Un profeta della carità _spagnolo_ - Beato Luigi Monza
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DON LUIGI MONZA - LECCO: EL BUEN PASTOR 50<br />
confesonario, su espíritu de fe y de amor a Jesús-Eucaristía ... Iba a un paso recogido y<br />
hasta solemne, cuando úno se lo topaba en la calle, según llevaba la eucaristía a los<br />
enfermos. Aun entonces saludaba a todos con una afable sonrisa, pero si se le hacía hablar,<br />
muy delicadamente, en actitud que transpiraba su sentido de la adoración, decía, "Disculpe,<br />
llevo aquí a Jesús"» 14 .<br />
El testimonio de un cohermano suyo, Don Egidio Meroni, párroco de Primaluna, es de<br />
no menor interés: «Celebraba con particular dignidad la santa misa, como cifrando en ello el<br />
buen ejemplo al pueblo. Su espíritu transido de elevaciones espirituales se sustraía a cuanto<br />
le circundaba, concentrando alma y corazón en el gran misterio del divino sacrificio. Tuve<br />
ocasión de estarle próximo, cuando le asistía en el altar, y su devoción me urgía a estarle<br />
atento, como si oficiara en presencia de un dignatario prelacial» 15 .<br />
Son en todo caso muchas, y significativas todas ellas, las declaraciones que<br />
atestiguan el amor de Don <strong>Luigi</strong> hacia la eucaristía. He aquí la de Don Rocchi, quien trató<br />
con frecuencia a Don <strong>Luigi</strong> de 1940 a 1954, y recuerda: «Me acuerdo de que el tercer<br />
domingo de mes había una breve procesión, seguida de la misa ante el Santísimo expuesto;<br />
se hacían muy bien las cuarenta horas, con diversas adoraciones, que él predicaba. La<br />
iglesia era el lugar del respeto. Úno percibía la presencia real; y efectivamente se hacía la<br />
genuflexión, la visita, se rezaba el Gloria ... . Así era él, cuando estaba en la iglesia» 16 .<br />
Según María Valsecchi, feligresa suya que luego se hizo Piccola Apostola de la<br />
Caridad, Don <strong>Luigi</strong> decía que «Jesús vivo estaba presente en la eucaristía, que era preciso<br />
tener fe y abandonarse a Él. Don <strong>Luigi</strong> tenía fe en la eucaristía. Recuerdo cómo un primer<br />
viernes de mes nos refirió el ejemplo de san Policarpo, cuyo gran fervor dejaba huella por<br />
donde pasaba. Hizo calzar en goma las patas de las sillas, de suerte que no hiciesen ruido y<br />
orase úno mejor. Adoptaba una postura muy devota. Él hablaba al Señor de tú a tú ...<br />
visiblemente platicaba con el Señor» 17 .<br />
Refiere todavía otra Piccola Apostola, Ángela Morganti: «Don <strong>Luigi</strong> era muy piadoso.<br />
En las procesiones no solía llevar el Santísimo, sino que vigilaba el orden de las filas.<br />
Pasaba cerca y decía, "Bajad los ojos", pues deseaba que hubiese recogimiento. Su<br />
atención a la eucaristía era intensa. Desde el púlpito llegaba aun a gritar: "No sabéis quién<br />
está ahí! Está Dios!" ... Sin duda tenía una honda fe, la emitía, e insistía mucho en la<br />
presencia eucarística. Decía: "Él está ahí dentro". Cuando llegaban las fiestas, las<br />
procesiones, las cuarenta horas, el honor de que rodeaba la eucaristía agotaba su saber.<br />
Bastaba hacerle una pregunta para que se pusiera a hablar de Dios. Era un místico, del que<br />
trascendía la presencia del Señor» 18 .<br />
Guerina Crotta, asimismo feligresa suya, recuerda: «Don <strong>Luigi</strong> había establecido<br />
turnos eucarísticos, y cada semana tocaba a un grupo de cuatro cinco chicas estar de<br />
rrodillas ante el altar durante la misa de la mañana ... Su plática recaía una y otra vez sobre la<br />
eucaristía. Recuerdo una ocasión, durante las cuarenta horas, en la que le aconteció decir<br />
desde el púlpito, "Helo ahí!", como si le viera» 19 .<br />
Elvira Pontiggia, que aun no siendo feligresa de Don <strong>Monza</strong>, le eligió por confesor,<br />
dice también; «Me impresionaba el gesto de Don <strong>Luigi</strong>, cuando tomaba en sus manos la<br />
eucaristía. Se la veo tomar a muchos sacerdotes, pero Don <strong>Luigi</strong> era especial: sentía,<br />
captaba la presencia eucarística de Dios» 20 .<br />
14<br />
Z. Spreafico,L'ultima malattia di don <strong>Luigi</strong> e la morte, p. 4, en APL.<br />
15<br />
Don Egidio Meroni, en APL.<br />
16<br />
Don Francesco Rocchi, en APL.<br />
17<br />
María-Niña Valsecchi, en APL.<br />
18<br />
Ángela Morganti, en APL.<br />
19<br />
Guerina Crotta, en APL.<br />
20<br />
Elvira Pontiggia, en APL. Sin dejar el tema eucarístico, he aquí las declaraciones de <strong>Luigi</strong>na Frigerio: «El