VE-06 OCTUBRE 2014
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verdaderos. Y es, en ese preciso momento, en el cual yo les meto una<br />
bala entre ceja y ceja. Y observo encantada, como se les escapa la vida<br />
en un quejido.<br />
Muchos luchan por no derramar ni sola lágrima ante mí, no quieren<br />
que vea su debilidad, que su hombría quede aplastada por una mujer,<br />
por una simple campesina. Y cantando sus insultantes himnos, a veces,<br />
algunos se suicidan antes de que mi hoz corte sus gargantas. Otros<br />
intentan disuadirme, me dicen que ese Dios que no existe me juzgará<br />
por mis pecados, que una mujer no puede involucrarse en la guerra. Y yo<br />
les respondo astuta, que un castrado tampoco puede batallar, y les<br />
amputo esa protuberancia que les hace creerse superiores que las<br />
mujeres, y les dejo morir desangrados, bramando como perros sarnosos,<br />
llenos de chinches y piojos.<br />
Y así llevamos años. Escondidxs en cochambrosos zulos, sin<br />
alimentos, sin agua, pasando frío, rodeados de enfermedades, muriendo<br />
día tras día, noche tras noche.<br />
La única razón por la que seguimos luchando es la esperanza. La<br />
creencia de darle un fin a esta guerra. Este conflicto que se ha llevado a<br />
todo aquel al que he querido, que me ha arrebatado aquellos sueños<br />
que una vez traté de imaginar, que amaina la creencia que tengo en este<br />
país, que no me dejó disfrutar del amor, de mi juventud, de mi entera<br />
vida.<br />
Es hora de cortar algunas cabezas.<br />
Esther Moreno Morillas (Valencia)<br />
http://elcascabelalgato.blogspot.com.es/<br />
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