En anarquía - Camille Pert - del Kolectivo Conciencia Libertaria
En anarquía - Camille Pert - del Kolectivo Conciencia Libertaria
En anarquía - Camille Pert - del Kolectivo Conciencia Libertaria
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
– No, estuvo demasiado enferma la última vez.<br />
Bergés soltó una carcajada.<br />
– ¡Ca, hombre; si el magnetismo hace amorosas a las mujeres!<br />
“<strong>En</strong> <strong>anarquía</strong>” de <strong>Camille</strong> <strong>Pert</strong><br />
<strong>En</strong>tre tanto, el cura, olvidado en un rincón, se levantó aproximándose. Bergés se fijó en él de<br />
pronto y recobró su tono serio.<br />
– ¿Qué desea usted?<br />
Sus ojos penetrantes analizaron la fisonomía <strong>del</strong> cura con desconfianza.<br />
– Soy el clérigo Faure.<br />
– ¿El de los folletos?... ¿El autor de La Comuna Cristiana?...<br />
El cura se inclinó.<br />
– Si.<br />
Se promovió un movimiento de interés entre los asistentes. Todos examinaron al hombre casi<br />
célebre por sus choques con la Iglesia.<br />
– Siéntese usted, dijo sencillamente Bergés, acercando una silla al cura y montando a caballo<br />
en otra, con el respaldo por <strong>del</strong>ante, cerca de la mesa en que la mujer, atenta, había cesado de<br />
escribir.<br />
El cura se sentó, recogió su sotana con un gesto maquinal y luego comenzó con voz lenta,<br />
predicadora:<br />
– Nos proponemos un mismo fin, por vías diferentes…<br />
– Usted dispense, interrumpió Bergés sonriendo. Un objeto diferente por las mismas vías sería<br />
más exacto… Usted y nosotros estamos de acuerdo sobre la necesidad de derrumbar la<br />
sociedad actual… Pero cuando esté en el suelo no nos entenderemos para reconstituirla.<br />
– Queremos la emancipación de todos, replicó el cura sin desconcertarse; la comunidad de los<br />
intereses; la igualdad de los seres humanos.<br />
– Usted quiere la igualdad en el abandono y el sufrimiento… Nosotros la igualdad en el goce.<br />
El cura se encogió de hombros.<br />
– La felicidad no es de este mundo.<br />
Bergés sacó tabaco <strong>del</strong> bolsillo; con un gesto pidió papel a Emilio e hizo un cigarrillo con<br />
indiferencia.<br />
– Ya verá usted; no discuto. Empleo por término medio catorce horas diarias en hacer<br />
discursos, y estoy harto…<br />
– ¡Bueno! Escúcheme usted, dijo el cura cortésmente. Usted y su partido forman una potencia;<br />
también somos muchos en el clero los que amamos al pueblo… ¿Por qué no unirnos?...<br />
14