10.05.2013 Views

Primeras Páginas de Los amigos que perdí - Prisa Ediciones

Primeras Páginas de Los amigos que perdí - Prisa Ediciones

Primeras Páginas de Los amigos que perdí - Prisa Ediciones

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

no te autorizaba a trabajar, solo a estudiar, y tus estudios<br />

—por fin: ya estabas harta— habían concluido. Menuda<br />

sorpresa: me llamaste a casa <strong>de</strong> Mar; le dijiste a ella <strong>que</strong><br />

estabas en Lima y <strong>que</strong>rías verme; ella, con esa estupenda<br />

nobleza suya, me llamó enseguida al celular y me dio tu<br />

teléfono; yo, manejando por el caos <strong>de</strong> Lima en un carro<br />

<strong>que</strong> acababa <strong>de</strong> comprarme, horrorizado por la violencia<br />

<strong>de</strong>l tráfico, pensando ven<strong>de</strong>r el carro y largarme <strong>de</strong><br />

regreso a Washington, no tardé un minuto en llamarte,<br />

para <strong>que</strong> veas cuánto te quiero siempre; tú me hablaste<br />

con una cali<strong>de</strong>z <strong>que</strong> yo creía perdida, me dijiste <strong>que</strong><br />

<strong>que</strong>rías verme; <strong>de</strong>duje <strong>que</strong> habías naufragado un poco<br />

al volver a Lima y <strong>que</strong>rías aferrarte a mí en esa ciudad<br />

<strong>que</strong> ya nos era un tanto extraña, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> varios años<br />

viviendo afuera; <strong>que</strong>damos en vernos esa misma noche,<br />

tú y yo solos, sin Mar, a la <strong>que</strong>, sin embargo, te acordaste<br />

<strong>de</strong> mandar saludos. De pronto, en el momento más inesperado,<br />

cuando yo me esforzaba por reinsertarme sin<br />

mucho dolor en la turbulenta vida limeña, nuestra amistad<br />

parecía renacer gracias a ti. Te recogí esa noche, en<br />

mi carro nuevo japonés —color ver<strong>de</strong> oscuro, asientos<br />

<strong>de</strong> cuero—, <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> tu madre, y me sentí,<br />

como al principio, fascinado por ti, cruel y dulcemente<br />

fascinado por ti. Sin <strong>que</strong> hicieras ningún esfuerzo, con<br />

solo abrazarme, mirarme, sonreírme, <strong>de</strong>cirme chino, me<br />

cautivaste en el acto, me <strong>de</strong>jaste herido, fulminado, a tus<br />

pies —tus lindos pies, a<strong>que</strong>llos <strong>que</strong> besé y acaricié antes<br />

<strong>de</strong> <strong>que</strong> se fueran a otras tierras—. Manejé lentamente<br />

por Miraflores, dando vueltas sin saber adón<strong>de</strong> ir, mientras<br />

tú y yo, tomados <strong>de</strong> la mano, jugábamos a recrear,<br />

aun<strong>que</strong> solo fuese por esa noche, el romance <strong>que</strong> nos<br />

había revolcado con fuerza años atrás. Fue a<strong>que</strong>lla una<br />

47

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!