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“LA PASIÓN” DE CRISTO
EN LA GRAN PANTALLA
“Es tal como ocurrió”, declaró Su Santidad el
Papa tras visionar la película “La Pasión”, del director
australiano Mel Gibson, seguidor de un grupo
romano católico tradicionalista. Stanislaw Dziwisz,
secretario polaco de Juan Pablo II, anunció a los
medios meses antes de su estreno en las pantallas de
todo el mundo la aprobación del Vaticano y de su
máxima autoridad, a quien, parece ser, le conmovió.
Estrenada en España el pasado 2 de abril, desde
entonces se instaló en los primeros puestos de taquilla.
Millones de personas de todo el mundo han sido
testigos de las últimas doce horas de la vida de
Cristo a través de una visión que algunos han tachado
de brutal y violenta debido a las sangrientas escenas
contenidas en la cinta. A estos comentarios, su
director declaró: “Quería expresar la magnitud del
sacrificio, el tiempo que su horror. Esta es, en mi
opinión, la historia más grande jamás contada”.
Si bien esta era la intención de Mel Gibson y su
coguionista Benedict Fitzgerald, “La Pasión” despertó
el escándalo entre ciertos grupos que la acusaban
de antisemitismo. Según la versión cinematográfica,
el peso de la decisión sobre la muerte de Jesús recae
sobre los judíos cuando, según las Escrituras, los
romanos tomaron la decisión última. Desde el
Vaticano, Agustine di Noia, en nombre del departamento
doctrinal, negaba tal antisemitismo, e incluso
Abraham H. Forman, director de la Liga
Antidifamatoria de Estados Unidos afirmó que aceptarían
la opinión del Papa, el cual nació y vivió en
Polonia, país azotado por las iras nazis.
“La Pasión”, interpretada como sufrimiento en
latín, nació como idea hace doce años cuando su
director, bajo una crisis espiritual, empezó a estudiar
La Biblia. Hoy, con la película situada entre las más
taquilleras de la historia del cine, declara: “Mi mayor
esperanza es que el mensaje de esta historia de tremendo
coraje y sacrificio pueda inspirar tolerancia,
amor y perdón. Sin duda, tenemos necesidad de
todas esas cosas”.
Texto: Sandra Sánchez
Religión
Uno de los mayores pilares de “La Pasión” han
sido sus actores, encabezados por James Caviezel,
quien durante el rodaje tenía 33 años, la misma edad
de Jesucristo en el momento de su muerte. La dureza
de las escenas le llevó incluso a pasar frío hasta el
punto de padecer hipotermia, a sufrir una infección
de pulmón y a dislocarse un hombro: “Día tras día de
rodaje era insultado, golpeado, flagelado y obligado a
cargar una pesada cruz a la espalda con un frío helador”.
Caviezel, junto a Jan Michelini, vivió uno de los
momentos más aterradores del rodaje cuando ambos
fueron alcanzados por un rayo que tocó su paraguas.
Sorprendentemente ninguno salió herido.
La película, basada íntegramente en la narración
del Evangelio, se desarrolla en tres lenguas: latín,
hebreo y arameo, las lenguas vernáculas de la antigua
Palestina. En la actualidad el arameo es una lengua
muerta, pero en su momento llegó a suplantar al
hebreo; se sabe que Jesucristo habría hablado arameo
occidental, un dialecto de los judíos. El encargado de
traducir todo el guión a esta lengua fue el Padre
William Fulco, catedrático de estudios mediterráneos
en la Royal Marymount University; tradujo al arameo
de la primera centuria los diálogos de los personajes
judíos y al latín coloquial el de los romanos.
Como ejemplo de la trascendencia de la película,
reproducimos las palabras del cardenal Darío
Castillón Hoyos, del departamento encargado del
sacerdocio en el Vaticano: “Gustosamente cambiaría
algunas de mis homilías por unas pocas escenas de
la película”.