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que la de Teodomiro, y aunque siempre es esto de mas fácil
admisión, supuesto que le es repugnante al Sr. Cortés,
desentendámonos también de ella, mientras no se aleguen
pruebas mas terminantes, que las aducidas hasta el dia.
Preséntase generalmente á Teodomiro distinguiéndose en
mil trances, con especialidad en el de Guadalete, acreditando
su tesón y cordura en su retirada valerosa hacia la
ribera del Táder; encarecénse las hostilidades, que desde
las sierras y cumbres de que se hizo dueño, con los pocos
soldados que le apoyaban, practicó contra los conquistadores
musulmanes; y en particular, la resistencia que opuso
á Abd-cl-Aziz, cuando este le acometió , de orden de su
padre, hasta conseguir de él la honrosa capitulación, que
dejamos citada. Afirman haber sido elegido rey por los godos;
pero todo se apoya únicamente en el predicho tratado
y en las relaciones de los árabes. Ahora bien, si
después de la derrota del Guadalete consiguieron algunos
restos del ejército godo, procedentes del territorio indicado
, en el tratado de Orihuela , rehacerse en las cumbres,
donde nacen el Segura f sus afluentes; si se dieron allí un
caudillo que, no solo pensó en la defensa del pais, sino que
se hizo conocer pronto de los musulmanes, fuera de él, llevando
sus correrías al ya dominado por estos, y eligió el r.
Táder ó Segura, por su primer línea de defensa interior,
¿qué nombre podían darle los árabes mas propio, después
que supieron el que distinguía á este r., que el de Tad-Emir.
esto es, rey del Táder ó del Segura? Por consiguiente, ya
que en justo aprecio de la opinión del Sr. Cortés digamos
aquí, no estar probado, que el caudillo godo, que consiguió
tan ventajosa capitulación de Abd-el-Aziz, se llamase Teodomiro,
limitémonos á establecer que el Tadmir ben-Gobdos
del tratado , espresaba únicamente cl godo Emir del
Táder, sin puntualizar la persona, á quien semejantes hechos
habian tan considerablemente encumbrado, y sin pasar
por estos antecedentes, á determinar la preexistencia de
una prov., que solo desde entonces viene á figurar en la
historia.
Pudo existir Murcia antes de la caida del trono de los
godos, como lo indican las antigüedades que dejamos citadas
; pero ya hemos dicho que debaria ser de un modo insignificante
y oscurecido, supuesto que su territorio pertenecía
á Cartagena según Plinio, y no fué nombrada por
Tolomeo, ni por otro geógrafo de aquel tiempo. Tampoco
sería muy considerable cuando se celebró el tratado de
Orihuela; siendo así que tampoco se la nombró en él, hallándose
en el territorio que debia componer el estado del
rey del Táder ó Segura, creado por los acontecimientos de
la época y por este tratado reconocido. Tal vez este suceso
originaria el desarrollo de Murcia: lo cierto es, que, en la
división de España en prov., hecha por Yusuf, año 747,
se presenta como una de las principales ciudades de la prov.
Toléitola (la antigua Cartaginense): es la primer mención
que ofrece de ella la historia y allí se la da el mismo nombre
que hoy tiene. No encontraremos dificultad en convenir
tenga este nombre la etimología que le atribuye el señor
Cortés Táderis Murus; pero también pudo haberse reconcetrado
en esta ciudad el nombre de Tademir ó Tudemir,
con que se distinguió el que, ante Orihuela, fue
reconocido rey de este distrito, sea porque se llamase
Teodomiro , como es común opinión , v fuese asi nombre
propio,_sea porque tubiese la autoridad suprema del territorio
bañado por el Táder, y fuese nombre común; pues
como quiera , este nombre se comunicó á todo el territorio
de su autoridad ; y pudo reconcentrarse mas bien en Murcia
, si, como es probable por el engrandecimiento que
tomó esta ciudad, el Emir ó rey reconocido por la capitulación
de Orihuela , y su secesoí" Atanagildo, establecieron
su corte en ella.
Algunos refieren, á pesar de cuanto dejamos espuesto,
como capituló Murcia con los musulmanes, atribuyéndola
lo que debe darse á Orihuela, y mezclando en su relación
las mas pueriles consejas: según ellos, era á la sazón un
Barbate señor de Murcia, y su conquistador, á quien este
entregó las llaves, puso por alcaide de la ciudad á un
Abraen Azcandari, que á poco tiempo se tituló primer rey
moro de Murcia. Con tales desatinos se ha pretendido escribir
la historia de esta c., y sin mas verdad, se abultan
mil caprichosos acontecimientos, de los que no creemos
deber ocuparnos.
Ya hemos visto que puede honrarse Murcia con la idea
de haber recibido al menos su engrandecimiento bajo el dominio
de un rey cristiano, y siendo probablemente la cap.
desús estados, mientras el resto de la Península iba sucumbiendo
al islamismo. Murcia no perdió su importancia
cuando, estinguido este pequeño reino, quedó sujeta á los
árabes; pues, como hemos dicho, fue contada por ellos,
entre las poblaciones mas considerables de la prov. Tolietola.
Los mismos la restituyeron su consideración política:
en 787 aparece siendo una de las seis ciudades capitales de
las seis grandes divisiones militares ó capitanías de España,
y su walí se halló en el reconocimiento de Hescham por sucesor
de Abd-el-Rahman I, para el emirato de Córdoba. En
918 aclamó el vecindario de Murcia al califa Abd-el-Rahman
III, habiendo salido este de Córdoba á la persecución de
Kaleb-beu-IIafsun y sus parciales. Por Murcia pasó Almanzor
cuando emprendió su espedicion á Barcelona año 985:
Abu-Omar-ben-Katcb, apellidado elHazin, era walí de esta
ciudad,, y hospedó en su casa á Almanzor y á toda la oficialidad
principal de su ejército. Murcia fue una de las poblaciones
que se manifestaron contrarias á Solaimanel Mostain
Billa, que se hizo proclamar califa de Córdoba, después quo
venció en la batalla de Kantisch á Moamed-el-Mahadi en
1009, y las tropas que este levantó en Murcia y otras partes,
contribuyeron á reponerle en el califato año 1010,
después de la batalla de Acbat Al Bakar. Extinguida la dinastía
de los Omiades de España, y desplomándose con este
motivo el califato de Córdoba, el reino de Murcia se encumbró
con los Thaherides de la tribu esclarecida arábiga
de los Kais.
Reyes musulmanes de Tadmir (cuyo nombre quedó á
este territorio desde que hemos visto se erigió en reino
godo).
Zohair-cl-Seklehy , saheb de Almería, lo era también de
Murcia, cuyo gobierno le desempeñaba un lugar teniente
llamado
1.° Abu Bekhr Ahmed ben Eschak ben Zaidben Thaher
el Kaisy; Zoair, lo rebistió de la soberanía de Tadmir
, con lo que calculó sin duda, asegurarse mas contra
los conatos de Toledo; sin que conste el año en que
sucedió esto.
Este nuevo emir se coligó con el de Sevilla Ebn Abed
contra el de Toledo, El Mamun Yabyab ben Ismail ben Dzy
elNun, quien se dirigió contra Murcia, con una hueste poderosa,
auxiliado por tropas de Castilla y Galicia. Abu-
Bekr , pidió socorro á su aliado, el cual, embargado á la
sazón en la guerra de Granada y Málaga, le envió su adalid
predilecto, el astuto Ebn Ornar de Schombos, quien llegó
á Murcia con su hueste y se hospedó en casa de Ahmed,
adonde acudieron á visitarle los jeques principales de la
ciudad. A las promesas que este les hizo, rebosaron todos de
confianza , y sin detenerse mas que dos dias, logró de Ahmed
Ebn Táher hasta 10,000 monedas de oro. Pasó á Barcelona
en demanda de auxilios: Raimundo Berenguer le recibió
favorablemente, y después de ajustar sus convenios y ofrecerse
mutuamente rehenes, partió en su compañía con un
cuerpo de ginetes ostentosamente equipados. A su llegada á
la campiña de Murcia, encontró la caballería que Ebn Abed
enviaba. Ebn Ornar tomó el mando de estas tropas, que
á pesar de todo, no eran muy crecidas, y se adelantó sobre
Murcia , sitiada por la hueste de Toledo, que con su gran
número de auxiliares , andaba talando y asolando la campiña
y los hermosísimos huertos de la vega. El Mamun, sabiendo
que el número de sus contrarios era corto , y que no
estaban muy unidos, porque el barcelonés sospechaba del
sevillano, los embistió, arrollo y ahuyentó, dejando el campo
de batalla cubierto de cadáveres. Ufano con su triunfo
, ofreció condiciones apreciables á los murcianos:
Ahmed Ebn Thaer acudió á su fé y amparo, prometiéndosele
vasallo , y le tributaron homenaje los jeques principales
déla ciudad. No consta cuando recuperó su libertad este
estado, ni el año de la muerte de Ahmed, hijo de Tañer,
y por consiguiente, ni el del advenimiento de su hijo y
sucesor.