12.05.2013 Views

La luna dormida - Foro de Literatura

La luna dormida - Foro de Literatura

La luna dormida - Foro de Literatura

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>La</strong> Luna <strong>dormida</strong> Enric Herce Escarrà<br />

«Salimos <strong>de</strong> la discoteca <strong>de</strong>l puerto y cogimos un taxi. Durante el<br />

trayecto Teresa dormía, y Nerea se <strong>de</strong>dicó a sobarme. No me sacó la mano<br />

<strong>de</strong>l paquete en todo el trayecto. Yo no podía <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> tocarle las tetas, tío,<br />

¡menuda fiera! Suerte que mientras tanto tú le dabas conversación al<br />

taxista».<br />

«¿Yo?»<br />

«Sí… bueno eso creo. ¿Te sentaste <strong>de</strong>lante no?»<br />

«No, no me acuerdo. ¿Y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l taxi? Porque nosotros llegamos<br />

pero tú…»<br />

Jorge se apartó <strong>de</strong> <strong>de</strong>lante la fuente <strong>de</strong> ensalada. Todavía quedaba otra<br />

ración pero no parecía tener más apetito. Se pasó la mano por el pelo hasta<br />

<strong>de</strong>tenerla justo encima <strong>de</strong> su oreja <strong>de</strong>recha. Miraba fijamente la pantalla<br />

apagada <strong>de</strong>l televisor como intentado recordar, mientras jugaba con un<br />

mechón entre los <strong>de</strong>dos. Su mirada ausente se clavó en mí y me sonrío.<br />

Tenía sangre entre los dientes.<br />

«Yo…»<br />

Me levanté <strong>de</strong> la mesa recordando el cadáver que había aparecido<br />

aquella misma mañana. Es en momentos como este cuando uno piensa<br />

cosas <strong>de</strong>l tipo: «me he ido <strong>de</strong> viaje con un tipo que apenas conozco».<br />

Jorge también se levantó. De repente parecía más <strong>de</strong>lgado y pálido que<br />

nunca. Yo retrocedí hasta topar con la pared. Una vez más se llevó la manó<br />

a la cabeza, cerca <strong>de</strong>l oído <strong>de</strong>recho. Al apartarla, acompañó su movimiento<br />

un <strong>de</strong>sagradable sonido orgánico. Sin borrar aquella sádica sonrisa <strong>de</strong>l<br />

rostro me alargó lo que tenía entre los <strong>de</strong>dos como si me lo quisiera<br />

mostrar. Era un largo mechón <strong>de</strong> su pelo todavía unido a un sanguinolento<br />

trozo <strong>de</strong> cráneo. Por el agujero que ahora oradaba su cabeza empezaba a<br />

<strong>de</strong>rramarse masa craneoencefálica.<br />

«Yo, estimado amigo, estoy muerto».<br />

Desperté sobresaltado. Llamaban a la puerta. Era la policía. Venían<br />

buscando al tío <strong>de</strong> Jorge.<br />

Durante los primeros compases <strong>de</strong> la conversación me mostré aturdido<br />

y confuso, el corazón todavía me latía <strong>de</strong>sbocado bajo los efectos <strong>de</strong> la<br />

reciente pesadilla. Cuando quisieron saber mi i<strong>de</strong>ntidad incluso estuve a<br />

punto <strong>de</strong> hacerme pasar por un turista que había alquilado el piso; me<br />

aterraba la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que me me interrogaran sobre lo sucedido la última<br />

23

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!