Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Documentación<br />
Un trabajo decente para todos<br />
Intervención de monseñor Silvano Tomasi,<br />
observador permanente de la Santa Sede ante la Organización Internacional del Trabajo,<br />
en la 95ª Conferencia Internacional del Trabajo (Ginebra, 13-6-2006)<br />
Señor presidente:<br />
1<br />
La comunidad internacional<br />
se ha comprometido solemnemente<br />
a fomentar el «empleo pleno<br />
y productivo y el trabajo decente<br />
para todos, en particular las mujeres<br />
y los jóvenes» (1). La función estratégica<br />
del trabajo en la lucha contra la<br />
pobreza y la calidad del mismo, dentro<br />
de su contexto social, atañen directamente<br />
a la dignidad de la persona,<br />
antes incluso de servir como herramientas<br />
indispensables de<br />
desarrollo. Esta Delegación de la Santa<br />
Sede comprueba con satisfacción<br />
cómo el trabajo decente, no sólo<br />
como noción, sino como prioridad<br />
estratégica, protagoniza actualmente<br />
todo debate acerca de la erradicación de<br />
la pobreza, y cómo existe una convergencia<br />
de esfuerzos con vistas a su realización.<br />
Con todo, esta tarea está aún<br />
lejos de ver cumplido su objetivo. La liberalización<br />
financiera y comercial, así<br />
como el proceso de globalización en<br />
curso, han creado mucha riqueza, pero<br />
numerosos indicios delatan disparidades<br />
crecientes entre países y dentro de<br />
éstos a la hora de cosechar los beneficios<br />
de este incremento de la riqueza. En<br />
caso de adoptarse la medida acerca del<br />
trabajo decente, se hace patente que demasiadas<br />
personas siguen excluidas de<br />
su disfrute por ser explotadas de manera<br />
indecente o por estar completamente<br />
apartadas del mercado de trabajo. Por<br />
decenas de millones se cuentan las personas<br />
insuficientemente cualificadas<br />
para subirse al tren de la globalización, o<br />
cuya capacidad y talentos se ven utilizados<br />
para impulsar la economía global<br />
sin beneficiarse de la acumulación de los<br />
consiguientes beneficios: inmigrantes indocumentados<br />
que trabajan en el sector<br />
agrícola, en la industria, en el servicio<br />
doméstico; mujeres que trabajan en la<br />
En la agricultura, como en la industria y en los<br />
servicios, hay trabajos de gran dureza.<br />
industria textil en condiciones insalubres<br />
y con salarios miserables; trabajadores<br />
discriminados por su raza, su aspecto o<br />
su religión y relegados a trabajos marginales<br />
sin posibilidad de ascenso social;<br />
trabajadores explotados en zonas dedicadas<br />
a la exportación y en el mundo<br />
entero; trabajadores a los que se les<br />
paga cada vez menos para que trabajen<br />
cada vez más si quieren ganar un salario<br />
decente.<br />
Alguien ha observado que la desigualdad<br />
y la pobreza pueden considerarse<br />
legítimamente la cuestión moral<br />
fundamental del siglo XXI. De esta forma,<br />
una globalización que fomenta un crecimiento<br />
económico falto de equidad impide<br />
el acceso al trabajo decente y pone<br />
en tela de juicio el buen funcionamiento<br />
de las estructuras internacionales creadas<br />
para facilitar la circulación de ideas,<br />
capitales, tecnología, bienes y personas<br />
con vistas al bien común.<br />
2<br />
La importancia del trabajo resulta<br />
evidente, sobre todo en la formación<br />
humana de la persona. No es el<br />
consumo, sino la capacidad de crear co-<br />
30 Número 3.333 ■ 28 de octubre de 2006<br />
sas, situaciones y expresiones nuevas,<br />
lo que caracteriza la vitalidad de<br />
una persona, la expresión de su propio<br />
ser. La impronta personal dada a<br />
través del trabajo produce satisfacción<br />
y voluntad de crecer, de contribuir<br />
y colaborar de forma positiva en<br />
la convivencia social. Cuando el trabajo<br />
falta o es indecente, la persona<br />
se ve reprimida y abocada a una crisis,<br />
y es sabido que una persona en<br />
crisis puede caer fácilmente en la tentación<br />
de una conducta antisocial y<br />
destructiva. De la primacía del valor<br />
ético del trabajo humano se deriva<br />
«una secuencia lógica de prioridades:<br />
de la persona respecto al trabajo, del<br />
trabajo frente al capital, del destino<br />
universal de los bienes frente al derecho<br />
exclusivo a la propiedad privada de<br />
los medios de producción» (2); en una<br />
palabra, del ser humano frente a las empresas,<br />
al incremento de los índices bursátiles,<br />
a los bienes materiales. El cambio<br />
de perspectiva que un trabajo decente<br />
para todos implica exige que se destaquen<br />
con renovado vigor la dignidad de<br />
toda persona y el bien común, poniéndolos<br />
en el centro de todas las actividades<br />
y las políticas laborales.<br />
3<br />
Señor presidente: Las iniciativas<br />
solidarias que se llevan adelante<br />
para promover la ejecución de la Agenda<br />
de Trabajo Decente en ámbito local<br />
constituyen formas eficaces de colaboración<br />
que dan credibilidad a dicha<br />
agenda. Durante los últimos decenios, la<br />
OIT ha desarrollado un cuerpo copioso<br />
de normas laborales, normas que siguen<br />
siendo el principal camino por el que la<br />
comunidad internacional puede conseguir<br />
una mejora progresiva de la calidad<br />
del trabajo y de los derechos de los trabajadores.<br />
Al mismo tiempo, esta dimensión<br />
excepcional de la OIT exige hoy<br />
en día una convergencia de esfuerzos<br />
1602