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Revista Pesca Octubre 2014

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería que, además de informar, transmite ideas y corrientes de opinión que tienen por objeto: Crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos. Crear conciencia de que la seguridad alimentaria empieza en el propio país. Concientizar al lector sobre la necesidad del cuidado y protección del medio ambiente y ecosistemas acuáticos. Dar a conocer la necesidad de una participación del país más justa en la renta pesquera a través de la difusión de cifras que permitan el debido análisis. Motivar a las personas a interesarse por el mar y los recursos pesqueros convirtiéndose en ciudadanos activos para la defensa de sus derechos Representa una opción de acceso a información alternativa sobre la realidad de nuestra pesquería y la necesidad de dirigirnos hacia una pesquería sostenible para las futuras generaciones, por encima de intereses cortoplacistas que no benefician al ciudadano peruano común y corriente, sino tan solo a una mínima fracción de la población.

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería que, además de informar, transmite ideas y corrientes de opinión que tienen por objeto: Crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos. Crear conciencia de que la seguridad alimentaria empieza en el propio país. Concientizar al lector sobre la necesidad del cuidado y protección del medio ambiente y ecosistemas acuáticos.
Dar a conocer la necesidad de una participación del país más justa en la renta pesquera a través de la difusión de cifras que permitan el debido análisis.
Motivar a las personas a interesarse por el mar y los recursos pesqueros convirtiéndose en ciudadanos activos para la defensa de sus derechos

Representa una opción de acceso a información alternativa sobre la realidad de nuestra pesquería y la necesidad de dirigirnos hacia una pesquería sostenible para las futuras generaciones, por encima de intereses cortoplacistas que no benefician al ciudadano peruano común y corriente, sino tan solo a una mínima fracción de la población.

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POLÍTICA Y ECONOMÍA<br />

En el Perú cada vez se cree menos en los políticos que<br />

nos gobiernan. La sensación es que ―ven‖ una realidad distinta<br />

de la que percibimos los ciudadanos de a pie y que son<br />

incapaces de ponerse de acuerdo con temas elementales. Una<br />

parte importante de peruanos ―no siente‖ los beneficios de las<br />

hasta hace poco tiempo muy buenas cifras económicas. No<br />

observan mejoras significativas en educación, salud, seguridad,<br />

infraestructura rural, etc. Ante eso, la mayoría señala que<br />

hay que cambiar el modelo económico. Sin embargo, sin un<br />

Estado que funcione adecuadamente no existe estrategia<br />

económica que funcione.<br />

Veamos. ¿Quiénes toman las decisiones económicas y<br />

de reformas en sectores básicos como educación y salud?<br />

Pues el grupo al que llamamos “la clase política”,<br />

es decir, ministros, congresistas, funcionarios públicos,<br />

partidos políticos, entre otros. ¿Por qué no toman las<br />

decisiones que la ciudadanía considera correctas? ¿Por<br />

qué no son autocríticos? ¿Por qué no explican en lenguaje<br />

simple lo que quieren hacer, cómo y en cuánto<br />

tiempo se verán los resultados? La mala política no puede<br />

coexistir con una buena economía. Existe una relación entre<br />

ambas.<br />

La relación entre economía y política tiene una doble causalidad;<br />

por un lado, si la economía no va bien, los políticos que<br />

dirigen el país aparecen como los primeros culpables por que<br />

no tomaron decisiones correctas o si lo hicieron, fueron erradas;<br />

por otro, si la economía va bien, es natural esperar que<br />

vaya ―bien‖ para las grandes mayorías y eso está relacionado<br />

con reformas claves en los servicios básicos, como educación y<br />

salud. Si las instituciones políticas ―no funcionan‖, entonces<br />

estamos lejos de legislar en torno de reformas claves. Y eso<br />

impide avanzar a la economía y a depender solo de la evolución<br />

del contexto externo, favorable entre 2002 y 2011 y desfavorable<br />

desde 2012. Existen dos escenarios para implementar<br />

reformas: a través del consenso o de manera<br />

vertical. El primer camino es más largo, pero conduce a<br />

resultados más sostenibles y es el mecanismo normal<br />

de las democracias representativas. El segundo tiende<br />

a ocurrir en gobiernos con características autoritarias.<br />

todos no pueden gobernar, los ciudadanos eligen a algunos<br />

de ellos para que los representen, tanto en el<br />

poder ejecutivo como en el congreso. Muchas veces<br />

ocurre que la “clase política” olvida dos cosas: por un<br />

lado, que “representa” a todos, por lo que no puede<br />

decidir lo que se le antoje; por otro, cuando cualquier<br />

persona paga impuestos, financia los ingresos de los<br />

“representantes”. En otras palabras, los congresistas o<br />

representantes son los intermediarios entre la población<br />

y quienes deciden. Este escenario ideal funciona mejor<br />

cuando existen partidos políticos sólidos, de alcance nacional<br />

que canalicen las demandas de los ciudadanos, algo inexistente<br />

en el caso peruano. El problema es que cuando no funciona,<br />

se abre el camino a regímenes autoritarios.<br />

Ahora bien, ¿se cumple el escenario ideal en el Perú? Mi opinión<br />

es que no y una prueba de ello son los bajos niveles de<br />

aprobación, tanto de congresistas como clase política en general.<br />

En términos simples, los ciudadanos no se sienten representados<br />

por quienes eligieron. Lo que observamos es<br />

que no saben cómo lograr consensos (cada uno ve su propio<br />

interés), promesas sin medir las consecuencias y solo con un<br />

afán electoral, escándalos de corrupción que hacen que los<br />

congresistas pasen más tiempo fiscalizándose unos a otros<br />

que discutiendo leyes a favor del desarrollo del país, etc. Y eso<br />

tiene un impacto sobre la economía. Por un lado, no avanzan<br />

las reformas pues ni siquiera se discuten y es sabido que un<br />

país que no invierte bien en su propio capital humano, no tiene<br />

posibilidades de sostener el crecimiento futuro; por otro, la<br />

economía ―crece menos que lo que podría crecer‖, pues la incertidumbre<br />

y la sensación de caos generan que se posterguen<br />

inversiones nacionales y extranjeras; es muy complejo<br />

tener una “buena economía” con una “mala política”,<br />

pues no es sostenible la primera sin la segunda. La política<br />

no está divorciada de la economía, aunque a veces parezca<br />

que sí.<br />

Carlos Parodi<br />

Fuente<br />

http://blogs.gestion.pe/economiaparatodos/<strong>2014</strong>/08/politica-yeconomia.html<br />

La democracia es el gobierno del pueblo, pero como<br />

<strong>Revista</strong> <strong>Pesca</strong> <strong>Octubre</strong> <strong>2014</strong> 18

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