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TheOtherBoy

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“Me estás entusiasmando mucho con todo eso de enjuagar y pintar”. Se burló Brian.<br />

“No puedo soportarlo”.<br />

“Detente. No lo entiendes. Y no hablo solo del trabajo. Es lo que sientes en este<br />

lugar…”, intentó encontrar las palabras adecuadas. “Quiero decir, aquí todo el<br />

mundo está tan relajado, hoy, por ejemplo, vimos a seis venados en el patio.<br />

¿Entiendes lo que quiero decir?”.<br />

“No. ¿Qué tienen que ver los venados con estar relajado?”.<br />

“No sé. No tengo idea de qué estoy hablando”.<br />

“Sí, de veras”. Se quedaron cayados por un momento luego Brian dijo: “Creo que es<br />

Chad, tocando la puerta”.<br />

“Okey”, dijo ella. Se sintió cansada de repente. “¿Quieres venir el sábado o no?”.<br />

“Por supuesto que quiero. Te veo entonces, ¿vale?”. “Sí, de acuerdo. Adiós”.<br />

"Adiós, nena”. Colgó. Maddy hizo clic para apagado su teléfono, y se dejó caer de<br />

espaldas sobre la cama, estirando las piernas contra la pared. Estaba molesta y no<br />

sabía por qué. Ella quería que Brian comprendiera, pero por primera vez parecía<br />

que no podía entenderla. El viñedo estaba resultando ser más diferente de lo que<br />

había pensado. Maddy examinó sus brazos bronceados, que estaban empezando a<br />

mostrar la definición del músculo, por primera vez en su vida. Nunca había estado al<br />

aire libre de manera constante y, sinceramente, se sentía bien. El estar rodeada de<br />

las vides, árboles y flores de Napa durante todo el día, todos los días, le hacía sentir<br />

satisfacción, como comer una comida realmente buena. Se sorprendía a sí misma,<br />

también. David no fue el único en no notar que Madeline Sinclair era más que una<br />

niña mimada de la ciudad.<br />

Maddy cubrió sus ojos con un brazo, y se relajó sobre las almohadas. Quizá Brian<br />

logre entenderlo cuando llegue aquí, se consoló a sí misma. Mientras yacía en la<br />

oscuridad, haciendo girar en su cabeza imágenes de Brian y ella divirtiéndose en la<br />

parte baja del campo, Maddy se dio cuenta de que el grillo del porche había estado<br />

cantando su canción nocturna desde hace tiempo. CHEEP, cheep. CHEEPE,<br />

cheepe. Ni siquiera lo había notado.

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