Revista Idealismo 80 Aniversario - Sociedad Espiritismo Verdadero
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para plasmar parte del conocimiento que en algún momento se<br />
volverá luz, en la vida de los que son asistidos.<br />
En un medio en que la violencia en todas sus facetas es una forma<br />
de poder, hay familias donde el desapego afectivo y las presiones<br />
de la pobreza conforman un estado muy doloroso. Pero ese ser encuentra<br />
en ese instante donde recibe la ayuda solidaria, educativa<br />
y afectiva, una vibración distinta que puede conmoverlo o estimularlo<br />
a una actitud más serena y de aceptación de su vida. De<br />
manera tal vez inconsciente, su espíritu espera ese breve lapso de<br />
tiempo donde recibe ese estado amoroso que lo pacifica.<br />
LA SOLIDARIDAD PACIFICA<br />
Decimos que la solidaridad pacifica; ésa es una de las funciones intrínsecas<br />
de nuestra obra social: sumar fuerzas de pacificación dentro<br />
del orden planetario junto a todas las demás personas e<br />
instituciones del mundo.<br />
La injusticia social, el egoísmo y materialismo que devienen del<br />
predominio de ciertos modelos económicos en algunos casos,<br />
subdesarrollo en otros, sumados al proceso de globalización de las<br />
comunicaciones y los intereses materialistas, ocasionan una profunda<br />
fragmentación social que agudiza la sensación de abandono<br />
y desigualdad de las personas con carencias, se agudiza en profundos<br />
estados de violencia y resentimiento en esos seres que son<br />
avasallados por intereses mezquinos, como así también, discriminados<br />
u olvidados por sus pares.<br />
Así como el egoísmo los violenta, la solidaridad los pacifica.<br />
El contacto con seres que los tratan como a iguales, que los miran<br />
a los ojos e intentan comprenderlos, sumado a la fuerza espiritual<br />
que se desplaza en una acción solidaria organizada, hace que esos<br />
seres que sufren y se violentan, se fortifiquen y se alimenten de esa<br />
energía de bien y de esa forma les sea un poco más llevadera su situación,<br />
y la acepten con mas resignación y fuerzas.<br />
EL EJEMPLO TRASCIENDE MÁS QUE LAS BANDERAS<br />
Nuestro compromiso con el principio de evolución consciente<br />
debe plasmarse en todos los ámbitos donde nos desarrollemos, y<br />
en la esfera social que no es ajena a ello. Esto implica la misma responsabilidad<br />
y orden que para la difusión de la moral, pues nuestra<br />
acción social solidaria viene a confirmar con los hechos, los<br />
pensamientos que sustentamos filosófica y moralmente. Los pasos<br />
deben ser cuidadosos, sin quedar en la inacción. Ese compromiso<br />
debe ser constantemente renovado, actualizado, con un proyecto<br />
de largo plazo en el afianzamiento de nuestras ideas y de lo que<br />
debemos dar como ejemplo en el medio social.<br />
El ejemplo es la semilla que garantiza la vida de las ideas, pues trasciende<br />
lo escrito y lo intelectual, se afianza en lo que perdura, confirma<br />
la esencia, desde la humilde y silenciosa posición de quien<br />
espera ser valorado oportunamente, sin esgrimir estandartes ni<br />
propagandas, se difunde con hechos, se guarda en el alma.<br />
SABER HACER<br />
Es importante saber hacer porque la acción de dar implica el compromiso<br />
de saber realizar la obra, tanto en lo que se refiere a su<br />
esencia espiritual como a su característica material.<br />
La acción de dar implica responsabilidad, pues hacerlo de forma liviana<br />
o sin conocimiento profundo de las necesidades de los asistidos<br />
puede derivar en esfuerzos estériles o lo que es peor aún, en<br />
distorsiones, fomentando la inacción, la comodidad, la apatía, la<br />
ignorancia y las vanidades, al no actuar sobre los valores que pro-<br />
<strong>Idealismo</strong> <strong>80</strong> aniversario - página 2<br />
muevan la transformación en base a la voluntad y el esfuerzo de<br />
progreso.<br />
Es por ello que en lo social y material, la acción de dar debería estar<br />
acompañada del máximo conocimiento de las necesidades, cultura,<br />
entorno social y político, posibilidades educativas, sanitarias y<br />
económicas del prójimo, para concentrar los esfuerzos donde éstos<br />
sean necesarios y no transformarnos en involuntarios promotores<br />
del facilismo, la apatía, la ignorancia y el culto a lo superfluo y la comodidad<br />
mediante la dádiva fría e irresponsable.<br />
SABER SENTIR<br />
En lo espiritual, la acción de dar implica saber deponer estados materiales,<br />
tratar de comprender al ser humano en su etapa de existencia,<br />
aceptar la ley de Dios como sabia y justa, poniéndose en<br />
un plano de igualdad espiritual comprendiendo las falencias, las<br />
diferencias y también las fuerzas que se hacen necesarias tanto<br />
para dar como para recibir.<br />
No pretendemos eliminar el dolor del mundo con nuestro esfuerzo,<br />
pues es instrumento de Dios en el sublime equilibrio de las leyes<br />
divinas, pero no nos equivocaremos nunca si aspiramos a equilibrar<br />
esas fuerzas mediante todo el amor que seamos capaces de generar<br />
y promover a través de la solidaridad, con quienes atraviesan<br />
por esas pruebas, para impregnar en sus almas nuestro ejemplo<br />
amoroso, constante, desinteresado y paciente.<br />
ENSEÑAR A DAR...<br />
Deberíamos educar coherentemente con nuestras convicciones,<br />
si somos conscientes que la acción solidaria Es una tarea de dar y<br />
recibir, debemos concentrarnos no sólo en las carencias, sino además<br />
ocuparnos de sus potencias, y todos nuestros proyectos solidarios<br />
deberían ambicionar a promover el desarrollo de las<br />
capacidades culturales y espirituales, orientadas a la cooperación<br />
y solidaridad mutuas, en armonía con este principio solidario natural.<br />
Es decir, enseñar a dar.<br />
Si no enseñamos a dar, los privamos de la oportunidad más rica<br />
del progreso: el desarrollo del sentimiento solidario<br />
TRABAJO EN EQUIPO<br />
El trabajo es fundamentalmente en equipo, esto debería llevarnos<br />
a predisponernos para dejar de lado prejuicios, conceptos arraigados<br />
en personalismos, tratando de procurar así, un ambiente de armonía<br />
que nos permita trabajar con lucidez, recibiendo la intuición<br />
necesaria para determinar los pasos a seguir ante cada circunstancia<br />
de trabajo a través del consenso entre las personas del equipo.<br />
De este modo, estamos poniendo a prueba el control de los estados<br />
personales ejercitando la tolerancia, la comprensión, el evitar<br />
juicios apresurados, en definitiva, practicando la solidaridad entre<br />
nosotros, para que luego nuestra acción llegue con mayor fuerza.<br />
Quienes trabajamos en ella así lo sentimos y por eso lo reiteramos:<br />
el contactarnos con las necesidades de otros produce una sensibilización<br />
especial que implica comprender al ser humano en su<br />
momento evolutivo, aceptar las leyes de Dios como sabias y justas,<br />
ponernos en un estado de igualdad espiritual comprendiendo que<br />
las diferencias culturales, materiales o intelectuales son sólo momentáneas<br />
en el proceso evolutivo del espíritu. Comprendemos<br />
también, que ese ser con necesidades al que estamos ayudando o<br />
con el que compartimos la tarea, nos está dando la posibilidad de<br />
ayudarnos a nosotros mismos. Toda esta magnífica conjunción de<br />
elementos, posibilita que aflore, íntima y silenciosa, la alegría de