Un profeta della carità _spagnolo_ - Beato Luigi Monza
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DON LUIGI MONZA - LECCO: EL BUEN PASTOR 48<br />
<strong>Luigi</strong> era, con su continente humilde y delicado, un portador de paz, el padre más apto para<br />
nuestra parroquia, formada por almas generosas, pero a las veces algo difíciles. Poco a<br />
poco se estableció, entre el párroco y quien escribe, una comprensión recíproca, una<br />
amistad cada vez más honda, que aumentó según pasaban los años de la colaboración con<br />
él, como presidente de la junta. Precisamente este cargo me dio ocasión de comprobar en<br />
todo momento la virtud pacificadora del párroco. ... El párroco solía decir que, entre nosotros,<br />
el demonio encuentra un campo de acción, acometiendo este espíritu de solidaridad. Pero<br />
Don <strong>Monza</strong> no dejaba expuesto este penoso punto flaco: imposible, en presencia suya, no<br />
sólo expresar, mas ni siquiera que el corazón guardara sentimientos de rencor o envidia<br />
hacia nadie. ... Libre de adulación o fingimiento, siempre tenía presto un elogio, una<br />
alabanza, para espolear a un mayor y mejor cumplimiento del deber. Don <strong>Luigi</strong> nunca<br />
desanimó a nadie, es más, cuántas veces supo hacer que naciera y renaciera la confianza<br />
en Dios y en las propias posibilidades espirituales, aun en corazones tristes y<br />
desesperados, aun en circunstancias oscuras y dolorosas» 7 .<br />
La profesora Dolores Alborghetti, a quien los cometidos parroquiales dieron frecuente<br />
motivo de tratarle, escribe: «No es fácil empresa referir todo lo que nuestro párroco dejó en<br />
el corazón de estos fieles. Le tuvimos con nosotros dieciocho años. Le vimos día tras día<br />
subir al altar y ponerse en oración, siempre le hemos sentido a nuestro lado ... . Hablar de él<br />
significaría evocar su presencia en las mil ocasiones en las que el pastor está junto a su<br />
grey, pero esos mil episodios nos eluden, y parece como si él nos urgiera a no decir<br />
demasiado, por miedo a que nuestro amor filial escudriñe más allá de aquella reserva, aquel<br />
silencio, con los que él sabía rodear su persona y sus obras. No es lo último elogiable en él<br />
esta desaparición propia, para que la honra fuera sólo de Dios, para que quien recibía ni<br />
siquiera pensara recibir, sino más bien que había dado un gusto pidiendo; el agradecer aun<br />
cuando daba; ser por igual complaciente con el rico y el pobre, con el docto y el simple, con<br />
el practicante y el alejado; su trato jovial y abierto con todos; el don de dar cuerpo en torno a<br />
sí - y no sólo en su parroquia - a una sensación de confianza y simpatía. ... "Es necesario que<br />
él crezca y yo disminuya", repetía con san Juan, y verdaderamente sabía pasar inadvertido<br />
en el bien que hacía, buscando y queriendo sólo la gloria de Dios. No rebuscada, sino<br />
espontánea su humildad, se estimabab igualmente espontáneos y libres de todo peso aquel<br />
contenerse siempre y en todo, aquella renuncia interior que predicaba y practicaba,<br />
sabiendo aceptar la cruz de cada día, presentándose donde había necesidad, callando<br />
siempre que estaba en juego su persona, haciéndose "todo a todos, a fin de ganarlos a<br />
todos para Cristo"» 8 .<br />
Otra feligresa recuerda asimismo: «La actividad parroquial de Don <strong>Luigi</strong> fue siempre<br />
ejemplar, bajo cualquier aspecto, sobre todo por el ejemplo que sabía dar en la vida de<br />
oración y en el ejercicio de la caridad...» 9 .<br />
Testimonios, pues, éstos y los demás, de los que emerge la imagen de un excelente<br />
párroco, para quien la importancia fundamental recaía sobre la cura (o atención) de almas, y<br />
que se entregó activamente a toda especie de apostolados.<br />
En el centro la aucaristía<br />
7<br />
Carlo Spreafico, en A don <strong>Luigi</strong> <strong>Monza</strong>, Cislago 22-VI-1898 - San Giovanni 29-IX-1954 (nº único 1954), Lecco<br />
1954, pp. 37ss.<br />
8<br />
D. Alborghetti, Passò tra noi con la luce e l'amore di Cristo, en A don <strong>Luigi</strong> <strong>Monza</strong> ..., pp. 32-35. Cf. Jn 3:20;<br />
1Cor 9:19s.<br />
9 Z. Spreafico, Alcune note ..., p. 4.