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editorial<br />
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Editorial<br />
Rubalcaba vuelve a meter a la Iglesia<br />
en la confrontación política<br />
Ya lo hizo en las vísperas de la campaña electoral de<br />
las elecciones generales del 20-N, elecciones que,<br />
por cierto, propinaron a su partido político, el PSOE,<br />
una severísima derrota. Y ahora, en el discurso previo a las<br />
votaciones que le han convertido en secretario general, Alfredo<br />
Pérez Rubalcaba ha vuelto a meter a la Iglesia en la<br />
confrontación política. Ha vuelto, gratuita e innecesariamente,<br />
a meterse con la Iglesia católica.<br />
Sin arte ni parte, sin comerlo ni beberlo, sin venir a<br />
cuento, el nuevo secretario general del segundo partido<br />
político de España ha arremetido contra los Acuerdos<br />
Iglesia-Estado de 1979, y al día siguiente —domingo 5 de<br />
febrero— el PSOE aprobaba pedir la revisión de dichos<br />
acuerdos y reiteraba sus conocidos deseos de excluir a la<br />
clase de Religión Católica del horario lectivo y de promover<br />
una autodenominada ley de muerte digna, que es más<br />
bien todo lo contrario.<br />
Si ya en las vísperas electorales, el exabrupto del señor<br />
Rubalcaba carecía del mínimo rigor —versaba sobre los<br />
supuestos privilegios hipotecarios de la Iglesia— y de la<br />
mínima oportunidad y necesidad, lo de los días 4 y 5 de<br />
febrero de 2012 suena a sarcasmo, a chantaje y a ignorancia<br />
impropia de un tan relevante dirigente político. Y es<br />
que, bueno será recordarlo, su «órdago» difícilmente puede<br />
ser llevado a cabo por su partido, que no gobierna y<br />
que cuenta solo con 110 de los 350 diputados del Congreso.<br />
Y su falaz y mitinera proclama resulta todavía más<br />
patética en su argumentación, en la que mezclaba a la «derecha»<br />
y a sus «dogmas» con la Iglesia católica y sus acuerdos<br />
de 1979 con el Estado español. Y todo ello bajo la demagógica<br />
justificación de los pretendidos «privilegios antidemocráticos»<br />
de la Iglesia.<br />
¿Cuáles son esos privilegios, señor Rubalcaba? ¿Y, en<br />
caso de que usted así lo crea, eso sí sin demostrarlo, cómo<br />
explica que Gobiernos socialistas durante 22 años —en los<br />
que usted participó— los tolerarán? Lo que España necesita<br />
de una formación política tan significativa como el PSOE<br />
no son ni exabruptos, ni injurias, ni sectarismos, ni reabrir<br />
polémicas artificiales e injustas como esta. ■<br />
La música y la letra de las<br />
reformas legislativas en España<br />
arios ministros del nuevo Ejecutivo español han presentado ante el Congreso de los Diputados y<br />
Vante la opinión algunas de las reformas que pretende impulsar el Gobierno. Si la pasada semana,<br />
fue la de la ley del aborto, esta semana la educación (ver página 11) ha sido la protagonista.<br />
Desde la óptica que a una publicación como la nuestra corresponde, pensamos, en primer lugar,<br />
que nos hallamos ante una partitura cuya música puede sonarnos más o menos bien, pero cuya letra<br />
desconocemos todavía. Y ello nos obliga a esperar y a ser cautos y prudentes a la hora de los juicios<br />
de valor. En segundo lugar, nos alegra saber que el Gobierno actual considera inaceptable la vigente,<br />
letal e inicua ley del aborto, de julio de 2010, y que desea reconocer, garantizar y promover los derechos<br />
de la persona concebida aunque todavía no nacida. Y en la misma línea de satisfacción, hemos<br />
de recibir el anuncio de la supresión de la asignatura de Educación para la Ciudadanía.<br />
Con todo, es también importante que en la reforma de la Educación Secundaria y del Bachillerato<br />
se garanticen —como ha reclamado Escuelas Católicas— los conciertos educativos en vigor con los colegios<br />
de iniciativa social como los de la Iglesia. Y con respecto al anuncio del ministro de Justicia de<br />
que los matrimonios y divorcios podrían ser realizados ante un notario, hacemos nuestro el planteamiento<br />
del Foro de la Familia que pide la reconsideración de la propuesta y se apueste más por el gran<br />
valor y la estabilidad del matrimonio, que no es un mero contrato, sino que «tiene un aspecto institucional,<br />
de orden público, que afecta no solo a los cónyuges sino a toda la sociedad».<br />
Finalmente, hemos de subrayar la esperanza que suscita el sensato anuncio de la ministra de Sanidad,<br />
Servicios Sociales e Igualdad, quien, antes de continuar con la financiación de la píldora del día<br />
después y su venta libre, ha pedido un informe médico-científico sobre su situación regulatoria en el<br />
resto de Europa y sobre los efectos que puede causar en las mujeres que la tomen. ■<br />
Número 3.609 ■ 11 de febrero de 2012<br />
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