TheOtherBoy
TheOtherBoy
TheOtherBoy
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Capitulo 22<br />
El sol le pegaba a Maddy en la cara. Cerró los ojos contra la luz cegadora y dio<br />
vuelta, metiendo la cabeza en la almohada. "Arrrgg", se quejó.<br />
El drama de ayer le había dejado con un dolor de cabeza peor que el de una resaca.<br />
¿Por qué había rechazado a David? Esta vez había jodido de verdad las cosas.<br />
Estropeaste tu oportunidad con un tipo impresionante, le informó su voz interior.<br />
Buen trabajo al arruinar lo que queda de tu verano .<br />
“Gah” gruño y se sentó. Furiosa, levantó las sabanas y salió de la cama. Abriendo<br />
las puertas del porche de su casa, se asomó por la barandilla. La mañana de Napa<br />
era tan brillante como siempre. Los viñedos brillaban con el rocío, el aire estaba<br />
fresco y olía a pino. Eso no hizo que Maddy se sintiera mejor “¡Ahhh!” gritó desde el<br />
patio, sin importarle quien la oiría.<br />
Maddy cerró de golpe las puertas del porche, y entró a la habitación. Era un<br />
desastre. Sacó la pila de ropa sucia debajo de la cama y las tiró dentro la cesta.<br />
Sacó del closet un short y una camiseta verde, cerrando las gavetas tan fuerte, que<br />
una de ellas se partió. Respiró hondo y obligó a relajar su mandíbula adolorida. El<br />
dolor de cabeza empeoraba. Cerró los ojos, se vio a sí misma gritándole a David en<br />
el huerto, la expresión de sorpresa y enojo en su cara.<br />
Maddy bajó por las escaleras hacia la cocina, en donde se tragó un gran vaso de<br />
agua y presionó contra su frente una toalla de papel húmedo por un minuto, para<br />
intentar calmar sus pensamientos. La habitación estaba vacía. Se preguntó dónde<br />
estaba todo el mundo, y entonces le echó un vistazo al reloj. Eran apenas las seis.<br />
Mamá y Papá no habían despertado todavía. Lo que sea. De ninguna manera<br />
regresaría a la cama.<br />
Abrió la puerta de atrás y atravesó el patio hasta el cobertizo donde se guardaban<br />
las herramientas de jardinería. La amenaza de una bonita serie de serpientes,<br />
ratones y lagartos en la oscuridad, los caminos mohosos siempre le aterraban, pero<br />
hoy ni siquiera hizo una pausa para mirar a su alrededor.<br />
Ella agarró una pala y una cesta, arrastrándose y golpeando el suelo mientras salía<br />
al jardín. Hoy tenía que hacer algo , y no sería ir a la sala de catas. No podía<br />
echarse y no hacer nada, o si no se lanzaría por la ventana. Era mejor trabajar en el<br />
jardín. Una punzada de tristeza cortó su frustración al pensar en David, solo en la<br />
sala de degustación. Hoy instalaría las estanterías para sostener el vino. Ella quería<br />
ver cómo lucía. Pero más que eso, quería verle. Maddy sacudió la cabeza. Poco<br />
probable, se dijo. Puedes apostar que él no quiere verte nunca más. ¿Por qué