una visión antropológica del fenómeno migratorio - Cáritas Española
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Una <strong>visión</strong> <strong>antropológica</strong> <strong>del</strong> <strong>fenómeno</strong> <strong>migratorio</strong><br />
RITA HERÁNDEZ 1 (Voluntaria de <strong>Cáritas</strong>)<br />
Las Palmas de Gran Canaria a 18 de enero de 2009<br />
“Salí de mi país donde la situación económica y social ha sido y es <strong>una</strong> crisis<br />
constante, como en todos los países “tercermundistas” en busca de <strong>una</strong> mejor<br />
vida. La verdadera razón era el poder trabajar para enviar dinero y proporcionar<br />
a mis hijos un futuro mejor a través <strong>del</strong> estudio. Que para mi tiene más valor que<br />
el dinero.<br />
Al llegar me encontré con <strong>una</strong> frustración terrible, cuando concertaba <strong>una</strong> entrevista<br />
de trabajo, todos te reclaman tu permiso de trabajo, y yo me decía y eso<br />
para trabajar; ¿no cuentan con que soy <strong>una</strong> persona con ganas de trabajar?, no<br />
señora aquí debe tener sus papeles en orden sino es <strong>una</strong> “ilegal”, vaya lo único<br />
de ilegal que conocía era el grupo de cantantes.<br />
Así comencé a descubrir que las cosas no serían fáciles, y empecé a recorrer<br />
como <strong>una</strong> peregrina todos los lugares donde me podían informar cómo hacer<br />
para obtener el permiso de trabajo y residencia. La única manera era empezar<br />
por obtener el permiso trabajando como doméstica y la mayoría de estos trabajos<br />
tienen condiciones casi de esclava, te hacen dormir en garajes medio adaptados<br />
para que viva <strong>una</strong> persona, te dicen que no comas mucho porque engordas,<br />
y que además te están pagando un sueldo por vivir en la casa de ellos (no<br />
toman en cuenta el trabajo de 24 horas al día, y que dejas de lado tu vida por<br />
vivir la de la generosa familia que te da la oportunidad de vivir con ellos), que<br />
vergüenza ahora que conozco este país, sé que no todas las personas son inmorales<br />
y poco escrupulosas.<br />
Luego con la pena inmensa de haber dejado tus hijos, esposo, padres, amigos,<br />
cultura, comida, formas de sentir y pensar, principios y valores, porque en todo<br />
lugar tenemos prioridades con respecto a los principios, en mi país cuentan más<br />
los morales pero aquí he visto que también son respetable los valores económicos.<br />
El único refugio que encontramos es en Dios, y gracias a esa fuerza grande que<br />
nos infunde el refugiarnos en él nos ayuda a salir día a día, de <strong>una</strong> pesadilla,<br />
empiezas a confiar menos en las personas y a dar algo a cambio de algo, ha<br />
cambiado los valores con los que llegamos, ha cambiado mi forma de sentir, y de<br />
pensar. Ha esto lo llamaran los expertos: “integración”, digo yo.<br />
Pero gracias a Dios encuentras en el camino personas maravillosas que te prestan<br />
su atención para ayudarnos a sobrellevar nuestras frustraciones y penas y a<br />
orientarnos en un mundo distinto.<br />
1. Los nombres que aparecen a continuación son ficticios aunque los textos responden a testimonios<br />
reales. Todas las personas que responden a estos nombres conocen los textos y han autorizado su<br />
publicación.<br />
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