Revista Idealismo 80 Aniversario - Sociedad Espiritismo Verdadero

El Centro Espírita, a través de la Agrupación, puede posicionarse
como núcleo orientador complementario en la formación del ser
en la etapa de la adolescencia, brindándoles los fundamentos doctrinarios
necesarios y el entorno adecuado para desarrollar el conocimiento
de sí mismo, la reflexión íntima, la amistad y la caridad
hacia nuestro semejante.
Nuestro objetivo es procurar desarrollar en los jóvenes un conocimiento
abierto, optimista y progresista; para que de esta
manera puedan tener su propio juicio crítico de las situaciones y
una visión más universal de las circunstancias de la vida.
Siempre se destacó el compromiso social manifestado en el acercamiento
–material y afectivo– a las instituciones que abordan distintas
problemáticas de nuestro comunidad: el Hogar de Ancianos,
el Hogar de Menores Madres y el Hospital, entre otros. De la misma
manera, los esfuerzos y trabajos se dirigieron en diversas oportunidades
a sectores sociales marginados: barrios periféricos, Campo
Corbalán y Yuchán (asentamientos en el norte santafecino y en el
monte santiagueño, respectivamente, en condiciones muy precarias,
a los que se visitó para conocimiento y asistencia).
Si nos transportamos al pasado podemos recordar cómo el número
cada vez mayor de jóvenes y el entusiasmo que evidenciaban,
hizo posible que llevaran a cabo proyectos solidarios que han
trascendido la barrera del tiempo, como han sido la Imprenta y la
Escuela de Oficios de Varones y Mujeres. Estos han sido ejemplos
claros de la solidaridad puesta en acción, pues nacieron con
la intención de brindarle a un grupo de jóvenes de 14 a 16 años, recién
salidos de la escuela primaria y sin posibilidades materiales
de seguir estudiando, las herramientas necesarias para tener un
oficio que les permitiese tener un ingreso digno. También era la
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oportunidad de transmitirles conceptos de moral y reglas prácticas
de convivencia e higiene, posibilitando su formación integral como
seres humanos.
Aquella Agrupación que surgiera tras la motivadora influencia de
otro joven espírita brasileño -Murillo Tergolino- sobre Dante Culzoni
y el resto de los jóvenes de esa generación, inició el camino
con fuertes liderazgos, con firme actitud luchadora y ejemplarizante:
una Agrupación capaz de organizar una feria de libros espíritas
en medio de la plaza de Rafaela cuando el espiritismo no tenía
la aceptación social que hoy disfrutamos. Ejemplos como ésos fueron
los que marcaron el camino.
Hoy son otros tiempos, otros medios, otras personalidades, con dirigentes
de otra naturaleza, distintas estructuras mentales y sociales;
“jóvenes de hoy” aprendiendo a valorar el trabajo y la dedicación
de aquellos “jóvenes de ayer” que construyeron bases de
amistad y respeto mutuo que aún nos sostienen, con su compromiso,
innovación y responsabilidad. Su lucha abrió los caminos,
hoy nos corresponde valorarlos.
Nuevos tiempos, nuevas necesidades, nuevos desafíos. La actualidad
bombardeada por los medios de comunicación, el materialismo
y la cultura de la inmediatez solo es posible de transformar
evocando aquellas bases y sumando lo aprendido.
Nada es como fue y nada será como hoy, pero la juventud siempre
sabrá de trabajo en equipo, solidaridad y conciencia de grupo: un
espacio donde se tratan de satisfacer interrogantes, dudas, problemáticas
con una base espiritual, alentadora y contenedora. Un
espacio de preparación y firmeza en la construcción del ideal.