Historia y Tradición - Juan Luis Pérez Arribas
Historia y Tradición - Juan Luis Pérez Arribas
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II.- SAN DIEGO, PATRON DE COGOLLUDO<br />
Los hechos narrados anteriormente y acaecidos desde julio a<br />
noviembre de 1599, marcaron dramáticamente la vida de Cogolludo. Las<br />
familias estaban desechas. Los remedios al alcance de la vecindad habían<br />
fallado. Nada resultaba eficaz para atajar la epidemia. Un tercio de los<br />
habitantes de Cogolludo había fallecido, así como un gran número de<br />
personas de la Tierra del marquesado.<br />
En Cogolludo, entonces como hoy, la religión tenía una relevancia<br />
importante, por lo que agotados los recursos humanos, la villa recurrió al<br />
auxilio divino.<br />
Según cuenta la tradición y sin que haya confirmación documental,<br />
los hechos se desarrollaron así: la intervención de fray <strong>Juan</strong> Cortés, Padre<br />
Guardián del monasterio de frailes Menores de San Antonio de la Orden de<br />
San Francisco, sería decisiva para el traslado de los restos de San Diego, en<br />
procesión desde Alcalá de Henares, hasta Cogolludo. Los restos del santo<br />
llegaron a la villa el día 12 de noviembre, un día antes que la iglesia celebra<br />
la fiesta de San Diego. Aquello fue concluyente, llegar los santos restos a<br />
Cogolludo y remitir la peste fue todo uno.<br />
De lo que sigue, sí hay documentación y muy valiosa, ésta se<br />
encuentra en el libro de “Acuerdos de la Común de la villa de Cogolludo”<br />
(1594-1636), donde en los folios 81, 81v y 82 se halla el acta levantada “a<br />
quinçe días de el mes de nobienbre de mill e quinientos e nobenta e nuebe<br />
años ... el ayuntamiento de común de la villa de Cogolludo e lugares de su<br />
tierra e beçinos della”, congregándose a Concejo abierto “los que en él se<br />
quisieron allar, a campana tañida, según costumbre, en las cassas de su<br />
ayuntamiento”. A esta reunión no podía faltar una representación de los<br />
frailes franciscanos, fray <strong>Juan</strong> Cortés, Padre Guardián del monasterio de<br />
San Francisco y su “compañero” fray <strong>Juan</strong> de Carvajal que tanto habían<br />
tenido que ver en la organización de aquella singular procesión. Con estos<br />
estaban “el Alcaide de la fortaleça de esta villa, Francisco Romero de<br />
Albornoz, el liçençiado <strong>Juan</strong> Baptista Ruiz de Velasco, Alcalde Mayor, e<br />
<strong>Juan</strong> Bravo, e Martín <strong>Pérez</strong>, Alcaldes Ordinarios, e Andrés del Chico, y<br />
Francisco Guerra, Regidores, y Miguel Díez, y Bernardo de Escobar, e<br />
<strong>Juan</strong> Sánchez, Diputados, e Miguel Criado de Liébana, Procurador<br />
Síndico de la villa, y <strong>Juan</strong> de Veguillas, Regidor de Fuençemillán, e Pedro<br />
del Olmo, rregidor del lugar de Arbancón, e Andrés Olalla, Regidor del<br />
lugar de Fraguas, y Esteban Criado, Regidor del lugar de Monesterio,<br />
Jurisdiçión de la dicha villa, offiçiales de la dicha común, ...y el liçençiado<br />
<strong>Luis</strong> López, teniente cura de la yglesia de Sancta María de esta villa, y el<br />
liçençiado Criado, que aze offiçio de teniente cura en la yglesia de Señor<br />
San Pedro de esta villa, y el doctor Canpo de Alarcón, cura de la yglesia<br />
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