TheOtherBoy
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Maddy dudó un minuto. Ella nunca había montado en la parte trasera de un camión<br />
antes. David la estaba observando desde su puesto, en un fardo de paja.<br />
-"¿Quieres una mano?", preguntó. Se puso de pie y se inclinó sobre el borde,<br />
extendiendo el brazo hacia ella.<br />
-"No, gracias", dijo, tratando de parecer en control. Coloco sus gafas de sol en la<br />
parte superior de la cabeza y se subió con torpeza por el portón trasero, tratando de<br />
no mostrar su bikini rosado. Sus pies se deslizaban alrededor, las zapatillas de<br />
deporte habrían sido una mejor elección. Ella estaba casi en el camión, cuando una<br />
de sus sandalias quedó atorada en algo y cayó en la tierra. Maddy miró<br />
consternada.<br />
-"¡Mierda!", Dijo. Estaba atrapada en una posición muy poco elegante, a ambos<br />
lados del portón trasero, con una pierna en el camión, una fuera, con su trasero<br />
sobresaliendo, y apretando el borde con ambas manos. Pasó una pierna por encima<br />
y así poder bajar, pero antes de que pudiera, hubo un ruido sordo a sus espaldas.<br />
En un movimiento, David se agachó, le entregó la sandalia, y sin esfuerzo subió de<br />
nuevo en el camión.<br />
-"Gracias", dijo, sorprendida.<br />
-"No hay problema." Él le guiñó un ojo. Maddy inició un poco. Maldición, era sexy.<br />
Se sentó en un fardo de paja, y el motor del camión comenzó con un rugido. Ella<br />
saltó por el ruido, antes de que pudiera detenerse. David la miró. Ella se echó el<br />
pelo suavemente hacia atrás y desvió la mirada. Él se inclinó hacia adelante y<br />
levantó la voz por sobre el ruido del motor.<br />
-"Tu papá parece no darse cuenta de que existe este nuevo invento llamado<br />
silenciador... ", Dijo, señalando a la parte delantera de la cabina. Maddy se echó a<br />
reír, no lo puedo evitar, el viento soplando contra su cara y su cabello ondeando<br />
detrás de ella, como una bandera de oro larga.<br />
El camión golpeaba el suelo rocoso, mientras bajaba sin asfaltar ente las filas y filas<br />
de viñas. Las uvas colgaban de sus racimos debajo de sus cubiertas de hojas<br />
verdes. A pesar de las ordenadas y curvadas filas, el lugar tenía un aire un poco<br />
salvaje. Cuervos encaramados aquí y allá, mirando las uvas. Un Alcon de cola roja<br />
sobrevolaba la zona, momentáneamente suspendido en el aire antes de doblar las<br />
alas y en silencio, caer a toda velocidad hacia la tierra.<br />
El camión se detuvo delante de un pequeño arroyo. Maddy miró alrededor, al banco<br />
rocoso torciéndose a lo largo del campo en una franja de plata, hasta que<br />
desaparecía de vista entre dos colinas. Este debía ser el límite de la propiedad. Un<br />
extenso prado se extendía al otro lado de la corriente, con hierbas altas y rocas<br />
dispersas compitiendo por espacio, con montones de flores silvestres, azules y