Primeras Páginas de Los amigos que perdí - Prisa Ediciones
Primeras Páginas de Los amigos que perdí - Prisa Ediciones
Primeras Páginas de Los amigos que perdí - Prisa Ediciones
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
se había roto para siempre. Ahora <strong>que</strong> pasan las horas y<br />
no me llamas, me digo <strong>que</strong> no volverás a confiar en mí, a<br />
abrirme tu corazón. Es una pena. Yo te sigo <strong>que</strong>riendo,<br />
aun<strong>que</strong> tú no me quieras más. Ojalá algún día leas mis<br />
libros y sientas el cariño <strong>que</strong> yo sentí cuando los escribí<br />
pensando en ti.<br />
Me he <strong>de</strong>tenido un momento a pensar en los recuerdos<br />
más intensos <strong>que</strong> tengo <strong>de</strong> nuestra amistad. Y pienso<br />
ahora <strong>que</strong> esa amistad se rompió con los años por la<br />
misma razón <strong>que</strong> la hizo especial: por<strong>que</strong> la simpatía<br />
natural <strong>que</strong> nos inspiramos al concernos acabó mezclándose<br />
—peligrosa, equivocadamente— con nuestros<br />
<strong>de</strong>seos, mis confundidos <strong>de</strong>seos, tus pudorosos <strong>de</strong>seos.<br />
Sospecho hoy, en un ejercicio <strong>de</strong> especulación perfectamente<br />
inútil, como inútiles son sin duda estas líneas, <strong>que</strong><br />
si no hubiéramos tratado, con menos ardor <strong>que</strong> espíritu<br />
juguetón, <strong>de</strong> ser amantes, nuestra amistad habría resistido<br />
mejor los embates <strong>de</strong>l tiempo y yo, tal vez, hubiese<br />
sabido ser tu amigo. Pero fueron esos primeros besos<br />
—los míos <strong>de</strong>sesperados, los tuyos <strong>de</strong>spaciosos— y esas<br />
primeras caricias furtivas y a<strong>que</strong>llas refriegas nocturnas<br />
<strong>de</strong> las <strong>que</strong> tu pe<strong>que</strong>ño carro fue testigo, fueron esos<br />
juegos los <strong>que</strong> acabaron minando nuestra amistad. Por<strong>que</strong><br />
me revelaron, <strong>de</strong> un modo brutal, mi incapacidad<br />
<strong>de</strong> amarte bien, mi absoluto extravío en las brumas <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>seo. Y por<strong>que</strong> te mostraron a ti, por entonces tan inocente,<br />
<strong>que</strong> <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> mis sonrisas mansas habitaban, agazapados,<br />
inquietantes, unos fantasmas con muy malos<br />
modales.<br />
¿Te acuerdas <strong>de</strong> nuestro viaje a Arequipa? Debo<br />
advertirte <strong>que</strong> mis recuerdos <strong>de</strong> ese viaje son borrosos,<br />
inciertos, algo <strong>que</strong> atribuyo al masivo consumo <strong>de</strong><br />
19