Salas Barbadillo y Góngora - Centro Virtual Cervantes

44 MCMC VÏTSE Criticón, 11, 1980
Nunca lo¿ p*.e¿enteA moAtkaAon tanta alo.gx.ia, poique,
-óe gozoKon de. veA que. ti agente cíe toda¿ lcU> bwila¿
y t)ieta¿ hubie¿& ¿ido una vez el paciente, y -&o-
6-te e^íe dundamiznto dijeAon con ¿utA.le.za y bsi&vedad
alguna* COAOJ> de. que VzdKo, dando indi.ci.oi, de. tuAbación,
ocasionó ¿oupednai, de. que. ¿e habw. conxido, y
a poco¿ golpea de¿cubKÍó AU flaqueza, poique, la gente,
que. con. má¿ facilidad ¿t ninde ¿on lo¿ mLimot,
QKa.cio¿o¿ que, habiendo ganado ej>ta opinión, juzgan
dma¿ia que. nadie, ¿e le¿ atA&va con ¿u¿ mi¿ma¿ libn.z¿, de. que. alguno de lo¿
phe¿ente¿ ¿e pudiexa dat pon. ofendido, pexo _T~'"J'
(Subtil, p. ÍS5Í
La rigurosa estafa del falso fraile enamorado y el despiadado escarnio
del pueblo granadino cobran su verdadera significación : colocar
al transformado Meneses —nombre prestado de Pedro de Urdemalas
en Valencia, precisémoslo— en posición de inferioridad frente a los
académicos,que no dejan de recordarle que no es más que un bufón,
el cual se condena a sí mismo a un miniexilio de algunos días (p.188).
De modo que la variedad de los miembros de esta academia no explica
solamente "la variété des tons et des genres cultivés" (E.A., p.367).
Por una parte, su diversidad ("Inés, viendo que algunos de los oyentes
eran muy vulgares", Subtil, p. 119) obliga a matizar la abrupta
asimilación varias veces sugerida por el crítico entre élite, nobleza,
gente de calidad y miembros de las academias novelescas de Salas.
Pero, por otra parte, su heterogeneidad señala una característica
esencial del sistema de la burla : a saber, la frágil inestabilidad
de las hermandades burladoras. Aunque la frecuente unanimidad
en la risa suponga una real cohesión en la celebración de valores
comunes, la circunstancial "unión de armas" entre los burladores
no cancela nunca sus conflictos internos nacidos en sus diferencias.
Debajo, detras y después de la accidental asociación de los
be.ilatoA.-i, la rígida estructuración, estamental conserva entera su
vigencia. La ya mentada tripartición social se proyecta, analógicamente,
en el propio esquema de la burla : burlados y burladores
(intra)textuales se quedan siempre a merced del dios autor en cuanto
Burlador Mayor, con su séquito de eventuales Asistentes, sean
éstos los espectadores (intra)textuales (los académicos de la a modo
de CO-YcM.ce de El ¿ubtil cOAdobti), o bien los espectadores o lectores
extratextuales. Huelga decir que esta inestabilidad constitutiva
—aunque interina, pues se disuelve en el desenlace ordenador,
sin que haya lugar para cualquier pirronismo— de los participantes
de la burla dificulta en extremo la exacta interpretación
de las obras más elaboradas de Salas.