La luna dormida - Foro de Literatura
La luna dormida - Foro de Literatura
La luna dormida - Foro de Literatura
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>La</strong> Luna <strong>dormida</strong> Enric Herce Escarrà<br />
introducirán a Merche el lunes».<br />
«Me alegro mucho tío».<br />
«¿Y tú que tal estás? El último día nos <strong>de</strong>jaste algo preocupados».<br />
«Nada importante, ya os lo dije. En cuanto vuelva quedamos y os lo<br />
cuento todo».<br />
Cuando regresamos al apartamento <strong>de</strong> Nerea ya anochecía. Mientras<br />
ella les preguntaba a Isabel y a su hija si les apetecía salir a cenar con<br />
nosotros yo fui a <strong>de</strong>jar las bolsas a su piso. Fue entonces cuando sonó mi<br />
móvil.<br />
No pu<strong>de</strong> reprimir un escalofrío al leer el propietario <strong>de</strong>l número en la<br />
pantalla iluminada: Fatou. Recordé la instrucción que mis captores habían<br />
<strong>de</strong>jado en la mesita <strong>de</strong> noche junto a mis pertenencias, instrucción que no<br />
había seguido: «Llama a Fatou».<br />
«Diga», conseguí respon<strong>de</strong>r con un hilo <strong>de</strong> voz.<br />
«El tiempo apremia» fue cuanto pu<strong>de</strong> escuchar antes <strong>de</strong> que el aparato<br />
se me escurriera <strong>de</strong> entre los <strong>de</strong>dos y cayera al suelo. Ni siquiera se me<br />
ocurrió recogerlo para comprobar si se había estropeado. Cuanto quería<br />
hacer era salir <strong>de</strong> allí. Con pasos tambaleantes empecé a retroce<strong>de</strong>r,<br />
alejándome <strong>de</strong>l teléfono como si fuera una amenaza que me acechaba<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el suelo y que no dudaría en lanzarse sobre mí si cometía el error <strong>de</strong><br />
empezar a correr. Todavía pu<strong>de</strong> escuchar la misma voz que había<br />
respondido, preguntando una y otra vez <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el suelo: «¿Estás ahí? ¿Me<br />
escuchas?» durante algunos segundos, antes <strong>de</strong> que colgara.<br />
Era una voz <strong>de</strong> mujer, <strong>de</strong> mujer anciana. Una voz inconfundible <strong>de</strong><br />
acento extraño. <strong>La</strong> misma voz que nos había hablado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el vi<strong>de</strong>o.<br />
41