Algunos rasgos del hombre extremeño - Paseo Virtual por ...

ALGUNOS RASGOS DEL HOMBRE EXTREMEÑO
volvió a rebelarse, y nuevamente vencido, pasó a Badajoz, des-
pués de unirse a otro muladí (cristiano convertido al Islamismo)
rebelde en el castillo de Monsalud. Desde este castillo, nueva-
mente vencido o perseguido, pasa a refugiarse a Esparragosa, y,
no se sabe si es de la Serena (término de Castuera) o de los Lares,
cerca de Puebla de Alcocer; Lévi Provencal cree que esta última,
Y de Esparragosa pasa a instalarse en Badaioz, en calidad de
gobernador o wali. He aquí lo que dice Lévi-Provencal: «Aunque
no se debió a iniciativa del emir cordobés, la intervención de éste
parece haber sido de gran importancia en la construcción de la
ciudad de Badajoz, decaída la antigua metrópoli de Mérida, tan
floreciente en la época imperial romana y en la visigoda, desman-
telada por Muhammad I, tras conquistarla en 868. Ya en los últi-
mos años del reinado de ese emir, Abd-al Rahman ben Marwan,
llamado Ibn al Chilliqí (tel hijo del gallego»), jefe de los muladíes
de Occidente, rebelde unas veces contra el gobierno cordobés,
sometido otras, solicitó construir una ciudad en el Baxarnal, frente
a Badajoz, -a la otra parte del río». Se la autorizó a fortificar Bada-
joz y a la parte de acá del río, para que de esta manera estuviese
a la defensa de los musulmanes, según se le había puesto por
condición.-Esta versión de un historiador arábigo es rectificada
por la de otro, -mejor informado» a juicio de Lévi Provencal y ese
otro dice que (fué el emir Abd Allah el que autorizó, más tarde, al
«hijo del gallego» a fundar Badajoz, enviándole para ello albañiles
y recursos, (Historia de España, pág. 416.) Edificó Ibn Marwan, no
sólo la mezquita mayor, sino también «otras mezquitas», entre
ellas una en el interior de la alcazaba, y unos baños situados cerca
de la puerta de la ciudad.» -Con razón, dice el mismo Lévi-Pro-
vencal que ,al Chilliqí» hizo de Badaioz una hermosa ciudad con
palacios y jardines.»
Y antes de él Badajóz era poco más que una aldea, llamada
Batalyaus», Bated-Aixa y Basangos, hasta que «el hijo del gallego»
se puso a gobernarla a fines del siglo IV, tomándola y transformando
la en fortaleza. Luego, en el siglo x, francamente protegida por los
capitanes que Córdoba le enviaba, se fué haciendo más comercial,
rica y populosa. En suma, con el Califato pierde importancia polí-
tica Mérida, y se beneficia Badajoz. En 929, Abderramán III quiere
dar unidad e imponer orden y disciplina en AI-Andalus y toma la