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identidad y participación - Cristino Barroso Ribal - Universidad de ...

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III.- PARTICIPACIÓN Y CULTURA PARTICIPATIVA<br />

La <strong>participación</strong> se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finir como ‘formar parte <strong>de</strong> un todo’, y<br />

también como ‘la capacidad <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> intervenir en<br />

las <strong>de</strong>cisiones y en las acciones <strong>de</strong> dicho colectivo’. Las dos cosas son<br />

<strong>participación</strong>. A veces se complementan. En otras ocasiones, no.<br />

La <strong>de</strong>mocracia, como forma <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, se basa en la astucia, la<br />

persuasión, frente a la dictadura, fundamentada en la fuerza, la represión.<br />

La <strong>de</strong>mocracia es el sistema en que domina el zorro. La dictadura es el<br />

dominio <strong>de</strong>l león. Entre zorros y leones se mueve la teoría (y la práctica)<br />

<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r 3 . En la dictadura, la astucia no existe (no es necesaria). Para<br />

David Hume la fuerza, en la <strong>de</strong>mocracia, está en los gobernados, en el<br />

pueblo, en la mayoría. La fuerza <strong>de</strong> los votos y la violencia legítima <strong>de</strong><br />

rebelarse ante cualquier tipo <strong>de</strong> totalitarismo o autoritarismo.<br />

La <strong>de</strong>mocracia es el gobierno <strong>de</strong>l pueblo, para el pueblo y por el<br />

pueblo. Pero ya advertía Walter Lippmann que siempre se gobierna al<br />

pueblo, a veces para el pueblo y muy rara vez el pueblo toma <strong>de</strong>cisiones<br />

directas, o es consi<strong>de</strong>rada su opinión para las estrategias y acciones4.<br />

Una década antes, en su diccionario <strong>de</strong>l diablo, Ambroise Bierce <strong>de</strong>finía a<br />

la <strong>de</strong>mocracia como el sistema a través <strong>de</strong>l cual unos inútiles en sus<br />

profesiones se convierten en representantes inútiles <strong>de</strong>l pueblo. Vivimos<br />

en <strong>de</strong>mocracias representativas, no directas. La <strong>de</strong>mocracia<br />

representativa o <strong>de</strong>legativa sólo tiene en cuenta la intervención <strong>de</strong>l pueblo<br />

en el momento <strong>de</strong> las elecciones. Consi<strong>de</strong>ra que las opiniones<br />

individuales son inmutables, sólo hay que agregarlas y aten<strong>de</strong>r a la<br />

mayoría. La ciudadanía <strong>de</strong>lega su po<strong>de</strong>r en los representantes. Los<br />

representantes políticos, los cargos políticos, se encuentran entonces<br />

investidos, legítimamente investidos, para la representación <strong>de</strong>l pueblo.<br />

Representan al pueblo que los ha elegido. Son sus representantes,<br />

3 Esta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l dominio <strong>de</strong> leones y zorros la retomo <strong>de</strong> Vilfredo Pareto.<br />

4 Walter Lippmann, The phantom public, Harcourt Brace, Nueva York, 1925.<br />

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