En anarquía - Camille Pert - del Kolectivo Conciencia Libertaria
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– ¿Defiende usted la causa de Emilio Lavenir?<br />
“<strong>En</strong> <strong>anarquía</strong>” de <strong>Camille</strong> <strong>Pert</strong><br />
No obstante, Debruyere escuchaba con curiosidad las teorías subversivas, y, claro está,<br />
absurdas – ¿dónde iríamos a parar si no? <strong>del</strong> abogado parisién, defensor titular de los<br />
proletarios; en tanto que el fiscal Peramy botaba de impaciencia en su asiento y echaba fuego<br />
por los ojos.<br />
Delesprat hizo un signo de fría aquiescencia.<br />
«La causa de Lavenir es menos individual que universal; para juzgarla es necesario<br />
comprenderle; yo trato de explicarla, y por eso me veo obligado a hablar de aquello y de<br />
aquellos que causaron su acto de rebeldía. Ustedes todos, señores, como todos los burgueses,<br />
como todos los patrones, como todo lo que no es pueblo, creen ver en Lavenir un malhechor,<br />
un rencoroso, un loco o un relajado, cuando en realidad es un agente valeroso y sublime <strong>del</strong><br />
progreso… Por una aberración inaudita, se niegan a considerar su acción en su aspecto real, y<br />
se niegan a aplicarle una de esas leyes de excepción que abundan en todos los países y en<br />
todas las épocas… <strong>En</strong> efecto, ¿no se nos impone cien veces una admiración sin examen por tal<br />
o cual héroe que, por salvar sus conciudadanos, su patria, causó el exterminio de cierto número<br />
de hombres que no habían cometido otro <strong>del</strong>ito que haber nacido en una comarca diferente o<br />
pertenecer a otro partido?... ¿Acaso es otra cosa la historia que la relación de los homicidios<br />
individuales o colectivos? ¿Acaso el fin no justifica los medios más bárbaros y repugnantes en<br />
los héroes consagrados por la traición? ¿Desde cuándo se aprecia la vida de uno o muchos<br />
hombres cuando se trata de una idea que interesa o apasiona a la generalidad? Lavenir no ha<br />
hecho más que lo que hicieron muchos héroes... ha sacrificado algunos para salvar muchos…<br />
Habiendo saturado sus ojos <strong>del</strong> espectáculo de esclavitud de miles de existencias, fija su<br />
mirada sobre la indiferencia inhumana de una clase diez veces más enemiga <strong>del</strong> pueblo que<br />
una raza lo es de otra raza… Se lanza, arroja la muerte entre aquellos hombres, no por<br />
mezquina venganza, sino como atrevido soldado que se precipita impetuosamente solo en<br />
medio de los enemigos, animando a los suyos, arrastrándoles tras de sí, estableciendo el terror,<br />
causando a veces la victoria sólo porque su voz enérgica tuvo la osadía de proclamarla. ¿Cómo<br />
le condenaran?... ¿Cómo le negaran su indulgencia… la admiración que conceden a tantos<br />
otros… a San Luis, por ejemplo, que exterminó tantos paganos; a Juana de Arco, que con sus<br />
manos <strong>del</strong>icadas de mujer mató más de treinta ingleses; a Napoleón, que sacrificó la juventud<br />
de Europa durante los diez años de su sangriento reinado?...<br />
»Y no sólo esto, ¿con qué derecho califican de crimen la violencia cuando todo la ensalza, lo<br />
mismo en la práctica social que en la enseñanza?... Su orden social está basado sobre la<br />
fuerza, sobre la represión brutal, y ambas traen consigo las represalias… Por otra parte,<br />
adiestran al hombre en el oficio de soldado, exaltan el homicidio, embriagan la juventud en<br />
nombre de la patria con vapores de sangre, ¿y se extrañan de que se mate? son ilógicos,<br />
porque preconizan la matanza y el saqueo titulándole guerra, arguyendo que se tiene el<br />
derecho de matar hombres de otra nación… y no admiten que el pobre vaya contra el rico…<br />
¿Quién, pues, lleva la ironía y la audacia hasta llamar conciudadanos al proletario y al<br />
burgués?... ¿<strong>En</strong> qué son hermanos? ¿No son los unos el eterno rebaño que se lleva a la fábrica<br />
o a la batalla para enriquecer o arreglar los intereses o las querellas de los otros?...»<br />
El presidente dio un golpe sobre los legajos que tenía <strong>del</strong>ante.<br />
– Recuerde usted, señor Delesprat, dijo secamente, que no está haciendo una conferencia.<br />
Delesprat continuó:<br />
– «Emilio Lavenir no es un culpable, es un emancipador; no sólo su persona, sino su acto no es<br />
censurable, si no en sí, al menos en cuanto al objeto que se proponía. Cada vez que un partido<br />
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