Tema 19: Las vanguardias históricas - Antoniohernandez.es

Vanguardias Históricas © José Mª Fernández Navarrete
La primera gran vanguardia del siglo XX fue el Cubismo. Su origen hay que
buscarlo en el trabajo de dos jóvenes pintores, el español PABLO RUIZ PICASSO
(1881-1973) y el francés ( 18 ►) GEORGES BRAQUE (1882-1963). A partir de
1906 ambos comienzan, de manera independiente aunque coincidente, a buscar
nuevas formas de representación plástica que rompan con la tradición. Sus
FUENTES de inspiración son muy variadas y van desde Cézanne a las máscaras
africanas, pasando por la pintura románica.
No fue un camino fácil. El Cubismo ha sido considerado como la revolución
artística más completa y radical desde el Renacimiento. En el siglo XV se había
establecido una pintura puramente visual, estática y en la que la profundidad se
representa a partir de un único punto de vista. Picasso y Braque proponen una
pintura más intelectual que visual, en la que los objetos están representados a
partir de puntos de vista diversos pero simultáneos. El resultado son imágenes
alejadas de su identificación con la realidad y en las que el espectador debe
recorrer visualmente el cuadro en oposición a la imagen única y homogénea de
origen renacentista.
Los orígenes del cubismo hay que buscarlos en los intentos de realizar una
representación pictórica que tuviera una base científica tal como lo hicieran los
puntillistas y, en otro sentido, Cézanne. El punto de partida está en 1907,
cuando Picasso pinta ( 19 ►) “Les Demoiselles d'Avignon” (Las señoritas de
Avignon) inspirándose en la escultura ibérica y en máscaras africanas. Lo fundamental
es la organización del espacio con base en una trama geométrica que
niega la convencional profundidad y tiende a resaltar la idea de simultaneidad.
Desde 1909 se forman los primeros grupos cubistas, y en el XXV Salón de los
Independientes de ese mismo año, el crítico Louis Vauxcelles hablará de cubos,
rarezas y caprichos cúbicos en una afortunada expresión que hizo fortuna
y terminó por dar nombre al movimiento.
El cubismo representa la ruptura clara y definitiva con la pintura tradicional: DE-
SAPARICIÓN DE LA PERSPECTIVA (profundidad), UTILIZACIÓN DE UNA GAMA DE CO-
LOR APAGADA (grises, tonos pardos y verdes suaves) INTRODUCCIÓN DE LA VISIÓN
SIMULTÁNEA DE VARIAS CONFIGURACIONES DE UN OBJETO (vista de frente y de perfil)
con lo cual desaparece el punto de vista único y la referencia a un espacio
fijo e inmutable y, finalmente, ATENCIÓN A LA CUARTA DIMENSIÓN (el tiempo) como
un factor más de la pintura.
Junto a esto hay que señalar la autonomía del cuadro que afirma su realidad
con independencia de posibles referencias naturalistas; esto explica, en una
primera fase, la pincelada corta y vibrante, la introducción de collages, etc.
Los cubistas no utilizan la perspectiva convencional ni los colores de la realidad,
ni adoptan un punto de vista único. Un sentido más austero del arte les
inclina a los tonos neutros: grises, blancos, verdes claros; los ángulos desde
los que se contempla el objeto se multiplican para obtener así la cuarta dimensión
o suma de todas las perspectivas; los interiores se representan mediante
transparencias, la luz desaparece definitivamente y la exaltación del plano es
más intensa que en el Fauvismo. Con el Cubismo la pintura inicia un viaje apasionante
por las realidades que el cerebro humano puede construir o destruir
libremente.
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