Acequias 55 - Torreón - Universidad Iberoamericana
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Ensayo<br />
¿Por qué<br />
se ha olvidado<br />
el ser humano de Dios?<br />
José Alfredo Estrada<br />
El presente ensayo surge como resultado de la reflexión sobre la forma en que el ser humano<br />
se autoconcibe en la actualidad. Por medio de la observación atenta de las personas con quien<br />
coincido en mi cotidiano vivir, de la propia experiencia y la reflexión una gran e inquietante<br />
pregunta se ha apoderado de mis pensamientos ¿Por qué se ha olvidado el ser humano de Dios?.<br />
Ya en este punto muchos objetarán, no hemos olvidado a Dios, tú lo habrás olvidado, o quizá,<br />
esa es una percepción personal y muy subjetiva o incluso, yo nunca he creído en el!!. En efecto,<br />
esta pregunta parece contener una afirmación muy atrevida, subjetiva y tal vez intransigente,<br />
pero ruego me sea permitido justificar el presente ensayo.<br />
En primer lugar es imprescindible que comience por una explicación de lo que en este ensayo<br />
entiendo por Dios, apelo con dicho termino, en primer lugar, independientemente de la religión,<br />
creencia o postura filosófica con que se aborde, a la noción de un ser supremo, omnisciente,<br />
omnipotente, inefable, y testimoniable, creador del universo y por ende del ser humano. En<br />
segundo lugar apelo a la postura que el hombre, en el supuesto de que sea creyente, debe asumir<br />
en consecuencia. ¿Cual es esa postura, muchos preguntarán? La de respeto por todo lo que en<br />
este mundo ha sido creado por Dios, respeto por el mundo mismo, por los animales, por la<br />
plantas, por todos los seres vivos y no vivos, respeto por el ser humano, en fin respeto y amor por<br />
todo lo que somos y por lo que nos rodea.<br />
Uno no puede creer en dicho ser supremo y a la vez destruir su obra, uno no puede creer en<br />
él y atentar contra la integridad humana, uno no puede creer en él y profanarlo, destruirlo pues<br />
ello, implicaría una negación de dicho ser y de todo lo divino.<br />
De esta manera, es en relación a la conducta del ser humano en la actualidad, que esta<br />
pregunta con la afirmación implícita en ella me parece legítima y justificada.<br />
El ser humano ya no busca el contacto con lo sagrado, en su mayoría, se ha convertido en un<br />
ser enajenado, en un ser que vive fuera de sí, fuera del espacio y tiempo sagrados, sobre los cuales<br />
Mircea Eliade tanto estudió, espacio y tiempo en que y con el cual, el hombre antiguo vivía en<br />
comunión. Este nuevo ser humano ha renegado de su facultad y corresponsabilidad creadora<br />
y re-actualizadora de dicho tiempo, de dicho espacio, vive en una realidad creada por el para<br />
evitar el contacto consigo mismo, con la fracción de lo sagrado que le es más accesible.<br />
Como bien lo expresaría el analista suizo Carl Gustav Jung después de su visita a los indios de<br />
un pueblo en Taos, quienes con conciencia de su responsabilidad y coparticipación en el orden<br />
cósmico, practicaban un ritual a su parecer, indispensable para el bienestar de la humanidad,<br />
por medio del cual ayudaban a los dioses a cruzar el cielo, afirmando que si no lo hacían, el sol,<br />
en pocos meses dejaría de brindarnos su calor, su luz y su vida; escribió lo siguiente: “Si por un<br />
momento olvidamos todo el racionalismo europeo y nos transportamos al claro aire de montaña<br />
de aquella meseta solitaria... si también dejamos a un lado nuestro conocimiento íntimo del<br />
mundo y lo intercambiamos por un horizonte que parece inconmensurable... empezaremos a<br />
tener una comprensión interior del punto de vista de los indios pueblo... Aquel hombre se siente<br />
capaz de formular respuestas válidas a la influencia abrumadora de Dios, y el que pueda devolver<br />
algo que es esencial incluso para Dios provoca orgullo, pues eleva al individuo humano a la<br />
dignidad de un factor metafísico”.<br />
Agustín de Hipona, uno de los grandes padres de la iglesia, hace especial énfasis en el hecho<br />
de que, el ser humano trata de expresar la realidad de su alma, las afecciones de esta y su verdad<br />
a través de signos, del lenguaje sea oral, escrito o incluso no verbal; más estas expresiones<br />
nunca serán perfectas y verdaderas, pues el hombre media en ellas, solo el Verbum-Dios, es<br />
perfecto y expresa la verdad pura, de esta forma, la única manera de acceder a Dios, a la verdad,<br />
<strong>Acequias</strong> <strong>55</strong> Primavera/Verano 2011 Ibero <strong>Torreón</strong>