Primeras Páginas de Los amigos que perdí - Prisa Ediciones
Primeras Páginas de Los amigos que perdí - Prisa Ediciones
Primeras Páginas de Los amigos que perdí - Prisa Ediciones
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
ado en Nueva York. Y sola, Melanie. Sin la ayuda económica<br />
<strong>de</strong> tus padres. Gracias a tu inteligencia y tu espíritu<br />
<strong>de</strong> lucha. Nunca imaginé <strong>que</strong> la chica reilona <strong>que</strong> se<br />
paseaba tan leve por la vida, a<strong>que</strong>lla chica <strong>que</strong> conocí en<br />
la universidad, llegaría tan lejos como has llegado. Yo,<br />
te lo dije en el bar solo para robarte una sonrisa, a duras<br />
penas terminé el colegio. Y mira tú todo lo <strong>que</strong> has logrado<br />
por tus propios méritos. Si yo fuera tu padre, estaría<br />
tan orgulloso <strong>de</strong> ti. Tu padre, ese señor tímido, <strong>de</strong>lgado,<br />
<strong>de</strong>masiado civilizado para una ciudad tan caótica como<br />
Lima, ese señor <strong>que</strong> no triunfó como arquitecto ni prosperó<br />
en los negocios solo por<strong>que</strong> siempre hizo las cosas<br />
<strong>de</strong>rechas y obe<strong>de</strong>ció las leyes, ese señor <strong>que</strong> nació en el<br />
país equivocado y escogió equivocadamente el mundo<br />
cruel <strong>de</strong> los negocios y <strong>que</strong>, como me dijiste alguna vez,<br />
habría sido tanto más feliz como científico en una buena<br />
universidad norteamericana, tu padre, don Antonio, a<br />
quien vi hace años en el aeropuerto <strong>de</strong> Lima y prefirió<br />
tímidamente no saludarme, tu padre <strong>de</strong>be <strong>de</strong> estar tan<br />
orgulloso <strong>de</strong> ti. Bien por eso, Melanie.<br />
Yo te conté <strong>que</strong> seguía viviendo en Miami, haciendo<br />
televisión, porfiando por escribir. Te dije <strong>que</strong> por<br />
fin había aceptado mi sexualidad y había hecho buenos<br />
<strong>amigos</strong> en Miami. Mentiras. Solo <strong>que</strong>ría impresionarte,<br />
darte una imagen <strong>de</strong> madurez. No sé si me he liberado ya<br />
<strong>de</strong> las culpas <strong>que</strong> me han impedido aceptar serenamente<br />
—y gozar todo lo posible— mi condición <strong>de</strong> bisexual o,<br />
si quieres <strong>que</strong> sea más preciso, <strong>de</strong> bisexual con una inclinación<br />
más fuerte a las mujeres. Digo esto último por<strong>que</strong><br />
yo <strong>de</strong> ti, hace ya más <strong>de</strong> diez años, me enamoré, a mi<br />
torpe manera pero me enamoré, y no era el mío un amor<br />
encendido por el <strong>de</strong>seo físico sino por la complicidad y<br />
15