Revista Idealismo 80 Aniversario - Sociedad Espiritismo Verdadero

ción que marcaría la vida de muchas familias y generaciones, en
una magnitud sin precedentes en esta ciudad.
En base a esta múltilple confluencia de circunstancias favorables al
nacimiento institucional, podríamos suponer que seguramente,
había una concurrencia de un grupo de espíritus
afines que encarnaron en grupos familiares comprometidos
en una acción específica, respondiendo
a un programa espiritual.
¿QUÉ LOS IMPULSABA EN ESA BÚSQUEDA?
Era evidente la convicción idealista que los animaba,
los deseos de saber, la inquietud hacia la
búsqueda de la superación intelectual y moral, la
persistencia y tenacidad, la valoración de la virtud
y el ansia de progreso. Esas cualidades hicieron que
se mantenga la convicción en un objetivo de progreso
para conquistar.
Los impulsaban sus convicciones de bien: convicción
de luchar por un ideal al cual ellos comprendían
como promovente para la evolución
espiritual; el esfuerzo, la voluntad sostenida y
la simpleza de trabajar desinteresadamente
por sus objetivos. Éstas fueron las características
y las cualidades morales de esos seres pioneros en
este conocimiento.
En todo este período de sesiones continuas, el
conjunto de hombres y mujeres va despertando a
la vida espiritual, esforzándose en el accionar basado
en las enseñanzas que reciben mediúmnicamente
y en el estudio de las obras de Kardec,
atravesando su transformación por varias etapas
que resumimos:
Bartolomé Manera
INICIACIÓN ESPIRITUAL
El concepto del amparo fue intuitivo y eso también
permitió que se avinieran a la conducción espiritual.
También interpretaron la ampliación del amparo al hogar;
la conducta ejemplarizante que promovían generaba un círculo
virtuoso de mejores resultados mediúmnicos y en consecuencia,
nuevas herramientas para el autoconocimiento que devenía en
una mejor conducta resultante. Una cadena virtuosa de progreso
intelectual, moral e institucional.
Guerino Marzioni y María Soriano
Idealismo 80 aniversario - página 2
Extraemos algunas expresiones de Josefa Soriano de Culzoni
en el Libro “Iniciación espiritual”:
La dirección como coordinación general y la asistencia de los espíritus
conductores, iban formando la unión fluídica indispensable en las reuniones,
mediante el despojo de los errores que cada
uno se reconocía. Todos y cada uno de los componentes
de este grupo trataron de comprender sus faltas
más sobresalientes y sus actos más materializados.
A menudo los espíritus conductores se manifestaban
en las sesiones señalando los errores que
constituían en esos momentos, puntos neurálgicos de
reconocimientos y modificación inmediata. Estos nobles
espíritus repetían en todas las sesiones: “Buen
sentimiento y mejor obrar en todos los aspectos
de vuestras vidas”.
En muchas ocasiones los espíritus no comenzaban la
sesión por presencia de estados de desarmonía en
uno o varios de los asistentes; éstos ya identificados
por las mediumnidades, se retiraban de la sesión
hasta reconocer su error.
Así, día tras día, se iba formando el hábito detallado
de las propias vivencias, la comprensión de la pureza
del propio obrar en pos de la evolución espiritual. En el
mismo sentido, los que estábamos desarrollando
nuestra propia mediumnidad, empezábamos a comprender
que la misma cualidad del médium consistía
en ofrecer un instrumento adecuado para la comunicación
de los buenos espíritus o espíritus de bien. Las
cualidades morales del médium , aunadas a las del
grupo que conformaban estas sesiones familiares,
constituían un nivel superior que atraía a los buenos
espíritus y rechazaba los malos. Como médium aprendíamos
a ejercer, en forma desinteresada, el rol de instrumentos
más o menos afinados para la comunicación
de espíritus que querían manifestarse.
A la par, la figura del director o coordinador del grupo, iba también
perfilando su verdadera misión: dirigir la sesión y las evocaciones, realizar
las preguntas, pedir aclaraciones a las entidades espirituales
que se manifestaban, indagar sobre aspectos dudosos o no suficientemente
claros e interpretar las videncias, cuando eran simbólicas.
ALGUNAS MANIFESTACIONES RECIBIDAS
27 de marzo de 1927
La enseñanza de los espíritus de bien en las sesiones tienen por finalidad
moralizar los sentimientos, educar a los espíritus asistentes
para que ellos mismos brinden ayuda y apoyo al
necesitado y aprendan a dar. Estamos encarnados porque Dios y
sus Leyes nos predisponen el cuerpo para el afianzamiento del
espíritu en el saber, la humildad y la resignación. (…), existencia
tras existencia, nos encaminamos hacia el conocimiento de los
verdaderos valores del espíritu y del progreso (…).
Esta enseñanza en conjunto va estrechando lazos de unión y por
esta acción combinada se lograrán los propósitos encomendados.
Estamos en los mundos, tanto espíritus como hombres, para
la humanidad universal: debemos y debéis trabajar sin escatimar
esfuerzos ni retroceder ante los obstáculos del camino. Dios es
único y conformando sus leyes lo conformamos a Él.