11.05.2013 Views

Leopoldo Alas Clarin - La Regenta - v1.0 - Bibliotecas Públicas

Leopoldo Alas Clarin - La Regenta - v1.0 - Bibliotecas Públicas

Leopoldo Alas Clarin - La Regenta - v1.0 - Bibliotecas Públicas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El que no esperaba nada, el que estaba<br />

desengañado, triste hasta la muerte, era don<br />

Saturnino Bermúdez. Después de la escena<br />

de la Catedral, donde creía haber adelantado<br />

tanto -bien a costa de su conciencia- no<br />

había vuelto a ver a Obdulia; y aquella mañana,<br />

al acercarse a ella para decirle cuánto<br />

había padecido con la ausencia de aquellos<br />

días (si bien ocultando los restreñimientos<br />

que le habían tenido obseso y en cama), al ir<br />

a rezarle al oído el discursito que traía preparado<br />

-estilo Feuillet pasado por la sacristía-<br />

Obdulia le había vuelto la espalda y no una<br />

vez sino tres o cuatro, dándole a entender<br />

claramente, que non erat hic locus, que a él<br />

sólo se le toleraría en la iglesia.<br />

«¡Así eran las mujeres! ¡así era singularmente<br />

aquella mujer! ¿Para qué amarlas?<br />

¿Para qué perseguir el ideal del amor? O,<br />

mejor dicho, ¿para qué amar a las mujeres<br />

vivas, de carne y hueso? Mejor era soñar,<br />

seguir soñando.» Así pensaba melancólico<br />

Bermúdez, que tenía el vino triste, mientras

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!