TheOtherBoy
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CAPITULO 11<br />
Maddy, deambulaba por la acera. Después de un par de repugnantes y tranquilos<br />
días de limpieza con David ella había decidido que necesitaba un poco de tiempo a<br />
solas cuando se levantó esa mañana. Un paseo en bicicleta por el centro y un poco<br />
de terapia de compras eran justo lo que necesitaba para aclarar su cabeza.<br />
Maddy se detuvo y miró la ventana de una boutique. Había un vaporoso vestido de<br />
seda flotando en una percha. Ella miró la etiqueta de precio: $1.500. ¿Para algo que<br />
parece como si un gato se hubiera enredado en el vestido? Resopló y siguió<br />
caminando.<br />
La siguiente tienda era de jabones locales hechos mano, exfoliación corporal y<br />
perfumes. Mmm. Maddy aspiró el aroma del aceite de bergamota flotando desde la<br />
puerta. Pero cuando ella se movió hacia la entrada, alcanzó a ver con el rabillo del<br />
ojo una pieza de tela agitándose rápidamente. Se dio la vuelta. La tienda estaba al<br />
otro lado de la calle, con grandes alfombras pesadas colgando horizontalmente. La<br />
fuerte briza hizo que se movieran gentilmente hacia delante y hacia atrás. Maddy<br />
comenzó a girar de nuevo hacia la tienda de jabones, pero algo en el puesto de las<br />
alfombras la hizo cruzar la calle.<br />
“Hola,” le dijo a la pequeña mujer sentada en una butaca. El cabello de la mujer<br />
colgaba en una trenza larga de color gris sobre un hombro y su cara estaba<br />
arrugada como una pasa. Pero sus ojos eran de color negro y brillaban con malicia.<br />
Ella le sonrió a Maddy y asintió.<br />
“Los tejí todos por mí misma,” dijo con voz ronca, señalando las enormes piezas de<br />
tela colgando a su alrededor como en una tienda de un Árabe.<br />
“Son hermosas,” Dijo Maddy automáticamente. Entonces miró más de cerca. Eran<br />
realmente hermosas: gruesas y pesadas, con muchos colores que brillaban como<br />
joyas. Eran inusuales, también. Algunas tenían tejidos planos que estaban bien<br />
atados, pero las otras eran creaciones fantásticas con tejidos metálicos y formas<br />
extrañas. Maddy se inclinó para examinar una alfombra de lana con una enorme<br />
mezcla de color crema y marrón. Las tiras de la tela colgaban en varios puntos,<br />
acentuando su áspero y disparejo borde.<br />
“Esa fue una de las primeras alfombras que tejí,” Dijo la mujer, observando a<br />
Maddy. “Nadie está interesado en ella- es bastante inusual.”<br />
“Si,” Dijo Maddy con voz baja. “Sin embargo, me gusta.”<br />
La mujer asintió. “Tienes buen ojo,” Dijo agradecida.<br />
Una idea se comenzó a formar en la cabeza de Maddy. Se imaginó la alfombra