Diferentes-desiguales-y-desconectados_Garcia-Canclini
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continentales de desarrollo económico y cultural y una ciudadanía latinoamericana?<br />
La búsqueda de respuestas a esta pregunta depende de los modos<br />
en que se conciben dentro de los procesos de hibridación intercultural,<br />
los lugares de lo local y lo nacional. Vimos que el actual desarrollo de<br />
las ciencias sociales desalienta la búsqueda de identidades esenciales,<br />
sean de etnias, naciones o continentes. Preguntarse por el «ser latinoamericano»<br />
es una ocupación todavía prolongada por algunos filósofos<br />
o críticos literarios, y por políticos populistas o intelectuales de izquierda,<br />
indiferentes a las nuevas condiciones que la globalización tecnológica<br />
y sociocultural (no solo el neoliberalismo) impone a las utopías<br />
de épocas pasadas. La información antropológica y sociológica<br />
sobre la transnacionalización de la economía y la cultura quitó verosimilitud<br />
a aquellos proyectos de ontología social y política. Si hay viabilidad<br />
para proyectos compartidos en América latina, debe mostrarse<br />
no en relación con una identidad metafísica sino en los procesos económicos<br />
y comunicacionales, respecto de los intercambios financieros<br />
multinacionales y los repertorios de imágenes e información distribuidos<br />
a todo el planeta por los medios. Un aspecto clave es si podría<br />
construirse efectivamente, con soportes jurídicos y políticos, una ciudadanía<br />
latinoamericana, en el modo en que se habla y se practica una<br />
ciudadanía europea. O quizá con menos subordinación al proceso de<br />
integración y expansión económica.<br />
Hay material antropológico para sostener distintas posiciones ante<br />
estos escenarios. Las etnografías recientes muestran la persistencia y<br />
aun el resurgimiento de lo local y lo nacional. Pero a la vez exhiben a<br />
las formaciones culturales locales atravesadas por estructuras y flujos<br />
globales. Las sociedades se vuelven cada vez más cosmopolitas. Aunque<br />
tampoco encontramos el mismo cosmopolitismo de otras épocas.<br />
Al trabajar con la multiculturalidad contenida en América latina, con<br />
los enfoques e intereses confrontados, pierde fuerza la búsqueda de<br />
una «cultura latinoamericana». La noción pertinente es la de un espacio<br />
sociocultural latinoamericano, en el que coexisten muchas identidades<br />
y culturas.<br />
El Convenio Andrés Bello promovió entre 1997 y 2002 un conjunto<br />
de estudios sobre este tema. Un grupo coordinado por Manuel Antonio<br />
Carretón, que integramos Jesús Martín Barbero, Marcelo Cavarozzi,<br />
Guadalupe Ruiz-Giménez, Rodolfo Stavenhagen y el autor del<br />
presente volumen, elaboró un libro en el que se caracteriza al espacio<br />
cultural latinoamericano como un ámbito territorial y no territorial, o<br />
sea también comunicacional y virtual. Está compuesto por espacios y<br />
circuitos. Se reconocen «raíces» étnicas e históricas, y se habla de co-<br />
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