1 Graciela Fandiño Cubillos.*** Inés Elvira Castaño ... - Prometeo

12,p88)
La mayoría de las maestras que trabajan en jardines infantiles privados
coinciden en que los papás intervienen mucho. Hay jardines donde los papás
pueden entrar al salón a cualquier hora para estar con los niños, lo que no parece
ser explicado por las directivas con las maestras ya que ellas se sienten
observadas y evaluadas por ellos. En otros jardines esto parece evitarse y el que
los padres se reúnan se vive como una situación que puede causar problemas
tanto a las maestras como al mismo jardín.
“precisamente mi jefe hace quince días me dijo eso, como allá
les hacen piñatas casi todos los días, entonces se reúnen a las piñatas
y es terrible, porque allá hablan de todo, que la profesora, que mira que
éste se golpeó, que el otro, que el mío también, es que ella no está
pendiente de los niños” (r6, p318).
Pero también hay maestras que ven como algo muy grato la preocupación
que algunos padres tienen por los niños, esto lo evidencian en el primer año de
colegio o en los jardines de estratos medios altos donde los padres apoyan y
complementan el trabajo que se realiza en la institución. También encuentran que
hay padres agradecidos con el trabajo de las maestras.
“Y además también otra ventaja es que son papás también muy
perceptivos porque es su primer curso entran al colegio, son jóvenes,
son muy colaboradores pero muchas de las docentes me dicen que ya
después se van cansando, ya casi no le ponen atención al colegio,
como que la energía es del primer año que está su hija en el colegio.”
(r6, p60).
“Pero si, las construcciones y las conversaciones son muy
chistosas y entonces al parque que fuimos, al zoológico que me