2011ON-GONZ%C1LEZ TENORIO, ROBERTO.pdf - Universidad de ...
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Introducción<br />
esteárico (C18:0) y linoleico (C18:2). La cantidad <strong>de</strong> estos ácidos grasos <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n<br />
fundamentalmente <strong>de</strong> la alimentación y también <strong>de</strong> la edad y el sexo. En cuanto a la<br />
alimentación, dada su condición <strong>de</strong> animal monogástrico, el cerdo incorpora a sus<br />
propios tejidos una gran parte los ácidos grasos tal y como los ingiere en la dieta, por<br />
lo que la alimentación pasa a ser un factor <strong>de</strong>terminante (Prieto y Carballo 1997), ya<br />
que influye consi<strong>de</strong>rablemente en la composición <strong>de</strong> la grasa y su estabilidad a la<br />
oxidación (Feiner, 2006). Por lo que respecta al sexo, comparando hembras y machos<br />
castrados, se ha observado que los machos enteros presentan un contenido <strong>de</strong> ácidos<br />
grasos poliinsaturados más elevado (Wood et al., 2008).<br />
1.3.3 Sal común, agentes <strong>de</strong>l curado y coadyuvantes<br />
Sal (NaCl)<br />
La sal común es un ingrediente esencial en la elaboración <strong>de</strong> los embutidos ya que<br />
tiene repercusiones sobre su sabor, estabilidad microbiana y textura. Esto es <strong>de</strong>bido a<br />
su efecto saborizante, su acción como conservante (ya que contribuye a la reducción<br />
<strong>de</strong> la aw) y su función en la activación y solubilización <strong>de</strong> las proteínas miofibrilares,<br />
las cuales una vez en solución presentan propieda<strong>de</strong>s funcionales <strong>de</strong> emulsión <strong>de</strong><br />
grasa, retención <strong>de</strong> agua y ligazón o establecimiento <strong>de</strong> uniones químicas entre las<br />
partículas <strong>de</strong> carne y grasa.<br />
La cantidad <strong>de</strong> sal utilizada en la elaboración <strong>de</strong> embutidos varía <strong>de</strong> entre 1 y 5%.<br />
Los embutidos madurados contienen generalmente un 3-5% <strong>de</strong> sal, mientras que los<br />
frescos generalmente contienen un 1,5-2% (Rust, 1994). La adición <strong>de</strong> sal ocasiona<br />
una disminución <strong>de</strong> la aw <strong>de</strong> la masa cárnica, alcanzándose valores aproximados <strong>de</strong><br />
0,96, lo que junto con el pH ligeramente ácido <strong>de</strong> la masa cárnica, las condiciones <strong>de</strong><br />
anaerobiosis en la masa y la eventual presencia <strong>de</strong> nitritos, crea unas condiciones<br />
a<strong>de</strong>cuadas para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las BAL que interfieren sobre el crecimiento <strong>de</strong> otros<br />
microorganismos consi<strong>de</strong>rados como in<strong>de</strong>seables, por ejemplo bacterias <strong>de</strong><br />
putrefacción (Girard, 1991; Varnam y Sutherland, 1998). Sin embargo, una adición<br />
escasa o excesiva <strong>de</strong> sal pue<strong>de</strong> traer como consecuencia el crecimiento <strong>de</strong> otros<br />
microorganismos no <strong>de</strong>seados distintos a las BAL o inhibición <strong>de</strong> las propias BAL,<br />
respectivamente (Vösgen, 1994).<br />
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