INTRODUCCION: Té con SIR ENDIPITY

extrema debilidad por los gordos, quien debió ser arrestado en dos ocasiones previas por
tratar de fornicar con un globo. Esto, aún sobre la mesa de los espíritus, era visto de mal
gusto, tan grueso que, incapaz de hallar las parejas sexuales que su patología demandaba,
había metido en la alcancía tal perversión y ya se rumoraba que la mera mención de la
historia de “O” le provocaba una erección notable.
Prefirió voltear a conversar con la chica que removió su ojo de cristal para
depositarlo en su copa y no sin antes discutir los imperativos del leer cualquier papel
carbón al revés, entonces lo chupaba y lo volvía a escupir en la bebida.
-Ese homosexual...-señalaba al primer plano -es obvio su apetito por sus semejantes,
¡Y debe ser justo, pues el alimento más adecuado para cada animal es su igual!.
-Nel, ni me mires así, yo paso.. -contestaba el rey.
-¡Quiero que sepas que la carne humana es exquisita y muy nutritiva!. Y es lógico,
afinidades celulares, asimilación perfecta.
-¿Hablas en serio?
-Claro, yo he comido mucha carne humana y es excelente, pero estas convenciones
sociales y religiosas toman los ceros después del punto y nos impiden comernos los unos a
los otros.
-Amiga, me temo que tu punto de vista es el del comedor y no del comido. Yo opto
por el vegetarianismo...
sobrepoblado.
-Como quieras, guapo, pero medita esta particular higiene para un mundo
-Ándele, pues, yo ya tengo mi olfato particularmente desarrollado.
El piensa en algo y se trepa al péndulo del tedio a la derecha. El cuarto es grande y
ventilado, maderas cubriendo paredes y dominando el piso. Luciendo caro. El rey se
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