strong> de agua, casi<br />

transparente, que dura fracciones de segundo; <strong>el</strong> aire que se encuentra en <strong>el</strong> interior d<strong>el</strong> tún<strong>el</strong> se comprime<br />

y luego se expande, con lo que produce frecuentemente un sordo estruendo denominado <strong>el</strong> "rugir" de la<br />

rompiente.<br />

Figura 15. Energía producida por <strong>las</strong> o<strong>las</strong> y <strong>las</strong> corrientes.<br />

Figura 16. Boya experimental de W<strong>el</strong>ls.<br />

Como una variación de estas o<strong>las</strong> comunes se presentan <strong>las</strong> "o<strong>las</strong> internas", que se mueven en <strong>las</strong> capas<br />

localizadas por debajo de la superficial y que se producen por cambios en la densidad d<strong>el</strong> agua que forma<br />

estas capas. Su v<strong>el</strong>ocidad es menor que la de <strong>las</strong> o<strong>las</strong> superficiales, alcanzando de uno a 6 metros por hora,<br />

por lo que es difícil percibir<strong>las</strong>, sobre todo cuando <strong>el</strong> <strong>mar</strong> está agitado; sólo se puede notar su presencia<br />

cuando está en calma.<br />

Estas o<strong>las</strong> internas fueron descubiertas a mediados d<strong>el</strong> presente siglo los conocimientos que en la


actualidad se tiene sobre <strong>el</strong><strong>las</strong> permiten entender varios de los fenómenos r<strong>el</strong>acionados con la circulación<br />

oceánica y con <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas.<br />

Cuando rompen <strong>las</strong> o<strong>las</strong> en la playa descargan toda la energía recibida de los vientos durante <strong>el</strong> camino<br />

que recorrieron por <strong>el</strong> <strong>océano</strong>. La ola, que los vientos pueden levantar a una altura de 6 o 7 metros, se<br />

estr<strong>el</strong>la contra la costa con una fuerza de más de 25 ton<strong>el</strong>adas por metro cuadrado. Y se ha calculado<br />

teóricamente que una ola de 1.5 metros de altura y 150 kilómetros de frente, llega a la costa con energía<br />

suficiente para abastecer la <strong>el</strong>ectricidad de una gran ciudad durante un día entero.<br />

Las fuerzas dinámicas d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> crean una energía extraordinaria, por lo que <strong>el</strong> hombre se ha esforzado por<br />

captarla para su aprovechamiento. La tarea ha sido ardua, pues <strong>las</strong> variaciones de esta energía no pueden<br />

preverse y <strong>las</strong> instalaciones destinadas a utilizarla corren <strong>el</strong> riesgo de resultar dañadas por <strong>el</strong> exceso de esta<br />

misma energía, o de no contar con la suficiente para su máximo aprovechamiento. Esta energía d<strong>el</strong> <strong>mar</strong><br />

puede proceder de la fuerza d<strong>el</strong> oleaje, de <strong>las</strong> diferencias de niv<strong>el</strong> creadas por <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas, o de <strong>las</strong><br />

corrientes.<br />

Ante la fuerza de <strong>las</strong> o<strong>las</strong> que todos los días asaltan <strong>las</strong> rocas de la costa, los técnicos han imaginado los<br />

dispositivos más ingeniosos y, a veces, más increíbles, para captar esta tentadora fuente de energía. Por<br />

ejemplo: <strong>las</strong> bombas gigantes, como la que se instaló en la base d<strong>el</strong> Museo Oceanográfico de Mónaco;<br />

flotadores articulados, como los que se pusieron en la costa arg<strong>el</strong>ina; o tanques <strong>el</strong>evados destinados a<br />

recoger <strong>el</strong> agua procedente de la cresta de <strong>las</strong> o<strong>las</strong>; pero, por desgracia, <strong>el</strong> rendimiento de estos dispositivos<br />

fue muy bajo.<br />

Actualmente se han desarrollado nuevos intentos, como <strong>el</strong> aparato llamado "Oscilador de W<strong>el</strong>ls", en honor<br />

a su diseñador, Allan A. W<strong>el</strong>ls, de la Real Universidad de B<strong>el</strong>fast en Irlanda d<strong>el</strong> Norte, que en 1977<br />

construyó un aparato para aprovechar la fuerza d<strong>el</strong> oleaje en la producción de energía.<br />

En <strong>el</strong> estudio de <strong>las</strong> o<strong>las</strong>, los investigadores de todo <strong>el</strong> mundo han logrado grandes progresos, lo que<br />

facilita pronósticos útiles que permiten desde impedir tragedias hasta <strong>el</strong> aprovechamiento d<strong>el</strong> oleaje como<br />

fuente de energía, y a esto ha colaborado <strong>el</strong> diseño de nuevos aparatos, como <strong>las</strong> piletas de oleaje o piletas<br />

de agitación hidráulica en donde se hacen mod<strong>el</strong>os artificiales a escala de <strong>las</strong> o<strong>las</strong>; los nuevos métodos de<br />

observación de <strong>las</strong> o<strong>las</strong> naturales en <strong>las</strong> boyas y plataformas flotantes, y <strong>el</strong> empleo de satélites: como por<br />

ejemplo, <strong>el</strong> Nimbus de los Estados Unidos, que pueden recoger datos en unos 40000 lugares de la<br />

atmósfera y d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> cada día.


IX. LAS MAREAS. SU ENERGÍA Y SU UTILIZACIÓN<br />

CUANDO una persona se encuentra sobre un peñasco al borde d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> observando cómo choca <strong>el</strong> agua<br />

sobre la roca, puede afir<strong>mar</strong> que está sintiendo <strong>el</strong> "pulso d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>". Las o<strong>las</strong> que produce <strong>el</strong> viento al<br />

accionar sobre la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> <strong>mar</strong>can sobre la costa un ritmo constante; pero también se puede<br />

registrar, al observar <strong>el</strong> <strong>mar</strong> durante todo un día, que se presenta un ritmo más lento, generalmente dos<br />

veces por día, y que constituye <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas.<br />

Plinio, pensador latino nacido en <strong>el</strong> año 23 y muerto en la erupción volcánica que destruyó Pompeya,<br />

describe en su obra Historia naturalis <strong>sus</strong> observaciones sobre <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas, señalando que la circunstancia<br />

más extraordinaria que se presenta en <strong>las</strong> aguas d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> es <strong>el</strong> flujo y reflujo alternado con <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas,<br />

causado por la acción que ejercen <strong>el</strong> Sol y la Luna sobre <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>: la <strong>mar</strong>ea fluye y refluye dos<br />

veces entre dos salidas de la Luna, siempre en un espacio de veinticuatro horas. Primero, la Luna hace<br />

crecer la <strong>mar</strong>ea y, cuando llega al cenit, declina y se pone, hace que la <strong>mar</strong>ea descienda, y al presentarse <strong>el</strong><br />

Sol, la <strong>mar</strong>ea crece de nuevo; después de lo cual cede y vu<strong>el</strong>ve a subir cuando aparece nuevamente la<br />

Luna.<br />

Las observaciones sobre <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas realizadas por los pensadores de aqu<strong>el</strong>la época se realizaron<br />

principalmente en <strong>el</strong> Mar Mediterráneo y fueron aumentando cuando se iniciaron los viajes en todos los<br />

<strong>mar</strong>es d<strong>el</strong> planeta; sin embargo, muchos de estos informes fueron r<strong>el</strong>atos hechos con grandes fantasías,<br />

sobre <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas que se presentaban en <strong>las</strong> costas a <strong>las</strong> que iban llegando.<br />

Una nota curiosa de aqu<strong>el</strong><strong>las</strong> épocas, es la que narra que cuando César realizó su primera invasión de<br />

Britania, no tomó en cuenta <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas que se presentaban en <strong>las</strong> costas de Kent, lugar que s<strong>el</strong>eccionó para<br />

<strong>el</strong> desembarco, y cuando estuvo frente a <strong>el</strong><strong>las</strong> la <strong>mar</strong>ea alta se produjo una hora antes de la medianoche y<br />

llegó a una altura superior a la normal, por ser una <strong>mar</strong>ea de plenilunio, lo que provocó que la mayor parte<br />

de su flota sufriera daños, por lo cual César tuvo que retirarse para planear su desembarco tomando en<br />

cuenta <strong>el</strong> comportamiento d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>.<br />

Si César hubiera efectuado cuidadosas observaciones sobre los fenómenos de la <strong>mar</strong>ea durante un periodo<br />

razonablemente largo, habría descubierto que <strong>el</strong> <strong>mar</strong> crece, a lo que se le llama plea<strong>mar</strong>, y se retira dos<br />

veces por día. Existen generalmente cuatro <strong>mar</strong>eas de diferente niv<strong>el</strong> diariamente: 2 <strong>mar</strong>eas altas y 2<br />

<strong>mar</strong>eas bajas. La diferencia entre la plea<strong>mar</strong> y la baja<strong>mar</strong> recibe <strong>el</strong> nombre de amplitud de <strong>mar</strong>ea.<br />

Figura 17. Características de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas.<br />

Las <strong>mar</strong>eas presentan gran diversidad de comportamiento, lo que hace que su estudio sea fascinante, ya


que <strong>las</strong> condiciones locales y la configuración d<strong>el</strong> terreno pueden originar que <strong>el</strong> ascenso y descenso de <strong>las</strong><br />

aguas presente un curso poco usual. En algunos lugares hay una sola <strong>mar</strong>ea por día. En otros no se puede<br />

hablar de <strong>mar</strong>ea en <strong>el</strong> sentido de plea<strong>mar</strong> y baja<strong>mar</strong>, pero en cambio enormes corrientes avanzan o<br />

retroceden, influyendo en grandes extensiones de la costa y produciendo gigantescas o<strong>las</strong> de <strong>mar</strong>ea.<br />

El estudio científico d<strong>el</strong> comportamiento de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas se debe a Isaac Newton, que lo analiza en su obra<br />

Principios matemáticos de la Filosofía natural (1686). En esta obra Newton, con su ley de gravitación,<br />

calculó la altura de la <strong>mar</strong>ea según la fecha d<strong>el</strong> mes, la época d<strong>el</strong> año y la latitud. Sin embargo, en muchos<br />

de <strong>sus</strong> estudios considera que <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas representan un equilibrio y no tomó en cuenta que <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas<br />

representan un fenómeno dinámico. Fue <strong>el</strong> sabio Simón Laplace quien en su obra Mecánica c<strong>el</strong>este<br />

complementó <strong>las</strong> teorías de Newton.<br />

Posteriormente muchos investigadores han colaborado con trabajos para <strong>el</strong> conocimiento de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas<br />

como los de Rémi Chazallon, que en 1839 publicó <strong>el</strong> primer Anuario de <strong>mar</strong>eas de <strong>las</strong> costas de Francia<br />

utilizando los primeros <strong>mar</strong>eógrafos que probablemente se inventaron en 1850, y en 1872 lord K<strong>el</strong>vin<br />

construyó un aparato para predecir <strong>mar</strong>eas.<br />

La <strong>el</strong>evación y caída d<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> se presentan de manera periódica y son más notables a lo largo de<br />

<strong>las</strong> líneas de costa d<strong>el</strong> planeta. El intervalo entre una plea<strong>mar</strong> y la siguiente generalmente no es doce horas,<br />

sino de alrededor de doce horas y veinticinco minutos, por lo cual la plea<strong>mar</strong> se atrasa todos los días y está<br />

r<strong>el</strong>acionada con <strong>el</strong> hecho de que la Luna también alcanza su punto más alto cerca de los quince minutos<br />

más tarde cada día. Esto implica que los dos fenómenos se presenten en diferente momento; la <strong>mar</strong>ea alta<br />

se produce, en general, algunas horas antes o después d<strong>el</strong> paso de la Luna, y esta variación de tiempo<br />

depende además de la fecha d<strong>el</strong> mes en que ocurra.<br />

Como se sabe, no sólo es la Luna la que causa este interesante fenómeno, sino que también <strong>el</strong> Sol<br />

interviene de manera directa en su producción; sin embargo, <strong>el</strong> período de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas solares sólo es de 24<br />

horas. Todos los principios señalados para los efectos de la gravedad lunar sobre <strong>el</strong> <strong>océano</strong> pueden<br />

aplicarse al Sol, aunque su masa sea mayor (alrededor de 27 millones de veces la de la Luna) ya que está<br />

unas 400 000 veces más lejos, y por esta razón <strong>el</strong> efecto que la Luna ejerce sobre <strong>las</strong> aguas d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> es<br />

dos veces mayor que <strong>el</strong> provocado por <strong>el</strong> Sol. Las fuerzas de <strong>mar</strong>ea d<strong>el</strong> Sol sólo representan <strong>el</strong> 46 por<br />

ciento en r<strong>el</strong>ación con <strong>las</strong> producidas por la Luna.<br />

Figura 18. Mareas vivas.


Figura 19. Mareas muertas.<br />

Otro aspecto que se tiene que to<strong>mar</strong> en cuenta en <strong>el</strong> comportamiento de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas es su altura. Por<br />

ejemplo, en ciertos lugares la <strong>mar</strong>ea nocturna es más alta que la diurna; en otros, un arrecife de coral que<br />

cierto día, aun en la baja <strong>mar</strong>, quedó bien cubierto, puede quedar completamente expuesto quince días<br />

después. Esta variación quincenal está r<strong>el</strong>acionada con los movimientos lunares: cuando la Luna está llena,<br />

la amplitud de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas es mayor, y cuando está en cuarto menguante o creciente, es mínima.<br />

Las <strong>mar</strong>eas que se producen durante <strong>el</strong> periodo de cada mes lunar, en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> Sol, la Luna y la Tierra se<br />

encuentran en línea recta, tienen mayor diferencia de niv<strong>el</strong> entre la <strong>mar</strong>ea más alta de la plea<strong>mar</strong> y la<br />

<strong>mar</strong>ca mínima de la baja<strong>mar</strong>, debido a que los efectos de la gravedad d<strong>el</strong> Sol y la Luna se suman y son más<br />

fuertes. Estas <strong>mar</strong>eas se denominan <strong>mar</strong>eas vivas de primavera o eqinocciales.<br />

Los efectos opuestos ocurren cuando <strong>el</strong> Sol y la Luna están colocados formando un ángulo recto en<br />

r<strong>el</strong>ación con la Tierra, lo cual anula parcialmente la acción de la gravedad, resultando <strong>mar</strong>eas más débiles<br />

que presentan poca diferencia entre los niv<strong>el</strong>es más alto y más bajo de la <strong>mar</strong>ea. Éstas se denominan<br />

<strong>mar</strong>eas muertas o de cuadratura.<br />

Cada mes lunar consta de dos series de <strong>mar</strong>eas equinocciales que alteran con dos series de <strong>mar</strong>eas muertas,<br />

y entre <strong>el</strong><strong>las</strong> existen algunos días de transición que presentan <strong>mar</strong>eas intermedias.<br />

Cuando se miden los niv<strong>el</strong>es de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas, se toma en cuenta que <strong>el</strong> <strong>océano</strong> está sometido a diversas<br />

fuerzas, como <strong>las</strong> influencias gravitatorias de los astros, los vientos predominantes, la densidad variable de<br />

<strong>las</strong> masas de agua, etcétera. Además se tiene que considerar que <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> es diferente en los<br />

distintos <strong>océano</strong>s: es más alto en la costa d<strong>el</strong> Océano Pacífico que en la d<strong>el</strong> Atlántico, diferencia que puede<br />

deberse a la menor densidad d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> Pacífico, e influye en la intensidad de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas.<br />

La manera más simple para efectuar mediciones de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas consiste en introducir una regla de madera<br />

graduada en un lugar poco profundo de la costa pero para poder registrar, lo más exacto posible, <strong>el</strong> lento<br />

cambio de la <strong>mar</strong>ea, se tienen que evitar <strong>las</strong> variaciones de niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> en <strong>el</strong> periodo corto durante <strong>el</strong> que<br />

se mide, ya que <strong>el</strong> <strong>mar</strong> nunca está quieto; aun en la más completa calma se agita y se levanta formando<br />

o<strong>las</strong>.<br />

Para iniciar este tipo de medición generalmente se utiliza la baja<strong>mar</strong> media, como niv<strong>el</strong> de referencia, que<br />

se encuentra registrada en la mayor parte de <strong>las</strong> cartas de navegación. Esto permite contar con un punto de<br />

partida para hacer <strong>las</strong> observaciones.<br />

En la actualidad se cuenta con métodos de mayor precisión, y se han construido dispositivos de medición<br />

llamados <strong>mar</strong>eógrafos, los cuales pueden estar colocados en los buques oceanográficos o en boyas para<br />

registrar los cambios de <strong>mar</strong>ea.


Las mediciones de la <strong>mar</strong>ea permiten calcular la frecuencia con que se presentan los cambios de <strong>el</strong><strong>las</strong>, es<br />

decir, hacer la predicción de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas. Hasta hace pocos años, los aparatos para predecir <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas eran<br />

mecánicos; ahora se utilizan computadoras <strong>el</strong>ectrónicas que hacen <strong>el</strong> trabajo de manera más rápida y<br />

eficiente y se programan para que impriman automáticamente <strong>las</strong> tab<strong>las</strong> de <strong>mar</strong>ea.<br />

En todos los países con costa existen instituciones que registran <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas y publican tab<strong>las</strong> con esta<br />

información con <strong>el</strong> fin de que sea aprovechada; por ejemplo, en México, <strong>el</strong> Instituto de Geofísica de la<br />

Universidad Nacional Autónoma de México publica <strong>las</strong> de <strong>sus</strong> costas; en los Estado Unidos se registran en<br />

cuatro volúmenes: <strong>el</strong> primero para <strong>las</strong> costas de Europa, <strong>el</strong> Mediterráneo y la costa Oeste de África; <strong>el</strong><br />

segundo para la costa este de Norte y Sudamérica; <strong>el</strong> tercero para la costa oeste de Norte y Sudamérica, y<br />

<strong>el</strong> cuarto para los <strong>océano</strong>s Pacífico e Índico; en Inglaterra <strong>las</strong> tab<strong>las</strong> de <strong>mar</strong>eas ofrecen predicción detallada<br />

para 130 puertos patrones y permiten calcular <strong>las</strong> de 10 mil puertos d<strong>el</strong> mundo; y en España aparece <strong>el</strong><br />

Anuario de <strong>mar</strong>eas editado por <strong>el</strong> Instituto Hidrográfico de la Marina.<br />

En <strong>las</strong> diferentes playas d<strong>el</strong> mundo <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas presentan características específicas, sobre todo en cuanto a<br />

su amplitud; tal es <strong>el</strong> caso de Puerto Peñasco, Sonora, en donde ésta alcanza 8 metros; los puertos de<br />

Liverpool y Bristol en Inglaterra tienen <strong>mar</strong>eas vivas que producen ascensos y descensos de 9 a 10 metros;<br />

en Braunagar, India, la amplitud llega a 12.5 metros; en la Bahía de Mont-Saint-Mich<strong>el</strong>, Francia, a 15<br />

metros, y en la Bahía de Fundy, Canadá, es de 19.5 metros. Esta característica de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas presenta una<br />

serie de problemas para los diferentes tipos de puertos, ya que hace muy difícil <strong>el</strong> manejo de los barcos.<br />

Amplitudes en metros Costa<br />

8.0 Puerto peñasco, sonora, México<br />

9.0 — 10.0 Liverpool y Bristol, Inglaterra<br />

12.5 Braunaga, India<br />

14.0 Bahía Collier, Australia<br />

15.0 Bahía Mont-Saint-Mich<strong>el</strong>, Francia<br />

18.0 Río Gallegos, Argentina<br />

19.5 Bahía Fundy, Canadá<br />

Las <strong>mar</strong>eas también intervienen en la modificación de <strong>las</strong> características de <strong>las</strong> costas, pues depositan o se<br />

llevan material. En la desembocadura de los ríos <strong>el</strong> material se puede depositar cerca de la orilla, formando<br />

los llamados bajos; o puede ser transportado y dispersado por <strong>las</strong> corrientes paral<strong>el</strong>as a la costa. Las<br />

características que to<strong>mar</strong>án <strong>las</strong> diferentes costas modificarán también la vida tanto vegetal como animal<br />

que en ese lugar se desarrolle; allí se encontrarán seres cuya forma de vida sufre una exposición cíclica al<br />

<strong>mar</strong> y al aire, a causa de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas.<br />

Para un observador que se encuentre en la arena de una playa, <strong>el</strong> ascenso de la <strong>mar</strong>ca difícilmente sugiere<br />

una enorme energía; sin embargo, la energía que la <strong>mar</strong>ca disipa continuamente en nuestro planeta es d<strong>el</strong><br />

orden de los millones de caballos de fuerza.<br />

Esta energía de los <strong>mar</strong>es es aprovechada por <strong>el</strong> hombre de diferentes maneras, por ejemplo, se utiliza para<br />

mover ruedas hidráulicas, lo que se conoce desde los comienzos de la historia de la humanidad, que sirven<br />

para irrigar los campos o para <strong>el</strong> molido de los cereales, como <strong>las</strong> cuatro ruedas hidráulicas empleadas para<br />

moler especias, en Ch<strong>el</strong>sea, Massachusetts, donde con la máxima amplitud de la <strong>mar</strong>ea generan alrededor<br />

de 50 caballos de fuerza, o para fabricar hi<strong>el</strong>o, como la de Ploumanach, que en 1898 producía 450<br />

kilogramos diarios.


Otra manera de aprovechar <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas es establecer centrales hidro<strong>el</strong>éctricas, cuyos antecesores son los<br />

molinos de <strong>mar</strong>ea los cuales tropezaron con <strong>el</strong> problema de que <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas son variables en intensidad y,<br />

por lo tanto, su potencia no es constante, ahora, la ingeniería hidráulica ha construido maquinaria y<br />

estructuras que se adaptan para utilizar al máximo la energía producida por la <strong>mar</strong>ea.<br />

El lugar s<strong>el</strong>eccionado para montar una central <strong>mar</strong>eomotriz debe contar con fuertes <strong>mar</strong>eas para que la<br />

amplitud sea grande, con un gran depósito de agua, y con que <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas se presenten en áreas restringidas<br />

para que la obra a realizar tenga <strong>las</strong> menores dimensiones, con <strong>el</strong> fin de que <strong>el</strong> costo sea bajo.<br />

Se han estudiado muchos lugares de <strong>las</strong> costas para <strong>el</strong> establecimiento de este tipo de centrales, y algunas<br />

se han instalado en plan piloto, como la que se construyó en Francia, en <strong>las</strong> costas bretonas de la Bahía<br />

Mont-Saint-Mich<strong>el</strong>; la de la desembocadura d<strong>el</strong> Devern, en Gran Bretaña; en <strong>las</strong> costas d<strong>el</strong> Mar Blanco, en<br />

la Unión Soviética; en <strong>el</strong> Golfo de Cambay en India; en la Bahía Fundy en Canadá, y en <strong>las</strong> costas de la<br />

Patagonia en Argentina.<br />

Actualmente se cuenta con una central de aprovechamiento de la energía de la <strong>mar</strong>ea a escala industrial,<br />

construida en una barrera a través de la entrada d<strong>el</strong> estuario d<strong>el</strong> río Rance, en Bretaña, Francia, <strong>el</strong> cual<br />

desemboca en <strong>el</strong> Canal de la Mancha entre Saint-Malo y Dinard. En este lugar la amplitud de la <strong>mar</strong>ea es<br />

de 13.50 metros y <strong>el</strong> agua entra y sale d<strong>el</strong> estuario a razón de 18 000 metros cúbicos por segundo,<br />

produciéndose un volumen útil de más de 170 millones de metros cúbicos; además, su depósito puede<br />

contener 184 millones de metros cúbicos de agua. Las instalaciones constan de cuatro partes principales: la<br />

represa, la central generadora de energía, <strong>las</strong> esclusas para la navegación y una serie de canales con<br />

válvu<strong>las</strong> reguladoras para ac<strong>el</strong>erar <strong>el</strong> llenado y <strong>el</strong> vaciado d<strong>el</strong> depósito, a través de un dique que une a <strong>las</strong><br />

dos oril<strong>las</strong> que se encuentran a 750 metros de distancia.<br />

Figura 20. Central <strong>mar</strong>eomotriz d<strong>el</strong> Rance, Francia.<br />

Cada una de <strong>las</strong> 24 máquinas generadoras de energía que quedaron instaladas en 1967 en <strong>el</strong> Rance, puede<br />

producir 10 000 kilowatts; por lo tanto, la producción máxima de potencia es de 240 000 kilowatts y en <strong>el</strong><br />

año puede llegar alrededor de 670 millones de kilowatts-hora.<br />

Por lo costeable de la producción de energía <strong>el</strong>éctrica por medio de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas, ya que la utilización d<strong>el</strong><br />

agua casi no cuesta, Se están <strong>el</strong>aborando otros proyectos en los lugares d<strong>el</strong> planeta en donde se presentan<br />

<strong>mar</strong>eas de gran amplitud.


X. RELACIÓN ENTRE LA ATMÓSFERA Y EL OCÉANO, INTERCAMBIO<br />

DE CALOR Y ACCIÓN DEL VIENTO<br />

CUALQUIER persona que se haya embarcado o se quede en la costa y observe una tormenta en <strong>el</strong> <strong>mar</strong>,<br />

conoce bien algunas de <strong>las</strong> consecuencias de la interacción entre la atmósfera y <strong>el</strong> <strong>océano</strong>. Sabe que hasta<br />

los buques más grandes pueden balancearse y cabecear haciendo que la tripulación la pase mal, y que <strong>las</strong><br />

embarcaciones menores pueden quedar destruidas en un instante, o que <strong>las</strong> fuerzas d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> llegan a causar<br />

grandes catástrofes en los poblados de la costa y, algunas veces, ocasionan destrucción a muchos<br />

kilómetros dentro de <strong>el</strong>la.<br />

Toda esta energía que <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> produce cuando <strong>el</strong> viento sopla sobre su superficie, también hace<br />

que se desgaste la costa y llenen con limo <strong>las</strong> caletas y <strong>las</strong> bahías. Asimismo impulsa <strong>las</strong> grandes corrientes<br />

oceánicas, como la Corriente d<strong>el</strong> Golfo de México, la de Kuro-Shivo y la d<strong>el</strong> Perú, y produce los<br />

movimientos de <strong>las</strong> masas de agua en <strong>el</strong> seno d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

Otra de <strong>las</strong> consecuencias de gran importancia de la interacción d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> con <strong>el</strong> viento es que <strong>el</strong> agua<br />

necesaria para mantener la vida en <strong>el</strong> planeta circula constantemente gracias a la acción de este viento.<br />

Durante los últimos 30 años se han logrado grandes ad<strong>el</strong>antos en la comprensión de la r<strong>el</strong>ación entre la<br />

atmósfera y los <strong>océano</strong>s; a esto colaboran tres avances técnicos: <strong>el</strong> desarrollo de nuevos instrumentos de<br />

observación, por ejemplo, <strong>el</strong> satélite meteorológico, que ha revolucionado por completo <strong>las</strong> oportunidades<br />

de observar la atmósfera y averiguar que es lo que está sucediendo en todo momento; la implantación de<br />

nuevas técnicas experimentales que permiten simular la atmósfera con fluidos giratorios y estratificados, y<br />

reproducir en <strong>el</strong> laboratorio la dinámica de fenómenos como la nubosidad, y <strong>el</strong> uso de <strong>las</strong> computadoras de<br />

gran v<strong>el</strong>ocidad, que permiten hacer pronósticos utilizando mod<strong>el</strong>os matemáticos en lugar de la intuición.<br />

Además, cada vez se establecen nuevas estaciones de investigación tanto en tierra como en <strong>el</strong> <strong>mar</strong>, para<br />

observar la r<strong>el</strong>ación atmósfera-<strong>océano</strong>. Existen varias plataformas de observación meteorológica colocadas<br />

en <strong>el</strong> <strong>océano</strong> y muchos barcos de investigación oceanográfica se encuentran haciendo innumerables<br />

estudios sobre esta acción. La meteorología <strong>mar</strong>ina es la rama de la oceanografía física que se encarga d<strong>el</strong><br />

estudio de la interacción de los <strong>océano</strong>s con la atmósfera y d<strong>el</strong> comportamiento diario de ésta en <strong>las</strong><br />

regiones <strong>mar</strong>ítimas.<br />

La atmósfera. está compuesta de un 78 por ciento de nitrógeno, 2I por ciento de oxígeno y 1 por ciento de<br />

otros gases como <strong>el</strong> bióxido de carbono, argón, criptón, xenón, h<strong>el</strong>io, ozono, etcétera; su peso es de 9 046<br />

cuatrillones de ton<strong>el</strong>adas; alcanza una altitud de 65 000 kilómetros en donde se empieza a mezclar con la<br />

atmósfera solar, que se encuentra a 95 000 kilómetros de <strong>el</strong>evación sobre la superficie d<strong>el</strong> planeta.


Figura 21. Estudio de la r<strong>el</strong>ación <strong>océano</strong>-atmósfera.<br />

Figura 22. Zonas de la atmósfera.<br />

Según <strong>sus</strong> características físicas y químicas, la columna de aire atmosférico puede ser dividida en <strong>las</strong><br />

siguientes zonas: tropósfera, estratósfera, mesósfera, termósfera, exósfera y magnetósfera.<br />

La tropósfera alcanza en promedio 8 kilómetros de altura, aunque en los polos su altura es de 5 kilómetros<br />

y, en <strong>las</strong> regiones tropicales, de 11 kilómetros, debido a la diferencia de temperatura de estas regiones, lo<br />

que hace que <strong>el</strong> aire cambie en densidad: cuando la temperatura es baja <strong>el</strong> aire es más denso y ocupa<br />

menor volumen.<br />

La siguiente zona es la estratósfera, con una altura de 50 kilómetros y temperatura casi uniforme de menos<br />

de 2°C; en <strong>el</strong>la destaca una región llamada ionósfera, rica en ozono, O 3 que impide la penetración de la<br />

radiación ultravioleta d<strong>el</strong> Sol hacia <strong>las</strong> capas inferiores de la atmósfera.<br />

Por encima de la estratósfera están la termósfera, la exósfera y la magnetósfera, que ocupan una región<br />

entre los 100 y los 65 000 kilómetros, que es donde empieza la capa de mezcla entre la atmósfera terrestre<br />

y la d<strong>el</strong> Sol.<br />

La r<strong>el</strong>ación entre la atmósfera y <strong>el</strong> <strong>océano</strong> se lleva a cabo en la tropósfera, debido a que la superficie de la<br />

Tierra es la fuente de calor, producido por la radiación solar, que calienta a la atmósfera, y que influye en


<strong>las</strong> condiciones d<strong>el</strong> clima y d<strong>el</strong> tiempo regulando la cantidad de gases atmosféricos y la de vapor de agua.<br />

Se puede considerar que la atmósfera y los <strong>océano</strong>s tienen <strong>el</strong> mismo origen, por lo que presentan casi <strong>el</strong><br />

mismo tipo de constituyentes químicos; sin embargo, la superficie d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> es, en realidad, una<br />

superficie versátil e inestable de una complejidad asombrosa.<br />

Al examinar la capa atmosférica que lo cubre se observa que existe un intercambio constante de masa en la<br />

interfaz <strong>mar</strong>-aire, es decir: de compuestos químicos <strong>sus</strong>pendidos; de energía, que consiste principalmente<br />

en calor, y de impulso, representado por los vientos.<br />

Cuando se considera la interacción atmósfera-<strong>océano</strong>, la masa tiene particular interés si se toman en cuenta<br />

<strong>las</strong> variadas <strong>sus</strong>tancias que fluyen a través de la superficie oceánica y de la atmósfera y la influencia que<br />

estas <strong>sus</strong>tancias tienen sobre los fenómenos que se suceden en ambos medios. Ejemplo de <strong>el</strong><strong>las</strong> son <strong>el</strong><br />

vapor de agua, gases como <strong>el</strong> oxígeno y bióxido de carbono, y los diferentes tipos de sales, que son<br />

básicos para los sistemas biológicos d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

La energía está representada por <strong>el</strong> intercambio de calor que se realiza entre <strong>el</strong> <strong>océano</strong> y la atmósfera, lo<br />

que constituye un verdadero motor térmico. Dicho intercambio, es <strong>el</strong> responsable de que existan diferentes<br />

temperaturas en los polos y en <strong>el</strong> ecuador, y a su vez, este calentamiento diferencial es <strong>el</strong> que ocasiona la<br />

circulación de <strong>las</strong> masas de aire en la atmósfera y de <strong>las</strong> aguas en los <strong>océano</strong>s, lo que provoca que la<br />

temperatura se mantenga más o menos constante en <strong>las</strong> diferentes regiones de la Tierra.<br />

En la dinámica total d<strong>el</strong> calor de la Tierra intervienen: la zona de interacción <strong>mar</strong>-aire, la energía<br />

proveniente d<strong>el</strong> espacio que atraviesa la atmósfera y es absorbida por <strong>el</strong> <strong>océano</strong>, los <strong>océano</strong>s que calientan<br />

la atmósfera que los cubre, y luego la atmósfera que transporta la energía a <strong>las</strong> regiones polares, donde<br />

puede ser emitida al espacio en forma de radiaciones.<br />

En conjunto, la Tierra gana y pierde calor por los cambios que se presentan en <strong>las</strong> radiaciones solares, que<br />

reciben <strong>el</strong> nombre de flujo solar o insolación, y su balance térmico depende de la energía que le llega d<strong>el</strong><br />

Sol y de la que <strong>el</strong>la devu<strong>el</strong>ve al espacio. En <strong>las</strong> latitudes bajas <strong>el</strong> ingreso de la energía proveniente de Sol<br />

es mayor que la pérdida de energía al espacio por radiación; en <strong>las</strong> altitudes altas, en cambio, <strong>el</strong> ingreso de<br />

energía proveniente d<strong>el</strong> Sol es menor que la pérdida al espacio. En la misma latitud, por ejemplo, en toda<br />

África, la distribución d<strong>el</strong> calor sobre la tierra es muy diferente que la d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

En <strong>las</strong> regiones entre los 20° y los 40° de latitud, <strong>las</strong> radiaciones llegan sin pérdida alguna convirtiéndose<br />

en energía calórica.<br />

Por lo tanto, si se to<strong>mar</strong>a en cuenta solamente <strong>el</strong> efecto de la radiación solar, se tendría un cambio<br />

constante de la temperatura de la Tierra; los trópicos tenderían a hacerce más cálidos, y <strong>las</strong> regiones<br />

polares se enfriarían cada vez más. Afortunadamente la temperatura de la Tierra, no depende sólo de <strong>las</strong><br />

radiaciones dado que existe un flujo de energía desde los cálidos trópicos hacia los polos que se lleva a<br />

cabo en <strong>las</strong> porciones fluidas de la Tierra, es decir, tanto en la atmósfera como en los <strong>océano</strong>s.<br />

Tomando en cuenta la temperatura de <strong>las</strong> zonas ecuatoriales y polares, la temperatura promedio d<strong>el</strong> agua<br />

oceánica es de 3.8°C. En <strong>el</strong> hemisferio sur la superficial es 1°C más caliente de la que presenta <strong>el</strong><br />

hemisferio norte; sin embargo, <strong>las</strong> temperaturas d<strong>el</strong> hemisferio sur, para cualquier latitud, son<br />

generalmente más bajas que <strong>las</strong> correspondientes a la misma latitud en <strong>el</strong> hemisferio norte.<br />

La radiación solar atraviesa directamente la atmósfera sin ser absorbida hasta llegar a la superficie d<strong>el</strong><br />

planeta, donde los continentes y los <strong>océano</strong>s la absorben; como estos últimos ocupan <strong>el</strong> 70 por ciento d<strong>el</strong><br />

globo, la mayor parte de la energía que proviene d<strong>el</strong> Sol se fija en la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> y es esta radiación<br />

absorbida la que calienta la atmósfera, primero en los trópicos, y de allí se transporta este calor a <strong>las</strong><br />

latitudes más altas en los polos, donde irradia su energía al espacio.<br />

Otra forma de intercambio de calor entre <strong>el</strong> <strong>océano</strong> y la atmósfera resulta de la evaporación de agua de la


superficie oceánica lo que produce calor en una cantidad de 600 calorías por cada gramo de vapor de agua.<br />

Este vapor, una vez que deja la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, asciende por <strong>el</strong> aire libre hasta que se condensa en<br />

forma de lluvia generándose <strong>las</strong> tormentas. Para ilustrar la importancia de la energía producida por la<br />

evaporación d<strong>el</strong> agua oceánica, cabe señalar que la energía liberada por la condensación de este vapor es<br />

igual a la energía <strong>el</strong>éctrica que utilizarían 10 ciudades d<strong>el</strong> mismo tamaño de Nueva York.<br />

La r<strong>el</strong>ación entre la evaporación y la precipitación que se presenta en <strong>las</strong> regiones oceánicas y atmosféricas<br />

es muy importante para la transferencia de calor en <strong>el</strong> planeta.<br />

El tercer intercambio que se presenta en la interfaz <strong>mar</strong>-aire, es <strong>el</strong> representado por los vientos, llamado<br />

impulso. Estos vientos se producen por la acción d<strong>el</strong> calor procedente d<strong>el</strong> Sol y por <strong>las</strong> diferencias de<br />

presión en la superficie de la Tierra, fenómenos que hacen que <strong>el</strong> aire forme <strong>el</strong> viento al ponerse en<br />

movimiento y su acción turbulenta provoca que los gases que se encuentran en la atmósfera se mezclen,<br />

creando <strong>el</strong> aire que se respira.<br />

El viento fluye con una dirección que va d<strong>el</strong> lugar de mayor presión atmosférica al de menor presión. En la<br />

dirección de los vientos interviene <strong>el</strong> movimiento de rotación de la Tierra, y la v<strong>el</strong>ocidad de éstos se<br />

modifica por <strong>el</strong> rozamiento con la superficie tanto de los continentes como de los <strong>océano</strong>s. En <strong>las</strong> altas<br />

latitudes la mayor transferencia de calor se efectúa por <strong>el</strong> viento.<br />

A los vientos que van desde <strong>las</strong> zonas de alta presión que se localizan en los polos, hacia zonas de baja<br />

presión d<strong>el</strong> ecuador, se les llama alisios; estos vientos desvían su trayectoria hacia la derecha en <strong>el</strong><br />

hemisferio norte y hacia la izquierda en <strong>el</strong> hemisferio sur, debido a la rotación de la Tierra, por <strong>el</strong><br />

denominado efecto de Coriolis. Estos alisios son los más constantes, y como su dirección principal es de<br />

este a oeste fueron llamados "vientos d<strong>el</strong> comercio" por favorecer a <strong>las</strong> embarcaciones que navegaban d<strong>el</strong><br />

Viejo Continente hacia América. Otros vientos soplan d<strong>el</strong> ecuador hacia los polos y reciben <strong>el</strong> nombre de<br />

contraalisios, por tener una dirección en sentido opuesto a la de los alisios.<br />

Otro tipo de vientos son los monzones, que se caracterizan por cambiar de dirección según la estación d<strong>el</strong><br />

año: soplan en una dirección durante <strong>el</strong> verano y en la contraria durante <strong>el</strong> invierno.<br />

Los efectos que producen los monzones son distintos en cada caso; cuando <strong>el</strong> monzón asiático sopla desde<br />

<strong>el</strong> sudoeste, es decir, cuando proviene d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, está cargado de humedad, y en su ascenso por <strong>las</strong> altas<br />

montañas divisorias de la India, origina una rápida condensación y la precipitación correspondiente, dando<br />

lugar a <strong>las</strong> famosas lluvias torrenciales monzónicas d<strong>el</strong> sur d<strong>el</strong> Continente Asiático.<br />

Existen otros tipos de viento menos significativos como los llamados vientos generales d<strong>el</strong> oeste, que<br />

soplan desde <strong>el</strong> sudoeste en <strong>el</strong> hemisferio norte y d<strong>el</strong> nordeste en <strong>el</strong> hemisferio sur, los cuales, en algunas<br />

ocasiones, llegan a adquirir v<strong>el</strong>ocidades altas.<br />

Otro tipo de intercambio de energía entre la atmósfera y <strong>el</strong> <strong>océano</strong> es la presión que ejercen los vientos<br />

sobre la superficie d<strong>el</strong> agua, y su resultado principal son <strong>las</strong> o<strong>las</strong> y <strong>las</strong> corrientes <strong>mar</strong>inas. El intercambio<br />

de energía resultante puede levantar enormes o<strong>las</strong> y ocasionar grandes corrientes oceánicas, lo que produce<br />

importantes cambios en <strong>el</strong> clima de <strong>las</strong> zonas costeras y los continentes.<br />

Estas manifestaciones de los vientos pueden ser violentas. Por ejemplo, cuando un lugar determinado de la<br />

atmósfera incrementa su temperatura, <strong>el</strong> aire situado en <strong>el</strong>la se dilata, haciéndose más denso, y tiende a<br />

descender, por lo que en <strong>las</strong> capas inferiores de la atmósfera, en donde hay aire frío, éste es desalojado y <strong>el</strong><br />

lugar abandonado es ocupado por corrientes de aire que fluyen ascendiendo en espiral, arrastrando arena y<br />

polvo cuando se presenta <strong>el</strong> fenómeno en los continentes, y agua cuando se presenta en los <strong>océano</strong>s; a este<br />

tipo de manifestaciones se les llama remolinos, y pueden alcanzar una v<strong>el</strong>ocidad de hasta 21 kilómetros<br />

por hora.<br />

Otro tipo de manifestaciones violentas son <strong>las</strong> trombas <strong>mar</strong>inas, que se producen cuando de una nube<br />

desciende cierta cantidad de aire frío y pesado hasta tocar la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, desalojando hacia arriba <strong>el</strong>


aire que está sobre esta superficie, que se ve obligado a ascender por ser más liviano, y que forma una<br />

espiral debido a la rotación de la tierra, arrastrando consigo agua.<br />

Cuando se presenta una invasión de aire frío procedente de <strong>las</strong> alturas, desalojando aire caliente de <strong>las</strong><br />

capas inferiores de la atmósfera, se producen los llamados tornados en los cuales la masa de aire frío<br />

desciende con un movimiento en espiral y con intensidad hasta de 350 kilómetros por hora, causando<br />

grandes daños por esta v<strong>el</strong>ocidad. Los tornados se presentan principalmente en Norteamérica, y en Estados<br />

Unidos han llegado a ocurrir unos 200 por año.<br />

La v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> viento provoca que la evaporación en la superficie oceánica se intensifique rápidamente y<br />

esto hace que se <strong>el</strong>eve la energía en la atmósfera; esta energía aumentada genera <strong>las</strong> tormentas; a medida<br />

que avanzan <strong>las</strong> tormentas aumenta la evaporación, lo que proporciona más energía para gestar más<br />

tormentas.<br />

Figura 23. Zonas de ciclones.<br />

Este proceso de regeneración de energía es uno de los factores de la formación de <strong>las</strong> catastróficas<br />

tormentas tropicales llamadas huracanes, en <strong>el</strong> Océano Atlántico, y tifones, en <strong>el</strong> Océano Pacífico. Estas<br />

tormentas siguen aumentando su fuerza mientras están en <strong>el</strong> <strong>océano</strong> templado, y sólo comienzan a amainar<br />

cuando, siguiendo su camino, pasan sobre la tierra o sobre zonas donde <strong>el</strong> <strong>océano</strong> es más frío y la<br />

evaporación se reduce por la menor temperatura superficial. También se acostumbra lla<strong>mar</strong> ciclones a este<br />

tipo de manifestaciones violentas d<strong>el</strong> viento.<br />

Un ciclón está formado por una área central llamada ojo o vórtice y por <strong>sus</strong> márgenes, que generalmente se<br />

encuentran a unas 12 mil<strong>las</strong>; puede alcanzar una v<strong>el</strong>ocidad de 120 kilómetros por hora, aunque a veces<br />

llega hasta los 200 kilómetros por hora, por lo que se entiende que cause grandes destrozos a su paso.<br />

Toda esta r<strong>el</strong>ación d<strong>el</strong> viento con los <strong>océano</strong>s y la complejidad de los fenómenos que produce, muestra la<br />

importancia de conocer su intensidad, por lo que los hombres de <strong>mar</strong> han propuesto una serie de<br />

nomenclaturas para tratar de descubrirla. Una de <strong>el</strong><strong>las</strong> es la propuesta por <strong>el</strong> almirante inglés Francis<br />

Beaufort (1774-1857), la cual se conoce como Escala Marítima de Vientos, en donde los coloca, según su<br />

intensidad, como sigue:<br />

Grados Beaufort Nombre V<strong>el</strong>ocidad<br />

0 Calma 0.0 — 1.0 kmn / hora<br />

1 Ventolina 1.0 — 6.0 kmn / hora<br />

2 Flojo 12.0 — 20.0 kmn / hora


3 Bonancible 20.0 — 30.0 kmn / hora<br />

4 Fresco 40.0 — 50.0 kmn / hora<br />

5 Duro 65.0 — 75.0 kmn / hora<br />

6 Temporal 90.0 — 100.0 kmn / hora<br />

7 Borrasca 100.0 — 120.0 kmn / hora<br />

8 Huracanes más de 120.0 km / hora<br />

En síntesis, <strong>las</strong> formas de transferencia de energía de los <strong>océano</strong>s a la atmósfera son, según su importancia:<br />

la radiación d<strong>el</strong> Sol, la evaporación, <strong>el</strong> intercambio de energía térmica por calentamiento o enfriamiento<br />

d<strong>el</strong> aire y <strong>el</strong> intercambio de energía mecánica provocado por <strong>las</strong> presiones y los vientos de la atmósfera.<br />

Sobre estos fenómenos los oceanógrafos físicos y los meteorólogos están iniciando su estudio; sin<br />

embargo, como la tecnología avanza cada día, se están realizando avances significativos para entender<br />

cada vez mejor la r<strong>el</strong>ación entre la atmósfera y <strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

El objetivo final de estos estudios es poder llegar a considerar a la atmósfera y a los <strong>océano</strong>s como una<br />

sola entidad; algún día, en <strong>el</strong> futuro, poder pronosticar simultáneamente <strong>el</strong> huracán y la tempestad que éste<br />

desencadena; de manera similar, lograr pronosticar la intensidad de <strong>las</strong> o<strong>las</strong> que se generan en la superficie<br />

d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, y que son tan grave p<strong>el</strong>igro para la navegación y la conservación de <strong>las</strong> vidas humanas y de la<br />

economía d<strong>el</strong> hombre.


XI. LAS PRECIPITACIONES ATMOSFÉRICAS Y EL CICLO DEL AGUA<br />

EL AIRE atmosférico nunca está completamente seco, sino que presenta cierta proporción de agua en<br />

forma de vapor que proviene, principalmente, d<strong>el</strong> agua de los <strong>océano</strong>s, tan abundante en la superficie d<strong>el</strong><br />

planeta.<br />

La humedad d<strong>el</strong> aire es muy variable de un punto a otro de la Tierra. Alcanza <strong>el</strong> máximo sobre la porción<br />

ecuatorial de los <strong>océano</strong>s, y <strong>el</strong> mínimo sobre los desiertos, en donde <strong>el</strong> agua falta casi por completo. Los<br />

vientos que remueven la masa atmosférica mezclan <strong>las</strong> capas secas con <strong>las</strong> húmedas llevando este vapor<br />

lejos de los lugares de origen y formando <strong>las</strong> masas de aire.<br />

El agua sube a la atmósfera debido al fenómeno de la evaporación, que es más intensa mientras más lo sea<br />

la temperatura y la agitación d<strong>el</strong> aire. Así, <strong>las</strong> regiones ecuatoriales de los <strong>océano</strong>s evaporan al año una<br />

masa de agua de unos dos metros de espesor. En <strong>el</strong> Mediterráneo, que está sometido a una intensa<br />

radiación, se evapora un metro y medio en <strong>el</strong> mismo tiempo. En cambio, en <strong>las</strong> latitudes altas la cantidad<br />

decrece mucho hasta alcanzar un índice muy pequeño de evaporación en <strong>las</strong> aguas frías próximas a los<br />

polos.<br />

También existen grandes variaciones de evaporación de este a oeste, a lo ancho d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>; por ejemplo, la<br />

evaporación sobre la cálida Corriente d<strong>el</strong> Golfo en la parte occidental d<strong>el</strong> Océano Atlántico, frente a <strong>las</strong><br />

costas de Norteamérica, es casi <strong>el</strong> doble de la que se presenta sobre la parte oriental d<strong>el</strong> mismo <strong>océano</strong>,<br />

frente a <strong>las</strong> costas de Europa, a la misma latitud. El promedio anual de evaporación en todos los <strong>océano</strong>s es<br />

de 97.3 centímetros de espesor.<br />

Se ha calculado que un promedio de 10 billones de ton<strong>el</strong>adas de vapor de agua se mueve en la atmósfera<br />

por acción d<strong>el</strong> viento; un billón cae a la Tierra todos los días, y d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> se evapora por acción d<strong>el</strong> Sol<br />

otro billón diariamente, <strong>el</strong> cual pasa a la atmósfera. Por lo tanto, la atmósfera es un gran depósito de vapor<br />

de agua y su periodo de renovación es cada 10 días.<br />

La evaporación disminuye la temperatura de la superficie d<strong>el</strong> agua ya que absorbe gran cantidad de la<br />

energía d<strong>el</strong> Sol, esto regula <strong>el</strong> equilibrio térmico de los <strong>océano</strong>s. Asimismo, la evaporación tiene un efecto<br />

importante sobre la salinidad de los <strong>mar</strong>es, ya que tiende a concentrar <strong>las</strong> sales que en <strong>el</strong>los existen, es<br />

decir, incrementa la salinidad, contrarrestando la acción de <strong>las</strong> precipitaciones pluviales que diluyen <strong>las</strong><br />

sales d<strong>el</strong> agua próximas a la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, disminuyendo la salinidad. Por tanto, se va a establecer un<br />

equilibrio entre la temperatura, la evaporación y la precipitación que permite que la salinidad aumente o<br />

disminuya según <strong>las</strong> condiciones existentes en la atmósfera y <strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

También la evaporación es importante, por ser la fuente de la mayor cantidad d<strong>el</strong> agua dulce de la Tierra,<br />

ya que <strong>el</strong> agua regresa a la superficie d<strong>el</strong> planeta y a los <strong>océano</strong>s al precipitarse <strong>el</strong> vapor en forma de<br />

lluvia.<br />

La cantidad de evaporación d<strong>el</strong> agua de la superficie de los <strong>mar</strong>es está determinada por los siguientes<br />

factores: temperatura, contenido de vapor de agua en la atmósfera, v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> viento, salinidad d<strong>el</strong> agua<br />

y área de agua expuesta al Sol.<br />

La evaporación es directamente proporcional a la temperatura y a la v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> viento, ya que al<br />

aumentar estos factores también se incrementa <strong>el</strong>la, y es inversamente proporcional al contenido de vapor<br />

de agua y a la salinidad de <strong>el</strong>la, debido a que cuando éstos son altos la evaporación disminuye.<br />

Si en su movimiento ascendente <strong>las</strong> masas de aire cargadas de vapor de agua se encuentran con otras sólo<br />

de aire, <strong>el</strong> vapor se condensa y forma nubes, haciéndose visible, como ocurre al borde d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, en donde<br />

<strong>las</strong> masas de aire <strong>mar</strong>ítimo, saturadas de humedad, chocan con <strong>las</strong> de origen continental, secas y frías. La


evaporación de la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> es la fuente de <strong>las</strong> nubes, y <strong>el</strong> aire <strong>mar</strong>ítimo <strong>el</strong> portador de <strong>el</strong><strong>las</strong>. Las<br />

nubes que se encuentran sobre los continentes tienen origen <strong>mar</strong>ino, ya que <strong>el</strong> aire continental presentaría<br />

<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o despejado.<br />

Al originarse <strong>las</strong> nubes, se van uniendo hasta for<strong>mar</strong> un manto con un espesor de aproximadamente un<br />

kilómetro, que ha sido llamado <strong>el</strong> <strong>mar</strong> de nubes al ser observado por los que viajan en avión o por los<br />

alpinistas que escalan altas montañas, por <strong>el</strong> aspecto que presentan. Al principio, este manto de nubes<br />

parece inmóvil, surcado únicamente por suaves ondulaciones, pero a menudo los cambios en <strong>sus</strong><br />

condiciones y en <strong>sus</strong> movimientos pueden hacer que se presenten los factores adecuados para que se<br />

originen los violentos torb<strong>el</strong>linos.<br />

Las nubes están formadas por la concentración de gotas de agua o de cristales de hi<strong>el</strong>o que se encuentran<br />

<strong>sus</strong>pendidos en la atmósfera como consecuencia de la condensación d<strong>el</strong> vapor de agua contenido en <strong>el</strong> aire,<br />

debido al enfriamiento de este último.<br />

Las nubes presentan gran variedad en <strong>sus</strong> formas y características y los meteorólogos han establecido<br />

varias c<strong>las</strong>ificaciones formando la llamada "escala d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o"; la c<strong>las</strong>ificación más aceptada es la que<br />

distingue cuatro categorías principales:<br />

Cirros: nubes aisladas de contorno filamentoso; se mantienen a gran altura —8 000 a 9 000 m— y su<strong>el</strong>en<br />

estar formados por cristales de hi<strong>el</strong>o; nunca dan origen a precipitaciones en forma de lluvia o nieve, y<br />

forman al combinarse con otros tipos de nubes los cirrocúmulos o cirroestratos.<br />

Estratos: son <strong>las</strong> masas de nubes extendidas en una forma especial y definida. Según su origen y modo de<br />

formación, los de poco espesor se sitúan en los 1 500 metros de latitud. Tampoco originan lluvia, pero al<br />

combinarse se convierten en nimboestratos, que producen los chubascos o aguaceros finos y persistentes, y<br />

se encuentran muy bajos, a 1 000 metros.<br />

Cúmulos: son nubes redondas, de un blanco inmaculado. Se desarrollan verticalmente, o sea que su base<br />

está a los 1 500 metros o más de altitud. Al convertirse en cúmulo-nimbos, que llegan hasta los 12 000<br />

metros de altura, provocan los chubascos, tormentas o granizo.<br />

En estas nubes se originan los movimientos violentos producidos por los torb<strong>el</strong>linos y <strong>las</strong> fuertes descargas<br />

<strong>el</strong>éctricas que se forman por una diferencia grande de potencial <strong>el</strong>éctrico entre una nube y <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, entre<br />

dos nubes, o entre dos partes de una misma nube. Estos cúmulo-nimbos acumulan enormes cargas de<br />

energía <strong>el</strong>éctrica, de 3 000 voltios por centímetro, que al llegar al su<strong>el</strong>o provocan descargas de cientos de<br />

miles de amperios.<br />

CUADRO 2. Volumen de agua transportada por <strong>las</strong> principales corrientes oceánicas<br />

OCÉANO/ CORRIENTE<br />

ANTÁRTICO<br />

Corriente circumpolar<br />

antártica<br />

Millones de m³ /<br />

segundo<br />

100<br />

ÁRTICO<br />

Corriente de Groenlandia 6<br />

Corriente d<strong>el</strong> Mar de<br />

Noruega<br />

1


ATLÁNTICO<br />

Corriente d<strong>el</strong> Golfo 70 — 90<br />

Corriente de Florida 40<br />

Corriente de Brasil 10 — 20<br />

ÍNDICO<br />

NÚMERO TIPO<br />

Corriente de Agulhas 20<br />

PACÍFICO<br />

Corriente d<strong>el</strong> Perú 15 — 20<br />

Corriente Kuro-Shivo 20 — 70<br />

CUADRO 3. Código de nubes<br />

ALTURA<br />

APROXIMADA<br />

(metros)<br />

1 Cirros 8 000 — 9 000<br />

2 Estratos 1 500<br />

3 Cirrocúmulos ------------<br />

4 Altocúmulos ------------<br />

5 Altoestratos ------------<br />

6 Estratocúmulus ------------<br />

7 Nimbocúmulus ------------<br />

8 Cúmulus 2 000<br />

9 Cumulonimbos ------------<br />

10 Nimbos ------------<br />

CUADRO 4. Código de visibilidad<br />

NÚMERO VISIBILIDAD NIEBLA<br />

0 50 metros Densa<br />

1 200 metros D<strong>el</strong>gada<br />

2 400 metros Moderada


3 1 000 metros Tenue<br />

4 1 milla náutica Calimo<br />

5 2 mil<strong>las</strong> náuticas Mala visibilidad<br />

6 5 mil<strong>las</strong> náuticas Buena visibilidad<br />

7 10 mil<strong>las</strong> náuticas Buena visibilidad<br />

8 30 mil<strong>las</strong> náuticas Buena visibilidad<br />

9 Más de 30 mil<strong>las</strong> náuticas Exc<strong>el</strong>ente visibilidad<br />

Nimbos: son nubes negras, de forma irregular, que siempre generan lluvias. Su forma más corriente es la<br />

asociada, algunas veces como nimboestratos, y otras, como cúmulo-nimbos.<br />

Cuando la luz d<strong>el</strong> Sol o de la Luna incide sobre <strong>las</strong> nubes formadas por cristales de hi<strong>el</strong>o, como en <strong>el</strong> caso<br />

de los cirro-estratos, se origina una serie de b<strong>el</strong>los anillos luminosos denominados halos, a los que es más<br />

fácil observar con la luz de la Luna, debido a que la d<strong>el</strong> Sol es muy intensa.<br />

En <strong>sus</strong> estudios sobre <strong>el</strong> clima y <strong>el</strong> tiempo, los meteorólogos toman en cuenta, entre otros datos, los<br />

diferentes tipos de nubes y su extensión en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, a esto lo llaman nubosidad.<br />

Otro tipo de condensación de <strong>las</strong> masas de aire saturadas de vapor de agua se presenta en la niebla, que se<br />

forma cuando estas masas hacen contacto con <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o o con la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, generalmente en los<br />

días cálidos de verano donde al llegar la noche, <strong>el</strong> enfriamiento de la atmósfera produce la niebla. En<br />

ciertas regiones es más frecuente este fenómeno, y a veces la niebla es tan intensa que se pierde la<br />

visibilidad a centímetros de distancia. Las nieb<strong>las</strong> son muy comunes en <strong>el</strong> <strong>mar</strong>.<br />

Al aumentar <strong>el</strong> vapor su volumen en la atmósfera, <strong>las</strong> gotas de agua incrementan su peso, provocando<br />

lluvia; cuando este peso se hace mayor aumenta la v<strong>el</strong>ocidad de caída, con lo que la lluvia se intensifica y<br />

puede transfor<strong>mar</strong>se en una tormenta. La frecuencia e intensidad de <strong>las</strong> lluvias son variables en <strong>las</strong><br />

diferentes regiones de la Tierra y cambian de acuerdo con la evaporación y con la latitud; pero se ha<br />

calculado que se produce una precipitación promedio de 89.7 centímetros por año.<br />

El diámetro de <strong>las</strong> gotas de agua oscila entre una décima de milímetro y 5 milímetros, siendo <strong>el</strong> término<br />

medio de 2 milímetros. La duración de la lluvia es más breve si es mayor <strong>el</strong> tamaño de <strong>las</strong> gotas, como<br />

ocurre en los chaparrones o aguaceros.<br />

El r<strong>el</strong>ieve topográfico desempeña importante pap<strong>el</strong> en la frecuencia de <strong>las</strong> lluvias. Las montañas obligan a<br />

<strong>el</strong>evarse a <strong>las</strong> masas de aire, lo que provoca la rápida condensación d<strong>el</strong> agua y su precipitación como lluvia<br />

o nieve.<br />

Sin embargo, existen regiones en <strong>las</strong> que la nubosidad es bastante <strong>el</strong>evada, y la pluviosidad, es decir, la<br />

cantidad de lluvia, escasa, por lo que <strong>las</strong> nubes sólo en raras ocasiones provocan la precipitación. En estas<br />

regiones, <strong>el</strong> problema grave es la sequía.<br />

En los <strong>océano</strong>s la precipitación anual varía de acuerdo con su extensión superficial, por lo que es mayor en<br />

<strong>el</strong> Océano Pacífico, después en <strong>el</strong> Índico y menor en <strong>el</strong> Atlántico; también cambia por la latitud, y es<br />

mayor en <strong>las</strong> zonas subecuatoriales de ambos hemisferios en los tres <strong>océano</strong>s y menor conforme aumenta<br />

la latitud tanto al norte como al sur en <strong>el</strong> Atlántico y Pacífico; pero en <strong>el</strong> Índico se localizan los cambios<br />

principalmente en la latitud sur.<br />

El vapor de agua atmosférico condensado cae en diferentes formas, ya sea nieve o granizo, dependiendo<br />

de <strong>las</strong> condiciones locales. La nieve aparece cuando <strong>las</strong> masas de aire cargadas de vapor de agua se


encuentran con otras cuya temperatura es inferior a 0°C, entonces, <strong>el</strong> agua cristaliza y forma <strong>las</strong> "estr<strong>el</strong>litas<br />

de la nieve", durante su caída pueden aglomerarse y for<strong>mar</strong> los copos de nieve, con diverso grado de<br />

dureza y tamaño.<br />

La forma de granizo puede destrozar <strong>las</strong> cosechas ya que a veces <strong>el</strong> tamaño de los cristales llega a ser hasta<br />

de 5 a 10 centímetros pesando varios gramos.<br />

Cuando los rayos solares inciden sobre <strong>las</strong> gotas de agua que se encuentran en la atmósfera, la luz se<br />

refleja y se descompone formando <strong>el</strong> espectro normal de la luz, que se observa en forma de un arco de<br />

siete colores, llamado arco iris.<br />

Otro fenómeno atmosférico que se presenta en <strong>el</strong> <strong>océano</strong> es <strong>el</strong> fuego de San T<strong>el</strong>mo, que se origina cuando<br />

existe una diferencia de potencial <strong>el</strong>éctrico muy grande, que hace que de los objetos terminados en punta<br />

se desprendan <strong>el</strong>ectrones que chocan con la molécula de aire y producen chispas. Esto es muy común<br />

observarlo en <strong>el</strong> mástil de los barcos.<br />

Con todo lo anterior, se puede apreciar que los <strong>océano</strong>s ceden a la atmósfera enormes cantidades de vapor<br />

de agua gracias al fenómeno de la evaporación que se origina en su superficie, sobre todo en <strong>las</strong> regiones<br />

ecuatoriales y tropicales, en donde la <strong>el</strong>evada temperatura lo favorece.<br />

Las masas de aire caliente de estas regiones, cargadas de vapor de agua formando la humedad, se <strong>el</strong>evan<br />

en la atmósfera y se dirigen hacia los continentes debido a los vientos procedentes d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, y al hacer<br />

contacto con <strong>las</strong> montañas se <strong>el</strong>evan hacia <strong>las</strong> zonas frías. Por la acción d<strong>el</strong> choque con <strong>las</strong> masas en forma<br />

de nubes que, arrastradas por <strong>el</strong> viento, provocan la lluvia.<br />

El agua cae sobre <strong>el</strong> <strong>mar</strong> y sobre la tierra; cuando lo hace en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> retorna enseguida a su punto de<br />

partida; cuando cae en la tierra, ha de seguir caminos muy distintos hasta reintegrarse a él, estableciendo <strong>el</strong><br />

llamado ciclo hidrológico.<br />

Una parte d<strong>el</strong> agua que se precipita sobre la tierra corre por la superficie de ésta, se concentra en<br />

arroyu<strong>el</strong>os y luego en ríos que erosionan y disu<strong>el</strong>ven los materiales que se encuentran a su paso y que la<br />

llevan, por último, al <strong>mar</strong>.<br />

El su<strong>el</strong>o es recorrido por una inmensa red de torrentes, arroyos y ríos que alcanzan, en conjunto, una<br />

longitud de más de 130 000 kilómetros y envían <strong>sus</strong> aguas al lecho de corrientes caudales. La masa de<br />

agua arrojada por estas corrientes principales, calculada en unos 13 000 millones de metros cúbicos por<br />

hora, es recogida por <strong>el</strong> <strong>océano</strong>, en <strong>el</strong> cual se decanta <strong>el</strong> fango que <strong>el</strong>la arrastró, y queda en su fondo, y se<br />

limpia, combinándose con <strong>las</strong> sales de sodio, potasio, calcio y magnesio, Luego, <strong>el</strong> Sol la evapora<br />

nuevamente y se originan <strong>las</strong> nubes, enriquecidas en oxígeno por la acción de los vientos, y vu<strong>el</strong>ven a<br />

viajar de nuevo a la tierra. Aquí, <strong>el</strong> frío condensa <strong>el</strong> vapor de agua, que cae como lluvia o rocío.<br />

Otra parte d<strong>el</strong> agua que cae sobre la tierra se infiltra y constituye <strong>el</strong> agua subterránea, formando la capa<br />

acuífera que al filtrarse y for<strong>mar</strong> manantiales es aprovechada por los vegetales, los animales y <strong>el</strong> hombre.<br />

Y otra tercera parte se evapora y vu<strong>el</strong>ve a la atmósfera.


Figura 24. Ciclo hidrológico.<br />

Figura 25. Alteración d<strong>el</strong> ciclo hidrológico por tala.<br />

El ciclo ha sido alterado por la acción d<strong>el</strong> hombre al talar los bosques, lo que provoca que <strong>el</strong> agua se<br />

precipite rápidamente al <strong>mar</strong>, haciendo que los ríos se desborden y luego se sequen, que la tierra fértil sea<br />

arrastrada y aumente la erosión, que la capa acuífera desaparezca y, por lo tanto, que <strong>el</strong> agua no se<br />

aproveche.<br />

Este ciclo existe desde los más remotos tiempos de formación de la atmósfera y de la hidrósfera y ha<br />

mantenido más o menos constante la cantidad de agua existente en la Tierra.<br />

Si se detuviera esta <strong>mar</strong>avillosa colaboración d<strong>el</strong> Sol, la atmósfera y <strong>el</strong> <strong>mar</strong>, bastarían unas semanas para<br />

que la vida desapareciera totalmente de nuestro planeta. La masa de agua que <strong>el</strong> <strong>mar</strong> confía al ci<strong>el</strong>o<br />

durante un mes bastaría para que un país de la extensión de Francia quedara oculto más de 30 metros bajo<br />

<strong>las</strong> o<strong>las</strong>.<br />

Para mantener <strong>el</strong> equilibrio d<strong>el</strong> ciclo hidrológico y, por lo tanto, de la vida, <strong>el</strong> <strong>océano</strong> llega a regir<br />

severamente la distribución de los vientos y de <strong>las</strong> precipitaciones. La mayor parte de <strong>las</strong> tormentas que<br />

estallan en la atmósfera que está cubriéndolo y que tratan de penetrar en tierra son ahogadas en su seno,


haciéndoles gastar su energía por <strong>el</strong> rozamiento contra su superficie, cargándo<strong>las</strong> con pesado vapor de<br />

agua, frenándo<strong>las</strong> y desorientándo<strong>las</strong> y así, muchas veces, cuando llegan a <strong>las</strong> costas, <strong>las</strong> tempestades están<br />

a punto de extinguirse manteniendo este equilibrio.<br />

Si una de estas furias descargara sobre un continente con su fuerza inicial, ningún ser viviente, nada de<br />

cuanto los hombres han construido, quedaría en pie en miles de kilómetros cuadrados.<br />

El agua tiene un pap<strong>el</strong> esencial en <strong>las</strong> actividades d<strong>el</strong> planeta desde tiempos muy remotos, y sin duda<br />

continuará siendo un factor decisivo de multitud de fenómenos mientras éste exista; sin embargo, la<br />

abundancia d<strong>el</strong> agua en la naturaleza y <strong>el</strong> continuo contacto que con <strong>el</strong>la se tiene en todos los momentos de<br />

la vida, hacen que no se le conceda la importancia que realmente tiene y debe concedérs<strong>el</strong>e.<br />

Como esta agua es indispensable para que se conserve la vida, se hace necesario que la humanidad tome<br />

conciencia de lo importante que es utilizarla razonablemente, cuando pasa sobre los continentes,<br />

deteniéndola lo más posible para hacerla rendir en su beneficio.


XII. EL OCÉANO Y EL CLIMA<br />

EL CONJUNTO de factores meteorológicos como la temperatura, la presión atmosférica, los vientos, la<br />

humedad y <strong>las</strong> precipitaciones, es tomado en cuenta para estudiar <strong>las</strong> características de la atmósfera, y<br />

cuando este estudio se realiza en <strong>el</strong> momento en que se presentan los fenómenos, se dice que se está<br />

conociendo <strong>el</strong> tiempo.<br />

Por lo tanto, se puede definir como tiempo al estado total de la atmósfera en un momento y en un lugar<br />

determinados. Se dice "<strong>el</strong> tiempo es caluroso y húmedo", cuando la temperatura d<strong>el</strong> aire es alta y abunda <strong>el</strong><br />

vapor de agua a cierta hora d<strong>el</strong> día.<br />

Por clima se entiende al conjunto de factores meteorológicos que caracterizan a la atmósfera, a través de<br />

ciertas épocas d<strong>el</strong> año, en un punto dado de la superficie terrestre. En <strong>el</strong> planeta existen, por ejemplo,<br />

regiones secas y frías, otras húmedas y calurosas, y estas regiones climáticas se encuentran en diferentes<br />

latitudes.<br />

Tanto <strong>el</strong> tiempo corno <strong>el</strong> clima están caracterizados principalmente, por la temperatura y la humedad<br />

atmosféricas pero se tiene que to<strong>mar</strong> en cuenta otros factores como, por ejemplo, los vientos, que en un<br />

momento dado también van a introducir características específicas como los llamados nortes.<br />

Los meteorólogos, científicos que estudian la atmósfera, han preparado c<strong>las</strong>ificaciones de los climas<br />

tomando en cuenta estas características. Entre <strong>las</strong> c<strong>las</strong>ificaciones más conocidas está la de Koppen, que ha<br />

sido modificada por la investigadora mexicana Enriqueta García A<strong>mar</strong>o.<br />

La temperatura d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> es <strong>el</strong> primer factor que interviene en la acción que éste ejerce sobre <strong>el</strong> clima d<strong>el</strong><br />

planeta. El agua d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> puede almacenar enormes cantidades de energía solar, es decir, de calor, <strong>el</strong><br />

cual se desprende de <strong>el</strong>la progresivamente, sin que la temperatura oceánica varíe en forma sensible durante<br />

<strong>el</strong> proceso.<br />

Por ejemplo, la Corriente d<strong>el</strong> Golfo, que lleva aguas con temperatura alta, sale d<strong>el</strong> Golfo de México y llega<br />

hasta <strong>las</strong> costas europeas haciendo que <strong>las</strong> riberas orientales d<strong>el</strong> Océano Atlántico sean más cálidas que <strong>las</strong><br />

occidentales; por regla general, la ciudad de Lisboa no tiene nevadas durante casi todo <strong>el</strong> invierno,<br />

mientras que Nueva York, que está situada en <strong>el</strong> mismo paral<strong>el</strong>o geográfico, sí <strong>las</strong> presenta, y todo su<br />

invierno tiene temperaturas por debajo de 0°C.<br />

Se tiene que diferenciar <strong>el</strong> concepto de calor d<strong>el</strong> de temperatura, ya que <strong>el</strong> calor es una cantidad de energía<br />

determinada que absorbe un cuerpo y la temperatura, por otro lado, es la unidad de medida de esa cantidad<br />

de energía; por ejemplo, si se calienta con la misma llama dos cantidades equivalentes de agua y hierro,<br />

ambas absorben la misma cantidad de calor, sin embargo, <strong>el</strong> hierro alcanza mayor temperatura antes que <strong>el</strong><br />

agua, la cual tarda más en llegar al mismo grado térmico, a pesar de estar sometida al mismo calor. Si se<br />

retira <strong>el</strong> fuego d<strong>el</strong> agua y d<strong>el</strong> hierro a la vez, se observa que <strong>el</strong> metal se enfría rápidamente, mientras que la<br />

temperatura d<strong>el</strong> agua tarda mucho en descender, pues retiene <strong>el</strong> calor absorbido.<br />

Esta propiedad es la que convierte al <strong>océano</strong> en <strong>el</strong> gran regulador meteorológico y climático y, por lo<br />

tanto, se pueden reconocer dos tipos extremos de clima: <strong>el</strong> <strong>mar</strong>ítimo y <strong>el</strong> continental.<br />

El clima continental se caracteriza por ser muy extremoso, es decir, presenta veranos calurosos e inviernos<br />

fríos; la diferencia de temperatura entre una y otra estación durante un año es grande, y lo mismo ocurre<br />

con la temperatura durante <strong>las</strong> 24 horas d<strong>el</strong> día: <strong>las</strong> mañanas son muy calurosas y <strong>las</strong> noches muy frías.<br />

Otras de <strong>sus</strong> características son la presencia escasa de nubosidad y de carencia de precipitaciones<br />

atmosféricas en muchas regiones. Un ejemplo extremo se presenta en Siberia: en <strong>sus</strong> planicies se registran<br />

temperaturas que en verano llegan a los 30°C y en invierno descienden a menos de 60°C, lo que da una


diferencia anual de 90°C.<br />

El clima <strong>mar</strong>ítimo tiene una mayor uniformidad, ya que <strong>sus</strong> veranos son frescos y <strong>sus</strong> inviernos suaves.<br />

Las diferencias anuales son mínimas, lo mismo que <strong>las</strong> que se presentan cada 24 horas. El ci<strong>el</strong>o,<br />

generalmente, está cubierto por nubes, por lo que con frecuencia caen lluvias, y en algunos <strong>mar</strong>es a veces<br />

se presentan 250 días de lluvia por año. Las nieb<strong>las</strong> también son frecuentes.<br />

Los rangos de temperatura anual son menores en los climas <strong>mar</strong>ítimos que en los continentales; por<br />

ejemplo, Nueva Z<strong>el</strong>anda tiene un clima <strong>mar</strong>ítimo con variación de 15°C mientras. que en Lincoln,<br />

Nebraska, con uno típicamente continental, <strong>el</strong> rango es de 31°C.<br />

Las regiones costeras están principalmente sometidas a clima oceánico, sin embargo, sufren también <strong>las</strong><br />

consecuencias d<strong>el</strong> régimen climático continental y tienden a cambiarse, poco a poco o súbitamente, en un<br />

clima continental típico.<br />

Las diferencias entre <strong>el</strong> clima oceánico y <strong>el</strong> continental se deben a que la superficie de los continentes no<br />

almacena grandes cantidades de calor, y por lo tanto, su reserva térmica es muy escasa, de tal manera que<br />

<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o se calienta muy rápidamente en verano, pero en invierno se enfría d<strong>el</strong> mismo modo y, así <strong>el</strong> calor<br />

no tiene tiempo de penetrar en la tierra.<br />

En cambio <strong>el</strong> <strong>océano</strong>, gracias a su masa y propiedades térmicas, absorbe grandes cantidades de calor, lo<br />

que le permite regularizar la temperatura d<strong>el</strong> aire, y a la vez enviar a la atmósfera grandes cantidades de<br />

vapor de agua, dando un alto grado de humedad al clima oceánico, que es <strong>el</strong> segundo factor que interviene<br />

en la acción que <strong>el</strong> <strong>océano</strong> ejerce sobre <strong>el</strong> clima de la Tierra.<br />

Las costas occidentales de los continentes en <strong>las</strong> latitudes medias, es decir, en <strong>las</strong> zonas templadas,<br />

presentan climas esencialmente oceánicos, en tanto que <strong>las</strong> costas orientales están sometidas a un clima<br />

típicamente continental. Este fenómeno se puede explicar por <strong>el</strong> hecho de que en estas regiones la<br />

circulación atmosférica se realiza de oeste a este y los vientos dominantes que soplan sobre <strong>las</strong> costas<br />

orientales proceden de co<strong>mar</strong>cas frías y secas d<strong>el</strong> interior d<strong>el</strong> continente, en tanto que los vientos que rozan<br />

<strong>las</strong> costas occidentales aportan la dulzura y humedad de <strong>las</strong> áreas oceánicas, presentando temperaturas<br />

r<strong>el</strong>ativamente cálidas en invierno y frescas en verano, con ci<strong>el</strong>o muy soleado.<br />

Como ejemplo, se puede comparar <strong>el</strong> clima de Nueva York que es inhóspito con <strong>el</strong> agradable clima que se<br />

presenta en Portugal, en <strong>el</strong> Océano Atlántico; y <strong>el</strong> mismo caso se presenta en <strong>el</strong> Océano Pacífico, entre<br />

Yokohama, en donde la media de invierno es de 3°C y la de verano de 24°C, con lo que la diferencia anual<br />

es de 21°C, y San Francisco, que tiene una media de invierno de 10°C y de verano de 13°C, por lo que la<br />

diferencia es de 4°C.<br />

Cuando se comparan <strong>las</strong> temperaturas superficiales d<strong>el</strong> agua en ambas ciudades en estas dos estaciones d<strong>el</strong><br />

año se observa que en Yokohama la diferencia es de 9°C mientras que en San Francisco solamente es de<br />

3°C.<br />

En <strong>las</strong> regiones ecuatoriales se invierten estos climas debido a que la circulación atmosférica lleva un<br />

sentido inverso al que tiene en <strong>las</strong> regiones templadas, por lo que en <strong>las</strong> costas occidentales se encontrará<br />

una mayor influencia continental, mientras que en <strong>las</strong> orientales se presenta la oceánica.<br />

El <strong>océano</strong> no sólo es responsable de <strong>las</strong> variaciones d<strong>el</strong> clima de <strong>las</strong> regiones costeras, sino que influye<br />

también en <strong>el</strong> clima de los continentes enteros, en donde hace cambiar a <strong>las</strong> estaciones d<strong>el</strong> año; durante <strong>el</strong><br />

verano acumula calor, d<strong>el</strong> que se desprenderá poco a poco en invierno; d<strong>el</strong> mismo modo, <strong>el</strong> calor reinante<br />

en los continentes durante d<strong>el</strong> verano resulta mitigado por <strong>las</strong> masas de aire fresco procedentes d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

El calor y <strong>el</strong> frío, la lluvia, la humedad, la nieve, la sequía y la presión atmosférica son consecuencia de un<br />

constante intercambio de calor, frío y vapor de agua entre <strong>el</strong> <strong>océano</strong> y la atmósfera, lo que representa un<br />

gran regulador térmico, una gigantesca máquina de vapor accionada por <strong>el</strong> sol, en cuyo interior se


encuentran en continuo movimiento enormes cantidades de energía.<br />

Es fácil advertir <strong>las</strong> variaciones en <strong>el</strong> calor y humedad acumulados en <strong>las</strong> diferentes regiones de la<br />

atmósfera ya que se hacen patentes en forma de vientos y tormentas, pero lo que resulta más difícil de<br />

observar son los correspondientes movimientos de masas de agua fría o caliente en los <strong>océano</strong>s que<br />

forman <strong>las</strong> corrientes tanto superficiales como profundas.<br />

Estas corrientes <strong>mar</strong>inas ejercen gran influencia sobre <strong>el</strong> régimen climático d<strong>el</strong> planeta, y <strong>las</strong> principales<br />

son la Corriente d<strong>el</strong> Golfo y la d<strong>el</strong> Kuro-Shivo. La más espectacular es la primera, que lleva aguas cálidas<br />

y saladas a una v<strong>el</strong>ocidad de 9 kilómetros por hora cuando atraviesa <strong>el</strong> estrecho de Florida, y transporta<br />

diariamente mil veces más agua que <strong>el</strong> Misisipí. Cuando llega al norte de Europa, su temperatura ha<br />

descendido mucho y es muy difícil que alguien quiera bañarse en <strong>sus</strong> aguas.<br />

Frente a <strong>las</strong> costas de Noruega, por ejemplo, la temperatura media d<strong>el</strong> agua, en verano, es de unos 12°C.<br />

Esto se debe a que por su temperatura r<strong>el</strong>ativamente alta, <strong>el</strong> agua transportada por la corriente se evapora<br />

sobre <strong>el</strong> Atlántico Norte en grandes volúmenes y provoca una corriente atmosférica que rechaza <strong>el</strong> aire frío<br />

procedente d<strong>el</strong> Asia central, que de otro modo invadiría durante la mayor parte d<strong>el</strong> año <strong>el</strong> centro y <strong>el</strong> norte<br />

de Europa: Cada dos años se producen ligeras variaciones en este régimen, y es entonces cuando en<br />

Europa Central se presentan fuertes nevadas invernales que dan una idea de <strong>las</strong> temperaturas que se<br />

registrarían de no existir la Corriente d<strong>el</strong> Golfo.<br />

Así los tipos de clima que caracterizan una provincia geográfica dependen mucho de los cambios de<br />

energía entre los don grandes dominios: la atmósfera y <strong>el</strong> <strong>océano</strong>, producidos por <strong>las</strong> absorción de calor y<br />

la evaporación que se lleva a cabo.<br />

Se ha logrado localizar <strong>las</strong> zonas de máxima evaporación mediante <strong>las</strong> observaciones meteorológicas y<br />

oceanográficas; lo que permite a los científicos <strong>el</strong>aborar <strong>las</strong> cartas meteorológicas en donde se señalan dos<br />

categorías de zonas: <strong>las</strong> primeras son aquél<strong>las</strong> en donde <strong>el</strong> <strong>océano</strong> cede energía a la atmósfera, mientras<br />

que en <strong>las</strong> segundas ocurre lo contrario. Según la estación d<strong>el</strong> año, estas zonas experimentan variaciones<br />

durante <strong>el</strong> día que se registran en <strong>las</strong> estaciones meteorológicas y se dan a conocer en los llamados reportes<br />

d<strong>el</strong> tiempo, de gran importancia para la navegación.<br />

Estas estaciones meteorológicas proliferan en todo <strong>el</strong> mundo y cada vez forman una red más ancha y larga<br />

en la superficie d<strong>el</strong> planeta; continuamente se instalan nuevas estaciones en los lugares más apartados e<br />

inhóspitos de continentes e is<strong>las</strong>, pero que permiten tener un registro más completo.<br />

La misión principal de la meteorología es la de conocer, con precisión, <strong>el</strong> tiempo que reina sobre <strong>el</strong> globo<br />

terrestre, con <strong>el</strong> fin de predecir cuál será <strong>el</strong> tiempo inmediato, aunque los métodos todavía no son tan<br />

exactos como sería de desear y hasta ahora sólo es posible la previsión a corto plazo; pero a medida que<br />

avanzan los estudios meteorológicos y oceanográficos se vislumbra la posibilidad de establecer <strong>las</strong><br />

predicciones con una anticipación cada vez más amplia.<br />

Los meteorólogos reciben cuatro veces al día, por medio de la radio, reportes en los que se incluyen <strong>las</strong><br />

observaciones de <strong>las</strong> estaciones nacionales e internacionales, y gracias a <strong>el</strong>los pueden levantar <strong>sus</strong> mapas<br />

bicotidianos que contienen <strong>el</strong> registro de <strong>las</strong> presiones barométricas, la dirección y fuerza los vientos, <strong>las</strong><br />

zonas de lluvia, <strong>el</strong> sentido de propagación de los ciclones y anticiclones, y la temperatura. Actualmente<br />

esta información se complementa con <strong>las</strong> fotografías que son enviadas por los satélites artificiales que se<br />

mueven alrededor d<strong>el</strong> planeta, permitiendo que los reportes tengan mayor precisión.<br />

Cuando se mira hacia <strong>el</strong> futuro se puede decir que, al aumentar <strong>el</strong> conocimiento de la acción d<strong>el</strong> <strong>océano</strong><br />

sobre <strong>el</strong> clima y <strong>el</strong> tiempo se podrá <strong>el</strong>aborar un sistema unificado para <strong>sus</strong> pronósticos con la precisión que<br />

en la actualidad se necesita, ya que éstos sólo son valederos para 24 o 36 horas, y más allá de este punto la<br />

precisión disminuye en forma constante y luego de los 3 o 4 días pierde toda validez.<br />

No obstante lo anterior; con buena información d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>-aire y también con otros datos, tales como la


adiación recibida d<strong>el</strong> Sol, se está empezando a registrar más datos gracias a los estudios con satélites; los<br />

meteorólogos creen que <strong>el</strong> período abarcado por pronósticos precisos se podrá extender hasta por dos<br />

semanas.<br />

El estudio de la zona de interacción aire-<strong>mar</strong> inmediatamente por encima y por debajo de la superficie d<strong>el</strong><br />

<strong>océano</strong> motiva grandemente a los meteorólogos y a los oceanógrafós físicos, porque es una zona<br />

sumamente difícil de comprender y esto les significa un reto.<br />

Los meteorólogos y los oceanógrafos están trabajando juntos, y a medida que pasen los años los resultados<br />

que obtengan permitirá pronosticar con mayor precisión al tiempo y al clima, evitando muchas de <strong>las</strong><br />

desgracias que en la actualidad todavía se presentan y dando una mayor seguridad a la navegación<br />

oceánica y aérea.


XIII. INSTRUMENTOS Y MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN EN<br />

OCEANOGRAFÍA FÍSICA<br />

LA OCEANOGRAFÍA FÍSICA, Como ciencia experimental, basa su método en la obtención de la<br />

información directamente d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>. A causa de la movilidad de la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> por la que deriva <strong>el</strong><br />

buque oceanográfico, de la gran distancia a que a menudo se encuentran los <strong>el</strong>ementos para la toma de<br />

muestras y a <strong>las</strong> propiedades físicas particulares d<strong>el</strong> agua de <strong>mar</strong>, la labor d<strong>el</strong> oceanógrafo es<br />

extremadamente difícil, y la preparación de instrumentos de medida o registro plantea arduas tareas a los<br />

técnicos.<br />

El <strong>océano</strong> es un sistema dinámico en donde los fenómenos físicos, químicos y biológicos se llevan a cabo<br />

con ritmo sumamente ac<strong>el</strong>erado, además se producen esca<strong>las</strong> de muy diferente magnitud. Algunos se<br />

presentan a lo largo de miles de kilómetros, como por ejemplo <strong>el</strong> desplazamiento de <strong>las</strong> grandes corrientes<br />

oceánicas, mientras otros se efectúan a escala molecular, como los de difusión.<br />

Estas características tan especiales que presenta <strong>el</strong> estudio d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, hacen que en la actualidad, además de<br />

contar con personal altamente capacitado, se necesite equipo adecuado para lograr los objetivos<br />

planteados.<br />

Para <strong>el</strong>lo se han desarrollado diversos aparatos que incluyen una gran variedad de mod<strong>el</strong>os, algunos para<br />

su uso en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> en tanto que otros son de aplicación en <strong>el</strong> laboratorio.<br />

Todos los instrumentos que se utilizan en oceanografía física han sido diseñados para satisfacer la<br />

condición de ser precisos y responder, a la vez, a la necesidad de soportar <strong>el</strong> trato arduo, ser<br />

mecánicamente seguros y sencillos y prestarse para trabajar a grandes profundidades.<br />

La obtención de muestras en oceanografía física se realiza teniendo en cuenta que <strong>el</strong> barco dispone de un<br />

cabrestante o güinche capaz de bajar los aparatos a grandes profundidades; <strong>el</strong> oceanógrafo físico registra,<br />

entre otros factores, la temperatura y recolecta muestras de agua a profundidaes fijas. Después de detener<br />

<strong>el</strong> barco, que se mantiene inmóvil en lo posible mediante hélices auxiliares, se hacen descender los<br />

instrumentos en grupos de manera que <strong>el</strong> primero que entró al agua se encuentre a la profundidad máxima<br />

compatible con <strong>el</strong> fondo, mientras otro grupo de instrumentos explora la capa inmediatamente superior, y<br />

así sucesivamente, hasta llegar a la superficie.<br />

Entre estos instrumentos se encuentran <strong>las</strong> bot<strong>el</strong><strong>las</strong> para to<strong>mar</strong> muestras de agua, que han sido construidas<br />

de diversas formas y combinadas con los termómetros son los aparatos más antiguos usados por los<br />

oceanógrafos de todos los países. La primera bot<strong>el</strong>la fue construida por Hooke en 1667.<br />

Entre estas bot<strong>el</strong><strong>las</strong> se encuentra la bot<strong>el</strong>la de inversión, ideada en 1912 por <strong>el</strong> oceanógrafo Fsidjot<br />

Nansen. Está formada por un tubo metálico en cuyos extremos se hallan dos válvu<strong>las</strong> exteriores de paso<br />

que se mantienen abiertas durante su descenso. Mediante la caída de un peso llamado mensajero, enviado<br />

desde la superficie que corre sobre <strong>el</strong> cable de sostén de la bot<strong>el</strong>la, se provoca <strong>el</strong> cierre de <strong>las</strong> válvu<strong>las</strong><br />

atrapando una muestra de agua de uno o dos litros, a fin de determinar su salinidad y contenido de<br />

oxígeno. El mensajero queda libre en <strong>el</strong> cable para deslizarse por él y hacer invertir a <strong>las</strong> siguientes<br />

bot<strong>el</strong><strong>las</strong> hasta llegar a la mayor profundidad.<br />

Esta bot<strong>el</strong>la está provista de 2 tubos portatermómetros en donde se colocan los termómetros de inversión,<br />

que fueron diseñados por la firma Negretti Zambra de Londres en 1874, y que han evolucionado hasta<br />

llegar a los que se manejan en la actualidad y que tienen una precisión hasta de 0.01°C. Estos termómetros<br />

operan de tal manera que sólo pueden registrar la temperatura en <strong>el</strong> momento en que la bot<strong>el</strong>la se voltea.<br />

En la misma bot<strong>el</strong>la se coloca un termómetro auxiliar que permite registrar la temperatura en <strong>el</strong> momento<br />

de hacer la lectura en <strong>el</strong> inventario, con <strong>el</strong> fin de hacer <strong>las</strong> correcciones necesarias, ya que la lectura se


hace en la superficie d<strong>el</strong> agua a una temperatura diferente a la que se encontraba en la profundidad.<br />

Figura 26(a). Bot<strong>el</strong>la de tipo Nansen.<br />

Figura 26(b). Movimiento de la bot<strong>el</strong>la de Nansen.<br />

Los fenómenos, <strong>el</strong> de inversión y <strong>el</strong> auxiliar, ocupan <strong>el</strong> interior de un tubo de vidrio grueso cerrado, lo que<br />

hace al dispositivo insensible a la presión de inmersión por lo que se les llama termómetros de inversión<br />

protegidos; también existen los no protegidos expuestos a la presión y cuyo protector está abierto por uno<br />

de <strong>sus</strong> extremos que sirven para determinar la profundidad a que se hacen <strong>las</strong> observaciones.<br />

Cuando los instrumentos son izados a bordo, <strong>las</strong> temperaturas se leen con gran cuidado utilizando una<br />

lente de aumento, mientras <strong>el</strong> agua de <strong>las</strong> bot<strong>el</strong><strong>las</strong> se recoge en frascos de vidrio, donde se guarda para los<br />

análisis posteriores.<br />

En los <strong>océano</strong>s la temperatura presenta variaciones sobre todo en <strong>sus</strong> capas superficiales, por lo que los<br />

oceanógrafos físicos han construido aparatos para registrar <strong>las</strong> variaciones en puntos localizados muy<br />

próximos de estas capas superficiales. Estos aparatos se llaman batitermógrafos. Con estos registros trazan<br />

gráficas que permiten conocer <strong>las</strong> variaciones de la temperatura a profundidades moderadas.


Figura 27. Batitermógrafo.<br />

Los batitermómetros tienen la ventaja de funcionar, mientras <strong>el</strong> barco está navegando hasta a v<strong>el</strong>ocidades<br />

de 18 nudos, pero la más recomendable es la de 12 nudos; se les lanza desde <strong>el</strong> barco sujetos a un cable de<br />

alambre mediante un güinche para ese propósito, y esta operación es rápida y r<strong>el</strong>ativamente fácil. El<br />

aparato penetra verticalmente en <strong>el</strong> agua, a pesar de la v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> barco, y registra directamente la<br />

temperatura en r<strong>el</strong>ación con la profundidad hasta los 300 metros. Su precisión no es muy <strong>el</strong>evada, pues no<br />

va más allá de un décimo de grado, pudiendo registrar temperaturas entre menos 2°C y 32°C.<br />

Otra característica d<strong>el</strong> agua <strong>mar</strong>ina que interesa a los oceanógrafos físicos es la transparencia o penetración<br />

de radiaciones luminosas, y para medirla utilizan <strong>el</strong> disco de Secchi, disco de metal o de madera de color<br />

blanco, de 30 centímetros de diámetro, que se sujeta con un cable graduado que permite medir a qué<br />

profundidad deja de observarse <strong>el</strong> disco, lo que nos indica la penetración de <strong>las</strong> radiaciones luminosas.<br />

Después de la segunda Guerra Mundial, gracias a la <strong>el</strong>ectrónica y al empleo de los fotomultiplicadores, se<br />

han construido aparatos y dispositivos que registran la transparencia en <strong>el</strong> seno mismo de <strong>las</strong> aguas<br />

oceánicas. Los fluorómetros o espectrofotómetros han permitido grandes progresos.<br />

Actualmente se efectúan con estos aparatos estudios para determinar la polarización residual sub<strong>mar</strong>ina de<br />

la luz diurna, es decir, la posibilidad que presenta <strong>el</strong> agua de modificar los rayos luminosos de tal manera<br />

que queden incapaces de refractarse o reflejarse de nuevo en ciertas direcciones. Una parte de la luz, en<br />

efecto, es polarizada por estas aguas d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> y esta fracción es mínima en <strong>las</strong> direcciones normales a la<br />

dirección aparente d<strong>el</strong> Sol. El factor de polarización es muy variable, según <strong>las</strong> diversas aguas estudiadas,<br />

y su valor depende de la naturaleza y de la cantidad de <strong>las</strong> partícu<strong>las</strong> sólidas en <strong>sus</strong>pensión.<br />

La propagación d<strong>el</strong> sonido en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> es otro de los factores físicos que se estudian en<br />

oceanografía, en su rama llamada acústica sub<strong>mar</strong>ina.<br />

Esta propiedad d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> fue conocida desde los tiempos remotos y Leonardo da Vinci (1452-1519)<br />

sabía que <strong>el</strong> agua es un buen conductor d<strong>el</strong> sonido. Registró <strong>el</strong> hecho de que <strong>las</strong> embarcaciones podían<br />

escucharse "a gran distancia" mediante <strong>el</strong> uso de un tubo en forma de trompeta, sumergiendo un extremo<br />

d<strong>el</strong> mismo en <strong>el</strong> agua y apoyando <strong>el</strong> otro en <strong>el</strong> oído. Se piensa que <strong>el</strong> rumor que oía era <strong>el</strong> chapoteo de los<br />

remos de <strong>las</strong> galeras.<br />

Para enviar señales entre <strong>sus</strong> botes, los pescadores de Ceilán, desde hace mucho tiempo, producen un<br />

sonido agudo golpeando una olla porosa sumergida en <strong>el</strong> agua, <strong>el</strong> cual se escucha a considerables<br />

distancias apoyando <strong>el</strong> oído contra <strong>el</strong> casco d<strong>el</strong> bote.<br />

En 1826, V. D. Colladon y F. K. Sturm realizaron la primera medición de la v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> sonido en <strong>las</strong><br />

aguas d<strong>el</strong> lago de Ginebra. Utilizaron una campana de iglesia de 63 kilogramos, sumergida a 3 metros de


profundidad golpeándola con un <strong>mar</strong>tillo para que emitiera ondas. El dest<strong>el</strong>lo producido por la combustión<br />

de una carga de pólvora al mismo tiempo de golpear la campana, indicaba <strong>el</strong> instante d<strong>el</strong> origen d<strong>el</strong><br />

sonido. El detector consistía de una gran trompeta con un extremo sumergido. Ello permitió registrar <strong>el</strong><br />

sonido a distancias hasta de 12 800 metros en aguas con profundidad media de 128 metros.<br />

En 1841, Colladon repitió <strong>el</strong> experimento usando una campana mucho más pesada, y logró percibir<br />

sonidos a distancias de 32 000 metros, lo que indicaba que <strong>el</strong> uso de aparatos adecuados posibilitaría<br />

lograr alcances de varios centenares de kilómetros. Esto le permitió reconocer y destacar claramente la<br />

posibilidad d<strong>el</strong> uso práctico d<strong>el</strong> registro d<strong>el</strong> sonido en la señalización sub<strong>mar</strong>ina.<br />

En aqu<strong>el</strong>la época, varios investigadores británicos y alemanes llevaron a cabo estudios sobre <strong>el</strong> sonido<br />

sub<strong>mar</strong>ino, pero ninguno desarrolló aparatos aptos de uso preciso y práctico. Ya por <strong>el</strong> año de 1898 fue<br />

evidente que la señalización sub<strong>mar</strong>ina era factible, pero no llegó a perfeccionarse <strong>el</strong> instrumental que la<br />

haría comercialmente accesible.<br />

En ese mismo año, A. J. Munday y E. Gray, junto con J. B. Millet, con <strong>el</strong> objeto de for<strong>mar</strong> una campana<br />

sub<strong>mar</strong>ina de señalamiento crearon un sistema adaptable al uso comercial consistente en que los sonidos<br />

producidos por una campana sumergida podrían oírse a considerables distancias utilizando un micrófono<br />

dentro d<strong>el</strong> agua, <strong>sus</strong>pendido desde un buque que se quedaría al garete y en <strong>mar</strong> tranquilo para evitar que<br />

registrara los ruidos de <strong>sus</strong> motores. Posteriormente, Gray instaló un micrófono en una armadura<br />

pisciforme y logró resultados satisfactorios, remolcándola detrás de la embarcación en movimiento.<br />

La siguiente mejora fue introducida por Gray y Munday en 1902, y consistió en colocar los micrófonos en<br />

tanques llenos de agua, construidos en <strong>el</strong> interior d<strong>el</strong> casco, debajo de la línea de flotación, de modo que <strong>el</strong><br />

casco for<strong>mar</strong>a una de <strong>las</strong> paredes d<strong>el</strong> tanque. Cuando los tanques se emplazaron en ambos lados d<strong>el</strong> casco,<br />

resultó posible determinar <strong>el</strong> lugar aproximado de la fuente de origen d<strong>el</strong> sonido.<br />

Campanas sub<strong>mar</strong>inas de diseño especial fueron construidas para <strong>el</strong> uso de los buques-faros, y la primera<br />

quedó instalada en <strong>el</strong> buque-faro número 54 en <strong>el</strong> puerto de Boston en 1903. El servicio aportado por esta<br />

campana cuando se navegaba con ma<strong>las</strong> condiciones de visibilidad resultó de ayuda tan valiosa que a los<br />

pocos años <strong>el</strong> sistema fue adoptado en muchos buques-faros importantes de los Estados Unidos y otras<br />

partes d<strong>el</strong> mundo, con <strong>el</strong> inconveniente de que no era adecuado para la emisión de señales en código<br />

Morse.<br />

Sin embargo, en 1912 R. A. Fessenden inventó un oscilador <strong>el</strong>ectrodinámico que aumentó sensiblemente<br />

<strong>el</strong> alcance de la señalación sub<strong>mar</strong>ina, permitiendo la rápida transmisión de señales en código Morse.<br />

Hasta la segunda Guerra Mundial no se descubrió que <strong>el</strong> sonido puede llegar muy lejos propagándose en<br />

sentido horizontal. Cuando se dotó a los destructores y cazasub<strong>mar</strong>inos estadounidenses con aparatos<br />

especialmente diseñados para la detección de ruido de los motores de los sub<strong>mar</strong>inos enemigos, se observó<br />

que muchas veces volvía a perderse la pista de un sub<strong>mar</strong>ino oportunamente detectado, como si de pronto<br />

hubiese entrado en una "zona d<strong>el</strong> silencio". Era inconcebible que <strong>el</strong> sub<strong>mar</strong>ino hubiera descendido a una<br />

profundidad tal que <strong>el</strong> sonido se perdiese antes de llegar al aparato detector.<br />

Los investigadores se interesaron por <strong>el</strong> fenómeno y descubrieron que en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> existen capas horizontales<br />

de diferente conductibilidad sonora. Las capas calientes son mejores conductoras d<strong>el</strong> sonido que <strong>las</strong> de<br />

agua fría. Donde capas calientes y frías se hallan superpuestas, los sonidos procedentes de <strong>las</strong> frías no<br />

penetran en <strong>las</strong> calientes, sino que son reflejados por <strong>el</strong> plano divisorio.<br />

Así se explicaba la repentina desaparición de los sub<strong>mar</strong>inos: pasaban de <strong>las</strong> capas calientes a otras donde<br />

<strong>el</strong> agua estaba más fría e impedía la propagación d<strong>el</strong> sonido.<br />

En principio los investigadores calculaban la v<strong>el</strong>ocidad de propagación d<strong>el</strong> sonido en <strong>el</strong> agua oceánica a<br />

partir de la salinidad y la temperatura, pero desde hace unos 80 años se diseñaron aparatos llamados<br />

ecosondas y sonares, que permiten estudiar <strong>las</strong> características d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> usando los métodos acústicos.


En estos aparatos se registra la energía d<strong>el</strong> sonido en un pap<strong>el</strong> donde se hace una gráfica, una vez que <strong>el</strong><br />

sonido regresó y fue registrado después de "chocar".<br />

Los ad<strong>el</strong>antos de los conocimientos sobre la propagación d<strong>el</strong> sonido en <strong>el</strong> <strong>océano</strong> se han aplicado para<br />

estudiar <strong>las</strong> profundidades oceánicas utilizando <strong>las</strong> ondas ecoicas, seguidas poco después por <strong>las</strong><br />

ultrasonoras que revolucionaron a fondo la técnica d<strong>el</strong> ecosondeo.<br />

Existen actualmente ecosondas como la JFV-l00, que está unida a un microprocesador <strong>el</strong> cual le permite<br />

manejar un mayor número de datos y obtener más claridad en <strong>sus</strong> gráficas. Esta unidad cuenta con<br />

v<strong>el</strong>ocidad de sonido ultrafuerte, y puede detectar peces d<strong>el</strong>gados y cardúmenes pequeños que se<br />

encuentran en acción, expandiendo su eco en una pantalla a color de 10 pulgadas.<br />

Otro ad<strong>el</strong>anto es la creación de la ecosonda con video, como la Furuno FCV-201, que da una gran<br />

definición d<strong>el</strong> piso d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> y una visión aumentada de la vida de los peces, grabando <strong>sus</strong> datos en un<br />

cassette de video.<br />

También han evolucionado los sonares, y hoy existen los que trabajan a color, como <strong>el</strong> Skipper S1 13<br />

considerado <strong>el</strong> más pequeño con ideas grandes, <strong>el</strong> cual maneja los datos de un sonar y los de navegación al<br />

mismo tiempo en la pantalla, como serían los d<strong>el</strong> rango, inclinación, distancia, profundidad, situación d<strong>el</strong><br />

cardumen, temperatura d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, v<strong>el</strong>ocidad, etcétera. Cuenta con 8 colores en una imagen fija y<br />

brinda finos detalles en una pantalla de pulgadas. Realiza la localización horizontal y vertical d<strong>el</strong> objeto en<br />

forma automática, pudiendo aparecer los datos en inglés, español, francés o noruego.<br />

Para determinar los movimientos que suceden en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> se han diseñado instrumentos destinados a medir<br />

la v<strong>el</strong>ocidad y dirección de <strong>las</strong> corrientes <strong>mar</strong>inas, denominadas correntómetros o correntógrafos, con los<br />

que se pueden registrar <strong>las</strong> características de la corrientes de manera instantánea. Los primeros<br />

correntógrafos fueron construidos hace mucho tiempo y actualmente existen 3 tipos: los mecánicos, los<br />

<strong>el</strong>ectromagnéticos y los de deriva.<br />

Los mecánicos, creados por <strong>el</strong> noruego Ekman, gozan aún d<strong>el</strong> aprecio de los oceanógrafos, y se basan en<br />

la rotación de una hélice, la inclinación de un péndulo y la resistencia al avance de un disco. Estos<br />

mecanismos están calibrados para medir la v<strong>el</strong>ocidad de la corriente con base en la posición r<strong>el</strong>ativa de<br />

una v<strong>el</strong>eta, que orienta <strong>el</strong> instrumento respecto de un compás magnético para determinar la dirección de la<br />

corriente. En la actualidad este dispositivo ha sido reemplazado por <strong>el</strong> llamado roto de savonius, que<br />

permite hacer registros más precisos de la dirección y v<strong>el</strong>ocidad de <strong>las</strong> corrientes.<br />

Otros investigadores prefieren utilizar la <strong>el</strong>ectrónica para estudiar a <strong>las</strong> corrientes y emplean cintas<br />

magnéticas, permitiendo la transmisión de datos por un cable a una boya que remata en <strong>el</strong> correntógrafo,<br />

donde los resultados de <strong>las</strong> mediciones pueden archivarse en una memoria o enviarse directamente por<br />

radio a tierra; también pueden utilizarse en este trabajo los satélites.<br />

Los correntómetros pueden operar con <strong>el</strong> barco fondeado, <strong>sus</strong>pendidos a gran profundidad, fijos a un cable<br />

<strong>las</strong>trado, o sobre una estructura apoyada en <strong>el</strong> fondo d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>. El fondeo de los barcos en zonas de gran<br />

profundidad se ha resu<strong>el</strong>to gracias al empleo de cables de materia plástica, sin embargo, continúa <strong>el</strong><br />

problema de la localización, debido a que en alta <strong>mar</strong>, donde ni aparatos ópticos, como los teodolitos, ni<br />

radar pueden usarse, resulta muy difícil determinar con precisión la posición d<strong>el</strong> barco y, por consiguiente,<br />

<strong>el</strong> punto exacto donde se efectúa la medición de la corriente.<br />

Por medio de la <strong>el</strong>ectrónica se ha tratado de resolver <strong>el</strong> problema de la localización de <strong>las</strong> embarcaciones<br />

en <strong>el</strong> <strong>océano</strong>, creándose varios sistemas, como <strong>el</strong> Loran, que emplean <strong>el</strong> mismo principio. Estos sistemas<br />

utilizan estaciones en tierra que emiten continuamente datos d<strong>el</strong> punto donde están situadas y <strong>el</strong> barco, por<br />

su parte, está equipado con un receptor que determina automáticamente la posición de <strong>las</strong> estaciones con<br />

respecto a donde se encuentra operando, con lo que se llega a obtener la posición de un barco en alta<strong>mar</strong><br />

con una exactitud de algunas docenas de metros.


También en los últimos años ya se cuenta con <strong>el</strong> llamado navegador por satélite, que es un aparato<br />

conectado a un satélite artificial que le permite navegar utilizando <strong>el</strong> piloto automático con un error que no<br />

pasa de los 10 metros en 24 horas.<br />

Uno de los últimos diseños de este navegador por satélite, <strong>el</strong> FSN-70 de la planta Furuno, tiene una<br />

memoria que le permite manejar más de 300 situaciones diferentes. Con estos datos en <strong>el</strong> barco se pueden<br />

registrar <strong>las</strong> distintas áreas de pesca y se podrá regresar a <strong>el</strong><strong>las</strong> con gran exactitud.<br />

En un puerto soviético d<strong>el</strong> Mar Negro entró en funcionamiento en 1985 una estación de comunicaciones<br />

<strong>mar</strong>ítimas vía satélite, pudiendo los barcos intercambiar información en cuestión de segundos con su<br />

puerto.<br />

Este método permite evitar la zona d<strong>el</strong> espacio circumterrestre, saturada con <strong>las</strong> ondas de radio, y crear<br />

canales estables de comunicación sin interferencias para emplearlos en <strong>las</strong> líneas costa-satélite-barco y<br />

viceversa.<br />

El correntómetro <strong>el</strong>ectromagnético basa su funcionamiento en la medición de la fuerza <strong>el</strong>ectromotriz<br />

producida en la masa de agua, cuando una corriente <strong>mar</strong>ina atraviesa <strong>el</strong> campo magnético d<strong>el</strong> planeta,<br />

cuyo valor es de un milivoltio por nudo de corriente. Es un instrumento reciente que permite determinar<br />

<strong>las</strong> características de <strong>las</strong> corrientes superficiales. La ventaja de este aparato es que puede funcionar con <strong>el</strong><br />

barco navegando y su único inconveniente es que se limita a la capa superficial; se le llamó GEK iniciales<br />

de "geo<strong>el</strong>ectrocinetógrafo", en inglés, siendo su inventor <strong>el</strong> oceanógrafo norteamericano W.Von Arx en<br />

1950.<br />

Los correntómetros de deriva constan de flotadores <strong>las</strong>trados que les permiten quedar a la deriva a una<br />

cierta profundidad y de los cuales se determina la trayectoria.<br />

Por otro lado, existen diferentes tipos de flotadores. El de paracaídas es un paracaídas común <strong>sus</strong>pendido<br />

de una boya por un alambre <strong>las</strong>trado. Se abre fácilmente al ser lanzado y se mantiene así impulsado por la<br />

corriente.<br />

El flotador neutro de Swallow es un tubo de aluminio de 9 centímetros de diámetro y de unos 2 metros de<br />

largo que contiene un equipo para emitir pulsos sonoros y que se <strong>las</strong>tra para que flote a la profundidad<br />

deseada. Un buque capta <strong>las</strong> emisiones sonoras d<strong>el</strong> flotador mediante 2 hidrófonos.<br />

También se puede considerar como de deriva a <strong>las</strong> "boyas de flotabilidad neutra", dispositivo de aluminio<br />

que, con una gravedad específica determinada, se arroja por <strong>el</strong> costado d<strong>el</strong> barco y se hunde hasta que<br />

encuentra agua de su misma densidad, con lo que la boya se desplaza y <strong>sus</strong> movimientos se siguen por<br />

medio de impulsos sonoros recogidos por un transductor que lleva la boya, <strong>el</strong> cual, a su vez, los envía al<br />

barco.<br />

Las <strong>mar</strong>eas son medidas con instrumentos llamados <strong>mar</strong>eógrafos que registran <strong>el</strong> ascenso y <strong>el</strong> descenso de<br />

la superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>. El tipo más común consiste en un flotador que sigue los cambios de niv<strong>el</strong> de la<br />

superficie d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>. Otros, más complicados, pueden medir <strong>las</strong> variaciones de presión, al estar dotados de<br />

un barómetro que se sumerge a cierta profundidad y que registra <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas distinguiéndo<strong>las</strong> d<strong>el</strong> oleaje.<br />

Para registrar <strong>el</strong> oleaje existen los oleógrafos, con gran variedad de mod<strong>el</strong>os, todos <strong>el</strong>los utilizables en <strong>las</strong><br />

proximidades d<strong>el</strong> litoral. El más sencillo consiste en sumergir cerca d<strong>el</strong> litoral, a profundidades de 7 u 8<br />

metros, una pértiga graduada que descanse sobre una plataforma colocada en <strong>el</strong> fondo y que rebase <strong>el</strong> niv<strong>el</strong><br />

d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> en una altura superior a la amplitud máxima de la ola. La observación se hará desde tierra.<br />

Existen aparatos que permiten medir o<strong>las</strong> solitarias debidas a movimientos sísmicos o a <strong>las</strong> erupciones<br />

volcánicas, llamadas tsunamis; poseen filtros que <strong>el</strong>iminan <strong>las</strong> variaciones de niv<strong>el</strong> de periodo breve u<br />

oleaje y de periodo medio o <strong>mar</strong>eas, registrando sólo a los tsunamis cuyos períodos son muy largos.


En la actualidad, para estudiar <strong>el</strong> oleaje, se pueden hacer mod<strong>el</strong>os en piletas artificiales, en donde se<br />

utilizan los batidores de oleaje y los aparatos de registro d<strong>el</strong> eco que se produce por <strong>las</strong> o<strong>las</strong>.<br />

El diseño de los aparatos para la investigación en Oceanografía física se encuentra en la actualidad<br />

condicionado a lograr que éstos sean capaces de producir la mayor información por unidad de tiempo y<br />

con más precisión. Esta información se obtiene cada día en grandes cantidades, resultando imposible<br />

manejarla con métodos manuales, por lo que se ha incorporado a la investigación <strong>mar</strong>ina <strong>el</strong> uso de<br />

ordenadores a bordo de <strong>las</strong> embarcaciones para hacer posible <strong>el</strong> tratamiento matemático de los datos.<br />

Los barcos oceanográficos modernos cuentan con estos ordenadores que son de dos tipos diferentes: <strong>el</strong><br />

digital únicamente tiene la función de procesar los datos, produciendo listados, gráficas, mod<strong>el</strong>os<br />

matemáticos, etcétera. El otro tipo de ordenador es aqu<strong>el</strong> que también interviene en la colecta de los datos,<br />

y que actualmente se encuentra en su etapa de desarrollo, con la finalidad de llegar a medir, de forma<br />

continua, distintos parámetros físicos, químicos y biológicos.<br />

El manejo de la información oceanográfica se hace cada día más complicado, por lo que los países y <strong>las</strong><br />

organizaciones internacionales han creado los centros de datos con <strong>el</strong> fin de facilitar dicho manejo.<br />

La Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO, ha publicado una guía de servicio<br />

internacional de datos sobre <strong>el</strong> ambiente <strong>mar</strong>ino, en donde se registran <strong>el</strong> Sistema de Información sobre<br />

Ciencias Acuáticas y Pesquerías, creado en 1959, perteneciente a la Organización de <strong>las</strong> Naciones Unidas<br />

para la Agricultura y la Alimentación, FAO; <strong>el</strong> Servicio de Datos e Información de la Agencia<br />

Internacional de Energía Atómica, IAEA; <strong>el</strong> Servicio de Hidrografía d<strong>el</strong> Consejo Internacional para la<br />

Exploración d<strong>el</strong> Mar, ICES; <strong>el</strong> Servicio de Datos de la Organización Internacional de Hidrografía, y <strong>el</strong><br />

Centro Mundial de Datos Oceanográficos de la propia Comisión que pertenece a la UNESCO, entre otras.<br />

Para lograr que <strong>las</strong> mediciones que se utilizan en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> sean de provecho para un mayor número de<br />

investigadores, son necesarios la estandarización de los métodos, de <strong>las</strong> definiciones y de <strong>las</strong> unidades de<br />

medida, así como la calibración uniforme de los aparatos.<br />

El progreso en <strong>el</strong> diseño y construcción de los diversos instrumentos que utiliza <strong>el</strong> oceanógrafo físico para<br />

rev<strong>el</strong>ar los misterios oceánicos no se interrumpe y se tiende cada vez más hacia la automatización y hacia<br />

la transmisión directa de <strong>las</strong> informaciones, con <strong>el</strong> fin de liberarse de la dependencia de cables metálicos<br />

que hacen difíciles y lentas <strong>las</strong> maniobras y operaciones, y de <strong>sus</strong>tituirlos por la <strong>el</strong>ectrónica. El futuro<br />

arsenal oceanográfico cada vez estará más automatizado y <strong>el</strong> hombre intervendrá con su espíritu creador<br />

preocupándose de que, al finalizar cada campaña oceanográfica, la información obtenida se encuentre<br />

<strong>el</strong>aborada en principio, para publicarla inmediatamente y así lograr difundir los resultados para que sean<br />

aprovechados por otros investigadores.


XIV. LAS MATEMÁTICAS Y EL ESTUDIO DE LOS OCÉANOS. LA<br />

INGENIERÍA<br />

OCURRE cada vez con mayor frecuencia que los jóvenes dotados para <strong>el</strong> conocimiento de <strong>las</strong> matemáticas<br />

encuentran ocupación en casi todas <strong>las</strong> esferas de la actividad científica, incluidas <strong>las</strong> <strong>ciencias</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>. Las<br />

matemáticas cobran cada día mayor interés en todos los aspectos de la investigación científica. Su campo<br />

de acción se extiende desde <strong>el</strong> estudio de los fenómenos físicos, químicos y biológicos hasta <strong>el</strong> de los<br />

económicos y sociales.<br />

La investigación que se utiliza en <strong>las</strong> <strong>ciencias</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, sea cual fuere la índole de su especialidad, basada<br />

en la observación de fenómenos colectivos o en numerosas observaciones respecto a uno en particular,<br />

debe siempre representarse numéricamente para lograr una comprobación experimental. Esto da, en gran<br />

medida, mayor rigor y validez a la mirada de conjunto y a la proposición de <strong>las</strong> conclusiones. Permite,<br />

asimismo, hacer predicciones, sobre todo de aqu<strong>el</strong>los fenómenos cuya variación es tan grande que<br />

difícilmente se pueden expresar con rígidas fórmu<strong>las</strong> matemáticas, como en <strong>el</strong> caso de los fenómenos<br />

biológicos, psicológicos y sociológicos.<br />

En los últimos tiempos, se ha manifestado una fuerte tendencia en <strong>las</strong> <strong>ciencias</strong> hacia la formulación de<br />

mod<strong>el</strong>os matemáticos que consisten en la representación numérica de los <strong>el</strong>ementos que forman un sistema<br />

en la naturaleza, los que permiten conocer <strong>sus</strong> interr<strong>el</strong>aciones y predecir su comportamiento, ya que<br />

constituyen la única forma de manejar situaciones muy complicadas y de probar hipótesis científicas<br />

básicas. Sin embargo todavía no se cuenta con mod<strong>el</strong>os matemáticos enteramente satisfactorios en r<strong>el</strong>ación<br />

con los fenómenos que se suceden en la biología, especialmente en <strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

En la actualidad la aplicación de <strong>las</strong> matemáticas en <strong>las</strong> <strong>ciencias</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> ha experimentado un progreso<br />

considerable, y muchos de los fenómenos que ocurren en <strong>el</strong> <strong>océano</strong> se han podido entender mejor<br />

contando con su apoyo.<br />

Las matemáticas tienen r<strong>el</strong>ación directa con la investigación en la oceanografía física, auxiliándola en<br />

estudios de dinámica de <strong>las</strong> corrientes oceánicas, <strong>el</strong> comportamiento de <strong>las</strong> o<strong>las</strong> en <strong>sus</strong> índices de amplitud,<br />

<strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas, etcétera. Es por <strong>el</strong>lo que <strong>el</strong> oceanógrafo físico tiene que dominar conocimientos en <strong>las</strong><br />

siguientes áreas de <strong>las</strong> matemáticas: álgebra, análisis, cálculo diferencial e integral, análisis de vectores,<br />

métodos numéricos y programación de computadoras.<br />

Los oceanógrafos químicos deben conocer <strong>las</strong> matemáticas hasta <strong>las</strong> ecuaciones diferenciales, siendo<br />

también de utilidad la información sobre estadística y programación de computadoras, sobre todo para<br />

estudiar los fenómenos fisicoquímicos que se presentan en <strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

En la oceanografía geológica se utiliza álgebra, geometría, trigonometría, cálculo diferencial e integral,<br />

siendo convenientes algunos conocimientos de estadística y programación de computadoras. Los<br />

oceanógrafos que se especialicen en geofísica deben poseer sólidos conceptos de matemáticas, similares a<br />

los de los oceanógrafos físicos. Estos científicos pueden aplicar <strong>las</strong> matemáticas para resolver problemas<br />

de sedimentos, r<strong>el</strong>acionados con la ingeniería de costas y fondos oceánicos, entre otros.<br />

Los biólogos que se dedican al estudio d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> tienen que estar capacitados en estadística, cálculo y<br />

álgebra, siendo para <strong>el</strong>los también conveniente <strong>el</strong> conocimiento de programación de computadoras, ya que<br />

infinidad de problemas biológicos necesitan de los métodos numéricos para poderlos cuantificar; como en<br />

los estudios sobre comunidades; que se hacen con <strong>el</strong> fin de conocer su crecimiento, reproducción y<br />

mortalidad.<br />

Uno de los dominios más importantes de la oceanografía biológica actual es la productividad <strong>mar</strong>ina, cuyo<br />

estudio se basa, en parte, en <strong>las</strong> matemáticas y utiliza la estadística para comprender la dinámica de <strong>las</strong>


poblaciones.<br />

El uso de <strong>las</strong> computadoras en la oceanografía biológica es fundamental, por los grandes volúmenes de<br />

información que permiten manejar, por la v<strong>el</strong>ocidad con que se realizan los cálculos y por la confiabilidad<br />

que ofrecen.<br />

Las matemáticas son la base en la formulación de programas de <strong>las</strong> computadoras <strong>el</strong>ectrónicas para <strong>el</strong><br />

estudio de los seres vivos d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> y <strong>sus</strong> r<strong>el</strong>aciones con <strong>el</strong> medio ambiente ya que en estos estudios se<br />

manejan miles de muestras de agua para estudiar la existencia de multitud y su r<strong>el</strong>ación con <strong>las</strong><br />

características fisicoquímicas d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, como la concentración de sales y <strong>las</strong> variaciones en <strong>el</strong> pH.<br />

En <strong>las</strong> investigaciones pesqueras, <strong>las</strong> dimensiones de los organismos o de <strong>sus</strong> conjuntos no pueden ser<br />

medidas en su totalidad directamente. Por ejemplo, no es posible medir todos los peces capturados y,<br />

menos aún, todos los peces, que existen en <strong>el</strong> <strong>mar</strong>. Se acostumbra examinar una parte o muestra de la<br />

población para deducir <strong>las</strong> características que la definen, porcentaje de peces maduros, la talla media de<br />

los mismos, etcétera. Con esta muestra, que es una representación d<strong>el</strong> conjunto de la población, se puede<br />

hacer una estimación de los valores reales d<strong>el</strong> todo.<br />

Como ejemplo de lo anterior, se puede tener al estudio de la pesquería de la anchoveta, pez semejante a la<br />

sardina, con <strong>el</strong> que se <strong>el</strong>abora la mayor parte de la harina de pescado en <strong>el</strong> mundo y que forma una de <strong>las</strong><br />

poblaciones de peces más grandes, llegándose a capturar hasta 12 millones de ton<strong>el</strong>adas por año en la<br />

corriente d<strong>el</strong> Perú. Esta especie, por su gran magnitud, constituye un sistema de la naturaleza, compuesto<br />

por múltiples <strong>el</strong>ementos, cada uno con variadas características en que muchas de <strong>el</strong><strong>las</strong> se interr<strong>el</strong>acionan,<br />

permitiendo estas condiciones <strong>el</strong>aborar un mod<strong>el</strong>o matemático en <strong>el</strong> que se puede simular <strong>el</strong> hecho real.<br />

En <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o se tienen que to<strong>mar</strong> en cuenta <strong>las</strong> existencias naturales de los organismos, lo que se llama<br />

stock, de la población de anchoveta, que se mueve en un escenario o <strong>mar</strong>co ambiental, formado por los<br />

factores fisicoquímicos que constituyen <strong>el</strong> clima acuático.<br />

El mod<strong>el</strong>o matemático permitiría predecir muchos factores: <strong>las</strong> existencias capturables de la población de<br />

anchoveta, <strong>las</strong> variaciones de óptimo aprovechamiento de la captura, la reproducción de la especie en<br />

cuanto a número de huevos y larvas, <strong>el</strong> número de estas larvas que llegan al tamaño que les permite ser<br />

consideradas como parte de la población pescable (es decir reclutas), <strong>el</strong> esfuerzo pesquero, su mortalidad<br />

natural y la mortalidad por pesca, así como consideraciones de tipo socioeconómico y de rentabilidad de la<br />

captura.<br />

Es decir, población pescable es igual a población natural más reproducción y reclutamiento, menos<br />

mortalidad natural y mortalidad por pesca.<br />

S 2 = S 1 + (Rep. + Recl.) — (Mn + Mp)<br />

El propósito de una pesquería es aprovechar racionalmente un recurso con <strong>el</strong> fin de obtener materia prima<br />

que sirva, directa o indirectamente, para la alimentación humana; y con mod<strong>el</strong>os matemáticos como <strong>el</strong><br />

anterior, se puede establecer <strong>el</strong> régimen de pesca, la duración de <strong>las</strong> temporadas de captura, los días de<br />

pesca de cada semana, <strong>el</strong> número de barcos que deben emplearse, la cantidad de producto que se ha de<br />

obtener, etcétera, lo que permitiría manejar correctamente la industria en favor de la especie humana.<br />

Las matemáticas también pueden tener aplicación interdisciplinaria en <strong>el</strong> estudio d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> como en <strong>el</strong><br />

caso de la percepción remota, técnica que permite obtener información sobre un objeto a cierta distancia<br />

d<strong>el</strong> mismo, utilizando naves aéreas o espaciales (satélites). La captación de información se hace en<br />

estaciones colocadas en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> y es transmitida a estaciones en tierra, a través de la atmósfera y espacio.<br />

En <strong>las</strong> estaciones en tierra esta información se analiza por medio de computadoras, que permiten observar<br />

un mayor número de datos, Por ejemplo en una fotografía que se toma d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, <strong>el</strong> ojo humano sólo


diferenciará 16 tonos de gris, mientras que la computadora permite analizar hasta 240, lo que es útil para<br />

ver los cambios que la contaminación produce en los factores fisicoquímicos d<strong>el</strong> <strong>océano</strong>, y usando la<br />

fotografía infrarroja, se pueden localizar seres vivos y conocer su abundancia y distribución. Estos<br />

estudios d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> también tienen aplicación en investigaciones meteorológicas, de contaminación y de<br />

pesca, entre otras. El análisis de la percepción remota en la computadora permite resolver algunas<br />

dificultades que se presentan en la fotografía, producidas por la curvatura de la Tierra o por <strong>el</strong> exceso de<br />

nubosidad.<br />

Las matemáticas, junto con <strong>las</strong> otras <strong>ciencias</strong> exactas, física y química, cuando se aplican a optimizar los<br />

<strong>recursos</strong>, los tiempos, <strong>las</strong> construcciones, etcétera, forman <strong>el</strong> campo de la ingeniería. Los ingenieros<br />

desempeñan un pap<strong>el</strong> en muchos aspectos de la ciencia <strong>mar</strong>ina, que van desde <strong>el</strong> diseño de nuevos<br />

instrumentos hasta la construcción de obras monumentales en <strong>las</strong> costas. Las diferentes especialidades de<br />

la ingeniería (civil, mecánica, <strong>el</strong>ectrónica y química) intervienen en la construcción de puertos.<br />

El ingeniero civil junto con los oceanógrafos físicos se encargará de estudiar <strong>las</strong> características<br />

hidrográficas y de la costa, para poder <strong>el</strong>aborar los planos de construcción de <strong>las</strong> obras, como aqu<strong>el</strong><strong>las</strong> que<br />

sirven para su mantenimiento, como por ejemplo <strong>las</strong> de dragado y <strong>las</strong> de protección de <strong>las</strong> costas como los<br />

espigones que son muros de piedra que se colocan en <strong>el</strong> <strong>mar</strong> perpendiculares u oblicuos a la orilla y que<br />

evitan la erosión.<br />

Se ha definido a los puertos como "<strong>el</strong> lugar de la costa, natural o artificial, protegido de los temporales, en<br />

<strong>el</strong> cual los barcos pueden permanecer al abrigo de éstos, y realizar tanto <strong>las</strong> operaciones de carga o<br />

descarga de mercancía como <strong>las</strong> reparaciones y trabajos de mantenimiento necesarios". La mayoría de los<br />

puertos tradicionales d<strong>el</strong> mundo estuvieron, en principio, localizados en la desembocadura de un río<br />

grande, como Rotterdam, Amsterdam y Amberes en <strong>el</strong> Rin; Nueva York en <strong>el</strong> Hudson; Nueva Orleáns en<br />

<strong>el</strong> Misisipí; Alvarado en <strong>el</strong> Papaloapan y Buenos Aires en <strong>el</strong> Río de la Plata.<br />

Figura 28. Dragado de un puerto.<br />

El concepto moderno de puerto se ha modificado y no sólo se les considera como lugares de abrigo, sino<br />

que representan sitios con complejas instalaciones especializadas, <strong>las</strong> cuales permiten diferenciar distintos<br />

tipos de puertos: comerciales, pesqueros, de recreo y militares, y su construcción y manejo está a cargo de<br />

los ingenieros civiles.<br />

En estos puertos <strong>las</strong> instalaciones se pueden agrupar en cuatro tipos básicos: <strong>las</strong> obras de abrigo y los<br />

accesos <strong>mar</strong>ítimos y terrestres; <strong>las</strong> construcciones para <strong>el</strong> atraque de tráfico y <strong>el</strong> almacenamiento;<br />

instalaciones y equipo para <strong>el</strong> manejo de <strong>las</strong> cargas; y <strong>las</strong> de construcción, reparación y mantenimiento de<br />

<strong>las</strong> embarcaciones.<br />

Entre <strong>las</strong> instalaciones de abrigo se encuentran los diques o rompeo<strong>las</strong> que forman <strong>las</strong> escolleras, especie<br />

de paredes sobre <strong>las</strong> que rompe la ola y que protegen de la acción d<strong>el</strong> viento; pueden ser paral<strong>el</strong>as,<br />

convergentes y recurvadas y limitan la zona de aguas tranqui<strong>las</strong> donde pueden fondear los barcos, llamada


dársena.<br />

Figura 29. Instalaciones de un puerto.<br />

Los accesos <strong>mar</strong>ítimos son los canales de navegación para la entrada de <strong>las</strong> embarcaciones al puerto, los<br />

cuales deben tener <strong>el</strong> calado suficiente. Para construirlos se toman en cuenta <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas, <strong>el</strong> oleaje y <strong>el</strong><br />

transporte de sedimentos y para mantenerlos navegables, generalmente se usa <strong>el</strong> dragado. El acceso por<br />

tierra se encuentra en la zona de servicio d<strong>el</strong> puerto y éste puede incluir carretera y ferrocarril.<br />

Las construcciones para <strong>el</strong> atraque están representadas por aqu<strong>el</strong><strong>las</strong> en que <strong>las</strong> embarcaciones quedan<br />

inmovilizadas, denominadas mu<strong>el</strong>les, que pueden tener diseños y tamaños muy variados, según <strong>el</strong> tipo de<br />

puerto de que se trate; lo mismo sucede con <strong>las</strong> obras para <strong>el</strong> tráfico, es decir, estacionamientos y andenes;<br />

con <strong>las</strong> de almacenamiento, bodegas, frigoríficos, etcétera; y con <strong>las</strong> instalaciones y equipo para <strong>el</strong> manejo<br />

de <strong>las</strong> cargas.<br />

Figura 30. Escollera d<strong>el</strong> puerto de Veracruz.<br />

Las instalaciones para construcción, reparación y mantenimiento de <strong>las</strong> embarcaciones están formadas por<br />

los diques secos, los diques flotantes y los varaderos, que son construcciones que permiten dejar a la<br />

embarcación en seco para poder limpiar su casco de los organismos <strong>mar</strong>inos que se les adhieren o para<br />

reparar <strong>las</strong> vías de agua por medio d<strong>el</strong> calafateo y pintar con preparados anticorrosivos <strong>el</strong> casco.<br />

Además de estas instalaciones de los puertos, se encuentra <strong>el</strong> área administrativa, la de producción de<br />

energía <strong>el</strong>éctrica, la de combustibles y <strong>las</strong> habitacionales.<br />

El sistema de puertos comerciales en <strong>el</strong> mundo cada día se extiende más, siendo los principales los d<strong>el</strong><br />

Mediterráneo, donde se puede considerar que se establecieron los primeros: Génova, Mars<strong>el</strong>la y<br />

Barc<strong>el</strong>ona.<br />

En la zona industrial de Europa están los puertos de Amberes, Rotterdam, Amsterdam, Hamburgo,


Bremen, Lübeck, Londres, y <strong>el</strong> de El Havre entre otros. Es también notable <strong>el</strong> puerto de Esbjerg en<br />

Dina<strong>mar</strong>ca, que fue construido para dar salida a <strong>las</strong> exportaciones industriales y agropecuarias de este país,<br />

pero que por su proximidad con <strong>las</strong> ricas aguas d<strong>el</strong> Mar d<strong>el</strong> Norte, se ha transformado en uno de los<br />

principales puertos pesqueros d<strong>el</strong> mundo, en donde actualmente se maneja un medio millón de ton<strong>el</strong>adas<br />

de productos pesqueros.<br />

Figura 31. Puerto de Salina Cruz, Oaxaca, México<br />

El área asiática, que es una región industrial y comercial activa, cuenta principalmente con los puertos de<br />

Hong-Kong, Singapur y Kobe.<br />

En África d<strong>el</strong> Sur y Australia destacan los de Durban y El Cabo, así como los de Sydney, M<strong>el</strong>bourne y<br />

Ad<strong>el</strong>aida.<br />

Los países sudamericanos que producen grandes cantidades de materias primas e importan productos<br />

manufacturados, han construido grandes puertos, como Río Grande, Buenos Aires, Montevideo, Río de<br />

Janeiro y Recife, en <strong>el</strong> Atlántico; y Guayaquil, El Callao, Antofagasta y Valparaíso en <strong>el</strong> Pacífico.<br />

La costa este de Norteamérica y <strong>el</strong> Golfo de México representan una de <strong>las</strong> zonas más productivas d<strong>el</strong><br />

mundo y por lo tanto de <strong>las</strong> más activas comercialmente. Sus puertos más importantes son: Toronto, en<br />

Canadá; Boston, Nueva York, Baltimore, en Estados Unidos, y Tampico, Veracruz, Campeche y Progreso<br />

en México.<br />

En la costa oeste de Norteamérica también se localizan puertos comerciales importantes, como <strong>el</strong><br />

Vancouver, en Canadá; Oakland, San Francisco, Los Ang<strong>el</strong>es y San Diego con su base naval militar, en<br />

Estados Unidos; y Ensenada, Guaymas, Mazatlán y Salina Cruz, en México.<br />

Los ingenieros mecánicos <strong>el</strong>ectrónicos y los ingenieros químicos, colaboran en <strong>el</strong> diseño de la<br />

infraestructura portuaria, es decir, plantas de procesamiento de productos pesqueros, fábricas de hi<strong>el</strong>o,<br />

bodegas, destilerías, talleres mecánicos, así como diseño de equipo y aparatos.<br />

Otro campo en <strong>el</strong> que la ingeniería colabora es en <strong>el</strong> aprovechamiento de la fuerzas hidráulicas para la<br />

producción de energía <strong>el</strong>éctrica, instalando turbinas accionadas por <strong>el</strong> flujo de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas.<br />

También, por necesidad de la propia industria pesquera, se ha desarrollado una nueva especialidad de la<br />

ingeniería, la ingeniería pesquera, profesión que prepara y capacita a técnicos en <strong>el</strong> diseño y utilización de<br />

métodos y artes de pesca y de técnicas para la <strong>el</strong>aboración de los productos pesqueros.<br />

Proyectos complejos de ingeniería y de avanzada organización industrial son necesarios para edificar<br />

estructuras sub<strong>mar</strong>inas o enviar hombres al <strong>océano</strong> profundo. Este tipo de proyectos se lleva a cabo por los<br />

países desarrollados, que cuentan con <strong>el</strong> capital requerido para su construcción, como <strong>el</strong> tún<strong>el</strong> subacuático<br />

más grande d<strong>el</strong> mundo que está siendo construido por Japón. Este tún<strong>el</strong> fue proyectado desde hace 20 años<br />

y se inició esta obra dentro de la corteza terrestre d<strong>el</strong> estrecho de Tsugaru, a una profundidad de 100


metros bajo <strong>el</strong> lecho <strong>mar</strong>ino; tiene 54 kilómetros de largo, en ciertos lugares 17 metros de altura, y es<br />

recorrido por vías ferroviarias. Se espera terminarlo dentro de tres años.<br />

También la arquitectura ha sido utilizada en <strong>el</strong> aprovechamiento de los <strong>recursos</strong> <strong>mar</strong>inos. Considerada a su<br />

vez un arte, ha formado una especialidad: la arquitectura naval, que se ocupa de la construcción de <strong>las</strong><br />

embarcaciones, dividiéndose en dos grandes grupos: la teoría d<strong>el</strong> buque y la construcción naval.<br />

En la teoría d<strong>el</strong> buque se estudia a la embarcación considerada como flotador con <strong>las</strong> siguientes<br />

condiciones: estabilidad, navegabilidad, mínima resistencia a la <strong>mar</strong>cha, máximo rendimiento económico<br />

en su propulsión y rentabilidad comercial. Una vez hecho <strong>el</strong> diseño, tomando en cuenta estas<br />

características, se pasa a la construcción naval propiamente dicha.<br />

Como se puede observar, la utilización básica o aplicada de <strong>las</strong> matemáticas y la ingeniería en <strong>las</strong> <strong>ciencias</strong><br />

d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> tiene un campo amplísimo, y seguramente estimulará a los científicos a emplear<strong>las</strong> para obtener<br />

mejores resultados en <strong>sus</strong> aplicaciones y en <strong>sus</strong> investigaciones, y a los jóvenes para atender un nuevo reto<br />

que <strong>las</strong> <strong>ciencias</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> les presentan.


GALILEO GALILEI (1564-1642)<br />

APÉNDICE I<br />

Nació en Pisa, Italia. A los 17 años ingresó a la Universidad de Pisa donde se especializó en medicina,<br />

matemáticas y <strong>ciencias</strong> físicas. A los 25, fue nombrado profesor de matemáticas de la misma universidad.<br />

En 1609 construyó un t<strong>el</strong>escopio que ampliaba los objetos 30 veces, mismo que obsequió al Gran Duque<br />

de Florencia que en agradecimiento lo nombró profesor vitalicio de la Universidad de Padua.<br />

Observó por primera vez <strong>el</strong> mundo c<strong>el</strong>este, describiendo <strong>sus</strong> descubrimientos en <strong>el</strong> libro Sidereus nuncius<br />

(Mensajero de <strong>las</strong> estr<strong>el</strong><strong>las</strong>).<br />

En 1616 le dedicó al cardenal de Orsini <strong>el</strong> Trattato d<strong>el</strong> flusso e reflusso d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>e, en donde trata de aportar<br />

pruebas que avalen <strong>el</strong> sistema de Copérnico. Fue <strong>el</strong> primer hombre que dio un planteamiento científico<br />

correcto al problema d<strong>el</strong> origen de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas: los grandes movimientos periódicos y regulares de <strong>las</strong><br />

aguas d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> se deben a la rotación de la Tierra.<br />

En 1632 publicó otro libro: Diálogo sobre los dos principales sistemas d<strong>el</strong> mundo, donde demostraba <strong>las</strong><br />

fal<strong>las</strong> d<strong>el</strong> sistema tolomeico en comparación con <strong>el</strong> sistema de Copérnico. Posteriormente prepara su<br />

último libro, Diálogos sobre dos nuevas <strong>ciencias</strong>, en <strong>el</strong> que resume todas <strong>sus</strong> investigaciones sobre <strong>el</strong><br />

movimiento y la mecánica.<br />

Condenado a prisión, se le permitió, por razón de su edad y salud, residir en Arcetri, cerca de Florencia.<br />

En 1638 quedó ciego, por lo que no pudo ver impresa su última obra. Murió a la edad de 78 años.<br />

ISAAC NEWTON (1642-1727)<br />

Físico, matemático y astrónomo inglés. Fue profesor en Cambridge hasta 1696. Desde entonces vivió en<br />

Londres donde fue nombrado inspector de la Casa de Moneda (1696), director de la Moneda (1699) y<br />

presidente de la Sociedad Real de Londres (1703), re<strong>el</strong>ecto hasta su muerte.<br />

Newton tenía un profundo conocimiento de los principios matemáticos, pero no le interesaban <strong>las</strong><br />

matemáticas puras, sino su aplicación para comprender mejor al mundo científico y al Universo.<br />

Realizó <strong>el</strong> estudio científico d<strong>el</strong> comportamiento de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas, p<strong>las</strong>mado en su obra Philosophiae<br />

naturalis principia mathematica (Principios matemáticos de la filosofía natural) que apareció en 1686.<br />

Calculó la altura de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas oceánicas solares y lunares y <strong>las</strong> explicó según la fecha d<strong>el</strong> mes, la época<br />

d<strong>el</strong> año y la latitud. Sin embargo, no tomó en cuenta que <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas representan un fenómeno dinámico,<br />

por considerar que éstas presentan un equilibrio, y así estableció la teoría estática de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>cas, llegando a<br />

la conclusión de que no son más que una consecuencia de su ley de la gravitación universal.<br />

BENJAMIN FRANKLIN (1706-1790)<br />

Físico, escritor y político estadounidense. Trabajó desde muy joven como impresor, viajando a Filad<strong>el</strong>fia y<br />

Londres para perfeccionarse. Al regresar a América empezó a dirigir y a editar por su cuenta la General<br />

Magazine y <strong>el</strong> Poor Richard7s Almanach (1732-1757).<br />

Durante esta época creó varias bibliotecas, un club de debate y una academia, al mismo tiempo que se<br />

adentraba en <strong>el</strong> campo de la filosofía y de los fenómenos <strong>el</strong>éctricos. Descubrió <strong>el</strong> carácter <strong>el</strong>éctrico de los<br />

rayos atmosféricos e inventó <strong>el</strong> pararrayos.<br />

Diputado e intendente general de Correos de <strong>las</strong> Colonias Británicas en América d<strong>el</strong> Norte (1753-1774),<br />

reorganizó <strong>el</strong> sistema postal al descubrir <strong>el</strong> misterio d<strong>el</strong> retraso de los barcos correo. Estos navegaban


dentro de la Corriente d<strong>el</strong> Golfo entre Inglaterra y <strong>las</strong> colonias, en contra de <strong>el</strong>la, y si <strong>el</strong> viento soplaba<br />

levemente, <strong>las</strong> corriente empujaba hacia atrás <strong>las</strong> naves más rápidamente, perdiendo de dos a tres semanas<br />

en cada travesía.<br />

En 1762 Franklin menciona ya, en una carta, la Corriente d<strong>el</strong> Golfo y le pone este nombre por primera vez.<br />

Hace una extensa descripción d<strong>el</strong> recorrido que sigue dicha corriente ayudado por <strong>las</strong> observaciones de los<br />

balleneros y hombres de <strong>mar</strong>.<br />

Elabora otra carta muy detallada en 1769 junto con <strong>el</strong> capitán Timothy Folgar. Contenía datos sobre los<br />

cambios que sufría <strong>el</strong> curso de la corriente y su v<strong>el</strong>ocidad en diferentes puntos; además se hacían<br />

recomendaciones a los navegantes para que la localizaran con facilidad y la pudieran <strong>el</strong>udir o aprovechar.<br />

También realizó estudios científicos para determinar los límites de la Corriente d<strong>el</strong> Golfo, midiendo<br />

cuidadosamente la temperatura con un termómetro <strong>sus</strong>pendido de una línea, ya que se sabía que esta<br />

corriente es más cálida que <strong>las</strong> aguas adyacentes. Gracias al calor aportado por <strong>el</strong>la <strong>el</strong> clima de la Gran<br />

Bretaña, Noruega y otros países de altas latitudes resulta beneficiado.<br />

Franklin le envió todos esos descubrimientos al Director General de Correos de la Gran Bretaña para que<br />

fueran distribuidos entre los capitanes de los barcos coreo que hacían <strong>sus</strong> travesías rumbo a América. El<br />

mapa fue reimpreso en Francia y aprovechando por <strong>sus</strong> navegantes.<br />

D<strong>el</strong>egado por Georgia (1768), Nueva Jersey (1769) y Massachussets (1770) al producirse <strong>el</strong> problema<br />

entre Inglaterra y <strong>las</strong> colonias, regresó a América y se pronunció por la independencia de su país.<br />

PIERRE SIMON DE LAPLACE (1749 -1872)<br />

Nació en la población de Beaumont en Auge, Normandía, <strong>el</strong> 28 de <strong>mar</strong>zo de 1749. Fue matemático, físico<br />

y astrónomo, profesor de matemáticas en la Escu<strong>el</strong>a Militar de París y en la Escu<strong>el</strong>a Normal. Obtuvo <strong>el</strong><br />

nombramiento de canciller d<strong>el</strong> Senado en 1803 y, al ser partidario de Luis XVIII, logró los títulos de<br />

<strong>mar</strong>qués y par de Francia. Fue <strong>el</strong>egido miembro de la Academia de Ciencias en 1783.<br />

Su primer trabajo científico fue la aplicación de <strong>las</strong> matemáticas a la mecánica c<strong>el</strong>este, y en este campo<br />

estudió la teoría de <strong>las</strong> probabilidades y proporcionó <strong>las</strong> bases de la de los errores.<br />

Sus trabajos más destacados sobre astronomía fueron <strong>las</strong> investigaciones hechas acerca de <strong>las</strong> variaciones<br />

de los movimientos d<strong>el</strong> planeta.<br />

Laplace reunió <strong>sus</strong> estudios en una gran obra titulada Mecánica c<strong>el</strong>este (1799-1825), donde en los tomos<br />

IV y XIII expone <strong>el</strong> problema de <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas en su aspecto dinámico, considerado como uno de los más<br />

difíciles de la mecánica, al que le dedicó treinta años de su vida. Trató de encontrar una r<strong>el</strong>ación entre <strong>las</strong><br />

fuerzas astronómicas y <strong>el</strong> movimiento d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>.<br />

Laplace vivió hasta los 78 años; pasó <strong>sus</strong> últimos días en <strong>el</strong> semirretiro de Arcu<strong>el</strong>, donde se r<strong>el</strong>acionó con<br />

<strong>el</strong> químico conde de Berthollet y ayudó a los jóvenes científicos que lo visitaban. Fue <strong>el</strong>egido, en vida, uno<br />

de los Cuarenta Inmortales de la Academia Francesa.<br />

MATTHEW FONTAINE MAURY (1806-1878)<br />

Nació en <strong>el</strong> condado de Spotsylvania, Virginia. Fue físico, geógrafo, meteorólogo y oceanógrafo. Ingresó a<br />

la <strong>mar</strong>ina de los Estados Unidos en 1825 y allí estudió su carrera hasta 1861, especializándose en<br />

hidrografía. Después de la guerra, estuvo al servicio d<strong>el</strong> emperador Maximiliano en México, y desde 1868<br />

hasta su muerte fue profesor de física en <strong>el</strong> Instituto Militar de Virginia.<br />

Realizó un viaje alrededor d<strong>el</strong> mundo en <strong>el</strong> barco Vincenne, que duró 4 años (1826-1830).


En 1841 entró a trabajar en la Oficina de Mapas e Instrumentos y de 1844 a 1861 fue director d<strong>el</strong><br />

Observatorio Nacional y de la Oficina Hidrográfica de los Estados Unidos, pero <strong>sus</strong> escasos conocimientos<br />

sobre astronomía retrasaron los trabajos de uno de los observatorios más grandes d<strong>el</strong> mundo. Su mayor<br />

interés fue la navegación siendo ascendido a comandante en 1855.<br />

Estudió los vientos, <strong>las</strong> corrientes y su comportamiento, publicando regularmente mapas sobre <strong>el</strong>los,<br />

importantes para <strong>el</strong> comercio <strong>mar</strong>ítimo. Fue uno de los primeros en emplear la t<strong>el</strong>egrafía sub<strong>mar</strong>ina, y en<br />

hacer <strong>el</strong> primer mapa batimétrico, contribuyendo al conocimiento de <strong>las</strong> profundidades <strong>mar</strong>inas y d<strong>el</strong><br />

fondo oceánico.<br />

Sus mejores aportaciones fueron sobre la meteorología oceanográfica, enfocadas a la r<strong>el</strong>ación existente<br />

entre <strong>el</strong> <strong>océano</strong> y la atmósfera. En 1855 publicó <strong>sus</strong> obras La geografía física d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> y Corrientes d<strong>el</strong><br />

Atlántico. En 1864 dio a conocer su Geografía física y en 1871 <strong>el</strong> Manual de geografía.<br />

Como reconocimiento a <strong>sus</strong> grandes aportaciones a la oceanografía física actual, se le considera <strong>el</strong> padre<br />

de esta rama de la investigación científica.


GLOSARIO<br />

APENDICE II<br />

alga. Planta acuática que realiza su fotosíntesis por medio de pigmentos verdes, rojos, a<strong>mar</strong>illos o cafés.<br />

Puede estar formada por una o varias célu<strong>las</strong>.<br />

alisios. Vientos que van desde <strong>las</strong> zonas de alta presión que se localizan en los polos hacia zonas de baja<br />

presión d<strong>el</strong> ecuador.<br />

amplitud de <strong>mar</strong>ea. Diferencia entre la plea<strong>mar</strong> y la baja<strong>mar</strong>.<br />

anchoveta. Pez p<strong>el</strong>ágico, es decir, que nada entre la superficie y los 50 metros de profundidad; pertenece a<br />

la familia de los engráulidos. También se le conoce como anchoa.<br />

arrecife. Formación de rocas que se encuentra bajo <strong>las</strong> aguas d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>. Cuando está formado<br />

principalmente por corales se le llama arrecife coralino.<br />

arte de pesca. Aparato que sirve para pescar.<br />

atmósfera. Masa de aire que rodea la Tierra, su altura es de 200 a 300 kilómetros y su composición varía<br />

según la altura.<br />

átomo. La unidad más pequeña y completa de un <strong>el</strong>emento químico.<br />

bahía. Entrada considerable d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> en la costa. Es más grande que una caleta y menor que un golfo.<br />

baja<strong>mar</strong>. Descenso máximo de la <strong>mar</strong>ea.<br />

barómetro. Instrumento que sirve para medir la presión atmosférica. Se puede utilizar también para<br />

determinar la altitud de un lugar sobre <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> y para la predicción d<strong>el</strong> tiempo, auxiliado, con <strong>el</strong><br />

termómetro y <strong>el</strong> higrómetro.<br />

batimetría. Medición de <strong>las</strong> profundidades d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> y estudio de la distribución de los vegetales y animales<br />

por zonas.<br />

batitermógrafo. Aparato que permite registrar la temperatura contra la presión en <strong>el</strong> <strong>océano</strong> desde una<br />

embarcación navegando.<br />

calado. Dimensión vertical de la parte sumergida de una embarcación.<br />

calafateo. Operaciones encaminadas a reparar <strong>el</strong> casco de madera de una embarcación.<br />

caleta. Pequeña, entrante d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> en la costa.<br />

calor específico. R<strong>el</strong>ación existente entre la capacidad térmica de una <strong>sus</strong>tancia y la d<strong>el</strong> agua, es decir, <strong>el</strong><br />

número de calorías que se necesitan para <strong>el</strong>evar 1°C a un gramo de esa <strong>sus</strong>tancia.<br />

capa acuífera. Capa permeable d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o en la que se infiltra <strong>el</strong> agua.<br />

cenit. Punto d<strong>el</strong> hemisferio c<strong>el</strong>este superior al horizonte y que corresponde verticalmente a un lugar de la<br />

Tierra.


central <strong>mar</strong>eomotriz. Planta para la producción de energía <strong>el</strong>éctrica utilizando <strong>las</strong> <strong>mar</strong>eas.<br />

condensación. Proceso físico por medio d<strong>el</strong> cual <strong>el</strong> vapor se licua o se solidifica.<br />

convección. Transporte interno de la energía de <strong>las</strong> molécu<strong>las</strong> de un líquido o de un gas, desde <strong>las</strong><br />

regiones más calientes hasta <strong>las</strong> más frías.<br />

convergencia. Zona d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> en donde <strong>las</strong> aguas más densas se hunden por debajo de <strong>las</strong> aguas más<br />

livianas.<br />

corrientes. Movimientos de <strong>las</strong> masas de agua en <strong>el</strong> <strong>océano</strong>.<br />

cresta de la ola. La parte más alta de una ola.<br />

dársena. Barrera de protección construida en un puerto artificial.<br />

densidad. Masa por unidad de volumen de una <strong>sus</strong>tancia.<br />

dique. Construcción para determinar o separar <strong>las</strong> aguas<br />

dinoflag<strong>el</strong>ado. Organismo microscópico cubierto por una membrana silicosa dividida en dos zonas por un<br />

surco: la epiteca y la hipoteca. Presenta dos flag<strong>el</strong>os, uno transversal y otro longitudinal. Vive en <strong>el</strong><br />

plancton.<br />

divergencia. Zona d<strong>el</strong> <strong>océano</strong> en donde se separan dos masas.<br />

ecosonda. Aparato que utiliza la propagación de <strong>las</strong> ondas sonoras en <strong>el</strong> agua para conocer <strong>las</strong><br />

características d<strong>el</strong> fondo <strong>mar</strong>ino o detectar bancos de peces.<br />

<strong>el</strong>ectrón. Partícula <strong>el</strong>emental de carga negativa que forma parte de los átomos.<br />

escollera. Especie de pared sobre la que se rompe la ola y que protege contra la acción d<strong>el</strong> viento.<br />

espectro de la luz. Descomposición de un rayo de luz en los siete colores que lo forman.<br />

estenotermos. Que toleran sólo un rango muy estrecho de temperatura.<br />

eufótica. Zona de un cuerpo de agua hasta donde penetra la luz.<br />

euritermo. Organismo capaz de vivir en agua de amplio rango de temperatura.<br />

evaporación. Convertir <strong>el</strong> agua líquida o sólida en vapor.<br />

flujo de energía. Camino que sigue la energía en una cadena de alimentación.<br />

fondear. Dejar caer <strong>el</strong> ancla. Acción de inmovilizar una embarcación por medio de un ancla.<br />

fuerza de coriolis. Fuerza aparente que actúa sobre <strong>las</strong> partícu<strong>las</strong> en movimiento y que resulta de la<br />

rotación de la Tierra.<br />

güinche. Palabra de origen inglés que se utiliza para designar a los malacates; se ha generalizado en<br />

terminología <strong>mar</strong>ina.<br />

hidrófono. Aparato que registra <strong>el</strong> sonido transmitido en un cuerpo de agua.<br />

incidir. Caída de un rayo de luz sobre un plano o sobre un punto.


isohalina. Línea en un mapa que conecta todos los puntos que presentan igual salinidad.<br />

isoterma. Línea en un mapa que conecta todos los puntos que presentan igual temperatura.<br />

latitud. Distancia que existe desde <strong>el</strong> ecuador hasta los polos, medida por los grados de su paral<strong>el</strong>o.<br />

limo. Lodo.<br />

longitud. Distancia de un lugar respecto al primer meridiano en grados.<br />

manómetro. Aparato que mide la presión.<br />

<strong>mar</strong>ea. La <strong>el</strong>evación y descenso periódico de los <strong>océano</strong>s.<br />

<strong>mar</strong>ea roja. Concentración de organismos microscópicos, generalmente dinoflag<strong>el</strong>ados, que le dan al<br />

agua una coloración roja o pardo-rojiza.<br />

<strong>mar</strong>emoto. Acción violenta d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> producida por un movimiento t<strong>el</strong>úrico en <strong>el</strong> fondo.<br />

<strong>mar</strong>eógrafo. Instrumento para medir la altura de la <strong>mar</strong>ea.<br />

masa de agua. Agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong> con características semejantes de salinidad y temperatura.<br />

meridiano. Cualquiera de los círculos máximos de la esfera que pasa por los polos.<br />

meteorología. Ciencia que se encarga d<strong>el</strong> estudio de la atmósfera.<br />

monzón. Nombre de los vientos estacionales.<br />

mu<strong>el</strong>le. Estructura sólida, generalmente revestida de madera, piedras o cemento, donde atracan <strong>las</strong><br />

embarcaciones.<br />

niebla. Aumento de vapor de agua en la atmósfera que forma una nube más o menos oscura.<br />

nubosidad. Conjunto de nubes.<br />

nudo. Unidad de v<strong>el</strong>ocidad que corresponde a una milla náutica por hora, es decir, 1 852 metros por hora.<br />

ola. Onda que se produce en la superficie de <strong>las</strong> aguas.<br />

oleaje. Término que se aplica al movimiento de <strong>las</strong> o<strong>las</strong> de viento y de <strong>mar</strong>ea.<br />

paral<strong>el</strong>o. Círculos d<strong>el</strong> planeta que lo cortan transversalmente y que son paral<strong>el</strong>os al ecuador.<br />

pH. Símbolo químico que indica la concentración de hidrogeniones en una solución.<br />

plancton. Conjunto de organismos pequeños que se encuentra flotando en la región superficial de <strong>las</strong><br />

aguas dulces y <strong>mar</strong>inas. Puede presentar pequeños movimientos de desplazamiento.<br />

plea<strong>mar</strong>. Ascenso máximo de la <strong>mar</strong>ea.<br />

presión. Fuerza ejercida sobre un área determinada.<br />

prop<strong>el</strong>as. Hélice que se utiliza para la propulsión de una embarcación.<br />

puerto. Lugar de la costa, natural o artificial, protegido de los temporales en <strong>el</strong> cual los barcos pueden


permanecer <strong>el</strong> abrigo de éstos y realizar operaciones de carga y descarga, reparaciones y mantenimiento.<br />

reflexión. Cambio de dirección que sufre un rayo luminoso cuando choca en un cuerpo con una superficie.<br />

refracción. Cambios de dirección que presentan los rayos luminosos y <strong>las</strong> ondas sonoras al pasar de un<br />

medio a otro o en <strong>el</strong> mismo medio, cuando pasan de una zona a otra de densidad diferente.<br />

rumbo. Operaciones llevadas sobre una carta de navegación para decidir la dirección de un viaje aéreo o<br />

<strong>mar</strong>ítimo.<br />

salinidad. Medida de la cantidad de sales disu<strong>el</strong>tas en <strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>.<br />

sísmico. En r<strong>el</strong>ación con los terremotos y <strong>las</strong> sacudidas que producen.<br />

somero. Cercano a la superficie.<br />

sonar. Aparato que sirve para determinar por métodos sónicos la presencia, localización o naturaleza de<br />

objetos en <strong>el</strong> <strong>mar</strong>.<br />

surgencias. Desplazamientos de <strong>las</strong> masas de agua d<strong>el</strong> fondo hacia la superficie.<br />

termoclina. Límite que se presenta entre dos masas de agua de temperaturas diferentes.<br />

tsunami. Ola de largo periodo producida por un terremoto sub<strong>mar</strong>ino o una erupción volcánica en <strong>el</strong> <strong>mar</strong>.<br />

valle de la ola. Zona comprendida entre dos crestas de ola.


BIBLIOGRAFÍA<br />

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CONTRAPORTADA<br />

La publicación de EL <strong>océano</strong> y <strong>sus</strong> <strong>recursos</strong> se corresponde con la exhortación que hacen <strong>sus</strong> autores:<br />

"¡Hay que conocer <strong>el</strong> <strong>mar</strong>!" En <strong>el</strong> pasado, los estudios <strong>mar</strong>inos eran labor exclusiva de los países<br />

desarrollados. En nuestros días y por diversas razones —una de <strong>el</strong><strong>las</strong> la sobreexplotación de los <strong>recursos</strong><br />

<strong>mar</strong>inos—, participan en <strong>el</strong> estudio de los <strong>océano</strong>s la mayoría de los países. Existe ya la conciencia de que<br />

si seguimos usando <strong>el</strong> <strong>mar</strong> sin un conocimiento adecuado de <strong>sus</strong> posibilidades reales, podría presentarse<br />

una disminución de su fertilidad y una merma de <strong>sus</strong> <strong>recursos</strong> tan indispensables al hombre.<br />

Se sabe ahora que <strong>el</strong> <strong>océano</strong> absorbe la mayor parte d<strong>el</strong> bióxido de carbono que produce la industria<br />

moderna; que regula <strong>el</strong> clima y <strong>las</strong> condiciones meteorológicas; que extrae calor de <strong>las</strong> regiones<br />

ecuatoriales y lo envía a <strong>las</strong> templadas permitiendo así en <strong>el</strong><strong>las</strong> la vida. El estudio d<strong>el</strong> <strong>mar</strong>, entonces, se<br />

caracteriza por la complejidad: es necesario analizar y eslabonar una cadena enorme de fenómenos,<br />

muchos de los cuales apenas empiezan a ser comprendidos.<br />

Juan Luis Cifuentes, María d<strong>el</strong> Pilar Torres-García y Marc<strong>el</strong>a Frías Mondragón forman parte d<strong>el</strong> personal<br />

académico de tiempo completo d<strong>el</strong> Laboratorio de Invertebrados de la facultad de Ciencias de la UNAM.<br />

Han emprendido la abrumadora tarea de ofrecer al estudioso, al interesado, una obra panorámica, en doce<br />

volúmenes que enfoca todos los ángulos de <strong>las</strong> investigaciones oceánicas más recientes y que, sobre todo,<br />

toma en cuenta al lector nacional. Un glosario y una bibliografía s<strong>el</strong>ectos aumentan <strong>el</strong> valor de este<br />

importante libro.

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