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La página del Comodoro
Campeonato Mundial de la Clase Internacional 420
El Club se vistió de fiesta y recibió el año con la responsabilidad y el honor de organizar el Campeonato Mundial de
la Clase Internacional 420. El mismo se desarrolló en nuestra sede de Dársena Norte entre el 28 de diciembre y el 5 de
enero y contó con la participación de 97 barcos en representación de 18 países: Argentina, Italia, Chile, Ecuador, España,
Inglaterra, Alemania, Francia, Brasil, Grecia, Islas Vírgenes, Tailandia, Japón, Canadá, Suiza, Nueva Zelandia, Uruguay y Estados Unidos.
Formaron parte de la organización muchos socios, familiares de los competidores, navegantes de clubes amigos, personal de nuestro Club, de maestranza,
marinería, mantenimiento, servicios, administración y de la oficina de yachting; oficiales de regata y jueces, nacionales y extranjeros. Entre todos conformaron
un excelente equipo de trabajo, capitaneado por Gonzalo Heredia, que actuó como Chairman. A todos ellos nuestro agradecimiento y felicitación por su
dedicación y profesionalidad, sin las cuales sería impensable poder organizar este tipo de campeonato.
Como broche de oro los argentinos Pablo Völker y Agustín Cunill Martínez se consagraron Campeones Mundiales.
Circuito Atlántico Sur Rolex Cup 2011
Del 15 al 22 de enero se corrió el tradicional Circuito Atlántico Sur Rolex Cup 2011, que reúne a los barcos mas competitivos y a las mejores tripulaciones
de nuestro medio, que el Club coorganiza con el Yacht Club Olivos, el Yacht Club Punta del Este y el Yacht Club Uruguayo. En esta edición participaron 78
barcos en representación de Argentina, Uruguay, Chile y Brasil. Resultaron ganadores, en ORC Internacional, el Gaucho, de Carlos Belchor; en ORC Club, el
Matrero, de Toribio de Achaval; en IRC el Zillertal, de Ricardo Fabini (Uruguay); y en la Clase Soto 40, el Pisco Sour, de Bernardo Matte (Chile).
Semana de Clásicos Rolex Cup 2011
A continuación del Circuito tuvo lugar la Semana de Clásicos Rolex Cup 2011, que este año reunió a 22 barcos, todos ellos impecablemente presentados.
Las tripulaciones se esforzaron por realzar la belleza de cada uno de sus barcos, que fueron evaluados por el jurado que otorgó los siguientes premios: Velero
con Mejor Equipamiento Original, CIPPINO, de Luis Alberto Gold; Velero más Elegante, ATREVIDA, de Gilberto Miranda, Brasil; Velero Mejor
Presentado, HORIZONTE, de Juan Ball; MENCIONES ESPECIALES: MALÓN, de Alfredo Pott, y JOANNE, de Félix Noguera
La mayoría de los barcos fueron ubicados en la Marina 2 del Puerto de Punta del Este, lo que facilitó que pudieran ser vistos y admirados por el público.
Este año la flota fue dividida en dos categorías: Vintage, que incluye los barcos botados antes del año 1950, donde el ganador fue el HORIZONTE, de
Juan Ball, y Clásicos, para los barcos botados entre 1951 y 1975, en la que el triunfo fue para el MALÓN, de Alfredo Pott.
Gala Lírica – Rolex
El viernes 21 de enero tuvo lugar en la Sede de Playa Grande, la Gala Lírica Rolex, frente a un numeroso y entusiasta público que colmó las instalaciones.
Durante el desarrollo de su actuación el tenor Carlos Ullan, la soprano Laura Penchi y el pianista Guillermo Salgado recibieron los calurosos aplausos
de un público que exteriorizó su entusiasmo con numerosos bravos. Del mismo modo fue valorada la apreciación musical del maestro Carlos Alonso que
acompañó cada una de las actuaciones de los artistas.
XXIII° Regata Oceánica Buenos Aires – Rio de Janeiro
Un poco de historia: En 1945 Hipólito Gil Elizalde, nuestro querido Potilo, lanzó la idea de organizar la Regata Buenos Aires – Río de Janeiro y Cándido
Pimentel Duarte, un gran navegante brasileño, se sumó al proyecto y viajó hasta Buenos Aires con su flamante barco Vendaval, en diciembre de dicho año. De
inmediato se comenzó a trabajar en los múltiples detalles que debían tenerse en cuenta para una prueba de esa magnitud. Se unieron con entusiasmo desbordante
Rufino Rodríguez de la Torre, Germán Frers, Claudio Bíncaz, Pedro Breuer Moreno e Hipólito Gil Elizalde, quienes integraron la primer Comisión Organizadora
y, el 4 de enero de 1947, se largó la 1ª Regata Oceánica Buenos Aires – Rio de Janeiro, coorganizada -como hasta hoy- por el Yacht Club Argentino y el Iate
Clube de Rio de Janeiro. La primera regata contó con la participación de diez barcos y puso a prueba el temple, conocimientos y práctica marinera de las tripulaciones.
Gran cantidad de Público presenció la partida desde Dársena Norte. La Prensa argentina y brasileña dedicaron amplio espacio a las alternativas de la Regata y
las Marinas de ambas naciones prestaron su colaboración en el patrullaje del recorrido. Cuenta la historia que, en Río de Janeiro, los sitios estratégicos de la Bahía
de Guanabara fueron copados y se improvisaron campings de fin de semana para la gran cantidad de público que esperaba a los competidores. La llegada fue reñida,
el Vendaval de Cándido Pimentel Duarte y el Alfard de Felipe Justo, luchaban por el primer puesto en tiempo real, pero este último superó a su rival al cruzar la
línea de llegada, un minuto y medio antes que el Vendaval. El Alfard, de Felipe Justo, fue el ganador de la Primera Regata y estaba tripulado, además de su timonel,
por Claudio Bíncaz, Benito de la Riega, Humberto Machiavello, Jose H. Monti, Hercules Morini, Alberto Suñer, Fernando Soriano y Hugo V. Tedín.
Presente y Futuro: Participaron de esta última edición ocho embarcaciones, Abbey Sea Baccarat, de Esteban Kallay, ganador de la regata; el Fortuna II, de
la Armada Argentina; María María, de Martín Nacarado; Intrepid (Tripulación en Dobles), de Raúl Revora; Bonanza, del Club Naval de Uruguay; y el
Extra Brut; de Pablo A. Swiecicki. Estos dos últimos barcos tuvieron que abandonar por averías. Asimismo, acompañaron la regata el Fjord VI, barco
insignia del Yacht, capitaneado por Carlos Saguier Fonrouge; y el Gitana del Sur, de Diego Peralta Ramos, que también tuvo que abandonar por averías.
Quiero transmitirles que sentí una gran preocupación por la poca cantidad de inscriptos que tuvimos en ésta última edición pero, en honor a la tradición y
a quienes organizaron la primera regata y de esa forma nos mostraron el rumbo, en cuanto a navegación oceánica se refiere, pondré mis mejores esfuerzos para
que las próximas ediciones tengamos mas barcos en la línea de partida.
Se que la tarea no es fácil, pues son múltiples las causas que motivan que esta y otras regatas de largo aliento no sean convocantes en el presente, pero no
daré el brazo a torcer, sino que convoco a todos los amantes de la navegación oceánica para ponernos a trabajar juntos, ya mismo, para revertir esta tendencia
y lograr que la tradicional regata oceánica Buenos Aires – Río de Janeiro vuelva a ser escuela y objetivo para el yachting de Sudamérica y fuente de camaradería
y de grandes amistades entre los que tuvimos el gusto de correrla.
Ricardo A. Galarce
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