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Cautividad Babilónica De La Iglesia - Escritura y Verdad

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<strong>La</strong> <strong>Cautividad</strong> <strong>Babilónica</strong> <strong>De</strong> <strong>La</strong> <strong>Iglesia</strong><br />

sacramentos, bien que, al omitir el matrimonio en realidad ofrece sólo seis. Nada, absolutamente<br />

nada, leemos en los padres restantes acerca de esos sacramentos ni aplicaron la denominación de<br />

sacramento a estas realidades cuando hablaron de ellas. <strong>La</strong> invención de los sacramentos es un<br />

hecho reciente. Personalmente --voy a manifestar mi osadía- me desagrada totalmente que se dé<br />

tanto crédito a ese Dionisio, sea quien fuere, y que no tiene ninguna consistencia doctrinal.<br />

Porque ¿sobre qué autoridad o en qué razonamientos apoya esa confusión que acerca de los<br />

ángeles mezcla en su Jerarquía celeste, libro que ha hecho sudar tanto a ingenios curiosos y<br />

supersticiosos? Si lo lees con libertad, llegarás a la conclusión de que todo su contenido se limita<br />

a reflexiones personales que no se diferencian gran cosa de los sueños. Por lo que se refiere a la<br />

Teología mística, tan valorada por algunos teologastros, diré que se trata también de algo<br />

perniciosísimo, que es mucho más platónico que cristiano, y que me gustaría que el fiel para nada<br />

se preocupara de ello. No encontrarás ahí a Cristo; más aún: si ya le posees, ten la seguridad de<br />

que le perderás leyendo esas páginas. Hablo por experiencia. Es mejor escuchar a Pablo para<br />

aprender a «Jesucristo, y a Jesucristo crucificado» 128 . Este es el único camino, la única vida y la<br />

sola verdad; no hay otra escalera para llegar al Padre, como lo dice él mismo: «Nadie llega al<br />

Padre si no es por mí» 129 .<br />

En la Jerarquía eclesiástica no se hace otra cosa que describir ciertos ritos eclesiásticos a<br />

base de un juego alegórico sin fundamento. Es lo que ha hecho entre nosotros el editor del libro<br />

titulado Rationale divinorum. El dedicarse al estudio de tales alegorías es un quehacer que cuadra<br />

sólo a los ociosos. ¿Te crees que me resultaría muy difícil entregarme al juego de alegorizar a<br />

base de cualquier cosa creada? San Buenaventura redujo alegóricamente las artes liberales a la<br />

teología 130 y, en fin, Gerson convirtió en teólogo místico a Donato el Menor. Nada me costaría<br />

escribir una jerarquía mucho más interesante que la de Dionisio, ya que él ignoró al papa, a los<br />

cardenales, a los arzobispos, y tuvo la ocurrencia de colocar en el primer grado a los obispos. Por<br />

más agudo que sea un ingenio, es difícil que no periclite si se mete en alegorías. No me gustaría<br />

nada que al teólogo le diese por alegorizar antes de haber agotado el sentido legítimo y genuino<br />

de la <strong>Escritura</strong>; de otra forma, su teología será arriesgada, como le aconteció a Orígenes.<br />

<strong>De</strong> que Dionisio describa una cosa no tiene que seguirse que se trate de un sacramento;<br />

porque, entonces, ¿por qué no hacer un sacramento de esa procesión que describe en su obra y<br />

que es una ceremonia que perdura aún hasta nuestros días? En ese caso se aumentaría el número<br />

de sus sacramentos en la misma proporción que los ritos y ceremonias de la iglesia. Sustentados<br />

en este frágil cimiento, han inventado el carácter, atribuido a este sacramento y que se imprime<br />

de forma indeleble en los ordenados. Por favor: ¿de dónde se sacan todo esto? ¿en qué autoridad<br />

o en que razonamiento lo sustentan? No les negamos su libertad para inventar, decir, afirmar lo<br />

que les venga en gana, pero también afirmamos nuestra libertad para que no se arroguen el<br />

derecho de convertir en dogmas de fe lo que son ocurrencias suyas, como han querido hacer hasta<br />

el presente. Ya está bien que por amor a la concordia nos acomodemos a sus ceremonias y a sus<br />

citas, pero a lo que no estamos dispuestos es a aceptar como necesarias para la salvación cosas<br />

que no lo son. Que se despojen ellos del abuso de su tiranía y les demostraremos por nuestra<br />

parte consideración hacia su forma de pensar, para que de esta forma unos y otros podamos vivir<br />

tranquilos. Pero es servidumbre torpe e inicua querer someter al cristianismo, que es libre, a la<br />

sujeción de tradiciones que no sean las celestiales y divinas.<br />

128 1ª Cor 2, 2.<br />

129 Jn 14, 6.<br />

130 <strong>De</strong> reductione artium ad theologiam, en Opera omnia V, Quaracchi 1891, 319-325.<br />

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