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En Defensa del Marxismo 38<br />
de la Corona española había llegado a depender del grado en que pudiera<br />
proteger y extender las oportunidades de realizar ese tráfico transoceánico,<br />
pues los elementos dominantes de Buenos Aires -la gente que poseía<br />
riquezas, capacidad de organización y voluntad de acción- habían quedado<br />
ahora cogidos en la red de la economía internacional" 8.<br />
El Consulado de Buenos Aires, erigido en 1794 a pedido de comerciantes<br />
locales, que actuaba como tribunal comercial y sociedad de fomento de la<br />
economía y dependía en forma directa de la Corona, se convirtió en el<br />
centro de la lucha de intereses en el virreinato. Entre 1790 y 1796 se produjo<br />
un conflicto entre los monopolistas y los hacendados en torno al precio del<br />
cuero. Manuel Belgrano, secretario del Consulado, apareció entonces como<br />
vocero de los segundos reclamando que sean incorporados a esta<br />
institución, pero fracasó en este primer intento y el control de precios siguió<br />
en manos de los monopolistas.<br />
Para algunos autores: "En el orden estrictamente político el Consulado<br />
careció de poder (sus resoluciones estaban sujetas a la Corona) pero... el<br />
asalto al Consulado de parte de grupos criollos e inmigrantes jóvenes en los<br />
primeros años del siglo XIX, los entrenó para el asalto a la milicia - el poder<br />
patente desde 1806, al Cabildo... y al Virreinato -en mayo de 1810" 9.<br />
10<br />
¿Qué intereses tendieron a enfrentarse?<br />
De un lado existía un poderoso grupo de intereses afectado por el<br />
régimen colonial. Los hacendados, en primer lugar, interesados en la libertad<br />
absoluta de comercio que los librara del "peaje" de España. En torno a los<br />
hacendados, los comerciantes volcados a la exportación de los frutos de la<br />
explotación ganadera y aquellos ligados al comercio inglés. Este sector es<br />
determinante, con independencia de su peso social, que no es menor y<br />
tiende a crecer cada vez más y está fuertemente involucrado por dos vías:<br />
como adquirente de los cueros que adquieren a los estancieros y como vendedor<br />
de efectos metalúrgicos y textiles de la industria británica. Junto a los<br />
hacendados y comerciantes ingleses o subsidiarios de estos tienden a estar<br />
los agricultores, que reclaman libertad económica para exportar y valorizar<br />
los cereales (cíclicamente el Cabildo ordenaba la prohibición de exportaciones<br />
para impedir el alza de precios de productos básicos).<br />
Contra estas fuerzas se alineaban los beneficiarios del orden vigente: los<br />
fuertes comerciantes españoles, que lucraban con el monopolio; los hacendados,<br />
que tenían su mercado dentro de la monarquía hispana y no sufrían<br />
las consecuencias de las restricciones al comercio extranjero -como los productores<br />
de tasajo destinado a Cuba y España-; y los dueños de las manufacturas<br />
del interior, que podían ser barridos por la producción extranjera<br />
por calidad y precio.