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Notas para la cartera del viticultor o fabricante - Academia da Vinha ...

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9KS<br />

£3K<br />

01


J. CALVO Y TERUEL.<br />

NOTAS<br />

LA CARTERA DEL VITICULTOR<br />

Y FABRICANTE DE<br />

VINOS, CERVEZAS Y LICORES.<br />

MADRID<br />

IMPRENTA DE MANUEL G. HERNANDEZ<br />

San Miguel, 23, bajo<br />

l879


NOTAS<br />

l'ADA 1,A CAUTEHA DEI, VITICULTOH O FABRICAN TU<br />

VINOS, CERVEZAS Y LICORES.


NOTAS<br />

PARA LA CARTERA DEL VITICULTOR ó FABRICANTE<br />

DE<br />

VINOS; CERVEZAS Y LICORES.<br />

J08K M. R<br />

REUNIDAS. Y COMPILADAS<br />

POR<br />

F. CALVO Y TERUEL,<br />

DIRECTOR<br />

Di! LA<br />

GACETA VINÍCOLA.<br />

MADRID<br />

IMPRENTA DE MANUEL G. HERNANDEZ<br />

San Miguel, 33, bajo<br />

l879


España no tieno derecho á sor<br />

el granero de Europa, pero sí <strong>la</strong><br />

bodega más rica <strong>del</strong> universo.<br />

JOSÉ EMILIO DE SANTOS.<br />

La vid es <strong>la</strong> tab<strong>la</strong> de salvación<br />

de <strong>la</strong> agricultura españo<strong>la</strong>.<br />

ANTONIO DE MAGRIÑÁ.<br />

Dime lo que bebes y te diré<br />

>|uién eres.<br />

H. SAVARIN.


Ai. UXfiMO. É 1LMO. SEÑÜll<br />

DON JOSÉ DE CÁRDENAS,<br />

1)1)1 ECl'OR GENERA!. DE INSTRUCCIÓN PÚHLICA, AGRICULTURA<br />

B INDUSTRIA,<br />

Dedica ostas <strong>Notas</strong>, en Icslimoniu de sincera y<br />

afectuosa consideración,<br />

JOSÉ M." F. CALVO Y TERUEL


CUATRO PALABRAS AL LECTOR.<br />

Si es modesto y poco pretencioso el tí­<br />

tulo <strong>del</strong> libro que hoy <strong>da</strong>mos á <strong>la</strong> estampa,<br />

más modesta y poco pretenciosa es <strong>la</strong> idea<br />

que tiene el autor de sus medios y de su<br />

inteligencia.<br />

Puesto al frente, hace años, de una publi­<br />

cación especial, dedica<strong>da</strong> exclusivamente<br />

á uno de los l'amos más importantes de <strong>la</strong><br />

riqueza españo<strong>la</strong>, ha teñido ocasión de ver<br />

y examinar varios tratados más ó menos<br />

completos y con mayor ó menor mérito, y<br />

sin rebajar en manera alguna el de ca<strong>da</strong>


cual, lia notado ciertas omisiones que tal<br />

vez se hayan padecido porque no encajaban<br />

en los p<strong>la</strong>nes, en los límites y en <strong>la</strong> índole<br />

de <strong>la</strong>s obras.<br />

Desde entonces concibió el proyecto de<br />

compi<strong>la</strong>r en un volumen trabajos y no­<br />

ticias diferentes, produci<strong>da</strong>s por <strong>la</strong>s in­<br />

vestigaciones <strong>del</strong> estudio y de <strong>la</strong> ciencia-,<br />

reuniéndo<strong>la</strong>s con escrupulosi<strong>da</strong>d y con tan­<br />

ta mayor confianza, cuanto que no son in­<br />

congruentes entre sí, y afectan directamen­<br />

te á <strong>la</strong> numerosa c<strong>la</strong>se de <strong>viticultor</strong>es y fa­<br />

bricantes de vinos, á quienes dedica sus dia­<br />

rias tareas.<br />

Aunque los trabajos de que se compone<br />

este libro sean distintos, hay uni<strong>da</strong>d en el<br />

pensamiento y en el fondo de <strong>la</strong> obra, por<br />

más que no esté sujeta á los preceptos de<br />

un tratado, que no hemos tenido inten­<br />

ción de publicar.<br />

Escribir de omni re scibili á salga lo que<br />

saliere, sin idea, ni en<strong>la</strong>ce, ni concierto, no


XI<br />

le es permitido á ningún autor, y nos cree­<br />

mos lejos de haber incui'rido en tan grave<br />

falta.<br />

Redúcese nuestro propósito y nuestro<br />

deseo á ser útiles á los lectores en cuyas<br />

manos se abran <strong>la</strong>s páginas de este volu­<br />

men, rogándoles que sup<strong>la</strong>n <strong>la</strong>s faltas que<br />

encuentren con <strong>la</strong> noble y leal intención que<br />

ha guiado nuestra pluma ó inspirado pa­<br />

trióticamente nuestros pensamientos


NOCIONES GENERALES SOBRE LA VID.<br />

El género vid se compone de arbustos sarmentosos<br />

que brotan y crecen espontáneamente<br />

en <strong>la</strong>s comarcas de <strong>la</strong> parte media de Asia<br />

y en <strong>la</strong>s de <strong>la</strong> América <strong>del</strong> Norte. Las hojas de<br />

esta p<strong>la</strong>nta son alternas, sencil<strong>la</strong>s, enteras ó en<br />

forma de corazón, y algunas veces incisas. Las<br />

flores de <strong>la</strong>s especies naci<strong>da</strong>s en el antiguo<br />

continente son hermafroditas, y polígamas <strong>la</strong>s<br />

<strong>del</strong> nuevo mundo. Forman panículos opuestos<br />

á <strong>la</strong>s hojas, muchos de los cuales no fructifican,<br />

convirtiéndose, á causa de su esterili<strong>da</strong>d, en tijiretas<br />

ó zarzillos. El cáliz es libre y muy corto<br />

con cinco ángulos y cinco dientes rudimentarios:<br />

tiene <strong>la</strong> coro<strong>la</strong> cinco petalos, el ovario libre<br />

rodeado en su base de un disco con cinco<br />

lóbulos ó paletas, presentando una marca sin<br />

pezón, bastante deprimi<strong>da</strong>. A estas flores sigue


2<br />

una baya globulosa y bilocu<strong>la</strong>r que contiene<br />

<strong>la</strong> semil<strong>la</strong>, dura y ósea, y el embrión, que es pequeño,<br />

se aloja en un albumen carnoso y de sólido<br />

tejido.<br />

El tronco de <strong>la</strong> vid adquiere á veces un grueso<br />

extraordinario. Una cepa abandona<strong>da</strong> á <strong>la</strong><br />

naturaleza, y en terreno y clima que le sean favorables,<br />

adquiere un volumen enorme y alcanza<br />

asombrosa longevi<strong>da</strong>d. No sucede lo propio<br />

con <strong>la</strong> vid que se po<strong>da</strong>, privándo<strong>la</strong> de sus sarmientos.<br />

Tanto los antiguos naturalistas como<br />

los viajeros modernos están acordes en asegurar<br />

que <strong>la</strong> vid en estado agreste toma proporciones<br />

gigantescas.<br />

Dice Estrabon que en Margiana se veian cepas<br />

de tal dimension que apenas podían dos<br />

hombres abrazar el tronco, y Plinio afirma que<br />

los antiguos c<strong>la</strong>sificaron <strong>la</strong> vid entre los árboles<br />

á causa <strong>del</strong> poderoso desarrollo de que es susceptible.<br />

Sabido es que <strong>la</strong> puerta principal de<br />

<strong>la</strong> catedral de Rávena fué construi<strong>da</strong> con madera<br />

de vid y que los tableros tienen más de<br />

tres metros de alto por seis ó siete centímetros<br />

de espesor.<br />

El cultivo de <strong>la</strong> vid, cuyo descubrimiento<br />

atribuyen á Noé <strong>la</strong>s leyen<strong>da</strong>s hebraicas, constituía<br />

en Palestina y en los países inmediatos<br />

uno de los ramos más importantes de productiva<br />

riqueza. La configuración <strong>del</strong> terreno, cu-


3<br />

bierto de colinas y de pequeñas montañas, era<br />

muy favorable á <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta, y el clima <strong>da</strong>ba á <strong>la</strong><br />

uva un dulce especial y una fragancia exquisita.<br />

Los principales viñedos de Palestina se hal<strong>la</strong>ban<br />

en <strong>la</strong> montaña de Enghedi y en los alrededores<br />

de Hebran (Cántico de los Cánticos)<br />

en tierra de Siquem, en el Carmelo, en el Líbano,<br />

en <strong>la</strong>s oril<strong>la</strong>s <strong>del</strong> <strong>la</strong>go de Genésareth y<br />

en otros <strong>para</strong>jes que mencionan el Talmud y <strong>la</strong><br />

Biblia. Muchos pueblos y ciu<strong>da</strong>des debían sus<br />

nombres á <strong>la</strong>s viñas que rodeaban los agricultores<br />

de cercas ó de tapias de piedra <strong>para</strong> librar<strong>la</strong>s<br />

de <strong>la</strong> voraci<strong>da</strong>d de <strong>la</strong>s zorras, de <strong>la</strong>s cabras<br />

y de <strong>la</strong>s liebres.<br />

Las cepas de Palestina eran notables por su<br />

tamaño, y en nuestros dias se ha descubierto en<br />

<strong>la</strong> vertiente meridional <strong>del</strong> Líbano una que media<br />

na<strong>da</strong> menos que treinta pies de altura. La<br />

mayor parte de <strong>la</strong>s uvas eran negras (Génesis<br />

y Libro de los Proverbios), y los racimos de<br />

extraordinaria magnitud. Hoy to<strong>da</strong>vía, los granillos<br />

de <strong>la</strong>s uvas de Siria tienen el tamaño de<br />

una cirue<strong>la</strong> pequeña.<br />

El sistema griego y romano, que consistía en<br />

casar <strong>la</strong>s vides (rnaritare vitem) ó lo que es<br />

lo mismo, en<strong>la</strong>zar<strong>la</strong>s en torno de un rodrigón ó<br />

de un árbol, ha sido poco practicado en Egipto,<br />

en Siria y en to<strong>da</strong> el Asia, donde siempre se


4<br />

prefirió dejará <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta rastreando por <strong>la</strong> tierra.<br />

Los fenicios fueron los primeros que arrancaron<br />

vides de <strong>la</strong>s márgenes <strong>del</strong> Mar Negro<br />

<strong>para</strong> introducir su cultivo en Grecia. Sicilia, <strong>la</strong>s<br />

is<strong>la</strong>s <strong>del</strong> Archipié<strong>la</strong>go, Italia, Francia y España.<br />

Pronto se convirtió <strong>la</strong> vid en un manantial de<br />

riqueza y de orgullo <strong>para</strong> ciertos países, porque<br />

se vé en <strong>la</strong>s ordenanzas primitivas de los duques<br />

de Borgoña cuánto se ufanaban de ser calificados<br />

de «señores y propietarios de los mejores<br />

vinos de <strong>la</strong> cristian<strong>da</strong>d á causa de sus<br />

buenas tierras de Borgoña, tan famosas y renombra<strong>da</strong>s<br />

por <strong>la</strong>s cepas que contenian.» Así es<br />

que los príncipes l<strong>la</strong>maban al afortunado señor<br />

el Duque de los buenos vinos.<br />

Las vides <strong>del</strong> Bor<strong>del</strong>esado adquirieron pronto<br />

cierta celebri<strong>da</strong>d, á juzgar por los elogios que<br />

Ausonio les prodigaba en sus escritos <strong>del</strong><br />

siglo IV. Hab<strong>la</strong>ndo Mateo Páris de <strong>la</strong> hostili<strong>da</strong>d<br />

de los ánimos contra los ingleses en Gascuña,<br />

que dominaban por completo allá en los años<br />

de 1251, dice que aquel<strong>la</strong> provincia se habría<br />

sustraído <strong>del</strong> yugo de Enrique III, si no hubiese<br />

necesitado de Ing<strong>la</strong>terra <strong>para</strong> <strong>la</strong> expendicion<br />

de sus vinos. Consta además por un libro de<br />

registros aduaneros que en 1350 salieron de<br />

Burdeos ciento cuarenta y un barcos cargados<br />

de vinos que produjeron 5.104 libras y 16 sueldos,<br />

mone<strong>da</strong> bor<strong>del</strong>esa.


5<br />

No todos los climas son á propósito <strong>para</strong> cultivar<br />

<strong>la</strong> vid, y resulta de los experimentos y estudios<br />

hechos hasta el dia que entre los 35 y 50<br />

grados de <strong>la</strong>titud es donde puede prometerse el<br />

<strong>viticultor</strong> más rendimientos de este precioso<br />

producto vegetal, pues en estas zonas precisamente<br />

se encuentran los países más famosos<br />

por sus viñedos, como España, Portugal, Italia,<br />

Austria, Francia, Hungría y Grecia. Desde <strong>la</strong>s<br />

oril<strong>la</strong>s <strong>del</strong> Rhin hasta <strong>la</strong> parte más meridional<br />

de España se cultiva <strong>la</strong> vid en cuantos sitios lo<br />

permite <strong>la</strong> naturaleza <strong>del</strong> suelo, y en esa Abasta<br />

extension de territorio se <strong>da</strong>n los vinos más <strong>del</strong>iciosos<br />

<strong>del</strong> mundo.<br />

En ningún hecho se vé más patentiza<strong>da</strong> <strong>la</strong> influencia<br />

<strong>del</strong> clima que observando los cambios<br />

que experimentan <strong>la</strong>s cepas trasp<strong>la</strong>nta<strong>da</strong>s á lejanas<br />

regiones. El suelo y el cultivo pueden ser<br />

iguales á los <strong>del</strong> país natal de <strong>la</strong> vid; pero los<br />

frutos no tienen semejanza entre sí, y <strong>la</strong> historia<br />

nos enseña que <strong>la</strong>s cepas griegas trasporta<strong>da</strong>s<br />

á Italia dejaron de producir sus vinos acostumbrados,<br />

cambiando así mismo de manera de<br />

ser <strong>la</strong>s famosas vides de Palermo al ser arranca<strong>da</strong>s<br />

de <strong>la</strong>s vertientes <strong>del</strong> Vesubio.<br />

Los suelos calcáreos, silíceos, ó aluminosos,<br />

los terrenos primitivos de transición, secun<strong>da</strong>rios,<br />

terciarios y volcánicos convienen perfectamente<br />

á <strong>la</strong> vid, siempre que no sean tan bajos


(i<br />

que pue<strong>da</strong>n detenerse en ellos <strong>la</strong>s nieb<strong>la</strong>s á su<br />

paso. El exceso de hume<strong>da</strong>d en el suelo ó en <strong>la</strong><br />

atmósfera, perjudica mucho á <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta de que<br />

nos ocupamos, que gusta de tierras endebles,<br />

ári<strong>da</strong>s, permeables al aire y al agua, y donde<br />

á otro vegetal cualquiera le sea difícil prosperar<br />

y desarrol<strong>la</strong>rse. La exposición de <strong>la</strong> -vid debe<br />

variar según <strong>la</strong>s circunstancias locales. Un suelo<br />

seco y pedregoso, exige, como es consiguiente,<br />

una exposición más meridional que el que<br />

no reúna tales condiciones.<br />

Antes de que <strong>la</strong> experiencia diese á conocer<br />

el mérito de <strong>la</strong> vid y motivara su p<strong>la</strong>ntío en<br />

terrenos de buena c<strong>la</strong>se y de gran fecundi<strong>da</strong>d,<br />

sólo se <strong>la</strong> consideraba digna de ocupar sitios insignificantes<br />

é improductivos <strong>para</strong> los agricultores.<br />

La vid es tan vivaz y poderosa en su vegetación<br />

que recorre con sus ramas distancias increíbles.<br />

Desde <strong>la</strong> parra gigantesca de Hampton<br />

Court, hasta <strong>la</strong>s cepas que atraviesan los rios<br />

africanos, se vé á <strong>la</strong> vid en to<strong>da</strong>s partes a<strong>la</strong>rgar<br />

sus <strong>la</strong>rguísimos brazos y vivir por espacio de<br />

siglos. Unas veces en los peñascos, otras abraza<strong>da</strong><br />

á los árboles ó ya apoya<strong>da</strong> contra <strong>la</strong>s paredes,<br />

<strong>la</strong> vid prospera y todo lo resiste con tal<br />

de que tenga su parte de terreno, de alimento,<br />

de aire y de sol que lo es extrictamente necesario.<br />

Pero como no basta que <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta viva, si-


7<br />

no que e.s preciso que dé fruto abun<strong>da</strong>nte y bueno,<br />

se necesita cui<strong>da</strong>r mucho de su elección antes<br />

de decidirse por esta ó aquel<strong>la</strong> especie.<br />

Una elección, pues, que esté en armonía con<br />

el suelo y con el clima, es el acto más importante<br />

<strong>del</strong> cultivo de <strong>la</strong> vid, entendiéndose por<br />

clima, no sólo el grado de <strong>la</strong>titud, sino to<strong>da</strong>s<br />

<strong>la</strong>s circunstancias locales que pue<strong>da</strong>n modificar<br />

esencialmente <strong>la</strong> temperatura. También es menester<br />

tener en cuenta <strong>la</strong> facili<strong>da</strong>d en <strong>la</strong> madurez<br />

de <strong>la</strong>s especies. La p<strong>la</strong>nta debe elegirse<br />

entre <strong>la</strong>s cepas más fértiles, escogiendo entre<br />

el<strong>la</strong>s el sarmiento que más haya producido, y<br />

evitando hacer p<strong>la</strong>ntíos después de un mal año<br />

de vendimia.<br />

Un simple desmonte ó descuaje no basta <strong>para</strong><br />

p<strong>la</strong>ntar vides con probabili<strong>da</strong>des de buen éxito.<br />

El terreno se ha de cavar lo menos hasta 50<br />

centímetros de profundi<strong>da</strong>d, y algunos agricultores<br />

prácticos aconsejan el arado con tal de<br />

que los nuevos surcos sean perpendicu<strong>la</strong>res á<br />

los primeros.<br />

Cuando el terreno que se ha de poner de viña<br />

está dispuesto, <strong>la</strong> mejor pre<strong>para</strong>ción que puede<br />

dársele es <strong>la</strong> de sembrar hortalizas durante un<br />

par de años, prefiriendo siempre <strong>la</strong>s habichue<strong>la</strong>s<br />

y <strong>la</strong>s patatas.<br />

En <strong>la</strong>s tierras fuertes se han de abrir los<br />

hoyos tres meses antes de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ntación, cui-


8<br />

<strong>da</strong>ndo así mismo de que los sarmientos hayan<br />

estado ocho dias en agua corriente. El abono al<br />

hacer el p<strong>la</strong>ntío debe ser ligerísimo y sólo en <strong>la</strong><br />

superficie de <strong>la</strong> tierra después de rellenar<br />

el hoyo.<br />

Hay terrenos especiales donde <strong>la</strong> vid puede<br />

vegetar útilmente sin el auxilio de ningún<br />

abono, y sobre todo cuando <strong>la</strong>s cepas están á<br />

bastante distancia unas de otras. Pero esas<br />

tierras privilegia<strong>da</strong>s son raras, y además se<br />

ponen en el<strong>la</strong>s tal canti<strong>da</strong>d de p<strong>la</strong>nta, y se les<br />

exige tal rendimiento, que <strong>la</strong> generali<strong>da</strong>d de <strong>la</strong>s<br />

vides necesitan un suplemento de nutrición en<br />

períodos muy seguidos; con tierra, cal y granillos<br />

de uvas se hace una excelente composición<br />

<strong>para</strong> este objeto; pero el estiércol de establo <strong>da</strong><br />

resultados más inmediatos y su influencia se<br />

considera como más segura y ventajosa.<br />

Los <strong>viticultor</strong>es que prefieren <strong>la</strong> canti<strong>da</strong>d á<br />

<strong>la</strong> cali<strong>da</strong>d <strong>del</strong> producto echan mano de abonos<br />

azoados en su cultivo.<br />

El esterco<strong>la</strong>do con marga y con yeso contribuye<br />

á <strong>da</strong>r fertili<strong>da</strong>d á <strong>la</strong> vid y mucha suavi<strong>da</strong>d<br />

al vino, quitando á éste el sabor á terruño.<br />

La operación de <strong>la</strong> po<strong>da</strong> es importantísima,<br />

puesto que de el<strong>la</strong> depende, no sólo <strong>la</strong> duración<br />

de <strong>la</strong> cepa, sino <strong>la</strong> canti<strong>da</strong>d y cali<strong>da</strong>d <strong>del</strong> producto.<br />

Hay po<strong>da</strong> corta, <strong>la</strong>rga, de yema y braguero<br />

y po<strong>da</strong> en rastra, sistemas que no des-


9<br />

cribimos por ser harto conocidos de nuestros<br />

<strong>viticultor</strong>es. La po<strong>da</strong> comienza con Noviembre<br />

en <strong>la</strong>s comarcas cáli<strong>da</strong>s de España, y termina<br />

con Abril, en el Norte, en <strong>la</strong>s regiones muy<br />

frías <strong>del</strong> centro de <strong>la</strong> Penínsu<strong>la</strong>. Más vale, sin<br />

embargo, po<strong>da</strong>r tarde que temprano, sin que sea<br />

obstáculo que <strong>la</strong>s cepas lloren por los cortes,<br />

porque el l<strong>la</strong>nto no debilita en manera alguna<br />

á <strong>la</strong> vid.<br />

P<strong>la</strong>nta<strong>da</strong> ya ésta, exige cui<strong>da</strong>dos incesantes<br />

ca<strong>da</strong> año, y sobre todo el sétimo, cui<strong>da</strong>dos que<br />

varían según esté <strong>la</strong> cepa más ó menos ade<strong>la</strong>nta<strong>da</strong><br />

en su desarrollo.<br />

El segundo año es el menos dispendioso de<br />

todos. La vid no ha menester estacas ó rodrigones,<br />

y <strong>la</strong> poca fuerza y desenvolvimiento de<br />

sus raíces impiden que utilice los abonos que<br />

se <strong>la</strong> echen. La ocupación primera <strong>del</strong> viñador<br />

desde principios de Noviembre, es <strong>la</strong> de reemp<strong>la</strong>zar<br />

los pies que no hayan agarrado. Estas<br />

faltas, como se l<strong>la</strong>man, no exceden por lo<br />

común <strong>del</strong> 1 ó el 2 por 100. Luego sigue <strong>la</strong><br />

po<strong>da</strong>, y después <strong>la</strong> bina, que ha de hacerse en<br />

tiempo bien seco.<br />

El tercer año es más costoso por los rodrigones<br />

y por los anchos surcos que han de<br />

abrirse entre <strong>la</strong>s hileras de p<strong>la</strong>ntas <strong>para</strong> rellenar<strong>la</strong>s<br />

de estiércol. Conclui<strong>da</strong> esta faena, se<br />

abandona <strong>la</strong> viña hasta fines de invierno, en


10<br />

cuya época, y después de <strong>la</strong>s he<strong>la</strong><strong>da</strong>s, conviene<br />

principiar ya <strong>la</strong> segun<strong>da</strong> po<strong>da</strong> y c<strong>la</strong>var <strong>la</strong>s estacas.<br />

Las operaciones <strong>del</strong> tercer año se repiten<br />

sucesivamente el cuarto, quinto, sexto y sétimo,<br />

hasta que al octavo llega <strong>la</strong> cepa á su apogeo<br />

ele perfección y de producto, manteniéndose<br />

por espacio de veinte, fértil y vigorosa, siempre<br />

que so cuide y se abone con esmero.<br />

Entre los accidentes que más comprometen<br />

<strong>la</strong> existencia de <strong>la</strong> vid, sobresale <strong>la</strong> piedra ó<br />

granizo, <strong>la</strong>s he<strong>la</strong><strong>da</strong>s tardías y <strong>la</strong> seque<strong>da</strong>d y<br />

cai<strong>da</strong> de <strong>la</strong> uva, poco después de haberse cernido<br />

en <strong>la</strong>s viñas, y luego, en el triste y <strong>la</strong>rgo<br />

catálogo de <strong>la</strong>s enferme<strong>da</strong>des que <strong>la</strong> amenazan,<br />

se cuentan el oidium, <strong>la</strong> piral y otras, y por<br />

último, <strong>la</strong> terrible filoxera, que es hasta ahora<br />

el enemigo más formi<strong>da</strong>ble de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta preciosa.<br />

RECONSTITUCIÓN UEL SUELO<br />

DESTINADO AL CULTIVO DE LA VID.<br />

Hab<strong>la</strong>r de <strong>la</strong> vid, de sus enferme<strong>da</strong>des y de<br />

su cultivo parece ya una empresa temeraria,


11<br />

después dé<strong>la</strong>s excelentes obras publica<strong>da</strong>s hasta<br />

el dia, y cuyos autores puede decirse que han<br />

agotado <strong>la</strong> materia hasta el último extremo.<br />

Creemos, sin embargo, prestar un servicio á<br />

los <strong>viticultor</strong>es subsanando ciertos olvidos, involuntarios<br />

quizás, cometidos por <strong>la</strong>s personas<br />

que se han ocupado <strong>del</strong> asunto sobre algo que<br />

se re<strong>la</strong>ciona íntima y directamente con <strong>la</strong> historia<br />

natural <strong>del</strong> arbusto.<br />

Entremos de una vez en materia. ¿Se destruye<br />

ó agota una p<strong>la</strong>nta aniqui<strong>la</strong><strong>da</strong> á causa de reproducir<br />

constantemente por medio de estacas?<br />

Tal es una de <strong>la</strong>s cuestiones que más se discuten<br />

en <strong>la</strong> época presente. La mayor parte de<br />

los botánicos <strong>la</strong> resuelven en sentido afirmativo,<br />

y aun pretenden que este sistema de multiplicación<br />

acarrea <strong>la</strong> decadencia de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta de<br />

una manera fatal, porque está en contra de <strong>la</strong>s<br />

leyes de <strong>la</strong> naturaleza misma.<br />

El hecho es exacto, genéricamente hab<strong>la</strong>ndo,<br />

y participamos de <strong>la</strong> opinion que antecede: pero<br />

creemos que <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> tiene sus excepciones,<br />

como por ejemplo, tratándose de p<strong>la</strong>ntas rastreras,<br />

de <strong>la</strong>s lianas de los países exóticos, de <strong>la</strong>s<br />

zarzas, de <strong>la</strong> yedra y aun de <strong>la</strong> misma vid. La<br />

facili<strong>da</strong>d particu<strong>la</strong>r que tienen estos vegetales<br />

de arrastrarse, <strong>la</strong> conformación especial de su<br />

tronco,' que les permite arraigar y constituir in-


12<br />

dividuos con vi<strong>da</strong> aparte, ¿no les consentirá tal<br />

vez gozar de un privilegio extraordinario? Esto<br />

<strong>para</strong> nosotros se hal<strong>la</strong> fuera de du<strong>da</strong>.<br />

Al concederles <strong>la</strong> naturaleza un medio de reproducirse<br />

aparte, les ha otorgado también <strong>la</strong><br />

facultad de vivir exentos de <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s generales,<br />

librándoles de los efectos de <strong>la</strong> ley ordinaria.<br />

La zarza, espino ó cambronera, que vive sin<br />

cultivo y cuyo vigor vegetativo desespera á<br />

veces al <strong>la</strong>brador, no se agota ni se aniqui<strong>la</strong> por<br />

ello, ni tiene necesi<strong>da</strong>d de multiplicarse por<br />

medio de <strong>la</strong> simiente <strong>para</strong> gozar de perfecta salud.<br />

No está someti<strong>da</strong>, como <strong>la</strong> mayor parte de<br />

los árboles, á <strong>la</strong> gran ley de <strong>la</strong> alternativa, y<br />

sólo en fuerza de constancia y de penosos trabajos<br />

es como puede el hombre destruir<strong>la</strong>, y <strong>la</strong><br />

menor raicil<strong>la</strong> que quede en tierra viene después<br />

á inutilizar los esfuerzos anteriores, embarazando<br />

el curso de <strong>la</strong>s <strong>la</strong>bores agríco<strong>la</strong>s.<br />

La vid está también organiza<strong>da</strong> como <strong>la</strong> zarza<br />

<strong>para</strong> reproducirse y resistir á <strong>la</strong>s causas que<br />

tienden á destruir<strong>la</strong>. Locali<strong>da</strong>des hay en que el<br />

inestimable arbusto fué arrancado de el<strong>la</strong>s hace<br />

trescientos años, y cuyas cercas y bar<strong>da</strong>les están<br />

llenos de p<strong>la</strong>ntas robustas que se entre<strong>la</strong>zan<br />

á los árboles, permaneciendo insensibles á los<br />

rigores de <strong>la</strong> intemperie. El examen de <strong>la</strong> parte<br />

leñosa de <strong>la</strong> vid, se<strong>para</strong><strong>da</strong> por nudos completa-


13<br />

mente independientes los unos de los otros, indica<br />

una serie de gérmenes vegetativos dispuestos de<br />

trecho en trecho y que pueden vivir y desarrol<strong>la</strong>rse<br />

por sí solos, circunstancia que también se<br />

observa en ciertos seres de órdenes inferiores.<br />

De estas breves consideraciones resulta que<br />

<strong>la</strong> vid no se aniqui<strong>la</strong> porque <strong>la</strong> especie se reproduzca<br />

valiéndose <strong>del</strong> sistema de estacas.<br />

Veamos ahora si está en tan buenas condiciones<br />

el terreno donde vegeta. Por desgracia, no<br />

sucede así, ni mucho menos; <strong>la</strong>s montañas y <strong>la</strong>s<br />

<strong>la</strong>deras de suelo permeable, poco expuestas al<br />

contacto de <strong>la</strong>s nieb<strong>la</strong>s, ven desde hace siglos<br />

cubiertos sus f<strong>la</strong>ncos de pámpanos de vid. Ca<strong>da</strong><br />

año una canti<strong>da</strong>d, aunque muy pequeña, de<br />

principios minerales es absorbi<strong>da</strong> al terreno por<br />

<strong>la</strong> uva que se produce, y como no se opera, en<br />

cambio, restitución alguna, sobreviene un período<br />

en que se enrarecen los elementos necesarios<br />

á <strong>la</strong> vegetación y desarrollo de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta,<br />

período ó momento que llega tanto más pronto<br />

cuanto más se precipita dicha vegetación. Esto<br />

explica <strong>la</strong> razón de que <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>nuras fértiles<br />

agoten sus fuerzas productivas antes que <strong>la</strong>s<br />

montañas.<br />

La naturaleza, obrando con sabia prevision,<br />

permite que el suelo, por reacciones químicas<br />

que aún nos son desconoci<strong>da</strong>s, se reconstituya<br />

y vuelva á su estado normal; pero esta meta-


•i-i<br />

mórfosis necesita de algun tiempo <strong>para</strong> verificarse.<br />

En esta época <strong>del</strong> vapor y de <strong>la</strong> electrici<strong>da</strong>d,<br />

el hombre, acostumbrado á <strong>la</strong> rapidez,<br />

quiere recoger el fruto de su trabajo en el más<br />

breve p<strong>la</strong>zo posible.<br />

La vid, rep<strong>la</strong>nta<strong>da</strong> después de cuatro ó cinco<br />

años do intervalo, encuentra un terreno reconstituido<br />

á medias. Gracias á los abonos que se<br />

<strong>la</strong> dá, vegeta y produce; pero su fuerza resistente<br />

disminuye porque le faltan víveres, viéndose,<br />

en su consecuencia, expuesta á los extragos<br />

de <strong>la</strong>s diversas enferme<strong>da</strong>des, cuyos gérmenes<br />

circu<strong>la</strong>n sin cesar por el aire.<br />

Hechos de notorie<strong>da</strong>d pública apoyan y sirven<br />

de fun<strong>da</strong>mento á <strong>la</strong> teoría <strong>del</strong> aniqui<strong>la</strong>miento<br />

<strong>del</strong> suelo; así es que nadie du<strong>da</strong> que los<br />

terrenos bien abonados contribuyen á que <strong>la</strong>s<br />

viñas que los cubren resisten mejor que otros<br />

el ataque mortífero de los insectos, y sobre todo<br />

á <strong>la</strong> filoxera. El abono natural ó el artificial<br />

parece ser hasta ahora un excelente escudo<br />

contra <strong>la</strong> invasion. Si <strong>la</strong>s parras resisten también<br />

á <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ga, consiste en que los troncos,<br />

muy espaciados entre sí, disponen de gran<br />

extension de tierra con que alimentarse; así es<br />

que el aniqui<strong>la</strong>miento <strong>del</strong> suelo es <strong>la</strong> causa primordial<br />

, eficiente de <strong>la</strong>s enferme<strong>da</strong>des que<br />

invaden á los viñedos; cui<strong>da</strong>r, observar y modificar<br />

<strong>la</strong> tierra es el objeto que el vinicultor debe


15<br />

proponerse <strong>para</strong> devolver á sus vides <strong>la</strong> salud<br />

perdi<strong>da</strong>, restituyéndole <strong>la</strong> fuerza que rec<strong>la</strong>man<br />

los vegetales <strong>para</strong> crecer y desarrol<strong>la</strong>rse.<br />

Establezcamos como primer principio que<br />

to<strong>da</strong> vid necesita, no sólo un terreno bien pre<strong>para</strong>do,<br />

sino provisto además de los elementos minerales<br />

precisos á <strong>la</strong> existencia, y <strong>para</strong> que <strong>la</strong><br />

reconstitución se verifique es indispensable un<br />

período medio de ocho años. Este espacio de<br />

tiempo es aún corto cuando se ve que ciertas<br />

p<strong>la</strong>ntas, como los espárragos, <strong>la</strong> mielga y <strong>la</strong><br />

alfalfa, no pueden ser cultiva<strong>da</strong>s con éxito en<br />

un terreno, sino después de un <strong>la</strong>boreo igual á<br />

<strong>la</strong> duración de su vi<strong>da</strong>' anterior.<br />

La vid, sin embargo, es menos <strong>del</strong>ica<strong>da</strong>,<br />

porque <strong>la</strong> mayor parte de los prácticos aseguran<br />

que es suficiente el período que hemos<br />

indicado hace poco.<br />

De dos maneras distintas puede operarse <strong>la</strong><br />

reconstitución de un terreno. Una, artificial en<br />

cierto modo, consiste en hacer frecuentes <strong>la</strong>bores<br />

<strong>para</strong> poner en contacto los agentes atmosféricos<br />

con los elementos minerales <strong>del</strong> suelo.<br />

Bajo <strong>la</strong> influencia <strong>del</strong> aire, <strong>del</strong> calor, de <strong>la</strong> luz<br />

y de <strong>la</strong> electrici<strong>da</strong>d so desgregan, se descomponen<br />

y constituyen combinaciones nuevas,<br />

reformando <strong>la</strong> tierra por completo.<br />

El otro sistema, que l<strong>la</strong>maremos natural,<br />

consiste en el encespe<strong>da</strong>do. Viviendo <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas


•16<br />

de los principios contenidos en el aire y en el<br />

suelo, devuelven al morir á <strong>la</strong> tierra muchos<br />

más elementos que los que han recibido de<br />

el<strong>la</strong>; pero <strong>la</strong> rapidez de su acción varía según<br />

<strong>la</strong>s varie<strong>da</strong>des y el desarrollo de <strong>la</strong>s hojas. La<br />

familia de <strong>la</strong>s leguminosas <strong>da</strong> especies esencialmente<br />

fertilizantes. Las alfalfas producen<br />

malos resultados; pero no sucede lo mismo con<br />

<strong>la</strong> esparcil<strong>la</strong> ó pipirigallo. Esta es una cuestión<br />

práctica que ha de resolverse á tientas primero,<br />

y luego por medio de juiciosa observación,<br />

y á los <strong>viticultor</strong>es toca buscar y determinar<br />

cuál sea <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta que convenga á <strong>la</strong> vez al<br />

clima y á <strong>la</strong>s condiciones especiales de <strong>la</strong> tierra<br />

que explotan.<br />

Cuando llega <strong>la</strong> época de p<strong>la</strong>ntar, ha de cui<strong>da</strong>rse<br />

mucho <strong>la</strong> vid á fin de que atraviese sin<br />

obstáculos ni peligros el primer período de su<br />

vi<strong>da</strong>, reprobando nosotros altamente esa manera<br />

hipócrita de abonar<strong>la</strong> haciendo á su <strong>la</strong>do<br />

p<strong>la</strong>ntíos de maíz, habichue<strong>la</strong>s, etc. El precioso<br />

arbusto paga con <strong>la</strong>rgueza el derecho de vivir<br />

sólo en el terreno que se le destine.<br />

To<strong>da</strong>vía iremos más lejos diciendo á los viñadores:<br />

si queréis tener p<strong>la</strong>ntaciones ricas de<br />

vegetación y dota<strong>da</strong>s de fuerza, echad á <strong>la</strong> tierra<br />

abonos naturales de esos que hubiera tenido<br />

en su estado agreste, es decir, los despojos de<br />

los vegetales que hayan vivido y muerto alrede-


17<br />

dor de <strong>la</strong> cepa. Las leguminosas, según que<strong>da</strong><br />

dicho, tienen <strong>la</strong> propie<strong>da</strong>d con sus anchas hojas<br />

de bonificar el suelo mejor que <strong>la</strong>s demás<br />

especies, especialmente el altramuz. Sembrado<br />

á fin de Mayo ó sea en <strong>la</strong> época que se dá al<br />

año <strong>la</strong> segun<strong>da</strong> <strong>la</strong>bor á <strong>la</strong> tierra, crece con <strong>la</strong><br />

rapidez bastante <strong>para</strong> enterrarse en el mes de<br />

Agosto, cuando <strong>la</strong> vid necesita de <strong>la</strong> reflexión<br />

de los rayos so<strong>la</strong>res. Este abono, que es muy<br />

barato, impide el esquilmado <strong>del</strong> terreno, manteniéndolo<br />

en buenas condiciones productivas,<br />

y dándole una fuerza poderosa <strong>para</strong> resistir los<br />

ataques de los infinitos seres que le atacan.<br />

En resumen, y si queréis devolver á <strong>la</strong> vid su<br />

primitiva lozanía, espaciad lo posible el período<br />

de rep<strong>la</strong>ntacion, y abonad el suelo con <strong>la</strong><br />

abun<strong>da</strong>ncia que os permitan vuestros recursos.<br />

Si no hemos de presenciar el triste espectáculo<br />

de ver á <strong>la</strong> vid anémica y de sucumbir<br />

más pronto ó más tarde después de irse debilitando<br />

y empeorando <strong>la</strong> canti<strong>da</strong>d y <strong>la</strong> cali<strong>da</strong>d<br />

<strong>del</strong> vino, es absolutamente necesario restituir<br />

al suelo los elementos sustraídos de él por ca<strong>da</strong><br />

p<strong>la</strong>nta, sin abonarlo con exceso <strong>para</strong> aumentar<br />

<strong>la</strong> producción, porque según vulgarmente se dice,<br />

tanto perjudica lo mucho como lo poco, sobre<br />

todo en <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s nutritivas que determinan<br />

<strong>la</strong> duración de <strong>la</strong> vi<strong>da</strong>, así de los hombres<br />

como de <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas.<br />

o


(8<br />

APROVECHAMIENTO<br />

DE LOS<br />

EESÍDUOS DE LA VID Y DEL VINO.<br />

I.<br />

El estudio de <strong>la</strong> fabricación <strong>del</strong> vino y <strong>del</strong><br />

cultivo de <strong>la</strong> vid nos ha sugerido una .serie de<br />

observaciones prácticas que vamos á someter ai<br />

buen juicio de nuestros lectores.<br />

El objeto principal en to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s industrias consiste<br />

en sacarlos mayores beneficios posibles de<br />

los elementos que <strong>la</strong> naturaleza les confia, y así<br />

es que los esfuerzos de los sabios y de los industriales<br />

tienden á no desperdiciar na<strong>da</strong>, por<br />

insignificante que parezca su valor ó su importancia.<br />

Este principio económico ha sido aplicado<br />

ya á diversas industrias en que los productos<br />

más despreciables en <strong>la</strong> apariencia se<br />

utilizan con gran esmero. Todo se convierte en<br />

objeto de nueva producción, y lo que no puede<br />

aplicarse á <strong>la</strong> fabricación de una materia provechosa<br />

al hombre y á los animales vuelve á <strong>la</strong><br />

tierra como abono bajo <strong>la</strong>s formas más varia<strong>da</strong>s.


19<br />

El <strong>viticultor</strong>, hasta hoy , ha descui<strong>da</strong>do mucho<br />

el aprovechamiento de los desperdicios de<br />

su interesante cultivo.<br />

La viña <strong>da</strong> un producto rico, fácil de recolectar,<br />

y que además exige poco trabajo <strong>para</strong> ponerlo<br />

en condiciones de venta. En los buenos<br />

años recompensa con usura al <strong>la</strong>brador de sus<br />

pasa<strong>da</strong>s fatigas, y por eso quizás no piensa este<br />

último en una infini<strong>da</strong>d de productos secun<strong>da</strong>rios,<br />

de los que pudiera sacar seguros rendimientos<br />

y que hace muy mal en despreciar ó<br />

<strong>da</strong>r al olvido.<br />

Lo mismo sucede por su parte á los negociantes<br />

en vinos, quienes tampoco sacan el partido<br />

que debieran de una porción de residuos cuyo<br />

precio en venta les serviria <strong>para</strong> cubrir parcialmente<br />

los gastos que el material les ocasiona,<br />

material que en <strong>la</strong> fabricación de vinos está lejos<br />

de tener el valor de <strong>la</strong>s máquinas y enseres<br />

que se emplean en industrias de diversa índole,<br />

razón de más que aconseja <strong>la</strong> explotación de<br />

esos pequeños beneficios, porque aminoran los<br />

gastos generales, cáncer inevitable y constante<br />

de to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s producciones conoci<strong>da</strong>s.<br />

Examinemos, pues, sucesivamente los residuos<br />

y desperdicios de fabricación que pueden<br />

y deben ser utilizados, porque remuneran los<br />

cui<strong>da</strong>dos y trabajos que se emplean en recogerlos<br />

y <strong>da</strong>rles aplicación determina<strong>da</strong>.


20<br />

No tenemos <strong>la</strong> pretension de que se nos crea<br />

inventores de na<strong>da</strong>, proponiéndonos únicamente<br />

agrupar bajo una forma práctica y comprensible<br />

los <strong>da</strong>tos que contribuyan á conseguir<br />

nuestro objeto.<br />

Muchas veces hemos observado con pena que<br />

los industriales no modifican á veces sus procedimientos<br />

y su manera de trabajar, porque ignoran<br />

lo que está más allá de un círculo reducido<br />

de conocimientos, mal gravísimo á que sirven<br />

de eficaz remedio <strong>la</strong>s grandes Exposiciones<br />

celebra<strong>da</strong>s con el objeto, no sólo de hacer resaltar<br />

<strong>la</strong> perfección en el trabajo de unos y otros,<br />

sino con el más levantado y más positivo de vulgarizar<br />

los conocimientos de todos los productores,<br />

sucediendo con frecuencia que en el examen<br />

y estudio de secciones que no tienen re<strong>la</strong>ción<br />

con <strong>la</strong> industria que el espectador ejerce,<br />

encuentra éste enseñanza y medio práctico que<br />

ensayar y poner en p<strong>la</strong>nta <strong>para</strong> su propio beneficio.<br />

Si <strong>la</strong>s indicaciones que vamos á hacer ensanchan<br />

algo el estrecho círculo de que antes hemos<br />

hecho mención, y se utilizan con buen éxito<br />

por los <strong>viticultor</strong>es de un país tan rico como<br />

España en esta producción privilegia<strong>da</strong>, se verán<br />

colmados nuestros deseos y satisfechas nuestras<br />

aspiraciones.


'21<br />

II.<br />

Todos los años en una época determina<strong>da</strong><br />

despuntan los <strong>viticultor</strong>es <strong>la</strong>s viñas, es decir,<br />

cortan <strong>la</strong> extremi<strong>da</strong>d, demasiado <strong>la</strong>rga, de los<br />

pámpanos. Estos despuntes ó desperdicios los<br />

echan sencil<strong>la</strong>mente en un rincón y allí los dejan<br />

hasta que se pudren <strong>para</strong> que sirvan de<br />

abono más tarde.<br />

¿Está justificado este desprecio porque no es<br />

posible sacar mejor partido de dichos desperdicios?<br />

Creemos lo contrario, y hé aquí en lo que<br />

se fun<strong>da</strong> nuestra opinion.<br />

La extremi<strong>da</strong>d <strong>del</strong> pámpano despunta<strong>da</strong> por<br />

el viñador es una madera nueva, sin resistencia,<br />

enteramente verde y carga<strong>da</strong> de hojas verdes<br />

también. Numerosos ensayos han demostrado<br />

que hay en todo ello un manantial fecundo de<br />

ácido tártrico, cuya extracción no es dispendiosa<br />

ni mucho menos.<br />

En los brotes nuevos de <strong>la</strong> vid existe el ácido<br />

tártrico en el estado libre, y un poco en el tartrate:<br />

su extracción ofrece poquísimas dificultades,<br />

y el rendimiento será bastante considerable<br />

<strong>para</strong> cubrir los gastos, harto moderados, que<br />

ocasiona un trabajo na<strong>da</strong> penoso y al alcance de<br />

todos.


22<br />

Hó aquí ahora lo que aconsejamos hacer á<br />

los <strong>viticultor</strong>es. Una vez recogidos los recortes<br />

ó despuntes de <strong>la</strong> vid, se colocarán, cuando estén<br />

en <strong>la</strong> casa <strong>del</strong> viñador, dentro de cubetas<br />

chatas de madera, bien apretados <strong>para</strong> que el<br />

volumen se reduzca lo posible, tras<strong>la</strong>dándolos<br />

luego á una caldera, á fin de que hiervan durante<br />

un cuarto de hora. Así que esto se veriíica,<br />

se prensan ligeramente con <strong>la</strong> mano. La primor<br />

agua puede servir <strong>para</strong> cocer varias series<br />

o tan<strong>da</strong>s de pámpanos api<strong>la</strong><strong>da</strong>s, saturándose de<br />

este modo el líquido de ácido tártrico y de tartrates<br />

solubles. Cuando <strong>la</strong> operación termina,<br />

lo cual sucede pronto, porque los pámpanos<br />

api<strong>la</strong>dos se reducen á pequeñísimo volumen, se<br />

reúnen to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s aguas en una cuba grande, y<br />

mientras están calientes se les añade ciento cincuenta<br />

ó doscientos gramos de ácido clorídrico<br />

por ca<strong>da</strong> hectolitro de jugo, se mueve bien y se<br />

deja enfriar y que repose. A <strong>la</strong> mañana siguiente<br />

se trasiega este agua carga<strong>da</strong> de ácidos diversos<br />

y se <strong>la</strong> satura con un poco de yeso en polvo.<br />

El saturado debe hacerse con mucho esmero,<br />

evitando excederse en el yeso ó carbonato de<br />

cal, porque se obtendría un producto sin <strong>la</strong> riqueza<br />

de ácido tártrico que el <strong>fabricante</strong> tiene<br />

derecho á exigir. En efecto, en vez de un tartrate<br />

de cal con el 50 por 100 de ácido tártrico,<br />

se tendría un producto recargado de carbonato


de cal no descompuesto y sin valor ninguno.<br />

Por lo demás, hay un medio muy fácil de asegurarse<br />

si el ácido está ó no bien saturado, ó<br />

sea echar el yeso en pequeñas porciones y poco<br />

á poco, y desde que se nota que no hay efervescencia<br />

después de añadir una nueva dosis, es<br />

señal segura de que todo el ácido libre se ha<br />

combinado con <strong>la</strong> cal <strong>del</strong> carbonato.<br />

Como no en todos los países hay yeso á <strong>la</strong><br />

mano, se puede emplear <strong>la</strong> cal en su lugar. Lejos<br />

de haber inconveniente en ello, nosotros <strong>la</strong><br />

preferimos, por el contrario, pero es mucho más<br />

costosa que el yeso.<br />

Una vez hecha <strong>la</strong> saturación es preciso batir<br />

el líquido con fuerza, dejándole reposar; pocas<br />

horas bastan <strong>para</strong> que todos los sedimentos bajen<br />

al fondo do <strong>la</strong> vasija. El agua se retira por<br />

medio <strong>del</strong> trasiego, y recogidos los posos se les<br />

<strong>da</strong> <strong>la</strong> forma de galletas <strong>del</strong>ga<strong>da</strong>s, poniéndo<strong>la</strong>s á<br />

secar con cui<strong>da</strong>do, porque no debe olvi<strong>da</strong>rse<br />

que <strong>la</strong> hume<strong>da</strong>d más insignificante ataca al<br />

tartrato de cal, que se descompone rápi<strong>da</strong>mente<br />

al ser invadido por los micodermas que<br />

se presentan al punto.<br />

Las galletas secas pueden conservarse indefini<strong>da</strong>mente,<br />

pero es conveniente <strong>da</strong>rles pronto<br />

sali<strong>da</strong>, á lin de evitar los gastos de almacenaje<br />

y los cui<strong>da</strong>dos de conservación.<br />

Los gastos son reducidos, como ya hemos in-


24<br />

dicado, porque los pámpanos, hervidos, agotados<br />

y puestos al aire, se secan pronto y sirven de<br />

combustible en <strong>la</strong>s operaciones que siguen. La<br />

mano de obra es poca cosa; <strong>la</strong> faena se hace rápi<strong>da</strong>mente<br />

por el viñador cuando concluye su<br />

tarea <strong>del</strong> dia, y pueden ayu<strong>da</strong>rle <strong>la</strong>s mujeres y<br />

hasta los chicos que constituyan <strong>la</strong> familia.<br />

Según los ensayos hechos hasta el cha, se<br />

calcu<strong>la</strong> casi con certeza que una caldera de dos<br />

hectolitros es suficiente <strong>para</strong> quinientos kilogramos<br />

de pámpanos, y que no es necesario llenar<strong>la</strong><br />

de dos terceras partes de agua sino dos<br />

veces durante <strong>la</strong> operación. Porque, entién<strong>da</strong>se<br />

bien, mientras hierven los despuntes de los<br />

pámpanos, y á medi<strong>da</strong> que el agua se evapora,<br />

se ha de ir añadiendo líquido con objeto de que<br />

el volumen no cambie ni disminuya. De este<br />

modo se obtiene al fin de <strong>la</strong> operación cerca dedos<br />

hectolitros de un jugo sucio y verdoso que<br />

se trata <strong>del</strong> modo que hemos dicho anteriormente<br />

.<br />

La experiencia ha demostrado que este trabajo<br />

es muy lucrativo. Na<strong>da</strong> cuesta <strong>la</strong> primera<br />

materia, <strong>la</strong> mano de obra no puede ser más ligera,<br />

y el precio en venta <strong>del</strong> tartrate de cal,<br />

hecho con esmero, no baja de seis reales el kilogramo.<br />

Además, <strong>la</strong>-tarea se emprende en una<br />

época <strong>del</strong> año en que los dias son' <strong>la</strong>rgos, lo<br />

cual facilita mucho <strong>la</strong> ejecución.


25<br />

Si no se quieren quemar los pámpanos inmediatamente<br />

después de hervidos, no hay más<br />

que api<strong>la</strong>rlos bien dentro de un silo; allí se adhieren<br />

y forman una masa compacta que corta<strong>da</strong><br />

en panes como el orujo, arde fácilmente y<br />

reemp<strong>la</strong>za con ventaja á <strong>la</strong>s cascas, porque no<br />

cuestan casi na<strong>da</strong>.<br />

Las cenizas de los pámpanos se han de guar<strong>da</strong>r<br />

<strong>para</strong> usos domésticos, porque son muy ricas<br />

en potasa, y con el<strong>la</strong>s se hacen <strong>la</strong>s mejores lejías<br />

que se conocen.<br />

Tal es, expuesto en pocas pa<strong>la</strong>bras, el empleo<br />

que puede <strong>da</strong>rse al despuntado de <strong>la</strong>s vides,<br />

empleo más lucrativo que el dejar podrir<br />

los recortes en un rincón <strong>para</strong> procurarse un<br />

abono sin gran mérito, to<strong>da</strong> vez que <strong>la</strong> potasa<br />

es lo único que vale, porque el ácido tártrico<br />

se destruye con <strong>la</strong> putrefacción, y por consiguiente<br />

se pierde.<br />

III.<br />

En <strong>la</strong> época de <strong>la</strong> vendimia es indispensable<br />

y muy útil no desperdiciar ninguno de los productos<br />

de <strong>la</strong> vid, por insignificantes que parezcan<br />

á primera vista. Son demasiado apreciables<br />

<strong>para</strong> que el hombre no se muestre avaro<br />

de ellos.<br />

Un sabio de <strong>la</strong> antigüe<strong>da</strong>d recomen<strong>da</strong>ba que


se recogiesen con cui<strong>da</strong>do to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s hojas de <strong>la</strong><br />

vid <strong>para</strong> cocer<strong>la</strong>s y obtener sustancias útiles á<br />

<strong>la</strong> tintorería, lo cual prueba que ya se sabia en<br />

épocas remotas que <strong>la</strong>s hojas de <strong>la</strong>s vides pueden<br />

utilizarse en cosa mejor que en dejar que so<br />

pudran sobre <strong>la</strong> tierra.<br />

Hecha <strong>la</strong> vendimia y puesto el vino tinto en<br />

<strong>la</strong>s cubas, comienza el acto de fermentar. Termina<strong>da</strong><br />

<strong>la</strong> operación, se echan los orujos en <strong>la</strong>s<br />

prensas: bajo <strong>la</strong> potencia de <strong>la</strong> máquina se secan,<br />

y después de un período determinado, no<br />

que<strong>da</strong>n más que unos orujos secos, buenos so<strong>la</strong>mente<br />

<strong>para</strong> hacer con ellos espíritu. Algunos<br />

<strong>viticultor</strong>es llenan con ellos toneles, los estrujan<br />

bien, luego llenan aquél de agua, y pocos<br />

dias después obtienen un líquido ligeramente<br />

rojizo con sabor acidu<strong>la</strong>do, y que recuer<strong>da</strong> un<br />

poco el <strong>del</strong> vino. Esta bebi<strong>da</strong> es sana, inocente,<br />

y neutraliza <strong>la</strong> crudeza <strong>del</strong> agua. En los países<br />

en que esta última es ma<strong>la</strong>, seria muy conveniente<br />

beber <strong>la</strong> que hubiera estado en contacto<br />

con los orujos de vinos tintos. El sabor no será<br />

<strong>del</strong> tocio agra<strong>da</strong>ble <strong>para</strong> los pa<strong>la</strong><strong>da</strong>res <strong>del</strong>icados;<br />

pero <strong>la</strong> absorción de este agua carga<strong>da</strong> de principio*<br />

taníferos, de una corta canti<strong>da</strong>d de tartrate<br />

y de ácido tártrico, es muy conveniente<br />

<strong>para</strong> favorecer <strong>la</strong> asimi<strong>la</strong>ción de los alimentos<br />

pesados y bastos con que se nutren algunas<br />

gentes y trabajadores <strong>del</strong> campo.


27<br />

Veamos ahora lo que puedo hacerse con <strong>la</strong>s<br />

pepitas ó granillos de <strong>la</strong> uva.<br />

Los granillos de un orujo de vino tinto están<br />

lejos aún de verse esquilmados después de pasar<br />

por <strong>la</strong> prensa, cediendo, por el contrario, al<br />

vino una canti<strong>da</strong>d muy corta de sus elementos<br />

constituyentes.<br />

Hay en ellos primeramente aceite, no comestible,<br />

sino c<strong>la</strong>ro y á propósito <strong>para</strong> <strong>la</strong>s máquinas,<br />

y luego principios <strong>la</strong>níferos, cuya extracción,<br />

así como <strong>la</strong> <strong>del</strong> aceite, es demasiado seria <strong>para</strong><br />

que sea mira<strong>da</strong> con indiferencia por <strong>la</strong> industria.<br />

Sabiendo <strong>la</strong> canti<strong>da</strong>d de. vino que se fabrica<br />

en una locali<strong>da</strong>d cualquiera, puede saberse<br />

casi con certeza <strong>la</strong> de granillos de uva con que<br />

puede contarse; y si el total es bastante considerable<br />

<strong>para</strong> cubrir los gastos de insta<strong>la</strong>ción, seria<br />

conveniente establecer una fábrica modesta<br />

con objeto de extraer aceite, sobre todo en medio<br />

de esas comarcas donde es inmensa <strong>la</strong><br />

producción viníco<strong>la</strong>.<br />

En cuanto al tanino procedente de los granillos,<br />

destinado á enriquecer los vinos que carecen<br />

de él, es un asunto importante de que<br />

hab<strong>la</strong>remos con mayor detenimiento. El granillo<br />

de uva que ha estado en contacto con un líquido<br />

alcohólico durante <strong>la</strong> fermentación en <strong>la</strong><br />

cuba, pierde una parte de su tanino, pero aún<br />

le que<strong>da</strong> otra muy considerable. Lo difícil es


28<br />

extraerlo en el estado más puro posible, dificultad<br />

poco menos que insuperable <strong>para</strong> el simple<br />

viñador. Después de una <strong>la</strong>rga serie de manipu<strong>la</strong>ciones,<br />

se ha logrado obtenerlo casi puro;<br />

pero el trabajo que ocasiona está fuera de los<br />

preceptos rudimentales de <strong>la</strong> práctica. Además<br />

<strong>la</strong> riqueza en tanino <strong>del</strong> granillo de <strong>la</strong> uva no es<br />

muy considerable cuando han permanecido<br />

puestos en contacto con un líquido alcohólico y<br />

en estado de fermentación.<br />

Varios son los sistemas que se han seguido.<br />

Con el primero , ó sea tratar el granillo por<br />

medio <strong>del</strong> alcohol, se ha obtenido un líquido<br />

cargado de tanino, pero en proporciones muy<br />

variables. Evaporando aquel alcohol á baja temperatura,<br />

ha resultado tanino impuro, difícil de<br />

secar y de conservar por ser demasiado higroscópico.<br />

Es preferible mantenerle en estado pastoso,<br />

adicionándolo con alcohol y ácido salicílico.<br />

El grave inconveniente que este tanino<br />

ofrece es <strong>la</strong> imposibili<strong>da</strong>d casi absoluta de graduarlo.<br />

Consiste el segundo método en moler el granillo<br />

antes de mezc<strong>la</strong>rlo con el alcohol y evaporar<br />

el líquido que resulta, alcanzándose entonces<br />

uno pastoso, que no se seca nunca y que<br />

contiene el tanino y los aceites de que antes hemos<br />

hab<strong>la</strong>do.<br />

Puede emplearse este tanino en los vinos


29<br />

porque influye sobre ellos enérgicamente, pero<br />

tiene el inconveniente de comunicarles un sabor<br />

aceitoso muy pronunciado y muy desagra<strong>da</strong>ble.<br />

No es posible usarlo más que en ciertos vinos<br />

comunes y de los más ordinarios.<br />

El tercer sistema es sencillo é inventado por<br />

los <strong>fabricante</strong>s y exportadores de vinos. Lavan<br />

éstos los granillos con mucho esmero, despojándolos<br />

de todo cuerpo extraño y secándolos á una<br />

temperatura bastante alta, después de lo cual<br />

los reducen á finísimo polvo. Este polvo, adicionado<br />

con goma y tanino común, se vende<br />

bajo los diversos nombres de conservador, oenot&nino,<br />

etc., etc.<br />

Bien hecha tal pi'e<strong>para</strong>cion no perjudica á los<br />

vinos tintos, pero es preciso emplear<strong>la</strong> con<br />

suma prudencia.<br />

Estas son <strong>la</strong>s únicas aplicaciones que pueden<br />

<strong>da</strong>rse á los desperdicios de <strong>la</strong> vendimia cuando<br />

no se utilizan en <strong>la</strong> fabricación de alcoholes.<br />

Ahora, y si los granillos se dedican á este último<br />

objeto, su empleo es infinitamente más limitado,<br />

ó por mejor decir, casi nulo.<br />

En efecto, cuando un granillo ha fermentado<br />

de nuevo y pasado por <strong>la</strong> desti<strong>la</strong>ción en <strong>la</strong> caldera,<br />

no que<strong>da</strong> otra cosa que una masa negra<br />

y desnaturaliza<strong>da</strong>, sin otro uso que el de constituir<br />

un abono excelente si se <strong>la</strong> mezc<strong>la</strong> con diversos<br />

elementos.


30<br />

Estos granillos son muy ricos en potasa y<br />

conviene devolverlos á <strong>la</strong> tierra, y especialmente<br />

á aquel<strong>la</strong> en que arraigan <strong>la</strong>s cepas. Para ello<br />

se revuelven con estiércol hasta que forman una<br />

especie de mantillo excelente pero muy fuerte<br />

que ha de usarse por lo mismo con cierta parsimonia.<br />

IV.<br />

Sabido es que los vinos nuevos crian muchas<br />

heces, que en ciertos países se recogen cui<strong>da</strong>dosamente<br />

<strong>para</strong> extraer de el<strong>la</strong>s ácido tártrico.<br />

En otros, como en España, se ceden á los <strong>fabricante</strong>s<br />

de vinagre, los cuales retiran <strong>la</strong> parte<br />

líqui<strong>da</strong> y abandonan el resto, que tiene, sin embargo,<br />

un gran valor.<br />

Los vinicultores no deben despreciar<strong>la</strong>, ni<br />

mucho menos, sino seguir el leal consejo que<br />

les <strong>da</strong>mos en estas líneas. Inmediatamente después<br />

<strong>del</strong> trasiego de los vinos, reunirán <strong>la</strong>s heces<br />

en un tonel dispuesto con espitas de trecho<br />

en trecho, de modo que se pue<strong>da</strong> trasegar el líquido<br />

á diferentes alturas. Se deja reposar diez<br />

ó quince dias, y se trasiega primero <strong>la</strong> parte superior.<br />

Poco después <strong>la</strong> que le sigue, hasta que<br />

al fin se llega á <strong>la</strong> hez espesa y compacta. Los<br />

vinos resultantes de <strong>la</strong> operación se venden<br />

como inferiores ó se destinan <strong>para</strong> vinagre si


31<br />

tienen gustos defectuosos. Las heces también<br />

reciben esta última aplicación, pero se saca más<br />

producto de el<strong>la</strong>s extrayendo tartrato ó ácido<br />

tártrico, productos que cubren con holgura los<br />

gastos que el trabajo origina.<br />

He aquí el modo de operar:<br />

Las heces gruesas se echan en una caldera de<br />

hierro ó de cobre, adiciona<strong>da</strong>s con dos partes<br />

de agua mayores que su volumen <strong>para</strong> facilitar<br />

<strong>la</strong> ebullición. Llega<strong>da</strong>s á este punto, se vierten<br />

en <strong>la</strong> masa dos kilogramos de ácido clorídrico<br />

por ca<strong>da</strong> cien kilogramos de heces pastosas:<br />

se mantiene algunos instantes hirviendo y después<br />

se filtra rápi<strong>da</strong>mente en un filtro que no<br />

sea fino. Esta faena debe hacerse antes de que<br />

el líquido se enfrie.<br />

El que acaba de filtrarse está lejos de ser límpido,<br />

y contiene fermentos desecados, ácido tártrico,<br />

tartrate ácido de potasa, cloruro, etc., etc.<br />

Si no se tiene el propósito de hacer ácido<br />

tártrico puro, basta concentrarlo y dejar que se<br />

cristalice, obteniendo así cerca <strong>del</strong> ochenta por<br />

ciento de los productos útiles que contiene. La<br />

concentración se hará en una gran vasija de cobre<br />

y <strong>la</strong> cristalización en alberquil<strong>la</strong>s de madera.<br />

Si quiere hacerse, por el contrario, ácido tártrico,<br />

se pondrán <strong>la</strong>s heces en una caldera de<br />

cobre, añadiéndole agua hasta que <strong>la</strong> masa se<br />

liquide. Se hierve, añadiendo luego dos kilo-


32<br />

gramos de ácido clorídrico por ca<strong>da</strong> ciento de<br />

heces pastosas. Esto ha de hervir diez minutos<br />

sin dejar de moverlo con fuerza, filtrándolo en<br />

segui<strong>da</strong> y envasándolo en cubas de madera,<br />

donde se hará <strong>la</strong> saturación.<br />

Para apoderarse de todo el ácido tártrico que<br />

existe en <strong>la</strong> masa, se opera una reacción que<br />

debe <strong>da</strong>r una sal insoluble y tartrate neutro de<br />

cal poco soluble en el agua. Con el fin de conseguir<br />

este objeto se añade al líquido, caliente<br />

to<strong>da</strong>vía, y yeso en polvo por pequeñas dosis, sin<br />

dejar de agitar enérgicamente. Entonces se produce<br />

una violenta esfervescencia, y hasta que se<br />

calma no se vuelve á añadir yeso ninguno, y<br />

así se va aumentando sucesivamente el reactivo<br />

hasta que el líquido esté neutralizado por completo.<br />

Se agita, por último, y se deja reposar.<br />

En el fondo de <strong>la</strong> cuba se forma un depósito<br />

abun<strong>da</strong>nte y pesado de tartrate de cal y <strong>del</strong><br />

poco de carbonato que ha escapado de <strong>la</strong> reacción.<br />

La masa se deja quieta por espacio de<br />

veinticuatro horas y después se vierte el líquido,<br />

que contiene elementos diversos, sobre todo<br />

cloruro de potasium que se utiliza con provecho<br />

en <strong>la</strong>s grandes fábricas y centros manufactureros.<br />

Así que <strong>la</strong> masa se hace compacta, se <strong>la</strong> parte<br />

á pe<strong>da</strong>zos y se <strong>la</strong> pone á secar.<br />

Para extraer el ácido tártrico de esta masa


33<br />

terrosa se pesa con cui<strong>da</strong>do, mezclándo<strong>la</strong> después<br />

con agua dentro de cubas de madera, y así<br />

que adquiere bastante fluidez se le echa un poco<br />

de ácido sulfúrico.<br />

No tar<strong>da</strong> en producirse una nueva descomposición;<br />

el tartrato de cal se trasforma en sulfato<br />

de cal, y el ácido tártrico que<strong>da</strong> libre; cuando<br />

<strong>la</strong> reacción termina se deja reposar, y pasa<strong>da</strong>s<br />

veinticuatro horas se vierte el líquido c<strong>la</strong>ro poniéndolo<br />

á concentrar en <strong>la</strong>s calderas de cobre y<br />

cristalizándolo de segui<strong>da</strong>.<br />

Las aguas madres sirven <strong>para</strong> remojar nuevas<br />

masas de tartrato de cal: de este modo se<br />

evitan pérdi<strong>da</strong>s, y si se ha puesto ácido sulfúrico<br />

con exceso, como quiera que so encuentra<br />

en estas misma aguas, se emplea en descomponer<br />

los nuevos tartrates de cal.<br />

Lo que acabamos de decir respecto á <strong>la</strong>s heces<br />

de los vinos nuevos es extensivo á to<strong>da</strong>s en<br />

general; el producto que se saca de <strong>la</strong>s materias<br />

sóli<strong>da</strong>s, se destina por lo común á <strong>la</strong> fabricación<br />

<strong>del</strong> vinagre. Podríamos citar varios ejemplos<br />

de personas que tiran á los estercoleros <strong>la</strong>s<br />

heces de <strong>la</strong>s prensas sin tener en cuenta <strong>la</strong> considerable<br />

utili<strong>da</strong>d que pierden y los pocos gastos<br />

que les ocasionaria <strong>la</strong> extracción <strong>del</strong> producto.<br />

No nos ocuparemos <strong>del</strong> uso <strong>del</strong> tartrato depositado<br />

en los toneles donde se conserva el<br />

4


34<br />

vino, porque esta sustancia se utiliza de tiempo<br />

antiguo, vendiéndose, ya directamente, ó por<br />

medio de corredores, ya á los tintoreros, ó bien<br />

á los <strong>fabricante</strong>s de productos químicos.<br />

Si los lectores de estos apuntes sacan alguna<br />

enseñanza de ellos, habrán <strong>da</strong>do un paso más<br />

en <strong>la</strong> sen<strong>da</strong> <strong>del</strong> progreso vitíco<strong>la</strong>, con provecho<br />

evidente <strong>para</strong> sus intereses particu<strong>la</strong>res.<br />

EL ORIGEN DE LA FILOXERA.<br />

i.<br />

CONSIDERACIONES PRELIMINARES.<br />

Vamos á emprender <strong>la</strong> ardua tarea de hacer<br />

algunas reflexiones sobre el origen <strong>del</strong> terrible<br />

insecto americano, tratándolo bajo un nuevo<br />

punto de vista.<br />

Este asunto, digno por todos estilos de <strong>la</strong><br />

atención pública, ha sido debatido, salvo algunas<br />

excepciones, con cierta precipitación y azogamiento,<br />

nacidos, no <strong>del</strong> ánimo, sino de los


35<br />

c<strong>la</strong>mores levantados naturalmente en <strong>la</strong>s comarcas<br />

vitíco<strong>la</strong>s donde sentaban sus reales esos<br />

millones de enemigos microscópicos, cuyas<br />

principales armas de defensa consisten en su<br />

pequenez misma y en su incalcu<strong>la</strong>ble multiplici<strong>da</strong>d.<br />

Se han pedido socorros á <strong>la</strong> ciencia con tanto<br />

afán y tanto ardor, que <strong>la</strong> ciencia no se ha atrevido<br />

aún á <strong>da</strong>r una satisfactoria respuesta que<br />

tranquilice por completo á los a<strong>la</strong>rmados.<br />

Lo único que se sabe, es que no se sabe na<strong>da</strong><br />

to<strong>da</strong>vía.<br />

Para el que observe los hechos y compulse<br />

los numerosos monumentos de <strong>la</strong> literatura<br />

filoxérica, es indu<strong>da</strong>ble que han sido muy precipitados<br />

los fallos recaídos sobre <strong>la</strong> materia.<br />

La imaginación ha desplegado en <strong>la</strong> viticultura<br />

sus poderosas a<strong>la</strong>s, cerniéndose en el espacio<br />

de <strong>la</strong> fantasía, y no sabemos aún dónele detendrá<br />

su vuelo.<br />

¿Quién no recuer<strong>da</strong> <strong>la</strong> seductora campaña hecha<br />

por el doctor Guyot, sus bien expuestas<br />

teorías, y sus promesas que en gran parte han<br />

pasado á <strong>la</strong> esfera de los desengaños?<br />

Mucho bien ha hecho, sin embargo, el célebre<br />

doctor, y el mundo vitíco<strong>la</strong>, al reconocerlo así,<br />

no puede menos de enviarle el testimonio de su<br />

gratitud.<br />

La necesi<strong>da</strong>d de recurrir á <strong>la</strong>s vides ameri-


36<br />

cunas, esa idea extraña que tiende á destruir<br />

los viñedos atacados <strong>del</strong> mal <strong>para</strong> rep<strong>la</strong>ntarlos<br />

de nuevo, no podia ni debia subsistir <strong>la</strong>rgo<br />

tiempo. En tal dilema se arriesga poco en esperar,<br />

y mucho en hacer ensayos y probaturas.<br />

No quiere decir esto que vamos á predicar <strong>la</strong><br />

inacción y que seamos parti<strong>da</strong>rios <strong>del</strong> fatalismo:<br />

el buen juicio aconseja siempre introducir mejoras<br />

en el cultivo, pero no derrochar el tiempo<br />

y el dinero en tentativas presuntuosas basa<strong>da</strong>s<br />

sobre <strong>la</strong> fé de inexactas teorías.<br />

Esta inexactitud es <strong>la</strong> que vamos á demostrar.<br />

El problema <strong>del</strong> origen de <strong>la</strong> filoxera ha sido<br />

resuelto por los Sres. P<strong>la</strong>nchón y Girard. Dicho<br />

problema, á pesar do <strong>la</strong>s dificultades <strong>del</strong><br />

asunto, debe ser examinado de nuevo.<br />

La opinion ortodoxa, y <strong>da</strong>mos tal nombre á<br />

<strong>la</strong> que se ha impuesto á <strong>la</strong>s socie<strong>da</strong>des de agricultura<br />

y á <strong>la</strong>s asambleas <strong>del</strong>iberantes, proc<strong>la</strong>ma<br />

como un dogma que el origen de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ga<br />

es esencialmente americano. Esta cuestión única<br />

y exclusiva es <strong>la</strong> que nos proponemos diluci<strong>da</strong>r<br />

hoy, bien entendido que no nos mezc<strong>la</strong>mos<br />

<strong>para</strong> na<strong>da</strong> en <strong>la</strong>s causas de <strong>la</strong> enferme<strong>da</strong>d,<br />

envueltas en nub<strong>la</strong>dos muy oscuros por cierto,<br />

ni tampoco en <strong>la</strong>s mayores ó menores probabili<strong>da</strong>des<br />

de curar<strong>la</strong>.<br />

Se nos dice que <strong>la</strong> filoxera vino de América.


37<br />

Vamos á verlo:<br />

A fin de proceder con el método debido, expondremos<br />

ante todo <strong>la</strong> doctrina ortodoxa, tal<br />

como escribió sus argumentos fun<strong>da</strong>mentales<br />

en <strong>la</strong> Revista de Ambos Mundos fecha 1.° de<br />

Noviembre de 1873, porque están condensades<br />

y dispuestos de manera que ofrecen una base<br />

inmediata <strong>para</strong> <strong>la</strong> discusión. Hé aquí los términos<br />

en que el autor se explica:<br />

«El mundo vitíco<strong>la</strong> se ha ocupado, y con justo<br />

motivo, <strong>del</strong> origen <strong>del</strong> insecto que tantos<br />

perjuicios causa á los viñedos <strong>del</strong> Mediodía de<br />

Francia, origen que ya no es dudoso <strong>para</strong> ningú^<br />

naturalista. La filoxera esparci<strong>da</strong> de un modo<br />

casi repentino en Europa, os una especie<br />

americana introduci<strong>da</strong> con vides procedentes<br />

de los Estados-Unidos. La certidumbre sobre<br />

este particu<strong>la</strong>r es incontestable, y cuanto se<br />

diga en contrario no tiene más fun<strong>da</strong>mento que<br />

<strong>la</strong> fantasía. En Portugal y en Austria, lo mismo<br />

que en Francia, se ha mostrado de repente el<br />

insecto destructor en los <strong>para</strong>jes donde se cultivan<br />

cepas americanas. Así en el Nuevo Mundo<br />

como en Europa vive en iguales condiciones, sobre<br />

<strong>la</strong>s hojas y sobre <strong>la</strong>s raíces; los individuos<br />

cogidos en medio de los campos <strong>del</strong> Languedoc y<br />

<strong>del</strong> Missouri ofrecen perfecta similitud. Sabido el<br />

esmero con que los insectos originarios de Europa<br />

han sido buscados y examinados por <strong>la</strong>


38<br />

entomología, nadie creerá fácilmente que <strong>la</strong> filoxera<br />

haya podido pasar inapercibi<strong>da</strong>, hasta el<br />

dia en que inmensos extragos dieron fé de su<br />

presentación y de su vi<strong>da</strong>. Está fuera de to<strong>da</strong><br />

du<strong>da</strong> que <strong>la</strong> filoxera es común en América en<br />

<strong>la</strong>s vides silvestres, y Mr. Tiley no vaci<strong>la</strong> en dec<strong>la</strong>rar<br />

que el insecto, tanto agállico como radicíco<strong>la</strong><br />

que ataca á <strong>la</strong> vid, existe en aquel país<br />

desde tiempo inmemorial.»<br />

Imposible mayor confianza y seguri<strong>da</strong>d en<br />

el p<strong>la</strong>nteamiento de una teoría. La discusión se<br />

proscribe, porque se trata ya, na<strong>da</strong> menos, que<br />

de un dogma; pero el dogma trae consigo tales<br />

consecuencias, que se hace preciso examinarlo,<br />

aunque se nos tache de soñadores.<br />

II.<br />

DISCUSIÓN D E L PIU.UER ARGUMENTO.<br />

«En Portugal y en Austria, lo mismo que en<br />

Francia, se ha mostrado de repente el insecto<br />

destructor en los <strong>para</strong>jes donde se cultivaban<br />

cepas americanas.»<br />

¿Es exacto y probativo este argumento? Creemos<br />

que no, y vamos á demostrarlo:<br />

Desde luego se advierte lo que hay de vago y<br />

poco concluyente en <strong>la</strong> afirmación de que <strong>la</strong> fi-


39<br />

loxera se ha presentado de pronto en los sitios<br />

donde se cultivaban cepas americanas. Es imposible<br />

comprobar un aserto de tal manera formu<strong>la</strong>do.<br />

Lo que se habrá querido decir con esto,<br />

es que <strong>la</strong>s colecciones de vides, exóticas entre<br />

<strong>la</strong>s que <strong>la</strong>s habia americanas, son <strong>la</strong>s que nos<br />

han importado el terrible enemigo. ¿Será cierto,<br />

á <strong>la</strong> ver<strong>da</strong>d, que <strong>la</strong> liloxera debutó realmente<br />

en colecciones de esta especie? ¿Será cierto que<br />

se mostró de segui<strong>da</strong> donde quiera que dichas<br />

colecciones se introdujeron? ¿Será cierto, por<br />

último, que no se presentó en su origen sino<br />

donde tales colecciones existían?<br />

Si así fuera, <strong>la</strong> teoría tendría, por lo menos,<br />

una apariencia de fuerza, dejando, no obstante,<br />

un campo ilimitado á <strong>la</strong> du<strong>da</strong>. Las muestras colecciona<strong>da</strong>s<br />

de vides exóticas se componen de<br />

p<strong>la</strong>ntas de diverso origen, asiático y oriental lo<br />

mismo que americano. Nadie puede jurar que <strong>la</strong><br />

filoxera no existia en ninguna comarca <strong>del</strong> antiguo<br />

continente. Afirmarlo así es discutir dictatorialmente,<br />

y <strong>la</strong> discusión es <strong>la</strong> antítesis de <strong>la</strong> dictadura.<br />

Dicha afirmación seria temeraria ó presuntuosa,<br />

y nu<strong>la</strong>s <strong>la</strong>s deducciones que se sacasen<br />

de el<strong>la</strong>. Examinemos, sin embargo, los hechos.<br />

En primer lugar, el único que se invoca<br />

<strong>para</strong> asegurar que <strong>la</strong> filoxera apareció con <strong>la</strong>s<br />

colecciones exóticas, seria siempre dudoso,<br />

porque nadie le ha citado auténticamente en


•IÓ<br />

época anterior á <strong>la</strong> de <strong>la</strong> teoría íiloxérica,<br />

y se refiere al descubrimiento de <strong>la</strong> filoxera en<br />

<strong>la</strong>s colecciones do Mr. Laliman. Las vides<br />

americanas habían sido arranca<strong>da</strong>s y elimina<strong>da</strong>s<br />

de dicha colección, y en su antiguo emp<strong>la</strong>zamiento<br />

y muy posteriormente, fué donde apareció<br />

el insecto, debiendo hacer constar que por<br />

este tiempo estaban también invadidos los viñedos<br />

inmediatos á los <strong>del</strong> indicado <strong>viticultor</strong>. No<br />

hay, pues, fun<strong>da</strong>mento serio sobre <strong>la</strong> cuestión de<br />

<strong>la</strong> anteriori<strong>da</strong>d, ni sobre el punto de parti<strong>da</strong>. En<br />

otros sitios extraños á <strong>la</strong>s colecciones se presenta<br />

<strong>la</strong> filoxera, y c<strong>la</strong>ro es que si éstas hubiesen sido<br />

<strong>la</strong>s importadoras de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ga, debieron ser <strong>la</strong>s<br />

primeras ataca<strong>da</strong>s por <strong>la</strong> misma. El mal no<br />

pudo manifestarse y permanecer ignorado, porque<br />

se trata de cultivos de lujo en que <strong>la</strong> devastación<br />

de p<strong>la</strong>ntas preciosas y escogi<strong>da</strong>s, debió<br />

l<strong>la</strong>mar <strong>la</strong> atención inmediatamente. En el Gard<br />

y Vancluse, de donde salió aterrador é imponente<br />

grito de a<strong>la</strong>rma, no habia colección ataca<strong>da</strong>,<br />

como tampoco en ese gran centro vitíco<strong>la</strong><br />

que comprende l'Herault, l'Áude y los Pirineos<br />

Orientales. Es, pues, una temeri<strong>da</strong>d asegurar<br />

que <strong>la</strong> filoxera debutó en <strong>la</strong>s colecciones de vides<br />

americanas. La teoría se destruye por sí<br />

misma con su primera afirmación.<br />

Se ha insinuado que el insecto, sin cebarse<br />

en <strong>la</strong>s colecciones de que se trata, ejerció desde


'i I<br />

luego su funesto influjo en los viñedos inmediatos;<br />

pero los hochos se encargan de desmentir <strong>la</strong><br />

especie, porque muchas colecciones han permanecido<br />

absolutamente libres, y los viñedos colin<strong>da</strong>ntes<br />

están aún intactos. Basta citar <strong>la</strong> gran<br />

colección <strong>del</strong> Luxemburgo y el viñedo parisién<br />

que se encuentra junto á el<strong>la</strong>, <strong>la</strong> célebre <strong>del</strong><br />

conde Or<strong>da</strong>rt y <strong>la</strong>s cepas de <strong>la</strong>s márgenes <strong>del</strong><br />

Loire. Es inútil reproducir y <strong>para</strong>petarse tras<br />

el descubrimiento de Mr. Laliman, porque no<br />

es más que un hecho ais<strong>la</strong>do, y sin <strong>la</strong> autentici<strong>da</strong>d<br />

que fuera de desear <strong>para</strong> esc<strong>la</strong>recimiento<br />

de <strong>la</strong> teoría. Lo cierto es que desde el desarrollo<br />

<strong>del</strong> azote, han sido invadi<strong>da</strong>s muchas colecciones<br />

francesas ó extranjeras; pero no lo es<br />

menos que los primeros extragos se han mostrado<br />

generalmente cerca de <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas exóticas.<br />

Aquí también <strong>la</strong> teoría Maquea por su base.<br />

A falta de <strong>da</strong>tos precisos ó irrecusables no<br />

podemos encerrarnos en generali<strong>da</strong>des equívocas<br />

y pretender que habia vides americanas en<br />

los focos primitivos de infección. Esta es una<br />

argumentación cómo<strong>da</strong>, pero que no debe permitirse<br />

á los escritores filoxéricos. Los hechos<br />

hab<strong>la</strong>n muy alto y demuestran que el desarrollo<br />

original en ciertas comarcas ha sido independiente<br />

de <strong>la</strong>s colecciones americanas.<br />

Para explicar <strong>la</strong> aparición de <strong>la</strong> filoxera en<br />

los departamentos de Gard y de Yaucluse no


42<br />

puede invocarse <strong>la</strong> más mínima introducción<br />

de p<strong>la</strong>ntas americanas, y así se ha tenido que<br />

confesar pa<strong>la</strong>dinamente, pero <strong>la</strong> argumentación<br />

filoxérica no quiso aún <strong>da</strong>r su brazo á torcer,<br />

y trajo á <strong>la</strong> memoria una colección lleva<strong>da</strong> á<br />

Tarascón, en <strong>la</strong> que no consta que hubiese cepas<br />

americanas. Admitamos el hecho como<br />

cierto. Se necesitaba coger á un criminal y ya<br />

lo tenemos. Pero ¿hay pruebas justificantes<br />

de que esa colección haya sido filoxera<strong>da</strong><br />

durante su vi<strong>da</strong>? No existen. ¿Se tienen indicaciones<br />

de una enferme<strong>da</strong>d cualquiera que no<br />

haya sido estudia<strong>da</strong> con bastante detenimiento?<br />

Tampoco. ¿Se ha dicho acaso que los viñedos<br />

inmediatos padecían una dolencia sospechosa<br />

en <strong>la</strong> época en que <strong>la</strong> colección existia? Nadie<br />

ha hab<strong>la</strong>do una pa<strong>la</strong>bra de ello. Entonces, ¿qué<br />

re<strong>la</strong>ccion hay directa ni indirecta entre <strong>la</strong> filoxera<br />

y <strong>la</strong> colección de p<strong>la</strong>ntas lleva<strong>da</strong> á Tarascón?<br />

Ninguna, absolutamente ninguna, y es <strong>la</strong>mentable<br />

que se haga pasar como artículo de<br />

íe de nuevo género lo que no descansa en argumentos<br />

irrefutables. La ligereza y <strong>la</strong> precipitación<br />

no sientan bien nunca, y mucho menos<br />

en asuntos de reconoci<strong>da</strong> importancia.


43<br />

III.<br />

DISCUSIÓN D E L SEGUNDO ARGUMENTO.<br />

«Así en el nuevo mundo como en Europa, vive<br />

el insecto en iguales condiciones, sobre <strong>la</strong>s<br />

hojas y sobre <strong>la</strong>s raíces; los individuos cogidos<br />

en medio de los campos <strong>del</strong> Languedoc y <strong>del</strong><br />

Missouri ofrecen perfecta similitud.»<br />

Formu<strong>la</strong>do de tal suerte, este argumento vale<br />

menos que el primero to<strong>da</strong>vía. Sin cambiar<br />

ni una pa<strong>la</strong>bra, pudiera servir <strong>para</strong> sostener<br />

que <strong>la</strong> filoxera ha sido exporta<strong>da</strong> de Francia á<br />

América. Esta crítica, sin embargo, no atacaria<br />

al fondo de <strong>la</strong>s cosas: se sobreentienden <strong>la</strong>s<br />

premisas <strong>del</strong> silogismo. Al razonar así los autores<br />

de tan peregrina teoría admiten implícitamente<br />

que no hay probabili<strong>da</strong>d de que ni una<br />

so<strong>la</strong> vid europea pue<strong>da</strong> resistir al influjo pernicioso<br />

de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ga.<br />

Dase por demostrado que no es europeo el<br />

origen de <strong>la</strong> filoxera, porque habría devorado<br />

sin pie<strong>da</strong>d to<strong>da</strong>s nuestras vides, puesta en contacto<br />

con el<strong>la</strong>s. De modo que si el insecto no<br />

puede ser indígeno, es forzoso que proce<strong>da</strong> de<br />

América; en América se le ha encontrado, luego<br />

viene directamente de allí. Esta es <strong>la</strong> trama;<br />

el secreto <strong>del</strong> argumento.


44<br />

La escue<strong>la</strong> filoxérica comprende por semejante<br />

intuición una cosa que sin el<strong>la</strong> le seria de<br />

todo punto incomprensible, es decir, <strong>la</strong> existencia<br />

de <strong>la</strong> vid entre nosotros. La inevitable, próxima<br />

y radical destrucción de to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s cepas<br />

<strong>del</strong> antiguo continente, es ya un hecho consumado<br />

por esos señores teóricos. La filoxera viene<br />

de América, porque el Océano Atlántico es<br />

un foso demasiado ancho <strong>para</strong> haber<strong>la</strong> detenido<br />

hasta nuestros dias: ha podido vivir en aquel<br />

país, porque <strong>la</strong>s vides americanas son resistentes;<br />

sin esta circunstancia el insecto, después de<br />

destruirlo todo hubiera necesariamente muerto<br />

de hambre. La resistencia de <strong>la</strong> vid americana<br />

se demuestra por <strong>la</strong> necesi<strong>da</strong>d de que <strong>la</strong> filoxera<br />

viva, y el origen de <strong>la</strong> filoxera por <strong>la</strong> supuesta<br />

resistencia de <strong>la</strong>s vides americanas.<br />

¿Será posible que nuestras cepas estén condena<strong>da</strong>s<br />

al exterminio"? Es inevitable, es un<br />

hecho, según se asegura en todos los tonos posibles.<br />

Si aún se ven algunos viñedos aquí ó<br />

acullá, están ya medio roídos. No lo parece,<br />

pero <strong>la</strong> muerte los retuerce entre sus garras.<br />

Un oráculo lo ha reve<strong>la</strong>do y es forzoso inclinarse<br />

ante los fallos <strong>del</strong> destino y p<strong>la</strong>ntar á escape<br />

cepas americanas. lié aquí <strong>la</strong> única, <strong>la</strong> indiscutible<br />

ver<strong>da</strong>d.<br />

Permítasenos suspender nuestro asentimiento<br />

y nuestra obediencia. Que un propietario deses-


45<br />

perado, lleno de dolor y de sorpresa al contemp<strong>la</strong>r<br />

cómo perece su viñedo, se entregue al desaliento<br />

y crea que <strong>la</strong> misma suerte está reserva<strong>da</strong><br />

á sus vecinos, es muy propio de <strong>la</strong> débil<br />

naturaleza humana, siempre dispuesta á conso<strong>la</strong>rse<br />

de sus males con los que afligen al prójimo.<br />

Pero un poco de calma no está demás<br />

en el observador que se precia de hab<strong>la</strong>r en<br />

nombre de <strong>la</strong> ciencia.<br />

Después de doce años que hace se produjo<br />

• <strong>la</strong> invasion filoxérica, ¿hay <strong>da</strong>tos bastantes <strong>para</strong><br />

justificar <strong>la</strong>s afirmaciones que preceden?<br />

Dos solos departamentos, el de Gard y Vaucluse,<br />

experimentaron el ataque más formi<strong>da</strong>ble,<br />

conservando, no obstante, una canti<strong>da</strong>d considerable<br />

de viñedos. Ca<strong>da</strong> año hace progresos el<br />

azote, pero ¿qué son aquéllos en com<strong>para</strong>ción<br />

ds <strong>la</strong>s amenazas <strong>del</strong> principio? El mal se ha dec<strong>la</strong>rado<br />

en una comarca caracteriza<strong>da</strong> por idén.<br />

ticas condiciones de clima, por elección de <strong>la</strong><br />

misma c<strong>la</strong>se de cepas y por condiciones semejantes<br />

en el cultivo. ¿Ha encontrado, ó por mejor<br />

decir, ha adquirido en otros lugares <strong>la</strong><br />

misma potencia expansiva? La prueba de que<br />

no, <strong>la</strong> estamos tocando todos los dias.<br />

Las enferme<strong>da</strong>des de los vegetales como <strong>la</strong>s<br />

que afligen al organismo animal, toman de vez<br />

en cuando un carácter epidémico y fulminante<br />

que aterra, pero que pierde en segui<strong>da</strong>. Cuando


46<br />

el cólera hacia mayor número de víctimas<br />

en 1832, habría sido hasta criminal el médico<br />

que hubiera dec<strong>la</strong>rado coram populo que <strong>la</strong><br />

humani<strong>da</strong>d entera iba á perecer bajo <strong>la</strong> mortífera<br />

presión de <strong>la</strong> epidemia asiática. Porque <strong>la</strong><br />

fiebre amaril<strong>la</strong> penetrase hasta Barcelona nadie<br />

supuso que estaba en peligro <strong>la</strong> raza b<strong>la</strong>nca por<br />

entero, ni á imaginación alguna se ha ocurrido<br />

<strong>la</strong> idea de que <strong>la</strong> gente de color es <strong>la</strong> única que<br />

permanecerá en el vasto escenario <strong>del</strong> mundo á<br />

causa de su mayor resistencia al vómito negro.<br />

La experiencia ofrece ejemplos parecidos en <strong>la</strong><br />

vi<strong>da</strong> de los vegetales. No está tan lejos <strong>la</strong> invasion<br />

<strong>del</strong> oidium: como <strong>la</strong> de <strong>la</strong> filoxera, nos pareció<br />

también prepotente é irresistible , y el<br />

oidium ha perdido su virulencia y aparece y<br />

desaparece guar<strong>da</strong>ndo periodici<strong>da</strong>d en sus intervalos,<br />

pero despojado de su violencia primitiva.<br />

¿Qué razón hay <strong>para</strong> que suce<strong>da</strong> lo contrario<br />

con <strong>la</strong> filoxera? Al <strong>la</strong>do de <strong>la</strong>s dolorosas devastaciones<br />

de Gard y de Vaucluse hay viñedos<br />

que se mantienen libres,- que se desarrol<strong>la</strong>n y<br />

que prosperan. Nadie puede penetrar los arcanos<br />

inson<strong>da</strong>bles <strong>del</strong> porvenir, es muy cierto,<br />

como también lo es que Francia ha perdido á<br />

estas horas 300.000 hectáreas de viñedo; hay una<br />

probabili<strong>da</strong>d terrible de que se consume <strong>la</strong> destrucción<br />

de que hab<strong>la</strong>n los pesimistas; pero tara-


47<br />

bien bay otras muchas probabili<strong>da</strong>des en contra.<br />

Los filoxéricos no tienen derecho <strong>para</strong> poner á<br />

sus vaticinios el nombre de certidumbres. Da<strong>da</strong><br />

<strong>la</strong> situación actual y sin salir <strong>del</strong> tema <strong>del</strong> origen<br />

<strong>del</strong> insecto, nos permitiremos preguntar si no<br />

es temeraria <strong>la</strong> afirmación de que <strong>la</strong> vid europea<br />

estaria destrui<strong>da</strong> hace mucho tiempo si no fuese<br />

tan reciente <strong>la</strong> invasion de <strong>la</strong> filoxera.<br />

En apoyo de tan aventura<strong>da</strong> teoría, no hay<br />

ni un sólo punto especioso de parti<strong>da</strong> en <strong>la</strong><br />

historia de <strong>la</strong> vid de los Estados-Unidos. Muy<br />

al contrario. La pretendi<strong>da</strong> resistencia de <strong>la</strong>s<br />

vides americanas es una pura hipótesis, cuya<br />

false<strong>da</strong>d ha venido á comprobar <strong>la</strong> experiencia.<br />

«Si el insecto es de origen americano y<br />

si destruye imp<strong>la</strong>cablemente <strong>la</strong>s vides no resistentes,<br />

no debe de haber en América más que<br />

p<strong>la</strong>ntas que lo sean, porque <strong>la</strong> filoxera ha tenido<br />

tiempo sobrado <strong>para</strong> consumar su obra.» Esto<br />

que se dice y se proc<strong>la</strong>ma no es exacto. Son numerosos<br />

los ensayos que se han hecho de p<strong>la</strong>ntaciones<br />

de cepas americanas en <strong>la</strong>s regiones<br />

inmediatas al Mediterráneo, siempre, por supuesto,<br />

bajo <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s extrictas de <strong>la</strong> teoría, y<br />

conocidos son los resultados. Desde un principio,<br />

to<strong>da</strong> <strong>la</strong> familia denomina<strong>da</strong> Labrusca, fué<br />

dec<strong>la</strong>ra<strong>da</strong> como no resistente. A <strong>la</strong> Riparia sucedieron<br />

no pocos percances, y el famoso Clinton,<br />

aquel salvador y regenerador de <strong>la</strong> vid en


48<br />

cl Mediodía de Francia, está ya casi desechado<br />

y puesto en olvido después de un culto de siete<br />

años. Así pasan <strong>la</strong>s glorias <strong>del</strong> mundo y así<br />

también pasará <strong>la</strong> fama de <strong>la</strong>s demás especies<br />

que aún permanecen con crédito en los catálogos.<br />

Quiera Dios que nos equivoquemos.<br />

Suce<strong>da</strong> lo que quiera, es evidente que el número<br />

de vides americanas que no resisten<br />

igua<strong>la</strong> al de <strong>la</strong>s que dejan esperar algo to<strong>da</strong>vía.<br />

La teoría no ha podido aún explicar esto. Si el<br />

temible insecto mata por necesi<strong>da</strong>d <strong>la</strong>s vides no<br />

resistentes, no debería permanecer en América,<br />

y á pesar de ello permanece. Las copas no resistentes<br />

vegetan allí desde tiempo inmemorial:<br />

han resistido, pues, no obstante <strong>la</strong> cuali<strong>da</strong>d<br />

que se les atribuye. La filoxera, por consiguiente,<br />

no es irresistible. Esto es lógico, y<br />

c<strong>la</strong>ro, como <strong>la</strong> luz <strong>del</strong> dia, y <strong>la</strong> teoría <strong>del</strong> orígen<br />

americano resulta cimenta<strong>da</strong> en un hecho<br />

falso, radicalmente falso, lo cual no impide que<br />

bajo <strong>la</strong> fé de él se esté decretando y legis<strong>la</strong>ndo<br />

en Francia hace lo menos diez años.<br />

Aseguran igualmente los teóricos, sin prueba<br />

ninguna, que <strong>la</strong> filoxera ha tenido <strong>la</strong> culpa<br />

de que <strong>la</strong>s vides europeas no se hayan podido<br />

aclimatar en América, afirmación que no es<br />

cierta. Desde que España conquistó aquel<strong>la</strong>s<br />

tierras, se introdujo <strong>la</strong> vid europea en California,<br />

donde ha prosperado mejor que en el resto


49<br />

de los dominios mejicanos, y es porque en California<br />

encontró un clima más parecido al de<br />

su origen, según lo lian hecho notar los geógrafos.<br />

Pero esta sencil<strong>la</strong> explicación no tiene fuerza<br />

ni valor <strong>para</strong> los escritores íiloxéricos, y dicen<br />

que el insecto no ha podido franquear <strong>la</strong>s Montañas<br />

Rocosas. Si hubiera debido ir en línea<br />

recta desde el Atlántico al Pacífico, era preciso<br />

admitir que tenia <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s muy cortas; pero ¿no<br />

ha podido evitar con un rodeo este obstáculo insuperable?<br />

En <strong>la</strong> provincia de Texas se descubrió<br />

<strong>la</strong> primera agal<strong>la</strong> auténtica de filoxera.<br />

Ahora bien; de Texas á California ¿dónde existe<br />

el obstáculo? España colonizó uno y otro país:<br />

durante más de tres siglos se establecieron entre<br />

conquistadores y conquistados frecuentes y naturales<br />

comunicaciones, y en tan <strong>la</strong>rgo período,<br />

<strong>la</strong> filoxera <strong>del</strong> Mediodía de Méjico no pudo pasar<br />

al Norte, cuando <strong>la</strong> Naturaleza ni na<strong>da</strong> se oponía<br />

á ello y cuando, según se dice, <strong>la</strong> expansion<br />

<strong>del</strong> insecto no tiene límites.<br />

La prosperi<strong>da</strong>d, pues, dé<strong>la</strong>s vides de California,<br />

es un hecho inexplicable <strong>para</strong> los teóricos<br />

que combatimos, y allí permanecen como una<br />

negación formal de sus caprichosos asertos.<br />

Los naturalistas van ahora á decirnos por qué<br />

no prospera <strong>la</strong> vid europea en el litoral <strong>del</strong><br />

Atlántico. lié aquí lo que escribia en el siglo<br />

4


50<br />

último Catesby, autor ele <strong>la</strong> Historia Natural<br />

de <strong>la</strong> Carolina <strong>del</strong> Norte:<br />

« Podria deducirse de que <strong>la</strong>s vides se crian<br />

espontáneamente en casi to<strong>da</strong> <strong>la</strong> América septentrional,<br />

que este país sea tan propicio á tal<br />

género de cultivo como España, Italia y Francia,<br />

que están en <strong>la</strong> misma <strong>la</strong>titud. Pero los esfuerzos<br />

hechos hasta el dia en Virginia y en <strong>la</strong><br />

Carolina, prueban que su clima no se hal<strong>la</strong> dotado<br />

de esas preciosas cuali<strong>da</strong>des que tan buenos<br />

vinos producen en <strong>la</strong>s comarcas <strong>para</strong>le<strong>la</strong>s<br />

de Europa. Las estaciones son más iguales en<br />

el antiguo continente, donde no se experimentan<br />

esas súbitas alternativas de calor y de frió,<br />

que en <strong>la</strong> Carolina destruyen los brotes, é impulsan<br />

ó detienen el movimiento de <strong>la</strong> savia en<br />

<strong>la</strong> primavera. Además, <strong>la</strong> hume<strong>da</strong>d que se experimenta<br />

en <strong>la</strong> época de <strong>la</strong> madurez de <strong>la</strong>s<br />

uvas, hace que se revienten y se pudran. Esta<br />

dificultad no ha podido ser supera<strong>da</strong> to<strong>da</strong>vía.»<br />

Si se quiere otro testimonio sobre Pensilvània,<br />

vamos á citar un ejemplo concreto:<br />

«Hace bastante tiempo que un europeo trató<br />

de cultivar <strong>la</strong> vid en Spring Mill, á ocho mil<strong>la</strong>s<br />

de Fi<strong>la</strong>dèlfia. Eligió una <strong>la</strong>dera cuya exposición<br />

era de Sudeste á Sudoeste, p<strong>la</strong>ntando en el<strong>la</strong><br />

cepas de España, de Italia y de Francia. Sus<br />

gastos y sus desvelos fueron infructuosos, porque<br />

el producto era muy malo, y <strong>la</strong> única


5!<br />

compensación que tuvo fué <strong>la</strong> de vender p<strong>la</strong>ntas<br />

á otros agricultores, que á su vez experimentaron<br />

los mismos desengaños que el vendedor.»<br />

En los hechos referidos no hay ni un sólo indicio<br />

de devastación íiloxérica, ni se vé á <strong>la</strong>s<br />

cepas sucumbir bajo <strong>la</strong> garra de un enemigo<br />

invisible. Lo que so desprende de los re<strong>la</strong>tos<br />

anteriores es <strong>la</strong> extrema<strong>da</strong> desigual<strong>da</strong>d <strong>del</strong><br />

clima, <strong>la</strong> podredumbre <strong>del</strong> fruto y el poquísimo<br />

mérito de lo cosechado en <strong>la</strong> vendimia. Si hemos<br />

de creer á Maltc-Brun, Pensilvània en invierno<br />

recuer<strong>da</strong> <strong>la</strong> inclemencia de Siberia, en<br />

primavera lis hume<strong>da</strong>des de Ing<strong>la</strong>terra, y en<br />

verano <strong>la</strong> ardorosa seque<strong>da</strong>d de los desiertos<br />

de África, y sabido es que <strong>la</strong> vid no se cultiva<br />

en Siberia ni en Ing<strong>la</strong>terra, siendo en Africa<br />

muy escasa. No hay, pues, que extrañar que <strong>la</strong>s<br />

p<strong>la</strong>ntas europeas hayan prohado mal en los Estados-Unidos,<br />

mientras que <strong>la</strong>s especies indígenas<br />

han podido defenderse.<br />

No hay necesi<strong>da</strong>d tampoco de rebuscar causas<br />

secretas <strong>para</strong> explicar el revés de los colonos<br />

de Pensilvània, ni hay prueba directa ó<br />

indirecta de extragos hechos por <strong>la</strong> filoxera sobre<br />

p<strong>la</strong>ntas europeas p<strong>la</strong>nta<strong>da</strong>s en terreno americano.<br />

Podemos asegurar, así mismo, que se han<br />

precipitado algo los que afirman que en Europa<br />

no existen cepas resistentes. En el campo


2<br />

famoso de experimentos y ensayos agríco<strong>la</strong>s de<br />

Montpellier el Colombaud francés se ha defendido<br />

con tanto vigor como sus rivales de Ultramar.<br />

El Terret, el Petit chatas' y el Pouguel<br />

resisten también á <strong>la</strong> filoxera, aunque <strong>la</strong>s observaciones<br />

hechas en dicho campo no son bastantes<br />

<strong>para</strong> afirmar na<strong>da</strong> to<strong>da</strong>vía si se tienen en<br />

cuenta los infinitos caprichos <strong>del</strong> devastador<br />

insecto. El sulfuro de carbono preconizado con<br />

justicia como el mejor agente regenerativo de<br />

<strong>la</strong>s vides filoxera<strong>da</strong>s, ha sido eficaz en unos sitios<br />

é inútil en otros. Triste es confesarlo; pero<br />

<strong>la</strong>s condiciones de <strong>la</strong> enferme<strong>da</strong>d íiloxérica están<br />

envueltas en nebulosi<strong>da</strong>des impenetrables.<br />

Por <strong>la</strong> parte de <strong>la</strong> Giron<strong>da</strong>, el Medoc ha permanecido<br />

casi libre, sin que por ello se deduzca<br />

que es resistente <strong>la</strong> cepa Cávemet: indu<strong>da</strong>blemente<br />

son otras <strong>la</strong>s causas <strong>del</strong> fenómeno. Lo<br />

que sí debemos hacer notar, es el poco efecto<br />

que produce <strong>la</strong> teoría íiloxérica en determinados<br />

sitios, to<strong>da</strong> vez que, según vemos en los periódicos,<br />

el Chateau-Margaux ha sido vendido<br />

recientemente en 19 millones de reales, á dos<br />

pasos de Mr. Laliman, y junto á un foco de orígen<br />

de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ga. ¿Qué hay que añadir á tan elocuente<br />

testimonio? ¿Será necesario repetir que<br />

no se sabe na<strong>da</strong>, absolutamente na<strong>da</strong>, acerca<br />

de <strong>la</strong>s condiciones resistentes de <strong>la</strong>s infinitas


p<strong>la</strong>ntas europeas y de otras que apenas conocen<br />

los mejores ampelógrafos?<br />

No es nuestro ánimo invadir los dominios de<br />

<strong>la</strong> entimologta, ni cuestionar sobre <strong>la</strong> perfecta<br />

identi<strong>da</strong>d que existe entre <strong>la</strong> filoxera de Provenza<br />

y <strong>la</strong> americana. Los sabios dicen que es<br />

igual; pero los haremos notar que sus hábitos<br />

de vi<strong>da</strong> son diferentes. En América, según se<br />

dice hasta <strong>la</strong> sacie<strong>da</strong>d, vive casi exclusivamente<br />

en <strong>la</strong>s hojas: y en Europa se ceba sobre <strong>la</strong>s<br />

raíces, y es muy sorprendente que un ser acostumbrado<br />

á <strong>la</strong> existencia.aérea, adopte instantáneamente<br />

<strong>la</strong> subterránea al encontrarse en<br />

un nuevo país. Se objetará que el insecto no<br />

gusta de <strong>la</strong>s hojas europeas ni <strong>la</strong>s raíces americanas.<br />

Lo <strong>da</strong>mos por supuesto; pero si no<br />

ataca <strong>la</strong>s raíces 011 América, ¿por qué devora en<br />

Europa <strong>la</strong>s do <strong>la</strong>s cepa americanas? Du<strong>da</strong>s y<br />

oscuri<strong>da</strong>des por to<strong>da</strong>s partes: <strong>la</strong> filoxera indu<strong>da</strong>blemente<br />

es muy amiga <strong>del</strong> misterio.<br />

IV.<br />

DISCUSIÓN UKL TERCERO Y. CUARTO ARGUMENTO<br />

Sabido el esmero con que los insectos originarios<br />

de Europa han sido buscados y examinados<br />

por <strong>la</strong> entomología, nadie creerá fácil-


'l<br />

mente que <strong>la</strong> filoxera haya podido pasar inaper.<br />

cibi<strong>da</strong> hasta el dia en que inmensos estragos<br />

dieron fó ele su presencia y de su vi<strong>da</strong>. Está<br />

fuera de to<strong>da</strong> du<strong>da</strong> que es común en América<br />

en <strong>la</strong>s vides silvestres, y Mr. Tiley no vaci<strong>la</strong> en<br />

dec<strong>la</strong>rar que el insecto, tanto agállico como radicíco<strong>la</strong><br />

que ataca á <strong>la</strong> vid, existe allí desde<br />

tiempo inmemorial.<br />

Estos argumentos no tendrían fuerza sino en<br />

el caso de que <strong>la</strong> filoxera fuese conoci<strong>da</strong> de<br />

mucho tiempo á esta parte, y sucede precisamente<br />

lo contrario. El insecto de aquel país,<br />

que vive sobre <strong>la</strong>s hojas, y que es, por lo tanto,<br />

más accesible á <strong>la</strong> investigación, fué descrito<br />

por primera vez en 1854. Si se ha de respetar<br />

<strong>la</strong> ciencia francesa, no hay más remedio que<br />

desacreditar á <strong>la</strong> americana.<br />

En cuanto á <strong>la</strong> dificultad de creer que <strong>la</strong> filoxera<br />

haya podido vivir <strong>la</strong>rgo espacio inofensiva<br />

é inapercibi<strong>da</strong>, es cosa que no merece <strong>la</strong> pena<br />

de refutarse. Todos los cultivos están expuestos<br />

á encontrarse de <strong>la</strong> noche á <strong>la</strong> mañana en presencia<br />

de un enemigo desconocido, y á nadie<br />

ha ocurrido el pensamiento de suponer <strong>la</strong> importación<br />

de un germen exótico y <strong>del</strong>etéreo<br />

en <strong>la</strong>s comarcas sanas hasta entonces, cuando<br />

apareció el oidium, cuando sufría <strong>la</strong> patata,<br />

ni cuando <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ga se cebó en <strong>la</strong> industria sericíco<strong>la</strong>.<br />

Estos ejemplos, que pudieran multipli-


55<br />

carse hasta lo infinito, hojeando <strong>la</strong> historia de<br />

to<strong>da</strong> c<strong>la</strong>se de cultivos, bastan <strong>para</strong> demostrar que<br />

<strong>la</strong>s epidemias nacen, se desarrol<strong>la</strong>n y desaparecen<br />

lo mismo en el mundo vegetal que en el<br />

reino animal.<br />

Por otra parte, ¿quién puede asegurar que<br />

<strong>la</strong> filoxera es una nove<strong>da</strong>d en los anales de <strong>la</strong>s<br />

ca<strong>la</strong>mi<strong>da</strong>des agríco<strong>la</strong>s? La literatura proporciona<br />

pocas obras á propósito á ilustrarnos en<br />

<strong>la</strong> materia. Plinio, Estrabon y Colume<strong>la</strong> <strong>da</strong>n<br />

informes incompletos, produciéndose luego una<br />

oscuri<strong>da</strong>d de más de mil años, hasta Crescendo.<br />

Los escritores que <strong>da</strong>n cuenta en los tiempos<br />

modernos de <strong>la</strong>s enferme<strong>da</strong>des de <strong>la</strong> vid,<br />

no lo hacen do una manera satisfactoria. Estrabon<br />

describió un mal muy análogo al de <strong>la</strong><br />

filoxera. Se dice que es otra dolencia distinta,<br />

lo cual podrá ser exacto, pero se necesita mucho<br />

aplomo <strong>para</strong> imponer tal opinion como irrebatible.<br />

Asegúrase, por último, que <strong>la</strong> filoxera existe<br />

desde tiempo inmemorial en <strong>la</strong>s vides silvestres<br />

americanas.<br />

Dones mi<strong>la</strong>grosos son indispensables <strong>para</strong><br />

asegurar semejante cosa. Un hombre de ciencia<br />

sabio y modesto, acostumbrado á no decir más<br />

que aquello de que está cierto, habría retrocedido<br />

ante <strong>la</strong> magnitud de esa afirmación. Pero<br />

aun <strong>da</strong>ndo por sentado que <strong>la</strong> filoxera existiese


56<br />

en América desde <strong>la</strong> creación <strong>del</strong> mundo, ¿prue.<br />

ba eso que no haya vivido en el antiguo continente?<br />

De ninguna manera.<br />

V.<br />

CONCLUSION.<br />

Resumiendo, diremos que <strong>la</strong> teoría íiloxérica<br />

carece de solidez en su propia base. Lo contundente<br />

y capital hubiera sido demostrar que<br />

en América ha habido devastaciones idénticas<br />

á <strong>la</strong>s de nuestros dias, y esto no puede probarse,<br />

porque todos los testimonios están en<br />

contra de ello.<br />

Venga ó no venga el insecto de tierras americanas,<br />

ya se sabe cuan aventurado es buscar<br />

<strong>la</strong> salvación en <strong>la</strong>s cepas de aquel país.<br />

Dejemos bien consignado que <strong>la</strong> cuestión de<br />

origen es dudosa y que no hay ningún hecho<br />

en <strong>la</strong> historia de <strong>la</strong> viticultura americana, ningún<br />

hecho semejante ni que explique el repentino<br />

desarrollo y <strong>la</strong>s rápi<strong>da</strong>s devastaciones que<br />

hizo <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ga hace diez años en los campos <strong>del</strong><br />

Languedoc.<br />

Las doctrinas de los teóricos no pueden menos<br />

que confundir y extraviar á los agricultores<br />

prácticos. Examinemos, siquiera sea ligeramen-


57<br />

te, <strong>la</strong>s ventajas de los experimentos que han<br />

engendrado. ¿Los ensayos hechos con cepas<br />

americanas producirán algun beneficio cuantioso<br />

é imprevisto <strong>para</strong> <strong>la</strong> viticultura? Si se<br />

medita imparcialmente sobre los testimonios<br />

que hab<strong>la</strong>n de su mérito, fácil es comprender<br />

que son poquísimas <strong>la</strong>s probabili<strong>da</strong>des de buen<br />

éxito. Dejemos esa escasa ilusión á los que han<br />

cometido <strong>la</strong> ligereza de importar á ciegas tantas<br />

especies estériles de tardía madurez, impropias<br />

<strong>para</strong> grandes cultivos, y detestables por los frutos<br />

que producen.<br />

Lo juicioso en los <strong>viticultor</strong>es serios hubiera<br />

sido encerrarse en <strong>la</strong> abstención más absoluta,<br />

porque de tomar al pié de <strong>la</strong> letra <strong>la</strong> teoría de <strong>la</strong><br />

filoxera americana, seria lógico oponerse á<br />

importaciones de tal procedencia, extirpar previamente<br />

to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s cepas originarias <strong>del</strong> Nuevo<br />

Mundo, y de segui<strong>da</strong> librar batal<strong>la</strong> al insecto<br />

acantonado y perdido en país enemigo. Pero <strong>la</strong><br />

lógica no es atributo inse<strong>para</strong>ble <strong>del</strong> entendimiento<br />

humano, y hay horas, y dias en que se<br />

eclipsa de tal modo, que no se <strong>la</strong> encuentra por<br />

ninguna parte. Así ha sucedido en el presente<br />

caso. Los autores de <strong>la</strong> teoría que combatimos,<br />

debieron ser los primeros en pedir <strong>la</strong> prescripción<br />

absoluta de <strong>la</strong>s cepas en donde decian ver<br />

el origen <strong>del</strong> mal, y que iban á ser un foco perenne<br />

de infección, y sin embargo, por una


58<br />

contradicción de ideas que no se explica, por<br />

un ver<strong>da</strong>dero trastorno de los sentidos, ensalzan,<br />

promueven y aconsejan <strong>la</strong> propagación de<br />

<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas mortíferas.<br />

Esta aberración se manifiesta no sólo en algunos<br />

sabios poco al corriente de asuntos vitíco<strong>la</strong>s,<br />

y que creen que una cepa vale lo que<br />

otra, sino que se ha apoderado de muchos <strong>viticultor</strong>es,<br />

quienes olvi<strong>da</strong>n que los americanos<br />

habrían cesado hace mucho tiempo de importar<br />

vinos europeos si hubiesen podido fabricarlos<br />

con el fruto de su propio país.<br />

La prudencia y el buen sentido aconsejan<br />

cortar el mal de raíz, apagar ante todo el foco<br />

<strong>del</strong> incendio filoxórico, y dec<strong>la</strong>rar al insecto una<br />

guerra sin tregua ni reposo, en vez de re<strong>da</strong>ctar<br />

tratatos de naturalización.<br />

Na<strong>da</strong> se habría perdido con no dejarse llevar<br />

de ese loco terror que es por desgracia <strong>la</strong> consecuencia<br />

inmediata de <strong>la</strong>s grandes catástrofes,<br />

y que por lo común contribuye á aumentar sus<br />

efectos en vez de disminuirlos.<br />

La enferme<strong>da</strong>d íiloxérica tiene sus períodos,<br />

como ya hemos indicado: no es una epidemia<br />

cuyas causas sean to<strong>da</strong>s fulminantes, según lo<br />

demuestran centenares de testimonios, entre los<br />

cuales citaremos como ejemplo el que hemos<br />

leido en <strong>la</strong> Gaceta Agríco<strong>la</strong> <strong>del</strong> Ministerio de<br />

Fomento, que dice así:


59<br />

«Mr. Gregorie, <strong>viticultor</strong> de Sant-Andrien,<br />

acaba tie publicar un folleto que lleva por título:<br />

¿Es posible hacer vivir <strong>la</strong> viña ataca<strong>da</strong>,<br />

por <strong>la</strong> filoxera? Esta Memoria lia sido lei<strong>da</strong> á <strong>la</strong><br />

municipali<strong>da</strong>d de Béziers, y el autor llega á <strong>la</strong><br />

conclusion de que haciendo concurrir al procedimiento<br />

de los insectici<strong>da</strong>s cui<strong>da</strong>dos culturales<br />

apropiados, es posible conservar <strong>la</strong>s viñas. Una<br />

de 97 hectáreas sometió al cultivo especial que<br />

indica y que consiste en espaciar considerablemente<br />

<strong>la</strong>s vides, po<strong>da</strong>r sobre madera vieja y<br />

echar á <strong>la</strong> tierra enérgicas esterco<strong>la</strong>duras. Los<br />

resultados obtenidos le animan á perseverar en<br />

esta vía.»<br />

La filoxera se hal<strong>la</strong> por desgracia en Portugal<br />

nos amenaza; por el <strong>la</strong>do <strong>del</strong> Ampur<strong>da</strong>n,<br />

destruye los ricos viñedos de Má<strong>la</strong>ga, y <strong>la</strong> prensa<br />

valenciana sospecha que existe en los campos<br />

de Montroy.<br />

Por eso creemos oportuno, en estos momentos<br />

de angustia, no tocar el rebato de a<strong>la</strong>rma <strong>para</strong><br />

que suce<strong>da</strong> á nuestros <strong>viticultor</strong>es lo que aconteció<br />

á <strong>la</strong>s de Mediodía de Francia, sino aconsejarles<br />

calma y prudencia en el peligro, cerrando<br />

<strong>la</strong>s lindes de sus predios á <strong>la</strong>s cepas americanas<br />

hasta que no se patentize su utili<strong>da</strong>d en<br />

nuevos ensayos, y que se justifique lo que no<br />

ha podido probar to<strong>da</strong>vía <strong>la</strong> teoría filoxérica.


co<br />

LAS FILOXERAS SEXUADAS.<br />

¡Pobre vid, y qué pruebas tan ru<strong>da</strong>s, cuántos<br />

males de todo género, cuántas p<strong>la</strong>gas han descargado<br />

siempre sobre el<strong>la</strong> y sus ricos productos!<br />

La vid ha experimentado <strong>la</strong> triste suerte do<br />

los seres privilegiados <strong>del</strong> mundo, y <strong>la</strong> prueba<br />

de este aserto se hal<strong>la</strong> hasta en <strong>la</strong>s Sagra<strong>da</strong>s<br />

Escrituras.<br />

«P<strong>la</strong>ntarás una vid, dice; <strong>la</strong> cultivarás pero<br />

no tendrás vino ni sacarás na<strong>da</strong> de el<strong>la</strong>, porque<br />

será destrui<strong>da</strong> por los insectos.»<br />

«La vendimia es triste, <strong>la</strong>nguidece <strong>la</strong> vid: <strong>la</strong>s<br />

lágrimas inun<strong>da</strong>n el rostro de los que tenían el<br />

corazón lleno de gozo, yes que <strong>la</strong>, sonrisa do<br />

¡a tierra se ha desvanecido.»<br />

«El Carmelo perderá su alegría y ya no se<br />

oirán canciones en <strong>la</strong>s viñas.»<br />

Hace treinta siglos se escribían tales cosas, y<br />

quince más tarde dijo Strabon el geógrafo que<br />

los griegos empleaban una tierra bituminosa que<br />

mezc<strong>la</strong><strong>da</strong> con aceite destruia los insectos antes<br />

que subiesen de <strong>la</strong> raíz á <strong>la</strong>s ramas.


fil<br />

Magon de Cartago, Plinio y Columel<strong>la</strong> hab<strong>la</strong>n<br />

también de los enemigos formi<strong>da</strong>bles de<br />

<strong>la</strong> vid; pero ninguna p<strong>la</strong>ga ha tenido <strong>la</strong> grave<strong>da</strong>d<br />

ni <strong>la</strong> importancia de ese azote moderno<br />

eme se l<strong>la</strong>ma <strong>la</strong> filoxera, que amenaza de muerte<br />

á ese arbusto maravilloso que trasforma en comarcas<br />

opulentas los países más pobres y más<br />

desluci<strong>da</strong>dos. Los peñascos y <strong>la</strong>s arenas estériles<br />

<strong>la</strong>s convierte <strong>la</strong> vid en suelo fecundo; pueb<strong>la</strong><br />

los desiertos; dá al hombre con el jugo de su<br />

fruto <strong>la</strong> salud, <strong>la</strong> fuerza, el valor y <strong>la</strong> alegría,<br />

y todo esto se hal<strong>la</strong> á punto de desaparecer ante<br />

<strong>la</strong> guerra sor<strong>da</strong>, terrible y continua que hace á<br />

<strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta el pulgón americano, enemigo formi<strong>da</strong>ble<br />

que ya se ha imp<strong>la</strong>ntado, por desdicha,<br />

en nuestra España.<br />

La cuestión íiloxérica es de una actuali<strong>da</strong>d<br />

de cha en cha más amenazadora, tanto ahora<br />

como en el primer cha en que se emitieron <strong>la</strong>s<br />

primeras noticias sobre esta p<strong>la</strong>ga. Se han publicado<br />

varios artículos sobre <strong>la</strong>s nuevas adquisiciones<br />

que se van obteniendo en el conocimiento<br />

de este enemigo de nuestras viñas. Pero<br />

ha existido hasta hace poco una <strong>la</strong>guna en su<br />

conocimiento que ha sido salva<strong>da</strong>. La filoxera<br />

a<strong>la</strong><strong>da</strong> se habia tomado por macho en un principio,<br />

por analogía con los pulgones y <strong>la</strong>s cochinil<strong>la</strong>s;<br />

pero se apercibieron en segui<strong>da</strong> por trasparencia<br />

algunos huevos en su cuerpo, exami-


62<br />

nado con un gran aumento. No se sabia en<br />

dónde esta hembra hacia su postura ni en qué<br />

época; se suponía que estos huevos ciaban <strong>la</strong>s<br />

filoxeras sin a<strong>la</strong>s de <strong>la</strong>s raíces y do sus ensanchamientos,<br />

es decir, <strong>la</strong>s hembras ápteras, <strong>la</strong>s<br />

únicas entonces pasablemente estudia<strong>da</strong>s.<br />

Faltaba un es<strong>la</strong>bón importante al ciclo biológico<br />

<strong>del</strong> insecto, <strong>la</strong> existencia de un macho que<br />

aparece siempre, de una manera intermitente,<br />

en el ciclo de los pulgones y de <strong>la</strong>s cochinil<strong>la</strong>s-<br />

Es necesario, <strong>para</strong> comprender bien los descubrimientos<br />

recientes, resumiren pocas pa<strong>la</strong>bras<br />

<strong>la</strong>s nociones antiguas y nuevas sobre <strong>la</strong> filoxera<br />

de <strong>la</strong> viña. Phylloxera vastatrix, de P<strong>la</strong>nchón<br />

.<br />

Este insecto pertenece á una tribu, los filoxeras,<br />

intermediaria entre <strong>la</strong> de los afidios ó<br />

pulgones y de los coccios ó cochinil<strong>la</strong>s. Los<br />

llloxeros tienen series de reproducción sin machos,<br />

así como los pulgones, pero no son nunca<br />

vivíparos, poniendo en to<strong>da</strong>s sus fases huevos,<br />

á <strong>la</strong> manera de <strong>la</strong>s cochinil<strong>la</strong>s. El primer filoxero<br />

conocido fué un insecto minúsculo, de un<br />

color amarillo rojo, que se observa á menudo<br />

en <strong>la</strong>s hojas <strong>del</strong> roble. Fué hal<strong>la</strong>do en Provenza,<br />

por Boyer de Fouscolombe, que creó <strong>para</strong><br />

él el género Phylloxera (desecador de hojas);<br />

pero el descubrimiento no hizo gran ruido. Más<br />

tarde se observó una especie vecina, amaril<strong>la</strong>,


63<br />

que tenia so<strong>la</strong>mente puntos rojizos, l<strong>la</strong>ma<strong>da</strong><br />

Phylloxera, <strong>del</strong> roble, en el roble ordinario<br />

<strong>del</strong> Centro y <strong>del</strong> Norte de Francia (Quercus, peduncu<strong>la</strong>ta,<br />

Linn.); en los alrededores de París,<br />

esta especie es bastante frecuente en el buen<br />

tiempo; Mr. Maurice Girare! los ha cogido abun<strong>da</strong>ntemente,<br />

hace algunos años, en <strong>la</strong> selva de<br />

Sénars. Esta especie, por un método com<strong>para</strong>tivo<br />

de los más sagaces, ha sido objeto de<br />

profundos estudios por Mr. Balbiani, cjue habia<br />

predicho anticipa<strong>da</strong>mente que se hal<strong>la</strong>rían hechos<br />

análogos <strong>para</strong> <strong>la</strong> ñloxera de <strong>la</strong> viña.<br />

Esta es una especie esencialmente poliforma,<br />

en que se encuentran tres fases muy c<strong>la</strong>ras. Hay<br />

primero hembras sedentarias, que viven principalmente<br />

ele <strong>la</strong>s raíces ele <strong>la</strong> viña, agotándo<strong>la</strong><br />

por sus succiones. Ponen sin machos, en pequeños<br />

montones, huevos elipsoi<strong>da</strong>les, primero de<br />

un bello color amarillo de azufre, luego grisáceos<br />

y ahumados, en los que el microscopio<br />

hace ver puntos rojos, que son los ojos <strong>del</strong> embrión.<br />

Salen de ellos <strong>la</strong>rvas, primero errantes,<br />

luego se convierten en hembras, descritas há<br />

mucho tiempo, de tres cuartos de milímetro de<br />

<strong>la</strong>rgo por medio milímetro de ancho, insectos<br />

bien cebados y crecidos, de un color amarillo<br />

moreno, que se parecen un poco á pulgas pequeñas.<br />

Damos (figuras 1 y 2), de frente y de<br />

perfil, dibujos más exactos que los de 1873. Se


ü4<br />

perciben muy bien con el lente estos filoxeros<br />

sedentarios, y aun á simple vista; Mr. Girard observó,<br />

en 1874 y 1875, cuando su misión en los<br />

Charantes como <strong>del</strong>egado de <strong>la</strong> <strong>Academia</strong> de<br />

Ciencias de París, que los aldeanos, después de<br />

Fig. 1. a<br />

—Filoxera agama áptera, vista por debajo,<br />

y sus huevos.<br />

haberles enseñado por primera vez estos filoxeros<br />

, los apercibían muy fácilmente y sin lente.<br />

Estos hombres <strong>del</strong> campo, que se acuestan á<br />

<strong>la</strong> cai<strong>da</strong> de <strong>la</strong> tarde, conservan una sensibili<strong>da</strong>d


(iíi<br />

de <strong>la</strong> retina que se pierde con <strong>la</strong>s ve<strong>la</strong><strong>da</strong>s y el<br />

trabajo á <strong>la</strong> luz amaril<strong>la</strong> de <strong>la</strong>s lám<strong>para</strong>s ó <strong>del</strong><br />

gas <strong>del</strong> alumbrado. Las raíces están á veces de<br />

tal modo carga<strong>da</strong>s tie estas hembras, de sus<br />

<strong>la</strong>rvas y de sus huevos, que parecen cubiertas<br />

de un polvo amarillo y manchan de amarillo los<br />

dedos que <strong>la</strong>s tocan.<br />

Estas filoxeras ápteras y sedentarias tienen<br />

Fig. 2. a<br />

—Filoxera agaraa áptera, chupando una raíz.<br />

los ojos de, tres facetas (tres oceles sol<strong>da</strong><strong>da</strong>s),<br />

pues pueden pasar, no tan sólo bajo el suelo de<br />

una raíz á otra, sino salir á <strong>la</strong> superficie y ganar<br />

<strong>la</strong>s capas vecinas por <strong>la</strong>s fisuras <strong>del</strong> terreno. Su<br />

marcha es siempre lenta; y si existen solos, se<br />

detendría fácilmente <strong>la</strong> destrucción, rodeando<br />

<strong>la</strong>s viñas ataca<strong>da</strong>s de tajeas llenas de alquitrán ó<br />

de coaltar, que serian obstáculos infranqueables.<br />

5


66<br />

Además, aunque <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas de estos filoxeros<br />

subterráneos pasan el invierno en <strong>la</strong>s raíces, se<br />

concluiría por ver detenerse su funesta é inmensa<br />

propagación durante el buen tiempo. En efecto,<br />

<strong>la</strong> fecundi<strong>da</strong>d de sus generaciones sucesivas<br />

sin macho se extingue poco á poco, y el número<br />

de huevos disminuye por estas propagaciones<br />

unisexuales, de suerte que, como ha reconocido<br />

Mr. Nares por experimentos sobre hembras ais<strong>la</strong><strong>da</strong>s,<br />

al cabo de cuatro años <strong>la</strong> reproducción se<br />

detiene.<br />

Desgracia<strong>da</strong>mente <strong>para</strong> nosotros, <strong>la</strong> naturaleza<br />

ha previsto este agotamiento y ha puesto remedio.<br />

A medi<strong>da</strong> que el calor aumenta y que los<br />

insectos ápteros se multiplican en consecuencia,<br />

ciertos individuos parecen tener el instinto que<br />

el alimento vá á faltar á <strong>la</strong>s colonias subterráneas.<br />

Se pre<strong>para</strong>n los enjambres lejanos; los<br />

individuos se alejan, y después de una mu<strong>da</strong><br />

presentan en los <strong>la</strong>dos de su cuerpo dos partes<br />

de apéndices negros, superpuestos, muñones<br />

que son los estuches de <strong>la</strong>s cuatro a<strong>la</strong>s de una<br />

nueva fase.<br />

Estas son <strong>la</strong>s ninfas (figura 3), que suben poco<br />

á poco al pié de <strong>la</strong> cepa, cerca de <strong>la</strong> superficie<br />

<strong>del</strong> suelo, y salen aún afuera. Por una última<br />

mu<strong>da</strong> aparecen <strong>la</strong>s hembras, sin machos como<br />

<strong>la</strong>s precedentes. Estas son <strong>la</strong>s emigra.trices,<br />

provistas de cuatro grandes a<strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ras é irisa-


67<br />

<strong>da</strong>s, <strong>la</strong>s anteriores bastante más <strong>la</strong>rgas que el<br />

cuerpo, un poco ahuma<strong>da</strong>s en <strong>la</strong> extremi<strong>da</strong>d,<br />

en que son anchas y redondea<strong>da</strong>s, <strong>la</strong>s posteriores<br />

más estrechas y más cortas. Los fuertes<br />

nervios de estas a<strong>la</strong>s denotan un buen vuelo,<br />

á pesar <strong>del</strong> pequeño tamaño de estas hembras,<br />

un poco más de un milímetro, un poco más<br />

grandes por consiguiente que <strong>la</strong>s agamas ápteras<br />

de <strong>la</strong>s raíces (figura 4). En efecto, si se<br />

ponen en un gran bote de cristal di<strong>la</strong>taciones<br />

de <strong>la</strong>s raíces carga<strong>da</strong>s de <strong>la</strong>s ninfas, no se tar<strong>da</strong><br />

en ver salir filoxeras a<strong>la</strong><strong>da</strong>s que se cue<strong>la</strong>n á<br />

través de <strong>la</strong>s paredes superiores, volviendo y<br />

an<strong>da</strong>ndo con agili<strong>da</strong>d y vo<strong>la</strong>ndo como una flecha<br />

de un extremo á otro <strong>del</strong> frasco. Se comprende<br />

que estas hembras pueden sostener en<br />

el aire libre un vuelo de 10 á 12 kilómetros,<br />

que es <strong>la</strong> marcha anual ordinaria de <strong>la</strong> invasion<br />

filoxérica; pero los vientos fuertes pueden llevar<strong>la</strong>s<br />

más lejos. Además, posa<strong>da</strong>s en los carruajes,<br />

en los wagones, en <strong>la</strong>s uvas de mesa y<br />

en los pámpanos de envoltura, viajan mucho,<br />

y estos accidentes de trasporte explican esos<br />

focos filoxéricos de vanguardia, aun á gran distancia<br />

de los centros de invasion. En los dias<br />

cálidos <strong>del</strong> estío, <strong>la</strong>s hembras provistas de órganos<br />

variados de vision caen en enjambres sobre<br />

<strong>la</strong>s viñas. Su ancha cabeza tiene dos ojos muy<br />

negros, a<strong>para</strong>to panorámico que les permite ver


ti 8<br />

<strong>la</strong>s vides que van á aso<strong>la</strong>r. Tienen, además, visiones<br />

acorta distancia, guar<strong>da</strong>ndo los dos ojos<br />

de tres córneas de <strong>la</strong> áptera de <strong>la</strong>s raíces, ofreciendo<br />

además en el vértice tres oceles simples<br />

ais<strong>la</strong>dos.<br />

El cuerpo de estos agamas a<strong>la</strong>dos es más <strong>del</strong>-<br />

Fig. 3."—Ninfa vista por debajo.<br />

gado que el de <strong>la</strong> áptera, <strong>la</strong>s patas más <strong>la</strong>rgas,<br />

así como <strong>la</strong>s antenas, que son también de tres<br />

partes, <strong>la</strong> última muy <strong>la</strong>rga y trunca<strong>da</strong>, en bisel<br />

en su extremi<strong>da</strong>d. El extremo <strong>del</strong> cuerpo se<br />

a<strong>la</strong>rga en punta un poco obtusa, el color es de<br />

un amarillo mate, con una ban<strong>da</strong> morena irre-


(59<br />

guiar sobre el dorso; tiene parecido con una<br />

cigarra microscópica.<br />

Estas hembras chupan <strong>la</strong>s partes aéreas de <strong>la</strong>s<br />

viñas, <strong>la</strong>s hojas tiernas y los botones, por me


70<br />

dio de un chupador parecido al de <strong>la</strong> agama áptera<br />

de <strong>la</strong>s raíces, poro más corto. No tiene sino<br />

un pequeño número de huevos, y se ha estado<br />

<strong>la</strong>rgo tiempo sin poder observar su postura. En<br />

esto tuvo motivo uno ele los más importantes<br />

descubrimientos entomológicos de nuestra época.<br />

Mr. Balbiani habia reconocido en sus experimentos,<br />

en individuos cautivos, que estas hembras<br />

ponen de seis á diez huevos en el vello de<br />

<strong>la</strong>s hojas tiernas y de los botones. Estos huevos<br />

(véase <strong>la</strong> figura 5.") son.de dos tamaños y más<br />

gruesos que los de <strong>la</strong> áptera de <strong>la</strong>s raíces. Unos<br />

tienen 0 mm<br />

,40 de <strong>la</strong>rgo por 0 mm<br />

,20 de ancho,<br />

otros 0 mm<br />

,26 por 0 min<br />

13; de un color b<strong>la</strong>nco<br />

amarillento en el momento dé<strong>la</strong> postura, se convierten<br />

en segui<strong>da</strong> de un color amarillo más intenso,<br />

principalmente los gruesos (figura 5. a<br />

).<br />

Mr. Balbiani, según lo que habia observado do<br />

análogo <strong>para</strong> <strong>la</strong> filoxera <strong>del</strong> roble, suponía con<br />

razón que <strong>la</strong> postura y <strong>la</strong> eclosión natural de estos<br />

huevos le permitirían completar <strong>la</strong> historia<br />

de <strong>la</strong> filoxera de <strong>la</strong> viña. Se hal<strong>la</strong>ba en Cognac<br />

en el mes de Setiembre de 1875, cuando supo<br />

que un veterinario de los alrededores de Libourne<br />

(Giron<strong>da</strong>), Mr. Boiteau, observaba en su<br />

número <strong>la</strong>s posturas de <strong>la</strong>s filoxeras agamas<br />

a<strong>la</strong><strong>da</strong>s en <strong>la</strong>s hojas tiernas. Se dirigió inmediatamente<br />

á Mr. Boiteau, y desde el día siguiente<br />

de su llega<strong>da</strong> observó, en una viña próxima


71<br />

á <strong>la</strong> casa, <strong>la</strong> eclosión de los huevos de los dos<br />

tamaños, y l<strong>la</strong>mó á Mr. Boiteau <strong>para</strong> evidenciarle<br />

el nacimiento de <strong>la</strong>s sexua<strong>da</strong>s, <strong>la</strong> tercera<br />

fase íiloxérica. El sabio profesor <strong>del</strong> colegio de<br />

Francia anunció inmediatamente el importante<br />

descubrimiento por una carta dirigi<strong>da</strong> al ilustre<br />

secretario perpetuo de <strong>la</strong> <strong>Academia</strong> de Ciencias,<br />

Mr. Dumas, á quien debemos uno de les mejores<br />

insectici<strong>da</strong>s conocidos contra <strong>la</strong> filoxera, el<br />

sulfo-carbonato de potasa, y cuyo celo y trabajos<br />

en esa cuestión capital <strong>para</strong> <strong>la</strong> humani<strong>da</strong>d<br />

son conocidos de todo el mundo. La priori<strong>da</strong>d<br />

de <strong>la</strong> observación de <strong>la</strong>s sexua<strong>da</strong>s por Balbiani<br />

se hal<strong>la</strong> así, pues, estableci<strong>da</strong> de <strong>la</strong> manera más<br />

auténtica.<br />

En efecto, de los gruesos huevos de <strong>la</strong> agama<br />

a<strong>la</strong><strong>da</strong> nacen <strong>la</strong>s hembras y de los pequeños<br />

los machos. Estas filoxeras de sexos se<strong>para</strong>dos<br />

son siempre errantes, corriendo de aquí <strong>para</strong><br />

allá en <strong>la</strong> cepa. No tienen a<strong>la</strong>s ni los machos ni<br />

<strong>la</strong>s hembras, y no viven sino algunos dias, únicamente<br />

preocupa<strong>da</strong>s por el cui<strong>da</strong>do de <strong>la</strong> reproducción,<br />

y buscándose <strong>para</strong> aparearse en <strong>la</strong>s<br />

corrientes. Lo mismo que <strong>la</strong>s mariposas de gusano<br />

de se<strong>da</strong> y los otros bombíceos, lo mismo<br />

que <strong>la</strong>s efímeras, estas sexua<strong>da</strong>s no pueden distraerse<br />

de <strong>la</strong> función de propagar su especie por<br />

<strong>la</strong> necesi<strong>da</strong>d de alimentarse. No comen, carecen<br />

de tubo digestivo, y en lugar <strong>del</strong> chupadur que


se extiende en <strong>la</strong> region ventral de <strong>la</strong>s agamas<br />

ápteras y a<strong>la</strong><strong>da</strong>s, no tienen sino un tubérculo<br />

corto y ap<strong>la</strong>nado (figuras 5." y 6."), impropio<br />

<strong>para</strong> <strong>la</strong> succión.<br />

Se comprende por qué <strong>la</strong>s hembras a<strong>la</strong><strong>da</strong>s<br />

Fig. 5. a<br />

—Filoxera sexua<strong>da</strong> macho vista por debajo y<br />

huevos macho y hembra de <strong>la</strong> agama a<strong>la</strong><strong>da</strong>.<br />

caen sobre <strong>la</strong>s viñas to<strong>da</strong>s á <strong>la</strong> vez en numerosos<br />

enjambres. Como <strong>la</strong>s sexua<strong>da</strong>s que nacen<br />

de sus huevos no tienen a<strong>la</strong>s, tienen necesi<strong>da</strong>d<br />

de estar unas cerca de <strong>la</strong>s otras en abun<strong>da</strong>ncia<br />

en el momento de <strong>la</strong> eclosión, pues perecerían


73<br />

sia reproducirse si estuviesen ais<strong>la</strong><strong>da</strong>s acá y acullá.<br />

Estas sexua<strong>da</strong>s son muy pequeñas, ver<strong>da</strong>deros<br />

abortos, excepto <strong>para</strong> <strong>la</strong> función genital. La<br />

hembra presenta <strong>la</strong> tercera parte de <strong>la</strong> antena<br />

peduncu<strong>la</strong><strong>da</strong>. Su producción de huevos es aún<br />

bastante más restringi<strong>da</strong> que <strong>la</strong> de <strong>la</strong> hembra<br />

Fig. tí."—Filoxera sexua<strong>da</strong> hembra, vista por debajo.<br />

agama a<strong>la</strong><strong>da</strong>, pues no posee sino un sólo huevo,<br />

enorme con re<strong>la</strong>ción á su tamaño, y coronado<br />

por su cápsu<strong>la</strong> formatriz. Poco después de <strong>la</strong><br />

union sexual parece to<strong>da</strong> india<strong>da</strong> por su huevo<br />

(figura 7. a<br />

)y pone este huevo de invierno, siempre<br />

en el aire y en <strong>la</strong>. cepa sólo, entre <strong>la</strong>s esfo


l'i<br />

liacioncs de <strong>la</strong> corteza, hecho muy importante.<br />

En efecto, este huevo, destinado á pasar el invierno,<br />

estaria gravemente comprometido si<br />

fuera puesto en <strong>la</strong>s hojas, órganos caducos en<br />

<strong>la</strong> estación posterior. Este huevo vínico es cilindrico<br />

y redondeado en sus extremos, bastante<br />

más a<strong>la</strong>rgado que <strong>la</strong>s tres formas de huevos<br />

de <strong>la</strong>s hembras agamas, sedentarias y emigratrices.<br />

No es amarillo, sino de un color verde<br />

aceitunado con pintitas negruzcas. Se le apercibe<br />

muy difícilmente en <strong>la</strong> corteza de <strong>la</strong> cepa, á <strong>la</strong><br />

que <strong>la</strong> fija una pequeña prolongación. La madre<br />

muere inmediatamente después de <strong>la</strong> postura,<br />

to<strong>da</strong> arruga<strong>da</strong> y encogi<strong>da</strong> (figura 8.°), y habiendo<br />

adquirido un color moreno rojizo.<br />

Mr. Boiteau continuó siempre con perseverancia<br />

<strong>la</strong>s observaciones empeza<strong>da</strong>s en su casa<br />

por Mr. Balbiani y ha hecho evidentes muchos<br />

hechos nuevos. En Julio y Agosto <strong>la</strong>s agamas<br />

a<strong>la</strong><strong>da</strong>s que salen <strong>del</strong> suelo ponen, como hemos<br />

dicho, sus huevos machos y hembras en <strong>la</strong>s hojas<br />

nuevas; si <strong>la</strong> estación está muy avanza<strong>da</strong>, se<br />

alojan bajo <strong>la</strong>s cortezas en exfoliación ele <strong>la</strong> cepa<br />

y ponen en el<strong>la</strong>s sus huevos, sin anc<strong>la</strong>r en<br />

<strong>la</strong>s hojas. Además, en los tiempos húmedos ó<br />

un poco fríos, los insectos a<strong>la</strong>dos permanecen<br />

en gran canti<strong>da</strong>d en <strong>la</strong>s cepas más superficiales<br />

<strong>del</strong> suelo y en el<strong>la</strong>s depositan sus huevos.<br />

Mr. Boiteau ha podido desde entonces eviden-


75<br />

ciar muy á menudo <strong>la</strong>s hembras ápteras sexua<strong>da</strong>s<br />

en esas mismas capas; pero to<strong>da</strong>s subiendo<br />

á <strong>la</strong> superficie <strong>del</strong> suelo <strong>para</strong> ir á poner en <strong>la</strong><br />

cepa y debajo do 5 á 6 centímetros basta una<br />

gran profundi<strong>da</strong>d; Mr. Boiteau no ha podido<br />

encontrar en el suelo una so<strong>la</strong> hembra, ni muerta<br />

ni viva.<br />

Aún estaba reservado á Balbiani el precioso<br />

descubrimiento de <strong>la</strong> eclosión <strong>del</strong> huevo de invierno<br />

en <strong>la</strong> primavera, en el mes de Abril.<br />

Habia llevado de Libournais á París numerosos<br />

sarmientos de viña cargados de huevos de invierno.<br />

En <strong>la</strong> primavera ¡qué decepción! estos<br />

huevos, conservados en el aire seco y caliente<br />

de <strong>la</strong> habitación, estaban muertos y desecados.<br />

Felizmente un sarmiento, escapado á <strong>la</strong> escoba,<br />

habia pasado todo el invierno en un balcón, libremente<br />

expuesto al frió y á <strong>la</strong> hume<strong>da</strong>d.<br />

Ofrecía huevos de invierno que permanecían<br />

intactos, de los que Balbiani vio salir en <strong>la</strong> primavera<br />

de 1876 insectos muy análogos á <strong>la</strong>s<br />

agamas ápteras de <strong>la</strong>s raíces, provistos de un<br />

chupador muy <strong>la</strong>rgo, teniendo en el interior<br />

gran número de huevos, hasta veinticuatro<br />

vainas ovígeras. La fecundi<strong>da</strong>d de <strong>la</strong> especie<br />

funesta ha sido, pues, renova<strong>da</strong> por el apareamiento,<br />

es decir, siguiendo <strong>la</strong>s leyes ordinarias,<br />

<strong>para</strong> un gran número de generaciones; el ciclo<br />

filoxerico se hal<strong>la</strong>, pues, completo <strong>para</strong> <strong>la</strong> tri-


70<br />

ple y consecutiva existencia de <strong>la</strong>s agamas ápteras<br />

sedentarias, de <strong>la</strong>s agamas emigratices a<strong>la</strong><strong>da</strong>s<br />

y de <strong>la</strong>s sexua<strong>da</strong>s ápteras.<br />

¿Qué es de <strong>la</strong>s agamas ápteras llenas de huevos<br />

que salen de los huevos de invierno? Unas<br />

ganan en segui<strong>da</strong> <strong>la</strong>s raíces y <strong>da</strong>n sin machos<br />

Fig. 7. a<br />

—Filoxera sexua<strong>da</strong> hembra, por encina,<br />

dispuesta á poner.<br />

<strong>la</strong> serie de <strong>la</strong>s colonias devastatrices subterráneas.<br />

Otras se dirigen á <strong>la</strong>s hojas y hacen nacer<br />

debajo de <strong>la</strong>s agal<strong>la</strong>s ó cúpu<strong>la</strong>s entrantes, de 2<br />

á 3 milímetros, donde se aloja una hembra que<br />

pone rodea<strong>da</strong> de sus <strong>la</strong>rvas. Se ha escrito <strong>la</strong>rgamente<br />

sobre estas agal<strong>la</strong>s y se han <strong>da</strong>do hue


77<br />

uos dibujos, de el<strong>la</strong>s,. pero no se conocían entonces<br />

esas agal<strong>la</strong>s sino en <strong>la</strong>s hojas de <strong>la</strong>s<br />

viñas americanas. Son bastante menos frecuentes<br />

en <strong>la</strong>s hojas de <strong>la</strong>s viñas francesas [Vitis<br />

vinifera, Linn.), y no han sido observa<strong>da</strong>s en<br />

Fig. 8. a<br />

—Filoxera sexua<strong>da</strong> hembra, después de <strong>la</strong><br />

postura, y huevos de invierno.<br />

estas hojas sino á partir de 1875. Se obtuvo por<br />

esto una nueva confirmación de un hecho experimentado<br />

por inocu<strong>la</strong>ción artificial en 1873,<br />

á saber, que los insectos de <strong>la</strong>s agal<strong>la</strong>s son los<br />

mismos que los de <strong>la</strong>s raíces, y recíprocamente.


78<br />

Por lo demás, otra especie muy nociva, también<br />

importa<strong>da</strong> de América, el pulgón <strong>la</strong>nígero<br />

<strong>del</strong> manzano (Schizoneura <strong>la</strong>nígera, Hausman),<br />

presenta en verano sus generaciones en<br />

<strong>la</strong>s ramas, y se refugian en invierno en <strong>la</strong>sraíces.<br />

Las filoxeras de <strong>la</strong>s agal<strong>la</strong>s <strong>da</strong>n muchas<br />

generaciones ápteras chupadoras en. <strong>la</strong>s hojas,<br />

y hasta se ha visto producirse en el<strong>la</strong>s ninfas y<br />

hembras a<strong>la</strong><strong>da</strong>s agamas de emigración. En general,<br />

en los grandes calores <strong>del</strong> estío, <strong>la</strong>s agal<strong>la</strong>s<br />

de <strong>la</strong>s hojas de <strong>la</strong>s viñas se desecan, y sus<br />

insectos mueren ó bien descienden á <strong>la</strong>s raíces.<br />

Se ve, pues, que <strong>la</strong> invasion filoxérica de un<br />

viñedo es siempre precedi<strong>da</strong> de una postura<br />

de huevos de invierno que proviene de <strong>la</strong>s sexua<strong>da</strong>s<br />

sali<strong>da</strong>s de los huevos de <strong>la</strong>s bembas a<strong>la</strong><strong>da</strong>s<br />

de emigración. Se explica desde luego ese<br />

hecho notable observado por Mr. Faucon, que<br />

si un viñedo ha sido purgado por una submersion<br />

de cuarenta dias de to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s filoxeras que<br />

existan en sus raíces, no se encuentran menos<br />

en verano algunas filoxeras en <strong>la</strong>s raíces, que<br />

exigirían una nueva submersion el invierno siguiente,<br />

bajo pena de ver <strong>la</strong> terrible p<strong>la</strong>ga reaparecer<br />

bien pronto; es que <strong>la</strong> submersion no<br />

ha alcanzado los huevos <strong>del</strong> invierno depositados<br />

en <strong>la</strong>s cepas y que provienen de <strong>la</strong>s posturas<br />

de <strong>la</strong>s a<strong>la</strong><strong>da</strong>s <strong>del</strong> estío y de <strong>la</strong>s sexua<strong>da</strong>s sus<br />

descendientes. El problema capital de <strong>la</strong> des-


79<br />

tracción de <strong>la</strong> filoxera es, pues, coger el huevo<br />

de invierno antes de su eclosión primaveral. Si<br />

se dejan producirse los insectos de <strong>la</strong>s raíces,<br />

puede decirse que es imposible matarlos todos,<br />

aun con <strong>la</strong>s mejores insectici<strong>da</strong>s, a causa de los<br />

mil obstáculos opuestos por el sucio. La aniqui<strong>la</strong>ción<br />

de los huevos de invierno puede obtenerse<br />

en esta estación por muchos procedimientos;<br />

así, por un descortozamiento de <strong>la</strong> cepa,<br />

con brochas muy duras ó guantes de mal<strong>la</strong> de<br />

acero método Sabati, con el cui<strong>da</strong>do de reunir<br />

y quemar to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s raspaduras. Se puede aun esca<strong>la</strong>r,<br />

es decir, inyectar en <strong>la</strong>s cepas agua hirviendo<br />

ó vapor de agua, como se hace <strong>para</strong> destruir<br />

<strong>la</strong>s pequeñas orugas invernantes <strong>del</strong> piral<br />

de <strong>la</strong> viña. En fin, <strong>la</strong>s cepas pueden encubrirse<br />

de unturas insectici<strong>da</strong>s, Mr. Boiteau, durante<br />

tres años sucesivos, ha conseguido matar el huevo<br />

de invierno con el siguiente estuco:<br />

Agua 2 partes.<br />

Aceite basto de coaltar.. .. 2 »<br />

Carbonato de sosa 1 »<br />

Se hace cocer todo durante una hora á fuego<br />

lento.<br />

Cuando <strong>la</strong> aplicación se disuelve en nueve<br />

veces su volumen de agua ordinaria, se agita<br />

fuertemente y se aplica con un pincel ó con un


so<br />

pulverizador. Según los climas, es necesario hacer<br />

esta aplicación en Febrero ó Marzo, ó á<br />

principios de Abril, antes de Ja eclosión <strong>del</strong><br />

huevo de invierno. En cuanto á <strong>la</strong>s hojas que<br />

tienen agal<strong>la</strong>s, es necesario arrancar<strong>la</strong>s á mano<br />

y quemar<strong>la</strong>s.<br />

Puede esperarse que inmediatamente después<br />

de <strong>la</strong> votación definitiva de <strong>la</strong> ley sobre <strong>la</strong> filoxera,<br />

se tomarán medi<strong>da</strong>s generales y obligatorias<br />

<strong>para</strong> <strong>la</strong> destrucción de los huevos de invierno;<br />

antes de todo es indispensable hacer una<br />

visita general á los viñedos <strong>del</strong> país limítrofes<br />

de <strong>la</strong> invasion hoy conoci<strong>da</strong>, con el fin de hacer<br />

una carta <strong>del</strong> estado actual. Es probable que se<br />

descubrirá el mal en su comienzo en muchos<br />

sitios en que no se sospecha, tan lejana puede<br />

ser <strong>la</strong> dispersion de <strong>la</strong>s hembras agamas a<strong>la</strong><strong>da</strong>s.<br />

Es un hecho bastante triste y que es mayor<br />

obstáculo al empleo de medi<strong>da</strong>s enérgicas de<br />

destrucción respecto á un insecto que es <strong>la</strong><br />

única causa de <strong>la</strong> enferme<strong>da</strong>d de <strong>la</strong>s viñas. Los<br />

ignorantes, los pretendientes prácticos han repetido<br />

de tal modo que <strong>la</strong> viña está debilita<strong>da</strong><br />

ó degenera<strong>da</strong>, que <strong>la</strong>s estaciones son contrarias,<br />

que el suelo está agotado, no sabemos cuántas<br />

cosas más, que <strong>la</strong> gente encuentra en esto un<br />

refuerzo á su apatía y su avaricia, y se cruzan<br />

de brazos como el turco que ve quemarse su<br />

casa, esperando no sabemos qué recurso provi-


81<br />

tlencial y no comprendiendo que <strong>la</strong> filoxera,<br />

una vez trasporta<strong>da</strong> á un medio propicio, no<br />

hay razón ninguna <strong>para</strong> que desaparezca por<br />

sí so<strong>la</strong>, lo mismo que <strong>la</strong>s chinches de <strong>la</strong>s camas,<br />

el pulgón <strong>la</strong>nígero, que son igualmente tristes<br />

presentes de importación.<br />

Muchas personas se ve que repiten por to<strong>da</strong>s<br />

partes que un invierno riguroso librará á <strong>la</strong>s<br />

viñas de su enemigo. No se fijan en que <strong>la</strong> ma<strong>la</strong><br />

conductibili<strong>da</strong>d <strong>del</strong> suelo pone al insecto al abrigo<br />

de <strong>la</strong>s intemperies atmosféricas. listamos<br />

ciertos que no hay veinte personas en Francia<br />

que conozcan los experimentos de Mr. Maurice<br />

Girard, hechos en el <strong>la</strong>boratorio de Mr. Pasteur<br />

y publicados en <strong>la</strong>s Mémoires des Savants<br />

étrangers, por los que establece que <strong>la</strong>s<br />

<strong>la</strong>rvas de invernación pueden soportar en <strong>la</strong>s<br />

raíces, sin perecer, frios muy rigurosos.<br />

Con <strong>la</strong> despreciativa sonrisa de <strong>la</strong> increduli<strong>da</strong>d,<br />

recibían en el campo á los <strong>del</strong>egados do <strong>la</strong><br />

<strong>Academia</strong> de Ciencias que predecían los desastres<br />

muy justificados hoy; tienen también en<br />

contra suya el mal valor de ciertas autori<strong>da</strong>des<br />

administrativas, llenas de confianza por <strong>la</strong>s<br />

aserciones de los prácticos en terrenos y que los<br />

acusan de sembrar el pánico y de desestimar <strong>la</strong><br />

propie<strong>da</strong>d. Las cosas han cambiado poco hasta<br />

hoy; tal es <strong>la</strong> tenaci<strong>da</strong>d de <strong>la</strong> rutina y de <strong>la</strong><br />

ignorancia. La comisión de viticultura de <strong>la</strong>


82<br />

Socie<strong>da</strong>d de Agricultores de Francia ha hecho<br />

en 1878 una visita general á <strong>la</strong>s viñas francesas<br />

ataca<strong>da</strong>s por <strong>la</strong> filoxera, y hé aquí lo que dice<br />

el informe:<br />

«¿Quien no sabe que uno de los rasgos característicos<br />

de <strong>la</strong> invasion filoxérica consiste precisamente<br />

en un cortejo de increduli<strong>da</strong>d y de<br />

ilusiones que <strong>la</strong> preceden? Nunca el antiguo<br />

proverbio: Quos vult perderé Jupiter dementat<br />

ha recibido una aplicación más propia. Se<br />

sucumbe bajo el mal en que apenas se empieza<br />

á creer, y el soplo inp<strong>la</strong>cable de <strong>la</strong> reali<strong>da</strong>d llega<br />

demasiado tarde, bastante á menudo <strong>para</strong> disipar<br />

el humo de ilusiones engañosas. La experiencia<br />

de unos, tan caramente adquiri<strong>da</strong>, no<br />

aprovecha á distancia; y á pesar de los ejemplos<br />

próximos, se espera siempre escapar á tan<br />

crueles aprietos. Al <strong>la</strong>do de los que niegan<br />

simplemente, otros se adormecen inactivos,<br />

guar<strong>da</strong>ndo pláci<strong>da</strong>mente en reserva un insecto,<br />

una p<strong>la</strong>nta, un artificio de cultura, una droga<br />

de ellos sólo conoci<strong>da</strong>, que en último momento<br />

por ellos utiliza<strong>da</strong>, destruirá fácilmente <strong>la</strong><br />

p<strong>la</strong>ga.»<br />

Hemos tomado estos <strong>da</strong>tos de <strong>la</strong> obra de Mr.<br />

Maurice Girard titu<strong>la</strong><strong>da</strong> Metamorphoses des<br />

insectes. El éxito <strong>del</strong> libro adoptado por <strong>la</strong> Comisión<br />

de <strong>la</strong>s bibliotecas esco<strong>la</strong>res, así como<br />

los pormenores que contiene, sobre una p<strong>la</strong>ga


83<br />

de interés general, nos han inclinado á publicar<br />

estos apuntes, que creemos serán leídos con<br />

gusto por nuestros <strong>viticultor</strong>es.<br />

LA VENDIMIA.<br />

La operación de vendimiar <strong>la</strong>s uvas es el acto<br />

que corona <strong>la</strong>s faenas <strong>del</strong> <strong>viticultor</strong>, el cual ha<br />

de saber, ante todo, elegir el momento oportuno<br />

<strong>para</strong> verificar<strong>la</strong>, que es por lo común <strong>la</strong> época<br />

precisa de <strong>la</strong> completa madurez <strong>del</strong> fruto.<br />

Decimos por lo común, en razón á que <strong>la</strong>s circunstancias<br />

ó <strong>la</strong>s costumbres locales obligan<br />

muchas veces á retrasar ó á ade<strong>la</strong>ntar <strong>la</strong> vendimia.<br />

Ciertos vinos se fabrican con uvas que no están<br />

to<strong>da</strong>vía bien maduras, al paso que otros<br />

exigen hasta que lleguen al primer grado de<br />

descomposición. Por otra parte, el otoño es casi<br />

siempre una estación lluviosa, y en muchos<br />

países los frios llegan pronto, siendo así que el<br />

verano no ha sido bastante cálido <strong>para</strong> dorar el<br />

precioso fruto.


Sí<br />

Por último, los vidueños se componen á veces<br />

de cepas distintas cuyas uvas maduran en<br />

épocas diferentes, y así es que <strong>la</strong> de <strong>la</strong> vendimia<br />

no puede determinarse fijamente, porque depende<br />

de <strong>la</strong>s circunstancias que acabamos de<br />

sentar.<br />

En todo caso, como en <strong>la</strong>s faenas de <strong>la</strong> vendimia<br />

y en <strong>la</strong>s que se siguen, puede el menor<br />

retardo causar pérdi<strong>da</strong>s considerables, debe el<br />

propietario provisor tomar sus precauciones en<br />

el trascurso <strong>del</strong> verano <strong>para</strong> no verse sorprendido,<br />

adquiriendo nuevos toneles, re<strong>para</strong>ndo los<br />

antiguos é inspeccionando <strong>la</strong>s prensas, <strong>la</strong>s cubas<br />

y todos los útiles que componen el material,<br />

y ajlistando, en fin, los vendimiadores, carreteros<br />

y vehículos precisos con objeto de hacer <strong>la</strong><br />

recolección en el menor tiempo posible.<br />

Conócese que <strong>la</strong> uva está madura y á propósito<br />

<strong>para</strong> vendimiar<strong>la</strong> cuando el pedúnculo adquiere<br />

un tinte rojizo oscuro, cuando se ab<strong>la</strong>n<strong>da</strong><br />

<strong>la</strong> piel <strong>del</strong> fruto y el líquido que contiene<br />

está dulce y viscoso. Sucede con frecuencia que<br />

se anticipa <strong>la</strong> operación si el vinicultor prefiere<br />

sacrificar algo de <strong>la</strong> cuali<strong>da</strong>d <strong>del</strong> vino, á exponerse<br />

á pérdi<strong>da</strong>s mayores por efecto de <strong>la</strong>s lluvias<br />

y de <strong>la</strong>s he<strong>la</strong><strong>da</strong>s tempranas. Entonces pueden<br />

tomarse tres partidos: bien adoptar un término<br />

medio aproximativo, bien el de vendimiar<br />

en el momento de <strong>la</strong> madurez de <strong>la</strong> cepa que


85<br />

predomine en número y cali<strong>da</strong>d, ó bien hacer<br />

<strong>la</strong> vendimia en varios períodos á medi<strong>da</strong> que<br />

ca<strong>da</strong> uno do los distintos géneros de cepas llegan<br />

á su madurez.<br />

El primer sistema es el que se emplea en <strong>la</strong>scomarcas<br />

donde se tienen en más <strong>la</strong>s condiciones<br />

cuantitativas que <strong>la</strong>s cualitativas, obteniéndose<br />

así un vino áspero, poco generoso y de un<br />

color poco agra<strong>da</strong>ble á <strong>la</strong> vista. El último es<br />

preferible á todos, y el aumento de gasto que<br />

ocasiona le recompensa con usura el mérito superior<br />

<strong>del</strong> vino. El mejor medio de neutralizar<br />

los inconvenientes que ofrece <strong>la</strong> mezc<strong>la</strong> de cepas<br />

en un mismo viñedo, es el de suprimir poco<br />

á poco <strong>la</strong>s más tempranas y <strong>la</strong>s más tardías, de<br />

manera que <strong>la</strong>s que queden maduren en una<br />

misma época. En Burdeos se p<strong>la</strong>ntan <strong>la</strong>s especies<br />

tempranas en terrenos húmedos y <strong>la</strong>s tardías<br />

en tierras secas, y de ese modo se vendimian<br />

to<strong>da</strong>s juntas y al propio tiempo.<br />

El vendimiar tarde tiene, entre varios peligros,<br />

el de que <strong>la</strong>s uvas han de sufrir los estragos<br />

de los zorzales y de otros muchos pájaros.<br />

Para <strong>la</strong> vendimia se han de preferir los días<br />

buenos y de sol c<strong>la</strong>ro y bril<strong>la</strong>nte, no haciéndo<strong>la</strong><br />

en tiempo frió á causa <strong>del</strong> retraso que una temperatura<br />

baja causa siempre al acto de <strong>la</strong> fermentación.<br />

Debe evitarse también el hacer<strong>la</strong><br />

cuando llueve, porque el agua que que<strong>da</strong> en


86<br />

los racimos perjudica al mosto. El rocío produce<br />

los mismos efectos que <strong>la</strong> lluvia, é influye<br />

desfavorablemente en <strong>la</strong> cali<strong>da</strong>d. Estos preceptos,<br />

sin embargo, no dependen de <strong>la</strong> voluntad<br />

<strong>del</strong> vinicultor, sino de <strong>la</strong>s circunstancias atmosféricas<br />

ó dé<strong>la</strong>s económicas en que aquél se encuentre.<br />

En muchos países se emplean cestos de mimbres<br />

<strong>para</strong> vendimiar, resultando que cuando<br />

son nuevos y están muy llenos, <strong>la</strong> mayor parte<br />

<strong>del</strong> zumo se vá á través de los intersticios. Así<br />

es que el cesto primitivo empieza á sustituirse<br />

con gran ventaja por cubos hechos de una te<strong>la</strong><br />

fuerte é impermeable.<br />

En general se corta el pedúnculo de <strong>la</strong>s uvas<br />

con <strong>la</strong> po<strong>da</strong>dera, ocasionando á <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta un<br />

sacudimiento que hace perder muchos granos<br />

si <strong>la</strong> uva está muy madura ó si es poco diestro<br />

el vendimiador. La tijera es preferible por todos<br />

conceptos.<br />

A medi<strong>da</strong> que los cestos van llenándose, se<br />

llevan á <strong>la</strong>s portaderas que van en caballerías,<br />

ó á <strong>la</strong>s carretas de trasporte que los conducen al<br />

<strong>la</strong>gar, debiendo procederse con cierto orden<br />

<strong>para</strong> que <strong>la</strong>s carretas carga<strong>da</strong>s no se encuentren<br />

en el camino con <strong>la</strong>s que vienen vacías de<br />

retorno, á fin de que <strong>la</strong> operación no se interrumpa<br />

un punto durante <strong>la</strong>s horas de trabajo.


87<br />

Mientras más pronto se encierra <strong>la</strong> uva, tanto<br />

mejor por varios estilos.<br />

La vendimia en tiempo de los romanos era<br />

ocasión de fiestas y regocijos que los poetas y<br />

los artistas han descrito en sus versos y pintado<br />

en magníficos cuadros, viéndose representa<strong>da</strong><br />

tan alegre faena agríco<strong>la</strong>, y de un modo que<br />

na<strong>da</strong> tiene de obsceno, en un bajo relieve antiguo<br />

clel Museo <strong>del</strong> Vaticano. Una porción de<br />

geniecillos empujan <strong>la</strong>s rue<strong>da</strong>s de un carro<br />

rústico cargado de' racimos en presencia <strong>del</strong><br />

dios Término, protector de los campos, y especialmente<br />

de <strong>la</strong> vendimia, que los romanos l<strong>la</strong>maban<br />

Virtalia.<br />

Rafael de Urbino y otros pintores no menos<br />

célebres han consagrado su talento á tras<strong>la</strong><strong>da</strong>r<br />

al lienzo los detalles y accidentes de esta ver<strong>da</strong>dera<br />

fiesta campestre, dándole un carácter<br />

pastoril y considerándo<strong>la</strong> como <strong>la</strong> recolección<br />

más rica é interesante de to<strong>da</strong>s cuantas pueden<br />

hacerse en el año agríco<strong>la</strong>.<br />

~«r


88<br />

EL VINO.<br />

APUNTES HISTÓRICOS.<br />

Es casi imposible decir na<strong>da</strong>, ni aun aproxima<strong>da</strong>mente,<br />

acerca de los orígenes <strong>del</strong> vino.<br />

Parece fuera de du<strong>da</strong> que <strong>la</strong> vid, como <strong>la</strong> mayor<br />

parte de los árboles y arbustos frutales, procede<br />

de Oriente: pero si se sabe poco más ó menos<br />

<strong>la</strong> época de <strong>la</strong> introducción en <strong>la</strong>s Galias,<br />

se ignora absolutamente <strong>la</strong> en que fué importa<strong>da</strong><br />

en Grecia y en Italia. En cuanto á <strong>la</strong> vinificación,<br />

fué conoci<strong>da</strong>, según antiguos documentos,<br />

en todos los países que poseían <strong>la</strong> preciosa<br />

p<strong>la</strong>nta. No podemos sino citar de memoria <strong>la</strong>s<br />

tradiciones que convierten á Saturno, á Baco<br />

y á Noé en inventores de <strong>la</strong> fabricación <strong>del</strong> vino;<br />

así es que dejaremos á un <strong>la</strong>do este punto<br />

harto oscuro de <strong>la</strong> historia de <strong>la</strong> industria viníco<strong>la</strong>.<br />

El vino, sin embargo, se cita con mucha frecuencia<br />

en los libros judíos, y el pueblo hebreo<br />

cultivó <strong>la</strong> vid con bastante esmero y no escasa<br />

fortuna. Las cepas prosperaban admirablemente<br />

en Palestina, y cuando el autor <strong>del</strong> Éxodo nos


89<br />

cuenta que se necesitaron dos hombres en cierta<br />

ocasión <strong>para</strong> llevar un racimo producido en<br />

aquel país, no se aparta mucho, por cierto, de<br />

<strong>la</strong> verosimilitud que algunos quisieran negarle.<br />

Strabon asegura que los racimos en Judea median<br />

hasta dos pies de longitud.<br />

Los griegos han sobresalido siempre en el<br />

arte de fabricar vinos. Virgilio enumera en el<br />

libro II de sus Geórgicas (versos 89 á 102), los<br />

diferentes vinos y uvas de Grecia y de Italia,<br />

nombra los viñedos de Lesbos y los de Psytlisa,<br />

celebra los de Aminea en Tesalia que l<strong>la</strong>ma<br />

firmissima vina á causa de su mucho cuerpo,<br />

aunque los considera inferiores á los de <strong>la</strong>s<br />

montañas de Frigia y al de Fanea, que califica<br />

de rey de los vinos. Las <strong>del</strong>iciosas uvas de Ro<strong>da</strong>s<br />

se servían á los postres en los graneles banquetes,<br />

y el vino procedente de <strong>la</strong>s mismas era<br />

el preferido <strong>para</strong> <strong>la</strong>s libaciones consagra<strong>da</strong>s á<br />

los dioses. Virgilio en su <strong>la</strong>rga enumeración<br />

comprende también los vinos b<strong>la</strong>ncos de Tasos<br />

y el de los alrededores <strong>del</strong> <strong>la</strong>go Mareótis en<br />

Egipto, y concluye asegurando el inmortal poeta<br />

que seria tan imposible describir to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s<br />

c<strong>la</strong>ses de uvas y de vinos que existían entonces,<br />

como contar los granos de arena que so levantan<br />

en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>yas de <strong>la</strong> Libia, ó el número de<br />

barcas que se hacen pe<strong>da</strong>zos en <strong>la</strong>s costas <strong>del</strong><br />

mar de lonia cuando el soplo impetuoso de los


90<br />

vientos descarga su furia sobre los frágiles<br />

buques.<br />

Plinio afirma que Demócrito era el único<br />

hombre en el mundo que se atrevia á contar<br />

<strong>la</strong>s diferentes c<strong>la</strong>ses de vino, y sin embargo, en<br />

<strong>la</strong> época <strong>del</strong> emperador Cómmodo, el gramático<br />

Polux escribió una nomenc<strong>la</strong>tura de <strong>la</strong>s uvas,<br />

asignando á ca<strong>da</strong> especie un nombre y una<br />

cali<strong>da</strong>d.<br />

Los principales vinos griegos, ya de Asia ó<br />

ya de Europa, eran el de Aminea y los de Argos<br />

y Argitis: el de Asia, vino dulce y de pasto,<br />

no menos estimado que él de Falerno lo fué de<br />

Jos romanos, y que empleaban como condimento<br />

en algunos p<strong>la</strong>tos escogidos, el Arvisiun y el<br />

Fanea, nombre que debían á los promontorios<br />

en que se desarrol<strong>la</strong>ban <strong>la</strong>s cepas respectivas; el<br />

vino de Cos, cuyas heces eran un estimu<strong>la</strong>nte<br />

<strong>para</strong> abrir el apetito; el de Creta, que exha<strong>la</strong>ba<br />

<strong>la</strong> fragancia de un ramillete de flores; el de<br />

Halicarnaso, muy célebre entonces; el de Siracusa,<br />

y otros muchos, en fin, entre los que sobresalían<br />

el de Tasos, aquél que desterraba<br />

<strong>la</strong>s penas y restituïa, <strong>la</strong>. vi<strong>da</strong>, como dice el poeta,<br />

vino tan fuerte, sin embargo, que no era<br />

potable sino después de mezc<strong>la</strong>rlo con veinte<br />

y cuatro partes de agua.<br />

Italia no era menos rica en viñedos que Grecia<br />

y el Asia menor. El vino de Alba procedia


91<br />

de una c<strong>la</strong>se de uva do piel tierna que se endurece<br />

poniéndo<strong>la</strong> al humo. Los vinos de los Alpes<br />

comprenden los caldos de esa vasta region<br />

que consta <strong>del</strong> país de los grisones, <strong>la</strong> Valtelina,<br />

el Trentino y el Tirol, y el Gécuba, el más estimado<br />

de todos era <strong>del</strong> quebebian los Pontífices,<br />

mereciendo que se le guar<strong>da</strong>se bajo cien l<strong>la</strong>ves.<br />

Los viñedos de Cécuba estaban situados en un<br />

terreno pantanoso en los alrededores de Gaeta,<br />

mientras que los de Falerno crecían en <strong>la</strong> cima<br />

de una montaña de <strong>la</strong> Campania. El vino de<br />

Falerno tenia el color <strong>del</strong> ámbar, y en él se desleía<br />

miel <strong>del</strong> monte Hymeto, mistura, por cierto,<br />

bien inexplicable <strong>para</strong> nosotros.<br />

El mamerlinum era un vino de Messina sumamente<br />

apreciado, y el nomentanum tenia to<strong>da</strong>s<br />

<strong>la</strong>s cuali<strong>da</strong>des estomacales <strong>del</strong> vino de Burdeos.<br />

Los vinos de Sorrento, de Lissa y de Spo-<br />

Ictto se contaban también como de los mejores<br />

<strong>del</strong> país, aunque los romanos preferían á todos<br />

el mareótico, vino b<strong>la</strong>nco de Egipto, como ya<br />

hemos dicho; pero cuyos gastos de trasporte no<br />

le hacían accesible más que á <strong>la</strong>s familias opulentas.<br />

Cleopatra adoraba este vino, bebiendo<br />

de él con exceso en los suntuosos banquetes<br />

con que obsequiaba á Marco Antonio el triunviro.<br />

Las vendimias en el pueblo hebreo <strong>da</strong>ban lugar<br />

á algunas fiestas. Después de prensar <strong>la</strong>


92<br />

uva. dejaban correr el mosto á unas tinajas de<br />

barro que tenían enterra<strong>da</strong>s, y allí se verificaba<br />

el acto de <strong>la</strong> fermentación. Algunas veces cocían<br />

el mosto hasta dejarlo reducido al estado<br />

de jarabe. Los hebreos, lo mismo que los árabes<br />

actualmente, acostumbraban á trasvasar el vino<br />

que les parecía de más mérito, después de hacer<br />

cinco ó seis veces esta operación. Los derechos<br />

de propie<strong>da</strong>d y los sistemas <strong>del</strong> cultivo de <strong>la</strong><br />

vid, estaban determinados por <strong>la</strong> ley que exceptuaba<br />

<strong>del</strong> servicio militar á todo propietario<br />

que no hubiera terminado <strong>la</strong> faena de <strong>la</strong> vendimia.<br />

Además de los usos domésticos, servia el vino<br />

á los hebreos <strong>para</strong> el acto de <strong>la</strong>s libaciones,<br />

no pudiendo determinarse si conocían el agua<br />

mezc<strong>la</strong><strong>da</strong> con el vino, el vinum temjieratum<br />

de griegos y romanos como bebi<strong>da</strong> ordinaria.<br />

Lo que está fuera de du<strong>da</strong> es que aromatizaban<br />

el vino con mirra, con incienso y hasta con<br />

opio.<br />

Además <strong>del</strong> vino de <strong>la</strong> vid, conocian con el<br />

nombre genérico de Sicher muchas bebi<strong>da</strong>s<br />

fermenta<strong>da</strong>s, como el vino de ceba<strong>da</strong> y el de dátiles,<br />

usado en todo el Oriente.<br />

Los griegos apasionados á sus sabrosas uvas,<br />

conservaban mucho tiempo los racimos en <strong>la</strong>s<br />

cepas metidos en pequeños cacharros de tierra<br />

coci<strong>da</strong>, agujereados por abajo y bien tapados


por alto. Los romanos bebían hasta el mosto<br />

de <strong>la</strong> cuba antes de efectuarse <strong>la</strong> fermentación.<br />

Este rnustum después de cocido tomaba el<br />

nombre de defontum, y el de sapa así que se<br />

reducía á una mitad ó á dos terceras partes.<br />

Por lo general los vinos de los antiguos no<br />

se parecían en na<strong>da</strong> á los nuestros.<br />

Grecia fabricaba cuatro c<strong>la</strong>ses de vinos, y se<br />

usaba <strong>para</strong> el mejor <strong>del</strong> siguiente sistema: Una<br />

vez arranca<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s uvas de <strong>la</strong>s cepas, <strong>la</strong>s ponían<br />

al sol durante siete días, suspendi<strong>da</strong>s en estacas<br />

á 7 pies de altura, á fin de que el aire <strong>la</strong>s secase<br />

bien. Por <strong>la</strong> noche <strong>la</strong>s entraban bajo techado<br />

cubriéndo<strong>la</strong>s con paja, hasta que al octavo dia<br />

<strong>la</strong>s llevaban á <strong>la</strong> prensa, haciendo un vino especial<br />

con un aroma parecido al de <strong>la</strong> frambuesa.<br />

El orujo procedente de <strong>la</strong> primera operación,<br />

le sumergían en una canti<strong>da</strong>d equivalente<br />

á <strong>la</strong> décima parte <strong>del</strong> vino obtenido. Allí se maceraba<br />

algunas horas é iba luego á <strong>la</strong> prensa,<br />

y así sucesivamente hasta tres veces que repetían<br />

<strong>la</strong> operación indica<strong>da</strong>.<br />

En Roma, <strong>la</strong> mayor parte de los vinos más<br />

y más estimados, eran generosos, azucarados y<br />

espesos lo mismo que el jarabe. Era preciso<br />

mezc<strong>la</strong>rlos, desleírlos <strong>para</strong> beberlos; y de esta<br />

costumbre proviene el uso inmoderado que se<br />

hacia en Roma <strong>del</strong> agua, cuya canti<strong>da</strong>d asombra<br />

á los hombres de los tiempos modernos.


94<br />

Los romanos, además, tenían una manía, una<br />

ver<strong>da</strong>dera preocupación hacia los vinos añejos.<br />

Petrouio hab<strong>la</strong> de un vino de Falerno, de cien<br />

años, y Plinio de otro de dos siglos que presentaba<br />

el mismo aspecto que <strong>la</strong> miel coagu<strong>la</strong><strong>da</strong>.<br />

Para beber no habia más recurso que mezc<strong>la</strong>rlo<br />

con agua caliente, pasándolo luego por un tamiz.<br />

Además de <strong>la</strong> miel que se anadia al vino con<br />

intento de neutralizar su aspereza natural, le<br />

mezc<strong>la</strong>ban también los romanos con áloe, alquitrán,<br />

hojas de pino, almendras amargas, higos<br />

secos, tomillo y bayas de mirra. El vino<br />

mezc<strong>la</strong>do con higos, tomillo y mirra, tomaba<br />

el nombre de sycitas, thymitas y myrsinitas.<br />

Pero lo que cuesta trabajo creer, si el hecho no<br />

estuviese certificado por Catón y por Ateneo, es<br />

que los antiguos bonificaban sus vinos con vinagre<br />

y agua <strong>del</strong> mar, ampliando su aserto hasta<br />

el punto de escribir el procedimiento que seguían<br />

en tan extraña operación. No parece al<br />

leer <strong>la</strong> receta sino que los hombres de entonces<br />

tenían el estómago conformado de distinta manera<br />

que nosotros, y quizás estas extravagantes<br />

misturas basten <strong>para</strong> explicar ciertas gastralgias<br />

célebres que han pasado á <strong>la</strong> historia. Julio<br />

César, aunque muy sobrio, se sentia siempre<br />

malo después de <strong>la</strong> cena. Augusto, más débil<br />

de estómago, no bebia en <strong>la</strong>s comi<strong>da</strong>s más que<br />

tres sorbos de vino, pues al cuarto vomitaba ya


95<br />

los alimentos. Y es que los vinos mezc<strong>la</strong>dos con<br />

miel é impregnados de perfumes eran tan pesados,<br />

que los médicos ordenaban que se bebiesen<br />

calientes, ó bien he<strong>la</strong>dos con nieve después<br />

de cocidos.<br />

Nosotros colocamos hoy los vinos en bodegas;<br />

pero los romanos los ponían en los graneros<br />

que estaban al sol de Mediodía. Después que<br />

el caldo habia fermentado durante un año ó dos<br />

en los toneles, se procedia al trasiego, operación<br />

que consistia en travasarlos con suma precaución<br />

á unas grandes tinajas baña<strong>da</strong>s interiormente<br />

de pez bien fundi<strong>da</strong>. Una de dichas tinajas,<br />

l<strong>la</strong>ma<strong>da</strong> el ánfora, tenia de cabi<strong>da</strong> más de<br />

ochenta pintas de líquido. Otra el cadus, en<br />

forma de pina, era de doble tamaño que el ánfora,<br />

y capaz, por consiguiente, de contener<br />

ciento sesenta pintas. Una nota ó pitacium<br />

(<strong>la</strong> etiqueta de hoy) pega<strong>da</strong> sobre el envase, indicaba<br />

<strong>la</strong> c<strong>la</strong>se <strong>del</strong> vino, su procedencia y el<br />

consu<strong>la</strong>do en que habia sido hecho. Los vasos<br />

vinarios, arreg<strong>la</strong>dos así, se depositaban y conservaban<br />

con mucho orden y limpieza en los<br />

graneros que, como ya hemos dicho, Servian<br />

en Roma <strong>para</strong> el uso de bodegas. Todos los envases<br />

se tapaban con yeso ó con brea, á fin de<br />

que el vino no se picara con el contacto <strong>del</strong> aire<br />

atmosférico.<br />

El vino no pagaba derechos de consumo en


96<br />

(¡recia ni en Roma, así es que un ánfora, ó sean<br />

ochenta pintas, solo costaban una canti<strong>da</strong>d<br />

equivalente á veinte y cinco pesetas de nuestra<br />

mone<strong>da</strong>, y doscientas el vino de Chio, que era<br />

el más selecto y el más caro en su virtud. Nadie<br />

se escaseaba el vino, y el abuso llegó á tal extremo,<br />

que P<strong>la</strong>tón en sus Leyes prohibió á los<br />

adolescentes el uso <strong>del</strong> vino hasta <strong>la</strong> e<strong>da</strong>d de<br />

diez y ocho años. Entonces debían beberle con<br />

moderación, sin asistir á los banquetes hasta los<br />

cuarenta años, en cuya época ya les era lícito<br />

invocar á Baco y á los otros dioses en el estruendo<br />

y el desorden de los festines.<br />

En Esparta, célebre por <strong>la</strong> rigidez y austeri<strong>da</strong>d<br />

de <strong>la</strong>s costumbres, el vino y <strong>la</strong> borrachera<br />

se miraban con horror invencible, y con objeto<br />

de que los niños participasen de este odio á <strong>la</strong><br />

bebi<strong>da</strong>, embriagaban los espartanos á sus esc<strong>la</strong>vos,<br />

mostrándolos en tan <strong>la</strong>stimoso estado á los<br />

ojos de <strong>la</strong> juventud.<br />

Los cartagineses, los celtíberos y los traces,<br />

bebian el vino puro, y con él rociaban sus propios<br />

trajes.<br />

La vid vino á nosotros tras de <strong>la</strong> invasion<br />

de los romanos. Llegó tarde, pero, en revancha,<br />

prosperó con rapidez y adquirió en nuestro suelo<br />

cuali<strong>da</strong>des desconoci<strong>da</strong>s absolutamente en<br />

los viñedos de Oriente. Los progresos <strong>del</strong> cultivo<br />

y <strong>del</strong> arte de <strong>la</strong> vinificación crecieron tanto.


y~<br />

y en tan poco tiempo, que los vinos de <strong>la</strong>s Galias<br />

tenían ya conquista<strong>da</strong> su Tama en <strong>la</strong> E<strong>da</strong>d<br />

Media. Desde entonces el vino desempeñó un<br />

papel muy importante en <strong>la</strong>s costumbres de España<br />

y Francia. Lo que empezó á consumirse<br />

de este precioso caldo en los pueblos, los castillos<br />

y <strong>la</strong>s abadías, y lo que el fisco cobraba pollos<br />

carros y <strong>la</strong>s barcas que trasportaban vino<br />

de una parte á otra, es imposible de determinar.<br />

Después <strong>del</strong> trigo, el vino es lo que gravaban más<br />

imp<strong>la</strong>cablemente los derechos señoriales: el vino<br />

figura en todos los contratos, en to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s<br />

asambleas, en to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s ceremonias eclesiásticas<br />

ó civiles. Un vaso de vino era el sello que se<br />

ponia á un convenio, <strong>la</strong> fórmu<strong>la</strong> de un juramento<br />

de amistad, el homenaje que se rendia al<br />

amo y señor y <strong>la</strong> adeha<strong>la</strong> que el colono pagaba<br />

al propietario de una tierra.<br />

A medi<strong>da</strong> que avanzaron <strong>la</strong>s poderosas corrientes<br />

de <strong>la</strong> civilización, fueron aumentándose<br />

<strong>la</strong>s exportaciones y el tráfico con el establecimiento<br />

de <strong>la</strong>s vías de comunicación, perfeccionándose<br />

á <strong>la</strong> par los procedimientos, los sistemas<br />

de viticultura basta el grado que hoy tienen<br />

en el mundo, por cuyas partes se hal<strong>la</strong> estendido<br />

completamente el uso <strong>del</strong> vino.<br />

Si Francia es el país donde <strong>la</strong> vinicultura ha<br />

llegado á su mayor apogeo y en donde se fabrican<br />

los mejores vinos de mesa, España es, sin


y 8<br />

disputa, <strong>la</strong> primera nación vitíco<strong>la</strong> <strong>del</strong> universo,<br />

y <strong>la</strong> que produce vinos generosos sin rival,<br />

como el Jerez, el Má<strong>la</strong>ga, el Malvasia, el Alicante,<br />

y otros que son exclusivos de nuestro<br />

privilegiado suelo.<br />

Portugal, que participa de <strong>la</strong>s condiciones climatológicas<br />

de <strong>la</strong> Penínsu<strong>la</strong> , puesto que en el<strong>la</strong><br />

se encuentra, produce también buenos vinos,<br />

entre los que sobresale el de Oporto.<br />

Italia, cuyo cielo y cuyo suelo son semejantes<br />

al de España, posee vinos tan renombrados como<br />

Marsa<strong>la</strong>, el Capri, el Albano y el Lacryma<br />

christi.<br />

Alemania, mucho menos favoreci<strong>da</strong> que nosotros<br />

por <strong>la</strong> Naturaleza, y reduci<strong>da</strong> poco menos<br />

que al valle <strong>del</strong> Rhin, ha sabido sacar excelente<br />

partido de <strong>la</strong> inferiori<strong>da</strong>d de su situación topográfica,<br />

cui<strong>da</strong>ndo de un modo que raya en los<br />

límites de lo superticioso, no sólo el cultivo de<br />

<strong>la</strong> vid, sino <strong>la</strong> fabricación <strong>del</strong> vino. Su célebre<br />

Johannisberg es el que se vende más caro en<br />

todo el mundo.<br />

Austria produce muchos vinos que más bien<br />

podían l<strong>la</strong>marse vinagres; pero Hungría los<br />

hace muy buenos, y el Tokay, por sí sólo, ha<br />

<strong>da</strong>do á los húngaros una fama harto mereci<strong>da</strong>.<br />

Suiza produce varios vinos, casi todos medianos,<br />

y Turquía, aunque descui<strong>da</strong> infinito <strong>la</strong> e<strong>la</strong>boración<br />

de los vinos de pasto, los tiene muy


99<br />

estimados entre los generosos, como <strong>la</strong> Malvasia,<br />

por ejemplo.<br />

Rusia no tiene viñedos, si bien hace grandes<br />

esfuerzos <strong>para</strong> introducir su cultivo. Sin embargo,<br />

sus vinos de Crimea no están exentos de<br />

cierto mérito re<strong>la</strong>tivo.<br />

Los turcos no beben vino, ni p<strong>la</strong>ntan cepas<br />

más que <strong>la</strong>s necesarias <strong>para</strong> el consumo de <strong>la</strong><br />

uva de mesa. A pesar de ello, debemos citar el<br />

vino de Chipre, vino tan desconocido como célebre,<br />

y que ya puede l<strong>la</strong>marse inglés á consecuencia<br />

de <strong>la</strong> cesión de aquel<strong>la</strong> is<strong>la</strong> á <strong>la</strong> corona<br />

de Ing<strong>la</strong>terra.<br />

En Asia, que fué donde <strong>la</strong> vid tuvo su origen,<br />

apenas si hoy se conoce el vino, y lo propio sucede<br />

en Africa, cuyos vinos son detestables.<br />

Los de <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s Canarias son exquisitos, y excelente<br />

el tan nombrado de Madera.<br />

El cultivo de <strong>la</strong> vid es muy reciente en América,<br />

puesto que <strong>da</strong>ta <strong>del</strong> siglo XVII, habiéndose<br />

desarrol<strong>la</strong>do bastante en los Estados-Unidos. El<br />

Ohio, y sobre todo California, <strong>da</strong>n grandes canti<strong>da</strong>des<br />

de vinos buenos, lo mismo que en el<br />

Perú.<br />

Sin embargo, <strong>la</strong>s cepas americanas tienen<br />

<strong>para</strong> España un doloroso recuerdo. Importa<strong>da</strong>s<br />

á Francia con el objeto de <strong>da</strong>r á conocer preciosas<br />

variantes, trajeron consigo <strong>la</strong> filoxera, terrible<br />

pulgón que no tardó en aclimatarse, y que


100<br />

amenaza destruir con imp<strong>la</strong>cable, lenta y continua<br />

furia todos los viñedos de <strong>la</strong> nación vecina.<br />

España se vio libre de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ga hasta hace<br />

poco tiempo que apareció en los campos de Má<strong>la</strong>ga,<br />

y es de esperar que no se propague á <strong>la</strong>s<br />

provincias inmediatas, y que <strong>la</strong> Providencia nos<br />

libre de un azote cruel que secaría uno de los<br />

manantiales más abun<strong>da</strong>ntes do nuestra riqueza<br />

nacional.<br />

LA FUCHSINA.<br />

SU ORTOGRAFÍA, PROCEDENCIA Y MEDIOS DE RECONOCER<br />

SU PRESENCIA EN EL VINO.<br />

La fuchsina, su ortografía. ¿Se escribe<br />

fuchsina ó fuschina? Para precisarlo basta saber<br />

que, hacia fines <strong>del</strong> siglo XVII. el padre<br />

Plumier, religioso de <strong>la</strong> orden de los mínimos,<br />

sabio botánico, descubrió en <strong>la</strong>s regiones centrales<br />

y meridionales de América <strong>la</strong> primera<br />

fuchsina que dedicó á Leonad Fuchs, médico<br />

y botánico alemán, que nació en Wemdingen


101<br />

(Baviera) el año 1501. y murió en Tubingen<br />

el 1566.<br />

Resulta de este <strong>da</strong>to histórico que <strong>la</strong> materia<br />

colorante que viene ocupando desde hace algun<br />

tiempo muy particu<strong>la</strong>rmente al mundo sabio<br />

y vitíco<strong>la</strong>, debe escribirse fuchsina, puesto<br />

que ha tomado su nombre <strong>del</strong> botánico Fuchs;<br />

y que esta p<strong>la</strong>nta conoci<strong>da</strong> con <strong>la</strong> denominación<br />

de fuchsina es un vegetal cuya flor al ser puesta<br />

en infusion, tiene un color idéntico al de <strong>la</strong><br />

sustancia extraí<strong>da</strong> de <strong>la</strong> brea de hul<strong>la</strong>; debiendo<br />

definitivamente escribirse fuchsina.<br />

Procedencia. El rojo de anilina tiene treinta<br />

sinónimos. La fuchsina ó rojo de anilina, es<br />

absolutamente lo mismo.<br />

La anilina fué descubierta por primera vez<br />

en 1826 por el químico Unbesdorben, deDahme,<br />

(Sajonia) entre los productos de <strong>la</strong> desti<strong>la</strong>ción<br />

<strong>del</strong> índigo; y Runge en 1833, reconoció su existencia<br />

en <strong>la</strong> brea de hul<strong>la</strong>, dándole este químico<br />

ruso el nombre de Kianol, hasta que algun<br />

tiempo después H of man demostró <strong>la</strong> identi<strong>da</strong>d<br />

<strong>del</strong> Kianol de Runge, con <strong>la</strong> anilina de Unbesdorben.<br />

Una vez hecho el descubrimiento, los trabajos<br />

se multiplicaron, sobre todo después de <strong>la</strong><br />

primera aplicación industrial de los Sres. Roquencourt<br />

y Dosot, de París, en 1858.<br />

Así es, que se puede obtener hoy dia el rojo


102<br />

de anilina: con el cloruro do zinc (procedimiento<br />

Vesquin), con el percloruro de carbono (idem<br />

Hofman y Natanson), con el acetato de mercurio<br />

(idem de Gesber Kalle), con el ácido nítrico<br />

(idem de Lauth y Depinlly), con el ácido arsénico,<br />

(iden Medlock, Girard y Laise), y por último,<br />

con el aceite de anilina, el nitroileno, el<br />

ácido clrorídrico y el hierro (procedimiento<br />

Coupier).<br />

En <strong>la</strong> industria se dá generalmente <strong>la</strong> preferencia<br />

al procedimiento por el ácido arsenioso.<br />

Este consiste en calentar durante cuatro ó<br />

cinco horas, á una temperatura de 170 á 200<br />

grados, 50 kilogramos de aceite de anilina,<br />

con 100 kilogramos de ácido arsénico á 60 grados<br />

Beaumé.<br />

Se parte después <strong>la</strong> masa de fuchsina en bruto<br />

así obteni<strong>da</strong>, y se <strong>la</strong> hace hervir con el agua;<br />

cuando <strong>la</strong> masa está disuelta se filtra, y el líquido<br />

se recoge en cristalizadores. Pasados dos ó<br />

tres dias, se vierten <strong>la</strong>s aguas madres que sobrena<strong>da</strong>n<br />

en los cristales, y se purifican éstos por<br />

medio de una nueva cristalización. En ciertas<br />

fábricas se disuelve <strong>la</strong> fuchsina en bruto en una<br />

mezc<strong>la</strong> de agua y ácido clorhídrico y se <strong>la</strong> neutraliza<br />

con el carbonato de sosa. Entonces casi<br />

to<strong>da</strong> <strong>la</strong> fuchsina se se<strong>para</strong> bajo <strong>la</strong> forma de una<br />

torta, compuesta de pequeñas láminas cristalinas<br />

que se disuelven por ebullición en el agua,


103<br />

evaporándose después hasta <strong>la</strong> cristalización.<br />

La fuchsina obteni<strong>da</strong> por este último procedimiento<br />

es particu<strong>la</strong>rmente arsenífera.<br />

MEDIOS DE CONOCER SU PRESENCIA EN EL VINO.<br />

Los siguientes <strong>da</strong>tos están tomados de monsieur<br />

Etienne Bastide, de Montpellier.<br />

Mr. Etienne Bastide es en efecto autor de un<br />

trabajo muy interesante y erudito titu<strong>la</strong>do: Vinos<br />

falsificados; procedimientos simples <strong>para</strong><br />

reconocer <strong>la</strong>s falsificaciones más comunes.<br />

La fuchsina y rosalina, dice Mr. Bastide, se<br />

emplean mucho porque disueltas en el vino <strong>da</strong>n<br />

inmediatamente y por poco precio un bello color<br />

rojo. Estas son <strong>la</strong>s sustancias más fáciles de<br />

conocer.<br />

Primer procedimiento. Se vierte en una<br />

botellita de vidrio b<strong>la</strong>nco, cuya capaci<strong>da</strong>d sea de<br />

180 gramos poco más ó menos, cinco cuchara<strong>da</strong>s<br />

<strong>del</strong> vino que se quiere ensayar, una de acetato<br />

de plomo ó extracto de Saturno y dos de<br />

alcohol de 3 á 6 grados. Se agita fuertemente.<br />

Si el vino es natural, to<strong>da</strong> <strong>la</strong> materia colorante<br />

se concentra por el extracto de Saturno; se<br />

forma un precipitado gris azu<strong>la</strong>do más ó menos<br />

oscuro, según <strong>la</strong> naturaleza <strong>del</strong> vino, y el líquido<br />

que sobrena<strong>da</strong>, después de algunas horas de<br />

reposo es completamente incoloro. Si el vino


104<br />

contiene fuchsina ó rosalina, el precipitado es<br />

ligeramente violáceo, el extracto de Saturno no<br />

concentra <strong>la</strong> fuchsina ó rosalina y el líquido<br />

que sobrena<strong>da</strong> toma un color rojo vivo.<br />

Se puede emplear, en lugar <strong>del</strong> alcohol ordinario,<br />

el alcohol amílico o aceite de patatas:<br />

después de algunas horas de reposo el alcohol<br />

amílico que ha disuelto to<strong>da</strong> <strong>la</strong> fuchsina ó rosalina<br />

ocupa el fondo <strong>del</strong> frasco, pudiéndose entonces<br />

encontrar directamente <strong>la</strong> fuchsina en<br />

este alcohol.<br />

Segundo procedimiento. Se pone en una<br />

botellita una chucharadita de café con negro<br />

animal y dos grandes <strong>del</strong> vino que se va á ensayar.<br />

Se agita fuertemente y se vierte sobre filtro;<br />

al poco tiempo el líquido so vuelve incoloro. Se<br />

<strong>la</strong>va el negro animal con un poco de agua y se<br />

vierte sobro el filtro <strong>del</strong> alcohol ó aguardiente<br />

muy fuerte.<br />

Si el vino es natural, el alcohol permanece<br />

incoloro, ó toma el color dé<strong>la</strong> hez <strong>del</strong> vino.<br />

Si contiene fuchsina, esta última, que habia<br />

sido reteni<strong>da</strong> por el carbon, es disuelta otra vez<br />

y el líquido toma un color rojo vivo.<br />

Debemos añadir que <strong>la</strong> coloración roja <strong>del</strong><br />

alcohol ordinario ó amílico en estos dos procedimientos<br />

no prueba que el vino haya sido coloreado<br />

por <strong>la</strong> fuchsina, pero indica ciertamente


105<br />

<strong>la</strong> presencia de una materia colorante. Será necesario<br />

<strong>para</strong> asegurarse, sumergir un pe<strong>da</strong>zo de<br />

se<strong>da</strong> cru<strong>da</strong> en el alcohol amílico: <strong>la</strong> se<strong>da</strong> entonces<br />

absorbe to<strong>da</strong> <strong>la</strong> fuchsina y toma el color rojo<br />

vivo. El ácido clorhídrico trasforma dicho color<br />

en amarillo si <strong>la</strong> sustancia colorante es <strong>la</strong> fuchsina.<br />

Tercer procedimiento. (Falieres.) Se agitan<br />

5 gramos de vino con un ligero exceso de<br />

amoniaco en un frasco de 30 gramos. Se acaba<br />

do llenar este con éter puro. Después <strong>del</strong> reposo<br />

se vierte en otro frasco una porción de este éter<br />

que le añaden algunas gotas de ácido acético<br />

<strong>para</strong> neutralizar el amoniaco: si el vino contiene<br />

<strong>la</strong> fuchsina, el éter se enrojece. La adición de<br />

un poco de agua hará <strong>la</strong> reacción más c<strong>la</strong>ra.<br />

Cuarto procedimiento. (Di<strong>del</strong>ot.) Se introduce<br />

dentro de un tubo de experiencia una bolita<br />

de algodón y se vierten encima 10 á 15 gramos<br />

de vino; se agita fuertemente durante<br />

algunos segundos, se invierte <strong>la</strong> probeta <strong>para</strong><br />

vaciar el vino, se <strong>la</strong>va cui<strong>da</strong>dosamente el algodon,<br />

se le agita en <strong>la</strong> probeta con el agua, y se<br />

renueva ésta muchas veces hasta que no contenga<br />

materias colorantes, y que<strong>da</strong> perfectamente<br />

limpia é incolora. Si el vino es puro, el<br />

algodón vuelve á que<strong>da</strong>r b<strong>la</strong>nco; en el caso contrario<br />

á pesar de los <strong>la</strong>vados, permanece coloreado<br />

por <strong>la</strong> fuchsina.


106<br />

CONSERVACIÓN DEL VINO.<br />

i.<br />

El genio <strong>del</strong> vino está en <strong>la</strong> cepa, ha dicho el<br />

doctor Guyot, y jamás ha salido una ver<strong>da</strong>d<br />

mayor de boca <strong>del</strong> hombre. Para el que observa<br />

y reflexiona, es un axioma que no tiene réplica.<br />

Es innegable que ca<strong>da</strong> cepa ó varie<strong>da</strong>d de<br />

vid, poseedefectos y buenas cuali<strong>da</strong>des que le son<br />

propias, inherentes unas y otras á su natureleza,<br />

modificables, sin du<strong>da</strong>, hasta cierto punto, bajo<br />

el imperio de tal ó cual circunstancia de cultivo,<br />

de terreno, de exposición, etc., etc.; pero<br />

sin que jamás desaparezcan por completo;<br />

porque á pesar de los esfuerzos que haga el <strong>viticultor</strong><br />

y <strong>del</strong> arte que emplee, ca<strong>da</strong> varie<strong>da</strong>d<br />

permanecerá siempre idéntica á sí misma bajo<br />

todos los climas y cualquiera que sea <strong>la</strong> region<br />

en que se <strong>la</strong> coloque. Así es que, una se mostrará<br />

de continuo más rica en azúcares que otra<br />

que esté inmediata, ésta tendrá más tanino que


107<br />

<strong>la</strong> anterior, aquel<strong>la</strong> mayor canti<strong>da</strong>d de materia<br />

colorante, otra más aroma, etc., etc., y sus<br />

productos com<strong>para</strong>dos ofrecerán al análisis proporciones<br />

desiguales, y varias veces inversas<br />

de <strong>la</strong>s numerosas sustancias que <strong>la</strong> química ha<br />

sabido descubrir en el grano de <strong>la</strong> uva.<br />

Dados estos antecedentes surgió, naturalmente,<br />

<strong>la</strong> idea de que mezc<strong>la</strong>ndo dos ó más<br />

c<strong>la</strong>ses de vinos en proporciones determina<strong>da</strong>s,<br />

podia llegarse á componer ó constituir un conjunto<br />

completo cuyas partes, armonizándose,<br />

contribuirían á <strong>la</strong> vez á <strong>la</strong> perfección y conservación<br />

<strong>del</strong> vino, atenuando sus defectos y haciendo<br />

resaltar sus buenas condiciones. Intuitiva ó<br />

instintiva en principio, luego razona<strong>da</strong> y robusteci<strong>da</strong>,<br />

por último, con <strong>la</strong>s deducciones de <strong>la</strong><br />

ciencia, <strong>la</strong> idea referi<strong>da</strong> ha pasado ya de tiempo<br />

inmemorial, desde <strong>la</strong> especu<strong>la</strong>ción teórica á<br />

los dominios de <strong>la</strong> práctica. El<strong>la</strong> ha <strong>da</strong>do origen<br />

al procedimiento de manipu<strong>la</strong>ción, designado<br />

con el nombre de coupage (mezc<strong>la</strong>), admitido en<br />

todos los países. Justificado plenamente por <strong>la</strong><br />

ciencia y sancionado por <strong>la</strong> experiencia, este<br />

procedimiento tiene una ver<strong>da</strong>dera razón de<br />

ser, una importancia real y capital en algunos<br />

casos, porque constituye una de <strong>la</strong>s operaciones<br />

más eficaces que contribuyen á asegurar al vino<br />

los medios de vivir mucho tiempo, y de llegar<br />

á un estado de perfección.


108<br />

Pero el coupage no dá. buenos resultados,<br />

casi es ocioso decirlo, mientras no se haga con<br />

inteligencia, con discernimiento, con conocimiento<br />

de causa, y, en una pa<strong>la</strong>bra, científicamente.<br />

Practicado por <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s empíricas, <strong>la</strong><br />

mezc<strong>la</strong> de vinos puede ser un remedio peor que<br />

<strong>la</strong> enferme<strong>da</strong>d y ocasionar un desastre.<br />

¡Cuántos desaciertos causados por el fanatismo<br />

por el color, cuántas ruinas amontona<strong>da</strong>s<br />

junto al altar de <strong>la</strong> rutina, produci<strong>da</strong>s por <strong>la</strong> ignorancia,<br />

<strong>la</strong> suoersticion y <strong>la</strong> cegue<strong>da</strong>d délos<br />

que sacrifican sus ver<strong>da</strong>deros intereses en aras<br />

de los caprichos pasajeros <strong>del</strong> dia!<br />

No hay que hacerse ilusiones y acusarnos de<br />

pesimistas: el coupage es una operación <strong>del</strong>icadísima<br />

que exige <strong>para</strong> su buen éxito experiencia,<br />

habili<strong>da</strong>d y nociones especiales que sólo se<br />

adquieren tras <strong>la</strong>rga práctica, y un estudio profundo<br />

á que hasta hoy más bien se han entregado<br />

los negociantes ó exportadores, que los<br />

productores de vinos, sin que compren<strong>da</strong>mos<br />

<strong>la</strong> razón que así lo motiva.<br />

Al productor interesa é importa mucho <strong>la</strong><br />

cuestión <strong>del</strong> coupage; pero su misión, á nuestro<br />

juicio, debe limitarse á buscar el máximo<br />

de cuali<strong>da</strong>d en sus productos, no por medio de<br />

mezc<strong>la</strong>s opera<strong>da</strong>s en el tonel con tal ó cual<br />

vino, sino en <strong>la</strong> que se hace dentro de <strong>la</strong> cuba<br />

antes de <strong>la</strong> fermentación con frutos de cepas


109<br />

diferentes, apropia<strong>da</strong>s al suelo y al clima, y<br />

sumistrando á <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas los elementos necesarios<br />

á fin de obtener un líquido que por su<br />

color, bouquet y vinosi<strong>da</strong>d satisfaga <strong>la</strong>s exigencias<br />

de los exportadores y <strong>del</strong> consumo.<br />

Grandes son <strong>la</strong>s ventajas que traeria al <strong>viticultor</strong><br />

el p<strong>la</strong>ntar tal vidueño de cepas diferentes<br />

entre sí, ventajas que se evidencian con <strong>la</strong><br />

práctica <strong>del</strong> coupage, el cual se impone como<br />

una necesi<strong>da</strong>d fatal é ineludible, y á <strong>la</strong> que todo<br />

productor debe someterse bajo pena de ver<br />

comprometi<strong>da</strong> su fortuna y sus intereses.<br />

Cultivar una so<strong>la</strong>'c<strong>la</strong>se de vid, aunque ésta<br />

sea <strong>la</strong> de mayor mérito que se conozca, es un<br />

error profundo, porque no hay ninguna cepa,<br />

entién<strong>da</strong>nlo bien los <strong>viticultor</strong>es, ninguna que<br />

reúna condiciones completas en su conjunto, y<br />

porque <strong>la</strong> perfección no reside jamás on una<br />

individuali<strong>da</strong>d, sino en <strong>la</strong> reunion ó concurso<br />

de varias distintas.<br />

A pesar de los excelentes resultados que produce<br />

el coupage, es una manipu<strong>la</strong>ción que va<br />

desacreditándose de dia en dia, alzándose un<br />

vivo c<strong>la</strong>moreo contra los productores y negociantes<br />

que <strong>la</strong> practican.<br />

¿Por qué tantas protestas é imprecaciones,<br />

tratándose de un procedimiento esencialmente<br />

bueno y que mejora el arte de <strong>la</strong> vinificación?<br />

Porque con <strong>la</strong>s mezc<strong>la</strong>s ha sucedido lo que su-


110<br />

cede con to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s cosas <strong>del</strong> mundo, que se<br />

abusa de el<strong>la</strong>s y se adulteran hasta desfigurar<strong>la</strong>s<br />

y desvirtuar<strong>la</strong>s por entero. Cegados por el<br />

afán <strong>del</strong> lucro, se ha convertido el coupage en<br />

una especu<strong>la</strong>ción de ma<strong>la</strong> fé, en un fraude y en<br />

un engaño, con grave perjuicio <strong>del</strong> comercio y<br />

de <strong>la</strong> mercancía. Seducidos primero por vanas<br />

apariencias que ha<strong>la</strong>gaban su gusto y sus preocupaciones,<br />

y luego, desilusionados y heridos<br />

en sus intereses, los consumidores han <strong>la</strong>nzado<br />

el anatema de común acuerdo contra el coupage,<br />

y todos quisieran proscribirlo por temor<br />

de sufrir más tiempo <strong>la</strong>s consecuencias <strong>del</strong><br />

abuso, que adquiere á sus ojos el carácter de <strong>la</strong><br />

sofisticacion.<br />

Dejemos á los culpables ver<strong>da</strong>deros <strong>la</strong> responsabili<strong>da</strong>d<br />

que les resulta de adulterar los<br />

vinos, y recomendemos á los honrados é inteligentes<br />

<strong>viticultor</strong>es que se dediquen á cultivar<br />

juiciosamente cepas que permitan elevar á <strong>la</strong><br />

mayor altura posible <strong>la</strong>s cuali<strong>da</strong>des naturales<br />

que se buscan en el jugo inestimable <strong>del</strong> fruto<br />

de <strong>la</strong> vid. Limítense al coupage de los mostos;<br />

esto es más racional y menos aleatorio que <strong>la</strong><br />

mezc<strong>la</strong> de los vinos, porque <strong>la</strong> naturaleza es <strong>la</strong><br />

misma que opera en <strong>la</strong> cuba, y el<strong>la</strong> por sí so<strong>la</strong><br />

sabe más que todos los maestros bodegueros <strong>del</strong><br />

mundo, haciendo en los toneles sus sabias combinaciones.


HI<br />

Digamos ahora algunas pa<strong>la</strong>bras sobre <strong>la</strong>s<br />

operaciones l<strong>la</strong>ma<strong>da</strong>s vinage y relleno.<br />

Consiste el vinage en <strong>la</strong> introducción de<br />

cierta canti<strong>da</strong>d de aguardiente ó espíritu de vino<br />

en el mosto, en el vino en fermentación, ó<br />

en el vino ya hecho.<br />

La experiencia, de acuerdo con <strong>la</strong> teoría dé<strong>la</strong>s<br />

fermentaciones, demuestra que en varios<br />

casos determinados este procedimiento es el<br />

más sencillo y el más eficaz <strong>para</strong> conservar<br />

ciertos vinos. En <strong>la</strong> region <strong>del</strong> Mediodía de<br />

Francia, en Italia, en Portugal y en España,<br />

por efecto exclusivo <strong>del</strong> clima, é independientemente<br />

de todo procedimiento de cultivo ó fabricación,<br />

los vinos contienen una gran canti<strong>da</strong>d<br />

de materia sacarina que <strong>la</strong> fermentación no<br />

convierte enteramente en alcohol. Más tarde,<br />

bajo <strong>la</strong> influencia de <strong>la</strong> temperatura inevitable<br />

y más eleva<strong>da</strong> de <strong>la</strong> primavera, ó bajo <strong>la</strong> acción<br />

de un movimiento algo prolongado, entran<br />

de nuevo estos vinos en fermentación y se<br />

alteran. Una introducción de alcohol, hecha<br />

juiciosamente, previene este resultado. Esta<br />

introducción se hace en proporciones que varían<br />

de 1 Ij2 á 3 por 100 de máximum.<br />

Cuando el alcohol es introducido en el vino<br />

en fermentación, que se hace generalmente<br />

con los vinos de l<strong>la</strong>no, natui'almente débiles,<br />

sobre todo cosechándolos en medio de circuns-


•112<br />

tancias atmosféricas desfavorables, no se pretende<br />

impedir una segun<strong>da</strong> fermentación como<br />

en el anterior caso, sino calentar, reforzar el<br />

vino en formación, y así se le hace más apto<br />

<strong>para</strong> 7<br />

a conservación. Si no se hiciera esto, esos<br />

vinos serian fácilmente invadidos por <strong>la</strong> acción<br />

<strong>del</strong>etérea de los fermentos acéticos.<br />

Cuando se vierte el alcohol sobre el mosto,<br />

se verifica en segui<strong>da</strong> de pisoteado y se hace<br />

<strong>para</strong> obtener los vinos generosos y <strong>la</strong>s imitaciones<br />

Oporto, Alicante, etc. La cali<strong>da</strong>d de estos<br />

vinos se mide por <strong>la</strong> canti<strong>da</strong>d <strong>del</strong> principio azucarado<br />

que contiene, y <strong>para</strong> retenerlo entero hay<br />

que impedir <strong>la</strong> fermentación, lo cual se obtiene<br />

vertiendo sobre el mosto á 0 grados alcohol en<br />

proporción <strong>del</strong> 10 por 100. Se perfeccionan estos<br />

vinos recibiendo nuevas alcoholizaciones ligeras;<br />

pero á bastantes distancias de tiempo, y se desarrol<strong>la</strong><br />

así el aroma, impidiendo <strong>la</strong> fermentación.<br />

En los tres casos, <strong>la</strong> operación se verifica en<br />

proporciones debi<strong>da</strong>s con el alcohol de uva<br />

exento <strong>del</strong> gusto ó con alcoholes rectificados<br />

<strong>del</strong> Norte, y así <strong>la</strong> incorporación en el vino es<br />

completa y sin añadirle ningún producto extraño<br />

al producto fermentado de <strong>la</strong> vid.<br />

Esta operación <strong>del</strong> vinage en los límites en<br />

que hoy se mantiene, es fructuosa <strong>para</strong> el productor,<br />

cuyas cosechas conserva, <strong>para</strong> el con-


113<br />

sumídor que recibe mejora<strong>da</strong> <strong>la</strong> bebi<strong>da</strong>, <strong>para</strong> el<br />

comercio y <strong>para</strong> el Estado. Es lícita, además,<br />

pues no <strong>la</strong> prohibe ninguna ley.<br />

Pero aquí también al uso sigue el abuso, empleando<br />

en el vinagre alcoholes tan diferentes<br />

al espíritu de vino, que éste último pierde sus<br />

propie<strong>da</strong>des higiénicas, trasformándose en una<br />

especie de droga que tiene más analogía con<br />

una pre<strong>para</strong>ción farmacéutica, que con un producto<br />

de <strong>la</strong> vid.<br />

En el vinage como en el coupage se ha de hacer<br />

<strong>la</strong> mezc<strong>la</strong> en <strong>la</strong> cuba y no en el tonel, porque<br />

<strong>la</strong> naturaleza también se encarga entonces<br />

de <strong>la</strong> parte más difícil de <strong>la</strong> obra, es decir, de<br />

<strong>la</strong> difusión completa <strong>del</strong> alcohol y de su repartición<br />

por igual en to<strong>da</strong> <strong>la</strong> masa líqui<strong>da</strong>.<br />

El relleno <strong>del</strong> tonel, á medi<strong>da</strong> que se produce<br />

en él algun vacío por efecto de ca<strong>da</strong> trasvase, ó<br />

en virtud de <strong>la</strong>s pérdi<strong>da</strong>s produci<strong>da</strong>s por una<br />

evaporación inevitable é incesante, tiene una<br />

importancia y una eficacia efectiva <strong>para</strong> unos y<br />

dudosa <strong>para</strong> otros, pues mientras en algunas<br />

comarcas donde se rellenan los toneles son propensos<br />

los vinos á alterarse, en otras se hace<br />

ga<strong>la</strong> de dejar <strong>la</strong>s pipas sin llenar, sin que por<br />

ello sufra <strong>la</strong> cali<strong>da</strong>d <strong>del</strong> producto.<br />

Seria temerario y arriesgado resolver categóricamente<br />

<strong>la</strong> cuestión en favor de los parti<strong>da</strong>rios<br />

ó en el de los antagonistas <strong>del</strong> relleno. Lo<br />

8


114<br />

único que si haremos notar es que <strong>la</strong> eficacia<br />

<strong>del</strong> procedimiento no ha sido demostra<strong>da</strong> por <strong>la</strong><br />

experiencia, y que si es útil, no es absolutamente<br />

indispensable, to<strong>da</strong> vez que los vinos<br />

pueden muy bien pasarse sin él.<br />

II.<br />

La existencia <strong>del</strong> vino como <strong>la</strong> de todos los<br />

seres orgánicos y vivientes, se hal<strong>la</strong> expuesta á<br />

una infini<strong>da</strong>d de accidentes y enferme<strong>da</strong>des que<br />

vienen á agitar<strong>la</strong>, á perturbar<strong>la</strong> y á interrumpir<br />

más ó menos bruscamente su curso. Las causas<br />

de <strong>la</strong>s alteraciones <strong>del</strong> precioso líquido son tan<br />

múltiples y varia<strong>da</strong>s, que según dice el eminente<br />

químico Mr. Pasteur, no hay quizás una so<strong>la</strong><br />

bodega, así en <strong>la</strong> casa <strong>del</strong> pobre como en <strong>la</strong> <strong>del</strong><br />

rico, que no contenga una parte de vino más ó<br />

menos averiado. (Etude SILT le vin, ses ma<strong>la</strong>dies,<br />

pág. 3.) Buscar esas causas, remontarse á<br />

su origen y descubrir su índole y naturaleza;<br />

tal debia ser y tal ha sido, en efecto, el objeto<br />

de los esfuerzos combinados de sabios y de<br />

prácticos bien persuadidos de que si llegaban á<br />

despejar <strong>la</strong> incógnita se podria, si no suprimir<br />

<strong>la</strong>s enferme<strong>da</strong>des, sustraer al menos los vinos<br />

de su funesta influencia.<br />

Los hombres prácticos se ciñeron á observar


115<br />

y á ir anotando los hechos que presenciaban,<br />

no tar<strong>da</strong>ndo en cerciorarse de que el vino trabaja<br />

casi incesantemente, pero sobre todo en<br />

<strong>la</strong>s épocas en que <strong>la</strong>s vides lloran, florecen y<br />

maduran sus frutos, padeciendo entonces unas<br />

alteraciones tanto más pronuncia<strong>da</strong>s cuanto<br />

mayor era <strong>la</strong> energía desplega<strong>da</strong> en el trabajo.<br />

Impresionados por esta coincidencia, ocurri<strong>da</strong><br />

y observa<strong>da</strong> mil y mil veces, pensaron que debía<br />

existir una re<strong>la</strong>ción, cualquiera que fuese,<br />

entre <strong>la</strong> vi<strong>da</strong> <strong>del</strong> vino y <strong>la</strong> de <strong>la</strong> cepa. Emiti<strong>da</strong><br />

<strong>la</strong> idea al principio bajo forma hipotética y con<br />

visos de probabili<strong>da</strong>d, fué tomando cuerpo poco<br />

á poco, hasta convertirse en un artículo de fé,<br />

inscrito hoy en el credo de todo <strong>viticultor</strong> ortodoxo,<br />

y na<strong>da</strong> se les puede replicar, porque sabido<br />

es que <strong>la</strong> fé no tolera ni admite discusiones.<br />

Sin embargo, los sabios por su parte procedían<br />

á un análisis minucioso de <strong>la</strong>s diversas sustancias<br />

que entran en <strong>la</strong> composición <strong>del</strong> vino<br />

con esperanza de encontrar <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ve <strong>del</strong> misterio.<br />

Descubrieron, en efecto, <strong>la</strong> presencia de un ser<br />

especial que parecía pertenecer á <strong>la</strong> vez á los<br />

reinos animal y vegetal dándole el nombre de<br />

principio vegeto-animal. Sometido á diversos<br />

experimentos, resultó que poseía <strong>la</strong> facultad,<br />

según el aire y <strong>la</strong> temperatura, de atacar <strong>la</strong>s<br />

sustancias sacarinas <strong>del</strong> mosto, de descomponer<strong>la</strong>,<br />

de trasformar<strong>la</strong> en alcohol y en ácido


116<br />

carbónico, determinando un calor tanto más<br />

intenso cuanta más activi<strong>da</strong>d desplega en llevar<br />

á cabo su obra. El descubrimiento <strong>del</strong> agente<br />

trasformador <strong>del</strong> mosto, líquido azucarado, en<br />

un licor espirituoso, fué el punto de parti<strong>da</strong> de<br />

una nueva teoría, <strong>la</strong> base fun<strong>da</strong>mental más sóli<strong>da</strong><br />

de <strong>la</strong> ciencia enológica. El acto de <strong>la</strong> vinificación<br />

perdia su carácter de misterio, salia <strong>del</strong><br />

dominio de <strong>la</strong>s hipótesis y recibía una explicación<br />

p<strong>la</strong>usible, racional, fun<strong>da</strong><strong>da</strong> en hechos positivos,<br />

ciertos y comprobados científicamente.<br />

Que<strong>da</strong>ba, sin embargo, por saber hasta dónde<br />

podia extenderse el papel de <strong>la</strong> fermentación,<br />

si cesaba con <strong>la</strong> espirituosa dentro de <strong>la</strong> cuba ó<br />

si se prolongaba de una manera ó de otra, y por<br />

cuánto tiempo, en el tonel.<br />

Nuevos experimentos demostraron que <strong>la</strong> facultad<br />

de obrar de <strong>la</strong> fermentación no tiene más<br />

límites que los de <strong>la</strong> existencia <strong>del</strong> vino; que<br />

aunque fuera secu<strong>la</strong>r <strong>la</strong> vi<strong>da</strong> de éste se hal<strong>la</strong><br />

constantemente bajo <strong>la</strong> influencia <strong>del</strong> agente<br />

trasformador. La ciencia y <strong>la</strong> práctica están,<br />

pues, de acuerdo en que el vino trabaja de una<br />

manera continua; pero dicho acuerdo desaparece<br />

cuando se trata de determinar <strong>la</strong>s causas <strong>del</strong><br />

trabajo indicado. Los prácticos <strong>la</strong>s ven en una<br />

especie de re<strong>la</strong>ción simpática entre el vino y <strong>la</strong><br />

vid, mientras que los sabios <strong>la</strong>s atribuyen al<br />

agente trasformador que en invierno permanece


117<br />

inactivo y se despierta al llegar <strong>la</strong>s brisas primaverales<br />

<strong>para</strong> emprender su formi<strong>da</strong>ble tarea.<br />

Tenemos, por una parte, <strong>la</strong> fermentación <strong>del</strong><br />

-vino, y por otra el desarrollo natural de <strong>la</strong> vegetación.<br />

No hay, pues, misterio posible, y todo<br />

se explica de <strong>la</strong> manera más natural <strong>del</strong> mundo.<br />

La composición <strong>del</strong> vino, ser orgánico y viviente,<br />

es tan compleja, tan complica<strong>da</strong>, según<br />

lo reve<strong>la</strong>n los análisis químicos, que hay en él<br />

una porción de sales vegetales y minerales, ácidos,<br />

gas, éter y una serie interminable de sustancias<br />

sóli<strong>da</strong>s, flui<strong>da</strong>s y volátiles capaces de<br />

obrar unas sobre otras, produciendo en circunstancias<br />

determina<strong>da</strong>s agitaciones, enturbiamientos,<br />

enferme<strong>da</strong>des y <strong>la</strong> muerte. La índole<br />

y naturaleza de ca<strong>da</strong> una de esas reacciones<br />

nos es desconoci<strong>da</strong> to<strong>da</strong>vía. Si bien se sabe,<br />

y en ello están conformes todos los enólogos,<br />

que esas combinaciones, esas reacciones infinitas<br />

no se producirían sin el concurso de <strong>la</strong> fermentación,<br />

sin que intervenga <strong>la</strong> iniciativa de<br />

ese agente en que reside el principio de <strong>la</strong> vi<strong>da</strong><br />

<strong>del</strong> vino, alma que anima y <strong>da</strong> movimiento á<br />

su organismo, ya creando y manteniendo ese<br />

equilibrio que constituye <strong>la</strong> buena salud, ya<br />

provocando esos desórdenes, esas turbulencias<br />

y esos accidentes intempestivos que tanto afligen<br />

á veces á los vinicultores.<br />

La existencia <strong>del</strong> vino, por consiguiente, de-


118<br />

pende <strong>del</strong> modo de que se verifica <strong>la</strong> fermentación<br />

en medio de tantos y tan diversos elementos.<br />

El principio vegeto-animal seria en todo<br />

caso el solo responsable de <strong>la</strong>s enferme<strong>da</strong>des <strong>del</strong><br />

vino é instigador ver<strong>da</strong>dero de los desórdenes<br />

que experimenta; así es que <strong>la</strong> opinion le<br />

acusa <strong>del</strong> <strong>da</strong>ño y lo condena irremisiblemente,<br />

aunque el rigor <strong>del</strong> fallo debiera recaer sobre<br />

esas fa<strong>la</strong>nges asocia<strong>da</strong>s de malhechores que se<br />

ensañan contra el vino y son conocidos ya con<br />

el nombre de micodermas.<br />

Las diversas enferme<strong>da</strong>des <strong>del</strong> vino son, como»<br />

hemos visto hasta ahora, <strong>la</strong>s fatales consecuencias<br />

de <strong>la</strong>s reacciones harto frecuentes provoca<strong>da</strong>s<br />

por <strong>la</strong> fermentación siempre incesante, aunque<br />

á veces no sea <strong>del</strong> todo aparente. Esta teoría,<br />

senta<strong>da</strong> desde principios <strong>del</strong> siglo actual<br />

por varios sabios, á cuya cabeza figura Chaptal,<br />

ha sido contradicha en nuestros dias por<br />

Mr. Pasteur, que <strong>la</strong> dec<strong>la</strong>ra errónea, falsa en<br />

to<strong>da</strong>s sus partes, y establece otra tan diferente<br />

quedes <strong>la</strong> negación absoluta de <strong>la</strong> antigua, afirmando<br />

que <strong>la</strong>s variación que en el vino se observan<br />

reconocen por causa influencias exteriores<br />

á su composion normal, como el oxígeno<br />

<strong>del</strong> aire y <strong>la</strong> presencia de parásitos microscópicos<br />

que encuentran en el vino condiciones<br />

favorables á su desarrollo. La cuestión<br />

consiste en destruir <strong>la</strong> vitali<strong>da</strong>d de esos gérme-


U9<br />

nes, cosa muy fácil según el eminente químico.<br />

Ambas teorías son opuestas y se excluyen recíprocamente,<br />

puesto que una hab<strong>la</strong> de causas<br />

interiores y otra de influencias exteriores. Ahora<br />

bien; ¿en cuál de <strong>la</strong>s dos reside <strong>la</strong> ver<strong>da</strong>d?<br />

Mucho importa saberlo, y ya que conocemos<br />

los fun<strong>da</strong>mentos de <strong>la</strong> primera, examinemos <strong>la</strong><br />

segun<strong>da</strong> y comparemos.<br />

Asegura Mr. Pasteur que todo vino atacado<br />

de una enferme<strong>da</strong>d cualquiera, presenta á <strong>la</strong><br />

vista vegetaciones parásitas cuyas formas varían<br />

según <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se de perturbación á que el<br />

vino está sujeto. Hay, pues, tantas enferme<strong>da</strong>des<br />

como parásitos, de que están exentos los<br />

vinos sanos, salvo el único caso de micoderma<br />

vini, qne se encuentra en todos los vinos, ya<br />

estén en pipas ó en botel<strong>la</strong>s, y que parece completamente<br />

inofensivo.<br />

No hay ni puede haber du<strong>da</strong> sobre <strong>la</strong> existencia<br />

de dichos parásitos, porque unos se distinguen<br />

muy bien á <strong>la</strong> simple vista, como el micoderma<br />

vini y el micoderma aceti, y respecto<br />

á los que no pueden verse sin el auxilio <strong>del</strong> microscopio<br />

ha publicado el mismo Mr. Pasteur<br />

una numerosa colección de <strong>la</strong>s figuras que los<br />

representan toma<strong>da</strong> de pruebas fotográficas. En<br />

cuanto á <strong>la</strong> destrucción de <strong>la</strong> vitali<strong>da</strong>d de esos<br />

gérmenes, hay un medio muy sencillo <strong>para</strong><br />

conseguirlo. Basta calentar el vino elevándolo


m<br />

á una temperatura entre 50 á (35 grados centígrados,<br />

con lo cual se consigue su perfecta conservación.<br />

Siguiendo este sistema se hacian inútiles ó<br />

supérfluas to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s manifestaciones usa<strong>da</strong>s hasta<br />

el dia como los ac<strong>la</strong>res, el vinage, el azufrado<br />

y los trasiegos, operaciones que no tenían<br />

razón de ser en ade<strong>la</strong>nte. Los primeros ensayos<br />

hechos con <strong>la</strong> intervención y á presencia de<br />

hombres competentes en <strong>la</strong> materia, dieron resultados<br />

muy satisfactorios, que<strong>da</strong>ndo senta<strong>da</strong><br />

<strong>la</strong> eficacia de <strong>la</strong> teoría después de pasar por el<br />

tremendo crisol de <strong>la</strong> prueba. El mundo viníco<strong>la</strong><br />

se conmovió, el entusiasmo era general y<br />

construyéronse a<strong>para</strong>tos más ó menos ingeniosos<br />

<strong>para</strong> calentar los vinos en mayor ó menor<br />

esca<strong>la</strong>, cuando de repente dejóse de hab<strong>la</strong>r de<br />

a<strong>para</strong>tos y <strong>del</strong> nuevo procedimiento de conservación<br />

de los vinos, sin que nadie se explique<br />

el motivo <strong>del</strong> olvido y <strong>del</strong> abandono; pero es lo<br />

cierto que hace algunos años no se preocupan<br />

los vinicultores de los parásitos ni de los medios<br />

de destruirlos, siendo así que existen y continúan<br />

haciendo sus acostumbrados estragos.<br />

Es de creer que el sistema haya encontrado<br />

en <strong>la</strong> práctica dificultades imprevistas ó insuperables,<br />

siendo impotentes los esfuerzos, los gastos<br />

y <strong>la</strong> fé <strong>para</strong> realizar <strong>la</strong>s esperanzas concebi<strong>da</strong>s<br />

en los primeros momentos al verificai\se los


•121<br />

ensayos primitivos, y es que hay mucha distancia<br />

entre los que se hacen en pequeño y los que<br />

se verifican en gran esca<strong>la</strong>. Así ha sucedido con<br />

el sistema de Pasteur, que es eficaz tratándose<br />

de calentar vino en botel<strong>la</strong>s, y dudoso por lo menos<br />

cuando se opera sobre pipas ó toneles que<br />

contienen canti<strong>da</strong>des considerables.<br />

El calentar los vinos destruyendo los gérmenes<br />

parásitos, evita muchas enferme<strong>da</strong>des, pero<br />

no preserva al líquido de <strong>la</strong> invasion de otros<br />

gérmenes que reemp<strong>la</strong>zan á los destruidos. Este<br />

segundo ataque se puede efectuar en el momento<br />

mismo de calentar el vino, ya porque queden<br />

esos gérmenes invisibles en los toneles que se<br />

van desocupando, ya porque el aire tiene sobrado<br />

tiempo de llevarlos durante <strong>la</strong> operación <strong>del</strong><br />

trasvase, y como el aire que sirve de vehículo<br />

tiene <strong>la</strong> facultad de penetrar en to<strong>da</strong>s partes,<br />

inutiliza al punto los efectos de <strong>la</strong> operación, y<br />

hace infructuosos los crecidos gastos que exige,<br />

gastos que el mismo inventor califica de igual<br />

manera que nosotros.<br />

Los vinicultores han vuelto á <strong>la</strong> antigua práctica<br />

fun<strong>da</strong><strong>da</strong> en <strong>la</strong> teoría de Chaptal, <strong>del</strong> enólogo<br />

ilustre cuyo arte de hacer el vino se lee hoy<br />

con el mismo interés y utili<strong>da</strong>d que <strong>la</strong>s obras<br />

más modernas, según lo proc<strong>la</strong>ma y reconoce<br />

pa<strong>la</strong>dinamente Mr. Pasteur, creyendo que los<br />

parásitos en vez de ser causas de <strong>la</strong>s diversas


122<br />

enferme<strong>da</strong>des que padece el vino, pueden ser<br />

muy bien los efectos, <strong>la</strong>s manifestaciones y los<br />

sistemas de el<strong>la</strong>s, porque tal es, en efecto, <strong>la</strong><br />

idea que se ocurre naturalmente á <strong>la</strong> imaginación<br />

<strong>del</strong> que sabe recopi<strong>la</strong>r, agrupar y observar<br />

atentamente los hechos, aprovechando <strong>la</strong> enseñanza<br />

que de ellos se desprende.<br />

III.<br />

Hagamos, <strong>para</strong> terminar, algunas objeciones<br />

pasando revista á <strong>la</strong> par á los pretendidos enemigos<br />

<strong>del</strong> vino.<br />

El parásito l<strong>la</strong>mado micoderma vini es común<br />

á cuantos vinos se conocen sin excepción<br />

ninguna; tintos ó b<strong>la</strong>ncos, secos ó generosos,<br />

finos ú ordinarios, ya estén en toneles ó embotel<strong>la</strong>dos.<br />

Su inocui<strong>da</strong>d es tan perfecta, tan<br />

completa, que los líquidos llegarían sanos y<br />

salvos á <strong>la</strong> extrema vejez si no sobreviniesen<br />

otras alteraciones. Es probable que suce<strong>da</strong> á los<br />

micodermas lo que á <strong>la</strong>s setas, que unas son<br />

venenosas y otras inofensivas. Que<strong>da</strong> por explicar<br />

cómo es que un parásito que vive á expensas<br />

de los elementos constituyentes <strong>del</strong> vino, no<br />

altere ni vicie esa constitución misma privándole<br />

de lo que necesita <strong>para</strong> nutrirse, ó multiplicándose<br />

indefini<strong>da</strong>mente en <strong>la</strong> masa <strong>del</strong> vino.


m<br />

Es extraño que el micoderma, vini no sea<br />

causa ni efecto, supuesto que. está en to<strong>da</strong>s partes,<br />

y no pue<strong>da</strong> atribuirse á su presencia enferme<strong>da</strong>d<br />

ninguna.<br />

Si no hay efecto sin causa, ¿habrá quizás<br />

causas sin efectos?<br />

El micoderma aceti es el que más <strong>da</strong>ños<br />

hace en <strong>la</strong>s bodegas, porque todo lo invade, sin<br />

distinción de c<strong>la</strong>ses ni de colores, prefiriendo<br />

siempre los vinos generosos. Cualquiera diria<br />

que el germen este parásito se hal<strong>la</strong> dotado de<br />

un instinto que le permite distinguir los vinos<br />

generosos de los secos, eligiendo entre aquéllos<br />

los mejores y menos ácidos, y que viajando<br />

por <strong>la</strong> atmósfera domina al aire, ordenándole<br />

que le trasporte á los sitios que desea. Todo<br />

puede ser, <strong>da</strong>dos los inson<strong>da</strong>bles secretos que<br />

aún guar<strong>da</strong> <strong>la</strong> Naturaleza.<br />

Las enferme<strong>da</strong>des <strong>del</strong> torcido y <strong>del</strong> picado<br />

se consideran por <strong>la</strong> mayor parte de los enólogos<br />

y de los prácticos como simples modificaciones,<br />

precursoras <strong>del</strong> agrio, y que atacan<br />

en particu<strong>la</strong>r los vinos endebles y ligeros. Los<br />

parásitos criptogámicos que <strong>la</strong>s ocasionan se<br />

presentan á los ojos <strong>del</strong> micrógrafo bajo formas<br />

y estructuras diferentes, y sus gérmenes han<br />

recibido <strong>la</strong> misión especial de atacar á dichos<br />

vinos, respetando en lo posible los vinos fuertes,<br />

de color subido y de primera cali<strong>da</strong>d. Tra-


124<br />

bajo cuesta y no poco el admitir una suposición<br />

semejante.<br />

Hay otro parásito, origen de <strong>la</strong> enferme<strong>da</strong>d<br />

l<strong>la</strong>ma<strong>da</strong> el amargo, que tiene el pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r más<br />

<strong>del</strong>icado que sus congéneres, porque no se fija<br />

más que en los vinos superiores, y por último,<br />

el parásito de <strong>la</strong> grasa ó ahi<strong>la</strong>do, otra varie<strong>da</strong>d<br />

de criptógamos microscópicos que pone<br />

espesos y aceitosos los vinos nuevos y los añejos,<br />

y todos ellos están en <strong>la</strong> cuba dentro de <strong>la</strong><br />

masa <strong>del</strong> líquido llevado por el aire y adherido<br />

á <strong>la</strong> superficie externa <strong>del</strong> grano de <strong>la</strong> uva.<br />

Ahora bien; y si hemos de <strong>da</strong>r crédito al<br />

conde O<strong>da</strong>rt y al Dr. Guyot, dos enólogos cuya<br />

suficiencia nadie puede poner en du<strong>da</strong>, los vinos<br />

bien hechos no están nunca enfermos;<br />

opinion explícita, c<strong>la</strong>ra y terminante que nadie<br />

ha puesto en du<strong>da</strong> ni contradicho to<strong>da</strong>vía. Sabido<br />

es que hay ciertos vinos que llegan á una<br />

e<strong>da</strong>d increíble sin haber recibido esos cui<strong>da</strong>dos<br />

que se prodigan á otros, que no por ello se libran<br />

de <strong>la</strong> muerte. ¿Serán acaso vinos bien hechos<br />

los primeros y mal hechos los segundos? Esto<br />

es lo probable; pero antes de ir más lejos en<br />

<strong>la</strong>s congeturas, busquemos <strong>la</strong> evidencia y <strong>la</strong><br />

certidumbre.<br />

Por vinos bien y mal hechos debe entenderse,<br />

á nuestro juicio, que unos tienen los distintos<br />

elementos que entran en su composición, como


125<br />

azúcar, alcohol, taninos, ácidos, sales, etc., etcétera,<br />

en tales proporciones que necesita un<br />

justo equilibrio, una perfecta armonía, gozando<br />

en su consecuencia de salud, de robustez y<br />

de temperamento á propósito <strong>para</strong> resistir <strong>la</strong>s<br />

influencias atmosféricas, mientras en los otros<br />

el equilibrio no existe, y su constitución enfermiza,<br />

vicia<strong>da</strong> y defectuosa, los predispone á<br />

contraer todo género de enferme<strong>da</strong>des. Y esto<br />

es tan cierto, cuanto que vemos á los <strong>viticultor</strong>es<br />

hábiles y expertos de todos los países consagrarse<br />

á establecer esa armonía, aumentando<br />

<strong>la</strong> dosis insuficiente de tal elemento, ó disminuyendo<br />

<strong>la</strong>s proporciones de otro. Así es que<br />

con una adición de alcohol evitan <strong>la</strong> acetificación<br />

<strong>del</strong> vino muy azucarado, con un poco de<br />

azúcar impiden el agrio en los secos; cierta dosis<br />

de tanino cura el ahi<strong>la</strong>do radicalmente, y así<br />

sucesivamente practican otras operaciones que<br />

seria molesto enumerar.<br />

Si un vino bien hecho no enferma jamás y<br />

el mal fabricado está predispuesto al peligro,<br />

esa predisposición, esa tendencia, ¿qué es sino<br />

<strong>la</strong> enferme<strong>da</strong>d en su estado <strong>la</strong>tente?<br />

Es indu<strong>da</strong>ble, pues, que <strong>la</strong> causa primera de<br />

<strong>la</strong>s enferme<strong>da</strong>des <strong>del</strong> vino consiste en el vicio<br />

original que lleva dentro de sí á su nacimiento,<br />

en una especie de diátesis que contribuye á<br />

que se altere más de una manera que de otra.


126<br />

Cuando, después <strong>del</strong> trabajo que ejecuta á<br />

causa de <strong>la</strong> fermentación y de <strong>la</strong> elevación de<br />

su temperatura, se dec<strong>la</strong>ra <strong>la</strong> enferme<strong>da</strong>d, entonces<br />

se desarrol<strong>la</strong>n los gérmenes parásitos y<br />

aparecen los criptógamos, como en los hombres<br />

y en los animales aparecen durante el curso<br />

de ciertas dolencias <strong>la</strong>s fístu<strong>la</strong>s, <strong>la</strong>s erupciones<br />

y otros accidentes externos que son una<br />

consecuencia <strong>del</strong> mal.<br />

Tal es nuestra opinion expuesta franca y lealmeníe.<br />

Prácticos ante todo, desechamos <strong>la</strong> teoría<br />

de calentar los vinos <strong>para</strong> conservarlos, creyendo<br />

que hoy por hoy nos vemos reducidos á<br />

seguir <strong>la</strong>s antiguas prácticas de achujar, trasegar,<br />

vinar, azucarar y mezc<strong>la</strong>r los vinos con<br />

objeto de librarlos de los peligros que les amenazan<br />

hasta que poseamos el secreto de fabricar<br />

vinos que no estén nunca enfermos, sin recurrir<br />

por supuesto á procedimientos artificiales<br />

más ó menos costosos y eficaces, que tienen<br />

todos el gravísimo inconveniente de excitar <strong>la</strong><br />

desconfianza <strong>del</strong> traficante y <strong>la</strong> repugnancia <strong>del</strong><br />

consumidor, desacreditando el buen nombre de<br />

<strong>la</strong> mercancía.<br />

- - — c rwoo


127<br />

CONDICIONES QUE HA DE TENER M BUEN CATADOR<br />

DE VINOS.<br />

Es indispensable, ante todo, que el catador<br />

goce de buena salud, que sus costumbres sean<br />

higiénicas, y los sentidos sensibles, especialmente<br />

<strong>la</strong> vista, el olfato y el pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r.<br />

Del primero de que se hace uso es <strong>del</strong> de <strong>la</strong><br />

vista: por lo general, antes de probar un vino,<br />

le miramos, <strong>para</strong> saber si es limpio, ó <strong>para</strong> examinar<br />

su color. El hombre práctico encuentra<br />

siempre indicios que reve<strong>la</strong>n cuali<strong>da</strong>des ó defectos,<br />

antes de que sea menester oler ó probar el<br />

líquido, lo que ha hecho decir á un vinicultor<br />

célebre que el vino se consume en tres tiempos<br />

ó movimientos: ver, oler y tragar.<br />

El ejercicio <strong>del</strong> olfato perfecciona y completa<br />

el sentido de <strong>la</strong> vista; deben hacerse fuertes y<br />

repeti<strong>da</strong>s aspiraciones <strong>para</strong> que <strong>la</strong>s molécu<strong>la</strong>s<br />

odoríferas lleguen hasta <strong>la</strong> parte superior de <strong>la</strong><br />

nariz en donde está situado el nervio olfatorio.<br />

Después de <strong>la</strong> aspiración conviene retener un<br />

poco <strong>la</strong> respiración, á fin de que el aire no vuelva<br />

á llevarse <strong>la</strong>s molécu<strong>la</strong>s olorosas que se han


128<br />

introducido y tener tiempo de definir mentalmente<br />

<strong>la</strong> impresión.<br />

El tabaco embota mucho el olfato; su uso no<br />

conviene al buen catador.<br />

Los sabores son los escitantes propios <strong>del</strong><br />

gusto: este último tiene por órgano especial <strong>la</strong><br />

membrana que reviste <strong>la</strong> superficie superior de<br />

<strong>la</strong> lengua, <strong>la</strong> que tapiza los <strong>la</strong>bios, <strong>la</strong> cavi<strong>da</strong>d<br />

de <strong>la</strong> boca, el velo <strong>del</strong> pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r y <strong>la</strong> parte superior<br />

de <strong>la</strong> <strong>la</strong>ringe. El contacto <strong>del</strong> cuerpo sápido<br />

con <strong>la</strong> membrana lingual produce <strong>la</strong> impresión<br />

y de ésta nace <strong>la</strong> sensación. Llámanse<br />

cuerpos sápidos, ó sabrosos, los que causan una<br />

impresión más ó menos fuerte en el pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r, é<br />

insípidos los que <strong>la</strong> producen muy débil y casi<br />

imperceptible. Más ade<strong>la</strong>nte indicaremos en<br />

qué sitio de <strong>la</strong> boca, de <strong>la</strong> lengua, ó de <strong>la</strong> <strong>la</strong>ringe<br />

se perciben sensaciones características de<br />

los varios defectos ó buenas cuali<strong>da</strong>des de los<br />

vinos, aunque es tan imposible c<strong>la</strong>sificar los<br />

sabores como definirlos.<br />

Las calificaciones de dulce, de sa<strong>la</strong>do, de<br />

acido, acedo, acre, seco, etc., etc., y <strong>la</strong> denominación<br />

general de agra<strong>da</strong>ble y de desagra<strong>da</strong>ble,<br />

sirve á muchos <strong>para</strong> indicar próximamente<br />

<strong>la</strong> propie<strong>da</strong>d saborosa de los cuerpos.<br />

Para muchos <strong>la</strong>s sensaciones no se pueden siempre<br />

definir; <strong>para</strong> comprender<strong>la</strong>s es necesario<br />

haber<strong>la</strong>s percibido; al que no tiene pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r


129<br />

nunca se le hará concebir lo que es sabor, así<br />

como tampoco se hará cargo <strong>del</strong> sonido un sordo-mudo,<br />

ni de los colores un ciego de nacimiento.<br />

El gusto, como el olfato, se perfecciona con<br />

el ejercicio. Este no debe, empero, versar sobre<br />

sustancias que repugnen al individuo; hay personas<br />

que no pueden oler el vino ni menos probarlo,<br />

según dicen, y sin embargo, pretenden<br />

conocerlo. Tampoco conviene probar el vino<br />

cuando el estómago está lleno, ni cuando falta el<br />

apetito, ni cuando se siente hambre ver<strong>da</strong>dera.<br />

En todos estos casos no se verifica <strong>la</strong> cata con<br />

cabal acierto. En nuestra <strong>la</strong>rga práctica, cuando<br />

se nos ha ocurrido probar vinos en <strong>la</strong>s bodegas<br />

<strong>para</strong> c<strong>la</strong>sificarlos, hemos incurrido en graves<br />

errores por no haber hecho caso <strong>del</strong> estado<br />

de salud en que nos hallábamos. Siempre se<br />

debe probar el vino muy despacio, fijar <strong>la</strong> atención<br />

en ca<strong>da</strong> sensación, y. no distraerse por na<strong>da</strong>.<br />

La boca sucia, los alimentos muy calientes ó<br />

muy frios; el uso de los alcoholes, los condimentos<br />

fuertes, el mucho fumar y el sueño excesivo<br />

pervierten el gusto. El esmerado cultivo <strong>del</strong><br />

gusto forma á los cocineros célebres, á los grandes<br />

gastrónomos y á esos catadores inteligentes<br />

que saben distinguir puntualísimamente <strong>la</strong> cali<strong>da</strong>d,<br />

<strong>la</strong> pureza, <strong>la</strong> procedencia y <strong>la</strong> e<strong>da</strong>d de<br />

cualquier vino.<br />

9


Son muy contados;.pero, sin embargo, hemos<br />

conocido algunos: sólo cuando se trata de elegir<br />

ó apreciar defectos en los vinos nuevos, por <strong>la</strong><br />

gran costumbre de no pa<strong>la</strong>dear más que los<br />

más selectos, no son capaces de conocer <strong>la</strong>s<br />

cuali<strong>da</strong>des y los defectos de los vinos nuevos"<br />

en muchos países viníco<strong>la</strong>s.<br />

Generalmente en ca<strong>da</strong> pob<strong>la</strong>ción ó centro viníco<strong>la</strong>,<br />

se encuentran hombres prácticos muy<br />

capaces de apreciar los vinos de su país; así es<br />

que siempre en el reino de Valencia, Aragón,<br />

Navarra, Rioja, Castil<strong>la</strong>s y Zamora, en donde <strong>la</strong>s<br />

necesi<strong>da</strong>des de nuestros negocios nos obligan á<br />

hacer frecuentes escursiones, nos hemos siempre<br />

valido de un hombre <strong>del</strong> país de gran confianza,<br />

y acostumbrado á distinguir <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses y<br />

tpie sepa quiénes son los mejores productores.<br />

Por más que un catador sea hábil, no le es<br />

fácil muchas veces elegir bien los vinos nuevos;<br />

sus cuali<strong>da</strong>des no están bastante pronuncia<strong>da</strong>s<br />

ni bastante desarrol<strong>la</strong><strong>da</strong>s al salir de <strong>la</strong> madre,<br />

ni durante dos ó tres meses se puede distinguir<br />

en un vino que fermenta aún, ó que apenas ha<br />

cesado de fermentar, <strong>la</strong>s enferme<strong>da</strong>des que se<br />

manifestarán más ade<strong>la</strong>nte y cuyos gérmenes<br />

existen ya, y son inapreciables al pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r: por<br />

ejemplo: <strong>la</strong> te<strong>la</strong> ó flor que Pasteur -ha l<strong>la</strong>mado<br />

micoderma vini, que es'precursora de <strong>la</strong> acidez,<br />

no existe en los primeros meses de <strong>la</strong> cose-


131<br />

cha. Así es que no es caso raro ver un vino que<br />

estaba limpio, franco de gusto, volverse rápi<strong>da</strong>mente<br />

á los 4, 5 ó 6 meses grasiento, turbio y<br />

torcido, ó podrirse ó agriarse, mientras que hay<br />

otros vinos nuevos que durante los 4,5 ó 6 primeros<br />

meses se han mantenido turbios, duros,<br />

ásperos y llegan á constituirse en vinos finos y<br />

<strong>del</strong>icados al pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r. Solo el catador de <strong>la</strong> locali<strong>da</strong>d<br />

por su experiencia, por su costumbre y<br />

por <strong>la</strong>s repeti<strong>da</strong>s ocasiones que tiene <strong>para</strong> cotejar<br />

los vinos entre sí, puede decidir en muchos<br />

casos con alguna certidumbre de <strong>la</strong>s cuali<strong>da</strong>des<br />

presentes y futuras de los vinos nuevos de su<br />

país, y <strong>da</strong>r lecciones al catador más refinado é<br />

inteligente.<br />

Este, en cambio, conocerá más pronto <strong>la</strong>s<br />

mezc<strong>la</strong>s ó mixturas, si existen en los vinos, y <strong>la</strong><br />

química no puede muchas veces alcanzar ni<br />

descubrir lo que un buen catador, sobre todo<br />

cuando se trata de vinos mezc<strong>la</strong>dos con agua.<br />

Fuerza es, en semejantes casos, concretarse al<br />

juicio <strong>del</strong> catador entendido. Es mucho más fácil<br />

conocer <strong>la</strong>s pre<strong>para</strong>ciones ó imitaciones de<br />

vinos, sobre todo en los que no tienen más que<br />

el nombre, que son producto de falsificaciones<br />

ó artificiales, á los que es imposible <strong>da</strong>r el sabor<br />

de vino de uvas. Por desgracia, el lucro acal<strong>la</strong><br />

<strong>la</strong> conciencia de muchos espendedores de vinos,<br />

haciéndolo nocivo y peligroso <strong>para</strong> <strong>la</strong> salud.


132<br />

El gusto <strong>del</strong> vino no es absolutamente el mismo<br />

en todos los países viníco<strong>la</strong>s; varía según <strong>la</strong><br />

c<strong>la</strong>se de vid y <strong>del</strong> suelo.<br />

Todo lo que hemos dicho hasta aquí debe ser<br />

tenido en cuenta por el catador cuando elige los<br />

vinos ó cuando los compra, y no olvi<strong>da</strong>r que<br />

debe estar en perfecta salud <strong>para</strong> no cometer<br />

desaciertos.<br />

Se considera, pues, por buen vino de mesa<br />

el que es seco, c<strong>la</strong>ro y trasparente sin gusto<br />

ninguno de terruño, ú otro, cuando tiene un<br />

color franco, rojo de sangre (no morado) que<br />

deja en <strong>la</strong> boca un sabor vinoso ó sustancioso<br />

y que tiene, en fin, un gusto agra<strong>da</strong>ble que ha<strong>la</strong>ga<br />

al pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r. Esa buena cuali<strong>da</strong>d no depende<br />

siempre <strong>del</strong> modo con que han sido tratados los<br />

vinos que sean mezc<strong>la</strong>dos ó naturales; depende,<br />

sí, de <strong>la</strong> naturaleza de tales ó cuales viñedos,<br />

según <strong>la</strong> posición topográfica que ocupan, y sobre<br />

todo, de los años favorables á <strong>la</strong> perfecta<br />

madurez y recolección <strong>del</strong> vino; hay una señal<br />

que distingue los vinos perfectos y de primer<br />

cru de los ordinarios, señal que es muy cierta:<br />

consiste en el vaho fugaz y perfumado que despide<br />

el vino al olerlo en el vaso en el momento<br />

de catarlo, olor <strong>del</strong>icioso, gratísimo al olfato, y<br />

que los franceses l<strong>la</strong>man bouquet, distinguiéndole<br />

<strong>del</strong> olor de rancio que l<strong>la</strong>man aroma espirituoso.<br />

Aunque muchas c<strong>la</strong>ses de vino tienen


133<br />

su olor particu<strong>la</strong>r, es raro, muy raro, que los<br />

de cali<strong>da</strong>d inferior posean ese <strong>del</strong>icioso bouquet,<br />

como también lo es que los de primera<br />

c<strong>la</strong>se carezcan de él. El bouquet no existe en los<br />

vinos al salir de <strong>la</strong> madre, se desarrol<strong>la</strong> con el<br />

tiempo, según <strong>la</strong> locali<strong>da</strong>d, <strong>la</strong> fuerza alcohólica,<br />

ó el color <strong>del</strong> vino. Por desgracia, se disipa rápi<strong>da</strong><br />

y totalmente por tres causas: por <strong>la</strong> decrepitud,<br />

por <strong>la</strong> desti<strong>la</strong>ción y por <strong>la</strong>s mezc<strong>la</strong>s. En<br />

vano los <strong>fabricante</strong>s de bouquets artificiales<br />

preconizan sus productos <strong>para</strong> que el comerciante<br />

engañe al público, y aun á los otros comerciantes<br />

poco inteligentes; el buen catador<br />

práctico conoce esas falsificaciones á <strong>la</strong> legua,<br />

si to<strong>da</strong>vía el tiempo no le ha disipado aún, porque<br />

los bouquets añadidos se evaporan: hay<br />

siempre mucha distancia <strong>del</strong> bouquet natural al<br />

artificial; estos últimos despiden cierto olor de<br />

perfumería muy ofensivo al olfato.<br />

TRASIEGO DE LOS VINOS.<br />

Los vinos de mesa ó de todo pasto deben<br />

siempre al contacto <strong>del</strong> aire <strong>la</strong> mayor parte de


134<br />

<strong>la</strong>s enferme<strong>da</strong>des que los atacan, enferme<strong>da</strong>des<br />

que con harta frecuencia los deterioran por<br />

completo. El jugo de <strong>la</strong> uva, antes de fermentar,<br />

no se perjudica con el contacto <strong>del</strong> aire, y<br />

muchas veces hacen en él, y con él, operaciones<br />

contrarias á <strong>la</strong> limpieza que debe emplearse<br />

en <strong>la</strong> manipu<strong>la</strong>ción; pero trasformado en vino<br />

por <strong>la</strong> fermentación, es preciso usar precauciones<br />

y cui<strong>da</strong>dos exquisitos á fin de quo adquiera<br />

con el tiempo <strong>la</strong>s preciosas cuali<strong>da</strong>des que<br />

atraen á los ver<strong>da</strong>deros inteligentes y apreciadores<br />

de vinos. Una de <strong>la</strong>s operaciones más importantes<br />

y más repeti<strong>da</strong>s es <strong>la</strong> <strong>del</strong> trasiego, y<br />

<strong>del</strong> modo de efectuar<strong>la</strong> depende <strong>la</strong> vi<strong>da</strong> ó <strong>la</strong><br />

muerte <strong>del</strong> vino, es decir, su conservación ó su<br />

deterioro.<br />

Los jerezanos hacen sus trasiegos valiéndose<br />

de jarras de madera, y á espita abierta, con admirable<br />

destreza, sustituyendo <strong>la</strong> jarra llena por<br />

otra vacía, sin que se derrame ni una so<strong>la</strong> gota<br />

de líquido en el suelo. Son maestros en el arte<br />

de manejar los caldos: además, <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se de ellos<br />

les permite verificar <strong>la</strong>s operaciones al aire libre,<br />

porque siendo destinados á vinos de postre,<br />

contienen más canti<strong>da</strong>d de alcohol que los<br />

de pasto, y, por consiguiente resisten más el<br />

desbrevo.<br />

Hace treinta años los bodegueros'de Borgoña<br />

empleaban el mismo sistema de trasiego; pero


135<br />

hoy que se estudia con esmero el origen de <strong>la</strong>s<br />

enferme<strong>da</strong>des de los vinos, le han abandonado<br />

completamente, y á semejanza de los bor<strong>del</strong>eses,<br />

ponen todo su cui<strong>da</strong>do en evitar el contacto<br />

<strong>del</strong> aire atmosférico, porque saben que esta es<br />

<strong>la</strong> causa primordial de casi to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s enferme<strong>da</strong>des<br />

que se desarrol<strong>la</strong>n en el líquido.<br />

Después <strong>del</strong> trasiego jarreado se inventó el<br />

medio de colocar un tubo con su l<strong>la</strong>ve desde el<br />

tonel lleno al vacío: abriendo <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ve <strong>del</strong> primero<br />

pasa al segundo el líquido, y se deja éste<br />

correr hasta que se nivelé en ambos toneles.<br />

Después, <strong>para</strong> concluir de vaciar el que se quie<br />

re trasegar, se a<strong>da</strong>pta al tapón un fuelle hecho<br />

á propósito, y por medio de <strong>la</strong> presión <strong>del</strong> aire<br />

comprimido pasa todo el vino al otro tonel,<br />

hasta que al llegar á <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ve se introduce el<br />

aire en el tubo, oyéndose un ligero silbido, el<br />

cual advierte ó avisa que se debe <strong>da</strong>r una vuelta<br />

á <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ve <strong>del</strong> tonel, porque éste se ha vaciado<br />

ya. - Se quita el fuelle, luego se tapa bien el<br />

tonel lleno, y se se<strong>para</strong> el tubo con prontitud,<br />

colocando en el agujero de <strong>la</strong> espita un corcho<br />

ó un tapón de madera forrado de anea. Se vuelve<br />

á destapar el tonel; en el círculo que antes<br />

ocupaba el tapón se introduce <strong>la</strong> parte estrecha<br />

de un .embudo de madera, el operario levanta<br />

muy despacio el tonel, el maestro bodeguero,<br />

abre <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ve y recibe el vino que cae c<strong>la</strong>ro, ob-


13t><br />

servando á menudo con un vaso de cristal ó<br />

una taza de p<strong>la</strong>ta si llegan los posos; al presentarse<br />

éstos se cierra <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ve sin demora; el operario<br />

deja caer el tonel, se quita <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ve, se<br />

pone el tapón y se tras<strong>la</strong><strong>da</strong> el tonel al sitio<br />

donde se <strong>la</strong>va, después de haber quitado <strong>la</strong>s heces<br />

con tres ó más aguas en caso necesario.<br />

Algunas personas han usado bombas con <strong>la</strong>nza<br />

gradua<strong>da</strong> <strong>para</strong> impedir que llegue <strong>la</strong> aspiración<br />

hasta <strong>la</strong>s heces, pero los golpes de piston<br />

<strong>la</strong>s alborotaban y salían los vinos turbios. Un<br />

<strong>fabricante</strong> de fuelles en Burdeos, Mr. Vivez, ha<br />

perfeccionado el que lleva su nombre, y es el<br />

que se emplea en casi to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s bodegas donde<br />

se trasiega con limpieza, y en gran canti<strong>da</strong>d, vinos<br />

de mesa envasados en toneles de 3 á 6 hectolitros<br />

de cabi<strong>da</strong>.<br />

Otro de los sistemas ensayados consiste en<br />

trasegar el vino produciendo el vacío en el tonel<br />

que ha de recibir el líquido c<strong>la</strong>ro, por medio<br />

de un a<strong>para</strong>to neumático construido á propósito;<br />

pero se abandonó este procedimiento por<br />

el mucho coste de <strong>la</strong> máquina y por no surtir<br />

buen efecto á causa de <strong>la</strong> forma irregu<strong>la</strong>r que<br />

tienen <strong>la</strong>s bocas de varios toneles.<br />

En España desgracia<strong>da</strong>mente no se usan mucho<br />

los toneles pequeños <strong>para</strong> vinos de pasto,<br />

sino tinajas ó barriles de gran capaci<strong>da</strong>d. El<br />

trasiego se verifica con cubos ó pellejos por per-


137<br />

sonas que no tienen ^1 cui<strong>da</strong>do que debieran;<br />

así es que después de haber hecho probaturas<br />

<strong>para</strong> sustituir ventajosamente el método vicioso<br />

que se emplea, nos han l<strong>la</strong>mado <strong>la</strong> atención <strong>la</strong>s<br />

bombas Noel y <strong>la</strong> rotativa de Moret y Broquet; si<br />

bien esta última adolece <strong>del</strong> grave inconveniente<br />

de no poder funcionar sino con vinos limpios,<br />

y que no tengan ollejo ni granillo de <strong>la</strong> uva. Por<br />

consiguiente, hemos adoptado definitiva y resueltamente<br />

<strong>para</strong> trasiego <strong>la</strong> bomba Noel, por<br />

su baratura re<strong>la</strong>tiva, y porque <strong>la</strong> sencillez de su<br />

mecanismo hace que <strong>la</strong> componga en' el acto<br />

cualquier persona, por poco inteligente que sea.<br />

Es pálido todo cuanto se diga en a<strong>la</strong>banza de<br />

esta máquina útilísima en los trasiegos especialmente,<br />

y cuyo mecanismo comprende todo el<br />

que <strong>la</strong> ve funcionar una so<strong>la</strong> vez.<br />

En <strong>la</strong>s faenas de <strong>la</strong> vendimia, y por medio de<br />

tubos de lona ó de goma, se puede con una<br />

bomba núm. 2 que arroja 3.000 litros por hora<br />

á cualquier altura ó distancia, envasar en <strong>la</strong>s<br />

tinajas ó en <strong>la</strong>s cubas 1.500 arrobas de mosto<br />

por dia, así como en los trasiegos tras<strong>la</strong><strong>da</strong> igual<br />

canti<strong>da</strong>d de vino c<strong>la</strong>ro de una á otra tinaja. Para<br />

el trasiego se deja caer el vino en una tornaja,<br />

ó por medio de una l<strong>la</strong>ve se ajusta el tubo impelente<br />

al mismo tonel ó á <strong>la</strong> tinaja; siendo el<br />

piston de presión doble con cuatro bo<strong>la</strong>s de goma<br />

que hacen <strong>la</strong>s veces de válvu<strong>la</strong>s, ningún


138<br />

movimiento de vaivén fa'cilita <strong>la</strong> introducción<br />

<strong>del</strong> aire; así es que el líquido no se agita ni revuelve<br />

interiormente.<br />

La máquina Noel es también un poderoso auxiliar<br />

<strong>para</strong> api<strong>la</strong>r bocoyes ó pipas grandes que<br />

primeramente se colocan vacías, y por medio de<br />

un tubo con codo se tras<strong>la</strong><strong>da</strong>n 6 hectolitros de<br />

un tonel á otro en diez minutos, menos tiempo<br />

<strong>del</strong> que cuatro hombres necesitan <strong>para</strong> api<strong>la</strong>r<strong>la</strong>s<br />

llenas, y con <strong>la</strong> ventaja, además, de poder<br />

poner toneles en sitios donde es imposible hacerlo<br />

cuando están llenos de líquido. Esta bomba<br />

ahorra los an<strong>da</strong>mios y antiguos tornos que<br />

Servian <strong>para</strong> echar los vinos en toneles de<br />

mezc<strong>la</strong>, <strong>la</strong>s piletas y <strong>la</strong>s bombas fijas que se<br />

usaban con el mismo objeto. En <strong>la</strong>s vendimias<br />

hacen también inútiles los descargaderos de<br />

uvas en sitios elevados, y hasta en los horrores<br />

de un incendio se utilizan dichas máquinas;<br />

a<strong>da</strong>ptándoles una' <strong>la</strong>nza á propósito que puede<br />

arrojar el agua á 16 metros de altura y 22 de<br />

distancia.<br />

Propagar el uso y <strong>la</strong> adopción de dichas bombas<br />

es <strong>para</strong> nosotros un deber de conciencia,<br />

seguros como estamos de los inapreciables servicios<br />

que prestan á cuantas personas tienen <strong>la</strong><br />

fortuna de poseer<strong>la</strong>s. Prontitud en <strong>la</strong>s operaciones,<br />

limpieza absoluta, sencillez en su mecanismo,<br />

ahorro de tiempo y de gasto, son <strong>la</strong>s con-


139<br />

cliciones de <strong>la</strong>s bombas Noel. Si á esto se agrega<br />

su baratura, se comprenderá que este precioso<br />

instrumento es el vade mecum de todo el<br />

que se dedique á <strong>la</strong> industria viníco<strong>la</strong>, ramo el<br />

más importante de <strong>la</strong> agricultura españo<strong>la</strong>.<br />

DE LAS FALSIFICACIONES .<br />

Y MEDIOS DE RECONOCERLAS.<br />

Si hay alguna p<strong>la</strong>ga temible <strong>para</strong> el comercio<br />

honrado y de buena fe, es sin disputa el<br />

arte culpable de falsificar los artículos, productos<br />

y sustancias alimenticias que se expenden<br />

diariamente <strong>para</strong> el consumo público.<br />

Entre <strong>la</strong>s alteraciones que afectan al comercio<br />

de los líquidos, hab<strong>la</strong>remos tan sólo de <strong>la</strong>s<br />

que modifican <strong>la</strong> naturaleza <strong>del</strong> vino, <strong>del</strong> vinagre,<br />

de <strong>la</strong> sidra, de <strong>la</strong> cerveza, de <strong>la</strong> co<strong>la</strong> de<br />

pescado ó ictioco<strong>la</strong> y crémor tártrico.<br />

Los vinos pueden ser alterados por el plomo,


140<br />

el cobre, el zinc, el ácido acético, el carbónico,<br />

el de tanino, el sulfúrico, el alumbre, los carbonatas<br />

de sosa, de potasa y de cal, el sulfato<br />

de hierro y <strong>la</strong>s materias colorantes.<br />

Los vinos que contienen plomo se reconocen<br />

por medio <strong>del</strong> ácido sulfúrico que los enturbia<br />

y producen un precipitado negro, y por el sulfato<br />

de sosa, que <strong>da</strong> un precipitado b<strong>la</strong>nco.<br />

Los que contienen cobre, se reconocen por<br />

el cianaferruro depotasium, que <strong>da</strong> un precipitado<br />

de color de café c<strong>la</strong>ro.<br />

Además, se usa el arsónito de potasa, el cual<br />

produce un precipitado verde y <strong>la</strong> inmersión de<br />

una p<strong>la</strong>ncha de zinc, sobre <strong>la</strong> que no tar<strong>da</strong> en<br />

aparecer el cobre metálico.<br />

Los vinos que contienen zinc se reconocen<br />

por medio de una dosis de álcali que cía<br />

un precipitado b<strong>la</strong>nco occi<strong>da</strong>do, por el carbonato<br />

de potasa ó de sosa, que lo produce b<strong>la</strong>nco<br />

de carbonato. Este precipitado, puesto al<br />

fuego con nitrato de cobalto, adquiere una coloración<br />

verde.<br />

Los vinos que contienen ácido acético se reconocen<br />

fácilmente por <strong>la</strong> acción que ejercen<br />

sobre el olfato y el pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r, ó bien con auxilio<br />

de una solución gradua<strong>da</strong> de potasa ó de sosa,<br />

que <strong>da</strong> como consecuencia de su influjo <strong>la</strong> medi<strong>da</strong><br />

de <strong>la</strong> canti<strong>da</strong>d de ácido que existe.<br />

Los vinos en que hay ácido tártrico se reco-


141<br />

nocen por medio de una solución de cloruro<br />

de potasa que <strong>da</strong> origen á un polvo cristalino<br />

de bitartrato de potasa.<br />

Los que contienen ácido de tanino se'reconocen<br />

por una solución gradua<strong>da</strong> de ge<strong>la</strong>tina,<br />

que <strong>da</strong> al momento <strong>la</strong> proporción <strong>del</strong> ácido.<br />

Los vinos que tienen ácido sulfúrico se reconocen<br />

al instante, dejando evaporar algunas<br />

gotas sobre una hoja de papel b<strong>la</strong>nco, -donde<br />

dejan manchas de color de rosa muy c<strong>la</strong>ro, ó<br />

bien por <strong>la</strong> inmersión .en el vino de un pe<strong>da</strong>zo<br />

de papel que se enrojece al secarse y se hace<br />

quebradizo y poco consistente.<br />

Los vinos que contienen alumbre se reconocen<br />

por el nitrato de barita (tierra alcalina muy<br />

pesa<strong>da</strong>) ó por el cloruro de carium, que <strong>da</strong>n<br />

un precipitado insoluble en el ácido nítrico.<br />

Si se emplea <strong>la</strong> evaporación, el residuo contiene<br />

el alumbre.<br />

Los que tienen carbonato de cal, se reconocen<br />

por el exa<strong>la</strong>to de amoniaco, que <strong>da</strong> un<br />

precipitado b<strong>la</strong>nco.<br />

Los vinos adulterados con carbonato de potasa,<br />

y tratados por el cloruro de p<strong>la</strong>tina, <strong>da</strong>n<br />

un precipitado color amarillo c<strong>la</strong>ro.<br />

Los que tienen carbonato de sosa, se tratan<br />

por medio <strong>del</strong> antimoniato de potasa, el cual<br />

produce un precipitado b<strong>la</strong>nco.<br />

Respecto á <strong>la</strong>s materias colorantes, son infini-


142<br />

tas <strong>la</strong>s que existen <strong>para</strong> adulterar los vinos;<br />

pero sólo indicaremos <strong>la</strong>s principales emplea<strong>da</strong>s<br />

hasta el dia, y son <strong>la</strong>s siguientes:<br />

El arán<strong>da</strong>no.<br />

La madera de Brasil.<br />

El palo campeche.<br />

Los caramelos.<br />

La cochinil<strong>la</strong>.<br />

El ©armin.<br />

Las cerezas negras.<br />

La fuchsina.<br />

La granadil<strong>la</strong>.<br />

El indigo.<br />

Las moras.<br />

El musgo l<strong>la</strong>mado orchil<strong>la</strong>.<br />

La fito<strong>la</strong>ca.<br />

Las hojas de retama.<br />

El sahuco.<br />

El yezgo.<br />

La sepia.. .<br />

El girasol.<br />

La violeta.<br />

La remo<strong>la</strong>cha.<br />

El cassis.<br />

La amapo<strong>la</strong>,<br />

.Y el tinte de Fismes, compuesto con alumbre<br />

y bayas de sahuco.<br />

Los vinagres pueden ser alterados con sales<br />

de cal, acetato de sosa, sulfato de sosa, plomo,


143<br />

zinc, cobre, ácido clorhídrico, ácido nítrico,<br />

cloruro de sodium, acetato de cal, etc. etc.<br />

Los vinagres que contienen sales de cal se<br />

reconocen por medio <strong>del</strong> oxa<strong>la</strong>te de amoniaco,<br />

que produce un precipitado -b<strong>la</strong>nco muy abun<strong>da</strong>te,<br />

ó bien por el amoniaco, que <strong>da</strong> un precipitado<br />

en fosfato calcáreo.<br />

Los que tienen acetato de sosa se reconocen<br />

por el ácido sulfúrico, el cual origina vapores<br />

desagra<strong>da</strong>bles de ácido acético.<br />

Los que contienen sulfato de sosa se reconocen<br />

al momento añadiéndoles ácido sulfúrico,<br />

que no produce los vapores de que hemos hab<strong>la</strong>do<br />

anteriormente.<br />

Los vinagres que contienen plomo se reconocen<br />

por medio de yoduro de potasium y <strong>del</strong> cromato<br />

de potasa, que <strong>da</strong>n un precipitado negro.<br />

Los que tienen zinc se reconocen por <strong>la</strong> acción<br />

<strong>del</strong> cianoferruro, que <strong>da</strong> un precipitado<br />

b<strong>la</strong>nco.<br />

.Los vinagres que contienen cobre se conocen<br />

por el cianuro amarillo, que <strong>da</strong>n un precipitado<br />

' color oscuro, ó bien por <strong>la</strong> inmersión de un pe<strong>da</strong>zo<br />

de hierro, en donde al punto aparece el<br />

cobre metálico.<br />

Los vinagres que tienen ácido sulfúrico se<br />

reconocen por medio de sales baríticas, que <strong>da</strong>n<br />

un precipitado b<strong>la</strong>nco insoluble en el ácido nítrico.


144<br />

También se procede por el baño de María, que<br />

produce vapores b<strong>la</strong>ncos muy irritantes y un<br />

extracto negro; pero <strong>la</strong> evaporación de una canti<strong>da</strong>d<br />

de vinagre puesta en contacto con otra de<br />

agua cobriza, en cuyo el azúcar se carboniza,<br />

y por medio <strong>del</strong> cloruro de calcium, que <strong>da</strong> un<br />

precipitado de sulfato calcáreo.<br />

Los vinagres que tienen ácido clorhídrico<br />

se reconocen tratando el producto de <strong>la</strong> desti<strong>la</strong>ción<br />

por el nitrato de p<strong>la</strong>ta, <strong>del</strong> que resulta<br />

un precipitado b<strong>la</strong>nco cuajado ó condensado.^<br />

Los que contienen ácido tártrico se reconocen<br />

evaporándolos un poco y tratándolos en segui<strong>da</strong><br />

por el cloruro de potasa, produciéndose<br />

entonces cristales de crémor tártrico.<br />

Los vinagres que contienen acetato de cal se<br />

reconocen por medio <strong>del</strong> oxa<strong>la</strong>to de amoniaco,<br />

que <strong>da</strong> un precipitado de oxa<strong>la</strong>to de cal.<br />

Cuando el crémor tártrico se falsifica con tartrate<br />

de cal de cuarzo ó de arcil<strong>la</strong>, se reconoce<br />

<strong>la</strong> falsificación sometiendo el crémor tártrico al<br />

agua hirviendo. Los cuerpos extraños á él forman<br />

entonces un residuo.<br />

El yeso y el mármol machacado se reconocerán<br />

por <strong>la</strong> efervescencia que producen los<br />

ácidos.<br />

El nitrato de potasa se reve<strong>la</strong> al momento<br />

acercando al crémor ascuas encendi<strong>da</strong>s.<br />

El alumbre se reconocerá en el precipitado


<strong>la</strong>nco, insoluble en el ácido nítrico que producirá<br />

<strong>la</strong> union <strong>del</strong> cloruro de barium con el acetato<br />

de plomo.<br />

Reconócese el hierro por el tinte negro que<br />

toma el crémor tártrico al ser sometido al contacto<br />

de <strong>la</strong>s agal<strong>la</strong>s.<br />

El cobre se reve<strong>la</strong> por el color azul que toma<br />

con el amoniaco, y el plomo en el tinte amarillo<br />

que adquiere con el yoduro de potasium.<br />

La sidra que contenga cal ó yeso <strong>da</strong>rá un precipitado<br />

b<strong>la</strong>nco con el oxa<strong>la</strong>to de amoniaco.<br />

El litargirio y el albayalde se reconocen por<br />

el yoduro de potasium, que <strong>da</strong> un precipitado<br />

amarillo, ó por el ácido sulfúrico que lo produce<br />

negro.<br />

El cobre, en el precipitado pardo oscuro, que<br />

<strong>da</strong> el cianuro amarillo.<br />

El zinc, en el precipitado amarillo, que <strong>da</strong>d<br />

cianuro rojo ó bien en el b<strong>la</strong>nco, que <strong>da</strong>rá <strong>la</strong> potasa<br />

ó <strong>la</strong> sosa.<br />

Con objeto de sustituir<strong>la</strong> falta <strong>del</strong> lúpulo, se<br />

mezc<strong>la</strong> <strong>la</strong> cerveza con hojas y cortezas de varios<br />

árboles y p<strong>la</strong>ntas como menianto, flores de tilo,<br />

gentiana, palo de guayaco, zumo de regaliz,<br />

beleño y otras sustancias vegetales que no pueden<br />

reconocerse sino en el momento de catar<br />

el líquido.<br />

Los polvos compuestos de sulfato de cobre y<br />

de hierro ó de fécu<strong>la</strong>s se reconocen por medio<br />

10


14 ti<br />

<strong>del</strong> cloruro de barium, que <strong>da</strong> un precipitado<br />

b<strong>la</strong>nco, ó <strong>del</strong> agua yo<strong>da</strong><strong>da</strong>, que produce un tinte<br />

azul.<br />

La cerveza que contiene cobre se reconoce<br />

por el amoniaco, que pone el líquido azu<strong>la</strong>do si<br />

contiene ¡alomo; el sulfato de sosa <strong>da</strong> un precipitado<br />

b<strong>la</strong>nco, y otro de igual color si contiene<br />

sales calcáreas y se <strong>la</strong> somete al oxa<strong>la</strong>to de<br />

amoniaco.<br />

La co<strong>la</strong> de pescado tiene muchas veces ácido<br />

sulfúrico procedente <strong>del</strong> ácido sulfuroso que se<br />

emplea <strong>para</strong> b<strong>la</strong>nquear<strong>la</strong>. Reconócese su presencia<br />

por medio <strong>del</strong> cloruro de barium, que<strong>da</strong><br />

un precipitado b<strong>la</strong>nco, insoluble en el ácido nítrico.<br />

Se falsifica <strong>la</strong> co<strong>la</strong> <strong>del</strong> pescado con membranas<br />

intestinales de ternera y de carnero, y con<br />

nervios de buey.<br />

Las membranas intestinales se pueden reconocer<br />

muy fácilmente por su trabajosa solubili<strong>da</strong>d<br />

dentro de <strong>la</strong>gua hirviendo, por el gusto sabroso<br />

que tienen, y por el precipitado lleno de<br />

cuajarones que produce.<br />

Los nervios de buey son completamente insolubles.


147<br />

EL ARTE DE LA LICORERÏA-<br />

La mayor parte de los historiadores pretenden<br />

que los licores de mesa fueron inventados<br />

á fines <strong>del</strong> siglo XVII; pero está probado que<br />

mucho antes, hacia el año de 1533, se usaba<br />

ya en Italia el licor l<strong>la</strong>mado rosoli, pre<strong>para</strong>do<br />

con rosas, flor de naranjo y jazmín.<br />

El hipocrás, tantas veces citado por los romanos<br />

de <strong>la</strong> E<strong>da</strong>d Media, y cuya receta se<br />

quiere atribuir al mismo Hipócrates, no podia<br />

l<strong>la</strong>marse propiamente un licor, porque no constaba<br />

más que de vino tinto ó b<strong>la</strong>nco dulcificado<br />

con miel: más tarde fué reemp<strong>la</strong>za<strong>da</strong> <strong>la</strong> miel<br />

por el azúcar, añadiendo <strong>la</strong> cane<strong>la</strong>, que solían<br />

poner en infusion en el mismo vino, y en muchas<br />

partes echaban también en él, <strong>para</strong> fortilicarlo,<br />

algunos ingredientes, como el c<strong>la</strong>vo de<br />

especia, <strong>la</strong> nuez mosca<strong>da</strong> y el gengibre. Este<br />

brebaje, completamente desdeñado en nuestros<br />

dias, hacia <strong>la</strong> <strong>del</strong>icia de nuestros antepasados;<br />

y era tal su reputación, que, como medio de<br />

obsequiar á sus reyes, varias vil<strong>la</strong>s y ciu<strong>da</strong>des


148 .<br />

llegaron á imponerse <strong>la</strong> obligación de rega<strong>la</strong>rles<br />

cierto número de botel<strong>la</strong>s de hipocrás.<br />

El arte de desti<strong>la</strong>r no fué descubierto, ni se<br />

puso en práctica basta <strong>la</strong> E<strong>da</strong>d Media, y por<br />

consiguiente, los hombres de <strong>la</strong> antigüe<strong>da</strong>d no<br />

conocieron los licores en <strong>la</strong> ver<strong>da</strong>dera y actual<br />

acepción que hoy tiene <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra.<br />

En lugar de esta bebi<strong>da</strong> se servían de algunos<br />

vinos fermentados, como <strong>del</strong> Falerno añejo,<br />

por ejemplo, mezc<strong>la</strong>do con miel, licor de<br />

tanta fuerza alcohólica, que su uso estaba terminantemente<br />

prohibido al bello sexo.<br />

Nuestros antepasados, á imitación de los antiguos,<br />

fabricaban un licor con mosto de uva<br />

donde ponían en infusion bayas de lentisco ó<br />

retoños tiernos <strong>del</strong> mismo arbusto. Los vinos<br />

artificiales compuestos con yerbas aromáticas,<br />

y l<strong>la</strong>mados vina ocloramentis inmixta, eran,<br />

pues, los únicos licores que se conocían, y aún<br />

se conocieron mucho tiempo después <strong>del</strong> descubrimiento<br />

<strong>del</strong> aguardiente. Entre ellos tenia<br />

gran fama el vino cocido, ó sea una canti<strong>da</strong>d<br />

determina<strong>da</strong> de mosto, que se ponia al fuego<br />

hasta que que<strong>da</strong>ba reduci<strong>da</strong> á <strong>la</strong> mitad ó á una<br />

tercera parte. Los capitu<strong>la</strong>res de Carlo-Magno<br />

hab<strong>la</strong>n de él dándole el nombre de vinum \<br />

coc turn.<br />

Los vinos artificiales, que consistían únicamente<br />

en infusion de p<strong>la</strong>ntas aromáticas ó me-


149 •<br />

dicinales, como el agenjo, el mirto, el áloe, el<br />

anís, el hisopo y el romero, se l<strong>la</strong>maban vinos<br />

herbáticos, empleándose, no sólo como bebi<strong>da</strong>s<br />

agra<strong>da</strong>bles al pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r, sino como remedios<br />

terapéuticos. Los más célebres eran aquellos<br />

en cuya fabricación entraba <strong>la</strong> miel y <strong>la</strong>s especias<br />

traí<strong>da</strong>s expresamente de Asia.<br />

Los poetas <strong>del</strong> siglo XIII se ocupaban con<br />

trasporte de estos licores, que calificaban de<br />

néctares <strong>del</strong>iciosos. Ningún festín hubiera sido<br />

completo sin ellos, y en el Concilio de Aquisgram,<br />

verificado en 817, se ordenó que en los<br />

conventos no se sirviese tan voluptuosa bebi<strong>da</strong><br />

más que en los dias de gran fiesta y aun así<br />

con ciertas restricciones.<br />

También habia licores hechos con el zumo<br />

de cerezas, grosel<strong>la</strong>, grana<strong>da</strong>s y frambuesas,<br />

que se l<strong>la</strong>maban sencil<strong>la</strong>mente vinos de frutas,<br />

sobresaliendo entre ellos el de moras, que<br />

era el más caro y el más estimado.<br />

Los licores ver<strong>da</strong>deros, es decir, los derivados<br />

<strong>del</strong> aguardiente de vino, aparecieron mucho<br />

tiempo después que se reconoció como factible<br />

<strong>la</strong> desti<strong>la</strong>ción <strong>del</strong> vino, probablemente<br />

hacia fines <strong>del</strong> siglo XIV. Largos años trascurrieron<br />

antes de que estas pre<strong>para</strong>ciones saliesen<br />

<strong>del</strong> dominio de los alquimistas y de los religiosos<br />

que aplicaban el arte de desti<strong>la</strong>r á <strong>la</strong><br />

composición de bálsamos y panaceas. Las ór-


150<br />

denes monásticas fueron <strong>la</strong>s que primero descubrieron<br />

el medio de hacer ciertos licores,<br />

guar<strong>da</strong>ndo el más profundo secreto, supuesto<br />

que en <strong>la</strong> reserva consistia <strong>la</strong> riqueza de <strong>la</strong><br />

comuni<strong>da</strong>d.<br />

Los jesuítas de Vicencio, en Italia, hacían licores<br />

medicinales, y lo mismo los de Verona,<br />

que fabricaban también aguas de olores exquisitos.<br />

Desde los primeros momentos se dedicaron<br />

los alquimistas á <strong>la</strong>s pre<strong>para</strong>ciones alcohólicas,<br />

que se convirtieron en panacea universal: en vez<br />

de poner en infusion <strong>la</strong>s especias con el vino,<br />

sustituyeron éste por el aguardiente, que es el<br />

sistema empleado hasta el dia.<br />

El primero de los licores, el que puede decirse<br />

que los engendró á todos, es el que se conoce<br />

hoy to<strong>da</strong>vía con el título de agua de oro<br />

ó aguardiente de Dantzig. En su primitiva<br />

época no era más que aguardiente mezc<strong>la</strong>do<br />

con hierbas aromáticas, que le <strong>da</strong>ban gusto y<br />

color, añadiéndose luego algunas partícu<strong>la</strong>s de<br />

oro. Este metal pasaba en <strong>la</strong> E<strong>da</strong>d Media como<br />

un especifico contra todos los males; así es que<br />

<strong>la</strong>s gentes se consagraron á disolver el oro y<br />

hacerlo potable. Púsose oro en <strong>la</strong>s bebi<strong>da</strong>s, en<br />

los baños, en los alimentos y en <strong>la</strong>s pildoras, y<br />

<strong>la</strong> farmacopea de aquel<strong>la</strong> época abun<strong>da</strong> en elixires<br />

de oro, tintura de oro, gotas de oro, etc.,


Ibi<br />

etcétera. Cou objeto de ha<strong>la</strong>gar <strong>la</strong>s aficiones<br />

<strong>del</strong> público se introdujo el mismo metal en el<br />

aguardiente de que antes hemos hab<strong>la</strong>do.<br />

Catalina de Mediéis, que importó en Francia<br />

los refinamientos y <strong>la</strong>s superflui<strong>da</strong>des de <strong>la</strong><br />

poética y voluptuosa Italia, llevó en c<strong>la</strong>se de licores<br />

el pópulo y el rosoli.<br />

El pópulo estaba hecho con espíritu de vino,<br />

agua, azúcar, almizcle, ámbar, esencia de anís<br />

y esencia de cane<strong>la</strong>. El segundo debia el nombre<br />

al rosoli, que entraba en su composición,<br />

añadiéndole angélica, ci<strong>la</strong>ntro, hinojo, anís y<br />

limón.<br />

Entre los otros licores que fueron adquiriendo<br />

fama poco á poco, citaremos el l<strong>la</strong>mado<br />

agua primaveral, que se hacia poniendo en infusion<br />

aguardiente, cane<strong>la</strong>, azúcar y esencia de<br />

rosa. Esta bebi<strong>da</strong> se servia como aperitivo en<br />

<strong>la</strong>s grandes solemni<strong>da</strong>des gestronómicas. También<br />

se estimaban mucho los licores fabricados<br />

en Lorena, donde se inventó el Perfecto Amor,<br />

hecho con agua de toronja teñi<strong>da</strong> de cochinil<strong>la</strong><br />

y <strong>la</strong>s ratafias de to<strong>da</strong>s c<strong>la</strong>ses, entre <strong>la</strong>s cuales<br />

sobresalió siempre el casis, que se hace de grosel<strong>la</strong>s<br />

negras.<br />

Cuando el aguardiente europeo se introdujo<br />

en <strong>la</strong>s colonias, empezaron á venir <strong>del</strong> <strong>la</strong>do allá<br />

de los mares licores de géneros diversos, apareciendo<br />

sucesivamente el rom, procedente de


•152<br />

<strong>la</strong> caña de azúcar; el agua de cane<strong>la</strong>, muy á<br />

propósito <strong>para</strong> restaurar <strong>la</strong>s fuerzas perdi<strong>da</strong>s; el<br />

licor de <strong>la</strong>s Barba<strong>da</strong>s, que se vendía á ocho<br />

duros <strong>la</strong> botel<strong>la</strong> en el siglo pasado; el aceite de<br />

Venus, inventado por el médico Sigogne, que<br />

fué el primero á quien se ocurrió convertir el<br />

azúcar en aceite por medio de <strong>la</strong> cocion; el<br />

marrasquino, especie de aguardiente particu<strong>la</strong>r,<br />

producido por <strong>la</strong>s cerezas de Dalmacia, y<br />

licor cuya venta se hizo tan importante, que se<br />

<strong>la</strong> reservó <strong>para</strong> sí el Senado de Venecia; el Scubac<br />

de los ir<strong>la</strong>ndeses, infusion de ceba<strong>da</strong>, azafrán,<br />

azúcar y espíritu de vino, y el licor d,e<br />

Hen<strong>da</strong>ye, cuya base consiste en <strong>la</strong> fragancia<br />

<strong>del</strong> hinojo. Esta bebi<strong>da</strong>, que se ha popu<strong>la</strong>rizado<br />

mucho, se ofrece al consumo bajo tres colores<br />

diferentes; b<strong>la</strong>nco, amarillo y verde. En el<br />

b<strong>la</strong>nco es muy débil <strong>la</strong> potencia alcohólica, un<br />

poco más acentua<strong>da</strong> en el amarillo y bastante<br />

fuerte en el último.<br />

Los descubrimientos de <strong>la</strong> industria, <strong>la</strong>s exigencias<br />

<strong>del</strong> lujo y el aumento considerable <strong>del</strong><br />

cultivo de <strong>la</strong> vid, han contribuido á fomentar <strong>la</strong><br />

afición á los licores, enriqueciendo su no escasa<br />

nomenc<strong>la</strong>tura. Hay siempre licores madres,<br />

que son el fun<strong>da</strong>mento de los otros, como el<br />

cognag, el rom, el curagao, el kirsch y el<br />

chartreuse.<br />

Al <strong>la</strong>do de estas bebi<strong>da</strong>s francesas de sabor y


153<br />

de perfume, vienen á agruparse infini<strong>da</strong>d de<br />

el<strong>la</strong>s, que á veces no difieren de <strong>la</strong>s primeras<br />

sino en el color y en <strong>la</strong> canti<strong>da</strong>d de aceite esencial<br />

que <strong>la</strong>s aromatiza.<br />

Nótase hoy en. Enrancia, que es el país donde<br />

<strong>la</strong> fabricación de licores ha llegado á su mayor<br />

perfeccionamiento; nótase, repetimos, una tendencia<br />

especial á componer licores salu<strong>da</strong>bles y<br />

estomacales. El químico Mariani hace un licor<br />

de quinina <strong>para</strong> el uso de <strong>la</strong> mesa, en que <strong>la</strong>s dosis<br />

de esta sustancia medicinal son pequeñas <strong>para</strong><br />

que no amarguen demasiado al pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r, y suficientes,<br />

sin embargo, <strong>para</strong> ejercer en el organismo<br />

su tónica y bienhechora influencia. También<br />

fabrica un licor l<strong>la</strong>mado coca <strong>del</strong> Perú.<br />

La coca es una p<strong>la</strong>nta que los indios de <strong>la</strong><br />

América Central mascan de continuo en sus <strong>la</strong>rgas<br />

y penosas excursiones, con objeto de vigorizar<br />

sus cansados músculos, y que tiene un sabor<br />

muy agra<strong>da</strong>ble.<br />

En este género de bebi<strong>da</strong>s no debemos olvi<strong>da</strong>r<br />

el licor Raspa.il, cuya Hombradía ha llegado<br />

á ser universal.<br />

El abuso de los Jicores es muy peligroso <strong>para</strong><br />

<strong>la</strong> salud, y ninguno de los pretestos que <strong>da</strong>n<br />

los que se entregan á esta bebi<strong>da</strong> tiene razón de<br />

•ser, ni fun<strong>da</strong>mento digno de tomarse en cuenta.<br />

Unos beben licor <strong>para</strong> confortarse, siendo así<br />

que producen un resultado diametralmente


154<br />

opuesto: el alcohol no se digiere como otros alimentos;<br />

se mezc<strong>la</strong> con <strong>la</strong>"sangre, y causa un<br />

enfriamiento repentino. Los que usan <strong>del</strong> licor<br />

como digestivo, están en un error profundo,<br />

porque si bien estimu<strong>la</strong> algo <strong>la</strong> mucosa <strong>del</strong> estómago,<br />

<strong>la</strong> irrita con mayor frecuencia, y lejos<br />

de favorecer, entorpece el trabajo de <strong>la</strong> digestion.<br />

Los que le beben como tónico, se parecen<br />

á los que usan diariamente de un remedio enérgico<br />

y violento, que concluye por sumirlos en<br />

una continua sobrexcitación nerviosa.<br />

El licor, bebido con cierta moderación, no<br />

perjudica, ni mucho menos, pero son raros los<br />

que una vez en <strong>la</strong> pendiente <strong>del</strong> vicio se detienen<br />

en medio de el<strong>la</strong>.<br />

Los casos de perturbación mental se cuentan<br />

en Ing<strong>la</strong>terra por mil<strong>la</strong>res, y harto sabi<strong>da</strong> es <strong>la</strong><br />

causa eficiente de tan <strong>la</strong>mentables trastornos.<br />

Los ir<strong>la</strong>ndeses beben licores fortísimos hasta<br />

caer muertos en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>zas donde se verifican<br />

<strong>la</strong>s apuestas y desafíos, y <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>mas, en honra<br />

de quienes se celebran tan lúgubres torneos, se<br />

muestran orgullosas de inspirar á los hombres<br />

una pasión tal, que les hace beber hasta que<br />

pierden <strong>la</strong> vi<strong>da</strong>.<br />

El vicio en los americanos <strong>del</strong> Norte ha progresado<br />

de un modo tan espantoso, que hay en<br />

aquel país centenares de hospitales dedicados á<br />

<strong>la</strong>s curas físicas y morales de <strong>la</strong> embriaguez.


155<br />

No hay ya pueblo que no saque una bebi<strong>da</strong><br />

especial de los productos de su respectivo suelo:<br />

los árabes tienen el arack; los chinos el<br />

aguardiente de arroz, y los indios de América<br />

el chicho, que fabrican de un modo muy original.<br />

En <strong>la</strong> noche, durante <strong>la</strong> ve<strong>la</strong><strong>da</strong>, se reúnen<br />

los habitantes de un mismo pueblecillo alrededor<br />

de un montón de maíz, toman un puñado<br />

de grano, lo mascan un cuarto de hora y lo arrojan<br />

después al p<strong>la</strong>to que llevan prevenido de<br />

antemano. Juntan después <strong>la</strong>s porciones y <strong>la</strong>s<br />

hacen fermentar mezclándo<strong>la</strong>s con alguna p<strong>la</strong>nta<br />

aromática.<br />

Conoci<strong>da</strong> es <strong>la</strong> pasión de los negros y los pieles-rojas<br />

por el aguardiente que l<strong>la</strong>man agua de<br />

fuego, vendiendo á sus hijos, y aun vendiéndose<br />

á sí propios, <strong>para</strong> satisfacer<strong>la</strong>.<br />

Si de América pasamos á Rusia, veremos que<br />

<strong>la</strong> mortali<strong>da</strong>d en este imperio se ha duplicado<br />

durante los últimos años á consecuencia <strong>del</strong> uso<br />

inmoderado de los licores que allí se fabrican,<br />

especialmente el hummel. Las medi<strong>da</strong>s gubernativas<br />

son ineficaces <strong>para</strong> atajar el mal, porque<br />

to<strong>da</strong> reflexion y todo propósito desaparece ante<br />

<strong>la</strong> bebi<strong>da</strong> licorosa, que á juicio de los rusos ha<br />

de reanimarlos y volver el calor á sus ateridos<br />

cuerpos.<br />

Los licores contienen una canti<strong>da</strong>d grande de<br />

alcohol, y se hacen, ya por medio de <strong>la</strong> fermen-


15tí<br />

tacion ó ya por <strong>la</strong> mezc<strong>la</strong> simple de dicho alcohol<br />

con el azúcar y <strong>la</strong> sustancia sápi<strong>da</strong> y aromática.<br />

Existe un número considerable de bebi<strong>da</strong>s<br />

de esta especie, y los <strong>fabricante</strong>s no se<br />

cansan de inventar nuevos nombres con objeto<br />

de que <strong>la</strong> atención <strong>del</strong> público se fije en su mercancía.<br />

Nosotros hemos bebido licores l<strong>la</strong>mados L¿a?ito<br />

de Monja., Crema de Ninfa, Adu<strong>la</strong>ciones<br />

de una coqueta y Orines de Elefante; nombre<br />

este último procedente, sin du<strong>da</strong>, de que en <strong>la</strong><br />

pre<strong>para</strong>ción de dicho licor entra por mucho el<br />

benjuí, y de los orines de ciertos animales, como<br />

el caballo y el elefante, se pueden sacar á veces<br />

canti<strong>da</strong>des considerables de ácido benzoico por<br />

medio de una alteración orgánica. Sea como<br />

quiera, nos pareció un nombre extravagante y<br />

más á propósito <strong>para</strong> excitar <strong>la</strong> curiosi<strong>da</strong>d, que<br />

no el deseo de pa<strong>la</strong>dear el licor, que es aromático<br />

y agra<strong>da</strong>ble.<br />

Para pre<strong>para</strong>r los licores debe tenerse gran<br />

esmero en <strong>la</strong> elección de <strong>la</strong>s primeras materias,<br />

prefiriendo el alcohol de vino ó el aguardiente de<br />

vino, si se opera con aguardiente. Los licores<br />

se conocen por los nombres genéricos üe ratafias,<br />

bálsamos, aceites, cremas y elíxires; pero<br />

no se l<strong>la</strong>ma generalmente ratafia sino á <strong>la</strong> bebi<strong>da</strong><br />

que debe sus principios aromáticos á <strong>la</strong><br />

pulpa ó al hueso de ciertas frutas. Bajo el nom-


157<br />

bre de aceites y cremas se designan los licores<br />

que se distinguen por una viscosi<strong>da</strong>d que produce<br />

sencil<strong>la</strong>mente el acto de aumentar <strong>la</strong> dosis<br />

de azúcar.<br />

Las cremas tienen mucho menos alcohol que<br />

los aceites.<br />

Tres métodos diferentes se emplean <strong>para</strong> pre<strong>para</strong>r<br />

los licores; por infusion, por desti<strong>la</strong>ción<br />

ó por mezc<strong>la</strong> <strong>del</strong> alcohol con el azúcar y con <strong>la</strong><br />

sustancia sápi<strong>da</strong> y aromática. En el primer caso<br />

se ponen estas últimas en contacto con el aguardiente<br />

por espacio de treinta ó cuarenta dias, al<br />

cabo de los cuales se vierte ó tras<strong>la</strong><strong>da</strong> el líquido<br />

á otro recipiente, añadiéndoles <strong>la</strong> porción de<br />

azúcar que sea necesaria.<br />

En el segundo, .ó sea por desti<strong>la</strong>ción, se coloca<br />

<strong>la</strong> sustancia aromática en el fondo <strong>del</strong> baño<br />

de María de un a<strong>la</strong>mbique con alcohol bastante,<br />

y se procede á <strong>la</strong> desti<strong>la</strong>ción, procedimiento el<br />

más recomen<strong>da</strong>ble de todos, porque produce licores<br />

infinitamente superiores á los demás bajo<br />

todos conceptos. La desti<strong>la</strong>ción es indispensable<br />

siempre que <strong>la</strong> sustancia someti<strong>da</strong> á este sistema<br />

no deba prestar al licor más que su esencia<br />

y no se quiera que el líquido participe de su<br />

principio extractivo.<br />

La práctica <strong>del</strong> tercer caso es tan sencil<strong>la</strong> que<br />

no merece el que hagamos de el<strong>la</strong> una mención<br />

especial.


Muchos y muy renombrados son ya hoy los <strong>fabricante</strong>s<br />

franceses que se dedican á hacer licores;<br />

pero desde que hubo frailes en el mundo parece<br />

que pusieron empeño en fabricarlos mejor<br />

que nadie; y en efecto, los licores monásticos<br />

son los que siempre se llevan <strong>la</strong> palma de <strong>la</strong> primacía.<br />

No se pasa por ningún gran almacén ó tien<strong>da</strong><br />

de ultramarinos, así en España como en todo<br />

el globo, sin ver una colección inmensa de botel<strong>la</strong>s<br />

ó frascos de distintas formas y tamaños<br />

con rótulos que dicen: licor de los cartujos, licor<br />

de los benedictinos, de los carmelitas, de<br />

los trapenses y de los padres de iníinitos conventos<br />

y abadías. En cuanto á <strong>la</strong>s propie<strong>da</strong>des<br />

de estas bebi<strong>da</strong>s, son idénticas entre sí, porque<br />

to<strong>da</strong>s son aperitivas, digestivas, anti-apopléticas,<br />

anti-espasmódicas, tónicas, etc., etc.<br />

El elemento activo y benéfico de <strong>la</strong> una ha<br />

sido descubierto y cogido en <strong>la</strong> cima de los Alpes,<br />

el de <strong>la</strong> otra en <strong>la</strong> fal<strong>da</strong> de los Pirineos ó<br />

en los peñascos acanti<strong>la</strong>dos de <strong>la</strong>s costas oceánicas,<br />

y otros vienen de selvas sombrías de los<br />

países <strong>del</strong> Norte. Es imposible una riqueza mayor<br />

de fantasía que <strong>la</strong> de los buenos religiosos<br />

dedicados á manufacturar el producto.<br />

En los primeros siglos de <strong>la</strong> E<strong>da</strong>d Media, los<br />

eruditos de los conventos trabajaban encarniza<strong>da</strong>mente<br />

en <strong>la</strong> gran obra, <strong>la</strong> quinta esencia


ó el elixir de <strong>la</strong> vi<strong>da</strong>, cosas idénticas, por más<br />

que le dieran tres denominaciones distintas. Sus<br />

tareas consistían en el estudio de <strong>la</strong>s mezc<strong>la</strong>s,<br />

<strong>la</strong>s esencias, los espíritus, los alcoholes y <strong>la</strong>s<br />

desti<strong>la</strong>ciones. Las p<strong>la</strong>ntas que usaban de preferencia<br />

eran el romero, el árnica, el sabuco, <strong>la</strong><br />

manzanil<strong>la</strong>, el meliloto, el torongil, <strong>la</strong> rosa,<br />

<strong>la</strong> borraja, el lirio, etc. La fórmu<strong>la</strong> propuesta<br />

era <strong>la</strong> siguiente:<br />

«Consiste el secreto en encontrar sustancias<br />

tan homogéneas á <strong>la</strong> naturaleza <strong>del</strong> hombre<br />

que pue<strong>da</strong>n aumentar su vigor sin detrimento<br />

de <strong>la</strong> salud, y mantener<strong>la</strong> sin aniqui<strong>la</strong>r<strong>la</strong>, to<strong>da</strong><br />

vez que <strong>la</strong> vi<strong>da</strong> se simboliza por una pérdi<strong>da</strong><br />

continua, hasta que al fin lo perdemos todo.»<br />

Los resultados de los estudios y <strong>la</strong>s vigilias<br />

de los frailes fueron algunos licores más ó menos<br />

selectos, cuyo secreto se trasmitió de generación<br />

en generación, ó mejor dicho, de comuni<strong>da</strong>d<br />

en comuni<strong>da</strong>d. Al principio fueron<br />

productos farmacéuticos, y hasta hace pocos<br />

años no se han convertido en licores de mesa.<br />

El siglo presente está marcado con el sello<br />

<strong>del</strong> positivismo, y ya no trabajan los monjes<br />

<strong>para</strong> <strong>la</strong> mayor gloria de Dios ni el alivio de los<br />

enfermos, sino en su propio y exclusivo beneficio.<br />

Los cartujos han <strong>da</strong>do á su industria un vuelo<br />

y un desarrollo ver<strong>da</strong>deramente prodigioso.


160<br />

Todos los años realizan enormes ganancias,<br />

parte de <strong>la</strong>s cuales, según se dice, va a Roma,<br />

destina<strong>da</strong> al dinero de San Pedro.<br />

Al <strong>la</strong>clo <strong>del</strong> Chartreuse figura con lucimiento<br />

el Benedictino y el T rapis tin o, que, según<br />

indica su nombre, lo fabrican los frailes de <strong>la</strong><br />

orden de <strong>la</strong> Trapa. El Benedictino, á pesar de<br />

sus cuatro letras cabalísticas A M D G, se<br />

fabrica por manos <strong>la</strong>icas en to<strong>da</strong> Francia, sin<br />

.poder nunca superar al Chartreuse, que es,<br />

sin disputa, el primero y más favorecido de<br />

cuantos licores so conocen hasta el dia.<br />

El licor de los monjes benedictinos de <strong>la</strong> abadía<br />

de Fecamp, que es el más caro, tiene <strong>la</strong> particu<strong>la</strong>ri<strong>da</strong>d<br />

de bur<strong>la</strong>r <strong>la</strong>s investigaciones <strong>del</strong><br />

análisis, porque no se compone de esencias,<br />

sino de p<strong>la</strong>ntas misteriosas arranca<strong>da</strong>s en <strong>la</strong>s<br />

costas de Normandía.<br />

Antes se creia que el licor de <strong>la</strong> Grande-<br />

Chartreuse se fabricaba con ciertas hierbas que<br />

nacen en los Alpes <strong>del</strong> Delfinado, hasta que un<br />

indiscreto publicó el secreto de <strong>la</strong> fórmu<strong>la</strong>, que<br />

consiste en dos gramos de esencia de torongil,<br />

dos de esencia de hisopo, diez de angélica, veinte<br />

de menta inglesa, dos de nuez mosca<strong>da</strong>, dos<br />

de c<strong>la</strong>vo, dos litros de alcohol y azúcar en canti<strong>da</strong>d<br />

suficiente.<br />

Nadie ignora que con <strong>la</strong> fabricación de los licores<br />

se han hecho gigantescas fortunas, y que


•161<br />

esta industria constituye en algunas colonias,<br />

como en Jamaica, en el Brasil, en Ho<strong>la</strong>n<strong>da</strong>, en<br />

Italia y sobre todo en Francia, un ramo importantísimo<br />

de <strong>la</strong> riqueza pública.<br />

A medi<strong>da</strong> que se ha perfeccionado el arte y<br />

abaratado el precio <strong>del</strong> producto sin adulterar,<br />

por supuesto, ni disminuir <strong>la</strong>s buenas cuali<strong>da</strong>des<br />

de éste, han ido ensanchándose los mercados<br />

y creciendo <strong>la</strong> deman<strong>da</strong> con <strong>la</strong>s aficiones<br />

<strong>del</strong> dia y <strong>la</strong>s exigencias de <strong>la</strong>s lujosas costumbres<br />

modernas.<br />

Los <strong>fabricante</strong>s aumentan, el tráfico no decrece,<br />

el porvenir de <strong>la</strong> industria licorera se<br />

afirma más y más con esa tendencia de que ya<br />

hemos hab<strong>la</strong>do, que trata de hacer de <strong>la</strong> bebi<strong>da</strong>,<br />

no sólo un regalo <strong>para</strong> el pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r, sino un agente<br />

terapéutico que na<strong>da</strong> tiene de desagra<strong>da</strong>ble<br />

ni repugnante, y sin embargo de ello, España<br />

permanece inactiva ó indiferente al vigoroso<br />

movimiento que se nota en el mundo industrial,<br />

siendo así que con un poco de estudio, y <strong>da</strong><strong>da</strong>s<br />

<strong>la</strong>s riquezas vegetales de su suelo, pocha y debía<br />

tomar p<strong>la</strong>za entre los países que más se distinguen<br />

en <strong>la</strong> desti<strong>la</strong>ción.<br />

Hay algunas honrosas excepciones á esta reg<strong>la</strong>,<br />

como los Sres. Burbano, hermanos, de<br />

Morata de Jalón, que fabrican un Chartreuse<br />

digno de competir con el <strong>del</strong> extranjero; los<br />

Sres. Paredes y Diez, de Val<strong>la</strong>dolid, y algunos<br />

•11


otros que no recor<strong>da</strong>mos: estos son méritos y<br />

esfuerzos ais<strong>la</strong>dos muy dignos de a<strong>la</strong>banza,<br />

pero que no constituyen núcleo, ni bastan <strong>para</strong><br />

caracterizar <strong>la</strong> industria nacional en el ramo de<br />

licorería, bien reduci<strong>da</strong> y atrasa<strong>da</strong> por cierto.<br />

Con un poco de buena voluntad y otro poco<br />

de patriotismo, creemos que podrian nuestros<br />

industriales colocarse en camino de irse abriendo<br />

paso en los centros mercantiles, lo cual redun<strong>da</strong>ria<br />

en su propio beneficio, haciéndonos<br />

sacudir el yugo que nos impone <strong>la</strong> perfección.<br />

Como ésta hoy se encuentra en países extranjeros,<br />

allá tenemos que ir en busca de lo que<br />

en España se descui<strong>da</strong>, no porque no se puede<br />

establecer <strong>la</strong> competencia, sino porque no tratan<br />

de hacer<strong>la</strong> nuestros compatriotas.<br />

¡Ojalá les saque de su marasmo <strong>la</strong> aspereza<br />

de esta ver<strong>da</strong>d!<br />

LA CERVEZA.<br />

La invención de <strong>la</strong> cerveza, si hemos de <strong>da</strong>r<br />

crédito al testimonio de respetables autores, se<br />

remonta na<strong>da</strong> menos que á los tiempos de Osi-


163<br />

ris, cerca de veinte siglos antes de <strong>la</strong> era cristiana,<br />

opinion un poco gratuita, á juicio nuestro,<br />

siendo probable que <strong>la</strong> bebi<strong>da</strong> á que dichos<br />

escritores alucien, fuera una simple infusion<br />

de ceba<strong>da</strong>. Sin embargo, y según afirman<br />

Plinio el viejo, Tácito y Teofrasto, <strong>la</strong> cerveza<br />

era conoci<strong>da</strong> de los pueblos <strong>del</strong> Norte que habitaban<br />

bajo <strong>la</strong> influencia de unos climas en<br />

que <strong>la</strong> vid no puede prosperar. Diodoro de Sicilia<br />

com<strong>para</strong> al vino por <strong>la</strong> fuerza y por<br />

el sabor á <strong>la</strong> cerveza fabrica<strong>da</strong> en Egipto, á <strong>la</strong><br />

que Herodoto <strong>da</strong> el nombre de vino de ceba<strong>da</strong>.<br />

Los egipcios l<strong>la</strong>maban á esta bebi<strong>da</strong> pelusiana,<br />

nombre derivado de una. ciu<strong>da</strong>d situa<strong>da</strong><br />

cerca <strong>del</strong> moderno Suez.<br />

Los traces, que habitaban junto á Constantinop<strong>la</strong>,<br />

usaban <strong>la</strong> cerveza, así como los pueblos<br />

<strong>del</strong> Norte en el Asia menor.. Los judíos<br />

tenian dos c<strong>la</strong>ses: una b<strong>la</strong>nca y dulce, el zithoum,<br />

y otra tinta y fuerte, el carin, cuyos<br />

efectos describió Aristóteles admirablemente.<br />

Según afirma Tácito, el vino de los antiguos<br />

bretones era <strong>la</strong> cervesia, vino de Céres, ó sea<br />

jugo extraído de los cereales." Si hemos de creer<br />

á Strabon, que existia en los albores de <strong>la</strong> era<br />

cristiana, se conocía mucho entonces <strong>la</strong> cerveza<br />

en <strong>la</strong> Bélgica meridional, que son hoy los<br />

Estados de F<strong>la</strong>ndes.


161<br />

No están, pues, en lo cierto los historiadores<br />

que atribuyen <strong>la</strong> invención de <strong>la</strong> cerveza á<br />

Juan Primus, duque de Brabante, cuyo único<br />

mérito consistió en generalizar el uso de dicha<br />

bebi<strong>da</strong> hacia mediados <strong>del</strong> siglo XVIII. ¡Cuántos<br />

esfuerzos, cuántos trabajos y cuántos ensayos<br />

no han tenido que hacerse <strong>para</strong> alcanzar<br />

un resultado que hoy nos parece tan fácil!<br />

La célebre escue<strong>la</strong> de Salerno elogia mucho<br />

esta bebi<strong>da</strong>, y aconseja su uso á los enfermos.<br />

Actualmente es <strong>la</strong> cerveza <strong>la</strong> bebi<strong>da</strong> habitual<br />

de los pueblos germánicos y escandinavos,<br />

de los belgas, ho<strong>la</strong>ndeses, ingleses y americanos<br />

<strong>del</strong> Norte.<br />

El mundo moderno se divide en dos grupos:<br />

el de <strong>la</strong>s razas <strong>la</strong>tinas que beben vino y el de<br />

<strong>la</strong>s sajonas que beben cerveza. Esta diferencia<br />

no es extraña á <strong>la</strong>s costumbres, á <strong>la</strong> economía<br />

agríco<strong>la</strong>, al estado higiénico y aun á <strong>la</strong>s facultades<br />

morales de los pueblos. La impetuosi<strong>da</strong>d<br />

de <strong>la</strong>s razas <strong>la</strong>tinas, su ingenio bril<strong>la</strong>nte y su<br />

ardor generoso, responden á <strong>la</strong>s cuali<strong>da</strong>des de<br />

ese licor, que se ha l<strong>la</strong>mado sangre de <strong>la</strong> vid.<br />

Los pueblos á quienes <strong>la</strong> naturaleza ha condenado<br />

á una bebi<strong>da</strong> más severa, se distinguen<br />

por <strong>la</strong> fuerza, <strong>la</strong> paciencia, <strong>la</strong> reflexion y <strong>la</strong> tenaci<strong>da</strong>d<br />

en el trabajo.<br />

«La cerveza y el vino, ha dicho un orador,<br />

se encontraron un dia en los campos de "Wa-


165<br />

terloo; el vino, rojo de ira, hirviendo de entusiasmo<br />

y loco de au<strong>da</strong>cia, se desbordó tres veces<br />

á <strong>la</strong> altura <strong>del</strong> ribazo en que habia una mural<strong>la</strong><br />

de hombres impasibles; los hijos de <strong>la</strong><br />

cerveza. Y ya sabéis <strong>la</strong> historia, <strong>la</strong> cerveza fué<br />

<strong>la</strong> que salió vencedora.»<br />

La cerveza es, pues, <strong>la</strong> bebi<strong>da</strong> adopta<strong>da</strong> de<br />

tiempo inmemorial en los países en que <strong>la</strong> vid<br />

se resiste á prosperar, sea por exceso ó ya por<br />

falta de calor. Las primeras colonias que se<br />

destacaron <strong>del</strong> Oriente, roturando á su paso los<br />

bosques sombríos de Europa, suplieron el fruto<br />

que prensó Noó por el medio que ya habia<br />

descubierto el antiguo Egipto, ó sea una bebi<strong>da</strong><br />

hecha con agua y ceba<strong>da</strong>, licor favorito de<br />

los anglo-sajones; y los <strong>da</strong>neses, que se posesionaron<br />

<strong>del</strong> territorio de <strong>la</strong> Gran Bretaña,<br />

creian, antes de su conversion á <strong>la</strong>s santas<br />

ideas <strong>del</strong> cristianismo, que una de <strong>la</strong>s principales<br />

felici<strong>da</strong>des de que gozaban los héroes admitidos<br />

después de <strong>la</strong> muerte en el <strong>para</strong>íso de<br />

Odin, consistia en beber ale á graneles tragos<br />

y en anchísimas copas.<br />

Sabios economistas con ribetes de arqueólogos<br />

han hecho <strong>la</strong>boriosas y eruditas investigaciones,<br />

<strong>para</strong> demostrar que <strong>la</strong> historia de <strong>la</strong><br />

cerveza tiene su origen en Ing<strong>la</strong>terra, dejando<br />

sentado que en el país de Gales (Wales), el<br />

•ule, aun de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se más común, se consideraba


166<br />

en otro tiempo como artículo de lujo, y no figuraba<br />

sino en <strong>la</strong> mesa de los grandes.<br />

Harrison asegura que en Ing<strong>la</strong>terra, hacia<br />

mediados <strong>del</strong> siglo XVI, cuando los mercade-'<br />

res y los artesanos tenían <strong>la</strong> buena fortuna de<br />

<strong>da</strong>r con un trozo de venado y un vaso de cerveza<br />

fuerte, se consideraban tan bien tratados<br />

como el lord-corregidor de Londres. Hoy todo<br />

ha cambiado mucho,, respecto á este particu<strong>la</strong>r.<br />

El ale y el porter corren á torrentes sobre los<br />

mostradores de <strong>la</strong>s tabernas más humildes,<br />

servidos cubiertos de espuma en vasos de estaño.<br />

Pobre y rico se sacian <strong>del</strong> licor nacional,<br />

como los israelitas en el desierto, según ha<br />

dicho un ministro anglicano, apagaban <strong>la</strong> sed<br />

en el agua cristalina que brotaba de <strong>la</strong>s entrañas<br />

de una roca. Esta abun<strong>da</strong>ncia, com<strong>para</strong><strong>da</strong><br />

con <strong>la</strong> penuria antigua, llena de gozo al economista<br />

bajo cierto punto de vista, porque ve en<br />

el<strong>la</strong> el movimiento natural de <strong>la</strong> ciencia y de<br />

<strong>la</strong> agricultura que pone con el tiempo al alcance<br />

de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se más numerosa, y trasforma en<br />

objetos comunes, productos que en su origen<br />

estaban considerados como artículos de lujo.<br />

No sólo es ya <strong>la</strong> cerveza accesible á <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses<br />

trabajadoras, sino que sus condiciones han<br />

mejorado notablemente.<br />

La cerveza inglesa, en <strong>la</strong> actuali<strong>da</strong>d, no tiene<br />

rival posible en el continente, y por orden


167<br />

<strong>del</strong> Par<strong>la</strong>mento no puede fabricarse más que<br />

con ceba<strong>da</strong> ó con lúpulo.<br />

Se hacen muchas varie<strong>da</strong>des de cerveza. Así<br />

es que en Ing<strong>la</strong>terra hay el ale, el porter y el<br />

stout, y en Bruse<strong>la</strong>s, el faro, el Iambic, etcétera,<br />

etc. No se conocen, sin embargo, más<br />

que cierto número de sistemas de fabricación<br />

que pueden refundirse en tres esenciales, á<br />

saber: l.°el método bávaro; 2.° el método inglés,<br />

y 3.° el método belga.<br />

El bávaro, que ca<strong>da</strong> cha se va propagando<br />

más, es, como su nombre lo indica, procedente<br />

de Baviera, y se usa en Wurtemberg y en el<br />

gran ducado de Baden. De <strong>la</strong>s cervezas hechas<br />

en Munich, <strong>la</strong>s más famosas son <strong>la</strong> ordinaria,<br />

el bock y el salvator. Estas tres c<strong>la</strong>ses, que<br />

casi se fabrican lo mismo, difieren, sin embargo,<br />

en <strong>la</strong> cali<strong>da</strong>d y canti<strong>da</strong>d de los materiales<br />

que se emplean.<br />

El método inglés es exclusivo de <strong>la</strong> Gran<br />

Bretaña, y tocios sus productos están muy recargados<br />

de alcohol.<br />

El belga produce tres c<strong>la</strong>ses de cerveza, cuyas<br />

modificaciones son muy ligeras entre sí.<br />

Francia ha elegido <strong>la</strong> que le pareció mejor de<br />

dichos países, y fabrica también buena cerveza.<br />

Vamos á indicar brevemente el sistema según<br />

el cual se pre<strong>para</strong> esta bebi<strong>da</strong>, sistema que<br />

puede dividirse en tres partes esenciales.


168<br />

La germinación de los granos.<br />

La extracción de <strong>la</strong>s materias solubles que<br />

en ellos se forman.<br />

La fermentación <strong>del</strong> líquido.<br />

La ceba<strong>da</strong> se pone en remojo hasta que se<br />

hincha y se ab<strong>la</strong>n<strong>da</strong>, perdiendo su dureza natural.<br />

Después de obtener tal resultado se <strong>la</strong><br />

deja escurrir y se <strong>la</strong> lleva á un sótano donde<br />

está doce horas, extendiéndo<strong>la</strong> luego en capas<br />

de á 30 centímetros, que se disminuyen á<br />

medi<strong>da</strong> que el grano va calentándose y se pronuncia<br />

<strong>la</strong> germinación.<br />

Pasados cinco ó seis dias, frotando ligeramente<br />

el grano en el hueco de <strong>la</strong> mano, el germen<br />

ó brote se desprende, y <strong>la</strong> ceba<strong>da</strong> se l<strong>la</strong>ma<br />

entonces malta, porque ya está á punto de servir<br />

<strong>para</strong> fabricar cerveza. El secadero donde<br />

en segui<strong>da</strong> se coloca el grano no es otra cosa<br />

que una estufa cuyo piso le componen <strong>la</strong>drillos<br />

agujereados. Abajo hay un horno construido de<br />

manera que no suba humo si se quema leña,<br />

ni mal olor si es carbon el combustible que se<br />

emplea. Si se trata de fabricar cerveza ordinaria,<br />

basta con que el grano esté seco; pero si se<br />

le dedica á otra variante, entonces <strong>la</strong> ceba<strong>da</strong><br />

se tuesta más ó menos, según convenga. Pasa<strong>da</strong>s<br />

veinticuatro horas, que es generalmente el<br />

tiempo que se necesita <strong>para</strong> <strong>la</strong> operación, se<br />

deja enfriar el grano y se extrae el germen.


169<br />

El malta se lleva después al molino <strong>para</strong> triturarlo,<br />

y una vez hecho así, <strong>la</strong> harina procedente<br />

de esta operación se coloca en una cuba<br />

de doble fondo llena de agujeros pequeños, <strong>para</strong><br />

que suba el agua que se vierte por medio de<br />

una canal, y que debe estar de 45 á 50 grados.<br />

Así que hay ya bastante agua se revuelve<br />

bien hasta que el malta quede perfectamente<br />

ca<strong>la</strong>do. Entonces se añade más agua á 100 grados,<br />

moviéndolo todo por espacio de media<br />

hora.<br />

El principio de <strong>la</strong> primavera es <strong>la</strong> mejor<br />

época <strong>para</strong> fabricar cerveza; así es que cuando<br />

se quiere ponderar el mérito de ésta, se <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ma<br />

cerveza ele Marzo.<br />

Aquel<strong>la</strong> mezc<strong>la</strong> de harina y agua se trasporta<br />

inmediatamente á <strong>la</strong>s calderas de cobre, que<br />

ha de estar muy limpio. Luego que comienza<br />

el hervor se añaden 500 gramos de lúpulo por<br />

ca<strong>da</strong> hectolitro, y cubriendo <strong>la</strong> caldera se deja<br />

que hierva el contenido por espacio de seis<br />

horas. Luego se pone á enfriar el líquido, y<br />

tras<strong>la</strong><strong>da</strong>do ya frió á unas grandes cubas, se le<br />

añade cierta canti<strong>da</strong>d de espuma y se abandona<br />

el líquido á sí mismo.<br />

Los fenómenos de <strong>la</strong> fermentación no tar<strong>da</strong>n<br />

en presentarse, y se envasa <strong>la</strong> cerveza en <strong>la</strong>s<br />

pipas ó toneles cuando <strong>la</strong> madurez ha producido<br />

una espuma de color amarillo negruzco, es-


no<br />

pesa y compacta, que se funde y parece que<br />

quiere bajar al fondo.<br />

Los toneles han de estar inclinados sobre<br />

cuezos á fin de dejar que <strong>la</strong> espuma salga por<br />

el agujero que tienen en <strong>la</strong> parte superior.<br />

Cuando <strong>la</strong> espuma desaparece por completo, se<br />

trasiega el líquido á cuartero<strong>la</strong>s de 75 litros de<br />

cabi<strong>da</strong>, y ya puede espenderse <strong>la</strong> cerveza <strong>para</strong><br />

el consumo.<br />

En Francia se c<strong>la</strong>rifica <strong>la</strong> cerveza con co<strong>la</strong><br />

de pescado; en Ho<strong>la</strong>n<strong>da</strong> y Bélgica se emplean<br />

con el mismo objeto sustancias animales; pero<br />

no trasforma<strong>da</strong>s aún en ge<strong>la</strong>tina: sin embargo,<br />

en algunos países <strong>del</strong> Norte, donde <strong>la</strong> cerveza<br />

está muy generaliza<strong>da</strong>, verifican <strong>la</strong> c<strong>la</strong>rificación<br />

haciendo cocer el líquido veinticuatro horas<br />

más que lo que se acostumbra. Así se practica<br />

en <strong>la</strong>s cervezas de Baviera y en el ale de<br />

Escocia.<br />

To<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s cervezas contienen esencialmente<br />

cuatro elementos constitutivos principales, cuyas<br />

cuali<strong>da</strong>des respectivas presentan variaciones<br />

ilimita<strong>da</strong>s. Estas cuatro sustancias son:<br />

Acido carbónico.<br />

Alcohol.<br />

El extracto que que<strong>da</strong> como residuo cuando<br />

<strong>la</strong> cerveza se evapora.<br />

Y el agua en que se disuelven estas sustancias.<br />

Una cerveza de buena cali<strong>da</strong>d ha de tener un


171<br />

olor aromático, un sabor amargo y dulce al<br />

propio tiempo y ha de ser muci<strong>la</strong>ginosa, produciendo<br />

en el pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r una sensación agria y picante.<br />

Esta bebi<strong>da</strong>, por lo demás, se hal<strong>la</strong> muy espuesta<br />

á descomponerse y puede hacerse agria-,<br />

desabori<strong>da</strong>, espesa ó enmoheci<strong>da</strong>.<br />

Pénese agria cuando <strong>la</strong>s pipas ó <strong>la</strong>s botel<strong>la</strong>s<br />

que <strong>la</strong> contienen están mal tapa<strong>da</strong>s. El ácido<br />

acético es el que produce tal efecto, y el sabor<br />

extraño que tiene entonces <strong>la</strong> cerveza no debe<br />

confundirse con el gusto acidu<strong>la</strong>do que tienen<br />

<strong>la</strong>s que se destinan á ser conserva<strong>da</strong>s mucho<br />

tiempo.<br />

La cerveza desabori<strong>da</strong> es sosa naturalmente,<br />

y esta falta de sabor se debe á una gran evaporación<br />

de ácido carbónico.<br />

La cerveza espesa no se puede beber. La mocosi<strong>da</strong>d<br />

vegetal que contiene es resultado de<br />

<strong>la</strong> trasformacion de <strong>la</strong> dextrina y <strong>del</strong> azúcar.<br />

Después de un espacio de tiempo más ó menos<br />

<strong>la</strong>rgo, <strong>la</strong>s cervezas sosas se enmohecen.<br />

Una cerveza está menos espuesta á echarse á<br />

perder, mientras es más rica en alcohol, más<br />

c<strong>la</strong>ra, tiene más lúpulo, y está completamente<br />

al abrigo <strong>del</strong> contacto <strong>del</strong> aire. El lúpulo debe <strong>la</strong><br />

preferencia de que es objeto en esta fabricación<br />

á <strong>la</strong> cuali<strong>da</strong>d preservadora que le caracteriza.<br />

Sin lúpulo no haj- cerveza buena posible.


El consumo de esta bebi<strong>da</strong> es tan importante<br />

en Ing<strong>la</strong>terra, que solo <strong>la</strong> ciu<strong>da</strong>d de Londres<br />

gasta al año cuatro millones de hectolitros. Bélgica,<br />

que tiene una pob<strong>la</strong>ción de cuatro millones<br />

de habitantes, fabrica al año de ocho á<br />

nueve millones de hectolitros de cerveza.<br />

Tanto en Austria como en Alemania y Francia<br />

ha tomado, en estos últimos años, un incremento<br />

extraordinario <strong>la</strong> fabricación de esta bebi<strong>da</strong>,<br />

que en aquellos países es una necesi<strong>da</strong>d<br />

imperiosa.<br />

Después <strong>del</strong> vino es indu<strong>da</strong>ble que <strong>la</strong> cerveza<br />

es <strong>la</strong> más salu<strong>da</strong>ble de <strong>la</strong>s bebi<strong>da</strong>s fermenta<strong>da</strong>s.<br />

Apaga <strong>la</strong> sed, refresca, estimu<strong>la</strong> ligeramente el<br />

estómago, y facilita además <strong>la</strong> digestion. Gracias<br />

al ácido carbónico que contiene, produce<br />

excelentes resultados en <strong>la</strong> vejiga, y algunos<br />

médicos creen que facilita <strong>la</strong> expulsion de los<br />

cálculos.<br />

Los alemanes se curan los constipados incipientes<br />

bebiendo un vaso de cerveza, donde<br />

apagan un hierro enrojecido al fuego, y el fosfato<br />

de cal que contiene es bueno <strong>para</strong> impedir el<br />

reb<strong>la</strong>ndecimiento <strong>del</strong> tejido óseo. El lúpulo,<br />

que comunica al líquido cuali<strong>da</strong>des tónicas, le<br />

dá al propio tiempo propie<strong>da</strong>des antifrodisiacas<br />

que están fuera de to<strong>da</strong> du<strong>da</strong>.<br />

Con razón ha sido c<strong>la</strong>sifica<strong>da</strong> <strong>la</strong> cerveza entre<br />

<strong>la</strong>s bebi<strong>da</strong>s más nutritivas. Constituye en


173<br />

efecto un alimento completo, porque contiene:<br />

i.° Alimentos de colorificacion (glucosa,<br />

dextrina, alcohol y materia grasa).<br />

2.° Alimentos azoados ó plásticos (sustancias<br />

albuminosas).<br />

3.° Alimentos minerales (fosfatos y otras<br />

combinaciones salinas).<br />

Toma<strong>da</strong>s con exceso, <strong>la</strong>s cervezas pueden<br />

producir los mismos accidentes y peligros que<br />

los alcohólicos, al paso que bebi<strong>da</strong>s con moderación<br />

son un preservativo contra ciertas dolencias<br />

y son un agente eficaz <strong>para</strong> conservar <strong>la</strong><br />

salud, que es el más preciado de los bienes.<br />

La p<strong>la</strong>nta conoci<strong>da</strong> vulgarmente con el nombre<br />

de lúpulo, de que antes hemos hab<strong>la</strong>do, y<br />

que constituye un género especial de <strong>la</strong> familia<br />

l<strong>la</strong>ma<strong>da</strong> Caunabíneas, afine con <strong>la</strong>s ortigas,<br />

crece espontáneamente en los linderos de los<br />

bosques y en los setos ó val<strong>la</strong>dos de Ing<strong>la</strong>terra,<br />

de Bélgica, de Ho<strong>la</strong>n<strong>da</strong>, de Alemania y de <strong>la</strong>s<br />

comarcas situa<strong>da</strong>s al Norte de Francia. También<br />

se cria con abun<strong>da</strong>ncia en el Canadá y en algunos<br />

Estados de <strong>la</strong> Union americana; pero si se<br />

dejara exclusivamente á <strong>la</strong> naturaleza el cui<strong>da</strong>do<br />

de proveernos de esta p<strong>la</strong>nta, es seguro que<br />

no bastaria á <strong>la</strong>s necesi<strong>da</strong>des <strong>del</strong> consumo. Así<br />

es que el lúpulo, en los países que acabamos de<br />

mencionar, se ha convertido en objeto de un<br />

cultivo tan constante como <strong>la</strong>borioso.


174<br />

Los agricultores le dividen en cuatro c<strong>la</strong>ses<br />

diferentes: 1. a<br />

el lúpulo silvestre; 2." el lúpulo<br />

encarnado; 3. a<br />

el lúpulo b<strong>la</strong>nco y <strong>la</strong>rgo, y •4. a<br />

el<br />

lúpulo b<strong>la</strong>nco y corto.<br />

A <strong>la</strong> segun<strong>da</strong> de estas c<strong>la</strong>ses no se <strong>la</strong> tiene en<br />

gran estima, pero posee <strong>la</strong> ventaja de prosperar<br />

en tierras medianas; <strong>la</strong> tercera y <strong>la</strong> cuarta son<br />

mejores, aunque no presentan mucha fuerza en<br />

su desarrollo. Lúpulo virgen se l<strong>la</strong>ma al que<br />

p<strong>la</strong>ntado en otoño comienza á <strong>da</strong>r cosecha desde<br />

el primer año.<br />

En cuanto á <strong>la</strong>s varie<strong>da</strong>des comerciales, se<br />

designan y establecen según el país de que procede<br />

<strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta, diferenciándose entre sí por <strong>la</strong><br />

naturaleza <strong>del</strong> terreno y <strong>la</strong>s condiciones climatológicas<br />

<strong>del</strong> sitio en que se ha criado. Por lo tanto,<br />

se conoce perfectamente el lúpulo alemán,<br />

que es el mejor de todos, el alsaciano, que sobresale<br />

por su sabor especial, el belga, el inglés<br />

y el de otras naciones en donde el cultivo<br />

se verifica científicamente y en grande esca<strong>la</strong>.<br />

El cultivo <strong>del</strong> lúpulo es tan antiguo que se<br />

hace mención de él en diversas concesiones<br />

acor<strong>da</strong><strong>da</strong>s á ciertas abadías en tiempo de los<br />

carlovingios, segun<strong>da</strong> dinastía de los reyes de<br />

Francia.<br />

Juan Sin Miedo otorgó á los que más se distinguiesen<br />

en F<strong>la</strong>ndes en propagar lúpulo, una


•175.<br />

me<strong>da</strong>l<strong>la</strong> de oro con <strong>la</strong> figura mode<strong>la</strong><strong>da</strong> de <strong>la</strong><br />

p<strong>la</strong>nta.<br />

Olivier de Serres se ocupa <strong>del</strong> lúpulo como<br />

elemento precioso <strong>para</strong> <strong>la</strong> fabricación de <strong>la</strong> cerveza,<br />

añadiendo: «que se cultivaba con esmero<br />

en los pueblos donde <strong>la</strong> falta de viñas obligaba<br />

á sus habitantes á echar mano de una bebi<strong>da</strong><br />

artificial.»<br />

De dos siglos á esta parte <strong>la</strong> mayoría de los<br />

Gobiernos europeos ha estudiado deteni<strong>da</strong>mente<br />

<strong>la</strong> cuestión agríco<strong>la</strong> re<strong>la</strong>tiva al p<strong>la</strong>ntío y aplicación<br />

<strong>del</strong> lúpulo. Los ingleses y belgas han<br />

creado en nuestros dias granjas-mo<strong>del</strong>o <strong>para</strong> <strong>la</strong><br />

enseñanza exclusiva y gratuita de todo lo que<br />

se refiere á este cultivo, que en Ing<strong>la</strong>terra ocupa<br />

una extension territorial de más de veinticuatro<br />

mil hectáreas.<br />

Alemania, donde tanta cerveza se consume,<br />

está á <strong>la</strong> par de <strong>la</strong> Gran Bretaña en producción<br />

cuantitativa, superándo<strong>la</strong> en <strong>la</strong> cualitativa, y<br />

Bavieray Bohemia cosechan lúpulo que puede<br />

competir con los más afamados <strong>del</strong> mundo.<br />

La estadística coloca á Ing<strong>la</strong>terra en primer<br />

lugar con respecto á este género de producción,<br />

puesto que <strong>da</strong> 250.000. quintales métricos por<br />

año, de los cuales exporta canti<strong>da</strong>des considerables.<br />

El segundo lugar corresponde á Bohemia,<br />

que<strong>da</strong> 70.000 quintales métricos durante el<br />

mismo período. El tercero á Baviera, que pro-


176<br />

duce 60.000; el cuarto á Bélgica, que figura por<br />

50.000, y el último á Francia, que <strong>da</strong> muy poca,<br />

porque de todos sus departamentos sólo cinco<br />

se dedican á cultivar esta p<strong>la</strong>nta.<br />

Los montañeses de los Vosgos se atribuyen<br />

<strong>la</strong> honra de haber sido los introductores <strong>del</strong><br />

lúpulo en Lorena antes de que se cultivase en<br />

Alsacià. De esta última comarca se ha ido propagando<br />

pau<strong>la</strong>tinamente y sin abandonar <strong>la</strong> zona<br />

<strong>del</strong> Norte hasta Borgoña y Pas de Ca<strong>la</strong>is:<br />

pero á pesar de ello <strong>la</strong> producción francesa es<br />

tan ínfima, con re<strong>la</strong>ción al consumo, que necesita<br />

todos los años adquirir un millón de kilogramos<br />

de pinas de lúpulo, ya procedentes de<br />

Bélgica ó ya de Alemania.<br />

Bebi<strong>da</strong> enérgica y refrescante á <strong>la</strong> vez, <strong>la</strong><br />

cerveza ha invadido ya hasta los mismos centros<br />

de <strong>la</strong>s comarcas esencialmente viníco<strong>la</strong>s.<br />

Fabrícase en to<strong>da</strong>s partes, <strong>da</strong>ndo pingües rendimientos;<br />

así es que no creemos fuera de propósito<br />

entrar en algunos pormenores sobre el<br />

lúpulo, los terrenos que le son favorables, los<br />

sistemas de cultivo y los enemigos que atacan<br />

á su existencia.<br />

El lúpulo es una p<strong>la</strong>nta vivaz; sus raíces,<br />

puntiagu<strong>da</strong>s y con un tronco principal que se<br />

hunde verticalmente en <strong>la</strong> tierra, son muy consistentes.<br />

Las hojas, rugosas por encima, palmea<strong>da</strong>s<br />

y denta<strong>da</strong>s como <strong>la</strong>s de <strong>la</strong> vid, parten de


177<br />

nudos espaciados de 0 m<br />

,30 á 0 m<br />

,50. Las inferiores,<br />

que son muy grandes, tienen por lo común<br />

cinco divisiones; <strong>la</strong>s superiores, más pequeñas,<br />

tienen sólo tres ó son absolutamente<br />

cordiformes. Los tallos son de enre<strong>da</strong>dera; <strong>la</strong>s<br />

flores machos muy chicas, b<strong>la</strong>nquecinas, sin<br />

coro<strong>la</strong>s y con un cáliz dividido en cinco partes.<br />

Las flores hembras, agrupa<strong>da</strong>s en torno de<br />

un eje común, forman una pina <strong>del</strong> grueso de<br />

<strong>la</strong> yema de un dedo. La semil<strong>la</strong>, que es de color<br />

pardo y pareci<strong>da</strong> á los granos de mijo, madura<br />

á fines <strong>del</strong> verano. Las pinas tienen entonces<br />

de 0 ra<br />

,03 á 0 m<br />

,04 de longitud. Son amarillentas,<br />

ó ligeramente violáceas, y están cubiertas<br />

de un polvo resinoso amarillo y muy<br />

aromático, conocido con el nombre de lupulina,<br />

sustancia á <strong>la</strong> que debe el lúpulo <strong>la</strong> mayor<br />

parte de su valor. Contiene el 50 por 100 de<br />

una resina muy odorífera, 10 de un principio<br />

amargo, 2 de aceite volátil, y el resto de goma,<br />

ácido málico, acetato, sulfato y cloruro de amoniaco.<br />

Los pies no fecun<strong>da</strong>dos producen lupulina lo<br />

mismo que los que lo han sido; pero como el<br />

acto de <strong>la</strong> fecun<strong>da</strong>ción influye siempre favorablemente<br />

sobre el producto, acostumbran los<br />

cultivadores á p<strong>la</strong>ntar un pió macho por ca<strong>da</strong><br />

ciento de los pies hembras.<br />

Se ha dicho que el lúpulo es <strong>la</strong> vid de los<br />

•12


178<br />

países fríos; pero no debe entenderse por esto<br />

que sea capaz de soportar los climas rigorosos.<br />

Al contrario, donde más prospera es, por<br />

ejemplo, en Ing<strong>la</strong>terra y en Bohemia, porque<br />

allí el clima es más bien húmedo y temp<strong>la</strong>do<br />

qué no frió, en <strong>la</strong> ver<strong>da</strong>dera acepción de <strong>la</strong><br />

pa<strong>la</strong>bra.<br />

En los países castigados por constantes sequías<br />

p<strong>la</strong>ntan el lúpulo en <strong>la</strong>s inmediaciones de<br />

los rios, porque necesita de frescura sin exceso<br />

de hume<strong>da</strong>d, y de sol al propio tiempo <strong>para</strong><br />

madurar sus pinas y <strong>para</strong> que <strong>la</strong> lupulina adquiera<br />

todo su perfume. El lúpulo, pues, no<br />

debe p<strong>la</strong>ntarse al Norte, ni en locali<strong>da</strong>des propensas<br />

á neblinas, ni cerca de <strong>la</strong>s emanaciones<br />

de los pantanos, ni junto á <strong>la</strong>s grandes carreteras,<br />

cuyo polvo le perjudica en alto grado, ni en<br />

los <strong>para</strong>jes profundos y sombreados por <strong>la</strong>s hojas<br />

de los árboles.<br />

El lúpulo requiere una tierra más bien ligera<br />

que fuerte, pero siempre baja. La arena mezc<strong>la</strong><strong>da</strong><br />

con arcil<strong>la</strong> abun<strong>da</strong>nte en humus es excelente<br />

<strong>para</strong> esta c<strong>la</strong>se de cultivo. En tierra hornaguera<br />

pura, el rendimiento es considerable y<br />

no se necesita abono, pero el fruto no pasa de<br />

mediano. En <strong>la</strong>s arenas gana el lúpulo mucho<br />

en aroma, aunque resiste poco <strong>la</strong> sequía. En<br />

<strong>la</strong>s tierras fuertes el fruto es abun<strong>da</strong>ntísimo,<br />

pero muy inferior en cali<strong>da</strong>d, y en este género


• 179<br />

de cosecha <strong>la</strong> cali<strong>da</strong>d es el todo, porque sin el<strong>la</strong><br />

<strong>la</strong> vegetación, por hermosa que sea, carece de<br />

valor real y efectivo. Cuando á <strong>la</strong> buena c<strong>la</strong>se<br />

de terreno se unen otras ventajas procedentes<br />

de <strong>la</strong>s condiciones climatológicas <strong>del</strong> sitio, los<br />

resultados han de ser excelentes. Por ejemplo:<br />

si en <strong>la</strong>s inmediaciones y altura conveniente<br />

hay algun manantial ó corriente de agua, es<br />

circunstancia favorable que no debe desperdiciarse.<br />

Entonces se dispondrá el terreno en declive<br />

regu<strong>la</strong>r á fin de que por medio de regueras<br />

ó tageas corra el agua entre el p<strong>la</strong>ntío cuando<br />

sea el tiempo seco. Los pies en el agua y <strong>la</strong> cabeza<br />

en el fuego; tal es <strong>la</strong> fórmu<strong>la</strong> con que exponen<br />

su sistema los cultivadores <strong>del</strong> lúpulo.<br />

El viento hace graneles destrozos en esta p<strong>la</strong>nta,<br />

y es. un elemento muy perjudicial <strong>para</strong> el<strong>la</strong>;<br />

así es que debe hacerse todo lo posible <strong>para</strong> atenuar<br />

su violencia sin interceptar el aire ni <strong>la</strong><br />

luz. Cuando se pue<strong>da</strong>n p<strong>la</strong>ntar, lúpulos en colinas<br />

de poca altura que den al Mediodía y que<br />

sea fácil regar<strong>la</strong>s de vez en cuando, se tiene asegura<strong>da</strong><br />

una buena cosecha.<br />

La primera <strong>la</strong>bor pre<strong>para</strong>toria, <strong>la</strong> más indispensable<br />

que ha de <strong>da</strong>rse á <strong>la</strong> tierra, es una cava<br />

de 0 m<br />

,70 á 0 ta<br />

,90 de profundi<strong>da</strong>d. Esta cava es<br />

ineludible á causa de <strong>la</strong> configuración especial<br />

de <strong>la</strong>s raíces, que ya hemos descrito, y que necesitan<br />

por consiguiente mucho espacio, lo mis-


180<br />

mo de ancho que de <strong>la</strong>rgo. Ensegui<strong>da</strong> se hará<br />

una guerra á muerte á <strong>la</strong>s hierbas parásitas,<br />

procurando el cultivador que en el momento de<br />

verificar <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ntación se halle <strong>la</strong> tierra limpia,<br />

bien trabaja<strong>da</strong>, muy movi<strong>da</strong> y provista de los<br />

elementos indispensables <strong>para</strong> que aquel<strong>la</strong> disposición<br />

dure el mayor tiempo posible. El lúpulo<br />

requiere mucho abono y que esté bien pasado,<br />

conviniéndole perfectamente el que prece<strong>da</strong><br />

dé<strong>la</strong>s cuadras y de los establos. Los abonos industriales<br />

son buenos, pero mezc<strong>la</strong>do con estiércol<br />

de los animales.<br />

Una vez elegido y pre<strong>para</strong>do el terreno, se<br />

procede á escoger <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas de lúpulo, que se<br />

dividen en dos c<strong>la</strong>ses: tempranas y tardías. Estas<br />

últimas son <strong>la</strong>s que abun<strong>da</strong>n más; pero se<br />

mezc<strong>la</strong>n con <strong>la</strong>s primeras sin confundir <strong>la</strong>s unas<br />

con <strong>la</strong>s otras, <strong>para</strong> que <strong>la</strong> cosecha no se apresure<br />

demasiado. Las mejores variantes, ó por lo<br />

menos, <strong>la</strong>s que más se estiman en el mundo comercial,<br />

son <strong>la</strong>s que tienen <strong>la</strong>s pinas muy duras<br />

al tacto, muy perfuma<strong>da</strong>s, y no b<strong>la</strong>ncuzcas, sino<br />

subi<strong>da</strong>s de color. La p<strong>la</strong>ntación so hace en el<br />

mes de Marzo ó en el de Febrero si el estado de<br />

<strong>la</strong> temperatura lo permite. Los hoyos, practicados<br />

de antemano, han de tener de 0 m<br />

,30 á 0 m<br />

,40<br />

en todos sentidos. El espacio que ha de mediar<br />

entre estos hoyos dispuestos en ángulo recto, es<br />

el de l m<br />

,60 á 2 metros, llenándolos de estiércol


181<br />

y de buena tierra vegetal. Este espaciado varía,<br />

según una infini<strong>da</strong>d de circunstancias que es<br />

imposible apuntar aquí, y <strong>la</strong> medi<strong>da</strong> que hemos<br />

indicado marca únicamente el límite que no' se<br />

debe traspasar. Los pies de lúpulo cuando están<br />

muy unidos <strong>da</strong>n menos producto y están expuestos<br />

á contraer diversas enferme<strong>da</strong>des. Una<br />

distancia conveniente ahorra gastos en <strong>la</strong> mano<br />

de obra, y permite el uso <strong>del</strong> arado <strong>para</strong> una<br />

so<strong>la</strong> caballería. El lúpulo se p<strong>la</strong>nta de estacas<br />

corta<strong>da</strong>s de los pies graneles en <strong>la</strong> época de <strong>la</strong><br />

po<strong>da</strong>, poniéndose de dos en dos dentro de ca<strong>da</strong><br />

hoyo <strong>para</strong> asegurar el arraigo y tener probabili<strong>da</strong>des<br />

de que si no <strong>la</strong> una, agarre bien <strong>la</strong> otra<br />

estaca, que con <strong>la</strong>s raíces deben medir de 0 m<br />

,20<br />

á 0 m<br />

,25 de <strong>la</strong>rgo. El lúpulo p<strong>la</strong>ntado en primavera<br />

no comienza á <strong>da</strong>r fruto hasta el segundo<br />

año. En algunos países se p<strong>la</strong>nta á principios de<br />

otoño, cogiéndose ya pinas al verano siguiente.<br />

La po<strong>da</strong>, primer trabajo de conservación, es<br />

una faena agríco<strong>la</strong> que tiene por objeto no sólo<br />

aumentar <strong>la</strong> fuerza y fecundi<strong>da</strong>d de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta,<br />

sino <strong>da</strong>r á <strong>la</strong> lupulina una finura y un aroma de<br />

que carece en el estado silvestre. Los autores<br />

no están de acuerdo sobre cuál sea el tiempo á<br />

propósito <strong>para</strong> po<strong>da</strong>r; pero los cultivadores proceden<br />

á <strong>la</strong> operación según los climas ó terrenos,<br />

y no se equivocan nunca. Empiezan por<br />

descalzar el pie de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta; luego cortan


182<br />

á 0 m<br />

,007 próximamente <strong>la</strong> parte que dio tallos<br />

el año anterior, y dejan na<strong>da</strong> más que <strong>la</strong> raíz<br />

principal con algunos ojos. Hecho esto rellenan<br />

el hoyo de nuevo. Cuando <strong>la</strong> vegetación recobra<br />

su vi<strong>da</strong> acostumbra<strong>da</strong> y <strong>la</strong>s ramas nuevas miden<br />

de 0 m<br />

,30 á 0 m<br />

,35, se cortan <strong>la</strong>s ramil<strong>la</strong>s débiles<br />

ó defectuosas, dejando únicamente <strong>la</strong>s cuatro<br />

más hermosas.<br />

El tallo flexible <strong>del</strong> lúpulo necesita de un<br />

punto de apoyo <strong>para</strong> mantenerse recto en el<br />

aire. Un sistema se ha adoptado con este objeto;<br />

consiste en c<strong>la</strong>var varas ó pértigas descorteza<strong>da</strong>s<br />

de pino ó de castaño de 10 á 12 metros, según<br />

<strong>la</strong> altura de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta que van á sostener.<br />

Por lo común se sacan al fin de ca<strong>da</strong> recolección,<br />

teniendo cui<strong>da</strong>do de conservar los hoyos<br />

en que le c<strong>la</strong>varon <strong>para</strong> abreviar trabajo en <strong>la</strong><br />

rep<strong>la</strong>ntacion de <strong>la</strong> primavera siguiente; pero en<br />

muchas partes <strong>la</strong>s pértigas son fijas, untando <strong>la</strong><br />

punta inferior con brea. Así duran siete y ocho<br />

años sin salir de <strong>la</strong> tierra en verano ni en invierno.<br />

El empleo de <strong>la</strong>s pértigas <strong>para</strong> sostener el<br />

lúpulo origina un gasto bastante respetable, y<br />

así es que se ha buscado el medio de disminuirlo<br />

por todos los medios que <strong>la</strong> ciencia proporciona.<br />

Hasta se ha intentado suprimirlo en absoluto,<br />

sustituyendo <strong>la</strong>s pértigas ó rodrigones<br />

con a<strong>la</strong>mbres extendidos horizontalmente; pero<br />

algun inconveniente debe tener el método en si,


183<br />

cuando no se vé seguido por los cultivadores de<br />

<strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta.<br />

El lúpulo, además de <strong>la</strong> po<strong>da</strong> debe rozarse,<br />

escar<strong>da</strong>rse y regarlo en tiempo de sequía, cui<strong>da</strong>ndo,<br />

sobre todo, que el terreno esté limpio y<br />

libre de hierbas parásitas.<br />

La época de <strong>la</strong> recolección varía según <strong>la</strong>s<br />

circunstancias; pero por reg<strong>la</strong> general se conoce<br />

que <strong>la</strong> pina está madura y que es tiempo de<br />

cosechar<strong>la</strong> cuando empieza á ennegrecerse por<br />

<strong>la</strong> parte superior y arrojar una sustancia viscosa<br />

que procede <strong>del</strong> aceite volátil.<br />

Así que se ha cogido cierta canti<strong>da</strong>d de lúpulo,<br />

es menester no api<strong>la</strong>rlo en los grandes cestos<br />

destinados al efecto, sino secarlo inmediatamente,<br />

<strong>para</strong> lo cual se extiende por capas, no<br />

muy espesas, sobre el pavimento de un granero<br />

bien aireado. Esta desecación no debe ser completa,<br />

porque el lúpulo muy seco pierde aroma<br />

y color. Cuando el lúpulo está seco hasta cierto<br />

punto, que se conoce en lo duro y quebradizo de<br />

<strong>la</strong> mata que soporta el peso de <strong>la</strong> pina, se trasporta<br />

á habitaciones bajas donde adquiere cierta<br />

hume<strong>da</strong>d que lo suaviza y permite embarcarlo<br />

sin que se rompa. Es muy importante esta<br />

última operación, porque influye mucho en <strong>la</strong><br />

buena ó ma<strong>la</strong> cali<strong>da</strong>d <strong>del</strong> lúpulo. Bien empaquetado<br />

conserva su mérito años enteros, mientras<br />

que puesto en sacos ó costales y revuelto de


184<br />

cualquier manera pierde una parte de su aceite<br />

esencial y se altera profun<strong>da</strong>mente al contacto<br />

<strong>del</strong> aire atmosférico.<br />

Además de su empleo en <strong>la</strong> fabricación de <strong>la</strong><br />

cerveza, el lúpulo sirve <strong>para</strong> otros usos diferentes.<br />

Algunas personas comen los brotes cocidos<br />

con aceite y vinagre, como los espárragos.<br />

En Suecia y en Lituania sacan de los tallos<br />

<strong>del</strong> lúpulo una materia fibrosa pareci<strong>da</strong> al cáñamo,<br />

con <strong>la</strong> que hacen cuer<strong>da</strong>s y te<strong>la</strong>s bastas <strong>para</strong><br />

los sacos. A este efecto maceran <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta en<br />

lejía de ceniza, y luego <strong>la</strong> pasan por dos cilindros.<br />

Los franceses, copiando en esto á los belgas,<br />

se valen de <strong>la</strong>s pinas <strong>del</strong> lúpulo <strong>para</strong> preservar<br />

al trigo de los perjuicios que le causan los insectos,<br />

y recientemente se ha comenzado á utilizar<br />

<strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta, dándo<strong>la</strong> al ganado como alimento<br />

mezc<strong>la</strong><strong>da</strong> con otros forrajes. Los animales <strong>la</strong><br />

comen sin repugnancia, si no está muy seca, y<br />

les sienta perfectamente.<br />

Si el lúpulo se llegara á aceptar como p<strong>la</strong>nta<br />

forrajera, seria un elemento más de ganancia<br />

en esta c<strong>la</strong>se de cultivo, que adquiere ca<strong>da</strong> dia<br />

mayores proporciones.<br />

La terapéutica aconseja el uso <strong>del</strong> lúpulo en<br />

<strong>la</strong>s enferme<strong>da</strong>des cutáneas crónicas y en <strong>la</strong>s escrófu<strong>la</strong>s.<br />

Es evidente que tiene cuali<strong>da</strong>des depurativas,<br />

y el amargo que tanto conviene á <strong>la</strong>s


185<br />

dolencias <strong>del</strong> estómago. Con <strong>la</strong>s pinas <strong>del</strong> lúpulo<br />

se hacen también almoha<strong>da</strong>s <strong>para</strong> <strong>la</strong>s personas<br />

que padecen de insomnios; pero <strong>la</strong> principal<br />

aplicación <strong>del</strong> lúpulo y <strong>la</strong> cpae más utili<strong>da</strong>d reporta<br />

es <strong>la</strong> que se hace <strong>para</strong> fabricar cerveza,<br />

ese licor intermediario entre el agua y el vino,<br />

que apaga <strong>la</strong> sed y excita al mismo tiempo <strong>la</strong><br />

acción de <strong>la</strong> inteligencia, con propie<strong>da</strong>des comunes<br />

<strong>para</strong> <strong>la</strong> salud y el recreo, <strong>para</strong> <strong>la</strong> sobrie<strong>da</strong>d<br />

y <strong>para</strong> <strong>la</strong> gu<strong>la</strong>.<br />

Millones de hectáreas de terreno se dedican<br />

hoy en Europa al cultivo <strong>del</strong> lúpulo, que en<br />

Alemania principalmente ha <strong>da</strong>do origen á grandes<br />

fortunas, multiplicando <strong>la</strong> producción y fomentando<br />

el progreso de ese agua eleva<strong>da</strong> á <strong>la</strong><br />

categoría de vino, ó de ese vino reducido á <strong>la</strong><br />

condición de agua popu<strong>la</strong>r y bebi<strong>da</strong> alimenticia.<br />

Las condiciones climatológicas de casi to<strong>da</strong>s<br />

<strong>la</strong>s provincias de España se prestan admirablemente<br />

al cultivo <strong>del</strong> lúpulo, p<strong>la</strong>nta que, como<br />

hemos dicho, requiere una temperatura no muy<br />

fria, frescura sin mucha hume<strong>da</strong>d, ambiente<br />

puro y frecuentes rayos de sol, que maduren sus<br />

pinas y aromaticen <strong>la</strong> fragante lupulina. Si el<br />

lúpulo ha de tener los pies en el agua y <strong>la</strong> cabeza<br />

en el fuego, <strong>la</strong>s márgenes de todos los rios<br />

grandes y pequeños de España, tan á propósito<br />

<strong>para</strong> introducir en nuestro país este riquísimo<br />

elemento de prosperi<strong>da</strong>d, que también puede


186<br />

extenderse á los setos ó val<strong>la</strong>dos de <strong>la</strong>s tierras<br />

de regadío, si no se quieren por el pronto dedicar<br />

á él grandes parce<strong>la</strong>s hasta no asegurarse<br />

<strong>del</strong> producto.<br />

Este, á juicio nuestro, es tan seguro, que en<br />

un documento oñcial que tenemos á <strong>la</strong> vista<br />

procedente de <strong>la</strong> provincia de Navarra, se dice<br />

que hay dos fábricas de cerveza, una en Alsásua<br />

y otra en Pamplona, viéndose sus dueños<br />

en <strong>la</strong> precision de ir al extranjero todos los<br />

años en busca <strong>del</strong> lúpulo que necesitan indispensablemente,<br />

sin que nadie se ocupe allí ni<br />

aun de recoger los frutos <strong>del</strong> que vegeta espontáneamente<br />

no lejos de dichas fábricas, y mucho<br />

menos de introducir un cultivo que tanto<br />

produciría en Navarra, sin ir más lejos, donde<br />

tan grande es el consumo y tan segura <strong>la</strong> sali<strong>da</strong><br />

de <strong>la</strong> recolección que se hiciese.<br />

Los <strong>fabricante</strong>s de cerveza en España se quejan<br />

de los gastos y molestias que les causa el<br />

no encontrar lúpulo en nuestro país, y sin embargo<br />

no salen los agricultores de su apatía, ni<br />

emprenden con resolución un camino que no<br />

vaci<strong>la</strong>mos en marcarles como ventajoso por todo<br />

extremo, excitándoles á que reflexionen sobre<br />

los <strong>da</strong>tos contenidos en <strong>la</strong>s presentes líneas,<br />

<strong>da</strong>ndo oidos á nuestros desinteresados consejos.


187<br />

EMPLEO DE.LA MIEL<br />

EN LA PREPARACIÓN DE LAS BEBIDAS.<br />

No es nuestro propósito ocuparnos exclusivamente<br />

de <strong>la</strong> miel.<br />

Démos<strong>la</strong> por produci<strong>da</strong>, sobre todo en los<br />

campos de <strong>la</strong> inmediata provincia de Gua<strong>da</strong><strong>la</strong>jara,<br />

y pasemos ade<strong>la</strong>nte.<br />

Nuestro objeto se reduce á decir á los apicultores<br />

y vinicultores que lo ignoren, <strong>la</strong>s varias y<br />

excelentes bebi<strong>da</strong>s que se fabrican con <strong>la</strong> miel,<br />

considera<strong>da</strong> como principal ingrediente de <strong>la</strong>s<br />

mismas. Así sabrán los primeros <strong>la</strong>s diversas<br />

aplicaciones que se <strong>da</strong>n ya á sus productos, y<br />

los segundos, los medios de que han de valerse<br />

<strong>para</strong> introducir ade<strong>la</strong>ntos modernos en un país<br />

donde puede asegurarse que sólo se consume <strong>la</strong><br />

miel como postre de mesa, ó <strong>para</strong> sustituir azúcares<br />

en el arte de <strong>la</strong> confitería.<br />

La miel debe adquirir mayor rango, y hé<br />

aquí por orden <strong>la</strong>s bebi<strong>da</strong>s que avalora con su<br />

dulce sabor, y aromatiza con su exquisita fragancia.<br />

Empecemos por lo más empírico, ó sea por


188<br />

E L AGUAMIEL.<br />

Esta bebi<strong>da</strong>, muy estima<strong>da</strong> por los pueblos<br />

<strong>del</strong> Norte de Europa, sobre todo en Suecia, en<br />

Noruega y en Rusia, donde reemp<strong>la</strong>za, aunque<br />

desventajosamente, al vino, es el miod que tanta<br />

fama tiene en Bretaña.<br />

Se hace con miel y con agua, añadiendo algunas<br />

sustancias aromáticas, y se divide entres<br />

c<strong>la</strong>ses.<br />

El aguamiel sencillo, que es una mezc<strong>la</strong><br />

muy refrescante compuesta de una canti<strong>da</strong>d pequeña<br />

de miel y otra grande de agua.<br />

El aguamiel vinoso, que se hace echando<br />

cinco kilogramos de miel buena en quince litros<br />

de agua, poniéndolo todo junto á hervir á<br />

fuego bastante vivo, sin dejar de espumar con<br />

esmero hasta que el líquido tome por medio de<br />

<strong>la</strong> evaporación una consistencia capaz de sostener<br />

el peso de un huevo en <strong>la</strong> superficie. Entonces<br />

se divide el líquido en dos partes: una va<br />

á un cántaro de barro que ha de colocarse en el<br />

sitio más fresco posible, y <strong>la</strong> otra á un barril que<br />

debe llenar hasta <strong>la</strong> mitad na<strong>da</strong> más. El barril,<br />

sobre un pié ó caballete de madera, se pone inmediato<br />

al fuego, tapándolo únicamente con un<br />

trozo de te<strong>la</strong> gruesa. La fermentación tumultuosa,<br />

que dura tres meses, no tar<strong>da</strong> en pre-


189<br />

sentarse. Una espuma espesa y abun<strong>da</strong>nte sale<br />

sin cesar por el agujero <strong>del</strong> envase y va á derramarse<br />

en un lebrillo grande colocado debajo<br />

<strong>del</strong> barril <strong>para</strong> recibir<strong>la</strong>. El vacío que produce<br />

<strong>la</strong> sali<strong>da</strong> de <strong>la</strong> espuma se llena con el líquido<br />

que hay de reserva en el cántaro. Cuando <strong>la</strong> fermentación<br />

cesa, se baja el barril á <strong>la</strong> bodega.<br />

El agua miel debe esperar un año <strong>para</strong> ser<br />

embotel<strong>la</strong>do, y aun dos, si se quiere que sea de<br />

primera cali<strong>da</strong>d. Tiene entonces de 7 á 8 por<br />

100 de alcohol, y además de ser tónico, nutritivo<br />

y estimu<strong>la</strong>nte, reúne condiciones de <strong>la</strong>s<br />

bebi<strong>da</strong>s vinosas ó fermenta<strong>da</strong>s.<br />

El agua, miel compuesto es aquel á que se<br />

mezc<strong>la</strong> cierta .canti<strong>da</strong>d de vino b<strong>la</strong>nco y algunas<br />

sustancias aromáticas, como cane<strong>la</strong> moli<strong>da</strong>,<br />

frambuesa y cabezas de c<strong>la</strong>vo, todo ello<br />

puesto dentro de una muñequil<strong>la</strong> de lienzo<br />

muy fino. El agua miel fabricado así es naturalmente<br />

más estimu<strong>la</strong>nte y licoroso que el<br />

agua miel vinoso.<br />

Si hemos de creer á Plinio, debe <strong>la</strong> humani<strong>da</strong>d<br />

á Áristeo, rey de los arcadios ó hijo <strong>del</strong><br />

Sol, el descubrimiento de un licor cuyo uso se<br />

extendió mucho entre los pueblos de <strong>la</strong> antigüe<strong>da</strong>d.<br />

Los celtíberos y los habitantes de Diria<br />

lo bebían con pasión, y el libro doce de Colurae<strong>la</strong><br />

(caps. XI y XII) está consagrado en<br />

gran parte á <strong>la</strong> descripción de los sistemas que


190<br />

empleaban los romanos <strong>para</strong> pre<strong>para</strong>r su bebi<strong>da</strong><br />

favorita.<br />

CERVEZA D E MIEL.<br />

Ante todo se filtra el agua enme<strong>la</strong><strong>da</strong>, ó sea<br />

una canti<strong>da</strong>d de líquido compuesta de nueve<br />

partes de agua por una de miel, dejándo<strong>la</strong><br />

después reposar á fin de que <strong>la</strong>s sustancias heterogéneas<br />

que contenga vayan al fondo ó suban<br />

á <strong>la</strong> superficie y se pue<strong>da</strong>n sacar fácilmente.<br />

Al líquido, ac<strong>la</strong>rado de este modo, se le añaden<br />

flores de lúpulo, un buen puñado por ca<strong>da</strong><br />

25 litros, y después de hervir todo media hora,<br />

sin dejar de espumar y de una segui<strong>da</strong> filtración,<br />

se vacía el líquido tibio en un tonel donde<br />

se hal<strong>la</strong> un poco es espuma fresca de cerveza.<br />

Con objeto de acabar de llenar el tonel<br />

se tiene de reserva agua enme<strong>la</strong><strong>da</strong>, y así que<br />

<strong>la</strong> fermentación concluye se procede al embotel<strong>la</strong>do.<br />

Si se desea obtener cerveza muy espumosa<br />

no hay que hacer más sino interrumpir <strong>la</strong> fermentación<br />

y embotel<strong>la</strong>r al segundo dia, teniendo<br />

cui<strong>da</strong>do de que ajusten perfectamente Iostapones.<br />

Si se quiere aromatiza<strong>da</strong> ha de sumergirse en<br />

el líquido antes de que principie <strong>la</strong> fermentación<br />

una muñequil<strong>la</strong> con c<strong>la</strong>vo y cane<strong>la</strong> en rama, <strong>la</strong>


191<br />

cual se suspende por el agujero de <strong>la</strong> tapa superior<br />

en medio de <strong>la</strong> masa fermentativa.<br />

LIMONADA ESPUMOSA.<br />

En un recipiente abierto se mezc<strong>la</strong> un kilo de<br />

miel con diez litros de agua hirviendo, y después<br />

de añadir un poco de cerveza fresca, se<br />

encierra el líquido en botel<strong>la</strong>s de vidrio muy<br />

fuerte al segundo dia después de haber empezado<br />

<strong>la</strong> fermentación. El ácido carbónico que se<br />

desarrol<strong>la</strong> á consecuencia de haberse interrum-'<br />

pido el acto de fermentar, contribuye á que <strong>la</strong><br />

limona<strong>da</strong> haga tanta espuma como el vino de<br />

Champagne.<br />

Con el aditamento de un poco de azúcar, ó<br />

de dos ó tres gotas de esencia de limón, se obtiene<br />

una limona<strong>da</strong> gaseosa espumosa exquisita.<br />

VINAGRE D E MIEL.<br />

Para hacer este vinagre se sirve el <strong>fabricante</strong><br />

de miel pura en proporción de una parte por<br />

ca<strong>da</strong> quince de agua. Más económico es, por supuesto,<br />

emplear el agua enme<strong>la</strong><strong>da</strong> procedente<br />

<strong>del</strong> <strong>la</strong>vado de los utensilios que han servido <strong>para</strong><br />

prensar los panales ó los residuos <strong>del</strong> panal<br />

mismo. Una vez filtra<strong>da</strong> se <strong>la</strong> hace hervir, des-


pojándo<strong>la</strong> de <strong>la</strong> espuma con esmero, hasta que<br />

deja de producir<strong>la</strong>.<br />

Reducido oí líquido por <strong>la</strong> adición de agua á<br />

<strong>la</strong> liquidez <strong>del</strong> vinagre, se vierte en un tonelito<br />

que haya servido <strong>para</strong> envasar este último, añadiendo<br />

un poco de madre, y se le deja que fermente<br />

junto al fuego ó en sitio bien caloroso.<br />

A falta de madre buena de vinagre se echa<br />

una pasta hecha con vinagre de vino, pimienta<br />

b<strong>la</strong>nca, corteza de pan y ceba<strong>da</strong> tosta<strong>da</strong> y quebranta<strong>da</strong>.<br />

Esta pasta se ha de secar muy bien<br />

antes de unir<strong>la</strong> al líquido. Pasados dos dias<br />

poco más ó menos, empieza <strong>la</strong> fermentación,<br />

que dura de doce á quince, según esté el agua<br />

satura<strong>da</strong> de miel. De vez en cuando se rellena<br />

el tonelito con vinagre, y <strong>para</strong> <strong>da</strong>rle un sabor<br />

más agra<strong>da</strong>ble aún se añaden 50 gramos de pasas<br />

de Má<strong>la</strong>ga encerra<strong>da</strong>s en un saquillo de lienzo.<br />

Al cabo de dos semanas, empezando por el<br />

dia que empezó <strong>la</strong> fermentación, está hecho el<br />

vinagre y se puede embotel<strong>la</strong>r.<br />

Si se quiere aumentar <strong>la</strong> acidez y <strong>la</strong>s condiciones<br />

de <strong>la</strong>rga duración se le añade ó '/ 5 por<br />

100 de espíritu de vino, haciéndolo pasar lentamente<br />

por viritas de haya, que le presta un sabor<br />

exquisito.<br />

Un kilo de miel puede <strong>da</strong>r cuatro litros de<br />

buen vinagre.<br />

Este se mejora y asemeja en un todo al de


193<br />

vino, si se pone á fermentar dicha canti<strong>da</strong>d de<br />

agua enme<strong>la</strong><strong>da</strong> con cinco kilos de granillos de<br />

uva.<br />

Dicho se está que no hay inconveniente en.<br />

emplear <strong>para</strong> <strong>la</strong> pre<strong>para</strong>ción <strong>del</strong> vinagre zumo<br />

de grosel<strong>la</strong>, de moras ó de frambuesas, aromatizándole<br />

con pimienta, nuez mosca<strong>da</strong> ó cabezas<br />

de c<strong>la</strong>vo.<br />

Cuando termina <strong>la</strong> ebullición se trasvasa el<br />

líquido á un tonel chico que haya servido <strong>para</strong><br />

vinagre, ó en su defecto á otro construido de<br />

madera de haya. Forma<strong>da</strong> <strong>la</strong> madre de vinagre<br />

en el fondo <strong>del</strong> envase, basta añadir agua enme<strong>la</strong><strong>da</strong><br />

<strong>para</strong> ver<strong>la</strong> converti<strong>da</strong> en vinagre en<br />

pocos dias, to<strong>da</strong> vez que <strong>la</strong> fermentación se<br />

opera por sí misma.<br />

AGUARDIENTE DE MIEL.<br />

No so<strong>la</strong>mente se puede obtener agua-miel y<br />

vinagre, sino también aguardiente <strong>del</strong> <strong>la</strong>vado<br />

de los utensilios á que ya hemos hecho referencia,<br />

<strong>del</strong> residuo que dejan los panales prensados<br />

y <strong>del</strong> agua en que éstos se han disuelto,<br />

si se desti<strong>la</strong>n después de verifica<strong>da</strong> <strong>la</strong> fermentación.<br />

La mezc<strong>la</strong> de estos líquidos con <strong>la</strong>s bayas de<br />

enebro, genciana, etc., etc., aumenta considerablemente<br />

el producto de aguardiente, no sólo<br />

13


194<br />

por <strong>la</strong> mayor canti<strong>da</strong>d cpae aporta de materias<br />

desti<strong>la</strong>bles, sino porque <strong>la</strong> miel es un medio<br />

poderoso de acelerar y aumentar <strong>la</strong> fermentación,<br />

y sabido es que mientras ésta es más rápi<strong>da</strong><br />

y más fuerte, más grande es <strong>la</strong> canti<strong>da</strong>d<br />

que <strong>la</strong> desti<strong>la</strong>ción produce.<br />

Na<strong>da</strong> hay com<strong>para</strong>ble con <strong>la</strong> prontitud y <strong>la</strong><br />

fuerza que tiene <strong>la</strong> miel como fermento, y <strong>la</strong><br />

experiencia ha demostrado que un kilo de miel<br />

<strong>da</strong> iguales resultados á tres de espuma de<br />

cerveza.<br />

El que tenga un a<strong>la</strong>mbique y prensa <strong>para</strong><br />

panales, hará un buen negocio con desti<strong>la</strong>r hasta<br />

los residuos <strong>del</strong> agua emplea<strong>da</strong> <strong>para</strong> <strong>la</strong> disolución,<br />

porque <strong>la</strong> canti<strong>da</strong>d de aguardiente<br />

será tanto más grande cuanto mayor sea <strong>la</strong> de<br />

miel que quede en los panales prensados y disueltos.<br />

Por lo común, cinco kilos de residuos con<br />

25 litros de ese agua que se emplea <strong>para</strong> hacer<br />

<strong>la</strong> cera, <strong>da</strong>n tres litros de aguardiente de 30<br />

grados, ó un litro de alcohol de 92 á 94 grados.<br />

Para quitar al aguardiente el sabor á cera,<br />

se echan en <strong>la</strong> masa fermentante huesos de<br />

melocotón, de cirue<strong>la</strong>s y de cerezas, bayas de<br />

enebro, ó raíces de genciana.<br />

Se procede á <strong>la</strong> desti<strong>la</strong>ción vertiendo agua<br />

enme<strong>la</strong><strong>da</strong> al mismo tiempo que los frutos ó los<br />

huesos quebrantados en una tina que se pone al


195<br />

sol cubierta con un lienzo <strong>para</strong> que no se entren<br />

<strong>la</strong>s moscas ni <strong>la</strong>s abejas. Al cabo de dos dias<br />

entra <strong>la</strong> masa en fermentación, y cuando de <strong>la</strong><br />

tina se exha<strong>la</strong> un olor vinoso bastante marcado,<br />

se desti<strong>la</strong> el líquido con objeto de sacar el aguardiente.<br />

VINO D E CHAMPAGNE.<br />

Se mezc<strong>la</strong>n ocho botel<strong>la</strong>s de vino b<strong>la</strong>nco de<br />

primera c<strong>la</strong>se, kilo y medio de miel, cien gramos<br />

denegro hueso, disuelto en agua caliente y<br />

tres gramos de apio molido, y después de dos<br />

dias de maceracion se filtra <strong>la</strong> masa. En cuanto<br />

el líquido está c<strong>la</strong>ro, se añade espíritu de vino<br />

rectificado en canti<strong>da</strong>d de quinientos gramos.<br />

De segui<strong>da</strong> se embotel<strong>la</strong>, poniendo en ca<strong>da</strong> una<br />

al tapar<strong>la</strong> un gramo de ácido tartárico y otro de<br />

bicarbonato de sosa.<br />

VINO D E PASA.<br />

Se cuecen seis kilos de pasas moscateles en<br />

canti<strong>da</strong>d de agua proporciona<strong>da</strong> hasta que se<br />

ab<strong>la</strong>nden de modo que pue<strong>da</strong> pasarse el líquido<br />

por tamiz, sin que encima queden más que los<br />

granillos y <strong>la</strong> piel.<br />

A este líquido se añaden cinco litros de miel,<br />

ó sea <strong>la</strong> equivalencia á siete kilos y medio, y el


196<br />

agua precisa <strong>para</strong> que todo llegue á veinte litros.<br />

Se calienta al fuego, echando <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ras de<br />

seis huevos bien batidos, y se espuma perfectamente<br />

durante <strong>la</strong> ebullición.<br />

Aparta<strong>da</strong> <strong>del</strong> fuego <strong>la</strong> caldera, y así que esté<br />

el líquido un poco frió, se tras<strong>la</strong><strong>da</strong> á un tonel,<br />

y bien tapado éste, se espera á que el vino fermente.<br />

Un pe<strong>da</strong>zo de vainil<strong>la</strong> puesto en el barril<br />

comunicará al líquido un sabor bastante<br />

agra<strong>da</strong>ble. En cuanto <strong>la</strong> fermentación concluye,<br />

se trasvasa el vino y se embotel<strong>la</strong>.<br />

VINO DE FRUTAS.<br />

Vinos' de esta c<strong>la</strong>se están muy recomen<strong>da</strong>dos<br />

<strong>para</strong> los niños y personas de constitución <strong>del</strong>ica<strong>da</strong><br />

ó enfermiza.<br />

Las frutas, y en particu<strong>la</strong>r <strong>la</strong>s ásperas, como<br />

<strong>la</strong> grosel<strong>la</strong>, <strong>la</strong> cereza y <strong>la</strong> frambuesa, no pueden<br />

producir, mediante <strong>la</strong> fermentación, vinos que<br />

duren mucho, sin <strong>la</strong> adición de sustancias azucara<strong>da</strong>s.<br />

Así que se necesita añadir miel á <strong>la</strong>s frutas,<br />

y al mismo tiempo extraer de el<strong>la</strong>s azúcar artificialmente,<br />

operación comprensible <strong>para</strong> el que<br />

sabe que los frutos compuestos de. principios<br />

ácidos y muci<strong>la</strong>ginosos, poseen en sí elementos<br />

propios á <strong>la</strong> sacarificación.<br />

Para extraer el azúcar, se recurre á <strong>la</strong> coc-


197<br />

cion, manteniéndo<strong>la</strong> á 88° durante cuarenta ó<br />

cincuenta minutos. Luego se retira <strong>la</strong> fruta<br />

hervi<strong>da</strong> <strong>del</strong> fuego y se deja enfriar diez ó doce<br />

horas, repitiendo <strong>la</strong> operación una ó varias veces,<br />

según sea mayor ó menor <strong>la</strong> acidez <strong>del</strong><br />

fruto.<br />

Converti<strong>da</strong> así <strong>la</strong> parte muci<strong>la</strong>ginosa de éste<br />

en materia sacarina, se espera cpae <strong>la</strong> masa enfrie<br />

hasta 25 grados, añadiendo en segui<strong>da</strong> tanta<br />

miel disuelta en agua como se necesite <strong>para</strong><br />

que marque 10 á 12 grados en el pesa-mosto,<br />

abandonándo<strong>la</strong> á su fermentación natural en<br />

un recipiente cubierto. Dos dias después de<br />

conclui<strong>da</strong> <strong>la</strong> fermentación, se trasvasa el líquido<br />

y se prensan <strong>la</strong>s heces; pero poniendo aparte<br />

el líquido que sale <strong>del</strong> prensado, porque no<br />

tiene tanto mérito como el otro.<br />

VINOS GENEROSOS D E FRUTAS TIERNAS.<br />

Las fresas, <strong>la</strong>s grosel<strong>la</strong>s y <strong>la</strong>s frambuesas<br />

son <strong>la</strong>s más á propósito <strong>para</strong> hacer esta c<strong>la</strong>se<br />

de vinos.<br />

Una vez limpia <strong>la</strong> fruta, se le añade miel en<br />

canti<strong>da</strong>d bastante á que el líquido pese de 14<br />

a 16 grados. Se coloca al fuego á que cueza una<br />

hora á 88 grados, y después se pone en una cuba<br />

por espacio de doce horas, con objeto de que<br />

se verifique <strong>la</strong> fermentación sacarina. Luego se


198<br />

filtra, y cuando el líquido está perfectamente<br />

c<strong>la</strong>ro, se echan á ca<strong>da</strong> tres litros de mosto uno<br />

de aguardiente de 55 grados, "agitándolo bien y<br />

embotellándolo. Al cabo de cinco ó seis meses,<br />

los elementos se han combinado por completo,<br />

resultando un vino exquisito, digno por cierto<br />

de los elogios que le prodigan los inteligentes.<br />

METEOROLOGIA AGRÍCOLA.<br />

Los meteoros son cuerpos, ó semejanza de<br />

ellos que aparecen de vez en cuando en <strong>la</strong> atmósfera,<br />

formados con <strong>la</strong>s materias que existen<br />

en <strong>la</strong> misma. Todos tienen una influencia<br />

más ó menos directa sobre los seres que pueb<strong>la</strong>n<br />

<strong>la</strong> tierra, ya pertenezcan éstos al reino vegetal<br />

ó ya correspon<strong>da</strong>n al animal. Modifican<br />

<strong>la</strong>s estaciones que diversifican los climas y operan<br />

esas grandes perturbaciones que con tanta<br />

frecuencia se observan en <strong>la</strong> superficie <strong>del</strong><br />

suelo.


199 •<br />

La meteorología agríco<strong>la</strong> tiene, pues, por objeto<br />

el estudio de <strong>la</strong> influencia de los meteoros<br />

sobre <strong>la</strong> vegetación. Las modificaciones que en<br />

ésta se producen reconocen por causa diferentes<br />

fenómenos que nacen en <strong>la</strong> atmósfera,<br />

y cuyos efectos explica perfectamente <strong>la</strong><br />

ciencia.<br />

La influencia de esos varios fenómenos ha<br />

fijado desde un principio <strong>la</strong> atención de los<br />

cultivadores. Sin instrumentos y sin más guía<br />

que <strong>la</strong> observación y el estudio de hechos palpables<br />

á los sentidos, no pudieron adquirir sino<br />

conocimientos imperfectos, c<strong>la</strong>sificados en estos<br />

últimos tiempos según sus informes, constituyendo<br />

así <strong>la</strong> ciencia que ha recibido el nombre<br />

de meteorología, ciencia que tiene aún que<br />

<strong>da</strong>r un gran paso antes de llegar á <strong>la</strong> perfección.<br />

Hoy se sabe que todos los fenómenos terrestres<br />

son resultado de los de <strong>la</strong> atmósfera, y<br />

que hay una re<strong>la</strong>ción exacta entre <strong>la</strong> física atmosférica<br />

y <strong>la</strong> física de <strong>la</strong> tierra: sin embargo,<br />

no se puede precisar de un modo cierto lo que<br />

sucederá en el cielo en una época determina<strong>da</strong><br />

ni los efectos que se producirán en nuestro globo.<br />

Bajo este punto de vista <strong>la</strong> meteorología no<br />

ha pasado de una simple hipótesis, ó por lo<br />

menos no tiene puesto asignado to<strong>da</strong>vía entre<br />

<strong>la</strong>s ciencias exactas.<br />

La meteorología está tan poco ade<strong>la</strong>nta<strong>da</strong>, en


200<br />

efecto, que es imposible establecer previsiones<br />

razonables, con re<strong>la</strong>ción á fenómencTs atmosféricos,<br />

algun tiempo, ó por lo menos algunos<br />

dias con anticipación: quizás llegue una época<br />

en que el hombre, después de descubrir el orden<br />

con que se suceden los años y <strong>la</strong>s estaciones<br />

calorosas, frias, secas, lluviosas, tormentosas,<br />

etc., pue<strong>da</strong> tomar sus precauciones en consecuencia,<br />

arreg<strong>la</strong>r su vi<strong>da</strong> y sus asuntos, pre<strong>para</strong>r<br />

sus sementeras y sus cosechas según el<br />

tiempo, y garantirse contra <strong>la</strong>s catástrofes<br />

que el cielo le envia de improviso; pero por<br />

desgracia estamos aún muy lejos de dicha época,<br />

y <strong>la</strong> ciencia tiene mucho que trabajar aún<br />

<strong>para</strong> alcanzar tan seña<strong>la</strong>do triunfo. En el ínterin<br />

es preciso buscar <strong>la</strong>s leyes naturales que<br />

se pueden aplicar á <strong>la</strong> agricultura, y en el presente<br />

estudio procuraremos deducir hechos <strong>del</strong><br />

lenguaje científico que los hace incomprensibles<br />

<strong>para</strong> gran número de <strong>la</strong>bradores.<br />

Ante todo examinaremos los principios en<br />

que descansa el uso de los instrumentos capaces<br />

de guiarlos en sus observaciones más generales;<br />

estudiaremos los diferentes fenómenos atmosféricos<br />

que tienen alguna re<strong>la</strong>ción con los trabajos<br />

agríco<strong>la</strong>s, y luego los distintos pronósticos<br />

reve<strong>la</strong>dos por los instrumentos, los meteoros y<br />

los astros <strong>del</strong> mismo modo y en <strong>la</strong>s influencias<br />

que ejercen sobre <strong>la</strong>s cosas anima<strong>da</strong>s é inani-


201<br />

mac<strong>la</strong>s que se encuentran en <strong>la</strong> superficie <strong>del</strong><br />

globo.<br />

DE LOS INSTRUMENTOS METEOROLÓGICOS.<br />

El barómetro.—Este instrumento se emplea<br />

<strong>para</strong> medir con exactitud <strong>la</strong> presión de <strong>la</strong> atmósfera<br />

sobre un punto <strong>da</strong>do.<br />

Consiste en un tubo de cristal perfectamente<br />

calibrado, cerrado por 'un extremo y lleno de<br />

una columna de mercurio, que se equilibra con<br />

otra de aire que tiene igual peso.<br />

El tubo barométrico debe tener 82 centímetros<br />

de <strong>la</strong>rgo; se le llena ele mercurio, que se le<br />

hace hervir <strong>para</strong> despojarlo <strong>del</strong> aire; después,<br />

poniendo el dedo sobre <strong>la</strong> abertura, se vuelve<br />

el tubo, sumergiéndolo en un recipiente lleno<br />

de mercurio que haya hervido igualmente. Si el<br />

tubo se tiene verticalmente, se establece el<br />

equilibrio de por sí, manteniéndose el mercurio<br />

á 76 centímetros de altura.<br />

El tubo se coloca en una p<strong>la</strong>ncha dividi<strong>da</strong> en<br />

centímetros; á partir de <strong>la</strong> superficie <strong>del</strong> mercurio<br />

contenido en el recipiente, se subdivide<br />

en milímetros el espacio comprendido entre el<br />

68 y el 80 centímetro, y en este intervalo se<br />

marcan to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s Agnaciones que <strong>la</strong> atmósfera<br />

imprime á <strong>la</strong> columna de mercurio.<br />

La elevación de esta columna varía según <strong>la</strong><br />

posición que ocupa. A oril<strong>la</strong>s <strong>del</strong> Océano sube á


202<br />

una altura de 75 centímetros próximamente,<br />

siendo su mayor descenso á 68 centímetros y<br />

á 80 su elevación más considerable. Según este<br />

principio, se comprende fácilmente que, mientras<br />

es más considerable <strong>la</strong> columna de aire,<br />

más debe subir el mercurio, y que por el contrario,<br />

desciende á medi<strong>da</strong> que es menor <strong>la</strong> <strong>del</strong><br />

aire, porque el equilibrio <strong>del</strong> peso de ca<strong>da</strong> cuerpo,<br />

aire y mercurio, tiende siempre á establecerse<br />

inmediatamente.<br />

Esta notabilísima propie<strong>da</strong>d ha hecho que el<br />

instrumento de que nos ocupamos se emplee en<br />

medir <strong>la</strong> altura de <strong>la</strong>s montañas, <strong>para</strong> lo cual se<br />

coloca un barómetro en el punto más bajo y<br />

otro en el más alto de <strong>la</strong> elevación que se quiere<br />

medir, y luego se com<strong>para</strong>n ambos instrumentos<br />

entre sí. La diferencia de cifras que resulte<br />

de dicha com<strong>para</strong>ción, esa es <strong>la</strong> altura de<br />

<strong>la</strong> montaña; porque ya se sabe que dos milímetros<br />

corresponden á una elevación de 26 metros.<br />

De manera, que si el barómetro colocado<br />

en lo alto ha bajado 22 milímetros, com<strong>para</strong>ndo<br />

<strong>la</strong> altura <strong>del</strong> que se puso en <strong>la</strong> base, se verá que<br />

<strong>la</strong> montaña mide 286 metros de altura.<br />

Menester es confesar, sin embargo, que siguiendo<br />

este sistema se pueden cometer algunos<br />

errores, porque hay multitud de causas que<br />

aumentan ó disminuyen el peso de <strong>la</strong> atmósfera:<br />

por ejemplo, <strong>la</strong> hume<strong>da</strong>d, el frió, el calor, <strong>la</strong>s


203<br />

nubes, <strong>la</strong>s nieb<strong>la</strong>s y hasta los olores pueden<br />

cambiar ó influir en <strong>la</strong> marcha regu<strong>la</strong>r y precisa<br />

<strong>del</strong> barómetro. Cuando se quiera hacer un<br />

experimento serio, conviene emplear el termómetro,<br />

á fin de colocar ambos instrumentos en<br />

un centro común.<br />

Pero to<strong>da</strong>s estas precauciones son inútiles al<br />

agricultor, que no debe tener en cuenta más<br />

que <strong>la</strong> marcha de su instrumento exclusivamente<br />

<strong>para</strong> aplicar <strong>la</strong>s consecuencias á <strong>la</strong>s necesi<strong>da</strong>des<br />

de su <strong>la</strong>bor.<br />

Algunas personas se imaginan que el barómetro<br />

no sirve más que <strong>para</strong> indicar el buen ó<br />

el mal tiempo. Este es un error grande, pues<br />

aunque anuncia con cierta exactitud los cambios<br />

atmosféricos, diremos que bajo este punto<br />

de vista se deben considerar sus osci<strong>la</strong>ciones,<br />

más bien como pronósticos probables, que no<br />

como indicaciones ciertas y exactas.<br />

El termómetro.—El termómetro es un instrumento<br />

que marca los diversos grados de <strong>la</strong><br />

temperatura de los cuerpos.<br />

La sencillez <strong>del</strong> termómetro y <strong>la</strong> facili<strong>da</strong>d<br />

con que todo el mundo puede servirse de él,<br />

permiten que los agricultores lo usen con frecuencia.<br />

Les sirve <strong>para</strong> <strong>da</strong>rles á conocer exactamente<br />

el estado de <strong>la</strong> atmósfera y <strong>la</strong> conclusion<br />

de los calores y de <strong>la</strong>s he.<strong>la</strong><strong>da</strong>s; les guia en <strong>la</strong>s<br />

sementeras y en <strong>la</strong>s cosechas, y les reve<strong>la</strong> <strong>la</strong>


204<br />

temperatura de los subterráneos, de <strong>la</strong>s estufas<br />

y de <strong>la</strong>s bodegas.<br />

El higrómetro.—Marca los diversos grados<br />

de hume<strong>da</strong>d ó' de seque<strong>da</strong>d <strong>del</strong> aire atmosférico.<br />

Éntrelos más sencillos y recomen<strong>da</strong>bles por<br />

su exactitud, se distingue el higrómetro inventado<br />

por Teodoro de Saussure.<br />

Los higrómetros están construidos sobre <strong>la</strong><br />

base científica de que todos los cuerpos de los<br />

reinos animal y vegetal aumentan de volumen<br />

en razón de <strong>la</strong> mayor ó menor hume<strong>da</strong>d que<br />

contienen.<br />

La meteorología, con auxilio <strong>del</strong> higrómetro,<br />

ha proporcionado al cultivador *os medios de<br />

poder determinar con precision los grados de<br />

hume<strong>da</strong>d de que está saturado el aire, conocimiento<br />

precioso que en muchos casos puede<br />

serle de gran utili<strong>da</strong>d.<br />

El anemómetro.—El anemómetro sirve <strong>para</strong><br />

medir <strong>la</strong> dirección, <strong>la</strong> fuerza y <strong>la</strong> veloci<strong>da</strong>d re<strong>la</strong>tiva<br />

ó absoluta <strong>del</strong> viento.<br />

El arquitecto Ándrónico construyó una torre,<br />

en cuyo extremo superior puso una pértiga móvil<br />

de hierro, con objeto de indicar <strong>la</strong> dirección<br />

de los vientos. To<strong>da</strong>vía existe en Atenas y se<br />

<strong>la</strong> l<strong>la</strong>ma el monumento de Ándrónico, ó por<br />

otro nombre, <strong>la</strong> Torre de los vientos.<br />

El anemómetro más conocido es <strong>la</strong> veleta.<br />

La dirección <strong>del</strong> viento marca aproxima<strong>da</strong>-


205<br />

mente <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se de tiempo que ha de sobrevenir.<br />

Consta <strong>la</strong> veleta de una superficie p<strong>la</strong>na de<br />

hierro batido, que gira sobre un eje de hierro<br />

también, y coloca<strong>da</strong> en una posición tal, que<br />

todos los vientos pue<strong>da</strong>n agitar<strong>la</strong> y hacer que<br />

cambie de posición, según <strong>del</strong> <strong>la</strong>clo que soplen.<br />

El udómetro ó pluviómetro.—El udómetro<br />

es un instrumento muy útil que determina <strong>la</strong><br />

canti<strong>da</strong>d de lluvia que cae en cierto período de<br />

tiempo.<br />

Se compone el udómetro de una especie de<br />

artesa do metal graduado que recibe <strong>la</strong> lluvia.<br />

Se mide el nivel <strong>del</strong> agua siempre que llueve,<br />

y de este modo se sabe al cabo <strong>del</strong> año <strong>la</strong> canti<strong>da</strong>d<br />

de agua que ha caido por días, por semanas<br />

y por meses.<br />

DE LOS PRONÓSTICOS.<br />

Pronósticos <strong>del</strong> barómetro:<br />

1.° El mercurio que sube y baja mucho,<br />

anuncia cambio de tiempo.<br />

.2.° El descenso <strong>del</strong> mercurio no anuncia<br />

siempre lluvia, pero sí viento de seguro.<br />

3.° El mercurio baja más ó menos, según<br />

<strong>la</strong> c<strong>la</strong>se de viento: baja menos cuando reinan<br />

el Norte, el Noroeste y el Este.<br />

4.° Cuando hay dos vientos á un tiempo<br />

mismo, uno cerca, de <strong>la</strong> tierra y otro en <strong>la</strong> re-


206<br />

gion superior de <strong>la</strong> atmósfera. Si el viento más<br />

alto es Norte y Sur el más bajo, sobreviene algunas<br />

veces <strong>la</strong> lluvia, aunque el barómetro<br />

esté alto. Si, por el contrario, el Sur está más<br />

elevado que el Norte, no lloverá, aunque se vea<br />

el barómetro muy bajo.<br />

5.° Por poco que el mercurio suba y continúe<br />

elevándose, después de una <strong>la</strong>rga y abun<strong>da</strong>nte<br />

lluvia, es señal de que se hal<strong>la</strong> próximo<br />

al buen tiempo.<br />

6.° El mercurio que baja mucho y con lentitud,<br />

indica que continúa el tiempo malo y variable;<br />

si sube mucho y con poca rapidez, presagia<br />

<strong>la</strong> continuación <strong>del</strong> buen tiempo.<br />

7.° El mercurio que sube mucho y con prontitud,<br />

anuncia que durará poco el buen tiempo,<br />

así como indica que sucederá lo mismo con el<br />

malo, si baja mucho y sin detenerse ni estacionarse.<br />

8.° Cuando el mercurio vaci<strong>la</strong> y el cielo no<br />

está lluvioso ni sereno, no puede deducirse ninguna<br />

consecuencia fija; pero entonces, y por<br />

poco que el mercurio baje, anuncia que sé<br />

acercan <strong>la</strong> lluvia ó el viento; si, por el contrario,<br />

sube, aunque no sea mucho, se debe esperar<br />

que reine un tiempo bonancible.<br />

9.° Durante los fuertes calores, el descenso<br />

<strong>del</strong> mercurio anuncia tempestad, sobre todo, si<br />

el descenso es considerable. Cuando el aire está


207<br />

lleno de exha<strong>la</strong>ciones y el barómetro baja hasta<br />

el último grado, <strong>la</strong> tormenta ó el temblor de<br />

tierra son seguros.<br />

10. Si el mercurio sube en invierno, vienen<br />

<strong>la</strong>s he<strong>la</strong><strong>da</strong>s, así como el deshielo, si baja poco<br />

apoco. Si sube durante <strong>la</strong>s he<strong>la</strong><strong>da</strong>s, es indicio<br />

infalible de que nevará con abun<strong>da</strong>ncia.<br />

11. Para estar seguro <strong>del</strong> buen tiempo, es<br />

preciso que el barómetro suba por <strong>la</strong> noche y<br />

no en <strong>la</strong>s horas <strong>del</strong> dia.<br />

Solo <strong>la</strong>s tempestades súbitas é imprevistas en<br />

estación de los grandes calores, son <strong>la</strong>s que no<br />

guar<strong>da</strong>n armonía, ni tienen casi re<strong>la</strong>ción con<br />

<strong>la</strong> marcha general <strong>del</strong> barómetro.<br />

Pronósticos de los vientos.—El viento Norte<br />

puede decirse que es compañero inse<strong>para</strong>ble<br />

<strong>del</strong> buen tiempo fijo, de <strong>la</strong> seque<strong>da</strong>d, y en invierno<br />

de-los frios más intensos. Daña mucho á<br />

<strong>la</strong> vegetación y su excesiva crudeza seca y quema<br />

<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas expuestas á <strong>la</strong> intemperie.<br />

Con el viento Norte baja <strong>la</strong> temperatura y se<br />

disminuye <strong>la</strong> hume<strong>da</strong>d de <strong>la</strong> atmósfera. Además<br />

disipa <strong>la</strong>s nubes, serena el cielo y retar<strong>da</strong><br />

el movimiento de <strong>la</strong> vegetación. El barómetro<br />

está siempre muy alto cuando este viento<br />

reina.<br />

El Oeste, que es favorable á <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas,<br />

presenta por lo general <strong>la</strong> proximi<strong>da</strong>d de <strong>la</strong>s<br />

lluvias.


208<br />

Los vientos <strong>del</strong> Sud y <strong>del</strong> Sluldeste son más<br />

variables que los <strong>del</strong> Noroeste y son mensajeros<br />

<strong>del</strong> mal tiempo. En algunas comarcas les<br />

l<strong>la</strong>man con razón los vientos de <strong>la</strong>s tempestades.<br />

El Este trae consigo el buen tiempo y <strong>la</strong> seque<strong>da</strong>d;<br />

pero cuando sop<strong>la</strong> con violencia produce<br />

<strong>la</strong> lluvia. Aunque quema menos que el<br />

cierzo, <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas sufren mucho y se queman<br />

con su contacto.<br />

Por lo común el viento Sudeste indica buen<br />

tiempo y tempestades durante el verano.<br />

Para concluir este capítulo, diremos que el<br />

viento Noroeste trae buen tiempo en el verano<br />

y en invierno un frió muy húmedo que perjudica<br />

grandemente á <strong>la</strong> vegetación.<br />

Pronósticos de <strong>la</strong>s nubes.—Las nubes, por<br />

reg<strong>la</strong> general, son una probabili<strong>da</strong>d de lluvia.<br />

Cuando impulsa<strong>da</strong>s por un ligero viento se<br />

ven cruzar vaporosas y poco densas, ve<strong>la</strong>ndo<br />

apenas el azul <strong>del</strong> cielo, puede asegurarse que<br />

presagian buen tiempo. Si durante el dia se<br />

presentan compactas, pero ais<strong>la</strong><strong>da</strong>s y con los<br />

bordes de un b<strong>la</strong>nco resp<strong>la</strong>ndeciente dejando<br />

ver á trechos el azul de <strong>la</strong> bóve<strong>da</strong> celeste, es<br />

señal de que está lejos <strong>la</strong> lluvia.<br />

Las lluvias rio son amenazadoras si se divide<br />

y segregan <strong>del</strong> <strong>la</strong>do opuesto al que sop<strong>la</strong> el<br />

viento. Las que después de <strong>la</strong> lluvia bajan á <strong>la</strong>


209<br />

tierra y parece que rue<strong>da</strong>n sobre los campos<br />

son indicio de tiempo bonancible.<br />

Las nubes grandes, negras y amontona<strong>da</strong>s<br />

pueden considerarse como -precursoras de lluvia,<br />

y como signos de tempestad si el tiempo es<br />

caloroso.<br />

Al cruzar el espacio ais<strong>la</strong><strong>da</strong>s, y semejando<br />

vellones de <strong>la</strong>na, marcan vientos en el verano y<br />

nieves en el invierno.<br />

Impulsa<strong>da</strong>s por vientos opuestos indican tormentas,<br />

y son, por último, una señal de lluvia*<br />

cuando en el <strong>la</strong>do contrario al <strong>del</strong> sol presentan<br />

los colores <strong>del</strong> arco iris.<br />

Pronósticos ele <strong>la</strong>s nieb<strong>la</strong>s.—En otoño, y<br />

cuando <strong>la</strong>s nieb<strong>la</strong>s que preceden á <strong>la</strong>s primeras<br />

he<strong>la</strong><strong>da</strong>s se disipan, significan por lo común que<br />

lloverá al siguiente dia.<br />

En el verano, cuando se ven ligeras nieb<strong>la</strong>s<br />

al amanecer, hace siempre buen dia, pero cuando<br />

se elevan pau<strong>la</strong>tinamente y á medi<strong>da</strong> que el<br />

sol describe su curso, entonces son indicio de<br />

lluvia ó de chaparrones.<br />

Si durante el mal tiempo sobreviene <strong>la</strong> nieb<strong>la</strong>,<br />

puede decirse que aquél está próximo á<br />

variar.<br />

Cuando <strong>la</strong>s nieb<strong>la</strong>s sobrevienen en un hermoso<br />

dia, y van formando nubes tras de sí á medi<strong>da</strong><br />

que se elevan por el espacio, el mal tiempo<br />

es infalible y no deja de presentarse nunca.


•210<br />

Pronóstico de <strong>la</strong> lluvia.—Las lluvias repontina^<br />

y fuertes son poco duraderas.<br />

Las que empiezan con un viento determinado,<br />

y continúan después que éste cesa, duran<br />

por lo menos muchas horas.<br />

Sucedo con frecuencia cpie el agua que empieza<br />

á caer por <strong>la</strong> mañana concluye á medio<br />

dia; pero si no acontece así, es seguro que seguirá<br />

así por espacio de veinticuatro horas lo<br />

menos.<br />

Si después de una lluvia ligera se percibe en<br />

el horizonte una nube semejante á una turbona<strong>da</strong><br />

de humo, es señal infalible de que lloverá<br />

copiosamente.<br />

Pronósticos <strong>del</strong> arco tris.—Cuando el arco<br />

iris se presenta después de una gran sequía,<br />

anuncia abun<strong>da</strong>nte lluvia de <strong>la</strong> misma manera<br />

que si luce sus bril<strong>la</strong>ntes y preciosos colores <strong>del</strong><br />

<strong>la</strong>do <strong>del</strong> Oriente.<br />

El arco iris doble indica asimismo lluvia persistente<br />

y continua<strong>da</strong>.<br />

Pronósticos <strong>del</strong> trueno.—Los truenos por <strong>la</strong><br />

noche traen tormenta, los de <strong>la</strong> mañana viento,<br />

y lluvia los <strong>del</strong> medio dia.<br />

El trueno continuo indica borrasca, ó que se<br />

hal<strong>la</strong> cerca una fuerte tempestad.<br />

Pronósticos <strong>del</strong> sol, de <strong>la</strong> lima y de <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s.—Al<br />

salir ó ponerse el sol, parece en<br />

ciertas ocasiones que tiene se<strong>para</strong>dos o rotos los


211<br />

rayos. Esta es señal evidente de lluvia, de <strong>la</strong><br />

misma manera que si se presentan unas liberas<br />

nubécu<strong>la</strong>s de color aplomado antes que ei disco<br />

<strong>del</strong> astro <strong>del</strong> dia se muestre á nuestra vista.<br />

Cuando el' sol saliente aparece cubierto por<br />

completo de una nube, anuncia también próxima<br />

lluvia, y lluvia habrá igualmente si vemos<br />

el Oriente cubierto de ce<strong>la</strong>jes rojizos.<br />

Si el color <strong>del</strong> sol es pálido á cualquiera hora<br />

<strong>del</strong> dia, sobrevienen vientos por lo general, y si<br />

en el momento de ponerse se enrojece, y va<br />

acompañado de grandes rayos luminosos que se<br />

prolongan indeiini<strong>da</strong>mente, n« está muy lejos<br />

<strong>la</strong> lluvia.<br />

Cuando al nacer aparece c<strong>la</strong>ro y bril<strong>la</strong>nte sin<br />

que na<strong>da</strong> empañe su pureza, y luego al caer <strong>la</strong><br />

tarde se pone bajo un cielo sereno sin que se altere<br />

el color de oro de su esplendente disco, puede<br />

estar seguro el agricultor de lo seco y bonancible<br />

<strong>del</strong> tiempo.<br />

La palidez de <strong>la</strong> luna indica lluvia, viento si<br />

se enrojece su me<strong>la</strong>ncólica luz, y buen tiempo<br />

cuando bril<strong>la</strong> con su b<strong>la</strong>ncura natural.<br />

En cuanto á <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s, diremos que al perder<br />

<strong>la</strong> intensi<strong>da</strong>d de sus tenues fulgores sin que<br />

haya nubes en el cielo, indican que <strong>la</strong>s tempestades<br />

se acercan, ó que va á cambiar el tiempo<br />

si parecen más grandes que de ordinario ó más<br />

próximas <strong>la</strong>s unas de <strong>la</strong>s otras.


212<br />

Cuando bril<strong>la</strong>n con fuerza y con fijeza, es señal<br />

de buen tiempo.<br />

Pronóstico de los animales.—Al presentarse<br />

los murcié<strong>la</strong>gos en mayor número que el de<br />

costumbre, vo<strong>la</strong>ndo con más rapidez que de<br />

ordinario, anuncian que el dia siguiente será<br />

caloroso y sereno, y malo ó lluvioso si se precipitan<br />

desatenta<strong>da</strong>mente en <strong>la</strong>s casas <strong>la</strong>nzando<br />

sus desagra<strong>da</strong>bles gritos.<br />

El graznido <strong>del</strong> cuervo por <strong>la</strong> mañana es señal<br />

de buen tiempo, é indicio de lluvias y de<br />

tormentas cuando los patos y los gansos abren<br />

y cierran <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s de continuo, zambulléndose<br />

en el agua á ca<strong>da</strong> instante con cierto desorden.<br />

Las abejas que se se<strong>para</strong>n poco de sus colmenas<br />

presagian <strong>la</strong> lluvia, anunciándo<strong>la</strong> más<br />

to<strong>da</strong>vía al caer sobre aquél<strong>la</strong>s en tropel antes<br />

de que concluya <strong>la</strong> luz <strong>del</strong> día.<br />

Si <strong>la</strong>s palomas vuelven tarde al palomar, lloverá<br />

á los pocos dias, y es una señal infalible<br />

de mal tiempo el que los gorriones canten mucho<br />

y no cesen de l<strong>la</strong>marse unos á otros.<br />

Las gallinas que se revuelcan en <strong>la</strong> tierra indican<br />

agua, lo mismo que si los gallos cantan<br />

por <strong>la</strong> noche ó á horas extraordinarias.<br />

Es también indicio de mal tiempo el que <strong>la</strong>s<br />

golondrinas vuelen rasando <strong>la</strong> superficie <strong>del</strong><br />

agua ó de <strong>la</strong> tierra. Si se mantienen á grande<br />

altura en el aire presagian buen tiempo.


213<br />

El pavo real al presentarse <strong>la</strong> lluvia grita de<br />

un modo <strong>la</strong>stimero, los pico-verdes gimen y <strong>la</strong>s<br />

ootoras char<strong>la</strong>n confusamente.<br />

Guando <strong>la</strong>s moscas pican y se hacen más molestas<br />

que de ordinario, es que el tiempo está<br />

tempestuoso, así como anuncia <strong>la</strong> calma <strong>la</strong> voz<br />

<strong>del</strong> grillo.<br />

Si <strong>la</strong>s ranas cantan mucho, si los sapos abandonan<br />

los charcos, si los gusanos de <strong>la</strong> tierra<br />

asoman á <strong>la</strong> superficie, y si los topos minan más<br />

i Le lo que acostumbran, es casi seguro que no<br />

ha de tar<strong>da</strong>r en caer una abun<strong>da</strong>nte lluvia.<br />

Pronósticos de los cuerpos terrestres.—<br />

Cuando <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ma de <strong>la</strong> luz chisporrotea, no está<br />

el tiempo muy seguro, pero si se mantiene derecha<br />

y tranqui<strong>la</strong>, tranquilo y sereno permanecerá<br />

el tiempo también.<br />

Viento sobrevendrá, y muy fuerte, si <strong>la</strong>s ascuas<br />

<strong>del</strong> hogar bril<strong>la</strong>n con intensi<strong>da</strong>d, y <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>mas<br />

se agitan con cierta violencia. Lo mismo<br />

sucederá si se oye á lo lejos y como por intervalos,<br />

el sonido de <strong>la</strong>s campanas.<br />

Al percibirse un olor especial y muy condensado<br />

que se escapa de <strong>la</strong> tierra, se debe considerar<br />

como anuncio de lluvia, y mucho más si<br />

se nota que se desprende el hollín de los cañones<br />

de <strong>la</strong>s chimeneas.<br />

Los cambios frecuentes de viento en un dia,<br />

son indicios de borrasca.


'•>\ \<br />

Buena señal es, si el hierro de los instrumentos<br />

de <strong>la</strong>branza amanece seco; pero si están empañados,<br />

si ios mangos de dichos instrumentos<br />

no resba<strong>la</strong>n bajo <strong>la</strong> mano, si el trillo so entorpece,<br />

si se hincha <strong>la</strong> madera de <strong>la</strong>s puertas y<br />

ventanas, y los vidrios y <strong>la</strong> sal se humedecen,<br />

<strong>la</strong> lluvia sobrevendrá, colmando, como generalmente<br />

sucede, el deseo de los agricultores á<br />

quienes dedicamos este ligero estudio y estas<br />

breves observaciones, naci<strong>da</strong>s de <strong>la</strong> práctica y<br />

de alguna experiencia adquiri<strong>da</strong> durante nuestra<br />

permanencia en el campo.<br />

VOCABULARIO EN0LÓG1C0.<br />

La enología pretende explicar, por una infinita<br />

varie<strong>da</strong>d de nombres, <strong>la</strong>s diversas sensaciones<br />

que el pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r percibe al gustar los vinos,<br />

según su estado, su cali<strong>da</strong>d y su procedencia.<br />

Curioso es, por demás, este vocabu<strong>la</strong>rio: y aun-


215<br />

que procuremos limitar su extension á los casos<br />

más frecuentes, siempre bastará <strong>para</strong> formarse<br />

una idea de lo alterable que es este líquido, y<br />

qué tenues causas influyen en sus metamorfosis,<br />

así como <strong>para</strong> juzgar de <strong>la</strong>s que ocasionan sus<br />

enferme<strong>da</strong>des.<br />

Aroma.—Se desprende naturalmente de <strong>la</strong>s<br />

c<strong>la</strong>ses buenas añejas, y no agra<strong>da</strong> cualquiera<br />

otro que no le sea peculiar; por tanto, aunque<br />

se reconocen muchos medios de aromatizar los<br />

vinos, debe el vinicultor ser muy parco en su<br />

uso.<br />

Bouquet.—Pa<strong>la</strong>bra francesa con <strong>la</strong> cual se<br />

pretende expresar <strong>la</strong> sensación <strong>del</strong> pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r mezc<strong>la</strong><strong>da</strong><br />

con <strong>la</strong> <strong>del</strong> olfato; de modo, que el bouquet<br />

parece una adición al aroma percibi<strong>da</strong> por el<br />

sentido más próximo al órgano expresado. También<br />

hay sustancias y extractos <strong>para</strong> <strong>da</strong>r á los<br />

vinos el bouquet de que carecen; pero un buen<br />

degustador distingue el bouquet natural <strong>del</strong> artificial.<br />

Vinoso.—Podemos l<strong>la</strong>marle así cuando presta<br />

un gusto de sensación caliente, sobresaliendo<br />

el alcohol.<br />

De cuerpo.—Cuando <strong>la</strong>s partes contribuyentes<br />

<strong>del</strong> vino, íntimamente uni<strong>da</strong>s y combina<strong>da</strong>s,<br />

no permiten al pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r saborear<strong>la</strong>s independientemente.<br />

Esta c<strong>la</strong>se resiste bien á <strong>la</strong> acción<br />

<strong>del</strong> tiempo sin a<strong>del</strong>gazarse.


216<br />

Duro.—La dureza es muchas veces indicio<br />

de <strong>la</strong> solidez y gran cuerpo <strong>del</strong> vino; y en este<br />

caso <strong>la</strong> acompañan cuali<strong>da</strong>des inmediatas que<br />

prometen un desenvolvimiento de afinación dependiente<br />

<strong>del</strong> acierto con que el defecto sea corregido.<br />

El vino duro ofrece un sabor resistente,<br />

desagra<strong>da</strong>ble á <strong>la</strong> primera sensación; porque<br />

careciendo de esa suavi<strong>da</strong>d sustanciosa que le<br />

prestan <strong>la</strong>s materias salinas y orgánicas, predominan<br />

elementos debidos, tal vez á <strong>la</strong> naturaleza<br />

<strong>del</strong> suelo, que unidos al cuerpo con que el<br />

líquido se presenta, agraven el motivo por que<br />

el pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r los resiste.<br />

Áspero.—Cuando causa una sensación de rigidez<br />

que procede <strong>del</strong> tanino. Porque esta cuali<strong>da</strong>d<br />

supone un completo desarrollo de <strong>la</strong> fermentación,<br />

y contribuye á conservar el vino,<br />

es muy estima<strong>da</strong> en los comunes tintos, que es<br />

donde más sobresale. El pretender suplir<strong>la</strong>,<br />

caso de defecto, con sustancias extrañas á <strong>la</strong><br />

composición de los vinos, debe prescribirse en<br />

to<strong>da</strong> bodega ó almacén que quiera conservar su<br />

crédito; porque además de incurrir alguna vez<br />

inconscientemente en un peligro de envenenamiento,<br />

se expondrá á alteraciones difíciles de<br />

corregir.<br />

Amargo.— Presta el vino este sabor cuando<br />

á <strong>la</strong> aspereza se une y sobresale algun ácido de<br />

los que se desprenden de los vegetales. En los


217<br />

vinos nuevos puede atribuirse al jugo <strong>del</strong> escobajo;<br />

pero si no es muy pronunciado, irá desapareciendo<br />

á medi<strong>da</strong> que el vino va depositando<br />

to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s materias insolubles. Los vinos<br />

viejos rancios suelen ofrecer á <strong>la</strong> degustación el<br />

sabor amargo. En los nuevos se atribuye .á <strong>la</strong><br />

oxi<strong>da</strong>ción de <strong>la</strong> materia colorante, pues sabido<br />

es que el amargo los decolora mucho: deben<br />

privarse lo posible <strong>del</strong> contacto <strong>del</strong> aire, cuyo<br />

oxígeno les perjudica: en los añejos es un mal<br />

de caduci<strong>da</strong>d difícil de prevenir y mucho más<br />

de extirpar.<br />

Acido.— Presenta este sabor cuando dominan<br />

los ácidos tártrico y málico, de cuya presencia<br />

en los vinos nadie du<strong>da</strong>; pero que ninguno ha<br />

podido determinar en qué proporción. Puede<br />

atribuirse á falta de madurez <strong>del</strong> fruto, y aun<br />

cuando al completarse <strong>la</strong> formación <strong>del</strong> vino<br />

piér<strong>da</strong><strong>la</strong> acidez ó se <strong>la</strong> neutralice por dosis de<br />

sustancias sacarinas, siempre que<strong>da</strong> endeble.<br />

Agrio.—Cuando incipiente y pronto á desenvolverse<br />

el ácido acético, apenas puede el vinicultor<br />

detener los progresos de esta enferme<strong>da</strong>d.<br />

Se recomien<strong>da</strong> el azufrado de <strong>la</strong>s vasijas,<br />

si procede <strong>la</strong> acetificación <strong>del</strong> oxígeno <strong>del</strong> aire<br />

que ha ocupado algun espacio de tiempo el vano<br />

entre el líquido y <strong>la</strong> parte superior <strong>del</strong> tonel ó<br />

recipiente. Se recomien<strong>da</strong> el trasvasar á otro <strong>la</strong><br />

masa inferior <strong>del</strong> líquido si se supone aún pre-


serva<strong>da</strong>. Se prescriben también dosis proporciona<strong>da</strong>s<br />

de cal hidrata<strong>da</strong>, que se remuevan,<br />

bien <strong>la</strong>s mezc<strong>la</strong>s, que se c<strong>la</strong>rifique el líquido y<br />

sobre <strong>la</strong> marcha el trasiego. No diremos aquí<br />

.una pa<strong>la</strong>bra de <strong>la</strong>s solisticaciones criminales á<br />

que algunos se <strong>la</strong>nzan <strong>para</strong> neutralizar ó corregir<br />

los vinos agrios: funesta inspiración <strong>la</strong> que<br />

conduce al. empleo de productos químicos, con<br />

los que se hace grata al pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r una bebi<strong>da</strong> que<br />

al caer en el estómago ya comienza sus desastrosos<br />

efectos.<br />

Fino.—Se l<strong>la</strong>man finos los que ofrecen un<br />

sabor <strong>del</strong>icado, como sedoso, que no dejan en<br />

el pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r ninguna aspereza: aquellos que sencil<strong>la</strong><br />

y gratamente le impresionan desplegando<br />

un calor de vitali<strong>da</strong>d moderado como su<br />

gusto.<br />

Ligero.—Cuando además de presentar los<br />

caracteres de los vinos finos, sin embargo, carece<br />

de vigor y pastosi<strong>da</strong>d, tiene poco color,<br />

poca riqueza alcohólica, y apenas se perciben<br />

<strong>la</strong>s sustancias sápi<strong>da</strong>s; pero que se equilibran<br />

to<strong>da</strong>s sus partes constituyentes, y ofrecen unà<br />

bebi<strong>da</strong> muy aceptable y tónica.<br />

B<strong>la</strong>ndo.—Difiere esencialmente <strong>del</strong> ligero,<br />

porque los vinos b<strong>la</strong>ndos dejan en el pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r<br />

una impresión más duradera, y aunque no ingrata,<br />

es contraria á <strong>la</strong> vivaci<strong>da</strong>d de los vinos<br />

espirituosos. La suavi<strong>da</strong>d de estos vinos con-


219<br />

sistc en que predomina en ellos <strong>la</strong> parte acuosa<br />

y muci<strong>la</strong>ginosa.<br />

Vivo.—Es el vino que deja en el pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r una<br />

impresión tan enérgica como pasajera, que reve<strong>la</strong><br />

una constitución poco adherente en sus molécu<strong>la</strong>s;<br />

pero que no se excluye <strong>la</strong> formación de<br />

un compuesto químico bien determinado. Esa<br />

viveza de impresión no presenta ningún sabor<br />

especial ácido, ni alcohólico, y por esa única<br />

cuali<strong>da</strong>d se distingue de los vinos ligeros.<br />

Insípido ó acuoso.—Cuando se nota <strong>la</strong> ausencia<br />

de alcohol.<br />

Dulce.—Cuando el sabor gomoso predomina,<br />

de modo que* anu<strong>la</strong> to<strong>da</strong> otra sensación.<br />

Seco.—Con este nombre genérico queremos<br />

distinguir al vino que no es dulce ó licoroso,<br />

porque con el tiempo ha perdido <strong>la</strong>s sustancias<br />

crasas que poseía.<br />

Franco.—Lo es cuando no deja en el pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r<br />

ningún gusto extraño,- ni por razón <strong>del</strong> terreno,<br />

ni por alteración ó mezc<strong>la</strong> de cualesquiera sustancias:<br />

así es que <strong>la</strong> franqueza <strong>del</strong> vino es <strong>la</strong><br />

ausencia de todo otro gusto particu<strong>la</strong>r.<br />

Cocido.—Tal es el gusto de los vinos reforzados<br />

con azúcar, ó cosechados de un fruto excesivamente<br />

maduro, y que evapora<strong>da</strong> <strong>la</strong> parte<br />

acuosa de <strong>la</strong> uva por una alta temperatura sin<br />

a<strong>del</strong>gazar <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong>, se desenvuelven trabajosamente.


220<br />

Mohoso.—Puede originarse el gusto de moho<br />

de haber hecho una vendimia demasiado tardía,<br />

<strong>da</strong>ndo lugar á que los insectos hayan destrozado<br />

alguna parte <strong>del</strong> fruto, ó <strong>del</strong> poco esmero en<br />

<strong>la</strong> limpieza de los vasos vinarios.<br />

De raspa.—Se produce este gusto, que generalmente<br />

participa también <strong>del</strong> amargo, cuando<br />

se han dejado, <strong>la</strong>rgo tiempo <strong>la</strong>s heces en <strong>la</strong>s cubas<br />

de fermentación, impregnando <strong>la</strong> madera ó<br />

'el material de los vasos vinarios.<br />

De madera.—Cuando <strong>la</strong> madera de los toneles<br />

ó cubas es muy nudosa ó de roble poco<br />

aireado ó muy resinoso. Para evitar tales inconvenientes<br />

deben cocerse <strong>la</strong>s due<strong>la</strong>s y pre<strong>para</strong>r<strong>la</strong>s<br />

según <strong>la</strong> especie arbórea á que pertenezcan,<br />

sumergiéndo<strong>la</strong>s en aguas amortiza<strong>da</strong>s.<br />

De pez.— :La costumbre de empezgar los vasos<br />

vinarios sosteni<strong>da</strong> contra to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s<br />

de vinificación, ya por <strong>la</strong> creencia de que en ellos<br />

conserva el vino mejor su parte espirituosa, ya<br />

por <strong>la</strong> mayor duración de <strong>la</strong>s vasijas, ó porque<br />

con el baño de pez encubren los toneleros mejor<br />

su grosero trabajo, produce en el vino ese<br />

gusto más ó menos pronunciado, según <strong>la</strong> cali<strong>da</strong>d<br />

de <strong>la</strong> pez; pero siempre persistente. Afortuna<strong>da</strong>mente,<br />

no tar<strong>da</strong>rá en desaparecer costumbre<br />

tan perjudicial como invetera<strong>da</strong>, porque el<br />

consumidor se va pronunciando contra el<strong>la</strong>.<br />

Hueso.—Mejor que el pa<strong>la</strong><strong>da</strong>r percibe el ol-


221<br />

í'ato el estado <strong>del</strong> vino acetificado por el hueso.<br />

Este defecto denuncia al vinicultor de descui<strong>da</strong>do<br />

é indolente.<br />

Cuando los vinos carecen de tanino y ofrecen<br />

una consistencia grasienta ó aceitosa, el olfato<br />

percibe cierto edor carasterístico- de <strong>la</strong> descomposición<br />

en que marcha el líquido, llegando<br />

hasta trabarse como una gran masa de ge<strong>la</strong>tina.<br />

Alguna, aunque rara vez, cerrado herméticamente<br />

el vaso, y permaneciendo una veintena<br />

ó más de meses en el más completo reposo y oscuri<strong>da</strong>d,<br />

ha vuelto á licuarse y á recobrar to<strong>da</strong>s<br />

<strong>la</strong>s excelentes condiciones de su anterior existencia,<br />

ganando en aroma y bouquet, cuali<strong>da</strong>des<br />

que mantenia imperceptibles.<br />

Lo expuesto deja coniprender que un buen<br />

degustador ó catador de vinos no se forma con<br />

<strong>la</strong> práctica de su profesión si no le acompañan<br />

cuali<strong>da</strong>des físicas que realcen su aptitud. Las<br />

bodegas de Jerez, Má<strong>la</strong>ga, Sanlúcar, Oporto,<br />

Burdeos y cuantas son afama<strong>da</strong>s retribuyen<br />

pródigamente á los degustadores de vinos, que<br />

no abun<strong>da</strong>n por cierto, <strong>para</strong> temer una competencia<br />

que <strong>la</strong>stime sus intereses. Si <strong>la</strong> rivali<strong>da</strong>d<br />

existe es en beneficio de <strong>la</strong> profesión y de los<br />

intereses de <strong>la</strong> producción y <strong>del</strong> comercio,


2Í"2<br />

MODO DE RECONOCER LA FILOXERA.<br />

Este interesante objeto, y el-de prevenir en<br />

lo posible los extragos <strong>del</strong> insecto, es el que se<br />

ha propuesto el ministerio de Fomento al circu<strong>la</strong>r<br />

con profusion ciertas instrucciones á los <strong>viticultor</strong>es<br />

en unas hojas cuyo texto dice literalmente<br />

así:<br />

«España, con una superficie de 507.03G kilómetros<br />

cuadrados y una pob<strong>la</strong>ción de 16.227.227<br />

habitantes, tiene 1.500.000 hectáreas de terreno<br />

p<strong>la</strong>ntado de viñas, equivalentes á 2.330.700 fanegas<br />

<strong>del</strong> marco real de Castil<strong>la</strong>.<br />

»Es <strong>la</strong> tercera nación vitíco<strong>la</strong> de Europa.<br />

" »La producción de estos terrenos se eleva<br />

á 29.981.418 hectolitros de vino, equivalentes<br />

á 185.884.791 arrobas castel<strong>la</strong>nas. El valor<br />

aproximado de <strong>la</strong>s viñas es de 5.250 millones<br />

de pesetas «veintiún mil millones de reales.»<br />

»E1 valor anual de esta producción converti<strong>da</strong><br />

en vinos comunes, generosos, aguardientes<br />

y vinagres, asciende á «mil millones de pese-


223<br />

<strong>la</strong>s,» sin contar el valor ele <strong>la</strong>s uvas y pasas que<br />

se exportan y consumen.<br />

»Afectaria <strong>la</strong> pérdi<strong>da</strong> de esta riqueza á 216.671<br />

cosecheros conocidos, y además á los braceros<br />

([ue trabajan en <strong>la</strong>s viñas y en <strong>la</strong>s bodegas; á<br />

los pre<strong>para</strong>dores y exportadores en grande, á<br />

los infinitos expendedores al por menor, á los<br />

industriales que dependen de <strong>la</strong> producción viníco<strong>la</strong>,<br />

como toneleros, alfareros, boteros, etc.,<br />

y en general á <strong>la</strong> riqueza pública, y por lo tanto<br />

á los intereses <strong>del</strong> Estado.<br />

»La filoxera es un insecto microscópico, cuyo<br />

tamaño varía de 2 á 2/3 de milímetro, de <strong>la</strong> familia<br />

de los afidios, vulgo pulgones, que se ha<br />

presentado en varios países de Europa hace<br />

unos quince años, y recientemente en <strong>la</strong> provincia<br />

de Má<strong>la</strong>ga. Se alimenta exclusivamente<br />

de <strong>la</strong> vid y vive de <strong>la</strong>s raíces en <strong>la</strong>s cepas.<br />

»Su reproducción es asombrosa, como <strong>la</strong> de<br />

todos los pulgones.<br />

»Cuando en una viña so observan ro<strong>da</strong>les de<br />

cepas cuyas hojas toman un tinte amarillento y<br />

empiezan á secarse por sus bordes, deberán reconocerse<br />

<strong>la</strong>s raíces <strong>para</strong> ver si en ol<strong>la</strong>s existe el<br />

insecto.<br />

»La filoxera se propaga naturalmente de dos<br />

maneras: pasando de una cepa á otra cuando<br />

no tiene a<strong>la</strong>s, ó de unas á otras viñas cuando<br />

<strong>la</strong>s tiene.


»En estas circunstancias es conveniente el esmerado<br />

cultivo de <strong>la</strong>s viñas y los abonos más<br />

apropiados á <strong>la</strong>s mismas, como medios eficaces<br />

<strong>para</strong> robustecer<strong>la</strong>s y hacer<strong>la</strong>s en cierto modo<br />

resistentes. Importa también no destruir los pájaros<br />

y los insectos que pueden alimentarse con<br />

<strong>la</strong> filoxera.<br />

«Los <strong>viticultor</strong>es deben proceder con mucha<br />

caute<strong>la</strong> en cuanto al empleo de los insectici<strong>da</strong>s.<br />

El Gobierno francés no ha adjudicado aún el<br />

premio de 300.000 pesetas ofrecido al inventor<br />

de un remedio eficaz y económico <strong>para</strong> destruir<br />

<strong>la</strong> filoxera.»<br />

LEY DE 30 DE JULIO DE 1878<br />

DICTADA<br />

PARA EVITAR LA DIFUSIÓN Y PROPAGACIÓN<br />

DE LA.<br />

PHYLLOXERA VASTATRIX.<br />

DON ALFONSO XII,<br />

Por <strong>la</strong> gracia de Dios Rey constitucional de<br />

España.<br />

' À todos los que <strong>la</strong>s presentes vieren y entendieren,<br />

sabed: que <strong>la</strong>s Cortes han decretado<br />

y Nos sancionado lo siguiente:


Artículo 1." Se creará en Madrid una Comisión<br />

central de defensa contra <strong>la</strong> phylloxera sobre<br />

<strong>la</strong> base de <strong>la</strong> Comisión permanente que entiende<br />

en este asunto en el Consejo superior de<br />

Agricultura, Industria y Comercio, y de <strong>la</strong> cual<br />

será presidente nato el ministro de Fomento, y<br />

por <strong>del</strong>egación el director general de Instrucción<br />

pública, Agricultura é Industria, con quienes<br />

se comunicará directamente <strong>la</strong> cita<strong>da</strong> Comisión.<br />

Compondrán además ésta representantes<br />

de <strong>la</strong> propie<strong>da</strong>d vitíco<strong>la</strong> y de <strong>la</strong>s corporaciones<br />

y socie<strong>da</strong>des científicas y agríco<strong>la</strong>s más importantes<br />

de España, así como de aquel<strong>la</strong>s personas<br />

que por <strong>la</strong> posición oficial que ocupen y por <strong>la</strong><br />

especiali<strong>da</strong>d de sus conocimientos pue<strong>da</strong>n, á<br />

juicio <strong>del</strong> Gobierno, contribuir a<strong>la</strong> más acerta<strong>da</strong><br />

realización de los fines que comprende <strong>la</strong><br />

presente ley.<br />

Art. 2.° En to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s provincias vitíco<strong>la</strong>s <strong>del</strong><br />

reino se establecerán comisiones provinciales<br />

de defensa contra <strong>la</strong> phylloxera, compuestas <strong>del</strong><br />

gobernador, á quien corresponderá <strong>la</strong> presidencia;<br />

tres <strong>viticultor</strong>es elegidos por el Gobierno<br />

entre los 50 primeros contribuyentes, un diputado<br />

provincial, un vocal de <strong>la</strong> Junta de Agricultura<br />

nombrado por <strong>la</strong> misma, el jefe de Fomento,<br />

el jefe económico, el ingeniero jefe de<br />

montes, los profesores de Agricultura é Historia<br />

natural <strong>del</strong> Instituto provincial, y el inge-<br />

15


niero agrónomo, secretario de <strong>la</strong> Junta de Agricultura,<br />

que lo será también dé<strong>la</strong> comisión.<br />

Art. 3.° Estas comisiones, así <strong>la</strong> central<br />

como <strong>la</strong>s provinciales dependientes de el<strong>la</strong>,<br />

auxiliarán en sus respectivas esferas de acción<br />

al Gobierno, examinando y discutiendo cuantas<br />

medi<strong>da</strong>s y disposiciones se le consulten por<br />

el ministerio de Fomento, re<strong>la</strong>tivas al Objeto de<br />

esta ley; y proponiendo, de conformi<strong>da</strong>d con <strong>la</strong><br />

misma, los medios en su juicio más acertados<br />

<strong>para</strong> llevar<strong>la</strong> á cumplido efecto, así como <strong>para</strong><br />

resolver equitativamente y en justicia <strong>la</strong>s cuestiones<br />

que se re<strong>la</strong>cionen con tan terrible p<strong>la</strong>ga,<br />

y á que pue<strong>da</strong> <strong>da</strong>r lugar <strong>la</strong> aplicación de <strong>la</strong>s<br />

disposiciones legales que rijan en <strong>la</strong> materia.<br />

Un reg<strong>la</strong>mento especial determinará el régimen<br />

interior de dichas comisiones, así como <strong>la</strong>s facultades<br />

que, aparte de <strong>la</strong>s consigna<strong>da</strong>s expresamente<br />

en esta ley, les correspon<strong>da</strong>n en sus<br />

re<strong>la</strong>ciones oficiales con el Gobierno, y en <strong>la</strong>s<br />

que deben existir entre el<strong>la</strong>s mismas <strong>para</strong> el<br />

mejor cumplimiento de <strong>la</strong> importante misión<br />

que tendrán á su cargo.<br />

Art. 4.° Se autoriza al Gobierno <strong>para</strong> que,<br />

de acuerdo con <strong>la</strong> Comisión central, pue<strong>da</strong> prohibir<br />

en <strong>la</strong> medi<strong>da</strong> y por el tiempo que <strong>la</strong>s circunstancias<br />

aconsejen <strong>la</strong> introducción en el territorio<br />

de España y sus is<strong>la</strong>s adyacentes de sarmientos,<br />

barbados y púas de todos los residuos


227<br />

de <strong>la</strong> vid, como los troncos, raíces, hojas, tutores<br />

y cuanto haya servido <strong>para</strong> el cultivo de<br />

este arbusto, aunque se importare como leña y<br />

combustible, así como de todo género de árboles,<br />

arbustos y cualesquiera otras p<strong>la</strong>ntas vivas,<br />

sea cual fuere su procedencia. Las semil<strong>la</strong>s<br />

y <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas deseca<strong>da</strong>s y convenientemente<br />

pre<strong>para</strong><strong>da</strong>s <strong>para</strong> los herbarios estarán en todo<br />

caso exentas de <strong>la</strong> prohibición que comprende<br />

el párrafo anterior.<br />

Art. 5." En el caso de presentarse <strong>la</strong> phylloxera<br />

en cualquier punto <strong>del</strong> territorio español,<br />

se entenderá desde aquel momento prohibi<strong>da</strong><br />

<strong>la</strong> exportación á <strong>la</strong>s demás comarcas de <strong>la</strong>s<br />

cepas, sarmientos y demás objetos comprendidos<br />

en el párrafo primero <strong>del</strong> art. 4.°, procedentes<br />

de <strong>la</strong>s viñas infesta<strong>da</strong>s.<br />

Art. 6." Para p<strong>la</strong>ntar viñas en España y en<br />

sus is<strong>la</strong>s adyacentes deberá preceder aviso escrito<br />

ó verbal al alcalde respectivo, acompañando<br />

certificación de que los sarmientos ó barbatios<br />

no proceden de país extranjero ni de comarca<br />

infesta<strong>da</strong> por <strong>la</strong> phylloxera dentro <strong>del</strong><br />

territorio español. No sera necesario este requisito<br />

cuando los sarmientos ó barbados proce<strong>da</strong>n<br />

de <strong>la</strong>s mismas tierras <strong>del</strong> p<strong>la</strong>ntador, y<br />

éstas no se hallen infesta<strong>da</strong>s. En <strong>la</strong>s secretarías<br />

de los ayuntamientos se llevará un libro-registro<br />

de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ntación de vides, y en él se ano-


228<br />

tara el lugar de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ntación, número y procedencia<br />

de <strong>la</strong>s cepas, si no fueren de <strong>la</strong> misma<br />

línea <strong>del</strong> interesado, y nombre <strong>del</strong> dueño,<br />

aparcero ó arren<strong>da</strong>tario.<br />

Art. 7.° Todo propietario de viña ó cpaien le<br />

represente estará obligado á <strong>da</strong>r aviso al alcalde<br />

respectivo de cualquier síntoma que notase<br />

en <strong>la</strong>s vides y pue<strong>da</strong> hacer presumir <strong>la</strong> presencia<br />

de <strong>la</strong> phylloxera. El alcalde á su vez <strong>da</strong>rá<br />

cuenta en el acto de este hecho al gobernador y<br />

a<strong>la</strong> comisión provincial de defensa, <strong>la</strong> cual,<br />

previo reconocimiento facultativo, dec<strong>la</strong>rará<br />

dentro de tercero dia si existe ó no <strong>la</strong> infección,<br />

comunicando el resultado de todo á <strong>la</strong> Comisión<br />

central. En caso de infección, que<strong>da</strong>rá desde<br />

luego someti<strong>da</strong> <strong>la</strong> propie<strong>da</strong>d infesta<strong>da</strong> á <strong>la</strong> acción<br />

de <strong>la</strong>s personas y corporaciones encarga<strong>da</strong>s<br />

de llevar á cabo <strong>la</strong>s disposiciones necesarias<br />

<strong>para</strong> combatir y destruir el insecto y evitar<br />

su propagación. ,<br />

Art. 8.° Los alcaldes, los ingenieros de to<strong>da</strong>s<br />

c<strong>la</strong>ses y sus ayu<strong>da</strong>ntes, así como cuantos<br />

tienen á su cargo <strong>la</strong> guardería rural, sean pagados<br />

por el Estado, <strong>la</strong> provincia, el municipio<br />

ó los particu<strong>la</strong>res, estarán obligados á <strong>da</strong>r cuenta<br />

inmediatamente al gobernador y á <strong>la</strong> comisión<br />

provincial de defensa de cualquier alteración<br />

ó síntoma que notasen en los viñedos y pudiera<br />

acusar <strong>la</strong> existencia de <strong>la</strong> phylloxera.


229<br />

Art. 9.° En el caso de presentarse algun<br />

foco phylloxérico en España ó en sus is<strong>la</strong>s adyacentes,<br />

se procederá inmediatamente al arranque<br />

de to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s cepas muertas ó ataca<strong>da</strong>s, así<br />

como al de to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s que se encuentren á 20<br />

metros de distancia de <strong>la</strong> última de aquél<strong>la</strong>s,<br />

destruyéndose por medio <strong>del</strong> fuego y sobre el<br />

mismo terreno, con sus sarmientos, hojas y tutores.'<br />

Además se removerá <strong>la</strong> tierra hasta donde<br />

se juzgue necesario <strong>para</strong> descubrir y quemar <strong>la</strong>s<br />

últimas raíces, desinfectándose el suelo por los<br />

medios que aconseja <strong>la</strong> ciencia y haya prescrito<br />

<strong>la</strong> Comisión central, y sin que pue<strong>da</strong>n hacerse<br />

nuevas p<strong>la</strong>ntaciones de viñas mientras que, á<br />

juicio <strong>del</strong> Gobierno, de acuerdo con dicha comisión,<br />

subsista el peligro. El propietario de<br />

tales terrenos podrá destinarlos á cualquier<br />

otro cultivo; pero que<strong>da</strong>ndo sujeto durante el<br />

período indicado á <strong>la</strong> vigi<strong>la</strong>ncia é inspección de<br />

<strong>la</strong> comisión provincial de defensa.<br />

Art. 10. No se abonará indemnización alguna<br />

por <strong>la</strong>s vides muertas ó enfermas que se<br />

arranquen. Por <strong>la</strong>s que se destruyan dentro de<br />

<strong>la</strong> zona de 20 metros de que hab<strong>la</strong> el artículo<br />

anterior se abonará al propietario el valor de <strong>la</strong><br />

cosecha pendiente y de <strong>la</strong> inmediata. Se indemnizará<br />

el valor de cualquiera p<strong>la</strong>nta ó cosecha<br />

que sea necesario destruir ó perjudicar <strong>para</strong><br />

<strong>la</strong>s operaciones indica<strong>da</strong>s. No se abonará in-


•230<br />

demnizacion alguna por <strong>la</strong>s vides que se destruyan<br />

en <strong>la</strong>s colonias agríco<strong>la</strong>s.<br />

Art. 11. El dueño de una viña ataca<strong>da</strong> por<br />

<strong>la</strong> phylloxera podrá verificar á sus expensas el<br />

arranque y desinfección, siempre que así lo rec<strong>la</strong>mase<br />

de <strong>la</strong> comisión provincial de defensa<br />

dentro de tres dias después de dec<strong>la</strong>ra<strong>da</strong> <strong>la</strong> infección,<br />

y con <strong>la</strong> condición de proceder inmediatamente<br />

á <strong>la</strong>s operaciones oportunas, bajo <strong>la</strong><br />

vigi<strong>la</strong>ncia y con arreglo á <strong>la</strong>s prescripciones estableci<strong>da</strong>s<br />

por dicha comisión. Trascurrido dicho<br />

p<strong>la</strong>zo sin haberse solicitado el permiso, se<br />

procederá de oficio á practicar <strong>la</strong>s indica<strong>da</strong>s<br />

operaciones.<br />

Art. 12. Las comisiones provinciales de dedefensa<br />

man<strong>da</strong>rán examinar con frecuencia to<strong>da</strong>s<br />

<strong>la</strong>s viñas inmediatas á <strong>la</strong>s que se arranquen,<br />

y dentro <strong>del</strong> radio que juzguen •necesario, <strong>para</strong><br />

vigi<strong>la</strong>r el estado de sus raíces é impedir <strong>la</strong> formación<br />

de nuevos focos phylloxéricos.<br />

Art. 13. Todos los gastos que ocasionare el<br />

arranque de cepas, desinfección y demás operaciones<br />

confia<strong>da</strong>s á <strong>la</strong>s comisiones provinciales<br />

de defensa, así como <strong>la</strong>s indemnizaciones<br />

que procediesen con arreglo al art. 10, serán<br />

costeados de un fondo que estará depositado en<br />

<strong>la</strong>s sucursales <strong>del</strong> Banco de España y á disposición<br />

de <strong>la</strong> comisión provincial de <strong>la</strong> phylloxera.


• 231<br />

Se formará este fondo con un recargo de 25<br />

céntimos de peseta anuales por hectárea de viña,<br />

que to<strong>da</strong>s <strong>la</strong>s diputaciones provinciales consignarán<br />

desde luego en sus respectivos presupuestos<br />

por dos años, á contar desde el actual<br />

ejercicio, si bien sólo se hará efectivo en <strong>la</strong>s provincias<br />

invadi<strong>da</strong>s y sus limítrofes que sean viníco<strong>la</strong>s.<br />

Si á juicio de <strong>la</strong> Comisión central hubiese necesi<strong>da</strong>d<br />

de continuar imponiendo este recargo,<br />

el Gobierno presentará á <strong>la</strong>s" Cortes el oportuno<br />

proyecto de ley.<br />

Para atender á los gastos indispensables de<br />

estudio, ensayos y medios de defensa generales<br />

contra <strong>la</strong> phylloxera, se abre un crédito permanente<br />

de 500.000 pesetas á favor <strong>del</strong> ministerio<br />

de Fomento.<br />

Art. 14. Las comisiones provinciales de defensa<br />

deberán inspeccionar frecuentemente por<br />

<strong>del</strong>egados facultativos todos los criaderos de<br />

cepas, semilleros y viveros de cualquier c<strong>la</strong>se<br />

que existan en sus provincias, y el Gobierno, á<br />

petición de <strong>la</strong> Comisión central de <strong>la</strong> phylloxera<br />

y bajo su inspección especial, podrá establecer<br />

donde y cuando lo estime oportuno semillero<br />

de vides americanas, ó de castas que.no sean<br />

susceptibles de ser ataca<strong>da</strong>s por <strong>la</strong> phylloxera.<br />

Art. 15. Los alcaldes y demás funcionarios<br />

á quienes se refiere el art. 8.°, que mostraren


232 • '<br />

morosi<strong>da</strong>d punible en el cumplimiento de <strong>la</strong><br />

obligación cpae por dicho artículo se les impone,<br />

incurrirán en <strong>la</strong> multa de 20 á 300 pesetas, <strong>la</strong><br />

cual, según los casos y <strong>la</strong> distinta categoría de<br />

tales funcionarios, impondrá gubernativamente<br />

<strong>la</strong> Comisión central, previo informe de <strong>la</strong> provincial<br />

de defensa.<br />

Art. 16. Cuando en <strong>la</strong>s aduanas y fronteras<br />

se presentasen cualesquiera de los efectos comprendidos<br />

en el art. 4.°, y cuya importación estuviere<br />

prohibi<strong>da</strong>, serán inmediatamente quemados.<br />

Lo mismo se ejecutará con los emba<strong>la</strong>jes<br />

y camas de ganados procedentes de restos<br />

ó despojos de cepas. Cuando dichos efectos sean<br />

asimismo descubiertos en <strong>la</strong>s aduanas y fronteras<br />

sin haberse verificado <strong>la</strong> debi<strong>da</strong> presentación<br />

de los mismos, se impondrá al contraventor,<br />

además <strong>del</strong> tanto por ciento que prevengan <strong>la</strong>s<br />

ordenanzas de aduanas <strong>para</strong> hechos análogos,<br />

una multa de 50 á 500 pesetas, según <strong>la</strong> grave<strong>da</strong>d<br />

<strong>del</strong> caso. Cuando verifica<strong>da</strong> <strong>la</strong>'introducción<br />

fraudulenta de los efectos mencionados sean estos<br />

aprehendidos en el interior <strong>del</strong> reino, deberá<br />

aplicarse al caso <strong>la</strong> ley de <strong>del</strong>itos de contrabando<br />

con <strong>la</strong> penali<strong>da</strong>d pecuniaria ó personal<br />

correspondiente, calcu<strong>la</strong>ndo <strong>la</strong> defrau<strong>da</strong>ción<br />

por lo menos en el máximum de <strong>la</strong> multa.<br />

Por tanto:<br />

Man<strong>da</strong>mos á todos los tribunales, justicias.


233<br />

jefes, gobernadores y demás autori<strong>da</strong>des, así civiles<br />

como militares y eclesiásticas, de cualquier<br />

c<strong>la</strong>se y digni<strong>da</strong>d, que guarden y hagan<br />

guar<strong>da</strong>r, cumplir y ejecutar <strong>la</strong> presente ley en<br />

to<strong>da</strong>s sus partes.<br />

Dado en Pa<strong>la</strong>cio á treinta de Julio de mil<br />

ochocientos setenta y ocho.—YO EL REY.—El<br />

ministro de Fomento, C. FRANCISCO QUEIPO<br />

DE LLANO.<br />

FIN.<br />

16


ÍNDICE,<br />

l'ági una.<br />

! lUülOATOKIA VII<br />

CUATRO PALABRAS AL LECTOR ix<br />

Nociones generales sobre <strong>la</strong> vid 1<br />

Reconstitución <strong>del</strong> suelo destinado al cultivo<br />

de <strong>la</strong> vid 10<br />

Aprovechamiento de los residuos de <strong>la</strong> vid y<br />

<strong>del</strong> vino 18<br />

El origen de <strong>la</strong> filoxera 34<br />

Las filoxeras soxua<strong>da</strong>s 60<br />

La vendimia 83<br />

El vino.—Apuntes históricos 88<br />

La fuchsina,—Su ortografía, procedencia y medios<br />

do reconocer su presencia en el vino... 100<br />

Conservación <strong>del</strong> vino 106<br />

Condiciones que ha de tener un buen catador<br />

do vinos 127<br />

Trasiego de los vinos 133<br />

De <strong>la</strong>s falsificaciones y medios do reconocer<strong>la</strong>s. 139<br />

El arte de <strong>la</strong> licororía 147<br />

La cerveza 162


Páginas.<br />

Empleo de <strong>la</strong> miel en <strong>la</strong> pre<strong>para</strong>ción de <strong>la</strong>s<br />

bebi<strong>da</strong>s 187<br />

Meteorología agríco<strong>la</strong> 198<br />

Vocabu<strong>la</strong>rio enológico 214<br />

Modo de reconocer <strong>la</strong> liloxera 222<br />

Ley de 30 de Julio de 1878 dicta<strong>da</strong> <strong>para</strong> evitar<br />

<strong>la</strong> difusión y propagación de <strong>la</strong> phylloxera<br />

vastalrix 224


Véndese esta obra en <strong>la</strong> Administración de<br />

<strong>la</strong> GACETA VINÍCOLA, calle de Carretas, nú<br />

mero 41, tercero izquier<strong>da</strong>. Madrid.<br />

PRECIO<br />

CINCO PESETAS.<br />

• — ^

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